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17 junio, 2005

La muerte de un ciclista

Morir mientras trabajas no es una bendición. Es cierto que algún cantante ligero gusta de proclamar que le gustaría morirse en los escenarios, o que a cierto sector de la política le encantaría expirar en pleno mitín, siguiendo la dramática muerte de Enrico Berlinguer (secretario general del Partido Comunista Italiano) en 1984. Estupideces. Lo dicen porque saben que eso les aseguraría el futuro y el coro de plañideras periodísticas mientras estuviese caliente el cadáver. Si eres ciclista y te llamas Alessio Galleti, morirse encima de la bicicleta es una maldición. Una pesadilla. Porque nadie se va a acordar de lo que has hecho antes, si no de cómo te has muerto.

A Alessio Galleti, clase 68 y más cerca de la retirada que de plantearse grandes objetivos, le falló el corazón subiendo el Alto de la Manzaneda mientras disputaba la Subida al Naranco. La Manzaneda es un puerto sencillo: consiste en una recta sostenida al 15% subiendo desde el valle del Caudal y que, con la expansión urbanística, te deja al borde de Oviedo. Poca cosa para un corredor de 37 años, experimentado y que había vuelto a la competición tras ser excluido del Domina Vacanze en el curso 2004 por encontrarse vinculado a uno de los múltiples doctores oscuros italianos. Galleti sufrió “una crisis respiratoria general”. O un ataque al corazón. Qué más da. Su muerte vuelve a arrojar sombras sobre este deporte, sombras que cuestan vidas y que ponen en primer plano carreras menores, no por el mérito deportivo, sino por el morbo del ciclismo, ese deporte que produce mitos y mártires por doquier.

En los últimos años ha habido varias muertes en el ciclismo, pero en estas circunstancias ninguna. A Sanromá y Kivilev les segó la vida una caída, a Salamson y Zanette una parada cardiaca al principio de la temporada, mientras estaban reposando. Pantani y Jiménez ya no eran ciclistas, pero como si lo fuesen. Morirse en la carretera como lo ha hecho Galleti no tiene precedentes. O si. Manzano entró en crisis mientras iba escapado en una etapa del Tour. Los síntomas, los mismos. Voy bien, voy bien, y de repente me quedo lívido y sin fuerzas, como Cristo en una buena representación del Descendimiento, mientras el director deportivo te acuna y te introduce en el coche. Tonterías. La muerte de Galleti huele a chamusquina desde el primer momento, porque ya sabemos mucho y porque voluntariamente cerramos los ojos para que este deporte no nos asquee.

¿Qué hacía Galleti ahí? Bueno, era compañero de equipo de Gentili, que se había impuesto hace poco en la Subida a Arrate de la Bicicleta Vasca. Quizás tenía que hacer un esfuerzo extra para que su compañero tuviese opciones de ganar en otra carrera, al fin y al cabo su equipo, el Naturino no tiene muchas oportunidades a lo largo de la temporada. Competía también un corredor de la tierra, el ovetense Mario de Sárraga. El equipo tenía que estar a la altura. Era sólo estar a tono en esta carrera, al däia siguiente en la Vuelta a Asturias, el campeonato nacional y a descansar. “Hoy te necesitamos, Alessio”. Al modesto corredor italiano, con sólo tres triunfos en su palmarés, seguro que no se le pasó por la cabeza que iba a ser su última carrera. “Hoy no nos puedes fallar”.

La Manzaneda no es el Ventoux. Galleti no es Tom Simpson. La Subida al Naranco no es el Tour. Aún así, que se sepa la verdad.
***
En la Vuelta a Suiza, escapada sin incidencias en la general y victoria para el nacional Michael Albasini, clase 80 y que el año pasado logró un meritorio 5º puesto en el GP de Zurich. Un nuevo éxito para el Phonak en una carrera Pro Tour, una senda positiva que iniciaron con el malogrado Fabricio Guidi y su tercer puesto en la Tirreno-Adriático. Segundo quedó el también suizo y del Phonak Gregory Rast, vigente campeón nacional y 4º en el GP de Frankfurt de 2004. Nacido en Ebikon (un suburbio de Lucerna, la gran ciudad de la zona), la etapa de ayer pasó muy cerca de su casa, con un recorrido final precioso en torno al lago de los Cuatro Cantones, cruzando por Schwyz y finalizando en Altdorf (los hermanos Zberg son de aquí). En la ciudad donde el Reuss forma el lago se encuentra el museo de Guillermo Tell, mítico forjador de la nación helvética, más conocido por la ópera y el episodio de la manzana que por su carácter político. No lejos, en Gersau, nació Oscar Camenzind, y en Kriens, otra extensión de Lucerna, hizo lo propio Eric Maechler, ganador de la San Remo 87 y la Tirreno-Adriático del año siguiente con los colores del Carrera. Tierra de ciclistas y de héroes.

5 comentarios:

Sergio dijo...

