Lo de menos son las siglas. Carlos Sastre ha ganado el Tour de Francia. Un corredor con cuatro victorias de profesional consigue un 25% más en una mes de julio prodigioso, resumido en: cronoescalada oficiosa a Alpe d´Huez, igual a victoria final en el Tour. Con lo fácil que es el ciclismo, no me explico como el escalador abulense ha conseguido lo que otros corredores más preparados soñaron y nunca consiguieron.
En fin, todo parabienes. De todos los epítetos que siempre han acompañado la carrera de este paisano de Arroyo -descalificado en 1982 de su Vuelta-, el Chaba o Mancebo, aquí el que escribe se traga ya, con el contorno que sea necesario -apuesto por lo el mismo menú que Divine- el calificativo de mediocre. Alguien que gana el Tour de Francia no puede ser mediocre. Es más: es un superdotado. La pena es que haya tenido que esperar hasta los 33 años, edad zoeetmelkiniana para dar el gran golpe sobre la mesa.
Sastre cambia el amarillo del ONCE, equipo con el debutó en 1998 y en el que estuvo hasta 2001, por el amarillo del Tour de Francia. Bah, lo de los colores es lo de menos. Como las siglas. Como las fechas. O como los Bassos comunicantes. Ya todo da igual. Un corredor, este corredor, ha ganado el Tour de Francia y encima se cuelga los galones -fieramente compartidos con Millar y otros de la recua- del ciclismo limpio, del spagghetti y el vaso de agua. El Tour encantado, claro. Desde que se fue el patrón, ha ganado el Tour un gregario suyo -posteriormente descalificado- y otros dos designados de antemano como gregarios de su delfín designado, que no vuelve hasta 2010. Así se añaden nuevas páginas de gloria a una historia centenaria.
Tiempo de interregno. Sastre no podrá marcar ninguna época. Por su edad, y porque dijo en la salida de Brest que estaba ante una de sus últimas carreras. También en la salida de la Vuelta 2007 dijo que el máximo favorito era el capitán de la Guardia Civil, en una de las pocas veces que hemos visto sonreir a este sillar de las murallas de Ávila. Igual que Rijs, su mentor y patrón, que no marcó ninguna época deportiva, y que consigue completar la corona de su equipo sin tener un líder sólido, más bien una bicefalía.
Las casas de apuestas no salen de su asombro. Es cierto que Evans tenía que remontar tres puestos en la crono del sábado, y que bastante hizo remontando dos. No anduvo todo lo fuerte que acostumbraba, y Sastre hizo la crono de su vida, si exceptuamos la final de la Vuelta 2005 (¡uy!), de infausto recuerdo para otro escalador castellano. 12º en la crono final del Tour, con la victoria final en el bolsillo ya desde el kilómetro 18, donde las primeras referencias. Le ha acompañado en el podio, aparte del australiano -otra vez el ciclismo canguro se queda a las puertas de algo grande, como siempre en su historia-, el austríaco Kohl, que cuenta con dos victorias de profesional, una de ellas el pierdepaga del campeonato nacional de su país.
Menchov, que no ha hecho entre los cinco primeros en ninguna etapa, ha sido cuarto, y el hecho de haber batido a Sastre en dos Vuelta -por cierto, queda demostrado que el nivel de la ronda nacional es altísimo a tenor de los resultados en este Tour- es sal añadida a la herida abierta. Vandelvelde quinto, demostrando que esta edición ha sido como el Quijote de Avellaneda. En el resto de posiciones nobles, Schleck logra el raro éxito de bajar del segundo puesto al sexto después de 53 kms.; Samuel Sánchez séptimo tras solo brillar en Alpe d´Huez, a lo Sastre; octavo Kirchen, que retrocede un puesto respecto a 2007; noveno Valverde, que ha pasado de quedarse a un cuarto de hora del vencedor a sólo 7´, lo que sólo añadirá dolor a una carrera deportiva mal planificada (bueno, el también cumplirá 33 años, y a esa edad se sigue mejorando); y décimo Valjavec, un clásico del puestómetro. Venga, que llegue el 2009 que ha sido un gran Tour. Basta con ver la clasificación.
***
En la etapa del jueves se enfrentaron los 193 cms de Burghardt contra los 173 cms. de Barredo. Mala suerte para el ex joven Liberty, que habiendo superado un malestar durante la carrera, ha sacado arrestos para acabar a más. Ese mismo malestar envió a casa a Devolder, con el que estuvo entrenando en los Pirineos en la previa del Tour. El belga se ha llevado lo peor, ya que ha causado baja en su selección para los JJ.OO. No se dejen llevar por las buenas temperaturas del verano: no duerman con la ventana abierta, que puede entrar de todo. El viernes Chavanel obtuvo el justo precio a sus años de ataques y fugas, y todavía nos parece poco a todos los que vemos el ciclismo de las etapas intranscendentes con el mismo interés que las grandes jornadas alpinas. Y hoy domingo Steegmans se ha sacado un sprint imperial en París, tras un Tour bastante anónimo: supo cerrar la ventana a tiempo.
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Bettini gana el GP de Valonia, con final en Namur. Es la tercera carrera que gana en el último mes. El 9 de agosto es la prueba olímpica. Ya es la rueda a seguir
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Astana nos comunica que el sabueso que comparte con el CSC -¿se imaginan que una auditora se encargase al mismo tiempo de los dos mejores bancos del mundo? ¿pondrían sus ahorros en ellos?- ha cazado a un tramposo, el ruso Gusev. En una reciente entrevista en ProCycling, decía que quería ser estrella de rock. Curiosa aficción para un joven corredor -que sigue los pasos de J.A Redondo en cuanto a finalización unilateral de un contrato con Astana- que había brillado en París-Roubaix, ganado el festival alpino de la Vuelta a Suiza, marcado tiempos contra el reloj asombrosos y que, en definitiva, era un todoterreno de aupa. Creo que los Babyshambles buscan a alguien para sustituir a Pete Doherty...
27 julio, 2008
C.S.C
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24 julio, 2008
Una carrera deportiva redimida
Primero, los exvotos. Yo no me creo, ni tengo necesidad de creer, a un ciclista que empezó en la ONCE; que fue gregario de Hamilton y Basso sin saber nada de sus prácticas o rendimiento; que hizo las tres grandes en 2006, imitando a Lombardi; que está a las órdenes de Rijs desde 2002; que con 33 años sigue mejorando, como su paisano Mancebo; y cuyas siglas son CSC. Estos son datos objetivos y no opinables.
Dichos los exvotos, lo de ayer de Sastre no tiene nombre. Sí que tiene parangón. Nada menos que el mismísimo Lance Armstrong, que en 2001 también atacó desde la base de Alpe d´Huez para llegar en solitario a la meta. ¡Qué digo parangón! ¡Si hasta el diminuto escalador abulense lo ha hecho mejor que el yanki en diferencias al segundo! Tres CSC entre los cinco primeros. Tres españoles entre los cuatro primeros. ¡Y dicen que el ciclismo ha cambiado!
La etapa fue como fue. A pesar de que la combinación Galibier-Croix de Fer-Alpe d´Huez se había subido por última vez en 1992, no había muchas ganas por parte de nadie. El ritmo en los dos colosos interminables los impusieron esos tres grandes escaladores, increíblemente ligeros, llamados O´Grady, Cancellara y Arvesen. Por delante, de nuevo Schumacher y otros corredores. El que más sobrevivió fue el joven Velits, que coronó la Croix de Fer en solitario siendo neoprofesional y vigente campeón del mundo sub-23. El dato no está ahí, sino en ver a un Millram encabezando una etapa de montaña.
Llegó hasta la base de Alpe d´Huez, acompañado de Pineau. Allí empezaron los ataques. El primero Sastre, al que siguió Menchov. El abulense hizo una de sus paradas en seco. Al poco, volvió a atacar. Era el primer km. de ascensión. Y de ahí, a meta. No hay nada que reprochar tácticamente a Sastre como ciclista individual: ante las extrañas parentelas dentro del CSC, utilizó la mejor estrategia. Dejó bloqueados a los Schleck, que con un compañero delante no podían atacar. Otra cosa es que llegase, algo con lo que no contaban los luxemburgueses, no especialmente contentos en meta.
En el grupo Menchov se descolgó, como Samuel Sánchez, pero después supo regular y enlazar. Kohl también acabó bastante fundido, de tanto salir a ataquitos. Y la subida fue un lento caer de segundos...con decir que el ritmo lo marcaba Goubert -un corredor que ya competía con Induráin- a falta de 5 kms. para meta...Más interés fue el show de Andy Schleck: desde el Tour 1996, cuando el debutante Ullrich, no se veía a un gregario subir y bajar del pelotón, neutralizar ataques y llevar botellines encima con esa pasmosa facilidad. No contento con eso, fue tercero en la etapa, desmarcándose de los favoritos: salió a por el ataque traicionero de Samuel Sánchez cuando y como quiso.
Este corredor se redimió en la misma cima que no pudo hollar en su última participación en el Tour, en 2003. El día de gloria de su compañero Iban Mayo fue acompañado por una grave indisposición del asturiano, tan grave que ha tardado en volver al Tour cinco años. Y para hacer eso: la goma en la subida, el ataquito y los flashes que tanto le gustan. Bravo por el Euskaltel, dos veces segundo en etapas alpinas. Y también por Valverde, cuarto en Alpe d´Huez ganando el sprint de los favoritos, como si hubiese otra alternativa.
Pero, si de redenciones hablamos, la de ayer de Sastre fue de órdago. Un auténtico perdedor, un corredor que gimoteaba en la salida de Brest "puedo estar ante una de las últimas carreras de mi vida" (no se espanten: en 2005 dijo que iba a dejar el ciclismo), un corredor con menos victorias profesionales que dedos de una mano, uno que perdió la Vuelta 2005 por 3", consigue ganar en Alpe d´Huez y ponerse de amarillo. A sus 33 años. Ya saben lo que dice la leyenda sobre que desde la cumbre alpina se ve París y todo eso, que no sirvió de mucho a Probenecid en 1987. Y tampoco le servirá de mucho a Líder Máximo.
El CSC, por querer ganarlo todo, es probable que quede sin nada. La diferencia de 1´34" con Evans es a todas luces insuficiente. Incluso la de 1´15" de Schleck con Menchov. Estos corredores les pueden meter 2" por km., y la crono del sábado es de 53 kms. Hagan las cuentas, a mí me salen. También a Rijs, el responsable de tener al mejor equipo de la carrera y que eso te sirva para...ser ¿segundo? en París. Sí, se llevarán el maillot blanco, el premio por equipos, un par de etapas y todo eso, pero la carrera, hoy por hoy, es para Evans. La situación es bastante parecida a la de 2006, la otra ocasión en la que Sastre ha marcado las diferencias en montaña.
Aquel año, antes de la crono, Sastre tenía 18" sobre Landis y 2´17" sobre Kloden. Acabó fuera del podio, aunque la descalificación de Landis le diese un puesto sin foto en el cajón final. La crono fue de 57 kms. y el abulense perdió una minutada. Fue el 20º de la etapa. En estos dos días que quedan para el veredicto final -ojito a la etapa de hoy, mucho más complicada de lo que parece- no se espera que pase nada. Así las cosas, el podio final de París, sin control antidopaje, es Evans, Sastre y Menchov.
***
Saunier Duval (2004-2008). RIP. Ahora empezará la monserga de las familias en el paro, Celestino Corbacho preocupado y todo ese ritual. Sin embargo, hay algo que centra mis desvelos por la suerte del equipo amarillo. ¿Qué será del flamante camión amarillo? ¿Lo donarán a Gómez Peña? ¿O bien lo venderán como Unidad Móvil de intervención al Ejército?
***
No me resisto a comentarlo. Urraburu, el cronista oficial del ONCE junto con Garai, incluye a Zulle entre los líderes para los que trabajó Sastre. Mentira. Puede ser que se equivocase, pero no pone a Hamilton, para el que el abulense trabajó en 2002 y 2003. Y entonces ya no es equivocación, es a propósito. Ya saben las razones. Hay que vestir un nuevo santo, y toda cautela es poca. Cualquier pasado es reescribible. Por si hay alguna duda, tras elencar la ristra de puestos de honor de Sastre, espeta "los que le han ganado, o se han retirado, o están sancionados. Es un superviviente en un ciclismo enormemente castigado, en el que Sastre ha sido una isla, un águila". Bueno, pues Menchov le ha ganado dos Vueltas y no está en ese grupo. Y tiene un palmarés infinitamente mejor que el de este nuevo héroe. "Un águila".
Dichos los exvotos, lo de ayer de Sastre no tiene nombre. Sí que tiene parangón. Nada menos que el mismísimo Lance Armstrong, que en 2001 también atacó desde la base de Alpe d´Huez para llegar en solitario a la meta. ¡Qué digo parangón! ¡Si hasta el diminuto escalador abulense lo ha hecho mejor que el yanki en diferencias al segundo! Tres CSC entre los cinco primeros. Tres españoles entre los cuatro primeros. ¡Y dicen que el ciclismo ha cambiado!
La etapa fue como fue. A pesar de que la combinación Galibier-Croix de Fer-Alpe d´Huez se había subido por última vez en 1992, no había muchas ganas por parte de nadie. El ritmo en los dos colosos interminables los impusieron esos tres grandes escaladores, increíblemente ligeros, llamados O´Grady, Cancellara y Arvesen. Por delante, de nuevo Schumacher y otros corredores. El que más sobrevivió fue el joven Velits, que coronó la Croix de Fer en solitario siendo neoprofesional y vigente campeón del mundo sub-23. El dato no está ahí, sino en ver a un Millram encabezando una etapa de montaña.
Llegó hasta la base de Alpe d´Huez, acompañado de Pineau. Allí empezaron los ataques. El primero Sastre, al que siguió Menchov. El abulense hizo una de sus paradas en seco. Al poco, volvió a atacar. Era el primer km. de ascensión. Y de ahí, a meta. No hay nada que reprochar tácticamente a Sastre como ciclista individual: ante las extrañas parentelas dentro del CSC, utilizó la mejor estrategia. Dejó bloqueados a los Schleck, que con un compañero delante no podían atacar. Otra cosa es que llegase, algo con lo que no contaban los luxemburgueses, no especialmente contentos en meta.
En el grupo Menchov se descolgó, como Samuel Sánchez, pero después supo regular y enlazar. Kohl también acabó bastante fundido, de tanto salir a ataquitos. Y la subida fue un lento caer de segundos...con decir que el ritmo lo marcaba Goubert -un corredor que ya competía con Induráin- a falta de 5 kms. para meta...Más interés fue el show de Andy Schleck: desde el Tour 1996, cuando el debutante Ullrich, no se veía a un gregario subir y bajar del pelotón, neutralizar ataques y llevar botellines encima con esa pasmosa facilidad. No contento con eso, fue tercero en la etapa, desmarcándose de los favoritos: salió a por el ataque traicionero de Samuel Sánchez cuando y como quiso.
Este corredor se redimió en la misma cima que no pudo hollar en su última participación en el Tour, en 2003. El día de gloria de su compañero Iban Mayo fue acompañado por una grave indisposición del asturiano, tan grave que ha tardado en volver al Tour cinco años. Y para hacer eso: la goma en la subida, el ataquito y los flashes que tanto le gustan. Bravo por el Euskaltel, dos veces segundo en etapas alpinas. Y también por Valverde, cuarto en Alpe d´Huez ganando el sprint de los favoritos, como si hubiese otra alternativa.
Pero, si de redenciones hablamos, la de ayer de Sastre fue de órdago. Un auténtico perdedor, un corredor que gimoteaba en la salida de Brest "puedo estar ante una de las últimas carreras de mi vida" (no se espanten: en 2005 dijo que iba a dejar el ciclismo), un corredor con menos victorias profesionales que dedos de una mano, uno que perdió la Vuelta 2005 por 3", consigue ganar en Alpe d´Huez y ponerse de amarillo. A sus 33 años. Ya saben lo que dice la leyenda sobre que desde la cumbre alpina se ve París y todo eso, que no sirvió de mucho a Probenecid en 1987. Y tampoco le servirá de mucho a Líder Máximo.
El CSC, por querer ganarlo todo, es probable que quede sin nada. La diferencia de 1´34" con Evans es a todas luces insuficiente. Incluso la de 1´15" de Schleck con Menchov. Estos corredores les pueden meter 2" por km., y la crono del sábado es de 53 kms. Hagan las cuentas, a mí me salen. También a Rijs, el responsable de tener al mejor equipo de la carrera y que eso te sirva para...ser ¿segundo? en París. Sí, se llevarán el maillot blanco, el premio por equipos, un par de etapas y todo eso, pero la carrera, hoy por hoy, es para Evans. La situación es bastante parecida a la de 2006, la otra ocasión en la que Sastre ha marcado las diferencias en montaña.
Aquel año, antes de la crono, Sastre tenía 18" sobre Landis y 2´17" sobre Kloden. Acabó fuera del podio, aunque la descalificación de Landis le diese un puesto sin foto en el cajón final. La crono fue de 57 kms. y el abulense perdió una minutada. Fue el 20º de la etapa. En estos dos días que quedan para el veredicto final -ojito a la etapa de hoy, mucho más complicada de lo que parece- no se espera que pase nada. Así las cosas, el podio final de París, sin control antidopaje, es Evans, Sastre y Menchov.
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Larguísimo e interesante artículo. No se pierdan su explicación del paso por Liberty, jamás oída. Por lo menos estuvo en la misma Vuelta a Asturias donde A.C descubrió su cavernoma. La primera etapa, zarpazo murciano; la tercera, zarpazo local; y Vandevelde, a verlas venir. ¡Qué tiempos!***
Saunier Duval (2004-2008). RIP. Ahora empezará la monserga de las familias en el paro, Celestino Corbacho preocupado y todo ese ritual. Sin embargo, hay algo que centra mis desvelos por la suerte del equipo amarillo. ¿Qué será del flamante camión amarillo? ¿Lo donarán a Gómez Peña? ¿O bien lo venderán como Unidad Móvil de intervención al Ejército?
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No me resisto a comentarlo. Urraburu, el cronista oficial del ONCE junto con Garai, incluye a Zulle entre los líderes para los que trabajó Sastre. Mentira. Puede ser que se equivocase, pero no pone a Hamilton, para el que el abulense trabajó en 2002 y 2003. Y entonces ya no es equivocación, es a propósito. Ya saben las razones. Hay que vestir un nuevo santo, y toda cautela es poca. Cualquier pasado es reescribible. Por si hay alguna duda, tras elencar la ristra de puestos de honor de Sastre, espeta "los que le han ganado, o se han retirado, o están sancionados. Es un superviviente en un ciclismo enormemente castigado, en el que Sastre ha sido una isla, un águila". Bueno, pues Menchov le ha ganado dos Vueltas y no está en ese grupo. Y tiene un palmarés infinitamente mejor que el de este nuevo héroe. "Un águila".
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23 julio, 2008
El CSC, al estilo Armstrong
Si ayer calificaba la etapa de Jausiers como un experimento, hoy se puede afirmar que ha sido un experimento satisfactorio. Escapadas, emoción y final trepidante, amén de unos paisajes increíbles y, lo que más le gusta a la televisión, gente descalabrándose por los precipios.
Por supuesto, siempre hay algunos a los que no les gusta el puro espectáculo ciclista, y es capaz de titular con esta desgana y apatía. Al final no pasó nada, es cierto, en una etapa muy similar a la del Giro 2005 y el Col de Finestre. Cambiarlo todo, para que al final no cambie nada. Pero se intentó.
Se forma de salida una escapada con más de 30 corredores y el CSC le deja hacer, ya que entre los fugados estaban Voigt y Arvesen. Pero también Valjavec -De Andrés no se dio cuenta hasta pasadas dos horas-, Cunego y otros corredores muy peligrosos, además del número en sí. Schumacher realiza una ascensión al Lombard increíble -sentado, como una cronoescalada- y corona por primera vez este puerto inédito. Su ventaja llega a alcanzar los 12´sobre el pelotón, donde el ritmo lo marcan O´Grady y Cancellara....
Al principio del Tour Carlos Líder Máximo Sastre soltó sus habituales sentencias, este año referidas a que iba a ser una carrera muy loca y que no había ningún equipo para controlar. Bueno, pues en el CSC andan todos. T-O-D-O-S. Y la etapa de ayer fue una buena muestra. Bajando Lombard, Cancellara pincha y el equipo decide esperar: lean otra vez la frase, que está bien escrita. Sólo había 15 kms de llano hasta el inicio de la Bonette. Al inicio del puerto, los fugados cuentan con 9´y Valjavec es virtual maillot amarillo. Eso pasó ayer, "una etapa más, un día menos".
Cancellara hace los primeros kms. de La Bonnette a su ritmo habitual; después le sigue Gustov; después Andy Schleck; cuando alcanzan a Arvesen, el veterano noruego se revela como un escalador, y se marca bastantes kms; y por último Voigt. Para entonces, la ventaja de los fugados -que cazaron a Schumacher a 3´5 kms de coronar- era de solo 2´30", con Dessel tirando prodigiosamente, con viento racheado, de su líder Valjavec. Así funciona el CSC: igualitos, igualitos que el difunto UsPostal/Discovery Channel. Mantener el bloque, aunque uno pinche bajando. Convertir a rodadores en escaladores, como Padrnos, Noval o Hincapié. Les falta la pulserita amarilla.
