Este deporte no tiene remedio. Antes de lo que propagandistas que trabajan como periodistas empiecen a publicar sus crónicas de los lamentables sucesos vividos esta tarde en Londres, recuerden esto: este deporte no tiene remedio.
Veníamos de un Tour en el que, de nuevo, un equipo en su conjunto había andado una o dos velocidades por encima de los rivales, hasta el punto de ganar las tres últimas etapas, ir en fugas, colocar a dos hombres como primero y segundo de la general, y ahí estaban los propagandistas hablando del nuevo ciclismo limpio, de rodamientos de cerámica y trajes sin cremallera como explicación al fenómeno.
No tienen remedio, pero no me preocupa. El problema es el ciclismo, que en el mayor escaparate mundial del deporte, y en el día en que tiene un protagonismo casi exclusivo -fin de semana, primer día de competición- ha vuelto a lanzar un mensaje inequívoco: este deporte no tiene remedio.
El olimpismo ya había amenazado que el ciclismo corría el riesgo de ser excluido del programa olímpico tras las fuertes sospechas del dopaje de Ullrich en Sidney 2000, el positivo de Hamilton en Atenas 2004 o el positivazo por CERA de Rebellín en Pekín 2008, donde fue plata. Ahora el ciclismo envía al olimpismo un nuevo campeón: Vinokourov, 39 años, y un pasado de dopaje como pocos otros corredores del pelotón.
Como ven, el kazajo aúna en un sólo hombre rasgos muy envidiables para la salud de este deporte: joven y con una hoja de servicios inmaculada. Ha ganado de la misma forma en que ganaba cuando atendía a partes iguales a Eufemiano Fuentes y a Michelle Ferrari: atacando de lejos, sin flaquear nunca, mientras los demás se van disolviendo, quizás porque no son de la misma raza kazaja con la que lo vendían dos famosos propagandistas.
La carrera estaba diseñada para un triunfo de Cavendish, y así lo veían todos. Sin embargo, la prueba en ruta de los JJ.OO no ha acabado nunca en sprint masivo, porque hay muchos intereses en juego y pocos hombres para controlar. El Sky-selección británica ha controlado en cierta medida durante todas las subidas al circuito de Boxhill, pero después ha caído en una emboscada necesaria.
A 40 km. de meta y ya encarando de nuevo hacia Londres, ha habido un ataque con nada menos que treinta corredores, donde Suiza colocó a cuatro de sus cinco hombres, y España a tres. Los suizos, con un impresionante Schär y un increíble Albasini, han puesto la fuga con velocidad de cohete, ayudados por un incombustible Castroviejo, un chaval vasco que ya iba en la fuga del día y que parecía diminuto entre las dos montañas suizas.
A la hora de tirar no, porque menudo carrerón que ha hecho Jonathan Castroviejo. Cuando los suizos ya había desaparecido, en parte porque se quemaron y en parte porque Cancellara tomó una curva como un principiante y se fue al suelo, Castroviejo seguía tirando, llevando la fuga -también hubo impulsos de Gesink, Leipheimer y Fuglsang- a un límite en el que empezaron a reventar los perseguidores.
Ahí se vio quedarse a Froome, y también a Wiggins, y también a Eisel, que hoy no corría por Austria y si por la casa comercial que le paga. Tiraba Alemania, y también un poco Australia, pero al paso por Putney Bridge estaba claro que la carrera ya estaba en la fuga, con 51" de ventaja sostenidos desde hace tiempo y con sólo 10 km. para meta.
Fulham Road, Stanford Bridge y entrada a King´s Road, la arteria central que atraviesa Chelsea. No se el lugar exacto en que atacaron, cada uno por su lado, Vinokourov y Urán, pero cuando pasaban por Sloane Square y Harrod´s ya estaba claro que iban a ganar: nadie, absolutamente nadie, tiró en el pelotón del resto de fugados.
Eso incluye a los dos murcianos presentes, el malhadado Valverde y el cazador de etapas, pero nunca de grandes victorias, SMS Sánchez. Castroviejo se desgañitó y dio un lección de ciclismo, entrega y pundonor para que el duo murciano hiciese lo de siempre: ir a cola, echar la culpa al empedrado y ni siquiera meterse en el sprint. Mucho vasco para tan poco murciano. Mucho vasco para tan poco seleccionador. De Rojas mejor no hablamos, ¿vale?
