Es más: si un compañero de profesión no les sigue el juego de la ocultación y el escaqueo, la mofa y la burla están a la orden del día. ¡Qué les voy a contar de Carlos Arribas! Publicó parte de los documentos de la Operación Puerto -los que afectan a ciclistas retirados- y después se dedicó a amparar, con encomio digno de mejor causa, a los que solo cabía dos años de sanción.
Ahora clama con su desprestigiada pluma auténticas vergüenzas. La Operación Puerto es una "una obra de excavación arqueológica inacabable, en un puzzle incompleto para siempre", en su querída metáfora de los arqueólogos. Lo del puzzle es nuevo, pero para que la frase quedase completa hay que señalar que el tiene varias piezas, y que jamás hizo nada por resolver la trama. Ni siquiera algo tan evidente como 18.- Valv. (Piti). El trabajo de su compañero de profesión que el viernes publicó que Frank Schleck efectuó en 2006 pagos en la cuenta suiza de Eufemiano Fuentes lo tilda de "gracias a los esfuerzos". ¿No será gracias a su profesionalidad? Ahhh, la ironía, qué sutil es. Casi tanto como "están todos, menos Valverde".
Recompongamos el puzzle. Eufemiano Fuentes cobraba en mano -lo sabe bien el imputado Saiz Balbás, detenido con 60.000 euros en efectivo- y también por transacción. Ninguna de sus cuentas fue investigada, y eso que movía 6 millones de euros al año. No se extrañen: tampoco se escrutó las dos CPUs y las nueve tarjetas SIM que estaban en sus pisos-patera. Eufemiano, hijo de contrabandista de tabaco -no prosperó tanto como Juan March, pero casi-, contaba con una cuenta en Suiza. Sí, el país del secreto bancario.
Como en el país helvético no existió la Operación Encubrimiento con la que se intentó ocultar el terremoto de la Operación Puerto -futbolistas, atletas, equipos enteros de fútbol, un porcentaje altísimo de los metales olímpicos-, las autoridades judiciales han seguido investigando. Para que se hagan una idea, tienen intención de encerrar a Ullrich -residente en Suiza- por delito fiscal, otra vía que en España no se ha utilizado. Y también han investigado las cuentas de Eufemiano, porque desde el caso del oro nazi expoliado a los judíos y ciertos escándalos con las fortunas de dictadores africanos y sudaméricanos ya nada es igual. Ni siquiera el chocolate o el queso Emmenthal.
Andreas Burkett, el periodista del Sueddeustche Zeitung, ya publicó en pleno Tour que Frank Schleck era amigo de Birillo. Nadie le hizo caso. Yo les aseguro que Schleck no es amigo de Birillo. Por esa época su periódico publicaba noticias fantasmágoricas, como que Cavendish había dado positivo en el Tour, pero que su muestra había sido analizada en un laboratorio del "sur de Europa" y que pagando un soborno la había hecho desaparecer. La credibilidad se pierde por estupideces de ese calibre, aunque lo de Schleck fuese cierto. Como para fiarse.
Tres meses después ha vuelto a la carga. Con pruebas. Lo ha hecho justo antes del Mundial, para hacer más daño y para obtener mayor repercusión. Una transferencia a la sucursal del HSBC de Ginebra por 6991 euros en marzo de 2006. Ordenante: Frank Schleck. Beneficiario: Eufemiano Fuentes. ¿Qué más pruebas quieren? ¿Qué más hace falta para perseguir a los ciclistas y al doctor, que se pasea libremente por el mundo, dotado de pasaporte y la mayor de las impunidades? Y paso a explicarles los detalles de la transacción, porque aquí en España la prensa ha dado cuenta de la noticia de una manera lastimosa.
- La curiosa cifra de 6991 euros corresponde a 7000 euros de la tarifa de Eufemiano. ¿Dónde se han quedado los 9 euros? Pues es tan sencillo como la tarifa que cobrar los bancos por transferencia. Gastos de correo, que los llaman, como si el dinero fuese en diligencia. A veces corren a cuenta del ordenante, otras a cuenta del beneficiario. Schleck le rebañó esos 9 euros a su hemodruida.
- El banco HSBC es el mayor banco del mundo. Tiene la sede en Londres, pero el 80% de sus operaciones se efectúan en dólares, para que se hagan una idea de sus ramificaciones y poder. Su oficina de Ginebra ya tuvo un relativo momento de fama por sus cuentas ocultas para "clientes especiales". Todo muy turbio, como siempre que hay políticos. En fin: este es el mundo realmente existente, qué les voy a contar yo que no intuyan.
- ¿Marzo de 2006? ¿Si?
Frank Schleck era un corredor normal. Pasó a profesionales en el año 2000 con 20 añitos en el De Nardi, un equipo italiano de Tercera División. En 2001 estuvo en Festina y en 2002 pasó al CSC. En 2003 obtiene algún resultado a final de temporada, operación que repite en 2004: 10º en el Mundial de Verona. Nada, absolutamente nada, hacía presagiar su explosión en 2005: empieza fuerte en Mediterráneo y P-N -¡ay, esas concentraciones invernales!-, queda cuarto en la Vuelta a Suiza y en el final de temporada encadena segundo en Zürich, en Emilia y tercero en Lombardía.
Y llega 2006. Transferencia bancaria de marzo de 2006. En abril, las clásicas: nuestro protagonista encadena la victoria en Amstel -su primer triunfo, de una manera espectacular-, cuarto en Flecha y séptimo en Lieja. Ya venía de ser quinto en P-N y se fue a Suiza a ser sexto. En el Tour ganó en Alpe d´Huez y acabó 11º. En su querido final de temporada araña un 7º puesto en Lombardía. Acaba tercero del ProTour, convirtiéndose en uno de los mejores corredores del pelotón. En 2007 la misma tónica, siempre en las mismas carreras: 10º en Amstel, 7º en Flecha, 3º en Lieja. En el top-ten en P-N, Suiza, P-V y Polonia, podio en Valencia. En el final de temporada, tras un Tour discreto, logra ser 4º en el Mundial, 2º en Sabatini y ganar en Emilia. Toda la temporada, all the long way. 2008, ya con 28 años: 2º en Amstel, 3º en Lieja. En Suiza se despeñó, pero iba a por el triunfo. Ganó el campeonato nacional y en el Tour fue tercero en Hautacam, el que más aguantó a los enCERAdos del Saunier. Fue líder dos días y podio virtual durante el grueso de la carrera, pero en la crono final cayó al 6º puesto. Su padre fue encañonado por la gendarmerie, que se tomó más en serio las primeras noticias de Andreas Burkett.
Si no ha ganado más es por su absoluta nulidad al sprint y en la crono, pero en muchas de estas carreras ha sido el corredor decisivo, el que rompía el pelotón. También tiene cierta propensión a caerse. Bajo todos los puntos de vista técnicos, un burro. Y aún así, miren que resultados. Bueno, al menos ya sabemos a que se deben. En Luxemburgo a los burros los llaman caballos de carreras. Por cierto, ¿Eufemiano tenía una cuenta sólo para que le pagase un único cliente? Mañana más.