Cunego fue reintegrado con los favoritos, mientras que en el paso del puerto atacaba el Barloworld Augustyn, que poco después se despeño. Cuatro corredores se jugarían la etapa: Dessel, Popovych, Casar y Arroyo. En el grupo Samuel Sánchez hizo su habitual número circense -su equipo había lanzado un órdago con Astarloza, que duró hasta la mitad del puerto- y Menchov empezó a perder metros. Fue un descenso vertiginoso, muy emocionante, y una innovación que debería estar todos los años en las carreras: coronar y bajar. La etapa se la llevó Dessel, el corredor que más se lo merecía por su trabajo, además de Schumacher. Menchov se dejó en meta 35", y ya está a más de 1´de Evans, su referencia para la contrarreloj. Por fin cayó Vandevelde, que todavía luchará por posición de honor entre los diez primeros, y Valjavec se cuela entre los diez primeros. No cambió nada, pero hubo batalla, agotamiento y un equipo metahumano. Las dos primeras características pertenecen de siempre al ciclismo, la última al ciclismo de los últimos diez años.
***
La etapa de hoy se podría calificar como la Santísima Trinidad de los Alpes: Galibier, Croix de Fer y Alpe d´Huez. 210 kms. Cuatro corredores en 49", tres de ellos escaladores. Todos necesitan atacar, especialmente a Evans. Visto el estado de forma del CSC, será difícil que algún favorito se escape antes del puerto final. Curioso: el último ganador en la cumbre-mito es el actual líder, el segundo mejor escalador de esta edición. Y aún así tendrá que atacar. Como Kohl. Como Menchov. Como Sastre. Y sin embargo, yo veo ganador a Valverde...
***
Curioso. Cuando lo ficharon a finales de abril, sacaban pecho y recibían con gusto palmetazos de machotes en la espalda. Incluso llegaron a decir que tenían un hueco para DiLuca, si quería. Ahora lo devuelven a la madriguera. Pobre Basso, su Tour será el de 2010, con 32 para 33 años. Una vida deportiva truncada por un tentato doping. Seguro que todo esto no tiene nada que ver con lo de Beltrán, qué va.
Por supuesto, siempre hay algunos a los que no les gusta el puro espectáculo ciclista, y es capaz de titular con esta desgana y apatía. Al final no pasó nada, es cierto, en una etapa muy similar a la del Giro 2005 y el Col de Finestre. Cambiarlo todo, para que al final no cambie nada. Pero se intentó.
Se forma de salida una escapada con más de 30 corredores y el CSC le deja hacer, ya que entre los fugados estaban Voigt y Arvesen. Pero también Valjavec -De Andrés no se dio cuenta hasta pasadas dos horas-, Cunego y otros corredores muy peligrosos, además del número en sí. Schumacher realiza una ascensión al Lombard increíble -sentado, como una cronoescalada- y corona por primera vez este puerto inédito. Su ventaja llega a alcanzar los 12´sobre el pelotón, donde el ritmo lo marcan O´Grady y Cancellara....
Al principio del Tour Carlos Líder Máximo Sastre soltó sus habituales sentencias, este año referidas a que iba a ser una carrera muy loca y que no había ningún equipo para controlar. Bueno, pues en el CSC andan todos. T-O-D-O-S. Y la etapa de ayer fue una buena muestra. Bajando Lombard, Cancellara pincha y el equipo decide esperar: lean otra vez la frase, que está bien escrita. Sólo había 15 kms de llano hasta el inicio de la Bonette. Al inicio del puerto, los fugados cuentan con 9´y Valjavec es virtual maillot amarillo. Eso pasó ayer, "una etapa más, un día menos".
Cancellara hace los primeros kms. de La Bonnette a su ritmo habitual; después le sigue Gustov; después Andy Schleck; cuando alcanzan a Arvesen, el veterano noruego se revela como un escalador, y se marca bastantes kms; y por último Voigt. Para entonces, la ventaja de los fugados -que cazaron a Schumacher a 3´5 kms de coronar- era de solo 2´30", con Dessel tirando prodigiosamente, con viento racheado, de su líder Valjavec. Así funciona el CSC: igualitos, igualitos que el difunto UsPostal/Discovery Channel. Mantener el bloque, aunque uno pinche bajando. Convertir a rodadores en escaladores, como Padrnos, Noval o Hincapié. Les falta la pulserita amarilla.
Cunego fue reintegrado con los favoritos, mientras que en el paso del puerto atacaba el Barloworld Augustyn, que poco después se despeño. Cuatro corredores se jugarían la etapa: Dessel, Popovych, Casar y Arroyo. En el grupo Samuel Sánchez hizo su habitual número circense -su equipo había lanzado un órdago con Astarloza, que duró hasta la mitad del puerto- y Menchov empezó a perder metros. Fue un descenso vertiginoso, muy emocionante, y una innovación que debería estar todos los años en las carreras: coronar y bajar. La etapa se la llevó Dessel, el corredor que más se lo merecía por su trabajo, además de Schumacher. Menchov se dejó en meta 35", y ya está a más de 1´de Evans, su referencia para la contrarreloj. Por fin cayó Vandevelde, que todavía luchará por posición de honor entre los diez primeros, y Valjavec se cuela entre los diez primeros. No cambió nada, pero hubo batalla, agotamiento y un equipo metahumano. Las dos primeras características pertenecen de siempre al ciclismo, la última al ciclismo de los últimos diez años.
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La etapa de hoy se podría calificar como la Santísima Trinidad de los Alpes: Galibier, Croix de Fer y Alpe d´Huez. 210 kms. Cuatro corredores en 49", tres de ellos escaladores. Todos necesitan atacar, especialmente a Evans. Visto el estado de forma del CSC, será difícil que algún favorito se escape antes del puerto final. Curioso: el último ganador en la cumbre-mito es el actual líder, el segundo mejor escalador de esta edición. Y aún así tendrá que atacar. Como Kohl. Como Menchov. Como Sastre. Y sin embargo, yo veo ganador a Valverde...
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Curioso. Cuando lo ficharon a finales de abril, sacaban pecho y recibían con gusto palmetazos de machotes en la espalda. Incluso llegaron a decir que tenían un hueco para DiLuca, si quería. Ahora lo devuelven a la madriguera. Pobre Basso, su Tour será el de 2010, con 32 para 33 años. Una vida deportiva truncada por un tentato doping. Seguro que todo esto no tiene nada que ver con lo de Beltrán, qué va.
22 julio, 2008
Curarse en salud
Como el ciclismo no pierde su capacidad de maravillar, y recientemente Arribas y Horrillo han manifestado su necesidad de creer lo increíble, hoy podemos hablar de los programas andidopaje internos. Sí, esos análisis que realizan los equipos por su propia cuenta para cazar a los tramposos antes de que lo hagan las autoridades deportivas competentes.
El invento, cómo no, fue del CSC. El equipo de un dopado manifiesto, con gran parecido con Lex Luthor, se sacó de la manga hace un dos años un programa de 700.000 euros y 800 controles al año para mantener la limpieza. Y todos los medios se hicieron eco, sin la más mínima acritud hacia un personaje que ejemplifica como ningún otro eso de que el dopaje hace de un burro un caballo de carreras.
El CSC, equipo en el militaban Hamilton y Basso, nunca ha dado positivo. Y la exclusión de Cancellara justo antes de la salida del Tour 2006 fue una decisión deportiva. El programa se adoptó en noviembre de 2006, y desde entonces este bravo equipo danés, modelo para todos los demás, sigue con su intachable currículum. Y lo de modelo no es ironía: una de las primeras medidas que tomó Bruyneel cuando se hizo con las riendas del Astaná el otoño pasado fue fichar al mismo especialista y cacarear al que quisiese escucharle lo limpios que iban. No le sirvió para entrar en el Tour.
Este se llama Rasmus Damsgaard y se metió a esto de la medicina por la objeción de conciencia. No se extrañen mucho: nuestro más afamado médico deportivo es ginecólogo. Afirma su independencia y que su programa de control es independiente de los equipos. Ya se que el sentido común les chirriará, pero traguen saliva y piensen "si esos dos piden creer lo increíble, yo voy a creer que un tipo como Rijs y un equipo como el CSC tiene un programa antidopaje independiente". El siguiente paso es afirmar que las pirámides las construyeron alienígenas, que Kennedy vive con Marylin en una base secreta antártica y que los sellos se revalorizan al 7% anual: todo es creer, ánimo.
Al modelo este de los programas antidopaje internos se ha apuntado también el Garmin, el equipo americano-gerundés que va como adalid de la limpieza, a pesar de estar radicado en uno de los mayores focos de dopaje del mundo. Casualmente, este equipo tiene a un corredor a un tris de entrar en el podio de París. Toda la vida de gregario, militando en los equipos-clave del dopaje contemporáneo, y Vandevelde tiene que destapar todo su potencial a los 32 años, ¡qué injusta es la vida del ciclista!. También el Saunier tenía su propio programa. Y seguramente habrá más equipos.
Venga, que no se alargue más. Lo de los programas antidopaje internos es otro caballo de Troya de los mismos protagonistas de siempre (Rijs y Bruyneel, Jesús, para qué explicar más) y con el mismo fin de siempre. La limpieza la hacemos dentro de casa o, dicho en terminología pre-Operación Puerto, todo lo que no da positivo no es dopaje. Se han curado en salud, pero no han curado la salud.
***
Etapa curiosa la de hoy, un experimento: dos puestos larguísimos y muy altos, con final tras la bajada. El Tour no subía la Bonnete desde 1993, cuando la excursión por los Alpes del Sur y lo de Isola 2000. Creo que en esa etapa iba escapado Robert Millar, ese ciclista que los que defienden el ciclismo no dudan en sacar a colación cada vez que tienen que demostrar sus conocimientos. Lástima que nunca hablen de su faceta como ciclista, pero bueno: son ellos los que viven de este negocio, y ellos sabrán. El CSC tiene que limar tiempo entre hoy y mañana, o sea que se espera movimiento y algun desfallecimiento merced a la tremenda altura (2.800 metros). Dicen que si logra coronar con alguna ventaja, la etapa es para Samuel Sánchez. Pues eso: dicen.
***
¿Les sorprende esta noticia? Bueno, pues ya verán como Lissavetzky se moviliza más para hacer lo propio con Bejarano-bis que lo que está haciendo estos días.
El invento, cómo no, fue del CSC. El equipo de un dopado manifiesto, con gran parecido con Lex Luthor, se sacó de la manga hace un dos años un programa de 700.000 euros y 800 controles al año para mantener la limpieza. Y todos los medios se hicieron eco, sin la más mínima acritud hacia un personaje que ejemplifica como ningún otro eso de que el dopaje hace de un burro un caballo de carreras.
El CSC, equipo en el militaban Hamilton y Basso, nunca ha dado positivo. Y la exclusión de Cancellara justo antes de la salida del Tour 2006 fue una decisión deportiva. El programa se adoptó en noviembre de 2006, y desde entonces este bravo equipo danés, modelo para todos los demás, sigue con su intachable currículum. Y lo de modelo no es ironía: una de las primeras medidas que tomó Bruyneel cuando se hizo con las riendas del Astaná el otoño pasado fue fichar al mismo especialista y cacarear al que quisiese escucharle lo limpios que iban. No le sirvió para entrar en el Tour.
Este se llama Rasmus Damsgaard y se metió a esto de la medicina por la objeción de conciencia. No se extrañen mucho: nuestro más afamado médico deportivo es ginecólogo. Afirma su independencia y que su programa de control es independiente de los equipos. Ya se que el sentido común les chirriará, pero traguen saliva y piensen "si esos dos piden creer lo increíble, yo voy a creer que un tipo como Rijs y un equipo como el CSC tiene un programa antidopaje independiente". El siguiente paso es afirmar que las pirámides las construyeron alienígenas, que Kennedy vive con Marylin en una base secreta antártica y que los sellos se revalorizan al 7% anual: todo es creer, ánimo.
Al modelo este de los programas antidopaje internos se ha apuntado también el Garmin, el equipo americano-gerundés que va como adalid de la limpieza, a pesar de estar radicado en uno de los mayores focos de dopaje del mundo. Casualmente, este equipo tiene a un corredor a un tris de entrar en el podio de París. Toda la vida de gregario, militando en los equipos-clave del dopaje contemporáneo, y Vandevelde tiene que destapar todo su potencial a los 32 años, ¡qué injusta es la vida del ciclista!. También el Saunier tenía su propio programa. Y seguramente habrá más equipos.
Venga, que no se alargue más. Lo de los programas antidopaje internos es otro caballo de Troya de los mismos protagonistas de siempre (Rijs y Bruyneel, Jesús, para qué explicar más) y con el mismo fin de siempre. La limpieza la hacemos dentro de casa o, dicho en terminología pre-Operación Puerto, todo lo que no da positivo no es dopaje. Se han curado en salud, pero no han curado la salud.
***
Etapa curiosa la de hoy, un experimento: dos puestos larguísimos y muy altos, con final tras la bajada. El Tour no subía la Bonnete desde 1993, cuando la excursión por los Alpes del Sur y lo de Isola 2000. Creo que en esa etapa iba escapado Robert Millar, ese ciclista que los que defienden el ciclismo no dudan en sacar a colación cada vez que tienen que demostrar sus conocimientos. Lástima que nunca hablen de su faceta como ciclista, pero bueno: son ellos los que viven de este negocio, y ellos sabrán. El CSC tiene que limar tiempo entre hoy y mañana, o sea que se espera movimiento y algun desfallecimiento merced a la tremenda altura (2.800 metros). Dicen que si logra coronar con alguna ventaja, la etapa es para Samuel Sánchez. Pues eso: dicen.
***
¿Les sorprende esta noticia? Bueno, pues ya verán como Lissavetzky se moviliza más para hacer lo propio con Bejarano-bis que lo que está haciendo estos días.
21 julio, 2008
Ciclistas agotados
Vaya caritas. A pesar de venir de cinco días donde en Foix no hubo batalla y en las otras tres etapas sprints casi masivos, las caras de los ciclistas ayer, al franquear la meta de Pratonevoso, se ven pocas veces. Agonía en un puerto no muy duro, en una etapa blandita, 25 minutos de retraso sobre el horario previsto. Ya no se recupera como antes.
Se subía el Agnello de salida, y cuatro fugados coronaron con 14´de ventaja, los mismos con los que empezaron la ascensión. En la larga bajada, Pereiro se descalabró, como ya le había pasado en 2005 bajando La Madelaine. El pelotón paró un poco, pero incluso sin ese contratiempo la escapada hubiera llegado. Dos españoles y otros dos de otros países, anglosajones. La proporción habitual en el Tour.
El tránsito de Valvaraita fue de lo más placentero posible. Mondoví, Busca y Cuneo fueron excursiones para un pelotón donde Lampre ponía un poco el ritmo: con decir que al inicio de Pratonevoso estaban en el pelotón hasta Casper y McEwen...En fin: etapa con puerto final, no muy larga (183 kms.) y parece que hubiesen subido el Mortirolo. No insistiré más en una cosa bien evidente, y que hoy -como de costumbre- no merece ningún comentario en la prensa.
Las hostilidades comenzaron en la base: Andy Schleck tuvo su primer gran día en el Tour y dejó el pelotón hecho trizas. Repetería varias veces la operación, hasta que Evans hizo crack. Por delante, Gerrans se imponía a Egoi Martínez, en un final sin color. Tras un resbalón de Menchov subiendo, se desmarcaron el ruso, Kohl -el mejor escalador de esta edición- y Sastre, que no se veía delante desde la etapa de DisneyLandis. Un magnífico Valverde consiguió enlazar con estos tres, pero los chepazos del Gerolsteiner y un Sastre bastante ambicioso le retrasaron 10" en meta, 20" para Menchov. Evans cedió casi 50", y el liderato a F. Schleck por 7". Hay seis corredores en menos de 1´. De los siete primeros en meta, cuatro españoles.
Así las cosas, se esperan grandes cosas para las etapas del martes y el miércoles. Los CSC tiene que obtener al menos 2´de ventaja sobre Menchov y Evans, por no hablar de Vandevelde, ayer incluso haciendo cambios de ritmo. A ver que pasa. Arribas lleva ya dos crónicas lanzando puyas muy poco indirectas sobre el rendimiento de los pupilos de Rijs. Cuando el triunfo de Arvesen y esta de hoy mismo. El sabrá. De Sastre, por ejemplo, no dice ni mú. Como yo.
***
Mientras Cavendish obtenía su cuarto triunfo el viernes en Nimes -donde en 2004 Aitor González hizo otra de sus exhibiciones sin parangón- y aquí pan y después agua -o lo que sea-, el sábado Freire aprovechaba su astucia para obtener una bonita victoria en el Tour con el maillot verde. Una cota de cuarta categoría (y porque no existe la quinta categoría, como decían en la Gazzetta) dejaba fuera de lugar al sprinter británico que lleva en forma desde marzo y que va a los JJ.OO a ganar y Freire se buscaba la vida para imponerse a Duque y Zabel, otros corredores que pasan bien las dificultades orográficas.
***
Este enlace es magnífico. Refleja muy bien las miserias de nuestro ciclismo y nuestro desarrollo económico. Hablar italiano significa poner acento de anuncio de cafe instantáneo, e inglés es empezar una frase con una palabra de informática. El protagonista trabajó durante muchos años para equipos cuyos idiomas eran esos dos. Por lo demás, queda poco que añadir: parece un sketch de Benny Hill. Añadan ustedes la música. (Gracias a nickKasfan)
***
Horrillo ha decidido creer. Es una opción respetable.
***
El portavoz oficial del saunierismo, una religión ciclista gravemente tocada, echa una capote al patriarca."Después de ver su exhibición en Bagneres, decidimos traspasarlo". La credibilidad del ciclismo, por los suelos. La del periodismo y su función crítica, y no meramente de portavoz de los mayores desatinos, en el fango.
Se subía el Agnello de salida, y cuatro fugados coronaron con 14´de ventaja, los mismos con los que empezaron la ascensión. En la larga bajada, Pereiro se descalabró, como ya le había pasado en 2005 bajando La Madelaine. El pelotón paró un poco, pero incluso sin ese contratiempo la escapada hubiera llegado. Dos españoles y otros dos de otros países, anglosajones. La proporción habitual en el Tour.
El tránsito de Valvaraita fue de lo más placentero posible. Mondoví, Busca y Cuneo fueron excursiones para un pelotón donde Lampre ponía un poco el ritmo: con decir que al inicio de Pratonevoso estaban en el pelotón hasta Casper y McEwen...En fin: etapa con puerto final, no muy larga (183 kms.) y parece que hubiesen subido el Mortirolo. No insistiré más en una cosa bien evidente, y que hoy -como de costumbre- no merece ningún comentario en la prensa.
Las hostilidades comenzaron en la base: Andy Schleck tuvo su primer gran día en el Tour y dejó el pelotón hecho trizas. Repetería varias veces la operación, hasta que Evans hizo crack. Por delante, Gerrans se imponía a Egoi Martínez, en un final sin color. Tras un resbalón de Menchov subiendo, se desmarcaron el ruso, Kohl -el mejor escalador de esta edición- y Sastre, que no se veía delante desde la etapa de DisneyLandis. Un magnífico Valverde consiguió enlazar con estos tres, pero los chepazos del Gerolsteiner y un Sastre bastante ambicioso le retrasaron 10" en meta, 20" para Menchov. Evans cedió casi 50", y el liderato a F. Schleck por 7". Hay seis corredores en menos de 1´. De los siete primeros en meta, cuatro españoles.
Así las cosas, se esperan grandes cosas para las etapas del martes y el miércoles. Los CSC tiene que obtener al menos 2´de ventaja sobre Menchov y Evans, por no hablar de Vandevelde, ayer incluso haciendo cambios de ritmo. A ver que pasa. Arribas lleva ya dos crónicas lanzando puyas muy poco indirectas sobre el rendimiento de los pupilos de Rijs. Cuando el triunfo de Arvesen y esta de hoy mismo. El sabrá. De Sastre, por ejemplo, no dice ni mú. Como yo.
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Mientras Cavendish obtenía su cuarto triunfo el viernes en Nimes -donde en 2004 Aitor González hizo otra de sus exhibiciones sin parangón- y aquí pan y después agua -o lo que sea-, el sábado Freire aprovechaba su astucia para obtener una bonita victoria en el Tour con el maillot verde. Una cota de cuarta categoría (y porque no existe la quinta categoría, como decían en la Gazzetta) dejaba fuera de lugar al sprinter británico que lleva en forma desde marzo y que va a los JJ.OO a ganar y Freire se buscaba la vida para imponerse a Duque y Zabel, otros corredores que pasan bien las dificultades orográficas.
