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29 septiembre, 2011

Bajan los controles, baja el dopaje

 El dopaje ha muerto. Lo que parecía una lacra consustancial al ciclismo - y ahí está el recurrente argumento exculpatorio de que "siempre se han dopado"- ha desaparecido en la práctica durante este temporada, donde sólo han caído corredores de octava fila y Kolobnev, doble subcampeón mundial y bronce olímpico. Por supuesto, todo se presenta como una victoria.

La estrategia común es decir que, con la moderna alimentación ("bocadillos de diseño"), la ciencia aplicada y demás fruslerías, los ciclistas consiguen los mismos rendimientos -y ahi están las medias de las grandes vueltas, etapas de montaña y clásicas- que en los famosos tiempos de la barra libre. Que nadie se lleve a engaño: el rendimiento del Geox en la Vuelta, o el del Europcar en el Tour son perfectamente compatibles con la pulcritud.

Aunque no sea explícito, el discurso general es el de que los ciclistas han cambiado y todo eso. Por ejemplo, ahí está la epopeya de Tondo, que denunció a unos camellos que le habían ofrecido mandanga, cumpliendo uno de los sueños que tenía Lissavetzky allá por el 2005: "ya hay deportistas que están denunciando a esos traficantes", mucho más deseo que realidad.

Pero no nos quedemos en el ejemplo nacional, ese mismo que nos arroja la sanción a Sevilla ¡trece meses! después de su positivo, por sólo seis meses, y justo cuando acaba la temporada, para que el simpático corredor manchego no padezca mucho, porque se tiende a pensar que ya ha pagado suficiente, cuando todavía tiene pendiente lo de la Operación Puerto. Sí, están en lo cierto: se retirarán todos de viejos y les llegarán las sanciones.

En la UCI, que nominalmente lleva el rumbo del ciclismo y de la lucha antidoping (aunque después pueda llegar a acuerdos ocultos con el número uno del mundo en cuestiones como un positivo por clembuterol) tienen la fórmula perfecta para acabar con el problema del dopaje. No hay controles, no hay dopaje. Y tenga bien presente que este año el pasaporte biológico no ha producido ningún resultado. Ni uno.

La tendencia ya estaba marcada en 2010. Según la memoria oficial de la UCI (pág 178), el número de controles antidoping en sus áreas de competencia ¡cayeron un 17%! respecto a las cifras de 2009. Da miedo pensar en las cifras de esta temporada 2011, pero seguro que no mejoran. Más interés incluso tiene el desglose de los tipos de positivos, en la siguiente página.

Resulta que el único "whereabout faillure" de ¡toda la temporada 2010! debe ser el de Alex Rasmussen, que sin embargo ha afirmado que en esa temporada tuvo dos. A lo mejor se perdió por ahí hasta que la Federación Danesa la recuperó para evitar un espanto en el reciente Mundial de Copenhague. En todo caso, no dejen de observar la sorprendente cifra de que en todo ese año no hubo ni "missing test". De nuevo el pobre Rasmussen tiene uno (probablemente el único, ya verán) de todo 2011.

Dirán que la caída del 17% en tests (bueno, ya lo dice el informe: la caída es porque en 2009 hubo muchísimos) es por falta de financiación, la crisis y las tormentas solares, pero el dato que escama es el de ese "antidoping barato", que es los corredores que se saltan controles, o que no están donde dicen que van a estar. Ya ven que pocos se equivocan a la hora de dar al botón "envío", y eso que pueden tener dos errores. Pues ni uno.

Así también se consigue reducir el número de positivos. No hay controles, o los controles que se dicen funcionan así, y no hay dopaje. Y recuerden que Kolobnev fue cazado porque los controles en el Tour los llevaba la Agencia Francesa. En cuanto a Rasmussen, su historia tiene mucha más miga de la que nos ha contado: debe ser el único corredor olvidadizo del pelotón. Para el que se lo quiera creer, claro.
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El Giro se presenta a mitad de octubre -tras el Lombardía-, pero ya se van sabiendo las indiscreciones típicas. Tras la excursión recaudatoria a Dinamarca, habrá un final en el sur (Campitello Matese), otro en los Apeninos (Abetone, no se sube desde la exhibición hemodruida de Casagrande en 2000), Mortirolo por una nueva vertiente, y Stelvio. Dicen que en la misma etapa, y que alcanzaría en total los 5.900 metros de desnivel...
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Y en el Tour, el Grand Colombier, todo un acierto.
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Prácticamente un milagro: el primer responsable político que dice algo del estilo. Le lloverán palos de todas partes, pero ya era hora. Yo pienso que cada vez que el Niño Jesús oye la palabra "Copa América" llora.
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Relacionado con lo anterior, yo propongo que sea una Fundación. Y que una vez pasado el evento continue, para que las buenas energías no se queden ahí y tengan proyección de futuro. Fíjense lo que ya se ha conseguido con el representante de la inexistente oposición municipal: "surgió un acercamiento “personal y humano” con el alcalde". Nada menos. Aqui incluso se habla de "roce". El siguiente paso será el cariño, o directamente el amancebamiento.

27 septiembre, 2011

Bettini nunca se equivoca

Flipando consigo mismo
Se veía venir y el protagonista está cumpliendo las expectativas. El seleccionador italiano de ciclismo, el antiguo campeón Paolo Bettini, está resultando un desastre y, tal y como demostró cuando estaba en el sillín, el jamás tendrá responsabilidad de nada.

Tras el trágico deceso de Ballerini en enero de 2010, Bettini ya tenía formada su campaña (a través de la alcanforada Bicisport, por ejemplo) para auparse al frente del Commisariato Tecnico, con los previsibles desastres que cualquiera podía ver: "El también toscano nunca ha disimulado sus ambiciones, pero su estilo y características distan mucho de las del doble ganador de la Roubaix", escribía por entonces, meses antes de que la FIC oficializase la decisión de nombrar seleccionador a este personaje.

El Mundial de Geelong, que había sido interpretado maravillosamente por Ballerini, se saldó con un cuarto puesto de Pozzato, un buen resultado pero lejos de lo esperado, especialmente cuando se coló en el podio alguien claramente inferior como Allan Davis. El italiano entró tarde al sprint y mal colocado, y el seleccionador se encargó de poner el dedo en el ojo (tras haberlo untado en arnica y dándole vueltas), descargándose de cualquier responsabilidad.

Yo ví a Bennati de arcoiris
El desastre anunciado de Copenhague de 2011 es el peor de la squadra azzurra desde 1983: Bennati, el líder predestinado, sólo ha podido ser 14º. Estaban todos los ingredientes: un líder que rara vez ha ganado a los mejores del mundo, una selección de jóvenes inexpertos y que corren en equipos continentales, y un seleccionador vanidoso, que nunca pierde y que hace un mes hacía este análisis del recorrido.

"No recuerdo a Cavendish ganando en un final de este tipo, de 500 metros al 5%, a lo mejor me olvido de alguna llegada (...) no me parece su tipo de llegada". Lo que yo no recuerdo es a Bennati ganando una gran cita. O al joven Modolo. O a Visconti. O al viejo Paolini. Quizás no tenía otros corredores donde escoger, pero en Italia siempre ha habido buenos gregarios muy capaces para un circuito como el danés.

Lo digo porque el brillante estratega Bettini metió a su amigo Paolini en la fuga, como si fuese a dar miedo a alguien. "Ha andado muy fuerte, quizás demasiado" (¿?), mientras en la misma e incongruente frase critica a Gavazzi y Visconti, primero diciendo que han hecho un buen trabajo manteniendo la media alta para quemar a los gregarios de los grandes equipos (y a ellos mismos, llegadores muy solventes), pero que deberían haber estado con Paolini. O sea, en la fuga.

No se lleva a hombres veloces para quemarlos persiguiendo. En esa labor hubiese ido perfecto Bruseghin, muy en forma como se vio en la Vuelta. Después reparte críticas a todos en general ("había dicho claramente que en los dos últimos kms. había que estar unidos y no dejarse cerrar", que es como decir "no os caigais"), de Modolo dice que se ha sentado cuando tenía una buena posición junto a Greipel (dando a entender que tenía el bronce a tiro), o incluso diciendo que tenia que estar con Cancellara, ¡con Cancellara!.

Sirve para que no se escapen las ideas
A Bennati, curiosamente, no le da un tirón de orejas, le basta con decir que se quedó cerrado. Será porque es paisano toscano, aunque con otro carácter. Como Ballerini. Bettini, farruco, ha dicho que ponía su cabeza a disposición del que quiera cortársela (Di Rocco ya ha dicho que no) y apenas acabada la carrera ya estaba respondiendo las brutales críticas que le habían hecho durante la retransmisión tanto Saronni como Cassani.

"Hacen bien, hay que lograr audiencia", ha declarado a la Gazzetta. Que nadie se extrañe de la actitud socarrona de este mafioso, que ya dejó buenas muestras cuando era ciclista profesional. Él nunca perdía, eran los demás los que le hacían perder. "Las carreras fáciles son una gran lotería: lo demuestra el hecho de que Cancellara haya sido cuarto (...) quiere decir que gente que no es muy rápida ha sido capaz de ir muy fuerte en un final así de fácil".

Habla como si jamás hubiese visto correr a Cancellara y lo que es capaz de hacer en un sprint. Sin ir muy lejos, como si no hubiese visto el final de este año en la Sanremo. Bettini seguirá de momento al frente de la nazionale, garantizando situaciones estrambóticas, la presencia de Paolini y polémica, pero especialmente las típicas polémicas que siempre han rodeado a la selección italiana y que Ballerini supo superar.

