Gavazzi, Vázquez Hueso o Thomas Frei son algunos de los ciclistas que jalonan estos primeros balbuceos de temporada en cuanto a lucha antidopaje se refiere. El primero por cocaína, el segundo ha pedido analizar la muestra B y el tercero, sorpresa, sorpresa, se ha salido del coro casi unánime de todos los pillados y, con voz propia y autorizada, ha recuperado su dignidad como persona.
Al suizo le hicieron un control por sorpresa (¿no lo sabían? hay controles avisados, y no sólo a los que ganan carreras) el 21 de marzo y el resultado se supo hace poco, arrojando otro jarro de agua fría a su actual equipo, un BMC que sólo ha asomado cabeza gracias a Evans. Positivo por EPO.
La historia de este corredor sin victorias y que sólo consiguió un resultado entre los diez primeros cuando ya había pasado el análisis (9º en la segunda etapa del Trentino: abandonó la carrera cuando le comunicaron el positivo siendo 6º en la general: lo cuenta el mejor en su twitter) no pasaría de ser una más de un corredor que, con 25 años y ningún resultado, da un empujoncito a su carrera, con el resultado de que el empujón lo echa fuera del profesionalismo.
Hay que destacar que el suizo siguió compitiendo -y obteniendo sus mejores resultados como profesional- tras haber pasado el control antidopaje: probablemente porque creía que, una vez más, no iba a servir para nada. Sólo así se explica el tiempo transcurrido entre el 21 de marzo y el 22 de abril en que le comunican el positivo: jugar con la ruleta rusa, como tantos y tantos corredores.
Sin embargo, Frei se ha desmarcado de la tendencia generalizada y, hace un par de días dio una rueda de prensa en Olten con unas declaraciones muy interesantes para su persona y para la profesión que ejercía. "Es cierto que he tomado EPO": adiós al análisis de la muestra B y cualquier presunción de inocencia que le hubiesen podido dispensar periodistas afectos, como vemos habitualmente en España e Italia.
¡Un ciclista que reconoce que se ha dopado! No abunda todos los días, señores. Hay que poner un poco más de atención a lo que ha dicho: que se dopaba desde el verano de 2008 (cuando militaba en Astana, aunque el caso Kohl nos enseña que esas fechas tan recientes tienden a hundirse en el pasado al más mínimo análisis), que lo hacía de forma independiente y no con ayuda del equipo (¿también en 2008?) y que se había inyectado por primera vez en tres meses una microdosis de EPO la noche antes del control por sorpresa.
21 de marzo menos tres meses me sale 21 de diciembre, ¿a ustedes no? Es curioso, porque no es fecha de competición ciclista y si de solaz con la familia. Curiosamente, las mismas fechas en las que dio positivo (año y medio después) Thomas Dekker: supongo que la AEA y sus contrapartidas estarán tomando buena nota de estos protocolos del dopaje. Y con letra clara y con nada de códigos secretos y motes caninos. Por cierto, ¿los inspectores antidopaje trabajan en esas fechas?
Lo más gracioso es cuando Frei dice que todo ha sido por una tontería suya: "si hubiese bebido un litro más de agua no hubiese dado positivo". Y a esto añado yo que el control fue a las seis de la mañana. Llegados a este punto, conviene recordar que España quiso modificar a su antojo las reglas antidopaje mundiales para respetar "el descanso de los deportistas" y que ningún control se hiciese antes de las 07:00 de la mañana. Ya van entendiendo el por qué: hay gente que se lleva un vaso de agua a la habitación. Lissavetzky quiere garantizar ese derecho: uno se toma el vaso de agua cuando le da la gana.
