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12 enero, 2012

La hipocresía de Aldag

El padre de Rudicio, modelo de Aldag
Rolf Aldag se despacha agusto en el Sueddeutsche Zeitung ante el conocido Andreas Burkett. El antiguo escudero polivalente de Ullrich (un percherón que tiraba en montaña y llano como un jefe de filas, y que la última semana del Tour se metía en escapadas a ver si sonaba la flauta), que después confesó su dopaje sistemático durante toda su vida deportiva y que, empero, era uno de los principales directores deportivos del superequipo HTC (doble campeonato del mundo en Copenhague, por ejemplo), ha tenido a bien desahogarse una vez fuera del mundillo.

Este es el requisito indispensable: se ve fuera y por eso raja. Cuando todavía estaba dentro, nada de nada, y cuando confesó públicamente su dopaje tampoco se vio especialmente perjudicado. Al igual que nuestro conocido y siempre recordado Igor González de Galdeano, cambió el sillín por el sillón del coche de equipo con una rapidez pasmosa, o vergonzosa si tenemos en cuenta su pasado.

En el London Eye, en la salida del Tour 2007
¿Qué experiencia pudo ver el HTC en Aldag? Mucha, y no siempre buena. Aunque raras veces se presente como tal, el HTC -nacido como equipo limpio- era la continuación del T-Mobile, y su corredor estrella debutó en profesionales y consiguió sus primeras victorias con el histórico maillot magenta de la formación, algo que los medios ingleses jamás recordarán: saben perfectamente lo que implica.

Además de haber corrido diez veces el Tour, seis la Vuelta y una el Giro, la principal experiencia de Aldag es que era el mejor aprendiz de Rudy Pevenage (padre de Rudicio, según Eufemiano del Gran Poder), al fin y cabo pasó trece temporadas en el T-Mobile y siempre con Pevenage como director, que veía en el alemán el perfecto instrumento para ejecutar sus órdenes tácticas (¡Ullrich, ataca! ¡Ullrich, aguanta! ¡Ullrich, a Madrid! ¡Aldag, persigue!) en carrera.

Es con este pasado con el que Aldag pasa a ser director deportivo de una auténtica máquina de conseguir triunfos como era el HTC, un equipo donde el 75% de los corredores conseguía victoria y que tuvo momentos señeros como la Vuelta a Suiza 2009, donde consiguieron seis etapas con cinco corredores diferentes. Después en el Tour la cosa no fue tan bien, pero es algo que suele pasar en este tipo de formaciones y con estos mimbres.
Rolf Aldag, explicando cómo se dopaba. Una miaja.

Ahora dice que "la UCI no es lo suficientemente fuerte como para luchar contra el dopaje" y que sólo sigue "intereses económicos", que es una cantinela muy frecuente entre ciclistas, directores, periodistas de ciclismo (especialmente entre estos) y amas de casa. Será eso, pero cuando la UCI persigue el dopaje también recibe las mismas críticas.

"No tengo ningún interés en volver a trabajar en un entorno que no me gusta y que no cambia", dice refiriéndose a eso que nosotros conocemos como el mundillo y que él tan bien conoce, tanto-tanto que raja una vez fuera. ¿Qué querrá decir Aldag con eso de que no cambia? ¿Qué querrá decir el director hasta hace nada de T. Martin, Cavendish, P. Velits y Goss? Bah, seguro que se refiere a algo que haya visto en estos dos meses fuera de el mundillo y no lo que le ha pasado a su pupilo A. Rasmussen, finalmente indultado por la UCI a pesar de saltarse tres controles en momentos clave de la temporada.

Sin embargo, Aldag se reserva lo mejor para Holczer, el antiguo director deportivo del Gerolsteiner que siempre dijo que no sabía nada de lo que cocía dentro y que fue a juicio contra alguno de los dopados, y que esta temporada vuelve con un puesto de mucha responsabilidad en el Katusha: "no se puede decir que tienes unos altos valores morales, haber tenido una serie de escándalos de dopaje como los de Schumacher, Rebellin y Kohl y que no veías nada, como si tuvieses una venda en los ojos. Algo no funciona".

Pues no, algo no funciona. Se debería prohibir volver a ocupar puestos de responsabilidad a mánagers o directores deportivos con pasado de dopaje, así evitariamos lo de Holczer. Y también lo de Aldag, pura hipocresía en alguien con su pasado.
***
El AcquaSapone de los Masciarelli, Di Luca y Garzelli, excluído del Giro. Según este último, le han dado la puntilla para dejar el ciclismo: con 38 años sería lo más normal.

6 comentarios:

Julio Pérez dijo...

Eso que dice de Holczer podríamos trasladarlo a Matxin, por ejemplo. No puedo más que alegrarme de que no consiguiese patrocinador

Sergio dijo...

Gracias por tu comentario. Si alguien tiene la entrevista completa a Aldag (en la edición en papel de ayer miércoles del Sueddeutsche Zeitung) le agradecería sobremanera que me la hiciese llegar.

Zik dijo...

Aqui os dejo el link a youkioske del Sueddeutsche Zeitung del 11/02/2012:

http://www.youkioske.com/prensa-europea/sueddeutsche-zeitung-11-01-2012-/

la entrevista esta en la pagina 26

saludos!

Anónimo dijo...

Rudy Pevenage era "Rudicio", y Ullrich "Hijo de Rudicio". Así que eso que dices de que Rudy Pevenage era "Padre de Rudicio" no es cierto.

Anónimo dijo...

En lo del nick de Rudy creo que te equivocas, si Ullrich era el hijo de Rudicio, Rudy supongo que será Rudicio a secas y no el padre de Rudicio.

Anónimo dijo...

¿Qué habrán inventado?

"El mejor Menchov está por llegar"

http://www.marca.com/2012/01/12/ciclismo/1326366346.html

Con la edad que tiene y todavía con margen de mejora como si fuera un juvenil.