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Este enlace es magnífico. Refleja muy bien las miserias de nuestro ciclismo y nuestro desarrollo económico. Hablar italiano significa poner acento de anuncio de cafe instantáneo, e inglés es empezar una frase con una palabra de informática. El protagonista trabajó durante muchos años para equipos cuyos idiomas eran esos dos. Por lo demás, queda poco que añadir: parece un sketch de Benny Hill. Añadan ustedes la música. (Gracias a nickKasfan)
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Horrillo ha decidido creer. Es una opción respetable.
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El portavoz oficial del saunierismo, una religión ciclista gravemente tocada, echa una capote al patriarca."Después de ver su exhibición en Bagneres, decidimos traspasarlo". La credibilidad del ciclismo, por los suelos. La del periodismo y su función crítica, y no meramente de portavoz de los mayores desatinos, en el fango.
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18 julio, 2008
Sois parte de la cadena del dopaje
Ya está de nuevo girando la rueda. Un nuevo caso de positivo sonado, y la reacción la misma de siempre. Que es un caso aislado, que los tramposos caerán y blablabla. Ayer De Andrés llegó a decir literalmente "es muy complicado de explicar y no me voy a extender más", como el que lee el parte metereológico. Después dijo algo del entolno de los ciclistas, le llovieron los SMS y ahí vino lo divertido, la tragedia del ciclismo.
Al parecer, un masajista del Saunier y su mujer le escribieron inmediatamente diciendo que explicase más eso del entolno. El pánfilo periodista catalán, tan tonto como para decir en plena retransmisión "uf, pues menos mal que al final Contador no ha venido", se enfadó muchísimo y dijo esa frase maravillosa, que lo condensa todo: "los periodistas no tenemos la culpa". Si y no. No tienen la culpa del dopaje, pero son parte necesaria del mismo. Supongo que se refería al caso de Arribas, aislado tras la Operación Puerto, y que tuvo que pasar un Tour 2006 de órdago. Menos mal que desde entonces ha hecho todos los honores para ser reintegrado en esa gran familia que es el ciclismo.
El cabreo De Andrés, en pleno directo pero con la frescura de la conversación informal, no se puede limitar al debate de las responsabilidades del periodismo, bien evidentes y sobre el que volveré. Lo más interesante es que la mujer de un masajista de uno de los 20 equipos ProTour -insisto, la mujer de un masajista- tenga el número de teléfono del presentador de ciclismo en TVE. Intenten buscar contrapartidas en sus ámbitos laborales o académicos. ¿A qué es una locura? Ayer les decía que los periodistas del ciclismo no son de fiar: comen, cagan y beben en los mismos sitios de la gente sobre la que tienen que informar, conchavean con ellos y se van de francachela. Suben al autobús-bunker y lo elogian. Son amigos. Son una familia. Así no hay análisis objetivo ni crítico.
Les explico. Este mismo periodista contaba ayer, como si no tuviese ninguna relación, que durante la etapa había abandonado Baden Cooke. Es otro ciclista Barloworld. Caída, como Cárdenas y Longo Borghini. ¡Qué mala suerte! El ciclista australiano, que volvía al Tour tras muchos años después de haber sido una rutilante estrella, abandona y eso no tiene nada que ver con lo de Dueñas. La trayectoria de Cooke es para llevarse las manos a la cabeza. Los periodistas son parte necesaria del dopaje porque no dicen lo evidente. Y mejor no les hablo de Probenecid, que ayer hizo un alegato en pleno TD2 que era para prohibir la libertad de expresión, con ley especifíca, a alguien que hubiese dado positivo en su vida deportiva. Por vergüenza y por decencia.
De Andrés, sin ir más lejos, afirmaba hace unos días, sin ruborizarse -y así lo reflejé en este modesto blog-, que Riccò tenía un certificado médico que daba por natural un hematocrito del 53%. Otro certificado similar, aunque en cota 52%, está en posesión de Cunego. El ciclista del Lampre ha pasado 7 controles -seven, sette, siete- desde la salida de Brest, a pesar de no encabezar nada ni haber logrado ningún puesto. El dato lo ha publicado la Gazzetta dello Sport, por ejemplo. Bien, pues seguro que nos volverán a hablar de que tiene el hematocrito elevado de manera natural. O por la calcomanía. Por cierto, no se pierdan el detalle de que los corredores del Lampre se han rapado al 1, por eso de los controles capilares y no por fashion. ¿Se imaginan a Carlos de Andrés hablando de eso? Pues no. Sois parte del dopaje, por omisión de vuestra profesión: sois meras cadenas de transmisión de hazañas metahumanas, sin ninguna capacidad crítica, porque sois todos amigos. Parientes. Clientes. Usuarios. Dependientes. Sois parte de la rueda.
Y voy a acabar ya, aunque ejemplos los hay a miles en cada etapa -ayer de nuevo para Cavendish, 22 años y con un calendario más cargado que un café portugués-, con uno bien evidente para todo el mundo, al margen de sus entendederas. El Saunier abandona el Tour por el positivo de un corredor. Los medios reproducen las declaraciones de Matxín, que dice "lo hacemos para no manchar más esta maravillosa carrera". ¡Increíble! ¡Encima de perdonavidas! ¡Le hacemos un favor al Tour! Los medios se limitan a reproducir la frase sin ningún análisis o pregunta del tipo ¿que se espera de los análisis de la etapa de Hautacam? ¿dónde está Ibán Mayo? ¿A que equipo pertenecía Koldo Gil? Simplemente ponen la excusa de la persona menos indicada. No, no: os pirais porque es la tradición del ciclismo español desde 1998, cuando Manolo Saiz tiró de látigo para irse todos juntos. Y por lo que hay que ocultar. O lo que queda por venir. Hasta la gendarmerie paró el autobús-bunker en mitad de la autopista, en su loca búsqueda de llegar a la frontera cuanto antes. Como forajidos. ¿Y Lissavetzky qué? ¿Se creen que ha movido sus resortes para ordenar una investigación en los domicilios de toda la gente que vive, caga y come del Saunier Duval? ¡Por favor, despierten ya!
***
Arribas habla de un masajista, pero yo no digo que sea el mismo del SMS. Pero bueno, lo que dice el periodista que publicó los documentos seleccionados de la O.P ya es bastante evidente, sin más explicaciones.
***
Esta noticia es muy patética, pero tiene su interés dentro del contexto de decadencia del ciclismo.
***
Por sugerencia de un lector, he vuelto a habilitar los comentarios. Estos serán moderados previamente, y sólo durante la mañana. Los escritos por la tarde aparecerán al día siguiente. La solución es pasar de estar completamente amputado a solo manco, pero con los tiempos que corren la justicia me considera responsable a mí de lo que alguien deje escrito en este blog. Espero que lo entendais.
***
Ayer hice un post de urgencia con algunas incorreciones, que no afectan al conjunto del mensaje.
Al parecer, un masajista del Saunier y su mujer le escribieron inmediatamente diciendo que explicase más eso del entolno. El pánfilo periodista catalán, tan tonto como para decir en plena retransmisión "uf, pues menos mal que al final Contador no ha venido", se enfadó muchísimo y dijo esa frase maravillosa, que lo condensa todo: "los periodistas no tenemos la culpa". Si y no. No tienen la culpa del dopaje, pero son parte necesaria del mismo. Supongo que se refería al caso de Arribas, aislado tras la Operación Puerto, y que tuvo que pasar un Tour 2006 de órdago. Menos mal que desde entonces ha hecho todos los honores para ser reintegrado en esa gran familia que es el ciclismo.
El cabreo De Andrés, en pleno directo pero con la frescura de la conversación informal, no se puede limitar al debate de las responsabilidades del periodismo, bien evidentes y sobre el que volveré. Lo más interesante es que la mujer de un masajista de uno de los 20 equipos ProTour -insisto, la mujer de un masajista- tenga el número de teléfono del presentador de ciclismo en TVE. Intenten buscar contrapartidas en sus ámbitos laborales o académicos. ¿A qué es una locura? Ayer les decía que los periodistas del ciclismo no son de fiar: comen, cagan y beben en los mismos sitios de la gente sobre la que tienen que informar, conchavean con ellos y se van de francachela. Suben al autobús-bunker y lo elogian. Son amigos. Son una familia. Así no hay análisis objetivo ni crítico.
Les explico. Este mismo periodista contaba ayer, como si no tuviese ninguna relación, que durante la etapa había abandonado Baden Cooke. Es otro ciclista Barloworld. Caída, como Cárdenas y Longo Borghini. ¡Qué mala suerte! El ciclista australiano, que volvía al Tour tras muchos años después de haber sido una rutilante estrella, abandona y eso no tiene nada que ver con lo de Dueñas. La trayectoria de Cooke es para llevarse las manos a la cabeza. Los periodistas son parte necesaria del dopaje porque no dicen lo evidente. Y mejor no les hablo de Probenecid, que ayer hizo un alegato en pleno TD2 que era para prohibir la libertad de expresión, con ley especifíca, a alguien que hubiese dado positivo en su vida deportiva. Por vergüenza y por decencia.
De Andrés, sin ir más lejos, afirmaba hace unos días, sin ruborizarse -y así lo reflejé en este modesto blog-, que Riccò tenía un certificado médico que daba por natural un hematocrito del 53%. Otro certificado similar, aunque en cota 52%, está en posesión de Cunego. El ciclista del Lampre ha pasado 7 controles -seven, sette, siete- desde la salida de Brest, a pesar de no encabezar nada ni haber logrado ningún puesto. El dato lo ha publicado la Gazzetta dello Sport, por ejemplo. Bien, pues seguro que nos volverán a hablar de que tiene el hematocrito elevado de manera natural. O por la calcomanía. Por cierto, no se pierdan el detalle de que los corredores del Lampre se han rapado al 1, por eso de los controles capilares y no por fashion. ¿Se imaginan a Carlos de Andrés hablando de eso? Pues no. Sois parte del dopaje, por omisión de vuestra profesión: sois meras cadenas de transmisión de hazañas metahumanas, sin ninguna capacidad crítica, porque sois todos amigos. Parientes. Clientes. Usuarios. Dependientes. Sois parte de la rueda.
Y voy a acabar ya, aunque ejemplos los hay a miles en cada etapa -ayer de nuevo para Cavendish, 22 años y con un calendario más cargado que un café portugués-, con uno bien evidente para todo el mundo, al margen de sus entendederas. El Saunier abandona el Tour por el positivo de un corredor. Los medios reproducen las declaraciones de Matxín, que dice "lo hacemos para no manchar más esta maravillosa carrera". ¡Increíble! ¡Encima de perdonavidas! ¡Le hacemos un favor al Tour! Los medios se limitan a reproducir la frase sin ningún análisis o pregunta del tipo ¿que se espera de los análisis de la etapa de Hautacam? ¿dónde está Ibán Mayo? ¿A que equipo pertenecía Koldo Gil? Simplemente ponen la excusa de la persona menos indicada. No, no: os pirais porque es la tradición del ciclismo español desde 1998, cuando Manolo Saiz tiró de látigo para irse todos juntos. Y por lo que hay que ocultar. O lo que queda por venir. Hasta la gendarmerie paró el autobús-bunker en mitad de la autopista, en su loca búsqueda de llegar a la frontera cuanto antes. Como forajidos. ¿Y Lissavetzky qué? ¿Se creen que ha movido sus resortes para ordenar una investigación en los domicilios de toda la gente que vive, caga y come del Saunier Duval? ¡Por favor, despierten ya!
***
Arribas habla de un masajista, pero yo no digo que sea el mismo del SMS. Pero bueno, lo que dice el periodista que publicó los documentos seleccionados de la O.P ya es bastante evidente, sin más explicaciones.
***
Esta noticia es muy patética, pero tiene su interés dentro del contexto de decadencia del ciclismo.
***
Por sugerencia de un lector, he vuelto a habilitar los comentarios. Estos serán moderados previamente, y sólo durante la mañana. Los escritos por la tarde aparecerán al día siguiente. La solución es pasar de estar completamente amputado a solo manco, pero con los tiempos que corren la justicia me considera responsable a mí de lo que alguien deje escrito en este blog. Espero que lo entendais.
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Ayer hice un post de urgencia con algunas incorreciones, que no afectan al conjunto del mensaje.
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17 julio, 2008
El veneno de la Cobra
Desconfíen. Desconfíen siempre. De lo que leen por ahí. De lo que leen aquí. Duden de todo. Vivimos en la época de la trampa y la engañifa, y nuestra única salvación es el sentido común. Riccardo Riccò acaba de dar positivo por EPO.
Les juro que leí entre líneas todas las crónicas del triunfo dual de Saunier Duval en Hautacam. Ni una frase mal puesta, ni una insinuación mordaz -Sr. Juez: escribir así no es delito, es la más pura tradición española-. Parecía lo más normal del mundo que dos corredores de un mismo equipo lograsen esa prestación, más allá del sentido común. Todo fueron parabienes. Como el día de DisneyLandis. La prensa necesita creer, y en esa misión contranatura, se olvidan del más mínimo decoro. Desconfíen. Desconfíen de lo que les cuentan.
Ayer Garai, famoso muñidor, dejaba un suelto malévolo en su periódico. Hablaba de una nueva EPO, llamada Mircera. ¿Será posible que un periodista que jamás ha publicado nada que pueda afectar a "el sistema" montado en torno al ciclismo pudiese publicar algo así? Recuerden: sentido común. No, no era posible. El positivazo de Riccò ha sido por CERA, una mal llamada "EPO de tercera generación", supuestamente más difícil de detectar. Y los análisis datan del control previo a la salida del Tour, 3 y 4 de julio. La Mircera, jaja. (Agradezco esta información a un buen lector de este blog, médico de profesión).
Curioso. O no tanto. Fíjense en la fechas. El caso de Beltrán se produjo por los análisis de la primera etapa, donde un cariacontecido Triki bajaba las escaleras del antidopaje preguntándose por qué el, en la primera etapa de Plumelec; el de Dueñas, en la cuarta etapa contrarreloj. Sin embargo, el positivazo de Riccò ha sido por los controles previos al Tour. ¿Por qué ha tardado más que el de los otros dos muñecos rotos? Es muy sencillo: una nueva técnica ha permitido individualizar esta sustancia segura (CERA) con más seguridad que anteriormente -está en circulación desde finales de 2005-, cuando sólo dejaba indicios.
Habrá que ver que arrojan los resultados de los vencedores de etapa. El 3 y el 4 de julio ya quedan muy lejos. Hagan cuentas de cuando van a salir los siguientes análisis buscando CERA. Desde entonces, Riccò ha ganado dos etapas, y lo que ha llovido desde entonces. Por ejemplo, que varios periodistas se quedasen hechizados por el fulgor del autobús de su equipo, en vez de escribir sobre lo extraño que es encadenar Giro-Tour sin competir y como si nada, incluso más fresco. Por supuesto, nadie ha querido ver lo raro que fue lo de Charleroi. Ahora desempolvarán sus agendas y empezarán a hablar del hematocrito ballerino, de su certificado médico sólo un escalón inferior al de enfermedades crónicas, y el estaba cantado, ya lo decía yo. Fíjense en lo que hará la prensa, eslabón de transmisión necesario de la farsa que este deporte corrompido desde dentro. Esa prensa. La que hay. Desconfíen de ella: comen, beben y ríen juntos.
Matxín ("joven, pero de viejos hábitos") estaba en el séptimo cielo con el rendimiento de su equipo. La situación ya ha vivido, aunque no en carrera. Su corredor Ibán Mayo fue descalificado con el Tour 2007 concluído. Positivo por EPO. Dirán que ha sido un caso aislado. Ya lo dijeron con el corredor vizcaíno. Que el equipo no tiene nada que ver. La misma retahíla de frases hechas, lugares comunes y ponzoña. La organización del Tour de Francia abandonó las normas UCI: de seguir bajo ellas, el equipo sería expulsado de carrera. De seguir con ellas, no habría estos controles tan rigurosos, de caza al tramposo. Un día y otro. Al siguiente también. Tanto que ganamos, tanto que perdemos. ¿Acabará el Saunier de Cobo y Piepoli el Tour? Hagan juego, señores.
***
Para el que le guste la humillación constante del ciclismo, recomiendo que no se pierda el discursito buenista de De Andrés hoy al iniciar la transmisión a las 16:00. A mí no me gusta, pero desde luego gran parte de la culpa la tienen los periodistas-todos- que en Bagneres de Bigorre hablaron de Pantani como si fuese un elogio. ¡Un elogio comparar con Pantani! ¡Qué vergüenza! ¡Qué futuro nos espera, si esos son los referentes del pasado!
***
(Actualización de las 13:44) Esto es lo que han tardado en abandonar el Tour. Cierren el juego, señores. Al revés que el Liquigas o el Barloworld, el equipo de Matxín y Gianneti se ha montado en su bus-bunker y han tomado las de Villadiego. ¿O era Charleroi? ¿Tendrá algo que ver con el paso por comisaría obligatorio en la ley francesa antidopaje? Claro, una vez que se esta en casa es más difícil que la fiscalía te interrogue...¡Pobre Bisonte de La Pesa, que quería acabar entre los diez primeros! ¡Que paguen justos por pecadores! Donde están, no se ven, los ciclistas de Saunier...¡A plantar árboles en África!
Les juro que leí entre líneas todas las crónicas del triunfo dual de Saunier Duval en Hautacam. Ni una frase mal puesta, ni una insinuación mordaz -Sr. Juez: escribir así no es delito, es la más pura tradición española-. Parecía lo más normal del mundo que dos corredores de un mismo equipo lograsen esa prestación, más allá del sentido común. Todo fueron parabienes. Como el día de DisneyLandis. La prensa necesita creer, y en esa misión contranatura, se olvidan del más mínimo decoro. Desconfíen. Desconfíen de lo que les cuentan.
Ayer Garai, famoso muñidor, dejaba un suelto malévolo en su periódico. Hablaba de una nueva EPO, llamada Mircera. ¿Será posible que un periodista que jamás ha publicado nada que pueda afectar a "el sistema" montado en torno al ciclismo pudiese publicar algo así? Recuerden: sentido común. No, no era posible. El positivazo de Riccò ha sido por CERA, una mal llamada "EPO de tercera generación", supuestamente más difícil de detectar. Y los análisis datan del control previo a la salida del Tour, 3 y 4 de julio. La Mircera, jaja. (Agradezco esta información a un buen lector de este blog, médico de profesión).
Curioso. O no tanto. Fíjense en la fechas. El caso de Beltrán se produjo por los análisis de la primera etapa, donde un cariacontecido Triki bajaba las escaleras del antidopaje preguntándose por qué el, en la primera etapa de Plumelec; el de Dueñas, en la cuarta etapa contrarreloj. Sin embargo, el positivazo de Riccò ha sido por los controles previos al Tour. ¿Por qué ha tardado más que el de los otros dos muñecos rotos? Es muy sencillo: una nueva técnica ha permitido individualizar esta sustancia segura (CERA) con más seguridad que anteriormente -está en circulación desde finales de 2005-, cuando sólo dejaba indicios.
Habrá que ver que arrojan los resultados de los vencedores de etapa. El 3 y el 4 de julio ya quedan muy lejos. Hagan cuentas de cuando van a salir los siguientes análisis buscando CERA. Desde entonces, Riccò ha ganado dos etapas, y lo que ha llovido desde entonces. Por ejemplo, que varios periodistas se quedasen hechizados por el fulgor del autobús de su equipo, en vez de escribir sobre lo extraño que es encadenar Giro-Tour sin competir y como si nada, incluso más fresco. Por supuesto, nadie ha querido ver lo raro que fue lo de Charleroi. Ahora desempolvarán sus agendas y empezarán a hablar del hematocrito ballerino, de su certificado médico sólo un escalón inferior al de enfermedades crónicas, y el estaba cantado, ya lo decía yo. Fíjense en lo que hará la prensa, eslabón de transmisión necesario de la farsa que este deporte corrompido desde dentro. Esa prensa. La que hay. Desconfíen de ella: comen, beben y ríen juntos.
Matxín ("joven, pero de viejos hábitos") estaba en el séptimo cielo con el rendimiento de su equipo. La situación ya ha vivido, aunque no en carrera. Su corredor Ibán Mayo fue descalificado con el Tour 2007 concluído. Positivo por EPO. Dirán que ha sido un caso aislado. Ya lo dijeron con el corredor vizcaíno. Que el equipo no tiene nada que ver. La misma retahíla de frases hechas, lugares comunes y ponzoña. La organización del Tour de Francia abandonó las normas UCI: de seguir bajo ellas, el equipo sería expulsado de carrera. De seguir con ellas, no habría estos controles tan rigurosos, de caza al tramposo. Un día y otro. Al siguiente también. Tanto que ganamos, tanto que perdemos. ¿Acabará el Saunier de Cobo y Piepoli el Tour? Hagan juego, señores.
***
Para el que le guste la humillación constante del ciclismo, recomiendo que no se pierda el discursito buenista de De Andrés hoy al iniciar la transmisión a las 16:00. A mí no me gusta, pero desde luego gran parte de la culpa la tienen los periodistas-todos- que en Bagneres de Bigorre hablaron de Pantani como si fuese un elogio. ¡Un elogio comparar con Pantani! ¡Qué vergüenza! ¡Qué futuro nos espera, si esos son los referentes del pasado!
