Hace unas semanas, el diario As llevó a cabo una serie de entrevistas a personas del mundo del ciclismo sobre el balance del ProTour. El periódico deportivo, fuertemente escorado en contra del invento de la UCI, daba cancha a todo tipo de especulaciones sobre el origen, la gestación y el resultado de una innovación a la que se le puede reprochar lo peor que se le puede reprochar a algo que pretendía ser un paso adelante: ha sido un paso atrás.
No queda nada del proyecto original que pretendía que los mejores ciclistas fuesen a las mejores carreras, y que tenía que ser el motor sobre el que girase la revolución. Y ha sido así desde el principio de temporada. A diferencia de otros organismos deportivos con sistema de liga cerrada, como la ATP del tenis, la UCI no tiene ningún mecanismo para obligar a sus federados en equipos ProTour a tomar parte en tal y cual carrera. Casi mejor así, porque si no hubiesen hecho como las estrellas de la raqueta cuando no les interesa ir a un torneo: es que me duele la ceja o no entiendo como no ha llegado mi vuelo. Algo de eso también ha habido en el ProTour, pero el caso es que la UCI se ha dado por satisfecha viendo los equipos inscritos en las carreras seleccionadas, sin importarle el contenido. Y eso al final ha ido en contra del deporte y el espectáculo. En la cabeza de todos están los ejemplos de equipos franceses, pero el Domina Vacanze o el Euskaltel no han ido a la zaga. Veinte equipos para el ProTour parecen excesivos, y todavía no sabemos porque se escogió ese número y no catorce. Para el próximo año, visto que la reelección de Verbrugghen encarnado en irlandés asegura una nueva edición del invento, hay una plaza en litigio, la del Fassa Bortolo. El candidato más serio, porque tiene el dinero, es el AG2R, pero el equipo que presenta mejores resultados dentro de la categoría continental es el Panaria italiano: como no hay sistemas de ascensos y descensos, no hay reclamación posible. Como la NBA.
En el plano deportivo, una triste realidad: salvo el vencedor del ProTour, que desde luego no se marcaba este objetivo a principio de temporada, los demás situados en las primeras posiciones están ahí por marcarse objetivos concretos del calendario, no por la challenge en sí. Es el caso de Boonen, Ullrich (por una vez por delante de Armstrong, que a pesar de disputar únicamente Dauphiné y Tour está entre los primeros de la clasificación), Vinokourov y todos los demás, salvo Rebellin, un especialista en sumar buenos puestos, pero cuya única victoria de la temporada ha sido fuera del ProTour. Un fracaso rotundo y mayúsculo, y más si tenemos cuenta que en los meses de rodaje la casaca de líder fue repudiada por Freire y ninguneada por Petacchi, aunque desde la UCI no dudarán en interpretar que prefirió no tomar la salida en Flandes para no ensuciar el blanco inmaculado de un maillot que no significada nada. Un momento, estoy especulando sobre esa posible justificación...Al fin y al cabo...¿hay alguien en la UCI que realmente haya hecho un balance de pros y contra con los resultados encima de la mesa? ¿Han intentado siquiera justificarse? Ni eso. No lo necesitan. Ellos tienen el ordeno y mando, pero nosotros la capacidad de criticar un desbarajuste que no ha beneficiado en nada al ciclismo.
Porque es muy difícil sacar argumentos a favor del ProTour. Incluso entre los propios ciclistas. Lo más que llegan a decir es “ha habido más competencia, más ansia”, pero habrá sido en las grandes citas del calendario, que ya lo eran antes del advenimiento de la criatura de Saiz y Verbrugghen. De la Vuelta a Polonia, el Benelux y la crono de Eidhoven no se acuerda nadie, y eso que en teoría iban a verse potenciadas en proyección, interés y competitividad. Un pimiento. Lo único mínimamente tibio (por no entrar en temas como el sistema de puntuación o el solapamiento de calendario) que se puede decir sobre el ProTour es que ha sido su primer año y puede enmendarse, porque la esperanza es lo último que se pierde. O porque nos gusta mucho este deporte. En todo caso, siempre hay que recurrir a la pregunta esencial, a reducir todo a un respuesta de si o no, apelando a nuestra conciencia interna: ¿El ProTour ha hecho que la temporada fuese mejor que las precedentes? ¿Hay alguien ahí que se lo haya preguntado?