26 septiembre, 2011

Un año sprintando con el arcoiris

Daddy boy
No hubo nada en el Mundial de Copenhague. Ganó el favorito único en la previa -y el que veía otros no había desconocía los últimos cuatro Tours, desde que en 2008 eclosionase el fenómeno británico- y una carrera llana y perfectamente controlada por el equipo del ganador, convirtió una de la mejores citas del año en una etapa de gran vuelta. Insulsa y ya vista.

Con un sol crepuscular, los más de doscientos ciclistas que disputaron el Mundial realizaron un ejercicio físico de menos de seis horas, a 45 km/h de media, y donde más de 100 entraron en tiempo del ganador, y más de 170 acabaron la carrera. Muchos de los que no lo hicieron fue por caída, no por un recorrido desasosegante.

La carrera resultante, dadas estas condiciones, fue así: la selección de Reino Unido controló la carrera -impresionante Wiggins en la última vuelta- y, a falta de un km., dejó al mejor sprinter del mundo para que ganase el único Mundial que tiene al alcance de sus piernas, dinamita para el llano y plomo para las subidas.

A sus flancos se organizaron otras selecciones, como la ridícula Italia (el peor resultado en un Mundial desde 1983, y una temporada lamentable de todos sus federados), la potente Australia o la disciplinada Alemania, que también contaba con un líder claro. A 350 metros de meta Hayman, el último australiano, se aparta y deja a Freire en cabeza, que para en seco y duda mientras el sprint se lanza por el lado contrario.

Por allí iba Cavendish, que encontró un increíble hueco pegado a las vallas que le permitió obtener la ventaja suficiente para entrar netamente desmarcado sobre todos y cada uno de sus rivales, todos menos uno: el australiano Goss entró muy cerca, una plata que augura un futuro oro porque este corredor pasa muy bien las cuestas.

Greipel birló el bronce en el último momento a Cancellara, conformando un podio que compartió el mismo maillot del HTC en 2010: para 2012 todos estarán en equipos diferentes, incluyendo el otro oro con el que se despide la última encarnación del T-Mobile: el alemán Martín, arcoiris CRI, se cayó y no pudo preparar el sprint para Greipel. En el HTC todos saben preparar el sprint.

Por eso habían seleccionado a Reynés, ese mallorquín que obtuvo en 2005 la primera victoria ProTour para España (una etapa de la París-Niza) y que desde entonces ha estado en los mejores equipos de llegadores, incluyendo el HTC y ahora el Lotto,  sin mojar ya nunca más. También se cayó, y Freire afrontó, como casi siempre en su vida deportiva, el sprint en solitario.

Quien confiase en la estulticia del murciano que nunca gana nada -y que en cada paso por meta iba a 50 puestos de Freire-, y que en los días previos al Mundial había dicho en los medios de su región de origen que "tenía sus opciones", sabría perfectamente que el cuarto Mundial de Freire se perdió hace muchos años, y que ahora sólo queda mediocridad, vejez y pulgas con grandes aspiraciones.

Si Freire era el líder para este Mundial es porque el ciclismo español no tiene recambio para un corredor que, bajo muchos puntos de vista, jamás tendrá recambio; si el ciclismo español no tiene otros hombres veloces dignos de tal nombre quizás tenga otra razón, igual que la tiene el sombrío panorama en la crono, especialidad donde hace no tanto se contaba con algunos de los mejores especialistas del mundo. En España no hay sprinters.

Y era un Mundial para sprinters. Lo dijo el propio Cavendish en meta, extrañamente sereno tras habernos acostumbrado a llorones en etapas de Tour o cuando ganó la Sanremo: "hace tres años, cuando vimos el recorrido del Mundial, todos los ciclistas británicos nos conjuramos para ganar este oro". ¿Qué hacía hace tres años De Santos?

Difícil saberlo. Desde luego, a su elogiado Ventoso -al que sigue desde categorías inferiores- no le podía haber dicho nada, visto que estaba sancionado por doping, después en equipos de mala muerte y, esta temporada, ya en un equipo grande, lo han explotado hasta la saciedad -también por una serie de contratiempos de todo tipo en el equipo- con Giro-Tour tras tres años sin disputar una grande.

Esto es lo que hay en España para el Mundial. Un ciclista de 35 años que perfectamente puede ganar en una semana la París-Tours, pero que dilapida año tras año su impecable historial en el Mundial, y nadie más. Dicen que para el próximo año, con el recorrido de Valkenbourg -final en el Cauberg- tendremos más opciones, confiando en un corredor que viene de dos años de sanción por dopaje, o en en otro corredor que jamás ha ganado una cita importante es ese región de Europa, aunque participe todos los años rozando el podio, o en el pintoresco catalán que quiere ganar una gran vuelta, pero que de vueltas sólo ha ganado la de su casa y ante un amigo.

Realmente, viendo como funcionó ayer la selección de Reino Unido -un engranaje perfecto para un ganador predestinado, sabedor de que sólo tendrá esta oportunidad en su carrera deportiva-, la australiana o la alemana -Hondo pilotando el pelotón en el último km-, no se puede esperar nada de España de cara a los próximos mundiales. Y si no, recuerden nuestras bazas, su forma de leer la carrera o lo contentos que se quedan con sus medallas de plata, bronce o su cuarto puesto eterno. Lo del noveno puesto de Freire sólo es la punta del iceberg, la parte visible del desastre de planificación y ejecución.

 En cuanto al campeón, que cambia al Sky para 2012, y si consigue sortear la maldición que lleva aparejado el maillot arcoiris, le espera un año completo sprintando en etapas llanas con el arcoiris; el maillot del campeón del mundo no se verá en las mejores carreras del mundo: como mucho la Sanremo, la G-W, el Giro y el Tour. Así es Cavendish, así son sus características. Este es el campeón que deja un circuito como el de Copenhague.
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Estos son los cuatro fichajes que ha hecho el Saxo Bank para 2012: Jonas Aaen Jørgensen, Jaroslaw Marycz, Ran Margaliot (primer corredor profesional israelí) y Paulinho. Sobran los comentarios.
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Más entrevistas con Freire, siempre entretenidas y con mucho juicio: esta en el periódico local y esta en el Deia.
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El Mundial de Florencia 2013, en serios apuros económicos. Menos mal que en Ponferrada 2014 está todo asegurado y en marcha. De hecho, "ya es eterno".

22 septiembre, 2011

Hay Mundial

El Mundial de este año cae el domingo 25 de septiembre en Copenhague, una ciudad que ya ha albergado en cuatro ocasiones la cita ciclista, con victoria en las dos últimas del gran Van Steenbergen (49 y 56), que junto a Merckx y Freire son los únicos ciclistas que han ganado tres veces el Mundial después de la II Guerra Mundial.

Como siempre desde 2004, se repite la eterna letanía del cuarto Mundial de Freire. Estaría bien que el cántabro, que también ha ganado dos de sus tres Mundiales en una misma ciudad, lograse el título en Copenhague, una ciudad que ha hecho de la bicicleta uno de sus símbolos de identidad, pero tampoco pasaría nada si así no fuese.

Al igual que nunca hubo sexto Tour de Induráin, lo más normal es que no haya cuarto Mundial de Freire. Por la cifra, por la edad, por los rivales, por el recorrido y porque su última victoria queda ya muy lejos. Igual que el sexto Tour del navarro fue probablemente el de 1990, el cuarto Mundial de Freire pudo ser el de Plouay 2000, o cualquier otro de sus mejores años.

Aquella edición de hace once años guarda muchas similitudes con la del próximo domingo. Un recorrido muy fácil (en Copenhague sólo hay 2.000 metros de desnivel acumulado en 260 kms.) y un final en ligera pendiente, que este año es incluso más suave. Un enganchón entre el manillar de Freire y el de Bartoli impidió mejorar el bronce, mientras que el oro y la plata fueron a corredores muy inferiores.

Para este año se prevé sprint masivo. La selección más interesada es la de Reino Unido, que va con el mejor sprinter de su época y que tiene una oportunidad única (Mundiales así de llanos sólo salen una vez cada década) para conseguir el arcoiris: Cavendish llega en forma y el resto de selecciones lucharán para evitar el sprint. De ahí viene el mayor interés táctico del Mundial, que no es poco.

Arropado por una de las selecciones más potentes (Thomas, Wiggins, Millar, Froome), capaz de tirar abajo cualquier escapada, el mayor peligro vendrá de los llegadores. Desaparecido Pozzato, en el Mundial estarán Cancellara en una de las mejores formas de su vida -como demostró en la Vuelta- y Gilbert el imbatible, en una de las mejores formas (o lo que sea) de la historia del ciclismo.

A ninguno de estos dos campeones, a los que no cuesta ver con el arcoiris, le vale un final al sprint masivo, donde apenas rascarían medalla. En condiciones ideales, son mejores tanto Freire, como Hushvod, como Sagan, al que habrá que ver si no le afecta la distancia y el cansancio de la Vuelta: de los favoritos, es el único que llegó a Madrid, e incluso ha competido en una carrera en Italia. Ganando, cómo no.

La selección australiana presenta un conjunto muy potente (Gerrans, Goss, Haussler, O´Grady y Rogers), pero donde el brillo del actual campeón de la Sanremo -anónimo el resto de la temporada- no oculta que les vale una escapada donde vaya Gerrans o cualquiera de los otros magníficos corredores con los que cuenta. En las mismas está Italia: ni un completamente ido Bettini se puede creer que Bennati tenga alguna opción en el sprint final, de ahí que su estrategia vaya en fugas donde puedan colar a su amigo Paolini o a Visconti. ¿A que cuesta imaginarlos con el arcoiris? Pues eso.