***
(Actualización de las 13:44) Esto es lo que han tardado en abandonar el Tour. Cierren el juego, señores. Al revés que el Liquigas o el Barloworld, el equipo de Matxín y Gianneti se ha montado en su bus-bunker y han tomado las de Villadiego. ¿O era Charleroi? ¿Tendrá algo que ver con el paso por comisaría obligatorio en la ley francesa antidopaje? Claro, una vez que se esta en casa es más difícil que la fiscalía te interrogue...¡Pobre Bisonte de La Pesa, que quería acabar entre los diez primeros! ¡Que paguen justos por pecadores! Donde están, no se ven, los ciclistas de Saunier...¡A plantar árboles en África!
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¿Se manifestarán?
Atención, pregunta. Viendo la maravillosa colaboración policial entre las autoridades policiales francesas y españolas en muchas materias -y más importantes que el dopaje- ¿por qué las autoridades francesas no comunican a sus vecinos del sur cuando van a detener a un corredor? ¿Se imaginan lo que se podría descubrir si paralelamente los policías españoles entrasen en los domicilios privados de estos tramposos?
No se fían, y les sobran motivos. En la Operación Puerto, a pesar de tener identificados a muchos corredores -con grabaciones en vídeo entrando y saliendo de los pisos-sanguijuela-, no se fue a los domicilios privados. Ni siquiera de los hemodruidas, con la cantidad de pruebas que se podrían haber encontrado. Pero bueno, por pruebas que no sea: ahí están las dos CPU sin abrir, las nueve tarjetas SIM de Eufemiano sin ni siquiera pedir un tabulado de las llamadas y las bolsas de sangre huérfanas, esperando sus dueños. Entiendo perfectamente a los franceses: con esos precedentes, lo más probable es que se avisase al entolno del ciclista y se diese al traste con la operación.
Ayer cayó el segundo español del Tour de Francia. De nuevo EPO. El mismo día que Garai escribía que "a Dueñas le quedan muchas cosas por decir", resulta que el bejarano se quedó así. Fue todo patético. En la salida, Mario Ojuel de TVE (¿cómo se puede presentar con esa desgana, con esos hombros caídos, con ese verbo lacónico?) entrevistaba a Félix Cárdenas, compañero de habitación. El colombiano se deshacía en elogios a la correción y el trato de los gendarmes, como el que habla de los agentes cuando sale de un concierto o vigilan una jornada electoral, especialmente cuando afirmó "que no iban a por mí".
Dueñas fue cazado antes de la salida de la etapa. Durante el transcurso de la misma, se conocío que tenía toda la mandanga en la habitación. La veteranía, en este caso, es un grado: a Beltrán sólo le encontraron Prozac, y con receta. Casualmente, el colombiano se retiró, porque ya tiene narices compartir habitación y no enterarse de lo que hace el de al lado. Son las cosas del ciclismo: también Zabriskie compartía piso con Landis en Girona y no tenía ni idea, como supongo que nadie sabe nada de Vandevelde, tercero en el Tour. No fueron las dos únicas bajas del Barloworld durante la etapa: también se cayó Longo Borghini, un neoprofesional que se papó una fuga en la tercera etapa, siendo segundo en meta. ¡Qué mala suerte! ¡Seguro que no tiene nada que ver con que Soler iba a por el Tour! ¡Y para eso necesitaba a un equipo en forma!.
La edad de oro del deporte español. Deportistas que arrasan -no es una licencia al escribir, es eso: arrasan- en sus disciplinas. Unos vienen de la playa. Otros se desmayan en la primavera tiberina para después encadenar tropecientas victorias de juego, set y partido. Otros optan por no entrenar en la concentración, tan propensa a virus gastrointestinales, y después corren como keniatas sobre el cesped. Y se acercan las olimpiadas, donde veteranísimas cambian de disciplina, y son todo coraje; cardiopatías congénitas no impiden encadenar dieciocho podios seguidos, como el que come lacón con grelos; y sputniks encuentran su mejor lugar de entrenamiento cerca de la frontera portuguesa, donde se puede caminar sobre las aguas. Esto es lo que hay.
Ayer un dirigente del ciclismo dijo que "España es la última frontera del dopaje". Que la Ley al respecto lleva dos años sin ser aplicada. Por supuesto, nuestros valientes periodistas lo tratan como lo que es: un pozo de envidia ante los éxitos de nuestros deportistas. Sin embargo, algo está cambiando. Cuando Roberto Heras, paisano de Dueñas, fue cazado, auspició una concentración de 1000 de sus vecinos por Béjar, con tanto de vindicación de su héroe, sin duda víctima de una conspiración. No fueron los únicos, pero sin duda fue significativo. 1000 personas salieron a la calle para arropar a su paisano más ilustre.
La foto de hoy está sacada de la página de Dueñas. Su peña ciclista. ¿Se manifestarán? Yo creo que no. Algo hemos cambiado.
***
Arvesen gana la etapa de Foix. Una fuga numerosa, con corredores muy buenos, se resuelve con cuatro desmarcados: el noruego del CSC, el hábil Elmiger, Ballan y Moorenhout. El veterano corredor, que ya tenía dos etapas en el Giro -una ante Bettini- es un especialista en estas situaciones, aunque el suizo Elmiger casi le da un susto. Extremadamente pobre el rendimiento de Pozzato, también fugado pero lejos de la forma que exhibió en la primera semana. Como el Gerolsteiner en el pasado Giro, lo de Molleta/Beltrán fue un caso aislado, pero todo el equipo se resiente.
En el pelotón se intentó la Pereirada: entre que uno ya no está para repetir los 39 km/h de media y que el CSC intenta hacer olvidar que fue el responsable mayúsculo del desastre de Montelimar, la cosa quedó en mera anécdota. Lo más divertido de la etapa fue escuchar a Carlos de Andrés enfadado con Dueñas -"¡Basta ya!"-, diciendo cosas muy comprometidas -"hacer un buen Tour te da un contrato mejor, habría que investigar a quien les asesora"- y Probenecid en silencio sepulcral. Es más: hizo más tonterías y bromas de lo habitual, que ya es decir. La vida sigue igual...
No se fían, y les sobran motivos. En la Operación Puerto, a pesar de tener identificados a muchos corredores -con grabaciones en vídeo entrando y saliendo de los pisos-sanguijuela-, no se fue a los domicilios privados. Ni siquiera de los hemodruidas, con la cantidad de pruebas que se podrían haber encontrado. Pero bueno, por pruebas que no sea: ahí están las dos CPU sin abrir, las nueve tarjetas SIM de Eufemiano sin ni siquiera pedir un tabulado de las llamadas y las bolsas de sangre huérfanas, esperando sus dueños. Entiendo perfectamente a los franceses: con esos precedentes, lo más probable es que se avisase al entolno del ciclista y se diese al traste con la operación.
Ayer cayó el segundo español del Tour de Francia. De nuevo EPO. El mismo día que Garai escribía que "a Dueñas le quedan muchas cosas por decir", resulta que el bejarano se quedó así. Fue todo patético. En la salida, Mario Ojuel de TVE (¿cómo se puede presentar con esa desgana, con esos hombros caídos, con ese verbo lacónico?) entrevistaba a Félix Cárdenas, compañero de habitación. El colombiano se deshacía en elogios a la correción y el trato de los gendarmes, como el que habla de los agentes cuando sale de un concierto o vigilan una jornada electoral, especialmente cuando afirmó "que no iban a por mí".
Dueñas fue cazado antes de la salida de la etapa. Durante el transcurso de la misma, se conocío que tenía toda la mandanga en la habitación. La veteranía, en este caso, es un grado: a Beltrán sólo le encontraron Prozac, y con receta. Casualmente, el colombiano se retiró, porque ya tiene narices compartir habitación y no enterarse de lo que hace el de al lado. Son las cosas del ciclismo: también Zabriskie compartía piso con Landis en Girona y no tenía ni idea, como supongo que nadie sabe nada de Vandevelde, tercero en el Tour. No fueron las dos únicas bajas del Barloworld durante la etapa: también se cayó Longo Borghini, un neoprofesional que se papó una fuga en la tercera etapa, siendo segundo en meta. ¡Qué mala suerte! ¡Seguro que no tiene nada que ver con que Soler iba a por el Tour! ¡Y para eso necesitaba a un equipo en forma!.
La edad de oro del deporte español. Deportistas que arrasan -no es una licencia al escribir, es eso: arrasan- en sus disciplinas. Unos vienen de la playa. Otros se desmayan en la primavera tiberina para después encadenar tropecientas victorias de juego, set y partido. Otros optan por no entrenar en la concentración, tan propensa a virus gastrointestinales, y después corren como keniatas sobre el cesped. Y se acercan las olimpiadas, donde veteranísimas cambian de disciplina, y son todo coraje; cardiopatías congénitas no impiden encadenar dieciocho podios seguidos, como el que come lacón con grelos; y sputniks encuentran su mejor lugar de entrenamiento cerca de la frontera portuguesa, donde se puede caminar sobre las aguas. Esto es lo que hay.
Ayer un dirigente del ciclismo dijo que "España es la última frontera del dopaje". Que la Ley al respecto lleva dos años sin ser aplicada. Por supuesto, nuestros valientes periodistas lo tratan como lo que es: un pozo de envidia ante los éxitos de nuestros deportistas. Sin embargo, algo está cambiando. Cuando Roberto Heras, paisano de Dueñas, fue cazado, auspició una concentración de 1000 de sus vecinos por Béjar, con tanto de vindicación de su héroe, sin duda víctima de una conspiración. No fueron los únicos, pero sin duda fue significativo. 1000 personas salieron a la calle para arropar a su paisano más ilustre.
La foto de hoy está sacada de la página de Dueñas. Su peña ciclista. ¿Se manifestarán? Yo creo que no. Algo hemos cambiado.
***
Arvesen gana la etapa de Foix. Una fuga numerosa, con corredores muy buenos, se resuelve con cuatro desmarcados: el noruego del CSC, el hábil Elmiger, Ballan y Moorenhout. El veterano corredor, que ya tenía dos etapas en el Giro -una ante Bettini- es un especialista en estas situaciones, aunque el suizo Elmiger casi le da un susto. Extremadamente pobre el rendimiento de Pozzato, también fugado pero lejos de la forma que exhibió en la primera semana. Como el Gerolsteiner en el pasado Giro, lo de Molleta/Beltrán fue un caso aislado, pero todo el equipo se resiente.
En el pelotón se intentó la Pereirada: entre que uno ya no está para repetir los 39 km/h de media y que el CSC intenta hacer olvidar que fue el responsable mayúsculo del desastre de Montelimar, la cosa quedó en mera anécdota. Lo más divertido de la etapa fue escuchar a Carlos de Andrés enfadado con Dueñas -"¡Basta ya!"-, diciendo cosas muy comprometidas -"hacer un buen Tour te da un contrato mejor, habría que investigar a quien les asesora"- y Probenecid en silencio sepulcral. Es más: hizo más tonterías y bromas de lo habitual, que ya es decir. La vida sigue igual...
16 julio, 2008
Freire, verde esperanza
Tampoco nadie se va a llevar a sorpresa si les digo que soy fan perdido de Freire. Me parece un patrimonio del deporte y uno de los mayores talentos que ha dado este país. Díganme uno, sólo un nombre de un deporte mayoritario que haya sido tres veces campeón del mundo de su disciplina. O que tenga dos victorias en el Wimbledon de su deporte.
Sin embargo, el bravo corredor ha pasado su vida deportiva, que está en su último tercio, en un relativo anonimato. Este año se ha convertido en el primer corredor nacional que gana una carrera con pavés. Además, dos etapas de Tirreno y una de la Vuelta a Suiza, aparte de su mejor resultado en Lieja. En el Tour se ha tropezado con un muchacho que es más rápido que él, pero mírenlo en la foto, luciendo el maillot verde de la regularidad.
Supongo que alguna estadística sacará que ha habido algún otro español con el color de los sprinters, pero pongo la mano en el fuego porque ninguno lo ha lucido después del primer día de descanso. Freire jamás ha luchado por esta clasificación -no es una victoria profesional- en esta ni en ninguna carrera. Sin ir más lejos, este año abandonó en la última etapa de Suiza cuando era líder, en lo que algunos finos analistas interpretaron como un despecho al Rabobank, en plena renovación.
Es intranscendente. Freire siempre ha mostrado un desdén rayano en lo ofensivo por cualquier puesto que no fuese el primero. El ejemplo más cercano fue su absoluto pasotismo en la lucha por el segundo puesto en la pasada San Remo. Por todo eso es todavía más sorprendente verlo disputando un sprint a Hushvod por la 24º posición -en la etapa de Aurillac-, disputando sprints intermedios o filtrándose en fugas para pasar con ventaja en los puntos bonificados. Y es una sorpresa agradable.
Freire ha ganado en todos los templos de los sprinters, salvo en París-Tours (una vez segundo y dos tercero). El maillot verde de la regularidad en el Tour, sin ser una clasificación oficial, tiene un prestigio indudable entre el pelotón y el patrocinador. Es, por decirlo de alguna manera, como un título nobiliario. Y Freire tiene todas las papeletas para llevárselo. De momento, está ganando a Hushvod en todas las partidas -salvo la segunda etapa- y su forma va a más.
El lunes estuvo escapado camino del Tourmalet. Lo que parecía un movimiento táctico para pasar cómodamente el primero por los dos sprints intermedios antes del coloso pirenaico, se convirtió en una fuga que le permitió pasar el séptimo por un monte que ya Poblet -el único referente de Freire en el ciclismo español- pudo coronar. Regulando, igual que Cancellara, se puede subir un puerto con prestancia, sin agobios. Su presencia en el tránsito del valle permitió a Menchov ir más seguro en caso de pinchazo o cualquier otro tipo de incidencia. Tampoco se iba a poner a tirar teniendo delante a la locomotora suizo-germana.
Cuando Freire pasa bien la montaña es que estamos en la seguridad de una próxima victoria. Nos decían que no era un Tour para sprinters, que todas las etapas tenían complicación y bla, bla, bla. Es cierto, y está siendo un Tour distinto en cuanto a recorrido, y más emocionante. Pero muchas de las etapas que quedan son perfectas para Freire, si se llega en grupo: puerto antes de meta, o con recorrido duro. Y si no, escapado: todavía nos debe a todos los seguidores enjuagar la vergüenza de la etapa de Carcassonne en el Tour 2006. Al menos es la esperanza con la veo este Tour, la del verde de la regularidad.
***
Ayer, día de descanso y en Pau. Pau y día de descanso. Uhm...... ¡Otro saludo para Iban Mayo!
***
"Y detrás de ella, varias bicicletas". Esperemos que no fuesen las de A.C o El Ratón.
***
(Actualización de las 10:00) Ha sido un lector el que me ha avisado, todas mis gracias para el. Este blog sois vosotros, y espero cuanto antes poder volver a habilitar los comentarios. Lo dice la Cadena SER, citando AFP y Reuters. Moisés Dueñas, positivo por EPO. En la cuarta etapa, la crono. En SuperBesse fue séptimo, para sorpresa de propios y extraños. La plaga de Béjar continua: de las fábricas textiles a las fábricas de...de...ciclistas. Dos positivos por EPO en este Tour, los dos españoles. Uno de la antigua generación, otro de la nueva generación (ganador del Tour del Porvenir en 2006). Nos queda la generación perdida, esa que Arribas y la penosa instrucción de la Operación Puerto nos quieren hacer olvidar. Tantas etiquetas, y la misma conclusión para cualquier persona que sume 2+2: hay una única generación, la de la eritoproyetina.
Van a empezar a llover venganzas sobre esos médicos que venden la EPO indetectable, cinco veces más cara que la normal. ¡Lissavetzky, no te preocupes, que seguro que la han comprado fuera de España! ¡Aquí no hay dopaje! ¡Cárcel para el que diga lo contrario! Este titular es muy divertido, y también las dos primeras líneas.
Sin embargo, el bravo corredor ha pasado su vida deportiva, que está en su último tercio, en un relativo anonimato. Este año se ha convertido en el primer corredor nacional que gana una carrera con pavés. Además, dos etapas de Tirreno y una de la Vuelta a Suiza, aparte de su mejor resultado en Lieja. En el Tour se ha tropezado con un muchacho que es más rápido que él, pero mírenlo en la foto, luciendo el maillot verde de la regularidad.
Supongo que alguna estadística sacará que ha habido algún otro español con el color de los sprinters, pero pongo la mano en el fuego porque ninguno lo ha lucido después del primer día de descanso. Freire jamás ha luchado por esta clasificación -no es una victoria profesional- en esta ni en ninguna carrera. Sin ir más lejos, este año abandonó en la última etapa de Suiza cuando era líder, en lo que algunos finos analistas interpretaron como un despecho al Rabobank, en plena renovación.
Es intranscendente. Freire siempre ha mostrado un desdén rayano en lo ofensivo por cualquier puesto que no fuese el primero. El ejemplo más cercano fue su absoluto pasotismo en la lucha por el segundo puesto en la pasada San Remo. Por todo eso es todavía más sorprendente verlo disputando un sprint a Hushvod por la 24º posición -en la etapa de Aurillac-, disputando sprints intermedios o filtrándose en fugas para pasar con ventaja en los puntos bonificados. Y es una sorpresa agradable.
Freire ha ganado en todos los templos de los sprinters, salvo en París-Tours (una vez segundo y dos tercero). El maillot verde de la regularidad en el Tour, sin ser una clasificación oficial, tiene un prestigio indudable entre el pelotón y el patrocinador. Es, por decirlo de alguna manera, como un título nobiliario. Y Freire tiene todas las papeletas para llevárselo. De momento, está ganando a Hushvod en todas las partidas -salvo la segunda etapa- y su forma va a más.
El lunes estuvo escapado camino del Tourmalet. Lo que parecía un movimiento táctico para pasar cómodamente el primero por los dos sprints intermedios antes del coloso pirenaico, se convirtió en una fuga que le permitió pasar el séptimo por un monte que ya Poblet -el único referente de Freire en el ciclismo español- pudo coronar. Regulando, igual que Cancellara, se puede subir un puerto con prestancia, sin agobios. Su presencia en el tránsito del valle permitió a Menchov ir más seguro en caso de pinchazo o cualquier otro tipo de incidencia. Tampoco se iba a poner a tirar teniendo delante a la locomotora suizo-germana.
Cuando Freire pasa bien la montaña es que estamos en la seguridad de una próxima victoria. Nos decían que no era un Tour para sprinters, que todas las etapas tenían complicación y bla, bla, bla. Es cierto, y está siendo un Tour distinto en cuanto a recorrido, y más emocionante. Pero muchas de las etapas que quedan son perfectas para Freire, si se llega en grupo: puerto antes de meta, o con recorrido duro. Y si no, escapado: todavía nos debe a todos los seguidores enjuagar la vergüenza de la etapa de Carcassonne en el Tour 2006. Al menos es la esperanza con la veo este Tour, la del verde de la regularidad.
***
Ayer, día de descanso y en Pau. Pau y día de descanso. Uhm...... ¡Otro saludo para Iban Mayo!
***
"Y detrás de ella, varias bicicletas". Esperemos que no fuesen las de A.C o El Ratón.
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(Actualización de las 10:00) Ha sido un lector el que me ha avisado, todas mis gracias para el. Este blog sois vosotros, y espero cuanto antes poder volver a habilitar los comentarios. Lo dice la Cadena SER, citando AFP y Reuters. Moisés Dueñas, positivo por EPO. En la cuarta etapa, la crono. En SuperBesse fue séptimo, para sorpresa de propios y extraños. La plaga de Béjar continua: de las fábricas textiles a las fábricas de...de...ciclistas. Dos positivos por EPO en este Tour, los dos españoles. Uno de la antigua generación, otro de la nueva generación (ganador del Tour del Porvenir en 2006). Nos queda la generación perdida, esa que Arribas y la penosa instrucción de la Operación Puerto nos quieren hacer olvidar. Tantas etiquetas, y la misma conclusión para cualquier persona que sume 2+2: hay una única generación, la de la eritoproyetina.
Van a empezar a llover venganzas sobre esos médicos que venden la EPO indetectable, cinco veces más cara que la normal. ¡Lissavetzky, no te preocupes, que seguro que la han comprado fuera de España! ¡Aquí no hay dopaje! ¡Cárcel para el que diga lo contrario! Este titular es muy divertido, y también las dos primeras líneas.
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15 julio, 2008
Dedicado a Iban Mayo
El titular podría haber sido perfectamente este. Gran parte de los argumentos expuestos son extrapolables: el mismo vencedor; dos de un mismo equipo entrando juntos en una reina de montaña; tres finales en alto disputados, tres victorias para un mismo equipo; unos que van con una marcha de más -Cobo casi se sale en una curva subiendo-, el resto que va con una de menos.
Sin embargo, quiero que mi primer recuerdo vaya a Iban Mayo, positivo por EPO en el pasado Tour con el maillot del Saunier Duval, algo a todas luces injusto. Menos mal que fue un caso aislado y el bravo equipo cántabro, dirigido carismáticamente por Matxín ("joven, pero de viejas costumbres", escribió Arribas) pudo reponerse y tomar la salida en esta vibrante edición del Tour, el más limpio de la Historia. Tan, tan refulgente y blanco nuclear que hay que ponerse las gafas de sol para ver la tele. Como en los funerales.