***
Segundo puesto de Mancebo en la Japan Cup. Ya entró en el grupo principal en Lombardía y ahora se ha metido un viaje de aúpa para despedirse de su equipo de toda la vida. Buena suerte en su nueva andadura francesa, pero supongo que en casa Unzué/Echavarri siempre tendrán la puerta abierta, porque es un grandísimo profesional y lo ha demostrado hasta el fin con una entrega que recuerda a la de Olano cuando se fue del Mapei. La victoria ha sido para Cunego, la cuarta de la temporada, una cifra de todo respeto pero que palidece ante el fulgor de su increíble 2004.
26 octubre, 2005
18 octubre, 2005
Bettini gana sin rivales el Lombardía
Bettini se presentó en la salida de Mendrisio para el 100º aniversario del Giro de Lombardía como el máximo favorito. Además, como suele pasar en este magnífico corredor, se presentó farruco. A una pregunta de un periodista de La Gazzetta de lo Sport sobre cual sería su estrategia en carrera respondió con la bufonada “todos con Petacchi”. No son nuevas las bravuconadas en el corredor que empezó como gregario de Bartoli y que ya acumula más clásicas de la antigua Copa del Mundo que su mentor, aunque corrigiendo a sus bastante numerosos aduladores, que no dudan en compararlo con Museeuw y sus once victorias, el meollo de la cuestión no está en el número, sino en la calidad. Bettini se ha impuesto en 4 monumentos, mientras Bartoli en 5 y el flamenco con problemas de doping en los tribunales, en 6, por no hablar de que el grandísimo Bartoli ha ganado en Het Volk, Tour de Flandes y Flecha Valona, carreras donde todavía no se tiene noticia de Il Grillo.
En contra de lo habitual, fue una gran jornada de sol los 256 km. del Giro de Lombardía, una carrera donde han escrito su nombre los más grandes campeones, pero que ha caído un poco en desgracia en los últimos 15 años, desde la irrupción del ciclismo moderno. No debe extrañar que entre los vencedores en estos años se encuentren Gilles Delion, Vladislav Bobrik, Rumsas o el superdoméstico italiano Faresin, pero el prestigio se ha mantenido inmarcesible, en parte por la labor de salvaguardia efectuada por el grupo RCS-Rizzoli, editor de la Gazzetta y el Corriere de la Sera, organizador también del Giro, la San Remo y otro puñado de carreras italianas. Si no, es difícil que hubiese sobrevivido una carrera que se disputa el 15 de octubre, con casi todos los deberes hechos y muchas ganas de descansar. Bueno, a lo que ibamos: Bettini dominó la carrera a su antojo, y sus rivales fueron los otros dos corredores que estaban en forma en este final de temporada, Simoni y Schleck. El ataque se produjo en el Ghisallo, a 56 km. de meta, con Bettini vanagloriándose en meta de “poner en dificultades a un escalador como Simoni en una subida tan dura”, y allí también estuvo Carlos Sastre, que sin embargo no aguanto en la última subida, que Simoni no dudó en definir como “comparable a las de la San Remo”.