Con la cámara fija de meta enfocando a la extraña pareja kazaja-colombiana, a la sombra de Buckingham Palace y tras pasar el arco de Wellington, Urán, que sólo tiene dos victorias de profesional en siete años, miró hacía atrás y Vinokourov se fue como un fiera hacia meta. Campeón en solitario, sin ni siquiera sprintar. Simplemente dar pedaladas como martillazos, su estrategia de siempre.
En el sprint de los fugados Kristoff se llevó el bronce, Phinney cuarto -disputará al menos igual número de JJ.OO-, Lagutin quinto y O´Grady, que es quinto de Vinokourov en edad y prácticas y disputa sus sextos JJ.OO, sexto. SMS Sánchez, por si les interesa, fue 14º, pura inercia. Un propagandista muy famoso titulará Kazajastán-Colombia-Noruega, de tan preocupado que está por el nuevo ciclismo cuando el viejo nunca se ha ido.
Vinokourov ya fue plata en Sidney 2000, en el famoso copo del Telekom. Era la primera vez que su país obtenía una medalla olímpica, y ahí empezó el mito Vinokourov, al menos para los centroasiáticos. Más famoso que los Beatles, es capaz de movilizar recursos propios de un Ministerio para construir un equipo a su medida sólo un mes después de desmoronarse el Liberty por la Operación Puerto -donde todos los papeles de 2006 que le incriminaban desaparecieron-, así como de movilizar recursos de esa misma naturaleza para comprar nada menos que una Lieja-Bastogne-Lieja.
¿Naturaleza? Nada en Vinokourov es natural. Con una postura encima de la bici indecente, era capaz de ganar cronos, porque usaba sangre que no era suya. Sería la famosa raza kazaja. Al donante jamás se le ha vuelto a ver en posiciones de cabeza, quizás porque no tiene la misma facilidad económica de su líder, que lo volvió a acoger en el equipo tras la cuarentena de rigor.
Según los propagandistas, Vinokourov pagó sus pecados de dopaje -de los que nunca confesó, como Valverde y Contador- y ahora tiene todo el derecho a competir. Ya, igual que yo tengo todo el derecho a pedir sanciones de por vida para dopados, porque esto no tiene remedio y este deporte se va por el garete en cuanto a credibilidad. Un dopado que compra carreras gana el oro olímpico con 39 años. Vende esto como deporte: a televisiones, a patrocinadores que no sean dictaduras petroleras centroasiáticas, al simple aficionado de pie de calle. Esto no tiene remedio.
Curiosamente, los JJ.OO tenían una norma que impedía a un sancionado por dopaje competir en las Olimpiadas inmediatamente posteriores a cumplir su positivo. Y el comité olímpico británico, que organiza estos JJ.OO, tenía una norma aún más restrictiva que impedía representar al país a cualquier dopado.
Como David Millar se vende muy bien, la norma se recurrió al TAS -la suya y la general, la conocida como Osaka- y se anuló, así pueden estar en los JJ.OO tanto el famoso ciclista de la jeringa dentro de un libro, como Valverde, como Vinokourov. Dicho y hecho: una norma que era un avance en el deporte se conculca y ¿cómo se paga? Llega un conocido ladrón y se lleva todo el oro. Este deporte no tiene remedio. No lo tiene.
Vinokourov pudo volver a competir sin que nadie le exigiese confesión de quien le dopaba, donde conseguía la droga, cómo había que hacerlo, quien instruyó en el dopaje sanguíneo, qué sabe de ciclismo. Vinokourov calló, como ha callado Valverde y Contador, y ha vuelto. Vinokourov calló, porque una vez más en este deporte el silencio es oro, y lo seguirá siendo mientras no se alce la voz y se piden sanciones de por vida ya. Que no vuelve a suceder algo como lo de esta tarde. Que el ciclismo no sea el hazmereir de todos los deportes.
28 julio, 2012
27 julio, 2012
Toda la carrera para Cavendish
Saludando a una seguidora |
Después de varias subidas a un circuito en el condado de Surrey, los ciclistas regresarán a Londres por un recorrido muy llano y facilito, incluso sin curvas. El máximo favorito, y lo es desde hace años, es Mark Cavendish.
El que va camino de ser el mejor sprinter de la historia irá acompañado de una selección con el vigente campeón del Tour (Wiggins), Millar, el segundo del Tour (Froome) y Stannard. No es una selección de ensueño como la irrepetible de España en Pekín 2008, pero es la que mejor en forma está.