Y lo mismo con Alemania: ni Kittel, ni Greipel, ni Degenkolb pueden aspirar a ganar un sprint mundial, habrá que ver como manejan la opción de sprint masivo para intentar rascar una medalla, o colar al peligroso Martens (anónimo en la Vuelta) en alguna fuga. En el sprint final, de producirse, habrá corredores que se desenvuelven muy bien en la distancia y el final en cuesta, como el bielorruso Hutarovich o los eslovenos Bozic o Bole, por no hablar de Boasson-Hagen si a Hushvod le pasa algo.

En la lucha por evitar el sprint final un importante aliado es la selección de Francia, que cuenta con atacantes natos como Voeckler y Chavanel -ambos muy en forma- y una opción difícil en el sprint final con Romain Felliu, un sprinter que tiene la misma mala fama entre su colectivo como algún día tuvieron Blijlevens o McEwen.

¿Y qué pasa con España? Pues va con una selección donde sólo existe la opción de Freire al sprint. Otros años se reclama algo así y acabaron saliendo los esperpentos de Stuttgart 07 o Varese 08. Este año no se lleva a ningún corredor mínimamente resolutivo en una fuga, porque Rojas no lo es. La corte española del Rabobank (Barredo, Gárate, SMS Sánchez) forma el núcleo junto a Flecha, Reynes, Erviti y Lastras. Son buenos corredores, sin duda, ¿pero quien daría vía libre a una fuga donde fuese cualquiera de ellos?

Como siempre, el Mundial será una de las mejores carreras del año, y no sólo por la victoria en palio. El juego de estrategias será decisivo y apasionante en la única cita anual con el ciclismo de selecciones. Hay Mundial.
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El título arcoiris CRI para Tony Martin, archifavorito en la vigilia. El alemán fue sobre raíles en un circuito urbano, aplastando a los rivales. Wiggins se alzó con la plata (magnífica su temporada: hay mundo fuera del Tour) después de que Cancellara tomase una curva a la salida de un tramo de pavés como si fuese Flecha: se dejó unos segundos vitales apoyado contra la valla para no caerse. Cuarto B. Grabsch, un ciclista que sólo vale para estos recorridos, y que es al ciclismo como una apisonadora al automovilismo, quinto la joven estrella Bobridge, sexto Porte y séptimo Millar. Castroviejo fue 11º, un gran resultado para su edad.
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El Mundial 2015 va a Richmond, Virginia. De la misma manera poco honrosa que Ponferrada 2014, la ciudad americana obtiene el evento por falta de competencia, dado que sus sus rivales Quebec y Oman se retiraron. Será la segunda vez que un Mundial se dispute en EE.UU, tras el de 1986 con victoria de Moreno Argentin a tropecientos metros de altitud. Esta vez los ciclistas afrontarán un clima húmedo-pegajoso, el propio de las plantaciones de tabaco que dan fama a la ciudad. Asimismo, la Vuelta a afrontará una dura competencia con las carreras canadienses y americanas: más de uno se quedará todo septiembre en el continente americano como mejor preparación, y calendario no le va a faltar.
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Entrevista a Freire. Muy larga, entretenida y sin desperdicio.
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"Diez semanas para cuestionar la forma en la que nos movemos". Hombre, aquí lo que habría que cuestionarse es dónde estabais hace cinco años, cuando atravesar cualquier gran ciudad española -con la excepción de Barcelona- era asegurarse de que no ibas a encontrarte a más de cinco personas en bici. Ahora todo el mundo se apunta al carro, perdón: a la bici. "Diez semanas para celebrar la cultura de la bici". Adorado sea el nuevo Dios. La fe del converso.

El programa es ridiculo: en las casas okupa hacen lo mismo pero no lo camuflan con la palabra "arte". Y tampoco con el dinero público. Qué vergüenza: sacarse fotos con la bici, el puto bici-polo y promoción de LEDs para radios. El conjunto se llama Lo normal es muy raro, pero debería llamarse Los anormales sois simple masa. Y pretendeis ser hegemónica. Otra bici es posible. Sin vosotros y vuestras ínfulas de transcendencia. La bici es un simple instrumento, no un nuevo Dios revelado que merezca "diez semanas de celebración", cual vellocino de oro.

20 septiembre, 2011

Esas pequeñas casualidades del ciclismo

Te quedan dos años sin maillot
Con la temporada prácticamente agotada, con la previsible carta de servicios de la Vuelta inmaculada (¡un saludo al héroe de Hautacam 2008, que ha vuelto a sortear todos los obstáculos!), un aparente hecho menor viene a confirmar lo que se venía apuntando desde las primeras pedaladas, allá por enero.

Primero, que el dopaje ya no existe. Murió de éxito, porque este año no ha habido positivos -aparte del idiota de Kolobnev- y previsiblemente no los habrá. De hecho, el post de hoy va de dopaje, pero no de positivos, y no me estoy refieriendo a Valverde, Basso o Ullrich, esos ciclistas tan vinculados al dopaje que, empero, jamás han dado positivo.

Y segundo, que hay una clara voluntad por parte de todos los organismos encargados de combatir el dopaje para que este desaparezca sea como sea, incluso pervirtiendo y conviertiendo en una ridícula farsa su función original, si es que algún día tuvo visos de llegar a algo.

Hete aquí que con una temporada prácticamente inmaculada, y en plena víspera del Mundial, conocemos el simpático caso de Alex Rasmussen. Verán como, una vez más, siempre que hay algo de este estilo en el ciclismo, se suceden las casualidades, los accidentes y se despliega esa conocida mortaja que deja a cualquiera con la sensación de que aquí ha habido mucho más de lo que se cuenta.

Rasmussen es un ciclista danés de 27 años especialista en pista, donde ha sido tres veces campeón del mundo en tres modalidades diferentes, entre 2009 y 2010. Precisamente ese primer año empezó a competir en profesionales de ruta, enrolado en el equipo local Saxo Bank, destacando como un corredor veloz, para en 2010 conseguir sus primeras victorias (cuatro, debutando con la crono de Andalucía)

En 2011 pasó al HTC, donde consiguió acabar Roubaix, el Giro (2º en la crono final), ganar la prestigiosa clásica de Filadelfia y formar parte de la corte de Cavendish. En esas estaba cuando, el pasado 15 de septiembre, se supo que se había saltado un control antidopaje y que en otras dos ocasiones no estaba donde decía que iba a estar,  siendo suspendido por su federación, expulsado de su equipo, abandonando el Tour de Gran Bretaña donde estaba compitiendo y con su contrato para 2012 en el Garmin anulado.

Verán, eso de saltarse controles antidopaje y que acaben en sanción de dos años sólo se ha visto en Dinamarca. Lo sabe bien el otro Rasmussen, que perdió un Tour de Francia sin dar positivo porque, gracias a un desliz periodístico, su federación tuvo que sancionarle, aunque hasta entonces estaba compitiendo en el Tour 2007 sin ningún problema. Ni de su federación, ni de la UCI, ni de la organización, ni de su equipo, todos partes interesadas en que un corredor que se salta tres controles antidopaje no pueda salir, había salido nada hasta la tercera semana de aquel Tour.

¿Por qué en Dinamarca y no en otros países? ¿Acaso son menos olvidadizos los corredores de otras nacionalidades? No lo creo. Creo más bien que ahí se han tomado el asunto en serio, y basta ver las balbuceantes, párvulas y estúpidas razones de Alex Rasmussen para comprender que debajo de este asunto hay mucho más.

Al parecer, la perlita de Rasmussen ya se había saltado dos whereabouts en 2010, algo de lo que en el HTC, que lo firmó para esta año, no sabían nada. ¿Se pueden creer que este equipo, heredero directo del T-Mobile en corredores y estructura, no comprobase esto? Lo comprobó, porque es de oficio, y no le importó, porque los problemas surgen a partir del tercer olvido. Mientras tanto, rige la máxima suprema del ciclismo: mientras no hay positivo, no es dopaje; mientras no hay tercer olvido, no es dopaje. Y lo mismo con el Garmin, claro.

Lo más gracioso es que el comunicado oficial del HTC lo escribe Rolf Aldag, aquel gigantón alemán que confesó haber competido toda su vida profesional completamente dopado, y que en el Tour era capaz de escalar, tirar abajo escapadas, preparar un sprint y freir un huevo. Cambió el sillín por el sillón del coche de equipo con una celeridad que daría envídia a Igor González de Galdeano, si esto fuese posible en alguien sin rubor. Por cierto, dicen que va a acabar en el Quick Step, porque es una pena que se deje perder tanta experiencia.

Dice, como muy serio, que Rasmussen se saltó un tercer control y que no informó al equipo. ¡Acabaramos! Si no informó de los dos primeros, ¿por qué habría de hacerlo del tercero? ¿Por el simple hecho de estar enrolado en el HTC? ¡Acabaramos! Al día siguiente de conocerse que sus dos próximos años serán sin dorsal, el corredor se confesaba a un medio local, lascivos y rastreros con los suyos como sólo lo puede ser un pequeño e insignificante país.

Recuerden que estamos hablando de la misma patria de origen de Hamburger (uno de los mayores politoxicómanos de la historia del ciclismo), Riis o Rasmussen, por no hablar del simpático y nunca bien ponderado Rasmus Damsgaard. Ahí la prensa aplaude, aunque intenten vender la imagen de algo diferente, y lo hace hasta con las orejas.