Normal. "Cariño ¿que haces bebiendo agua como un camello? No, es que he salido de marcha con los colegotas y tengo la boca como si hubiese estado pegando sellos?" No cuela, ¿verdad? Claro que no, nunca lo ha hecho: una de las mejores aportaciones de Frei ha sido confesar que su círculo íntimo sabía que se dopaba. En España siempre solemos dejar a las mujeres/palomas mensajeras, o a los padres/palomos pedidores de citas con médicos, al margen de las patrañas de estos deportistas, en contra de cualquier mínimo sentido común. "No soy un mentiroso compulsivo, tenía que hablar de esto con alguien".
No, no lo es. Sus declaraciones le honran, al tiempo que dejan el asunto del dopaje como un incidente en camino, sin más explicación ni más líos: me han pillado, paso de la muestra B y cuento como va el asunto. Supongo que las autoridades antidopaje helvéticas, las mismas que no han hecho nada contra su federado Ullrich, ya habrán interrogado a Frei sobre dónde conseguía EPO y quien le instruyó en la posología, incluyendo lo del agua purificadora.
Esta actitud de Frei es acorde con el outing masivo del T-Mobile, la confesión -una vez pillado y tras mentir de lo lindo- de Kohl o Sinkewitz, y la asunción de su compatriota Jaermann de su uso de EPO en los noventa. Se podría decir, parafraseando a Weber, algo así como Ética protestante y espíritu confesor, tan diferente a España o Italia, donde la batalla judicial o el tentato doping tienen tanto éxito. Yo tengo mi teoría de que esto se debe más a que con 25 años y en países como Suiza, Austria o Alemania tienes posibilidades de encauzar tu vida, pero cuando eres netamente agropecuario y vienes de un país con cinco millones de parados es más tentador seguir vendiendo la moto de la inocencia, que fuera están las cosas peor. Y también hay algo de Weber en esto.
En todo caso, y como siempre que se produce una de estas escasas confesiones, hay que felicitar a Frei, que hace honor a su apellido: en alemán tiene muchos significados apropiados para el caso, como abierto, absuelto, atrevido, despejado, franco, independiente y sincero, pero me quedo con el más evidente. Frei es hoy por hoy un hombre libre, porque no tendrá que seguir mintiendo. Y seguro que dormirá mejor y sin beber tanta agua, que Suiza no es Murcia y no se pasan tantos calores por las noches.
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En la Vuelta a Asturias primera etapa para Urtasun del Euskaltel, que ha batido a Vicioso y a Sobrino. En Romandía Sagan ha hecho como en Niza: al día siguiente de ser segundo gana. Esta vez un sprint masivo ante Francesco Gavazzi, que había ganado a Freire en P-V. Hoy se llega en Romandía a Friburgo, un final espectacular y bellísimo que recomiendo a todo el mundo.
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Buf, vaya noticia...como si contra Valverde hiciesen falta más pruebas...me pregunto si este Romo sabrá lo que significa la prueba de ADN...Lo más gracioso es cuando escribe que se ha pasado esa información a Antonio Serrano, para que disponga de ella.
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Como estaba cantado, es Greipel el que se irá del Columbia. En el equipo han preferido a Cavendish, cuya malvada muela infectada en enero ha logrado que llegue a mayo con una única victoria.
***"El sábado sufrí una gastroenteritis muy fuerte". Así empieza un conmovedor relato que me ha llegado al alma. Yo le tengo gran aprecio desde que un día en El Larguero dijo que por qué el estaba en la Operación Puerto y, por ejemplo, no lo estaban Valverde o Luis León Sánchez. Ahora son sus compañeros. Siempre lo fueron.
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Una carrera contada en clave regional: "Santi Pérez no se mueve para no perjudicar a su paisano asturiano". Así me gusta el periodismo, sin complejos.
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Venga, un vistazo a lo que pasa en otros deportes. Lean esta noticia de los hombres-rana, aplicando los conocimientos adquiridos en estos años de ciclismo, e intenten condensar la información. A mí lo que me más me ha gustado ha sido eso de "el efecto psicológico era demasiado fuerte". O lo de que en cinco años alcanzarán las marcas logradas. O la prohibición a los juniors.