Con un supersprinter como Cavendish en liza, todos tendrán que intentar reventar la carrera antes del previsible sprint, pero no es nada fácil. A ver si por lo menos vemos una gran prueba ciclista, como viene siendo la prueba desde que los profesionales pudieron competir en Atlanta 1996. De hecho, la carrera de Pekín fue emocionantísima y vibrante.
El resto de selecciones tienen aspirantes en un segundo escalón al de Cavendish, por lo que su obligación es hacer una carrera durísima a mitad de los 250 km. de la misma, cuando se hacen las subidas a Boxhill. Esto significa quitar de delante, o no ir cómodamente a rueda, del previsible ritmo cómodo-rápido que marcarán Wiggins y Froome.
Para esto hay corredores de sobra, o eso parece: de la última subida a meta hay 30 km., distancia suficiente para que trotones como Nibali, Cancellara o SMS Sánchez puedan coger diferencia y montar algo de peligro. Sin embargo, cualquiera que haya visto el reciente Tour, sabe perfectamente que Wiggins o Froome pueden anular cualquier escapada, por muy prestigiosa que sea.
Si el resto de selecciones quieren evitar el cantado sprint victorioso de Cavendish, deberán hacer de cada una de las nueve subidas a Boxhill un infierno. Por decirlo en manera ciclista: subir igual que Boonen sube año tras año el Taainenberg. Como si fuese la última subida. Alguien como Cavendish no debería aguantar eso, pero ya sabe que el Sky es mágico, y que correr en casa da alas...
Según SMS Sánchez, el grupo de fugados debería recorrer esos 30 km. con al menos 2´ de ventaja. Demasiado, y creo que en el cálculo del murciano se incluyen apoyos a los británicos por parte de selecciones que, contando con sprinters de entidad, piensan que pueden disputar el oro a Cavendish. Hablo de Alemania y Greipel, por ejemplo. O Australia con Goss.
España acude con la peor selección de siempre, con dos únicos ganadores: Valverde y SMS Sánchez. El primero no está muy motivado, el segundo está muy vigilado. Ventoso, Castroviejo y Rojas apenas pueden soñar con hacer una buena carrera. Además, el seleccionador De Santos ha dado repetidas muestras en los últimos años de no saber dirigir a la selección en carrera.
Abundan los ciclistas que deberían evitar el sprint masivo, como Boonen, Gilbert o Van Avermaet, por no hablar de Sagan, el Cancellara que todos invocan, Gerrans -ojo con este-, Breschel o Chavanel. Sin embargo, todo apunta a que se vivirá la edición más aburrida de los JJ.OO, casi tan aburrida como el Mundial del año pasado. Ojalá me equivoque.
***
Urraburu, un especialista, coge de aquí y de allá, pero especialmente del departamento de medios del Sky, para pintar este retrato dickensiano de Wiggins.Para el que no conozca Londres, como es el caso de este bardo vasco, podría parecer que Killburn es una especie de Bronx en los setenta, cuando nada más lejos de la realidad: está en la zona 2 -eso en Londres es centro-, tiene su High Street un poco decadente y llena de franquicias y negocios cerrados -como tantas zonas de Reino Unido- y un bonito cine art-decó que domina toda la parte central del barrio, ahora utilizado por una iglesia protestante como lugar de celebraciones. No se diferencia en nada de ninguna otra parte.
***
Antonio Alix, que descubrió la penicilina y ahora está en pos de solucionar el cambio climático, vuelve a perpetrar una de sus columnas gallegas: por el continente y el contenido. Atención a los giros lingüísticos típicamente gallegos ("quiero creer que el uso de sustancias prohibidas disminuye"), que constituyen todo el relato y su fundamento.
"Las cosas del «creer» no suelen tener fundamento; son intuiciones, suposiciones o iluminaciones": lo que en otra persona sería una contradicción, en Alix es prueba de su altura de miras, que llega a las "iluminaciones". Porque quiere creer. Y cree.
"Llámenme iluso, pero es que me gusta tanto este deporte con el que me gano la vida hablando y escribiendo (y que practico todo lo que puedo) que me resisto a creer que las carreras se siguen ganando por la sabiduría -maliciosa- de los médicos más que por la estrategia de los directores y la capacidad natural -con el entrenamiento adecuado y las ayudas médicas permitidas y necesarias- de los ciclistas"
No hombre, si lo más fácil sería llamarte iluso...