Según Rasmussen, "unos errores estúpidos me van a costar dos años". Vamos, que no se dopó. ¿Se creen que el periodista le va a cuestionar algo? Qué va, es un mentidero para que el corredor vaya desgranando sus "errores estúpidos". El primer control saltado se remonta a febrero de 2010: estaba en la Seis Días de Berlín, había puesto hasta el nombre del hotel, pero se olvidó dar al botón "enviar". Ni Groucho Marx, oigan.

El segundo control saltado fue por no rellenar la plantilla de su localización para el último trimestre de 2010. Pensaba que su federación iba a alzar la mano en el primer y el segundo caso, pero no fue así, así como tampoco sucedió que informase a su equipo que estaba fichando a un corredor con poca memoria, tanto que un nuevo descuido iba a acabar con dos años de suspensión.

Y pasó el tercer descuido, concretamente el 28 de abril. Había dicho que estaría en su casa de Girona (sin comentarios), y resulta que estaba en Dinamarca "en la confirmación de mi hermana", un detalle sensiblero que me ha tocado el alma. No, no: el tercer control saltado no fue en la semana clave antes del Giro de Italia, qué va, fue en la semana de la confirmación de su hermana. Patético.

El 18 de agosto le informaron de su particular historial, del que en todo momento pensó en librarse, a saber por qué experiencia previa, por qué favores o por qué conocimiento interno del mundo del ciclismo. No ha sido así, aunque ha pasado casi un mes y la suspensión le ha pillado en plena competición, donde sus amigos y compañeros Cavendish y Renshaw se han puesto las botas. Tampoco han tenido especiales afectos por su compañero danés, caído por olvidadizo.

Como todo aficionado al ciclismo sabe, el Mundial de este año se disputa este domingo en Copenhague. El líder natural de la selección anfitriona hubiese sido Breschel, que en los tres últimos Mundiales luce una impresionante serie de 3º-6º-2º. Caído al inicio de la Vuelta, la selección danesa acudia a su cita con un único hombre rápido: Rasmussen.

Será otra de esas benditas casualidades del ciclismo que se haya sabido este caso justo en la previa del Mundial, será, pero todo esto recuerda demasiado a lo de Dekker, otro que dio positivo y hasta año y medio después, tras haber pasado una vomitoma y a punto de tomar la salida en el Tour 2009, decidieron que era la hora de que saliese a la luz.

No estoy muy convencido de que Rasmussen cumpla sus dos años de sanción. Es probable, porque así está el ciclismo, que alguna de las instancias deportivas considere aceptables sus controles saltados, incluso el de la hermanita (ahí hubo un control saltado, en lo otro es falta de localización) y le den una nueva oportunidad a este joven talentoso, que para eso es lo primero y lo segundo, auténtica salvaguardia cuando se trata de dopaje y mientras no te llames Riccò.

Lo que si es cierto es que Rasmussen se pierde el Mundial de su casa. Y esto es lo más significativo -por tiempo, por lugar, por forma, por nacionalidad- de este supuesto caso de errores de agenda, lo que han pretendido presentar las partes implicadas.
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¡Qué bueno es el Movistar! ¡Y su marketing ni les digo! Documental de propaganda, actividades al aire libre con -casualmente- gente del mundo de la información...jo, el día que les toque publicar algo malo, lo harán de manera objetiva.
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Una buena noticia.
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Exclusiva mundial: en este periódico local ya saben quien participará en la Vuelta 2012.
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El Mundial 2014 como catalizador de utopías.
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Curioso artículo (y de portada) en Der Spiegel. No ya porque dedique un lugar tan central a un asunto tan nimio como la circulación vial (nimio considerando la tormenta financiera y la brutal crisis económica que durará lustros), sino por el tratamiento reservado al ciclista: está muy bien que se rompa el tabú consistente en que, por el mero hecho de ir en bicicleta, eres un ángel, pero hay otras formas y otros términos para decir lo contrario.

13 septiembre, 2011

Un equipo que respira

Respira bajo el agua y al aire libre
Cuando el año pasado, allá por agosto, se anunció que la estructura Matxín y Gianneti tenía un nuevo patrocinador para suplir el cutrerío de Footon-Servetto (que dejó para la historia uno de los maillots más feos de la historia del ciclismo), todo apuntaba a que era un superequipo.

Lo era por el patrocinador implicado (Geox, una empresa italiana de zapatos y prendas deportivas de dudoso gusto estético y que supuestamente respiran) y porque empezaron haciendo el equipo por el tejado: el fichaje doble de Carlos Sastre y Menchov auguraba, cuanto menos, una guarnición de corredores a la altura de estos corredores habituales en el top-five de todas la grandes vueltas del último lustro.

Nada de eso se confirmó. Lo que acabó siendo el Geox era poco más que el Fuji (2009) o el Footon (2010), con la extraña pareja ruso-abulense. Fichando corredores vinculados a Matxín que estaban dando tumbos por ahí (De la Fuente, Cobo), un cadáver deportivo galaico-portugués de 35 años, un colombiano de dudosa trayectoria que ya quiso para sí en el Saunier y absolutamente nada más, a nadie sorprendió que en enero el Tour anunciase que no irían a la carrera.

Al poco se conoció el maillot, y ahí ya se vió la curiosa amalgama de patrocinadores minúsculos, rodeando como un enjambre a la palabra Geox: al igual que los maillots de los anteriores años, ahí no había un patrocinador preponderante, simplemente acumulación con horror vacui de patrocinadores pintorescos como Cantabria infinita (¿Del Sella al Nervión?) y los suministradores de material deportivo.

Y la temporada ha sido desastrosa: hasta la Vuelta a España, el equipo había conseguido ¡tres! victorias, a cada cual más brillante: la clásica de Almeria (Pelucchi), un sector de etapa en el Trentino (Duarte) y una etapa del Brixia Tour, carrera que ha estado a punto de no celebrarse. Y los puestos de prestigio están acordes a las victorias.

Vale que cuando fichas como estrellas a Menchov (en 2010 no ganó ninguna carrera, y como mucho gana tres al año) y Sastre (sobran dedos para contar sus victorias profesionales) te arriesgas a este tipo de resultados paupérrimos, pero aquí lo que interesa es que el Geox, por arte de magia o de chuletón de kilo consumido en algún lugar entre Galicia y Asturias (vía León) ha sido una máquina de arrasar en la Vuelta a España.

No empezó bien, no: en la CRE por equipos de Benidorm, el equipo que anuncia calzado que supuestamente evita el mal olor quedó ¡el penúltimo!, sólo superado por el Andalucía por razones obvias. Se dejaron 43" en 13´5 kms., con fuertes críticas de Sastre hacia la dirección alopécica. Ya sabemos que el abulense es un españolazo de esos de boca gruesa y lengua tocinera, pero quizás matizaría sus declaraciones de saber que el Footon fue el último equipo en la CRE inaugural de 2010.  Poca diferencia en un año, empero.

Sin embargo, todo responde a una cuidadosa estrategia de Matxín, que para algo tiene perfil, altura y ambición de gran estratega, porque lo importante es creerselo. El Alejandro Magno bilbaíno (pero que ha encontrado su Persia en Cantabria) siempre planifica sus carreras así: en el Giro 2008, ese en el que Riccò ganó dos etapas y llegó al último día con sólo 4" por debajo de Contador, fueron los 15º en la CRE inaugural.

Aquí lo importante es cúando se come el chuletón, y desde luego no tiene que ser en las primeras etapas, como demuestra la epopeya de Ricco. Como sabrán, el Geox llegó a Asturias a tal nivel que regalaron la etapa de la Farrapona (2º De la Fuente, escapado el día anterior 150 kms. y con 4.500 metros de desnivel, 3º Cobo) y aplanaron el Angliru con Cobo sin levantarse de la bici en ningún momento y Menchov tercero. En toda la temporada no había hecho nada ni minimamente parecido.

Eso es lo que cuenta. Como también cuenta que el equipo, construido con retales, corredores amortizados, viejos amigos de Matxín, el hijo de Gianneti (que es profesional por sus méritos y no por ser hijode, ojo, el ciclismo es un deporte donde no se practica el nepotismo) y neoprofesionales italianos no tuviese, ni mucho menos, garantizada su continuidad para el próximo año.

Según publica la Gazzetta, Geox se deja más dinero en patronizar los zapatos del conductor de bólidos Vettel que en el ciclismo. Y que el patrocinio para 2012 no está asegurado. De hecho, el propio Cobo sólo tenía contrato por un año -y con unas condiciones económicas muy bajas-, igual que Sastre, que ya ha anunciado que no continuará. El resto de la plantilla andará en la misma tónica, salvo Menchov. Este es el equipo que toma la salida en Benidorm (20º, qué papelón): un equipo desesperado.

Ahora, con los laureles del éxito, se cuenta con que aparezcan patrocinadores. Ya veremos, como demuestra el caso del Leopard -compitiendo en la mejores carreras del mundo siempre en primeros puestos, y sin patrocinador todo el año- y las recientes fusiones de equipos. De hecho, la propia estructura Matxín/Gianneti ya fue objeto de esos rumores a finales de 2008, y ahora dicen que se cortejan con el Astana.

