
En el último número de la pintoresca revista italiana
Bicisport, además de crónicas hasta la saciedad del arcoiris de Bettini (tiemblo al pensar lo que dedicarán al Lombardía plañidero, casi una película de Rosellini), hay una jugosa entrevista a Fabián Cancellara. Desde hace unos meses la veterana revista tiene una sección titulada
incontri, basada en unas entrevistas-río con figuras del ciclismo, no necesariamente en activo. Más de cien preguntas sobre lo divino y lo humano, desde la infancia hasta la vida después de la bici, de la familia al equipo. Y no es que a mí me guste especialmente saber como se llaman los perros de los corredores, pero tiene su importancia y para eso están estas entrevistas típicamente italianas que siempre empiezan preguntando por la
mamma y el
papa.
Como es sabido, en la lista de Eufemiano Fuentes aparecía un
clasicómano Luigi, un corredor llevado por Luigi Cecchini, especializado en clásicas, pero que se transfusionaba y se ponía parches en el culo en alguno de los zulos de Madrid. Igual que
Piti lo hace en Italia, en ese Mercado Común del doping que Eufemiano reconoció en la Cadena Ser. Tras la exhibición de Cancellara en el reciente Campeonato del Mundo CRI (y en la Clásica de Zürich) me llovió la habitual ristra de insultos por decir que a mí no me encajaba el salto de calidad de este corredor en su primer año en el CSC. En el equipo de Rijs y de Basso. Les traduzco y ofrezco una reveladora parte de la entrevista. Todo lo contenido entre paréntesis es añadido mío.
-Hablando de preparación, ¿te entrenas con Cecchini, verdad?
-Si, es cierto.
-¿Por qué?
-Porque es un tío estupendo, capaz y muy profesional.
-¿Pero que piensas de los rumores de doping que existen en torno a Cecchini y los corredores a los que lleva?
-Creo que son infamias y que no es justo implicar a Cecchini con el doping en el ciclismo
-¿Por qué?
-Porque Cecchini es una persona honesta, sin tacha. No prepara por dinero, sino por el placer y la pasión que tiene por el ciclismo y por los corredores que lleva (un mecenas, vamos). Yo lo aprecio y creo que es injusto el cainitismo que existe en torno a su figura.
-¿Vas tu solo o te acompañan otros compañeros del CSC?
-Yo solo, pero después siempre te encuentras con otros corredores de otros equipos.(En la tormenta que siguió a la exclusión de Basso del Tour también salieron los nombres del CSC como Sorensen, Breschel y Blaudzun)
-¿Cuántas veces vas al año?
-Dos semanas cada año.
-¿Cuando?
-Al inicio de la temporada (momento clave en los protocolos de Eufemiano)
-¿Y qué haces?
-Me entreno, sigo las tablas de preparación, hago tras moto (coño, para eso no hace falta tener un preparador. ¡Ah!, que no le cobra, se me olvidaba). En resumen, preparo la temporada de la mejor manera posible para ser competitivo en las clásicas del norte (este año 6º en Flandes, 6º en Wegelwen y 1º estratosférico en Roubaix)
Una pausa. La entrevista está realizada poco después de su arcoiris CRI, el estilo de la entrevista es de respuestas breves –no es que el ínclito suizo esté nervioso y conteste con evasivas, al contrario-, que a nadie se le escape la identificación mística con su gurú y que Cancellara ganó la crono de Tirreno en la primera semana de marzo, ante completamente bombados como Jaksche. Prosigamos.
-¿Desde cuando conoces a Cecchini?
-Desde el 2004, cuando corría en Fassa Bortolo (su primer año en el equipo, 4º en Roubaix siendo el más fuerte y sideral prólogo en el Tour, ganando a ultradopados como Armstrong, Ullrich, Hamilton. Compañero de habitación de Flecha, por cierto)
-¿Lo conoces bien?
-Si, diría que muy bien.
-¿Rijs nunca te ha pedido no volver a ver a Cecchini?
-No, nunca (como para hacerlo, visto que este hemodruida italiano le hizo ganar el Tour en 1996)
-¿Y si en el futuro te lo dijese que harías?
-Me ceñiré a las decisiones de Bjarne, obviamente. De todas formas, creo que este asunto se discutirá al final del año. Veremos...
-¿Por qué cada vez que un corredor frecuenta a Cecchini es mal visto por el mundillo? (yo no veo que nadie trate de apestados a Flecha, Cunego, Thomas Dekker y el dicen que regenerado David Millar. Invenciones del periodista, que ese día se dejó el cuchillo en casa)
-Porque se piensa inmediatamente en doping. Lo repito: es una estupidez.(y el que piense lo contrario es un miserable, por usar un gastado símil político)
-¿Y cómo es Cecchini?
-Cecchini es una persona sin tacha, honesta. Una persona que me ha ayudado muchísimo a crecer profesionalmente.(ojito a la mención indirecta a la mejora de rendimiento deportivo).
-¿Y de que manera te ha ayudado?
-Enseñándome muchas cosas, por ejemplo la posición correcta sobre el sillín, la mejor postura para las cronos, los entrenamientos meticulosos, las repeticiones, entrenamiento tras moto. Tantas cosas...
¡Ay, tantas cosas! ¡Y las que te callas, filinbustero! Como es otoño y estoy a punto de hibernar, sacaré el paraguas y chubasquero ante la previsible lluvia de insultos y descalificaciones. Las declaraciones están ahí. Los resultados de Cancellara también, el hombre de los tres picos de forma en la temporada. ¿Tres? ¡Que digo? ¡Cuatro!: marzo-abril bien conocido, y preparado gracias a dos semanas con Cecchini. A finales de mayo ganó la crono de la Volta en su preparación para el Tour. Una semana antes conoció que no lo corría (
El País había publicado su nombre,
clasicómano Luigi), “por decisión táctica” (era mucho mejor llevar a un inválido O´Grady, claro) y adiós a la preparación. No, que va. Gracias a las máquinas de criogenización, estuvo sin competir en julio y en agosto ganó el Tour de Dinamarca con dos etapas. En septiembre disputó las dos primeras semanas de la Vuelta y casi le birla la crono de Cuenca a su compañero de arcón David Millar. Y a final de ese mes voló como un misil, como Millar en Hamilton, en el Mundial CRI. No les digo ya la que montó en Zürich. ¡Un corredor capaz de preparar el Tour, ver abortado ese plan y conseguir volver a ponerse en forma es digno de seguir!
¡Larga vida a
clasicómano Luigi! ¡Larga vida a Cancellara!.