En el final hubo un poco de incertidumbre, con Caruso llegando a rueda tras una gran remontada. Bettini lanzó el sprint de lejos, a lo Bugno, sin necesidad de hacerlo, y al final sólo pudo celebrar el triunfo cantado con un solo brazo, señalándose el patrocinador y declarando en meta, henchido por la victoria que “había superganado” y que el próximo año se plantea como objetivo “el Giro”. Toma ya. Ganó de una manera diferente a como lo hizo en Zürich 13 días antes, pero con la misma sensación de superioridad. Maquilla una temporada que iba muy mal encaminada, y parece que se ha desprendido del gafe del Campeón Olímpico. En todo caso, habrá que ver que calendario le hace Lefevre para que no entren chispas con su protegido y queridísimo Boonen. En cuanto al resto de participantes, Di Luca se retiró por problemas en la rodilla y Valverde entró 12º, exactamente la misma posición que logró Olano en 1995, cuando con el maillot de Campeón del Mundo se marcó Lombardía como objetivo y se topó de bruces con la realidad: en las clásicas no basta con tener la forma, hace falta el aprendizaje. Y Valverde se va de vacío en su proyecto de fin de temporada. Será difícil que se le vuelva a ver por estos pagos tras su conversión en hombre-Tour, pero esperemos que haya aprendido la lección, no demasiado bien madurada tras el batacazo de abril.
Mención aparte merece la fabulosa actuación de los corredores españoles. En el grupo principal de las posiciones 5º a treinta y pico había diez, diez, corredores nacionales, tan dispares como Bingen Fernández, Rubiera, Perdiguero, Lastras, Marcos Serrano o el sorprendente Mancebo.Es un reflejo de una temporada en la que se ha seguido incrementando el número y la calidad de las victorias, pero sobre todo el nivel general del ciclismo español, que se mide precisamente por la variedad y la calidad de corredores que están ahí delante. Ahora sólo falta acertar un poco más con el punto de mira, porque el sprint del grupo lo ganó Rebellin, un corredor que este año se ha impuesto en una única carrera, pero que aún así ha acabado tercero del ProTour. Este último dato no debe extrañar mucho, porque el vicentino siempre ha sido un experto en acabar entre los diez primeros de la UCI y de la antigua Copa del Mundo, pero si el puede con 33 años, ¿por qué no otros? Será porque se lo toma en serio, como Zabel, al margen de etiquetas.
En contra de lo habitual, fue una gran jornada de sol los 256 km. del Giro de Lombardía, una carrera donde han escrito su nombre los más grandes campeones, pero que ha caído un poco en desgracia en los últimos 15 años, desde la irrupción del ciclismo moderno. No debe extrañar que entre los vencedores en estos años se encuentren Gilles Delion, Vladislav Bobrik, Rumsas o el superdoméstico italiano Faresin, pero el prestigio se ha mantenido inmarcesible, en parte por la labor de salvaguardia efectuada por el grupo RCS-Rizzoli, editor de la Gazzetta y el Corriere de la Sera, organizador también del Giro, la San Remo y otro puñado de carreras italianas. Si no, es difícil que hubiese sobrevivido una carrera que se disputa el 15 de octubre, con casi todos los deberes hechos y muchas ganas de descansar. Bueno, a lo que ibamos: Bettini dominó la carrera a su antojo, y sus rivales fueron los otros dos corredores que estaban en forma en este final de temporada, Simoni y Schleck. El ataque se produjo en el Ghisallo, a 56 km. de meta, con Bettini vanagloriándose en meta de “poner en dificultades a un escalador como Simoni en una subida tan dura”, y allí también estuvo Carlos Sastre, que sin embargo no aguanto en la última subida, que Simoni no dudó en definir como “comparable a las de la San Remo”.
En el final hubo un poco de incertidumbre, con Caruso llegando a rueda tras una gran remontada. Bettini lanzó el sprint de lejos, a lo Bugno, sin necesidad de hacerlo, y al final sólo pudo celebrar el triunfo cantado con un solo brazo, señalándose el patrocinador y declarando en meta, henchido por la victoria que “había superganado” y que el próximo año se plantea como objetivo “el Giro”. Toma ya. Ganó de una manera diferente a como lo hizo en Zürich 13 días antes, pero con la misma sensación de superioridad. Maquilla una temporada que iba muy mal encaminada, y parece que se ha desprendido del gafe del Campeón Olímpico. En todo caso, habrá que ver que calendario le hace Lefevre para que no entren chispas con su protegido y queridísimo Boonen. En cuanto al resto de participantes, Di Luca se retiró por problemas en la rodilla y Valverde entró 12º, exactamente la misma posición que logró Olano en 1995, cuando con el maillot de Campeón del Mundo se marcó Lombardía como objetivo y se topó de bruces con la realidad: en las clásicas no basta con tener la forma, hace falta el aprendizaje. Y Valverde se va de vacío en su proyecto de fin de temporada. Será difícil que se le vuelva a ver por estos pagos tras su conversión en hombre-Tour, pero esperemos que haya aprendido la lección, no demasiado bien madurada tras el batacazo de abril.