En esas condiciones, que nadie se extrañe que un corredor que tenía hace tres meses pie y medio fuera del ciclismo sea capaz de ganar la Vuelta, o que su equipo gane la clasificación por equipos con una ventaja sideral. Así, que nadie se extrañe del rendimiento esta Vuelta, es una mera lucha por la supervivencia: si sale bien, continuo; si sale mal, no me voy a quedar peor de como estaba. Hay que conseguir que en el ciclismo este tipo de cálculos salgan siempre negativos para determinada gente muy marcada por su pasado. Si no, nunca podrá ser posible la regeneración.
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Entrevista bastante insulsa a Olano, que incluso llega a ver en la famosa rotonda de Haro "una moto". Conocía a El motorista fantasma (Ghost Rider, un personaje de Marvel Comics), pero no la moto fantasma. Eso sí, no esconde culpas y reconoce que fue un fallo de organización.
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Cobo y sus rarezas.
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Vídeo-biografía de Cobo. Lo mejor de los vídeos son los comentarios del Dúo Cómico. Por cierto, me había olvidado que esta bestia cántabra fue el primero que atacó el día de Hautacam...

12 septiembre, 2011

El Bisonte y sus cuernos

Altamira contemporánea
Se quejaba algún docto entendido del ciclismo que, tal y como estaba planificada la Vuelta, la última semana aportaría bien poco y sería totalmente intrascendente. No ha sido así, y ni aunque hubiese habido algo más de los 13" entre el primero y el segundo, la última semana hubiese sido anónima.

La Vuelta ha salido incluso mejor que la de 2010, y ya es decir. Los mimbres estaban bien puestos, sólo hacía falta saber verlos y esperar el desarrollo. Tras el inolvidable final de Peña Cabarga, los ciclistas se tomaron un día de descanso camino de Noja -triunfo de Gavazzi en fuga, que llego a contar con nueve minutos- y el viernes con una borrachera de público y éxito en Bilbao.

El doble paso por la ciudad vasca fue parecido a un Mundial, con un circuito repleto de gente, pintadas en la carretera y un vencedor local, nada menos que Igor Antón. El de Galdakano se coló en la fuga del día con Bruseghin, un kazajo y su compañero Verdugo. El pelotón dejó hacer -dejó de tirar para la etapa con 50 kms. para meta, en el primer paso por Bilbao- y Antón sacó 30" a Bruseghin en el segundo paso por el alto, suficiente para plantarse en meta solo.

En el pelotón Froome probó, sin éxito, a Cobo, mientras se veía por primera vez en carrera a Wiggins haciendo de gregario. Cosas del director del Sky. Al día siguiente, camino de Vitoria, Froome y su director dejaron para el anecdotario del ciclismo algo que no se olvida: en vez de sprintar por la bonificación del sprint intermedio, el corredor keniata lo hizo bajo la pancarta de 20 kms. a meta, lo mismo que hacía Eddy Merckx por si acaso había un premio. No lo había, sólo un espeso manto de ridículo para él y su director.

Se llegó al sprint -es Vitoria- y ganó un italiano -es Vitoria-, esta vez Bennati sobre Gasparotto. El paseo del último día en Madrid (100 kms. de etapa, doce vueltas al circuito urbano de Madrid) tuvo la emoción del que quería ver algo de emoción en los 13" entre Cobo y Froome, considerando que el keniata no es un sprinter y el director que conduce su coche de equipo. Había más emoción en la lucha por la regularidad, con Mollema empatado a puntos con J. Rodríguez, pero el catalán pasó mala noche y ni siquiera pudo entrar con los mejores.

El sprint fue para Sagan, que en su primera grande consigue acabar -y no ha sido una Vuelta fácil- y se lleva tres etapas, una por cada semana de competición. Tiene 21 años y, tras ver su primorosa ascensión a el Cordal en la etapa del Angliru, el que no quiera ver el fenomenal ciclista que acaba de pasearse por España también puede cambiar de deporte. Cosas así no se ven todos los años: como mucho se miden en periodos de décadas.

Evidentemente, no se puede decir lo mismo del ganador final, Cobo. Había algo de impostura mientras el Príncipe Felipe (primera vez de la Casa Real en un deporte de sudor y cicatrices: algo muy significativo) le entrega el galardón de vencedor, al mismo tiempo que el podio volvía a estar mal organizado y el segundo estaba a la derecha y no a la izquierda.

Aunque Cobo tiene 30 años de edad y margen biográfico suficiente para que su victoria no se quede en un accidente en el camino, es difícil pensar en los derroteros profesionales de un corredor al que no le gusta entrenar ("a nadie le gusta su trabajo") y que hace tres meses quería dejar el oficio, por utilizar su terminología. De su pasado ya se ha dicho todo, quizás convenga recordar que antes de su fulgurante paso por Asturias su equipo se detuvo en el camino y, según twitter de Matxín, se zamparon "un chuletón de kilo". Llegaron al hotel a las 00:30. Una hora muy ciclista, igual que la dieta.

De momento, todo es silencio, igual que ningún medio reprodujo la foto de su gesto con los cuernos al entrar vencedor en el Angliru, porque nos dicen que el chaval es especialito, que ha estado con depresiones (incluso "la regla"), mientras que al director le han caído palos como el que ayer le envió Jose Ramón de la Morena, que sigue pensando que los malos son identificables, aunque el no se dedique a eso tras el marcaje a hombre a Sabino Padilla por el caso Gurpegui. Tiene otros quehaceres, inmobiliarios y de pellizco de monja, como el de ayer en antena.

A eso se reduce el periodismo deportivo en España. Gana Cobo, Cobo es español, pues muy bien. Ni una mención a lo de Hautacam. Froome ha cumplido con creces su papel de malo extranjero al que hay que derrotar -con 26 años, da más margen de progresion que Cobo, del que dudo que sea capaz de exportar su rendimiento más allá de los Pirineos- y Wiggins lo mismo, conformando un sandwich del Sky en el podio.

Sin embargo, algo une a Cobo y Froome al margen de esta Vuelta. Ambos eran ciclistas sin futuro. Si el primero coqueteaba con dejar la profesión hace sólo tres meses (o todo o nada, me puede pasar como en Hautacam y que no me pille la Lotería), el segundo acababa contrato con el Sky y no iba a ser renovado. Ahora tiene ocho ofertas encima de la mesa, cuando antes probablemente se hubiese ido al paro (han desaparecido grandes equipos y hay sobreoferta de ciclistas en el mercado, especialmente cuando no has hecho nada en tu carrera). Su apuesta personal les ha salido bien, al menos de momento. Veremos como es en el futuro.

Cuarto en la general ha sido Mollema, que llegó a ser líder un día y que gana la regularidad. Con 24 años y tras haber debutado en el Tour con un desastroso 70º puesto, se traga dos grandes completas y demuestra que es un corredor de tanto futuro como, al menos, Gesink. De momento, ya ha quedado en un puesto mejor en una grande que el de su compañero rubio. Quinto Menchov, que fue tercero en el Angliru: al igual que el ONCE, el UsPostal o el Liquigas, el Geox ha ido tan sobrado esta Vuelta -también ganan por equipos, con diferencias siderales- que se permiten colocar a dos corredores entre los cinco primeros, incluyendo al ruso anónimo y difuminado toda la temporada.

Sexto Monfort, obteniendo el resultado que se esperaba de él tras haber sido quinto en la Itzulia de 2008. Desde entonces, muchas decepciones. También venía del Tour, donde fue el inolvidable protagonista del tránsito del valle entre el Izoard y el Galibier. Su resultado es sorprendente y quedan dudas de si podrá volver a repetirlo en su condición de gregario de manual. Nadie le ha prestado atención. Séptimo Nibali, que parecía una gran amenaza hasta Asturias, cuando perdió todas sus opciones a podio: su 2011 ha sido sensiblemente inferior al de 2010, y no sólo porque no haya podido repetir éxito en la Vuelta.

Octavo Van den Broeck, que ha andado muy fino en montaña -atacando incluso-, pero lejos del rendimiento de alguien que aspira a subir al podio del Tour, noveno Dani Moreno (gana etapa y hace tercero en otras dos, auténtico corredor multiherramienta que da para clásicas y vueltas) y décimo Mikel Nieve que, al margen de otra consideración, ha acabado por delante de Fuglsang, Sorensen, D. Martin y Bruseghin, que en carrera tuvieron más protagonismo.

Termina así una Vuelta apasionante, ganada por las bonificaciones a favor de Cobo, con nueve cambios de líder (record absoluto en una vuelta por etapas) y que deja el regusto amargo de un ciclista que no convence más que a sus paisanos entregados, que no se habían visto jamás en una igual y que en épocas no muy lejanas propusieron con igual entusiasmo a Nozal o Tino Zaballa. Hay algo en los cuernos del Bisonte que suena chirigota, esa a la que se aplica con fruicción cuando puede, a pesar de su supuesta timidez o depresión. Vamos, que huele a cuerno quemado.
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Para Gilbert (qué raro, ¿no?) el GP de Quebec -con un Gesink muy activo- y para Rui Costa el GP de Montreal, con Gilbert tercero. Las dos carreras han sido tan espectaculares como el año pasado, y con eso de que en Europa cae en prime time, es fácil augurar un futuo espléndido para ambas citas de septiembre.
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El jovencísimo Galimzyanov gana la París-Bruselas, sucediendo en el palmarés a Francisco Ventoso.
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Peculiar galería de fotos sobre Cobo.
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La moda del ciclismo en las grandes urbes

08 septiembre, 2011

Un final memorable

Menuda imagen de escalador
En esta Vuelta sin tregua la organización había propuesto para ayer la etapa de mayor distancia, 213 kms. que los ciclistas recorrieron volando a la velocidad de 43,5 km/h. Era el último final en alto y se ha podido ver uno de los mejores espectáculos de la temporada y de los últimos años, un duelo de tú a tú -sí, de poder a poder- entre los dos mejores ciclistas de la Vuelta, el primero y el segundo de la general.