Se formó un corte de salida donde se colaron rodadores y escaladores. De los primeros, Freire buscando puntos en los sprints y Cancellara en estado de mutación permanente: al final va a resultar cierto eso de que con 30 años quiere luchar por el Tour; de los segundos, gente como Di Gregorio o Fothen. Tras un forcejeo muy intenso, lograron empezar la subida al Tourmalet con 8´30" de ventaja. Bah, se escaparán los escaladores y al hombre-puente del CSC lo devorarán a mitad de subida. Pues no.
A pesar de que Saunier puso un ritmo duro al inicio, con Jufré y Del Nero, la ventaja decreció poquísimo y Di Gregorio coronó el puerto-mito con 6´30". También los rodadores con considerable ventaja. ¿Pararon por detrás? En absoluto. Voigt impuso un ritmo constante que dejó el grupo principal en 17 unidades en el paso por la cumbre. En el camino se habían quedado Valverde, Pereiro, Devolver y Cunego, entre otros. Coronaron con treinta y pocos segundos de desventaja, pero al final del descenso estaba esperando Cancellara.
Entre este corredor y Voigt realizaron un paso del valle (22 kms. hasta el inicio a Hautacam) a velocidad de crucero, con viento de cara. El pobre Di Gregorio apenas si pudo empezar a subir Hautacam en solitario: todo su caudal de minutos devorado. ¿Y los Caisse? Dejaron una imagen patética de Valverde, el supuesto jefe de filas, persiguiendo en el desfiladero, con caras de nerviosismo: empezaron la subida con 2´20" de desventaja sobre los favoritos. En meta la diferencia fue parecida, demostrando que no subió tan mal. Eso sí, todo muy lejos del anunciado y cacareado, en una calurosa tarde toledana, "Terminator en Hautacam". Buen provecho.
En la subida final hubo intentos desde la base del puerto. Unos más consistentes, otros menos. Al final -más bien al principio- se fueron cinco, relativamente poco molestos para la general: F. Schleck, Cobo, Piepoli, Kohl y Efimkin. Nadie esperaba que anduviesen tan rápidos. El luxemburgués casi sucede a su paisano Kirchen -ayer en su lugar natural en la alta montaña-, pero le faltó un segundo, el que dió el liderato a Evans gracias al sprint final de Riccò entre los favoritos. Hubiese sido líder de haber aguantado el ritmo de los dos Saunier, que lo fundieron a falta de dos kms. Estos sacaron 2´17" a los corredores de la general. Decían que el ciclismo había cambiado y que eso se veía en las diferencias en montaña, que ya se volvían a medir en segundos...
Kohl aguantó muy bien y ya es cuarto de la general, mientras que Efimkin, aunque por poco, es el único corredor que ha entrado por delante en las dos etapas de Pirineos. Riccò, Evans, Sastre, Menchov y Vandevelde entraron juntos de la mano, tras una subida de pipa de la paz. El americano merece mención especial: desde el Tour 1998, y salvo la edición 2006, siempre ha habido un yanki en el podio. Este año le toca a este. Y aquí nadie se extraña, es lo más normal del mundo que un gregario esté tercero de la general tras el paso de dos bloques de montaña.
Hace unos días se calificaba a Beltrán como "de la antigua generación". ¿A qué generación pertenece Piepoli? ¿A la generación perdida? Profesional desde 1995, no había ganado ni una etapa de grandes vueltas hasta 2004, cuando ficha por el debutante Saunier. Se impone en una etapa de la Vuelta a Heras y Santi Pérez. Al año siguiente pierde la Volta -siempre la misma carrera- por un problema de aviones, como explicó G. Luque. En 2006 se papa dos etapas en el Giro. El año pasado, etapa y tres segundos puestos -cronoescalada incluída, y por un segundo- en el Giro, además de otra etapa en la Vuelta. ¡Que razón tenía Beltrán! "A mi edad, todavía no descarto una etapa en el Tour" ¡Ni escapada ni leches, atacando a los favoritos y entrando con 2´17" en meta! ¡Viva Iban Mayo!
***
Por causas ajenas a mi voluntad, me he visto obligado a suprimir los comentarios durante una temporada. Con el Tour llegan avalanchas de nuevos lectores y, aunque yo me hago responsable de todo lo que escribo, no puedo decir lo mismo de comentarios anónimos. Aunque parezca un tópico, es realmente cierto: más me duele a mí. En serio.
Sin embargo, quiero que mi primer recuerdo vaya a Iban Mayo, positivo por EPO en el pasado Tour con el maillot del Saunier Duval, algo a todas luces injusto. Menos mal que fue un caso aislado y el bravo equipo cántabro, dirigido carismáticamente por Matxín ("joven, pero de viejas costumbres", escribió Arribas) pudo reponerse y tomar la salida en esta vibrante edición del Tour, el más limpio de la Historia. Tan, tan refulgente y blanco nuclear que hay que ponerse las gafas de sol para ver la tele. Como en los funerales.
Se formó un corte de salida donde se colaron rodadores y escaladores. De los primeros, Freire buscando puntos en los sprints y Cancellara en estado de mutación permanente: al final va a resultar cierto eso de que con 30 años quiere luchar por el Tour; de los segundos, gente como Di Gregorio o Fothen. Tras un forcejeo muy intenso, lograron empezar la subida al Tourmalet con 8´30" de ventaja. Bah, se escaparán los escaladores y al hombre-puente del CSC lo devorarán a mitad de subida. Pues no.
A pesar de que Saunier puso un ritmo duro al inicio, con Jufré y Del Nero, la ventaja decreció poquísimo y Di Gregorio coronó el puerto-mito con 6´30". También los rodadores con considerable ventaja. ¿Pararon por detrás? En absoluto. Voigt impuso un ritmo constante que dejó el grupo principal en 17 unidades en el paso por la cumbre. En el camino se habían quedado Valverde, Pereiro, Devolver y Cunego, entre otros. Coronaron con treinta y pocos segundos de desventaja, pero al final del descenso estaba esperando Cancellara.
Entre este corredor y Voigt realizaron un paso del valle (22 kms. hasta el inicio a Hautacam) a velocidad de crucero, con viento de cara. El pobre Di Gregorio apenas si pudo empezar a subir Hautacam en solitario: todo su caudal de minutos devorado. ¿Y los Caisse? Dejaron una imagen patética de Valverde, el supuesto jefe de filas, persiguiendo en el desfiladero, con caras de nerviosismo: empezaron la subida con 2´20" de desventaja sobre los favoritos. En meta la diferencia fue parecida, demostrando que no subió tan mal. Eso sí, todo muy lejos del anunciado y cacareado, en una calurosa tarde toledana, "Terminator en Hautacam". Buen provecho.
En la subida final hubo intentos desde la base del puerto. Unos más consistentes, otros menos. Al final -más bien al principio- se fueron cinco, relativamente poco molestos para la general: F. Schleck, Cobo, Piepoli, Kohl y Efimkin. Nadie esperaba que anduviesen tan rápidos. El luxemburgués casi sucede a su paisano Kirchen -ayer en su lugar natural en la alta montaña-, pero le faltó un segundo, el que dió el liderato a Evans gracias al sprint final de Riccò entre los favoritos. Hubiese sido líder de haber aguantado el ritmo de los dos Saunier, que lo fundieron a falta de dos kms. Estos sacaron 2´17" a los corredores de la general. Decían que el ciclismo había cambiado y que eso se veía en las diferencias en montaña, que ya se volvían a medir en segundos...
Kohl aguantó muy bien y ya es cuarto de la general, mientras que Efimkin, aunque por poco, es el único corredor que ha entrado por delante en las dos etapas de Pirineos. Riccò, Evans, Sastre, Menchov y Vandevelde entraron juntos de la mano, tras una subida de pipa de la paz. El americano merece mención especial: desde el Tour 1998, y salvo la edición 2006, siempre ha habido un yanki en el podio. Este año le toca a este. Y aquí nadie se extraña, es lo más normal del mundo que un gregario esté tercero de la general tras el paso de dos bloques de montaña.
Hace unos días se calificaba a Beltrán como "de la antigua generación". ¿A qué generación pertenece Piepoli? ¿A la generación perdida? Profesional desde 1995, no había ganado ni una etapa de grandes vueltas hasta 2004, cuando ficha por el debutante Saunier. Se impone en una etapa de la Vuelta a Heras y Santi Pérez. Al año siguiente pierde la Volta -siempre la misma carrera- por un problema de aviones, como explicó G. Luque. En 2006 se papa dos etapas en el Giro. El año pasado, etapa y tres segundos puestos -cronoescalada incluída, y por un segundo- en el Giro, además de otra etapa en la Vuelta. ¡Que razón tenía Beltrán! "A mi edad, todavía no descarto una etapa en el Tour" ¡Ni escapada ni leches, atacando a los favoritos y entrando con 2´17" en meta! ¡Viva Iban Mayo!
***
Por causas ajenas a mi voluntad, me he visto obligado a suprimir los comentarios durante una temporada. Con el Tour llegan avalanchas de nuevos lectores y, aunque yo me hago responsable de todo lo que escribo, no puedo decir lo mismo de comentarios anónimos. Aunque parezca un tópico, es realmente cierto: más me duele a mí. En serio.
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14 julio, 2008
Contador, presente en el Tour de Francia
La semana pasada algunos medios sacaron la noticia -en Cuatro siempre hablan de exclusiva- de la concentración de Contador en los Pirineos, inspeccionando las etapas de la Vuelta. No era la primera vez que el ciclista estaba por la zona -el 23 de mayo de 2006 Manolo Saiz faltó a la cita, y sus corredores se quedaron desamparados y sin palomo mensajero-, y la noticia era que estaba triste, que apenas veía el Tour y bla, bla, bla.
Contador está presente en el Tour. No porque los periodistas lo metan con calzador siempre que pueden -¿pero quien le echa de menos realmente? ¿Nos gusta el ciclismo o nos gustan los nombres?-, sino por el propio desarrollo de la carrera. Supongo que el viernes A.C rasparía tiempo de sus rigurosos entrenamientos a caballo entre Chiclana y los Pirineos para asistir al triunfo-exhibición de su amiguísimo Luis León Sánchez, un nuevo hito médico en la historia de este deporte.
Se llegaba a Aurillac, donde en 1985 había ganado Chozas, el del globo-sonda para correr la Vuelta hace unos años con 40 tacos. Ahora es comentarista en una televisión, entrevistador de prestigio y militante del PP, muy implicado en la trascendental lucha de los carriles-bici y todo lo que sea salir en la foto. Esto lo cuento para que vean los componentes de la ensaladilla rusa del ciclismo: refresca por el verano, como el Tour, pero mejor no saber de qué esta hecho. 23 años después ha tenido digno sucesor en un corredor que aparece en la Operación Puerto bajo el código de L.L y otro más prosaico y de hortalizas.
La cosa fue peliaguda. Una etapa corta, de 150 kms., convertida en una encerrona de ataques y cortes. Bueno, eso da igual. De cuatro escapados, tres españoles, entre ellos nuestro protagonista. Los cazan y bueno, lo más normal es que acaben descolgados. Pues no: antes de coronar el último puerto L.L vuelve a pasar segundo, ataca bajando y llega en solitario tras una exhibición del fenomenal rodador que es. Veo ciclismo desde hace muchos años y esto se ve muy poco, poquísimo: un polaco que ganó el GP de Zurich -se retiró al poco, uno de los sucesos más extraños de los Años de la Vergüenza-, Dekker en una París-Tours y Hushvod en una etapa de la Volta, eso en los últimos ocho años.
Curioso lo este León murciano. El año pasado se arrastró, como su paisano Piti y el gallego batallador, todos integrados en la estructura de Caisse d´Epargne. Para estos dos últimos, la excusa ha sido que estaban desconcentrados por eso de la Operación Puerto, con la que no tienen nada que ver, pero que condicionó toda la temporada: con la fácil que sería acabar con todo dando un poquitín de ADN. Ahora han vuelto por sus fueros y alguien tan militante de su causa se atreve a titular así: "Sobre las cenizas de los viejos hábitos". Como L.L nunca ha estado en la O.P, como A.C, a pesar de que aparecen en varios papeles, no se qué excusa se habrán inventado para su miserable 2007, donde participó en la Vuelta a España como el que recoje altramuces. Seguro que Contador disfrutó con el triunfo de su amigo. Y también Manolo Saiz, qué cojones. Que hace falta ser maleducado para no acordarse de los mentores.
Al día siguiente Cavendish, otro abanderado del nuevo ciclismo, sacó bicicleta y media de nuevo a todos. Para rematar la faena, su lanzador fue segundo. El Columbia. "Sobre las cenizas de los viejos hábitos". Ay, ay, que veo que algún periodista va a tener que comerse algunos titulares. Sin ir más lejos, hoy se disputa la etapa de Hautacam, esa del titular de "Terminator en Hautacam". ¡Qué indigesto tiene que ser el papel de periódico! ¡Con un poco de aceite de la almazara de Beltrán se digiere mejor! ¡O con un poco de ceniza de los viejos hábitos!
En esa etapa Riccò se pegó un piño y fue haciendo un numerito con su rodilla. Un periódico francés había filtrado su nombre como uno de los sospechosos de tener la sangre como el Carnaval de Río de Janeiro, con un viñeta donde la serpiente multicolor se había convertido en una cobra. Por supuesto, el muy irónico italiano -asume que esto es un circo, cómo no hacerlo después de perder el Giro ante uno que decía venir de la playa- gimoteó y se quejó de la rodilla, especulando con ese anhelo de Probenecid: que no va a acabar el Tour. Mientras, su compañero humorista, en la más pura tradición celtíbera de Tip y Coll, afirmaba sin ruborizarse que Riccò tenía un hematocrito natural del 53%. Y un certificado que lo atestigua, como no.
Así las cosas, sucedió lo de ayer. Etapa de montaña de 223 kms., la distancia del ciclismo. Un corredor de un equipo que desaparece, contrarrelojista, va escapado con 9´ de diferencia. Por detrás tira el...¿equipo del líder? ¿el equipo de un candidato? Noooooo, tira el Euskaltel. Con tres corredores. Y no rebajan la diferencia. Un homenaje a la afición vasca: ya que no pueden ver a uno de los ciclistas de sus amores escapado, que los vean a todos persiguiendo. No tengo calificativos para lo visto, aunque probablemente el Columbia tenga una cifra en un sobre.
Se subió el Peyresourde, donde Contador realizó cinco ataques hace un año, con muelles en las piernas. Ya les digo que el pinteño está presente en todos los rincones de la carrera. No pasó nada y todo el pelotón subió agrupado. Hasta se veía a Ciolek o Freire en las últimas posiciones. Lo que va de un año a otro. En el Aspin fue diferente. Atacó Schumacher, Pereiro hizo el gallego -ataco o no ataco, subo a bajo, soy un ciclista o un modelo- y Riccò probó a todos. Le alcanzaron. Más escaramuzas. Se para el pelotón. Riccò ataca seco, fuerte. No se gira. Se va solo. Alcanza al Gerolsteiner antes de coronar. Baja solo con 25 kms. para meta, 1´20" de ventaja y viento de cara. Llega a meta solo, con la misma diferencia. Una exhibición. Como Soler el año pasado.
El mismo corredor que se había caído el día antes. También Valverde en SuperBesse. El propio Evans, que se llevó una costalada de aupa ayer. Caerse es sinónimo de buen rendimiento. Como todo es una hipocresía, a Riccò se le compara con Pantani. En todos los medios y en todos los ámbitos. ¿Se imaginan que a un velocista lo comparasen con Ben Johnson? ¿a qué no?. Nos han vendido que el ciclismo ha cambiado, y sigue siendo el mismo. Se sigue honorando a los mismos ladrones que lo alejaron de su tradición. Pantani es un campeón, y no un yonki muerto con 33 años, con records comparables a los de la RDA. Armstrong es heptacampeón del Tour, y no un mafioso que amenazaba al pelotón, con cuatro gregarios positivos (Hamilton, Heras, Landis, Beltrán). Ullrich, el único alemán que ha ganado el Tour, cuando debería estar desposeído del mismo.
Riccò huele a Charleroi. Y, sin embargo, resulta hasta simpático. Si uno dice que gana el Giro estando en la playa, yo voy al Tour viniendo de la playa. Y lo voy a ganar a base de atacar en la montaña. Bravo por Riccò. En un circo de payasos, de hipocresía a la beltraneja, yo tiro para´lante hasta que me pillen. A aprovechar el Tour en el que no participa el que tiene un certificado médico mucho mejor que el mío. Y que me quiten lo bailado.
Contador está presente en el Tour. No porque los periodistas lo metan con calzador siempre que pueden -¿pero quien le echa de menos realmente? ¿Nos gusta el ciclismo o nos gustan los nombres?-, sino por el propio desarrollo de la carrera. Supongo que el viernes A.C rasparía tiempo de sus rigurosos entrenamientos a caballo entre Chiclana y los Pirineos para asistir al triunfo-exhibición de su amiguísimo Luis León Sánchez, un nuevo hito médico en la historia de este deporte.
Se llegaba a Aurillac, donde en 1985 había ganado Chozas, el del globo-sonda para correr la Vuelta hace unos años con 40 tacos. Ahora es comentarista en una televisión, entrevistador de prestigio y militante del PP, muy implicado en la trascendental lucha de los carriles-bici y todo lo que sea salir en la foto. Esto lo cuento para que vean los componentes de la ensaladilla rusa del ciclismo: refresca por el verano, como el Tour, pero mejor no saber de qué esta hecho. 23 años después ha tenido digno sucesor en un corredor que aparece en la Operación Puerto bajo el código de L.L y otro más prosaico y de hortalizas.
La cosa fue peliaguda. Una etapa corta, de 150 kms., convertida en una encerrona de ataques y cortes. Bueno, eso da igual. De cuatro escapados, tres españoles, entre ellos nuestro protagonista. Los cazan y bueno, lo más normal es que acaben descolgados. Pues no: antes de coronar el último puerto L.L vuelve a pasar segundo, ataca bajando y llega en solitario tras una exhibición del fenomenal rodador que es. Veo ciclismo desde hace muchos años y esto se ve muy poco, poquísimo: un polaco que ganó el GP de Zurich -se retiró al poco, uno de los sucesos más extraños de los Años de la Vergüenza-, Dekker en una París-Tours y Hushvod en una etapa de la Volta, eso en los últimos ocho años.
Curioso lo este León murciano. El año pasado se arrastró, como su paisano Piti y el gallego batallador, todos integrados en la estructura de Caisse d´Epargne. Para estos dos últimos, la excusa ha sido que estaban desconcentrados por eso de la Operación Puerto, con la que no tienen nada que ver, pero que condicionó toda la temporada: con la fácil que sería acabar con todo dando un poquitín de ADN. Ahora han vuelto por sus fueros y alguien tan militante de su causa se atreve a titular así: "Sobre las cenizas de los viejos hábitos". Como L.L nunca ha estado en la O.P, como A.C, a pesar de que aparecen en varios papeles, no se qué excusa se habrán inventado para su miserable 2007, donde participó en la Vuelta a España como el que recoje altramuces. Seguro que Contador disfrutó con el triunfo de su amigo. Y también Manolo Saiz, qué cojones. Que hace falta ser maleducado para no acordarse de los mentores.
Al día siguiente Cavendish, otro abanderado del nuevo ciclismo, sacó bicicleta y media de nuevo a todos. Para rematar la faena, su lanzador fue segundo. El Columbia. "Sobre las cenizas de los viejos hábitos". Ay, ay, que veo que algún periodista va a tener que comerse algunos titulares. Sin ir más lejos, hoy se disputa la etapa de Hautacam, esa del titular de "Terminator en Hautacam". ¡Qué indigesto tiene que ser el papel de periódico! ¡Con un poco de aceite de la almazara de Beltrán se digiere mejor! ¡O con un poco de ceniza de los viejos hábitos!
En esa etapa Riccò se pegó un piño y fue haciendo un numerito con su rodilla. Un periódico francés había filtrado su nombre como uno de los sospechosos de tener la sangre como el Carnaval de Río de Janeiro, con un viñeta donde la serpiente multicolor se había convertido en una cobra. Por supuesto, el muy irónico italiano -asume que esto es un circo, cómo no hacerlo después de perder el Giro ante uno que decía venir de la playa- gimoteó y se quejó de la rodilla, especulando con ese anhelo de Probenecid: que no va a acabar el Tour. Mientras, su compañero humorista, en la más pura tradición celtíbera de Tip y Coll, afirmaba sin ruborizarse que Riccò tenía un hematocrito natural del 53%. Y un certificado que lo atestigua, como no.
