Hace quince años |
La carrera da para lo que da, y todos los años es lo mismo: todo sprints, salvo la tradicional llegada a Willunga, allí donde Contador resurrecto ganó en 2005 con cuatro de su equipo en los cuatro primeros puestos. Que al año siguiente pillasen a su mentor y director deportivo con una bolsa llena de drogas y bastantes dólares australianos en efectivo da bastantes pistas del éxito del Down Under en la preparación de los ciclistas contemporáneos. Que 15.000 kms. no son nada.
Greipel ganó tres etapas, Simon Clarke otra (corriendo en una especie de Wigarma, pero es local y se permite todo), Valverde en Willunga para goce y lujuria de sus muchos defensores y Gerrans, que entró junto al murciano, se llevó la general. La carrera reparte puntos WorldTour y bueno, Piti es especialista en esta clasificación, en gran medida porque es especialista en obtener este tipo de resultados, en estas carreras y sumar estos puntos.
Otro que también ganó fue Óscar Freire. La feliz coincidencia de victorias de Freire y Valverde daría para un post de vidas paralelas y en gran parte erradas, pero como la comparación no es posible y salta a la vista, está bien reparar una vez más en el ciclista cántabro. La victoria de Freire supone que en sus 15 temporadas de profesional (debutó en 1998, de esa época sólo queda Lastras) ha obtenido al menos una victoria en todas ellas, un registro sencillamente increíble y con muy pocos precedentes en el ciclismo.
¿Se creen que los medios han reparado en esto? Qué va, todo parabienes para el regreso de Valverde, un ciclista cuya sola presencia trae lo peor del ciclismo, lo mismo que ha llevado a ese deporte centenario a su difícil situación actual. El murciano ha vuelto como si no se hubiese ido (¡todo ha sido una conspiración! ¡no he tenido un juicio justo!) y uno que nunca se ha ido, que siempre ha estado ahí recibe el mismo tratamiento de siempre.
La etapa del Down Under es un victoria menor, la primera en casi un año para Freire, y que sigue a las otras dos victorias menores que fueron las sendas etapas de la Vuelta a Andalucía de 2011. Sin embargo, y sin crear falsas expectativas sobre un corredor que ya está en el lógico crepúsculo de su carrera a sus 36 años, la victoria de Freire fue antológica, ganando como en las mejores ocasiones: saliendo de detrás, remontando y yendo muy pegado a la valla derecha del espectador.
Freire gana por fin en Australia. No es que haya un afán completista por ganar en continentes diferentes (ya corrió en América el Mundial de Hamilton y en Asia los JJ.OO de Pekín) puesto que nunca ha ganado fuera de Europa, y si alguien quiere marcas de ese tipo, que pregunte por el también cántabro Ventoso, que ha ganado en los cuatro continentes que cuentan para el ciclismo.
Freire estuvo por primera vez en Australia hace año y medio, con ocasión del Mundial de Geelong ganado por Hushvod. Llegó al sprint final, muy favorable a sus características, y fue sexto. Sin duda, un gran resultado, pero lejos de las metas establecidas. Ahora consigue ganar en Australia, pero en una etapa del Down Under, un año después de su última victoria.
La viva imagen de la decadencia (otra) |
Sin embargo, la impresión de que es un ciclista que ya está saliendo o que no es muy consciente de la realidad que le circunda es haberse dejado retratar con los brazos en alto de victoria sin haber conseguido aún ninguna. En Australia ha conseguido que esa foto no quede en el ridículo más espantoso, pero no deja de ser significativo que un tricampeón del mundo pose de esa manera. Hay que saber decir no. Hay que saber decir basta, hasta aquí hemos llegado.
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Tres meses en Argentina, y claro, "con mucha ambición". Tranquilo, que ahora está parte de lo mejor del pelotón en ese mismo país para obtener lo mismo: la forma y la garra.
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Tras sus brillantes resultados en la especialidad, y especialmente cuando representa a España, el seleccionador español de ciclismo cuenta con SMS Sánchez para la crono olímpica.
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El método ADAMS, tu nuevo amigo. Y aquí Dick Pound llama a los abogados enfangadores por su nombre.
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En la noticia se puede ver claramente que, aunque la escultura sea una mierda -todas lo son, salvo honrosas excepciones y nunca figurativas-, a la atleta representada le gusta tener una escultura, pero no esa. Todos los detalles son escabrosos, desde su propia concepción, hasta cuando se tramitó, el importe o el hecho de la inauguración por parte del escultor. Seguro que también lo es la ubicación palentina, ciudad que es tan bella como desconocida.
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Muy interesante lo que cuenta Iker Caamaño (uno que se supo reinventar tras perder a su amigo y valedor Iban Mayo) sobre un tema que está de moda, la dieta de los deportistas, especialmente los ciclistas británicos que parecen surgir como setas gracias a que comen bien y se cuidan mucho: "Pero siendo verdad que son obsesivos con la preparación, luego no son nada estrictos con la dieta. Tienen sus menús de toda la vida y no se esfuerzan por salir de ellos. Del fish and chips no les saca nadie".
Después nos vendrán con que eran celiacos y no lo sabían, o que les cambiaron el bocadillo de chorizo por un "bocadillo inteligente" o de "diseño", con "azúcares de rápida absorción". ¡Ays!