Parece el guión perfecto para los organizadores, de tan bien que está saliendo. No puede decir lo mismo el Movistar, que lleva una temporada plagada de sucesos extraños e infrecuentes, a los que ayer se sumó un extraño virus de cagalera que afectó a muchos de sus corredores y auxiliares, pero que sin embargo no afecto a los otros tres equipos con los que compartió hotel (Skil, Cofidis y Andalucía, todos punteros).

Esto de los virus sobrevenidos en últimas etapas de una gran ronda, y que sólo afectan a unos, es toda una tradición del ciclismo, con episodios muy recordados como el ONCE en la Vuelta 1996. Al parecer, una nueva tradición es que unos coman de un plato y otros de otro, como pasó con el famoso solomillo del Tour 2010, ese de "la puntita" que no quedó para Vinokourov.

Tengan en cuenta que, en la cagalera de Movistar, los únicos no afectados fueron Bruseghin, Intxausti y Lastras. Konovalovas, D. López y Pardilla (qué gran Vuelta la suya) se han tenido que ir para casa, mientras unos maltrechos Erviti y Madrazo entraban a media hora del ganador. Una pena para el cántabro, la primera vez que competía como profesional en su tierruca.

Eso sí, sus tres compañeros sanos fueron protagonistas del día: Lastras en la fuga, Bruseghin atacando dos veces -subiendo Lunada y en las primeras rampas de Peña Cabarga, para ser séptimo de la etapa-, mientras que Intxausti ha sido décimo. Lo que le a unos le sienta mal, a otros le sienta bien. Según Hoyos, ese gran futurólogo y médico del equipo, "un virus de este tipo no tiene por qué afectar a todos".

Habrá sido eso, que duda cabe (ninguna, esto es ciclismo), porque ya hemos visto que De la Fuente enfiló a todo el pelotón una vez que este hubo entrado en Cantabria. Lo que es alergia y asma para unos, para otros es ser deportista de élite. Los ciclistas bajaron Lunada a velocidad de vértigo, para pasar volando por Líerganes, Solares y otros poblachones antes de la subida a Peña Cabarga, donde ni mucho menos había un gran público.

Allí Menchov intentó poner un poco de ritmo, pero un ambiciosísimo Froome atacó con mucha rabia y fuerza a poco más de un km. de meta, llegando a descolgar a Cobo que, aunque temió una crisis, supo rehacerse y volver a enlazar y superar al keniata, aunque en la última curva el corredor del Sky se coló por dentro y logró una gran victoria.

La subida fue muy emocionante, con dos corredores hoy sí igualados, y donde Froome hubiese podido obtener más rédito de haber dejado su ataque para cien metros después, porque se hubiese presentado en meta con algo de ventaja, y no el mísero segundo que picaron los jueces. Ahora mismo sólo 13" le separan del liderato.

Una vez más en la Vuelta, al igual que en 2008 y parcialmente en 2009 (donde Valverde no gastó ni un gramo de fuerzas de más sabiendo las bonificaciones) se está decidiendo por el bonus adicional de tiempo si haces primero, segundo o tercero en la etapa. Las cuentas salen muy fácil: si el orden de etapa en línea otorga 20", 12" y 8", Cobo es líder por las bonificaciones.

El cántabro ha ganado una etapa, ha sido segundo en dos y tercero en una (20"+ (12" x 2") + 8"), mientras que Froome sólo tiene la bonificación de ayer, por lo que 54" - 20" = 32" a favor de Cobo, a los que restados los 13" de ventaja en la general, arrojaría que el corredor de Matxín lidera la Vuelta por 19" de ventaja no conseguidos en la carretera.

Esto es así y lo sabían todos los corredores antes de empezar la carrera. Lo que no sabían los espectadores es que, dos semanas y media después, dos corredores que no contaban en las apuestas estarían jugándose la carrera en este puñado de segundos, compitiendo a considerable distancia de los demás -ayer en la subida sacaron más de 20" a los primeros perseguidores- y ofreciendo un espectáculo como el de ayer. Esto es la Vuelta: loca, con pocos referentes y trepidantes. Ganancia de los organizadores y del espectador, tengo mis dudas de si gana el ciclismo.
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Según De la Fuente, su compañero de habitación Cobo (otro ejemplo más para el ciclismo de compañeros de habitación que vuelan, tras el reciente de Gilbert y Vanendert en el Tour) "tiene la regla". Tal cual.
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Todos al suelo, hay que pillar puntos UCI antes de fin de año.

07 septiembre, 2011

Usted no ha visto nada, circule

Las trampas del protocolo
Entre Palencia y la Rioja Alta, por donde ayer transcurrió la etapa de la Vuelta, hay muchas cosas más que la N-620 que fue guiando a los ciclistas en lo que muchos consideran una etapa de transición, y que en este ciclismo que tiende a tener el 80% de sus jornadas en alto, cada vez vamos a apreciar más. Había algo de novedad en ver a los ciclistas enfilados por los llanos agostados de Castilla la Vieja, y para llegar a escribir esto es que mucho ha cambiado la Vuelta.

La escapada del día iba compuesta por dos corredores del Andalucía y una mole del Cofidis, perfecta para abrir la carretera y devorar kms. Paso por Burgos y carretera a Belorado y el pelotón comienza a tirar para reducir la ventaja de 5´ en los últimos 50 kms. Entre ellos, Cancellara, que había anunciado que esta sería su última etapa en la Vuelta (después de llegar el último al control de firmas en varias jornadas, ha terminado su preparación) imprimió un ritmo fortísimo para su compañero Bennati.

Entre esto, el páramo y una carretera parcheada y cuarteada, casi se rompe el pelotón, y vimos una bellas imágenes de los más rezagados sufriendo para conectar, porque se estaban descolgando en el llano. Está bien recordar esto, porque no todo son porcentajes del 23% ni repetir una misma subida dos veces en la misma carrera.

Con la alta velocidad, el tránsito de poblaciones y los nervios por aguantar la posición, hubo una caída en la parte delantera del pelotón que acabó con J. Rodríguez, entre otros, tirado en el asfalto y quejándose ostentosamente de su muñeca y espalda. Con el maillot verde de la regularidad, y con una etapa como la de hoy especialmente propicia para sus características, hubiese sido una pena su abandono, pero consiguió llegar a meta y está descartada una fractura.

Fue una caída, pero pudo haber muchas más. Con los fugados neutralizados, el propio Cancellara preparó el sprint. Puso en fila india a Wagner, Bennati, perfectamente soldado a rueda, Sagan y Haedo. Sin embargo, lo que parecía que iba a ser un sprint muy bueno y esperado, porque al fin y al cabo es el arte supremo del ciclismo que nos han venido escamoteando durante toda esta temporada, se marró por un desastre más de la organización.

No es ya la continua queja de los ciclistas por los absurdos traslados fruto de un diseño de Vuelta basado en retales y recortes de por aquí y por allá, es que ayer se rozó la tragedia. Con el sprint lanzado, aparece una rotonda ¡donde la parte izquierda no estaba cerrada a los ciclistas! ¡Y no había nadie señalizando el paso correcto!. Resultado: unos ciclistas se fueron por un lado, encabezados por Wagner, y otros por el correcto.

¿Otros? Haedo, que por entonces iba tercero y era el puesto máximo al que podía aspirar, se vio de repente solo en cabeza y esprintó para conseguir la mejor victoria de su carrera, la primera en una grande y la primera de un argentino en una gran vuelta en 50 años. Bennati iba lamentando su mala suerte a gran distancia y Petacchi lo remontó en última instancia. De lo que iba a ser un sprint, uno de los escasísimos de esta Vuelta, a lo que realmente fue siendo, media la sutil traza en la que siempre se balancea este deporte, entre lo más glorioso y lo más estrambótico.

No hubo una caída  porque Sagan, quizás por su formación en ciclocross, consiguió controlar la bicicleta -que iba a 65 kms/h- en apenas 20 metros. Increíble. Lo pueden ver aquí, porque lo estrambótico no se acabó al cruzar la línea de meta. La pésima realización de RTVE durante esta Vuelta adquirió matices grotescos al analizar el asunto.

Antes de pasar al bloque de publicidad (lo siento Oliart, la idea era demasiado utópica para que fuese realidad) todavía seguían insistiendo en que había ganado Bennati, porque como siguen la carrera desde un estudio en Madrid y el Dúo Cómico necesita correctores ortopédicos visuales, son incapaces de distinguir en el monitor a un corredor de otro: les pasa cuando van todos en pelotón y también, vergüenza absoluta, cuando entra en meta en solitario y mostrando el maillot.

Después repitieron la toma del sprint ¡una única vez!. Por supuesto, no señalaron que la rotonda no estaba indicada, únicamente y entre risas que "según el reglamento, es obligación del corredor conocer el recorrido", donde efectivamente si estaba señalizado el sentido de la rotonda. Ya, pero hemos visto toda la vida que en situaciones parecidas se coloca un G.C o alguien de la organización para indicar el paso correcto.

Pues no: para el Dúo Cómico sólo hubo corredores que se equivocaron, Santas Pascuas, y vamos a poner esos vídeos de mierda con los que completamos la cobertura. Repitieron la llegada una única vez, porque todo es así de desastroso y caótico. Y suerte si hoy en Peña Cabarga vemos entrar al vencedor, que el año pasado fue escamoteado por la deficiente realización.