Mención aparte merece la fabulosa actuación de los corredores españoles. En el grupo principal de las posiciones 5º a treinta y pico había diez, diez, corredores nacionales, tan dispares como Bingen Fernández, Rubiera, Perdiguero, Lastras, Marcos Serrano o el sorprendente Mancebo.Es un reflejo de una temporada en la que se ha seguido incrementando el número y la calidad de las victorias, pero sobre todo el nivel general del ciclismo español, que se mide precisamente por la variedad y la calidad de corredores que están ahí delante. Ahora sólo falta acertar un poco más con el punto de mira, porque el sprint del grupo lo ganó Rebellin, un corredor que este año se ha impuesto en una única carrera, pero que aún así ha acabado tercero del ProTour. Este último dato no debe extrañar mucho, porque el vicentino siempre ha sido un experto en acabar entre los diez primeros de la UCI y de la antigua Copa del Mundo, pero si el puede con 33 años, ¿por qué no otros? Será porque se lo toma en serio, como Zabel, al margen de etiquetas.
11 octubre, 2005
Eternamente Zabel
Emocionantísima y brillante edición de la Paris-Tours, una carrera que año tras año nos regala un espectáculo que está a la altura de los mejores momentos de la temporada. En los últimos quince años, la mal llamada clásica de los sprinters sólo se había resuelto bajo esta modalidad en cinco ocasiones: en dos consecutivas ganó Minali y en otras dos Zabel, que ayer consiguió reverdecer laureles que nunca se marchitaron del todo en la misma carrera en la que se presentó al gran público en 1994, cuando apenas llevaba dos años de profesional. ¿Clásica de los sprinters? ¡Un cuerno! Clásica a la altura de las mejores, si por ello entendemos la competición hasta el último metro, carreteras estrechas y emboscadas. Ayer se llegó al sprint, sí, pero nadie daba un duro a un kilómetro del final.
La escapada larga de la jornada tuvo un protagonista español, Iván Gutiérrez, pero fue neutralizada muy lejos de meta. Aunque el Davitamon intentó controlar la carrera para McEwen, fue prácticamente imposible. En el primer repecho serio, a 30 km. de la conclusión, Stijn Devolder y Philipe Gilbert se fueron por delante con relativa facilidad, tanto que pudieron dejar en el llano a un simpático corredor del Davitamon que resistió en la leve subida de 80 metros de desnivel. Los dos galgos belgas, que brillaron en el Mundial de Madrid (el de Discovery estuvo en la escapada de Valverde y Bettini, el de la Français des Jeux en el kilómetro final tirando para Boonen) pusieron rápidamente tierra de por medio, ayudados porque detrás tiraba un inoperante Illes Balears con Mikel Pradera y Chente, muy lejos de un estado de forma mínimamente aceptable: en 5 km. se pusieron con 1´, lo que en la Paris-Tours equivale a victoria. Un nuevo desastre para el equipo de Unzué y su plan de hacer de Valverde un corredor de clásicas: daba pena ver como el Discovery metía corredores delante sólo para obstaculizar los relevos de aficionados del Illes Balears.