Perdon por postear tan tarde. He estado sin conexion casi todo el dia y solo ahora he podido poner el texto que llevaba escrito.

Anónimo dijo...

La verdad es que desde murió Tom Simpson hasta ayer habían muerto bastantes ciclistas, pero ninguno como lo hizo el británico, encima de la bicicleta, hasta que ayer se repitió con el italiano Alessio Galletti, pero yo como no se conocen las causas no quiero apuntar al doping.

Corredor veterano, la verdad es que de su generación se ven pocos ya, yo por lo que más le recuerdo es por formar parte del treno de Cipollini junto a Calcaterra y Scirea entre otros. Corredor modesto, con poco motor, se tuvo que dedicar a ser gregario y tener pocas oportunidades de lucir, porque no era un super clase.

Con un palmarés exiguo para bastantes años de profesional quizás dedicó alargar su carrera porque tenía ganas de ampliarlo y quizás veía la oportunidad en este modesto Naturino, donde se refugió a principio de temporada tu amigo Cecco Casagrande.

Dicen sus compañeros que había advertido que le dolían el pecho y la cabeza desde hacía unos kilómetros, ¿por qué no se bajó de la bicicleta al primer síntoma? quizás hubiera pasado lo mismo, pero si te sientes mal lo lógico es bajarte, no tenía sentido y más cuando son dolores tan raros, no le dolían las piernas que es lo lógico que le duela a un ciclista.

Todo esto supongo que no hubiera pasado si se hubiera retirado este año porque a veces una retirada a tiempo es la mejor victoria, y supongo que esa habría sido la mejor victoria para Galleti y los suyos, el seguir viviendo.

Descanse en paz.

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Por lo demás victoria en el Naranco para tu amigo Nocentini, ese que era tan bueno como Basso en su día, y que después de apuntar mucho en el Mapei se ha tenido que refugiar en equipos menores por incumplir esas expectativas. Sorprendente ver correr y acabar a Zabel, el mejor profesional para mí que he visto, que por cierto como estaba cantado hoy se ha sabido que no correrá el tour después de muchos años dando prestigio a la Grande Boucle.

Mañana empieza una descafeinadísima vuelta a Asturias (una más de las vueltas por etapas del territorio español gracias al pro tour) sin Baleares, Liberty, Euskaltel ni Saunier. En buena lógica los pupilos de Belda deberían llevar la voz cantante.

Y en Suiza hoy Ullrich ha cedido el liderato a Rogers que apunta alto, en la primera toma de contacto, todavía le quedan otras dos. No sé no le veo muy bien para estar tan cerca del comienzo del Tour, igual que a Mayo que ha dicho que llegaría en un momento óptimo al tour y a Valverde, al que de todas maneras para mí el tour le queda muy grande, a pesar de que este año el trazado no me parece muy exigente.

Saludos.

Anónimo dijo...

Mayo hoy aunque ha perdido 16 minutos ha dado batalla y ha estado escapado gran parte de la etapa. Todavía no se saben los motivos de la retirada de Valverde. Ullrich ha pedido tiempo sí, pero no siempre se puede ganar la Vuelta a Suiza antes del Tour, y eso que todavía no la tiene perdida. De nuevo un gran Koldo Gil, 9º en la general, y un Aitor González que se ha aupado al 7º de la general a 1:38 del líder, dando muestras de su buen estado de forma y de sus ganas, puesto que lo ha intentado otra vez. No estaba en el equipo del Tour, pero a día de hoy parece el hombre más fuerte de Euskaltel. Ojalá no se duerma en los laureles de cara a la Vuelta. ¿Indicios de recuperación de este portento?

Anónimo dijo...

Por lo que parece, al menos lo poco que he podido leer al respecto, Alexio ha sufrido un infarto y, al no haberse abajado y tratado el problema en un principio, le ha ocasionado la muerte. No creo que sea la primera persona que sufre un infarto en condiciones de esfuerzo intenso. Lo que quiero decir es que no hay que suponer que Galletti ha podido o no consumir sustancias dopantes haya o na haya tenido relaciones con el mísmisimo diablo. ¿Qué objetivos podía haberse marcado un corredor como Galletti de 37 años esta temporada para doparse o haberse pasado ingiriendo alguna sustancia dopante? Acaso iba a intentar ganar el Tour o algo parecido. La verdad, aún sin conocimientos, no puedo declararle cumpable ni siquiera juzgarlo.

Respecto a tu comentario sobre Lucerna, desde luego es la ciudad (+ región) más bonita de toda Suiza y, posiblemente, una de las más bonitas de toda Europa. El terreno, en general toda Suiza, es ideal para la práctica del ciclismo y simplemente ver las montañas ya incita a coger una bicicleta. Y desde luego si algo no tiene Lucerna son suburbios, al menos en el término despectivo que puede tener la palabra.

Un saludo.

Sergio dijo...

Gracias por vuestros comentarios. Hombre, suburbio no es despectivo.