Al acabar la etapa, Bennati dejó un twitter muy acertado: “¿Es normal hacer 200 kilómetros sin una curva y meter una rotonda a 300 metros?”. Después, por alguna razón, lo ha borrado, pero demasiado tarde para que ya no tuviese eco. Pues si que es normal, sí, y sobre todo que la realización no repita la toma de la llegada, y que achaquen a los ciclistas la culpa del incidente. Os quejais demasiado.

Fíjaros sino lo que dice Guillén, todo materia gris (por el color, no por la neuronas) sobre el grave incidente: "Cuando pasé por delante del pelotón, sí que había una persona indicando el desvío de vehículos. Luego es cierto que no se aprecia ninguna en la retransmisión de la tele". No se aprecia en la tele, y los ciclistas tampoco lo vieron, ergo no había nadie, lumbreras. Y lo de "no se aprecia en la tele", visto lo visto -perdonen el juego de palabras- es ya la última ironía.
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Boonen se fractura el escafoides en la etapa del Angliru. Se pierde así el Mundial de Copenhague, que era perfecto para sus características, y cierra una temporada auténticamente negra.
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Fantásticas declaraciones de Rabon, uno de mis corredores preferidos y opaco últimamente: "Este año, en mis 90 días de competición fui para ayudar a un compañero en 80 de ellos. En los diez restantes figuran siete de alta montaña en el Giro en el que obtuve libertad después de que Cavendish desistiera". Todavía más fan, si cabe, de este checo.
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Del dotado Juanma Trueba recuerdo algunos artículos muy apocalípticos y oscuros sobre el futuro del ciclismo en ocasiones de efemérides médicas como la del Angliru. Avisado al respecto, no se han repetido: ahora se dedica a la propaganda pura y dura.
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Artículo nacionalista de un alcalde electo de un partido regionalista. Le pagan por esto, no porque haga análisis de la carrera.
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Gómez Peña enloquece: Igor Antón y Ana Frank.
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Mariluz Ferreiro, la competente periodista de ciclismo en La Voz de Galicia (conocida por los locales como La Voz, a secas) publica esta exclusiva en plena Vuelta a España: "la confesión" -el término es de Mariluz- de García Dapena. Evidentemente, lo que puede decir este positivo de manual sólo interesa a la reducida parroquia que lee La Voz (parroquial, ergo), que seguramente encontrará los argumentos necesarios para lo suyo y lo de Mosquera en esta delirante entrevista. Sin embargo, quizás convenga hacer las preguntas a partir de lo visto: dado que el supuesto ciclismo gallego no se ha colocado en ningún equipo al finalizar el Xacobeo, ¿cúal es el legado de este equipo? Ninguno, simplemente más lamentos, quejas y ruegos en una zona especializada en estas cantinelas. De eso va la entrevista, y de ninguna otra cosa más.
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En la soviética noticia de la inauguración ("democratizar el deporte", hasta en Gramma lo hacen mejor) se cae de la lista de fundadores el médico del dedo en el culo durante el Tour 1998. Y eso que ye paisanu. Quizás sea por eso. Total, siempre se ha movido mejor entre bambalinas, o entre remos.
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Caramba, qué calambres. Lo nunca visto. Ojalá hubiese un vídeo similar de cuando se desplomó en plena pista del Abierto de Roma en 2005, por aquel entonces dijeron que fue la combinación de humedad y calor. En todo caso, que le pregunte a Djokovic por una buena dieta, o a Murray por algún aparatito. Aquí dicen que todo ha sido por la silla. Será que era una silla eléctrica. Huele a carne quemada.

04 septiembre, 2011

Del Saunier al Geox, el ciclismo que cambia

Tatuaje taleguero
Cuando estaba siendo una Vuelta superdisputada, reñida, igualada, emocionante y con múltiples alternativas, ha llegado la triste realidad que nunca se va del ciclismo para recordarnos, con una sonora bofetada, que todo nuestro presente viene del pasado, y que no hay futuro mientras sigamos así.

El jueves en Pontevedra -triunfo imperial de Sagan en un sprint lanzado por Cancellara para Bennati- los ciclistas afrontaron un desnivel total de 2.000 metros. El viernes, camino de Ponferrada, debutó por fin en la Vuelta Los Ancares, un puerto muy duro en una comarca muy aislada, y fue un éxito: mucha gente, un bonito espectáculo y todo un indicador de lo que nos quedaba por vivir en este fin de semana por el noroeste español.

El mejor ataque en el puerto que debutaba fue a cargo de J.J Cobo, un ciclista recuperado para la competición de alto nivel tras una carrera lagunar como pocas, incluyendo un reciente 2010 en blanco y un casi abandono de la profesión en fecha tan reciente como junio de este año, en plena disputa de la prestigiosa Vuelta a Eslovenia. Ese mismo ciclista está a cinco días de ganar la Vuelta, tras haber sido el último de la maldición de Hautacam.

Por delante iba una numerosa escapada con gente como Dani Moreno, que recuperó casi dos minutos en la general, y que fue resuelta de manera magistral por Albasini. Era la tercera vez que la Vuelta llegaba a Ponferrada, la ciudad que en tres años acogerá los Mundiales de ciclismo: en 1989 ganó Roberto Pagnin, en 2008 García Dapena (positivo por EPO el año pasado) y ahora el eficiente corredor suizo. Los ciclistas afrontaron un total de 4500 metros de desnivel en sólo 154 kms.

Sin embargo, algunos no acusaron el desgaste, qué va. El propio Dani Moreno volvió a meterse en la fuga del sábado, camino del final inédito en La Farrapona -bellos paisajes y muy poquito más-, llegando a ser incluso líder virtual. El durísimo puerto de San Lorenzo se subió muy rápido y, en la combinación de la especial humedad de Asturias, el desgaste y a saber qué, produjo un resultado de etapa más allá de lo esperado.

Con Moreno neutralizado, siguieron camino Taaramae (rozando el top-ten en el pasado Tour, un gigantón estonio que sube como los ángeles) y David de la Fuente, compañero de J.J Cobo en el mejor rendimiento deportivo de su carrera, si ignoramos el Tour 2006 donde fue líder de la montaña y ganó la combatividad. Vinculado al director deportivo Matxín desde los tiempos del Vini Caldirola, sólo conoció otro conductor de coche el año pasado, cuando formó parte de la corte española de Contador en el Astana. También había estado escapado el viernes.

Aquejado de esa insidiosa asma y alergia que tanto martiriza a algunos de nuestros mejores ciclistas, el de Reinosa hacía tiempo que nos debía una etapa así: al aficionado común y al que le firma el parte médico. Sólo se descolgó de una segura victoria de etapa ante Taaramae cuando le avisaron de que su compañero Cobo había atacado y tenía que echarle una mano. O dos piernas.

Y ahí que estuvo la pareja de corredores cántabros yendo a velocidad muy superior a la de sus competidores, para lograr ser segundo y tercero en la etapa. Aunque la general seguía comandada por Wiggins con 7" sobre su gregario Froome, Cobo se ponía ya a sólo 55" del liderato, allanado por el hundimiento de Nibali en la parte final de La Farrapona -uno que va buscando las bonificaciones es que no se ve muy fuerte- y del esperado J. Rodríguez, que arrastró consigo a D. Moreno.

Y hoy era el día de la quinta ascensión al Angliru, un puerto del que he leído que es como subir 10 veces el Muro de Huy. Será eso, porque por muchas más veces que lo suban a mí me parece una cuesta de cabras, e incluso alguna parte de su recorrido se llama de manera parecida. No es ciclismo, es acrobacia para no caerse de la bicicleta. Y no es ciclismo por lo vivido.

El caso de Cobo, con su trayectoria indudable en cuanto a su origen, tiempos y resultados, es paradigmático del reciente ciclismo español y de la reciente Vuelta a España: el arribista que llega desde atrás y, tras practicar un butrón en toda regla y a la vista de todos, se lleva el botín o la fama. Y no, no: no hace falta remontarse a Aitor González, Nozal, Santi Pérez, Heras, que todavía el año pasado tuvimos a Mosquera.

Este tipo de corredores, que después no hacen nada jamás más allá de los Pirineos, son un fenómeno específico de nuestro ciclismo y de nuestra gran Vuelta, y el que no quiera verlo así también puede ir a comprar sellos como instrumento de inversión. J. J Cobo, conocido como El Bisonte de La Pesa, es simplemente el último de esta inveterada lista y sucesión de corredores.

En la subida a El Cordal, primero un imperial Cancellara y después un increíble Sagan han marcado el ritmo, mientras Sastre -compañero de Cobo en el Geox- iba por delante en labores de liebre, porque jamás se fue más allá de los veinte metros. Afortunadamente no hubo caídas en el descenso de este puerto, y los corredores pudieron comenzar la ascensión al Angliru en igualdad de condiciones, pilotados por el Liquigas.

Tras unos cuantos fuegos de artificio, algunos de los cuales dejaron la bella estampa de Daniel Martin e Intxausti al ataque -no así la de Barredo con el maillot abierto, su seña de identidad, dejando a Mollema sólo- el trabajo de Sastre no pudo ser aprovechado por Cobo, que se fue en la primera curva seria tras pasar Viapará.

Wiggins se puso a rueda del increíble Froome con siete kms. de subida por delante. Cobo no se iba a parar, ¿cómo se iba a parar el corredor que estuvo con los mejores en la exhibición hemodruidica de Hautacam 2008, cuando entraron con 2´17" sobre el pelotón, una de las mayores diferencias en montaña de los últimos diez años? ¿Cómo se iba a parar con esa frecuencia de pedaleo?