Contra todo pronóstico, el Quick Step (Zanini y Krestens) empezó a colaborar a falta de 15 km. para meta, y sin tener a Bettini o a Boonen en carrera. Parecía que era muy tarde, y más cuando en los escasos repechos se rompía la colaboración necesaria por ataques de corredores (uno de ellos, Lastras, lo que lleva la situación en el Illes Balears al paroxismo, pero también Hushvod que no se sabe a qué juega) con escasas opciones. En la recta de Grammont, los 2,5 km. que son la conclusión de la Paris-Tours, parecía que iba a ser la repetición de dos corredores hábiles que saben aprovechar las indecisiones del grupo para llevarse una gran victoria. Esta vez fue al contrario: el grupo supo aprovecharse de la estupidez de un corredor nulo tácticamente como Devolder, que prefirió dejar de dar relevos. Con sólo dos o tres relevos más hubiesen llegado, pero prefirió ser uno más en el pelotón a regalarle la victoria al rapidísimo Gilbert. Es una cuestión electiva, está claro, pero los perjudicados fueron los dos. Gilbert le dedicó un espectacular corte de mangas mientras por delante un enorme Zabel conseguía zafarse de las malas artes de Bennati y batir claramente a Davis (que gran temporada) y a McEwen, que por fin hace entre los 10 primeros en una clásica de la antigua Copa del Mundo.
Una vez más, Zabel. Pasan las temporadas y la gente le quiere enterrar, pero el gran Eric, un prodigio de deportista en cuanto a perseverancia y trayectoria, sigue ahí. Segunda victoria de la temporada, pero que dos victorias: la clásica de Frankfurt y la Paris-Niza. Unos dirán que no había sprinters de categoría, pero si no los había no era problema de Zabel. El siempre está ahí. Siempre. Di Luca se fue a casa en el km. 200, Petacchi sigue desaparecido desde el Mundial, Bettini prefirió las carreras del fin de semana en Italia, de Valverde mejor no decir nada...y Zabel siempre será Zabel. Lo siento por los vecinos que ayer por la tarde escucharon un grito de victoria, pero pocas victorias alegran tanto como la de esta edición de una carrera que es ya cita ineludible para todos los amantes del buen ciclismo.
***
Magnífica 80ª edición del Giro de Emilia, una de la carreras más bonitas y espectaculares del calendario ciclista. Aunque el tiempo no acompañaba, Simoni ha dado un gran recital atacando a 45 km. de meta en la primera de las cuatro subidas al Monte San Luca, que alcanza el 18% de pendiente. El circuito no favorecía una acción en solitario desde tan lejos, pero demostró que el gran corredor italiano era el que tenía mejor forma, incluso mejor que el luxemburgués Schleck, muy bien ayudado por un Sastre especialmente entonado. En la última subida se fue sólo, dejando clavados a los corredores del CSC y a Celestino, además de a su compañero Cunego, que quería pero no podía. Segunda victoria en la carrera para Simoni, después de la edición de 2000 (ante Codol y también Celestino), y tercera de la temporada tras el Giro del Apenino y la etapa del Mont Faron en la Paris-Niza, además del 2º puesto en el Giro de Italia. Victoria de prestigio para un corredor que será de los favoritos para el sábado y la importantísima cita del Giro de Lombardía.
***
El domingo, el GP Beghelli, también en Emilia-Romagna. Exhibición de Bettini en la única subida de la carrera, atacando a 100 m. del final de la cuesta al 5%, pero insuficiente para romper el previsible sprint ¿De nuevo gastando energía como en Madrid? Quizás, pero disputó el sprint con todas sus energías y fue batido netamente por...Murillo Fischer, que obtiene su ¡séptima! victoria de la temporada. Y su 5ª puesto en el Mundial de Madrid, que vale como una victoria. Ayer Bettini no le hubiese ganado, y el italiano no es de los que regalan victorias. Salvo en Madrid, claro.