Así las cosas, sucedió lo de ayer. Etapa de montaña de 223 kms., la distancia del ciclismo. Un corredor de un equipo que desaparece, contrarrelojista, va escapado con 9´ de diferencia. Por detrás tira el...¿equipo del líder? ¿el equipo de un candidato? Noooooo, tira el Euskaltel. Con tres corredores. Y no rebajan la diferencia. Un homenaje a la afición vasca: ya que no pueden ver a uno de los ciclistas de sus amores escapado, que los vean a todos persiguiendo. No tengo calificativos para lo visto, aunque probablemente el Columbia tenga una cifra en un sobre.
Se subió el Peyresourde, donde Contador realizó cinco ataques hace un año, con muelles en las piernas. Ya les digo que el pinteño está presente en todos los rincones de la carrera. No pasó nada y todo el pelotón subió agrupado. Hasta se veía a Ciolek o Freire en las últimas posiciones. Lo que va de un año a otro. En el Aspin fue diferente. Atacó Schumacher, Pereiro hizo el gallego -ataco o no ataco, subo a bajo, soy un ciclista o un modelo- y Riccò probó a todos. Le alcanzaron. Más escaramuzas. Se para el pelotón. Riccò ataca seco, fuerte. No se gira. Se va solo. Alcanza al Gerolsteiner antes de coronar. Baja solo con 25 kms. para meta, 1´20" de ventaja y viento de cara. Llega a meta solo, con la misma diferencia. Una exhibición. Como Soler el año pasado.
El mismo corredor que se había caído el día antes. También Valverde en SuperBesse. El propio Evans, que se llevó una costalada de aupa ayer. Caerse es sinónimo de buen rendimiento. Como todo es una hipocresía, a Riccò se le compara con Pantani. En todos los medios y en todos los ámbitos. ¿Se imaginan que a un velocista lo comparasen con Ben Johnson? ¿a qué no?. Nos han vendido que el ciclismo ha cambiado, y sigue siendo el mismo. Se sigue honorando a los mismos ladrones que lo alejaron de su tradición. Pantani es un campeón, y no un yonki muerto con 33 años, con records comparables a los de la RDA. Armstrong es heptacampeón del Tour, y no un mafioso que amenazaba al pelotón, con cuatro gregarios positivos (Hamilton, Heras, Landis, Beltrán). Ullrich, el único alemán que ha ganado el Tour, cuando debería estar desposeído del mismo.
Riccò huele a Charleroi. Y, sin embargo, resulta hasta simpático. Si uno dice que gana el Giro estando en la playa, yo voy al Tour viniendo de la playa. Y lo voy a ganar a base de atacar en la montaña. Bravo por Riccò. En un circo de payasos, de hipocresía a la beltraneja, yo tiro para´lante hasta que me pillen. A aprovechar el Tour en el que no participa el que tiene un certificado médico mucho mejor que el mío. Y que me quiten lo bailado.
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Agradezco todos los enlaces que dejan los lectores, pero especialmente los de la prensa regional, más difícil de seguir. En esta suelen ser protagonistas los corredores locales, que se dejan llevar por el endiosamiento propio de las pequeñas comunidades y dicen paridas sin fin. Aquí tenemos una buena muestra. Lean el titular. ¿Saben lo que encontró la policía francesa en la habitación de Beltrán? Prozac. Con receta médica. Lo que no ha trascendido es la posología ni la cantidad. Solo ese titular.
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El detenido en Francia pide que se respete la presunción de inocencia. Espero que ningún lector me tenga a reparo el (presunto) que tengo que añadir en el anterior post, por lo menos hasta que se analice la muestra B. Es todo profiláctico, no vaya a ser que el activo despacho de Garrigues me empapele por escribir "dopado" sin (presunto) delante. Ya lo aviso: no tengo ni un duro, este blog sobrevivirá a sus autores y, lo más razonable, no teneis ni una razón que os ampare.
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12 julio, 2008
"Más duro es el olivar"
La frase pertenece a Manolo "El Triki" Beltrán. Veremos si sigue opinando lo mismo después de haber sido interrogado por una fiscalía de un idioma que no entiende, porque solo entiende un lenguaje, el del dopaje. La dijo cuando se pasaba todo el día tirando del carro para Olano; después para Zulle; para Ullrich; para Armstrong. Y ahora trabajaba, a sus 37 años, para sí mismo: el año pasado estuvo a punto de ganar la etapa de Granada en la Vuelta y algunos decían que era el jefe de Liquigas en este Tour. Toda una vida de servicios, y todavía tenía cuerda -y otras cosas, a tenor de lo sucedido- para objetivos ambiciosos.
Manuel Beltrán, andaluz de Jaén, es un ciclista (presunto) dopado. Para las autoridades francesas, un delicuente. Así son las leyes. Incluso para los veteranos del pelotón. Por muy fuertes que vayan. Sin ir más lejos, en el final de SuperBesse había sido 11º, de largo el más viejuno del grupo de cabeza. Por supuesto, todo era normal. Pero, ¿hay alguien que se extrañe de Beltrán? ¿Del Triki? Si lo de las galletas era un chiste comparado con lo que realmente le ha gustado siempre...
Beltrán pasó a profesionales a mitad de los noventa, dentro de una campaña orquestada por Juan Fernández, lo más parecido a Fausto en el ciclismo, para llevar a corredores andaluces al profesionalismo. No en vano el propio director es andaluz, por muy vasco que se presente cuando le interesa. Compañeros de generación y de equipo, el viscoso Mapei de Squinzi, fueron Fernández Ginés y Peña. De la noche a la mañana, unos desgarbados sacados del olivar -esto lo dijo el propio Beltrán- se ponían a subir montañas como sherpas, siempre tirando de Olano, con prestaciones de colombianos o keniatas del altiplano.
Beltrán anduvo fugado en la etapa de Bugno en el Giro 1996. Hace 12 años. Y eso que Olano iba buscando la general. Pero había cuerda -y mandanga- para todos, para lo que fuese. Fernández Ginés hizo Giro y Tour de gregario ese año, no entró en el top-ten de ambas carreras de milagro. Dos años después, y tras una subida al Acebo de prestaciones ultrahumanas, se retiraba por unas extrañas cefaleas. Peña estuvo a punto de ganar un Dauphiné -como lo oyen-, y también acabó perdido y retirado a edad muy joven. El ciclismo andaluz. A todos los fichó la escuela navarra para arropar a Olano, que sabía muy bien lo que necesitaba.
Es una cuestión cultural. Beltrán es un ciclista de su tiempo. Como tantos otros, como todos. La diferencia de este corredor es que siguió y siguió, como el conejito de Duracell. Incluso daba lecciones. Se salvo del retiro cuando, desde el Coast, fue rescatado personalmente por Lance Armstrong, al que surtía de aceite de su cooperativa. El típico papel del español: servir al señor con viandas. Militante del PP, iba por el pelotón repartiendo lecciones, poniendo cara torcida y dejando haikus a los periodistas, sabiduría del olivar. Hace un año alguien le acusó en un foro de doparse: en 24 horas, gracias a sus contactos políticos -la anterior alusión ideológica no era desinteresada, cada cual puede tener las simpatías que quiera-, logró cerrar la página y enviar una patrulla de la Guardia Civil a la casa de un paisano que afirmaba que recibía paquetes en casa y que entrenaba de negro. Que se dopaba, vamos.
A sí se las gastaba este jornalero del pedal, que quería maquillar su palmarés a una edad tardía. Su mayor gloria vino en la Volta, como no, la perla en el palmarés de los españoles que nunca ganan nada. Fue en el siglo anterior. Favorito de los periodistas, "por su pundonor", la imagen patética de su figura hambrienta intentando colarse entre los diez primeros inducía al hastío y asco de este deporte. Porque el Triki tenía otro palmarés, mucho más abultado que el de sus victorias.
En los controles antidopaje realizados a toro pasado con las muestras del Tour 1999, ya había dado positivo por EPO. Pelillos a la mar. En el Mundial de Hamilton -¡ay, esas medallas españolas, ninguna limpia!- lo mismo. En una Volta salvó un positivo por corticoides gracias a una receta que llovió del cielo. Mapei. Banesto. Coast. UsPostal. Discovery. Liquigas. No, no: no se hagan ilusiones. No va a cantar todo lo que sabe. Nunca lo hacen.
El dopaje paga. Este hombre libró el olivar gracias a la bici y el dopaje. Si, habrá salido esposado como un delincuente, pero le espera una concejalía en su terruño. Y los dinerillos que habrá sacado de por aquí y de por allá. El dopaje paga. Claro, pero habrá que ver dentro de 20 años que salud conserva, por muy bueno que sea el aceite de su almazara. Que le pregunte a su amigo Fernández Ginés. Si, si, porque al final el dopaje pasa su factura. En este caso, detenido y con todos los reflectores del Tour, del deporte, sobre él. Una nueva muesca en el ciclismo español, que en el último año y medio ha producido a Aketza Peña, Iban Mayo, Patxi Vila e Igor Astarloa. Este al menos viene del olivar, para romper la tendencia vascocéntrica. Ahora sólo falta que caiga el ciclismo murciano, que ya suma dos etapas en una semana de Tour. Al tiempo.
***
En la etapa de ayer, cuatro fugados. Tres españoles. Ataca alguien en el pelotón. También español. En meta, de los ocho primeros, cinco españoles.
Manuel Beltrán, andaluz de Jaén, es un ciclista (presunto) dopado. Para las autoridades francesas, un delicuente. Así son las leyes. Incluso para los veteranos del pelotón. Por muy fuertes que vayan. Sin ir más lejos, en el final de SuperBesse había sido 11º, de largo el más viejuno del grupo de cabeza. Por supuesto, todo era normal. Pero, ¿hay alguien que se extrañe de Beltrán? ¿Del Triki? Si lo de las galletas era un chiste comparado con lo que realmente le ha gustado siempre...
Beltrán pasó a profesionales a mitad de los noventa, dentro de una campaña orquestada por Juan Fernández, lo más parecido a Fausto en el ciclismo, para llevar a corredores andaluces al profesionalismo. No en vano el propio director es andaluz, por muy vasco que se presente cuando le interesa. Compañeros de generación y de equipo, el viscoso Mapei de Squinzi, fueron Fernández Ginés y Peña. De la noche a la mañana, unos desgarbados sacados del olivar -esto lo dijo el propio Beltrán- se ponían a subir montañas como sherpas, siempre tirando de Olano, con prestaciones de colombianos o keniatas del altiplano.
Beltrán anduvo fugado en la etapa de Bugno en el Giro 1996. Hace 12 años. Y eso que Olano iba buscando la general. Pero había cuerda -y mandanga- para todos, para lo que fuese. Fernández Ginés hizo Giro y Tour de gregario ese año, no entró en el top-ten de ambas carreras de milagro. Dos años después, y tras una subida al Acebo de prestaciones ultrahumanas, se retiraba por unas extrañas cefaleas. Peña estuvo a punto de ganar un Dauphiné -como lo oyen-, y también acabó perdido y retirado a edad muy joven. El ciclismo andaluz. A todos los fichó la escuela navarra para arropar a Olano, que sabía muy bien lo que necesitaba.
Es una cuestión cultural. Beltrán es un ciclista de su tiempo. Como tantos otros, como todos. La diferencia de este corredor es que siguió y siguió, como el conejito de Duracell. Incluso daba lecciones. Se salvo del retiro cuando, desde el Coast, fue rescatado personalmente por Lance Armstrong, al que surtía de aceite de su cooperativa. El típico papel del español: servir al señor con viandas. Militante del PP, iba por el pelotón repartiendo lecciones, poniendo cara torcida y dejando haikus a los periodistas, sabiduría del olivar. Hace un año alguien le acusó en un foro de doparse: en 24 horas, gracias a sus contactos políticos -la anterior alusión ideológica no era desinteresada, cada cual puede tener las simpatías que quiera-, logró cerrar la página y enviar una patrulla de la Guardia Civil a la casa de un paisano que afirmaba que recibía paquetes en casa y que entrenaba de negro. Que se dopaba, vamos.
A sí se las gastaba este jornalero del pedal, que quería maquillar su palmarés a una edad tardía. Su mayor gloria vino en la Volta, como no, la perla en el palmarés de los españoles que nunca ganan nada. Fue en el siglo anterior. Favorito de los periodistas, "por su pundonor", la imagen patética de su figura hambrienta intentando colarse entre los diez primeros inducía al hastío y asco de este deporte. Porque el Triki tenía otro palmarés, mucho más abultado que el de sus victorias.
En los controles antidopaje realizados a toro pasado con las muestras del Tour 1999, ya había dado positivo por EPO. Pelillos a la mar. En el Mundial de Hamilton -¡ay, esas medallas españolas, ninguna limpia!- lo mismo. En una Volta salvó un positivo por corticoides gracias a una receta que llovió del cielo. Mapei. Banesto. Coast. UsPostal. Discovery. Liquigas. No, no: no se hagan ilusiones. No va a cantar todo lo que sabe. Nunca lo hacen.
El dopaje paga. Este hombre libró el olivar gracias a la bici y el dopaje. Si, habrá salido esposado como un delincuente, pero le espera una concejalía en su terruño. Y los dinerillos que habrá sacado de por aquí y de por allá. El dopaje paga. Claro, pero habrá que ver dentro de 20 años que salud conserva, por muy bueno que sea el aceite de su almazara. Que le pregunte a su amigo Fernández Ginés. Si, si, porque al final el dopaje pasa su factura. En este caso, detenido y con todos los reflectores del Tour, del deporte, sobre él. Una nueva muesca en el ciclismo español, que en el último año y medio ha producido a Aketza Peña, Iban Mayo, Patxi Vila e Igor Astarloa. Este al menos viene del olivar, para romper la tendencia vascocéntrica. Ahora sólo falta que caiga el ciclismo murciano, que ya suma dos etapas en una semana de Tour. Al tiempo.
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En la etapa de ayer, cuatro fugados. Tres españoles. Ataca alguien en el pelotón. También español. En meta, de los ocho primeros, cinco españoles.
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11 julio, 2008
SuperRiccò en SuperBesse
Riccò dijo que su objetivo era la etapa de ayer, y lo ha cumplido; también dijo que atacaría en Monte Pora, y lo hizo. Por otra parte, también se le esperaba en el aeropuerto de Charleroi, pero llegó tres días tarde y ni si equipo ni sus familiares más directos tenían idea de dónde estaba. Mientras le funcione el plan con el que ha montado su carrera deportiva, hay corredor para rato.
En el circo que es el ciclismo profesional, el italiano desempeña un papel arrogante, no exento de cierta ironía: se ha presentado en el Giro tras haber estado en la playa, como el corredor de certificado médico que le derrotó en el Giro. Si él puede -parece que lo puede todo, menos participar en el Tour-, ¿por qué yo no? A la playa, a entrenar en lugares desconocidos evitando la competición, y me presento y gano. A cascarla.
Todo fue ejecutado a la perfección. A falta de la cuesta final, iban por delante Vandevelde -otro de Girona- y Piepoli, el trampolín habitual del Saunier. Por detrás, un estúpido Caisse d´Epargne que había llevado toda la etapa, como si el equipo del líder no contase con Fothen, Kohl y Weggman, se cebó en un ritmo que ni el mismísimo El Imbatido podía aguantar. Entre tanto, Carlos de Andrés flipando, pero con una cosa que nadie veía: en el grupo aguantaban 30, por mucho que se empeñase en una escabechina.
El destrozo lo sufrió el propio interesado, Valverde. Y fue ridículo. En un momento dado, Pereiro se aparta. Pero de dejar de pedalear. La meta estaba todavía lejos, todos se empezaron a mirar, y ¡arre!, el gallego se tuvo que volver a poner el ritmo. Con desgana, reservando fuerzas de la misma manera que Rogers en el Tour 2006 -seguramente para alcanzar el mismo puesto, el 10º final- el vencedor del Tour 2006 aguantó unos metros más y volvió a realizar la misma operación: desvío a un lado y dejar de pedalear. En ese momento salió Riccò, al que habían llevado en volandas y Piti, pasado de vueltas, no le recuperó ni un metro. Una gran lección de humildad para el considerado -con razón- el mejor uphill finisher del pelotón, que aún así se cobró unos segunditos sobre todos sus rivales, menos Evans.
Schumacher sufrió una inoportuna caída que le privó del liderato, a favor de Kirchen. Entre los damnificados de la jornada se encuentra Cunego, cocido por el ritmo, y poco más, sólo un puñado de segundos. Será difícil que Piti gane el Tour de esta manera, esperando al ataque a 100 metros. Tampoco Arroyo ni David López parecen tan pimpantes como prometían. Y Pereiro va a lo suyo, a amarrar. Riccò dice que irá día a día. Probenecid, gran envidioso, afirmó hasta tres veces durante la ceremonia del podio que iba a abandonar. Veremos. Desde luego, las vacaciones ya se las ha tomado. Y le han sentado tan bien, tan bien, que parece que haya estado en Chiclana.
En el circo que es el ciclismo profesional, el italiano desempeña un papel arrogante, no exento de cierta ironía: se ha presentado en el Giro tras haber estado en la playa, como el corredor de certificado médico que le derrotó en el Giro. Si él puede -parece que lo puede todo, menos participar en el Tour-, ¿por qué yo no? A la playa, a entrenar en lugares desconocidos evitando la competición, y me presento y gano. A cascarla.
Todo fue ejecutado a la perfección. A falta de la cuesta final, iban por delante Vandevelde -otro de Girona- y Piepoli, el trampolín habitual del Saunier. Por detrás, un estúpido Caisse d´Epargne que había llevado toda la etapa, como si el equipo del líder no contase con Fothen, Kohl y Weggman, se cebó en un ritmo que ni el mismísimo El Imbatido podía aguantar. Entre tanto, Carlos de Andrés flipando, pero con una cosa que nadie veía: en el grupo aguantaban 30, por mucho que se empeñase en una escabechina.
El destrozo lo sufrió el propio interesado, Valverde. Y fue ridículo. En un momento dado, Pereiro se aparta. Pero de dejar de pedalear. La meta estaba todavía lejos, todos se empezaron a mirar, y ¡arre!, el gallego se tuvo que volver a poner el ritmo. Con desgana, reservando fuerzas de la misma manera que Rogers en el Tour 2006 -seguramente para alcanzar el mismo puesto, el 10º final- el vencedor del Tour 2006 aguantó unos metros más y volvió a realizar la misma operación: desvío a un lado y dejar de pedalear. En ese momento salió Riccò, al que habían llevado en volandas y Piti, pasado de vueltas, no le recuperó ni un metro. Una gran lección de humildad para el considerado -con razón- el mejor uphill finisher del pelotón, que aún así se cobró unos segunditos sobre todos sus rivales, menos Evans.
Schumacher sufrió una inoportuna caída que le privó del liderato, a favor de Kirchen. Entre los damnificados de la jornada se encuentra Cunego, cocido por el ritmo, y poco más, sólo un puñado de segundos. Será difícil que Piti gane el Tour de esta manera, esperando al ataque a 100 metros. Tampoco Arroyo ni David López parecen tan pimpantes como prometían. Y Pereiro va a lo suyo, a amarrar. Riccò dice que irá día a día. Probenecid, gran envidioso, afirmó hasta tres veces durante la ceremonia del podio que iba a abandonar. Veremos. Desde luego, las vacaciones ya se las ha tomado. Y le han sentado tan bien, tan bien, que parece que haya estado en Chiclana.
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10 julio, 2008
Cavendish, sin límites
Para algunos, la noticia de la etapa de ayer estuvo en el contubernio del asfalto y Francia, que echó a tierra a un corredor que besa el suelo con bastante frecuencia. Al menos esta vez no le esperó el pelotón, como en Caravaca 2004, otro hito señero de los Años de la Vergüenza. Chapa y pintura y a pedalear, ya ha dejado la crónica escrita para los palmeros.
Sin embargo, la noticia de ayer estuvo en el impresionante sprint de Cavendish. El jovencísimo británico no tiene límites aparentes. Lleva en forma desde abril, se ha tragado todo el Giro con dos etapas en el zurrón -y la que regaló a Greipel- y ahora, en el Tour, ha sacado una bicicleta de ventaja a todos sus rivales. En la etapa más larga. Encima, tiene fondo. A sus 22 añitos.
Que el maillot no les lleve a engaño. La foto es del pasado Giro. Ahora luce uno azul de nombre Columbia, un equipo que está dominando la temporada por el número de victorias y su calidad. En este Tour, del que llevamos cinco etapas, ya ha sumado una victoria, dos segundos puestos y un tercero. Hacía tiempo que no se veía un dominio así. Y lo que vendrá.
El antiguo T-Mobile -hace un año iban de magenta- funciona mucho mejor desde que se ha hecho cargo Bill Stapleton, sin parentesco con el antiguo manager del UsPostal. Ya saben que en el ciclismo eso de la rotación de personas y cargos está a la orden del día, pero no es el caso. Aquí se ha detenido en el color del nuevo Columbia, que se asemeja mucho al del antiguo equipo-robot, el de Padrnos escalador. Para más escarnio, hasta han colocado una banda amarilla en la bocamanga que recuerda al timo de la pulserita del Cowboy, un pilar fundamental de su fortuna.