El racional pensaría que se pararía porque, al igual que Moreno -hoy se ha caído del top-ten- pagaría los esfuerzos de los dos días anteriores, pero el racional ya no existe en el ciclismo. Esto es una feria de monstruos donde hay ciclo continuo en septiembre y donde algunos directores están abonados al programa doble.

Doble porque Matxín, autor en el Giro 2007 del doblete en el Zoncolan y el Tour 2008 del efímero doblete en Hautacam (después hubo otro doblete, de CERA), ha estado a punto de conseguir otro. Cobo entró en meta con 48" sobre el sorprendente Poels (ya segundo en Valdepeñas de Jaén) y su compañero Menchov. Sí, si hacen los números el Geox ha sido 2º y 3º en la etapa de La Farrapona y 1º y 3º en El Angliru. Ahora pueden volver a leer el primer párrafo.

Es más: hoy han colado a cinco corredores del equipo entre los treinta primeros de la etapa, en la más pura tradición de los equipos amarillos del ciclismo o el Kelme. Para el Dúo Cómico de RTVE, el Pravda del ciclismo, no había nada sospechoso en la exhibición de los corredores de Matxín, al contrario: "recuerden que en el Angliru sólo ganan grandes corredores". ¿Cobo lo es?

De momento, esta en visos de ganar la Vuelta. Aventaja en 20" a Froome, que sería líder si en Manzaneda no hubiese trabajado estúpidamente, y en 46" a Wiggins, pero no queda ninguna crono. Sólo más subidas para aumentar la diferencia. Matxín, al que le gusta mirar a la cámara, se dejaba querer diciendo cosas como "este es nuestro lugar" o un peligrosísimo "confío en mis corredores a muerte", especialmente en alguien que había dado ese mismo voto a Piepoli o Riccó.

Cornudos, que sois unos cornudos
En fin. Cobo ha entrado en meta con el gesto de los cuernos. Carlos de Andrés, desde Moscú, se apresuró a explicar que "son los cuernos del Bisonte". No, no: es el gesto inequívoco del ciclismo español. Uno entra disparando al espectador, otro poniendo los cuernos y tú pidiendo que el espectador se levante del sillón ¿para qué? ¿para el enésimo fenómeno surgido de la nada, que va a diez velocidades sobre los demás? No ha pasado ni un año desde lo de Mosquera...
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Esto daría para un buen post, pero ya aburre. Le Figaro, el equivalente al ABC en Francia, publica un artículo pseudocientífico de divulgación donde intenta explicar que hay deportistas "naturalmente dopados por sus genes". Jerga de médico dopador de toda la vida, de esos que después decían que daban agua y sales, que lo bueno ya estaba dentro. Prometo recuperar el tema, porque es de traca.
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"[Forum Sport]  fue creada en 1991 por los deportistas Miguel Induráin, Marino Lejarreta y Genar Andrinúa, así como el médico deportivo Nicolás Terrados. Es precisamente eso, el conocimiento del sector desde dentro, el valor añadido que destaca la empresa". En el caso de Nicolás Terrados, muy desde dentro. Intravenoso, diría.
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Chutes durante dos años, pero sin marca. Y cuando hay marca por la frecuencia diaria, tatuaje, como tantos deportistas profesionales. En el ciclismo, a ser posible por encima de la bocamanga del maillot, para que no se vea mucho.

01 septiembre, 2011

Wiggins, un líder confiado en sí mismo

El nuevo líder, señalando
La Vuelta, que desde hace una década está a la búsqueda desesperada de nuevos finales (La Pandera, La Covatilla, la Bola del Mundo, Calar Alto, cualquier montaña de Asturias) había siempre dejado de lado una subida famosa como es la que lleva a la única estación de esquí gallega, conocida como Manzaneda y situada en el provincia de Orense, bajo muchos estándares la zona más pobre de España.

Subida en competición en la extinta Vuelta a Galicia, las razones por las que la Vuelta jamás se había aproximado a estos territorios hay que buscarlas en el índole socieconómico, la variable más contundente cuando estamos hablando de estas cosas. Cada cual podrá sacar sus conclusiones a la vista del lamentable estado del firme ("carretera que se agarra", dijo el guiñol de Carlos de Andrés), la apatía del público (al paso por una aldea se vio claramente como una madre empujando el carrito ni se giraba para ver a los ciclistas, el resto cunetas vacías) y la desolación general en cualquier aspecto, pero insisto en que la realidad es muy terca con algunas cosas.

La escapada se formó con la connivencia del Sky, que prefería dejar por delante un grupo demasiado numeroso (19 corredores, algunos fenomenales escaladores y no muy lejos de la general, algunos gregarios de corredores implicados en la general) antes que arriesgarse a llegar agrupados y que alguien birlase las bonificaciones en perjuicio de  Froome o Wiggins, corredores diesel y nada susceptibles de verse beneficiados por la pedrea de segundos.

La fuga llegó, claro. A 40 de meta todavía tenía siete minutos, y encima en la misma iba el especialista Moncoutie, que con 36 años manejó perfectamente el tiempo y los ritmos para llevarse su cuarta etapa en la carrera en cuatro años seguidos. Eso es puntería. Los que más perseveraron en su persecución, ya que se fue con diez kms. para meta, fueron Intxausti y SMS Sánchez, inútilmente. El primero por juventud y enfermedad, aunque era un primor verlo subir, y el segundo por empeñarse en ser escalador.

En el pelotón, que afrontó la subida con un fuerte viento de cara, no se produjeron grandes movimientos, ya fuese por la carretera, las condiciones meteorológicas o porque la bonificación ya estaba repartida. Froome se puso a trabajar, dejando bien clara la jerarquía del Sky, y de su marcheta apenas se intentaron escapar Mollema, Moreno o Sorensen.

J. Rodríguez saltó a algo más de un km. de meta y sólo consiguió arañar 7". Fuglsang se dejó 27" adicionales, los mismos que Froome, Menchov o Scarponi, por lo que el nuevo líder de la general es Bradley Wiggins, el británico que dice que quiere ganar la Vuelta a pesar de que todavía le queda subir el Angliru.

A saber con que ventaja se presenta en la etapa del domingo. De momento sólo tiene 7" con Froome, 11" con Nibali, 14" con la incógnita Kessiakoff y 19" con Mollema, esto es: los cinco primeros de la general están separados por menos de 20". Y estamos en el ecuador de la carrera, con la crono disputada y tres de los seis finales en alto consumidos.

Wiggins no da un aspecto de líder sólido y, aunque el equipo está a gran nivel, tendrá que responder personalmente a los ataques. Estaría bien que alguno fuese lejano, y la etapa más propicia es la de La Farrapona, donde San Lorenzo se sube inmediatamente antes, y cuyo descenso enlaza con el inicio de la subida final. Lo digo por J. Rodríguez, que dice que quiere ganar la Vuelta, está a 2´56" del líder y tiene a trece corredores por delante, alguno de ellos como Nibali, Cobo o Mollema. Seguirán sucediéndose los cambios de líder en esta Vuelta, pero la identidad del que va a ganar esta carrera sigue siendo una auténtica incógnita, por mucho que el británico tenga mucha confianza en sí mismo.
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Don´t mind, dirty. Never.
Paralelamente a la lamentable cobertura televisiva de la Vuelta, en la etapa de ayer el invitado especial era un especialmente gótico y trágico Contador. Casi se podría hacer una metanarración de la etapa con corredor pinteño callando mientras se habla de Mosquera, o sus reflexiones sobre los compañeros del Saxo Bank que estaban en liza. Muy divertido cuando narró sus caídas, dando a entender que eso era lo que le había derrotado.

El corredor, que se presentó en el plató con una camiseta verde caqui que ponía en grandes letras blancas Dirty Minds Never, pero que por esas cosas de la tele, el plano americano y el simple hecho de estar sentado sólo dejaba a la vista lo de Dirty (sucio) -¡un saludo a Jacinto Vidarte, eres un puto genio! ¡creía que no iba a superar lo de tener un twitter sin tweets, pero lo has logrado!- fue sometido a una entrevista al acabar la etapa, donde dijo que iría a la vista del TAS prevista para noviembre, que no teme los superequipos que se están formando porque Tossato, parches de calor, Navarro o Porte son igual de buenos que cualquiera y que el viernes, a saber por qué, estaría siguiendo la etapa de Ponferrada, no precisamente la que mejor le viene por cercanía.
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Como parece que nada me gusta, cuando es todo lo contrario, no tendré ninguna credibilidad al decir que la sintonía de la Vuelta de este año es una mierda. Cuando lo oí en la publicidad previa al inicio de la cita pensé "estos vienen de una orquesta cutre". Confirmado.
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Nueva entrevista a Cobo, el español de moda: " Ahora no estoy al nivel del Tour de 2008". Hombre, porque se detecta...
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Ciberchat en El Pais con Lastras, que se une a la llamada doctrina Freire: "El Tour es aburrido". Por cierto, todo el chat está muy bien, tanto en las preguntas como en las respuestas, muy por encima de la media.
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El titular, A tope desde agosto, me recuerda a uno muy famoso de hace años de la FAD: A tope sin drogas. Firma Diego Torres, un efervescente periodista sudaméricano especialista en cotilleos, rumores de vestuario y la desinformación pura y absoluta. Dice lo que dice y no saca ninguna conclusión. A tope. Próxima entrega: Casillas no se cambió los calzoncillos tras el choque en La Condomina, agravando las diferencias con el entrenador. Este es el periodismo de El País. El que practica, el que promueve y el que defiende como único posible. Ampara Jose Samano.