La escapada larga de la jornada tuvo un protagonista español, Iván Gutiérrez, pero fue neutralizada muy lejos de meta. Aunque el Davitamon intentó controlar la carrera para McEwen, fue prácticamente imposible. En el primer repecho serio, a 30 km. de la conclusión, Stijn Devolder y Philipe Gilbert se fueron por delante con relativa facilidad, tanto que pudieron dejar en el llano a un simpático corredor del Davitamon que resistió en la leve subida de 80 metros de desnivel. Los dos galgos belgas, que brillaron en el Mundial de Madrid (el de Discovery estuvo en la escapada de Valverde y Bettini, el de la Français des Jeux en el kilómetro final tirando para Boonen) pusieron rápidamente tierra de por medio, ayudados porque detrás tiraba un inoperante Illes Balears con Mikel Pradera y Chente, muy lejos de un estado de forma mínimamente aceptable: en 5 km. se pusieron con 1´, lo que en la Paris-Tours equivale a victoria. Un nuevo desastre para el equipo de Unzué y su plan de hacer de Valverde un corredor de clásicas: daba pena ver como el Discovery metía corredores delante sólo para obstaculizar los relevos de aficionados del Illes Balears.
Contra todo pronóstico, el Quick Step (Zanini y Krestens) empezó a colaborar a falta de 15 km. para meta, y sin tener a Bettini o a Boonen en carrera. Parecía que era muy tarde, y más cuando en los escasos repechos se rompía la colaboración necesaria por ataques de corredores (uno de ellos, Lastras, lo que lleva la situación en el Illes Balears al paroxismo, pero también Hushvod que no se sabe a qué juega) con escasas opciones. En la recta de Grammont, los 2,5 km. que son la conclusión de la Paris-Tours, parecía que iba a ser la repetición de dos corredores hábiles que saben aprovechar las indecisiones del grupo para llevarse una gran victoria. Esta vez fue al contrario: el grupo supo aprovecharse de la estupidez de un corredor nulo tácticamente como Devolder, que prefirió dejar de dar relevos. Con sólo dos o tres relevos más hubiesen llegado, pero prefirió ser uno más en el pelotón a regalarle la victoria al rapidísimo Gilbert. Es una cuestión electiva, está claro, pero los perjudicados fueron los dos. Gilbert le dedicó un espectacular corte de mangas mientras por delante un enorme Zabel conseguía zafarse de las malas artes de Bennati y batir claramente a Davis (que gran temporada) y a McEwen, que por fin hace entre los 10 primeros en una clásica de la antigua Copa del Mundo.
Una vez más, Zabel. Pasan las temporadas y la gente le quiere enterrar, pero el gran Eric, un prodigio de deportista en cuanto a perseverancia y trayectoria, sigue ahí. Segunda victoria de la temporada, pero que dos victorias: la clásica de Frankfurt y la Paris-Niza. Unos dirán que no había sprinters de categoría, pero si no los había no era problema de Zabel. El siempre está ahí. Siempre. Di Luca se fue a casa en el km. 200, Petacchi sigue desaparecido desde el Mundial, Bettini prefirió las carreras del fin de semana en Italia, de Valverde mejor no decir nada...y Zabel siempre será Zabel. Lo siento por los vecinos que ayer por la tarde escucharon un grito de victoria, pero pocas victorias alegran tanto como la de esta edición de una carrera que es ya cita ineludible para todos los amantes del buen ciclismo.
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Magnífica 80ª edición del Giro de Emilia, una de la carreras más bonitas y espectaculares del calendario ciclista. Aunque el tiempo no acompañaba, Simoni ha dado un gran recital atacando a 45 km. de meta en la primera de las cuatro subidas al Monte San Luca, que alcanza el 18% de pendiente. El circuito no favorecía una acción en solitario desde tan lejos, pero demostró que el gran corredor italiano era el que tenía mejor forma, incluso mejor que el luxemburgués Schleck, muy bien ayudado por un Sastre especialmente entonado. En la última subida se fue sólo, dejando clavados a los corredores del CSC y a Celestino, además de a su compañero Cunego, que quería pero no podía. Segunda victoria en la carrera para Simoni, después de la edición de 2000 (ante Codol y también Celestino), y tercera de la temporada tras el Giro del Apenino y la etapa del Mont Faron en la Paris-Niza, además del 2º puesto en el Giro de Italia. Victoria de prestigio para un corredor que será de los favoritos para el sábado y la importantísima cita del Giro de Lombardía.
