Despierta Pozzato, último nº de BS |
De todos modos, este desastre para un país sin el cual no podría entenderse el ciclismo estaba anunciado. Alargando la vida de sus corredores más exitosos (Bettini se retiró con 34 años, ejemplo que no han seguido ni Petacchi, ni Di Luca, ni Rebellin) se cierra el paso a otros y rara vez se vuelve a lograr un gran éxito.
La generación de engarce quedó descabezada con la caída en el infierno de Ballan, un corredor del que un médico dijo que "lo debe todo al dopaje" (y no es poco, habida cuenta de que ha sido campeón del Mundo y de Flandes) y que todavía tiene un juicio pendiente, además de una situación profesional nada halagüeña (se ha quedado en el BMC con Gilbert, Hushvod y Van Avermaet) y ahora se intenta recuperar a cualquier precio a Pozzato, el corredor más dotado, más elegante y ¡ay!, el más inconsistente.
Ahí está la portada de Bicisport de este mes, o una reciente entrevista en Gazzetta. Sin embargo, la situación tampoco se presta a muchas esperanzas. El próximo año Il Principe correrá en un equipo menor, un equipo que tendrá que mendigar las invitaciones para las clásicas del norte, y que ya por descontada su participación en las carreras italianas, donde a veces se producen sorpresas. Sinceramente, el Farnese Vini no parece el mejor equipo para relanzar una carrera.
Con el paso de Visconti al Movistar (veremos a ver qué hace, los navarros nunca han tenido un corredor así) el equipo de Luca Scinto le dejó su hueco a Pozzato, cuyos tres años en el Katusha sólo se pueden calificar de decadentes y muy mal enfocados. Gracias al imprescindible portal cqranking.com se puede ver una curiosa estadística que da alguna explicación sobre el trienio ruso del corredor italiano.
En 2009 Pozzato fue el ¡séptimo corredor del pelotón! que más kms. de competición disputó, sólo superado por Gilbert en cuanto a jefes de fila se refiere. Ahí, navegando entre un pelotón de gregarios y un corredor que clama al cielo lo que consigue en la carretera, sorprendía encontrar un nombre que, de figurar en alguna estadística, sería la de victorias de prestigio. En 2010 el caso no fue mejor: octavo, y esta vez como único corredor destacado. En 2011, el año del auténtico naufragio de Pozzato (una única victoria, y en octubre, y apenas un puesto destacado), ya cayó en el pozo del anonimato.
El dato es todavía más sorprendente si se tiene en cuenta que muchos de los corredores que están en los primeros puestos son habituales de la fugas: Hoogerland, Voigt o Voeckler.Tiene su lógica, al margen del rol que desempeñen en el pelotón: cuantos más kms. de competición tengas, es más probable que te hayas metido en fugas.
Sin embargo, Pozzato es un corredor alérgico a la fugas. En 2010 se metió en la fuga de la etapa de montaña de la T-A, y lo hizo porque pasaba por la zona terremotata de L´Aquila. Él mismo se mostraba sorprendido de la novedad, y decía que no recordaba cuando había ido fugado la última vez...Pozzato es un corredor para rematar una carrera, y ahí están los inolvidables ejemplos de la Sanremo 2006, la Het-Volk 2007 y Harelbeke 2009, obras maestras en su género.
Pozzato, compitiendo mucho, pierde. Pierde todo lo que gana ante esos críticos que siempre lo acusan de vago, indolente y de arrugarse: por lo menos compite a lo largo y ancho, cosa que muchos de los grandes corredores con los que se tiene que codear no pueden decir. Y va perdiendo su vida deportiva. En el Farnese volverá a las andadas de competir mucho, porque el calendario es limitado, y encima en citas menores.
Mientras tanto, las típicas promesas de muñeco roto e italiano: "quiero ganar porque he renunciado a los dulces, cremas y galletas por la mandarina, el melón y el kiwi", que inevitablemente lleva a recordar a Ivan Basso y su sandía, o directamente las promesas de tantos y tantos deportistas talentosos caídos en desgracias varias. No suena muy optimista, la verdad.
Sin embargo, Pozzato lo puede todo. Queda lejos aquella esperanza de sus años mozos de que algún día pudiese ganar todas las grandes clásicas del calendario, pero la mejor versión del italiano sería el rival más temible para Cancellara y Gilbert en Sanremo y pavés, al menos mientras esperamos a ver en qué evoluciona Goss. Por eso el objetivo de recuperar a Pozzato: porque es prácticamente increíble que la última gran clásica de un italiano haya sido el Lombardía de Cunego en 2008. Y porque no hay nadie más en el banquillo tricolore. Además, con Pozzato en liza, ganamos todos los aficionados. Incluso cuando corre para que no ganen los demás.
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Entrevista a Freire en Bicisport. Con 36 años hará el mismo calendario de siempre y con los mismos objetivos, como si el tiempo no hubiese pasado. La ilusión está muy bien, pero no puede justificar todo. Por su clase, se despedirá con honor.
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Por fin la esposa de un ciclista rompe su silencio. Se trata de la mujer de Thor Hushvod, un corredor que tras ganar el Mundial 2010 dijo que jamás en toda su vida profesional había visto doping. Ya saben lo que pueden esperar en esta entrevista viendo el tipo de revista y la especial relación de pareja.
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Piero Fassino, reciente alcalde de Turín y uno de los pocos políticos italianos que no dan vergüenza ajena, quiere convertir la ciudad en una capital del deporte. La fórmula ya parece agotada, pero al menos supone un buen respaldo a esa idea de llevar el Mundial 2016 a este lugar de Europa, durante mucho tiempo emparentado con el ciclismo íntimamente.
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Se empieza haciendo una loa a un libro que probablemente no haya leído (aunque sí visto las fotos) y se acaba desvariando de la manera más miserable: "El ciclismo, gracias a la escritura de autores todo terreno como Vallbona o el periodista Xavier G. Luque, de narradores como Javier García Sánchez (autor de la celebrada novela El Alpe d'Huez) o la oralidad de comentaristas tan bien informados como el periodista Carlos De Andrés o el ex ciclista Perico Delgado, ha generado un lenguaje rico para relatar el montón de detalles que confluyen en una carrera ciclista y la transforman en un evento capaz de integrar apasionantes acciones deportivas en un paisaje a menudo desconocido".
¿En serio? ¿Esos nombres? Como mucho el último, el que menos intenta pasar por periodista, y que tiene una gran capacidad para inventarse palabras -en el fondo, dice palabras existentes pero las dice mal-, pero especialmente situaciones y carreras.