Esto es lo que hay, ya lo saben. Aplaudamos todos al nuevo niño-prodigio, que a este ritmo alcanzará las 50 victorias antes de los 25 años, y recordemos como se alineó en primera fila en la presentación de la carta-UCI contra el dopaje, para sorpresa de propios y extraños. Va de capitán del nuevo ciclismo y de la nueva generación. Es simplemente casualidad, pero un británico no ganaba una etapa del Tour desde Millar, que iba bombadísimo. Ahora también va de apostol de no se qué zarandajas, probablemente de sus propios demonios internos.
Segundo en meta Freire, que reconoció que iba bien colocado pero que no fue el más fuerte. Es más: un impresionante Zabel estuvo a punto de remontarle. No hay muchas oportunidades para sprinters en este Tour diferente, y un ganador como el cántabro acumula últimamente muchos segundos puestos en esta carrera. En teoría, ya ha renovado por dos años con el Rabobank, en lo que será su último contrato. Se retirará con 34 años. Disfrutemos de los últimos años con un corredor insustituible, al que jamás se cita en esta campaña propagandística de La Edad de Oro del Deporte Español y que lleva nueve años a un nivel altísimo. Aunque le bata un mozalbete de 22 años. Los grandes campeones también se valoran cuando saben retirarse a tiempo. Como Induráin, el referente más cercano para Freire, que vio como le adelantaba un Trabant de la RDA. También tenía 22 años y se llamaba Ullrich.
***
La Arcadia sobre ruedas. Rivendel. El Valhalla. Shangri-La. La pluma engolada y mercenaria de Gómez Peña es capaz de hacer todo esto para hablar de un equipo que planta árboles, tiene botellines ecológicos y cinco victorias -5, five, cinque, fünf- esta temporada. El mismo equipo con una plantilla compuesta de enfermos, y donde ha dado positivo por EPO Ibán Mayo. ¡Que es un puto autobús, coño! Propaganda camuflada de información, igual que cuando escriben sobre dopaje.
Como todo se pega, otro que escribe igual -frases cortas, haikus de una línea, sentencias lapidarias- se apunta a la moda del publireportaje con indigestión de cultura. Bueno, de corta+pega de la Wikipedia. A mí no me cabe duda de que la mejor afición -también la más inocente- anida en el País Vasco, igual que no me cabe duda de que, leyendo lo que tienen, son bastante merecedores de lo que hay. ¡A cascarla!.
***
Aunque no sea habitual, magnífica columna de Horrillo.
***
"Varios ciclistas animarán a la gente a que done su sangre" Después me dicen que yo gasto un humor muy negro. En fin.
Sin embargo, la noticia de ayer estuvo en el impresionante sprint de Cavendish. El jovencísimo británico no tiene límites aparentes. Lleva en forma desde abril, se ha tragado todo el Giro con dos etapas en el zurrón -y la que regaló a Greipel- y ahora, en el Tour, ha sacado una bicicleta de ventaja a todos sus rivales. En la etapa más larga. Encima, tiene fondo. A sus 22 añitos.
Que el maillot no les lleve a engaño. La foto es del pasado Giro. Ahora luce uno azul de nombre Columbia, un equipo que está dominando la temporada por el número de victorias y su calidad. En este Tour, del que llevamos cinco etapas, ya ha sumado una victoria, dos segundos puestos y un tercero. Hacía tiempo que no se veía un dominio así. Y lo que vendrá.
El antiguo T-Mobile -hace un año iban de magenta- funciona mucho mejor desde que se ha hecho cargo Bill Stapleton, sin parentesco con el antiguo manager del UsPostal. Ya saben que en el ciclismo eso de la rotación de personas y cargos está a la orden del día, pero no es el caso. Aquí se ha detenido en el color del nuevo Columbia, que se asemeja mucho al del antiguo equipo-robot, el de Padrnos escalador. Para más escarnio, hasta han colocado una banda amarilla en la bocamanga que recuerda al timo de la pulserita del Cowboy, un pilar fundamental de su fortuna.
Esto es lo que hay, ya lo saben. Aplaudamos todos al nuevo niño-prodigio, que a este ritmo alcanzará las 50 victorias antes de los 25 años, y recordemos como se alineó en primera fila en la presentación de la carta-UCI contra el dopaje, para sorpresa de propios y extraños. Va de capitán del nuevo ciclismo y de la nueva generación. Es simplemente casualidad, pero un británico no ganaba una etapa del Tour desde Millar, que iba bombadísimo. Ahora también va de apostol de no se qué zarandajas, probablemente de sus propios demonios internos.
Segundo en meta Freire, que reconoció que iba bien colocado pero que no fue el más fuerte. Es más: un impresionante Zabel estuvo a punto de remontarle. No hay muchas oportunidades para sprinters en este Tour diferente, y un ganador como el cántabro acumula últimamente muchos segundos puestos en esta carrera. En teoría, ya ha renovado por dos años con el Rabobank, en lo que será su último contrato. Se retirará con 34 años. Disfrutemos de los últimos años con un corredor insustituible, al que jamás se cita en esta campaña propagandística de La Edad de Oro del Deporte Español y que lleva nueve años a un nivel altísimo. Aunque le bata un mozalbete de 22 años. Los grandes campeones también se valoran cuando saben retirarse a tiempo. Como Induráin, el referente más cercano para Freire, que vio como le adelantaba un Trabant de la RDA. También tenía 22 años y se llamaba Ullrich.
***
La Arcadia sobre ruedas. Rivendel. El Valhalla. Shangri-La. La pluma engolada y mercenaria de Gómez Peña es capaz de hacer todo esto para hablar de un equipo que planta árboles, tiene botellines ecológicos y cinco victorias -5, five, cinque, fünf- esta temporada. El mismo equipo con una plantilla compuesta de enfermos, y donde ha dado positivo por EPO Ibán Mayo. ¡Que es un puto autobús, coño! Propaganda camuflada de información, igual que cuando escriben sobre dopaje.
Como todo se pega, otro que escribe igual -frases cortas, haikus de una línea, sentencias lapidarias- se apunta a la moda del publireportaje con indigestión de cultura. Bueno, de corta+pega de la Wikipedia. A mí no me cabe duda de que la mejor afición -también la más inocente- anida en el País Vasco, igual que no me cabe duda de que, leyendo lo que tienen, son bastante merecedores de lo que hay. ¡A cascarla!.
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Aunque no sea habitual, magnífica columna de Horrillo.
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"Varios ciclistas animarán a la gente a que done su sangre" Después me dicen que yo gasto un humor muy negro. En fin.
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09 julio, 2008
Schumacher sale de las tinieblas
Alguien que no aparecía en ninguna quiniela ha ganado la primera crono del Tour. Corredor-guadiana por excelencia, y con un expediente impresentable, el alemán Schumacher realizó un portento de carrera en Cholet, en un disciplina que sin serle ajena -cuarto en una crono del Giro, ganador en Tirreno 07- tampoco es la suya. Lo suyo son las arrancadas de fuerza y potencia, uno de los mejores del pelotón. Todavía joven, está por ver a donde llega.
De momento, en este Tour se puede esperar poco. El año pasado debutó y acabó a tres horas, en un anonimato inexplicable. Como todo su equipo. Al contrario que el segundo clasificado, de nuevo Kirchen, y que al menos sabemos que puede llegar al final gracias a su 7º puesto de 2007, Schumacher se dedicará a ganar etapas, tras una temporada calamitosa donde no ha asomado la oreja en ninguna carrera. Hasta ayer.
El más beneficiado de los grandes favoritos, como cualquiera podía ver, fue Evans. Y el segundo, Menchov, para sorpresa de De Andrés y Probenecid, que parece que desconociesen el rendimiento del ruso en la disciplina, a pesar de exhibiciones como las de la Vuelta 2005 o el año pasado en Zaragoza. Aún así, apenas le sirven para enjuagar los 38" de la etapa de Nantes. Una pena, porque es un corredor de la escuela navarra -no se despega subiendo, defiende lo ganado contra el crono- y siempre es bonito ver una defensa de ese tipo.
A Piti lo querían convertir en algo así. De hecho, ganó la Dauphiné, en sus propias palabras, "a lo Induráin". Ayer se dejó 1´07" con Evans en 29 kms. Un mes antes le había sacado 21" en 31 kms. Saquen ustedes las cuentas. Aún siendo bastante decente la crono ejecutada por el murciano, no deja de ser una involución de Cronoman, que parece encontrar la kriptonita en el Tour de Francia. El 23º de la etapa, algo bastante peliagudo para querer ganar el Tour, aunque insisto que los tiempos no han sido tan demoledores.
En medio han quedado clásicos (Millar, Cancellara el esperado, Voigt, Hincapie, Chavanel, Iván Gutiérrez) y auténticas sorpresas. Vandevelde, el hombre cuya confesión podría aclarar los Años de la Vergüenza (ha militado en UsPostal, Liberty y CSC, en solución de continuidad, siempre sin resultados) ha sido 8º, su mejor resultado como profesional. Nibali -han leído bien- un sorprendente 10º, tras haber acabado el Giro arrastrándose en el Mortirolo. Y entró en meta pedaleando con rabia, como si quisiese más kms. Probablemente, el mejor resultado de un italiano en una crono del Tour en un lustro.
En cambio, el resultado más esperanzador de un transalpino en esta disciplina corresponde a Cunego, ayer mismo. 17º, metiendo tiempo en crono a todos los escaladores y cediendo poquito con los mejores rodadores. Habrá sido el parche, pero aquí hay corredor para las zonas nobles de la clasificación general. Desde luego, la nota positiva del día. Y otro muy destacado ha sido Kohl, el escalador austríaco apodado faccia di maiale en Italia, 31º y militando en el Gerolsteiner: lo veremos cuando la carretera se empine.
En el capítulo negativo se queda F.Schleck, que no mejora contrareloj y se queda el 46º, por detrás de sprinters; Zubeldia -no es una novedad-; Popovych, el año pasado 4º en las dos cronos, éste por encima del puesto 100º; y Cobo, a 3´45". Dice que no fue cómodo, que las pulsaciones no le subían de 160 y tal y cual. Bueno, más trabajo para Piepoli cuando aparezca la montaña. La general, en sus diez primeros puestos, está copada por rodadores, salvo dos: Kirchen, que está a 12" de asaltar el maillot amarillo el jueves; y Evans. O sea que ya saben: a atacar, que esto es el Tour y ya hay algunos que han cobrado ventaja. Y es sólo la cuarta etapa.
***
A Urraburu no le cae bien Schumacher. Por eso elenca y se deleita en todo su historial de dopaje, lo nunca visto en este periodista. Qué saludable sería que lo hiciese con todos los corredores. Pero ese no es el periodismo que se practica en este país, de amistades y clientelas.
***
Anker Sorensen, que estuvo en el Giro de paseo para después ganar una etapa de montaña en Dauphinè, repite en Austria, nada menos que en el Kitzbühler, otro puertarraco de aupa de esos que hay en los Alpes de ese país.
De momento, en este Tour se puede esperar poco. El año pasado debutó y acabó a tres horas, en un anonimato inexplicable. Como todo su equipo. Al contrario que el segundo clasificado, de nuevo Kirchen, y que al menos sabemos que puede llegar al final gracias a su 7º puesto de 2007, Schumacher se dedicará a ganar etapas, tras una temporada calamitosa donde no ha asomado la oreja en ninguna carrera. Hasta ayer.
El más beneficiado de los grandes favoritos, como cualquiera podía ver, fue Evans. Y el segundo, Menchov, para sorpresa de De Andrés y Probenecid, que parece que desconociesen el rendimiento del ruso en la disciplina, a pesar de exhibiciones como las de la Vuelta 2005 o el año pasado en Zaragoza. Aún así, apenas le sirven para enjuagar los 38" de la etapa de Nantes. Una pena, porque es un corredor de la escuela navarra -no se despega subiendo, defiende lo ganado contra el crono- y siempre es bonito ver una defensa de ese tipo.
A Piti lo querían convertir en algo así. De hecho, ganó la Dauphiné, en sus propias palabras, "a lo Induráin". Ayer se dejó 1´07" con Evans en 29 kms. Un mes antes le había sacado 21" en 31 kms. Saquen ustedes las cuentas. Aún siendo bastante decente la crono ejecutada por el murciano, no deja de ser una involución de Cronoman, que parece encontrar la kriptonita en el Tour de Francia. El 23º de la etapa, algo bastante peliagudo para querer ganar el Tour, aunque insisto que los tiempos no han sido tan demoledores.
En medio han quedado clásicos (Millar, Cancellara el esperado, Voigt, Hincapie, Chavanel, Iván Gutiérrez) y auténticas sorpresas. Vandevelde, el hombre cuya confesión podría aclarar los Años de la Vergüenza (ha militado en UsPostal, Liberty y CSC, en solución de continuidad, siempre sin resultados) ha sido 8º, su mejor resultado como profesional. Nibali -han leído bien- un sorprendente 10º, tras haber acabado el Giro arrastrándose en el Mortirolo. Y entró en meta pedaleando con rabia, como si quisiese más kms. Probablemente, el mejor resultado de un italiano en una crono del Tour en un lustro.
En cambio, el resultado más esperanzador de un transalpino en esta disciplina corresponde a Cunego, ayer mismo. 17º, metiendo tiempo en crono a todos los escaladores y cediendo poquito con los mejores rodadores. Habrá sido el parche, pero aquí hay corredor para las zonas nobles de la clasificación general. Desde luego, la nota positiva del día. Y otro muy destacado ha sido Kohl, el escalador austríaco apodado faccia di maiale en Italia, 31º y militando en el Gerolsteiner: lo veremos cuando la carretera se empine.
En el capítulo negativo se queda F.Schleck, que no mejora contrareloj y se queda el 46º, por detrás de sprinters; Zubeldia -no es una novedad-; Popovych, el año pasado 4º en las dos cronos, éste por encima del puesto 100º; y Cobo, a 3´45". Dice que no fue cómodo, que las pulsaciones no le subían de 160 y tal y cual. Bueno, más trabajo para Piepoli cuando aparezca la montaña. La general, en sus diez primeros puestos, está copada por rodadores, salvo dos: Kirchen, que está a 12" de asaltar el maillot amarillo el jueves; y Evans. O sea que ya saben: a atacar, que esto es el Tour y ya hay algunos que han cobrado ventaja. Y es sólo la cuarta etapa.
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A Urraburu no le cae bien Schumacher. Por eso elenca y se deleita en todo su historial de dopaje, lo nunca visto en este periodista. Qué saludable sería que lo hiciese con todos los corredores. Pero ese no es el periodismo que se practica en este país, de amistades y clientelas.
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Anker Sorensen, que estuvo en el Giro de paseo para después ganar una etapa de montaña en Dauphinè, repite en Austria, nada menos que en el Kitzbühler, otro puertarraco de aupa de esos que hay en los Alpes de ese país.
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08 julio, 2008
Un día cualquiera en el pelotón
El Tour disputará su quinto día mañana y no ha habido ningún sprint masivo. Cosas del perfil de las etapas, y también del pelotón, que ayer dejó llegar la escapada: a falta de 50 kms. contaba con ocho minutos y medio, y nadie tiraba. Se corrió de lo lindo, y aún así llegó con 10´ de retraso a meta, con cara de sufrimiento en todos los corredores. 207 kms. de escapada para Longo Borghini, Frichkent, Feillu -ya lo intentó en el final de la primera etapa- y Dumoulin, que se llevó la etapa.
El nuevo líder es Feillu, un corredor joven que el año pasado hizo dos quintos puestos en sprints masivos en el Tour, y que esta temporada estaba en el dique seco por la enfermedad del gato (la toxoplasmosis). En el equipo no lo querían llevar al Tour, y fíjate por dónde ha salido. Lástima que ayer lanzase el sprint a sus rivales de una manera amateur e impulsiva: al menos se llevó el no-logro de lucir el maillot amarillo un día. Su ventaja de 1´52" sobre especialistas no parece suficiente para 29 kms., pero la crono de hoy será muy peculiar por el fuerte viento y el trazado en forma de circuito.
En el pelotón Ángel Gómez, del Saunier, se comió una mediana y cortó el pelotón, además de abandonar. Los damnificados fueron Menchov, Riccó, Fothen y Cobo, que a pesar de tirarse 26 kms. persiguiento, sólo cedieron en meta 38". Por delante el impulso lo llevaba el Quick Step, que recibió su paga en forma de caída de Barredo. Incomprensiblemente, el ciclista pudo de nuevo enlazar con el grupo de los favoritos, una machada al alcance de muy pocos. Cada uno explica el suceso como mejor puede, aunque no tenga nada que ver con la realidad y tenga que contar batallitas del pasado. Por delante iban como motos, y punto.
Valverde pierde el liderato y está por ver si lo recuperará. Desde luego, no será en la crono de hoy, donde todas las cabezas grises del pelotón apuntan a Cancellara o Millar, y nadie cita a Evans, curiosamente el máximo favorito al triunfo final en París, de la misma manera que no citan a Devolder. Así está el ciclismo: ningún equipo puede llevar el peso de la carrera, y ningún periodista se atreve a decir la razón, aunque escriban lastimosamente "el futuro era esto, señores". Pues bienvenido.
***
Uno de los alicientes anuales del Tour es leer las columnas de Flecha en La Vanguardia. Le han reducido el espacio, aunque no creo que sea esa la razón para su giro argumental, que ha pasado del pedante-insultador al meramente pintoresco, una especie de Un país en la mochila del pedal. Sin embargo, avisa de que irá dando pistas de las etapas que tiene señaladas para liarla, como si no supiesemos que este año el Tour pasa por Toulouse y fue en esta ciudad donde obtuvo su etapita. Esa es su manera de entender el ciclismo.
La realidad, insisto, es terca. En tres etapas ya la ha montado en dos. En la victoria de Hushvod, intentó salir tras Cancellara y, como pasa una y otra vez en las clásicas del norte, salió de vueltas y reventando: una apertura de patas antológica. Su odiado Pozzato, al que ya ha dedicado una flechita, logró lo que el argentino naturalizado no pudo, ni podrá jamás: salir tras la locomotora suiza y neutralizarla. Por supuesto, no dijo nada de esto. Ayer le tocó perseguir, su especialidad ciclística y a la que ha consagrado su vida deportiva, con el resultado de que mientras todos sus compañeros entraron arropando a Menchov, Flecha entró en el grupo siguiente, y cerrando el pelotón. A saber que trolas cuenta hoy, pero la realidad es muy terca.
***
A mí, eso de comparar el Kas con el Euskaltel me parece una aberración. Pero ya saben que los periodistas están muy al tanto del estado de forma de los corredores. Veo hombrecitos naranjas por todas partes...
***
Bettini obtiene su primera victoria desde el Mundial de Stuttgart. Considerando que en su otra encarnación mundialista su mayor éxito fue la etapa de Luarca en la Vuelta 2007, he aquí otro caso de maldición arcoiris: ha tenido que ser en la Vuelta a Austria, y tras batir al local Glomser, que alzó los brazos antes de tiempo. Queda un mes para las Olimpiadas y ya empieza a asomar la cabeza.
El nuevo líder es Feillu, un corredor joven que el año pasado hizo dos quintos puestos en sprints masivos en el Tour, y que esta temporada estaba en el dique seco por la enfermedad del gato (la toxoplasmosis). En el equipo no lo querían llevar al Tour, y fíjate por dónde ha salido. Lástima que ayer lanzase el sprint a sus rivales de una manera amateur e impulsiva: al menos se llevó el no-logro de lucir el maillot amarillo un día. Su ventaja de 1´52" sobre especialistas no parece suficiente para 29 kms., pero la crono de hoy será muy peculiar por el fuerte viento y el trazado en forma de circuito.
En el pelotón Ángel Gómez, del Saunier, se comió una mediana y cortó el pelotón, además de abandonar. Los damnificados fueron Menchov, Riccó, Fothen y Cobo, que a pesar de tirarse 26 kms. persiguiento, sólo cedieron en meta 38". Por delante el impulso lo llevaba el Quick Step, que recibió su paga en forma de caída de Barredo. Incomprensiblemente, el ciclista pudo de nuevo enlazar con el grupo de los favoritos, una machada al alcance de muy pocos. Cada uno explica el suceso como mejor puede, aunque no tenga nada que ver con la realidad y tenga que contar batallitas del pasado. Por delante iban como motos, y punto.
Valverde pierde el liderato y está por ver si lo recuperará. Desde luego, no será en la crono de hoy, donde todas las cabezas grises del pelotón apuntan a Cancellara o Millar, y nadie cita a Evans, curiosamente el máximo favorito al triunfo final en París, de la misma manera que no citan a Devolder. Así está el ciclismo: ningún equipo puede llevar el peso de la carrera, y ningún periodista se atreve a decir la razón, aunque escriban lastimosamente "el futuro era esto, señores". Pues bienvenido.
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Uno de los alicientes anuales del Tour es leer las columnas de Flecha en La Vanguardia. Le han reducido el espacio, aunque no creo que sea esa la razón para su giro argumental, que ha pasado del pedante-insultador al meramente pintoresco, una especie de Un país en la mochila del pedal. Sin embargo, avisa de que irá dando pistas de las etapas que tiene señaladas para liarla, como si no supiesemos que este año el Tour pasa por Toulouse y fue en esta ciudad donde obtuvo su etapita. Esa es su manera de entender el ciclismo.