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El domingo, el GP Beghelli, también en Emilia-Romagna. Exhibición de Bettini en la única subida de la carrera, atacando a 100 m. del final de la cuesta al 5%, pero insuficiente para romper el previsible sprint ¿De nuevo gastando energía como en Madrid? Quizás, pero disputó el sprint con todas sus energías y fue batido netamente por...Murillo Fischer, que obtiene su ¡séptima! victoria de la temporada. Y su 5ª puesto en el Mundial de Madrid, que vale como una victoria. Ayer Bettini no le hubiese ganado, y el italiano no es de los que regalan victorias. Salvo en Madrid, claro.
06 octubre, 2005
Recital de Bettini en solitario
Las luces de los coches encendidas, el suelo siempre mojado...lo vivido en Zurich fue un Lombardia transplantado al norte. Y un recital de un corredor que esta en una forma increible. Bettini ataco a 37 km. de meta y en meta obtuvo 3' de ventaja sobre sus perseguidores. Es cierto que por delante iban, perfectamente filtrados en fuga, hasta cuatro corredores del Quick Step (Paolini, Moreni y el desaparecido Sinkiewitz), que le ayudaron a la manera de Scarponi, Caruso, Beloki y Vicioso a Heras camino de Pajares, pero no es menos cierto que el mayor merito reside en exclusiva en la maravillosa prestacion de Bettini. Ganar con esa climatologia y con esas diferencias dice mucho de un corredor que esta teniendo una temporada parca de resultados, pero que todavia tiene muchas victorias en sus piernas.
Segundo en meta Frank Schleck, del que se dice que a lo mejor debuta en el proximo Tour, y tercero Lorenzo Bernucci, que sobrevivia de la fuga. A un minuto, Di Luca y Samuel Sanchez, el primero sellando su triunfo en el ProTour (como si hubiese alguna duda) y el segundo consiguiendo su segundo mejor puesto en una clasica, tras haber sido cuarto en la Lieja de 2004. Sexto el recien nacionalizado suizo Wesseman y septimo la agradable sorpresa alemana de 21 primaveras Heinrich Haussler...en dias como el domingo se descubre la autentica naturaleza de los corredores de raza, y parece que el corredor del Gerolsteiner puede dar muchas alegrias. Valverde, en su promesa de cazar alguna clasica antes del cierre de la temporada, solo pudo ser vigesimo a 7'11" de Bettini, sin entrar nunca en carrera. Para la Paris-Tours de este domingo Unzué dejo caer en el As que le veia ganando un sprint masivo...lastima que la carrera francesa rara vez decida su vencedor al sprint.
Segundo en meta Frank Schleck, del que se dice que a lo mejor debuta en el proximo Tour, y tercero Lorenzo Bernucci, que sobrevivia de la fuga. A un minuto, Di Luca y Samuel Sanchez, el primero sellando su triunfo en el ProTour (como si hubiese alguna duda) y el segundo consiguiendo su segundo mejor puesto en una clasica, tras haber sido cuarto en la Lieja de 2004. Sexto el recien nacionalizado suizo Wesseman y septimo la agradable sorpresa alemana de 21 primaveras Heinrich Haussler...en dias como el domingo se descubre la autentica naturaleza de los corredores de raza, y parece que el corredor del Gerolsteiner puede dar muchas alegrias. Valverde, en su promesa de cazar alguna clasica antes del cierre de la temporada, solo pudo ser vigesimo a 7'11" de Bettini, sin entrar nunca en carrera. Para la Paris-Tours de este domingo Unzué dejo caer en el As que le veia ganando un sprint masivo...lastima que la carrera francesa rara vez decida su vencedor al sprint.
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