La realidad, insisto, es terca. En tres etapas ya la ha montado en dos. En la victoria de Hushvod, intentó salir tras Cancellara y, como pasa una y otra vez en las clásicas del norte, salió de vueltas y reventando: una apertura de patas antológica. Su odiado Pozzato, al que ya ha dedicado una flechita, logró lo que el argentino naturalizado no pudo, ni podrá jamás: salir tras la locomotora suiza y neutralizarla. Por supuesto, no dijo nada de esto. Ayer le tocó perseguir, su especialidad ciclística y a la que ha consagrado su vida deportiva, con el resultado de que mientras todos sus compañeros entraron arropando a Menchov, Flecha entró en el grupo siguiente, y cerrando el pelotón. A saber que trolas cuenta hoy, pero la realidad es muy terca.
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A mí, eso de comparar el Kas con el Euskaltel me parece una aberración. Pero ya saben que los periodistas están muy al tanto del estado de forma de los corredores. Veo hombrecitos naranjas por todas partes...
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Bettini obtiene su primera victoria desde el Mundial de Stuttgart. Considerando que en su otra encarnación mundialista su mayor éxito fue la etapa de Luarca en la Vuelta 2007, he aquí otro caso de maldición arcoiris: ha tenido que ser en la Vuelta a Austria, y tras batir al local Glomser, que alzó los brazos antes de tiempo. Queda un mes para las Olimpiadas y ya empieza a asomar la cabeza.
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07 julio, 2008
Valverde, etapa y liderato en el Tour de Francia
Poco le ha durado el maillot de campeón de España a Valverde. Primera carrera disputada con la enseña rojigualda -y la horrible bici que le acompaña- y primera victoria, nada menos que una etapa inaugural del Tour, con maillot amarillo incluído. Piti hizo lo que mejor sabe hacer: un sprint metahumano en subida, donde toma la curva por el exterior y a toda velocidad, de tan sobrado que iba. En meta picaron 1", pero eran 2". Podían haber sido más.
El que primero atacó fue Schumacher, muy fuerte. Sólo el impresionante trabajo de Evans -como en el pasado Mundial, como en la Flecha Valona- hizo que Valverde pudiese reengancharse, porque iba muy retrasado. Aún así remontó a diez corredores, incluyendo a un Kirchen que tenía una gran ventaja. Victoria y liderato, todos los focos sobre él. Riccò fue quinto, y lo hizo silbando, demostrando que ha venido al Tour a dejarse notar.
Al día siguiente nueva etapa por Bretaña, donde se alternaba la lluvia con el vendaval de viento. En la foto ven al líder con el chubasquero puesto, prenda de la que disfrutó incluso cuando nadie del pelotón la llevaba puesta. Inflado como un globo, tragó viento situado en el lateral del pelotón, debido a que ya tiene la experiencia de caerse el solito en medio del grupo. El equipo controló, incluso utilizando a un escalador como David López, y la etapa se resolvió con un desordenado sprint en el que Hushvod fue el mejor sobre Kirchen y Ciolek. Para hoy se prevé lo mismo, ya sin cuesta final.
Tras estas dos etapas, hay tres españoles entre los cuatro primeros de la general (Valverde, Kirchen, Freire, Cobo). Como si hubiese habido una contrarreloj por equipos. Dicen que con la crono de mañana la situación se aclarará un poco, como si ya no estuviese bien claro a los ojos de todos. Pero bueno, esto es lo que hay. Piti líder del Tour. Que el mismo titular no sirva para después de Alpe D´Huez. O de "Terminator en Hautacam".
***
Arribas, en horas bajas. Ya hace años que sus crónicas desde el Tour son una mezcla de misticismo y paté de veinte duros, pero es que encima se equivoca para zaherir a un corredor que ayer lo hizo muy bien, vengando una San Remo que era -con permiso de Freire- suya. Dice que Pozzato sólo tiene una victoria en el Tour. Tiene dos, las dos obtenidas ante españoles: la que el recuerda y la del año pasado, ante Freire en un espectáculo de etapa. Pero eso es lo de menos: que dos magníficas victorias no te estropeen una mierda de crónica, donde ni siquiera se cita al vencedor de la etapa.
***
Miedo y terror el viernes noche en La Primera. Un SMS me alerta de que están en pantalla A.C y Probenecid. Alarmado, enciendo la tele y veo a Gemma Nierga presentando un programa para niños. La periodista, una persona taimada y retorcida, está sumando puntos para ser más conocida: que menos que un programa con niños, como pasarela a metas más ambiciosas. Los dos invitados cuentan chanzas, compiten en bicis estáticas y, llegado un momento, reciben la pregunta "el dopaje". Perico se queda con el gesto serio. Empieza a contar no se qué movidas de que si un ciclista está enfermo no puede tomar un medicamento, que es todo muy estricto y que al ciclismo le han colgado un San Benito. Contador habla de que ha tenido que informar de que está en Barcelona, que es una persecución. Y todo con niños delante. Fue obsceno. Una vergüenza. La persona sectaria que preguntaba estaba toda contenta, con su collarón de catalana, porque ya habrá otros días para hacer sus preguntas favoritas, esas sobre el hambre, la pena de muerte y lo malos que son todos lo que no piensen como ella, la del manifiesto en la muerte de Ernest Lluch. Apago la tele que nunca debí encender y pienso que mañana empieza el Tour. Y que ya hay niños que tienen como ídolo a Contador.
El que primero atacó fue Schumacher, muy fuerte. Sólo el impresionante trabajo de Evans -como en el pasado Mundial, como en la Flecha Valona- hizo que Valverde pudiese reengancharse, porque iba muy retrasado. Aún así remontó a diez corredores, incluyendo a un Kirchen que tenía una gran ventaja. Victoria y liderato, todos los focos sobre él. Riccò fue quinto, y lo hizo silbando, demostrando que ha venido al Tour a dejarse notar.
Al día siguiente nueva etapa por Bretaña, donde se alternaba la lluvia con el vendaval de viento. En la foto ven al líder con el chubasquero puesto, prenda de la que disfrutó incluso cuando nadie del pelotón la llevaba puesta. Inflado como un globo, tragó viento situado en el lateral del pelotón, debido a que ya tiene la experiencia de caerse el solito en medio del grupo. El equipo controló, incluso utilizando a un escalador como David López, y la etapa se resolvió con un desordenado sprint en el que Hushvod fue el mejor sobre Kirchen y Ciolek. Para hoy se prevé lo mismo, ya sin cuesta final.
Tras estas dos etapas, hay tres españoles entre los cuatro primeros de la general (Valverde, Kirchen, Freire, Cobo). Como si hubiese habido una contrarreloj por equipos. Dicen que con la crono de mañana la situación se aclarará un poco, como si ya no estuviese bien claro a los ojos de todos. Pero bueno, esto es lo que hay. Piti líder del Tour. Que el mismo titular no sirva para después de Alpe D´Huez. O de "Terminator en Hautacam".
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Arribas, en horas bajas. Ya hace años que sus crónicas desde el Tour son una mezcla de misticismo y paté de veinte duros, pero es que encima se equivoca para zaherir a un corredor que ayer lo hizo muy bien, vengando una San Remo que era -con permiso de Freire- suya. Dice que Pozzato sólo tiene una victoria en el Tour. Tiene dos, las dos obtenidas ante españoles: la que el recuerda y la del año pasado, ante Freire en un espectáculo de etapa. Pero eso es lo de menos: que dos magníficas victorias no te estropeen una mierda de crónica, donde ni siquiera se cita al vencedor de la etapa.
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Miedo y terror el viernes noche en La Primera. Un SMS me alerta de que están en pantalla A.C y Probenecid. Alarmado, enciendo la tele y veo a Gemma Nierga presentando un programa para niños. La periodista, una persona taimada y retorcida, está sumando puntos para ser más conocida: que menos que un programa con niños, como pasarela a metas más ambiciosas. Los dos invitados cuentan chanzas, compiten en bicis estáticas y, llegado un momento, reciben la pregunta "el dopaje". Perico se queda con el gesto serio. Empieza a contar no se qué movidas de que si un ciclista está enfermo no puede tomar un medicamento, que es todo muy estricto y que al ciclismo le han colgado un San Benito. Contador habla de que ha tenido que informar de que está en Barcelona, que es una persecución. Y todo con niños delante. Fue obsceno. Una vergüenza. La persona sectaria que preguntaba estaba toda contenta, con su collarón de catalana, porque ya habrá otros días para hacer sus preguntas favoritas, esas sobre el hambre, la pena de muerte y lo malos que son todos lo que no piensen como ella, la del manifiesto en la muerte de Ernest Lluch. Apago la tele que nunca debí encender y pienso que mañana empieza el Tour. Y que ya hay niños que tienen como ídolo a Contador.
04 julio, 2008
El sistema inmunológico del ciclismo
¡Qué bonita es la ilusión! Habrá que concluir que sí, que este año no habrá escándalos de dopaje en el Tour. Más que nada porque si los hay los silenciarán, a la antigua manera. Como hacen el resto de carreras, por otra parte. Ya ven lo que pasó en el Giro: a Richeze lo pillaron justo antes, y aunque el equipo ganó cuatro etapas, nadie sumó 1+1; al padre de Molleta también lo pillaron, y aunque en su equipo acabaron dos corredores, nadie sumo 2+1; y a Astarloa también lo cazaron, pero como su equipo no hizo nada de nada -igual que el resto de la temporada-, aquí paz y después gloria. Y mejor no les hablo de Patxi Vila, el único positivo de manual en lo que llevamos de temporada.
El Tour se había convertido en los últimos años en el sistema inmunológico del ciclismo. Mientras los agentes infecciosos campaban a sus anchas por el resto del calendario, la carrera-símbolo se enzarzó en una lucha sin cuartel contra la engañifa de este deporte, con bastante similitudes con la lucha contra el narcotráfico: no importaba cuantos corredores tramposos cayesen, siempre pasaban la frontera en otro envío, con diferentes técnicas, escondidos bajo un certificado médico o en la guantera del coche de la novia. Al ser el único organismo del ciclismo que combatía el dopaje, este defensor de la limpieza en el deporte se empezó a debilitar. Ningún evento deportivo aguanta un tercer año como el de 2006 -con Landis, y Pereiro el asmástico de ganador- o 2007 -con Rasmussen, y Contador el ahijado de Manolón de ganador-. Para 2008, todo hilado fino y desde principio.
A eso contribuye el artículo de Arribas, cuyo titular es inequívoco: "Silencio, se corre". No se lleven a engaño con el primer párrafo, en el que el periodista se desmarca, aparentemente, de esta corriente generalizada de buenrollismo. Más adelante da a entender que a nadie le interesa publicar la lista de corredores que tienen valores extraños en su pasaporte biológico, sólo al Tour como amenaza. Y cuando digo a nadie, es nadie de los que viven, comen y cagan gracias al ciclismo, que el espectro de la boxeización está por ahí rondando. En cuanto a la frase de Arribas de "una oportunidad menos para un titular lucido o para un escándalo sacado de contexto", ya saben a lo que se refieren. ¡Cómo si algún blog tuviese la culpa! ¡Cómo si desde aquí se repartiesen barritas energéticas contaminadas, testosterona exógena para los de Bera de Bidasoa o 89 cajas de Viagra y una jeringuilla en un tubo dentrífico!. En fin.
Coincido con Arribas en que eso de que el ciclismo se está limpiando es una "noción de mercadotecnia", pero también lleva mucho de ilusión. De deseo. Sin embargo, la realidad es terca. En 2006 hubo la limpia de la O.P y al final ganó las dos cronos Gontchar, por no hablar de DisneyLandis o el rendimiento dientes de sierra del vencedor a año pasado; en 2007 Rasmussen fue expulsado por su equipo después de que un locutor deportivo italiano se fuese de la lengua, aparentemente sin querer. Acabó ganando un corredor con certificado médico, ya expulsado en 2006, y que vuelve a estar excluído en esta edición. Nunca es culpable, es su equipo, pero bueno, ya es mala suerte; así las cosas, ¿qué esperar para 2008? ¿Un "silencio, se rueda?.
El pasaporte biológico ha tenido dos efectos. Al registrar las variaciones hematológicas imprevistas, ha obligado a que muchos ciclistas estén en forma toda la temporada. Repasen por ahí y verán corredores que llevan haciendo puestos desde Mallorca, otros que enlazan Giro-Tour como antaño -y en condición de favoritos-, sprinters que nunca se cansan a pesar de su corta edad y todo tipo de cosas nunca antes vistas. Y hay otro grupo de ciclistas que han optado justo por lo contrario: no competir en ninguna carrera y presentarse al Tour de una manera más subrepticia que la del propio Armstrong, que por lo menos salía a disputar Dauphiné o Suiza. Estos dos grupos de corredores, cuyos resultados están a la vista de todos, no merecen ningún comentario de algunos de estos sesudos analistas que cantan, loan y anhelan un ciclismo limpio. Y si no, silencioso.
Sin embargo, queda lugar para la esperanza. El sistema inmunológico es autónomo. Al igual que el movimiento cardíaco, no podemos cerrar los ojos, concentrarnos y pensar que podemos parar su funcionamiento. En teoría, el sistema de lucha antidopaje, por muchas llamadas que haya "al silencio", debería seguir funcionando. Más en el Tour. Ya lo ha hecho preventivamente, dejando al Astana de las maravillas fuera. Y esperemos que siga actuando durante y a posteriori. Tal y como está el ciclismo, que no haya ningún caso de dopaje en el Tour significará que ellos han dado un paso más. El de la impunidad en aras de conservar un deporte.
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Cadel Evans parte como favorito a priori. Segundo el año pasado a un puñado de segundos, es el más fuerte contra el reloj y raramente se hunde en montaña, aunque fue antológica su abertura de patas el año pasado en el Galibier. Sin embargo, no creo que un ciclismo tan gafado como el australiano pueda generar un ganador del Tour. Al tiempo. En segunda línea están Piti, que ya no tiene bonificaciones, pero ha mutado a contrarrelojista; Menchov, que no compite desde el Giro y es una incógnita; y Cunego, que acumula buenos puestos por doquier. Sastre no puede ser favorito a ganar nada, y al CSC en general le falta alguien que marque las diferencias en contrarreloj.
Creo que será un Tour con bastante sorpresas. Espero con curiosidad el rendimiento de Popovych, otro más de los de la preparación stealth, que el año pasado hizo un carrerón; Ricco, si su tratamiento sigue sin ser detectado, también puede dar muchas sorpresas: por algo le han colocado a Piepoli; también el Gerolsteiner, equipo que cierra puertas y donde sus corredores tienen que salir a la palestra para buscar un buen contrato: Schumacher o Fothen; hombres naranja por doquier y en todas las escapadas; habrá franceses que anden muy bien y uno en concreto, muy, muy bien; y en cuanto a ese lugar común que han dicho todos los favoritos antes de la carrera, que ningún equipo podrá controlar la carrera, ya veremos: sobre el papel, el Caisse, el Lampre o el CSC pueden controlar la carrera.
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Muy listos los de Cofidis. Sin tener patrocinador asegurado, ya han adelantado que no renovarán su licencia ProTour. ¿Para qué? Con una continental puedes correr la mayor parte de las carreras, te ahorras una pasta y encima puedes hacer el pirata como el CSF y el Karpin...
El Tour se había convertido en los últimos años en el sistema inmunológico del ciclismo. Mientras los agentes infecciosos campaban a sus anchas por el resto del calendario, la carrera-símbolo se enzarzó en una lucha sin cuartel contra la engañifa de este deporte, con bastante similitudes con la lucha contra el narcotráfico: no importaba cuantos corredores tramposos cayesen, siempre pasaban la frontera en otro envío, con diferentes técnicas, escondidos bajo un certificado médico o en la guantera del coche de la novia. Al ser el único organismo del ciclismo que combatía el dopaje, este defensor de la limpieza en el deporte se empezó a debilitar. Ningún evento deportivo aguanta un tercer año como el de 2006 -con Landis, y Pereiro el asmástico de ganador- o 2007 -con Rasmussen, y Contador el ahijado de Manolón de ganador-. Para 2008, todo hilado fino y desde principio.
A eso contribuye el artículo de Arribas, cuyo titular es inequívoco: "Silencio, se corre". No se lleven a engaño con el primer párrafo, en el que el periodista se desmarca, aparentemente, de esta corriente generalizada de buenrollismo. Más adelante da a entender que a nadie le interesa publicar la lista de corredores que tienen valores extraños en su pasaporte biológico, sólo al Tour como amenaza. Y cuando digo a nadie, es nadie de los que viven, comen y cagan gracias al ciclismo, que el espectro de la boxeización está por ahí rondando. En cuanto a la frase de Arribas de "una oportunidad menos para un titular lucido o para un escándalo sacado de contexto", ya saben a lo que se refieren. ¡Cómo si algún blog tuviese la culpa! ¡Cómo si desde aquí se repartiesen barritas energéticas contaminadas, testosterona exógena para los de Bera de Bidasoa o 89 cajas de Viagra y una jeringuilla en un tubo dentrífico!. En fin.
Coincido con Arribas en que eso de que el ciclismo se está limpiando es una "noción de mercadotecnia", pero también lleva mucho de ilusión. De deseo. Sin embargo, la realidad es terca. En 2006 hubo la limpia de la O.P y al final ganó las dos cronos Gontchar, por no hablar de DisneyLandis o el rendimiento dientes de sierra del vencedor a año pasado; en 2007 Rasmussen fue expulsado por su equipo después de que un locutor deportivo italiano se fuese de la lengua, aparentemente sin querer. Acabó ganando un corredor con certificado médico, ya expulsado en 2006, y que vuelve a estar excluído en esta edición. Nunca es culpable, es su equipo, pero bueno, ya es mala suerte; así las cosas, ¿qué esperar para 2008? ¿Un "silencio, se rueda?.
El pasaporte biológico ha tenido dos efectos. Al registrar las variaciones hematológicas imprevistas, ha obligado a que muchos ciclistas estén en forma toda la temporada. Repasen por ahí y verán corredores que llevan haciendo puestos desde Mallorca, otros que enlazan Giro-Tour como antaño -y en condición de favoritos-, sprinters que nunca se cansan a pesar de su corta edad y todo tipo de cosas nunca antes vistas. Y hay otro grupo de ciclistas que han optado justo por lo contrario: no competir en ninguna carrera y presentarse al Tour de una manera más subrepticia que la del propio Armstrong, que por lo menos salía a disputar Dauphiné o Suiza. Estos dos grupos de corredores, cuyos resultados están a la vista de todos, no merecen ningún comentario de algunos de estos sesudos analistas que cantan, loan y anhelan un ciclismo limpio. Y si no, silencioso.
Sin embargo, queda lugar para la esperanza. El sistema inmunológico es autónomo. Al igual que el movimiento cardíaco, no podemos cerrar los ojos, concentrarnos y pensar que podemos parar su funcionamiento. En teoría, el sistema de lucha antidopaje, por muchas llamadas que haya "al silencio", debería seguir funcionando. Más en el Tour. Ya lo ha hecho preventivamente, dejando al Astana de las maravillas fuera. Y esperemos que siga actuando durante y a posteriori. Tal y como está el ciclismo, que no haya ningún caso de dopaje en el Tour significará que ellos han dado un paso más. El de la impunidad en aras de conservar un deporte.
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Cadel Evans parte como favorito a priori. Segundo el año pasado a un puñado de segundos, es el más fuerte contra el reloj y raramente se hunde en montaña, aunque fue antológica su abertura de patas el año pasado en el Galibier. Sin embargo, no creo que un ciclismo tan gafado como el australiano pueda generar un ganador del Tour. Al tiempo. En segunda línea están Piti, que ya no tiene bonificaciones, pero ha mutado a contrarrelojista; Menchov, que no compite desde el Giro y es una incógnita; y Cunego, que acumula buenos puestos por doquier. Sastre no puede ser favorito a ganar nada, y al CSC en general le falta alguien que marque las diferencias en contrarreloj.
Creo que será un Tour con bastante sorpresas. Espero con curiosidad el rendimiento de Popovych, otro más de los de la preparación stealth, que el año pasado hizo un carrerón; Ricco, si su tratamiento sigue sin ser detectado, también puede dar muchas sorpresas: por algo le han colocado a Piepoli; también el Gerolsteiner, equipo que cierra puertas y donde sus corredores tienen que salir a la palestra para buscar un buen contrato: Schumacher o Fothen; hombres naranja por doquier y en todas las escapadas; habrá franceses que anden muy bien y uno en concreto, muy, muy bien; y en cuanto a ese lugar común que han dicho todos los favoritos antes de la carrera, que ningún equipo podrá controlar la carrera, ya veremos: sobre el papel, el Caisse, el Lampre o el CSC pueden controlar la carrera.
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Muy listos los de Cofidis. Sin tener patrocinador asegurado, ya han adelantado que no renovarán su licencia ProTour. ¿Para qué? Con una continental puedes correr la mayor parte de las carreras, te ahorras una pasta y encima puedes hacer el pirata como el CSF y el Karpin...
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