***
Al parecer, Flecha está en negociaciones con el Vacansoleil. Parece que los holandeses no han aprendido suficiente del fichaje de Devolder.
***
En casa de herrero, cuchillo de palo. Y Telepizza.
***
Una bici para la gente que no anda en bici.
***
La final de la Davis en Sevilla, nuestro jugador número doce, dejó un millón de euros de pérdidas netas. Se gastaron 3´7 millones de euros y se ingresaron 2´8 millones. Un negocio ruinoso, que se salva -como siempre en estos casos- por la fabulosa inyección (en porcentaje total) de dinero público. Este país no tiene remedio.
Etiquetas:
Cavendish,
decadencia,
Flecha,
JJ.OO,
L.L Sánchez,
Urraburu,
Wiggins
23 julio, 2012
Con el futuro del pasado
Por ahí va el futuro del ciclismo |
En total se han llevado seis etapas. No se recuerda un dominio así desde que irrumpió la EPO en el pelotón, la sustancia que alteró este deporte hasta la médula. Lo más curioso es que el equipo autor de este dominio se vende como limpio, e incluso como el futuro del ciclismo.
Si el futuro del ciclismo es colocar a jefe de filas y gregario como primero y segundo de la general tras dos semanas, ganar seis etapas y tener a alguien como Boasson Hagen tirando 150 km. en etapas de montaña, meterse en sprints e ir escapado el antepenúltimo día, mal vamos.
Pero bueno, a nadie parece importarle mucho ese "mal vamos" que se ha convertido en la coda necesaria para este deporte. Wiggins, el ganador de este Tour, es muy bien recibido por todos porque abre el mercado inglés -de hecho, se diseñó el recorrido a su beneficio-, tiene varias historias que enganchan con el periodismo (incluyendo un padre pistard que ocultaba las anfetas de los setenta en sus pañales) y hasta le llaman Le Gentleman, a pesar de decir canalladas sobre los que no nos creemos su éxito.
Porque no es sólo el Tour: al conquistar la carrera francesa Wiggins logra una temporada sin comparación posible, al haber ganado desde enero París-Niza (1 etapa), Tour de Romandía (2 etapas), Dauphiné Libere (1 etapa) y Tour (2 etapas), más el muy probable oro olímpico en CRI dentro de diez días, una temporada a la altura de las más brillantes de la historia del ciclismo. Ha ganando prácticamente todo en lo que ha salido a competir, con excepción del preparatorio en Algarve y la Volta, donde abandonó por el mal tiempo.
Los necesarios propagandistas de este deporte sin remedio saludan al nuevo campeón, uno que era incapaz de subir una montaña siquiera en el tercer grupo de favoritos hasta 2009, donde sorprendentemente acabó 4º en el Tour. Por entonces, la razón era que había perdido 8 kg. Ahora es que entrena mucho, como si el resto de corredores no lo hiciese. O que las bicis tienen rodamientos de cerámica. Todo vale, ya lo saben.
Su segundo de a bordo ha quedado a 3´21", pero con casi 3´ sobre el tercero. Se han movido en otra galaxia. También aquí todo perfectamente normal para los entendidos del ciclismo, que hoy llenan sus crónicas de elogios y, por poner una pincelada de color en el discurso esperanzador, que quizás la carrera ha sido un poco aburrida.
¿Ganando un mismo equipo con seis minutos de diferencia sobre el primero de los extraños, que jamás recortó tiempo? Es algo más que aburrido: es apisonador. Froome, el segundo, también lo fue en la Vuelta a España de 2011, cuando nadie contaba con el. De repente, en un giro que no hemos visto, salió después de varios años un competidor excepcional. Salió de la chistera. Por lo de chiste.
Nibali, el tercero, hizo lo que pudo: alguna de sus mejores cronos, en La Planche des Belles Filles una de sus mejores subidas, y ataques sin mucho futuro. No abundan los italianos en el podio del Tour: en los últimos 22 años sólo cuatro nombres (Bugno, Chiappucci, Pantani, Basso), y anteriormente estuvieron 20 sin subir a ningún hombre.
Lo del siciliano es digno de encomio: ha conseguido subir al podio de las tres grandes con 27 años (e incluso ganar la Vuelta con 25) y utilizando armas clásicas, o no demasiado exageradas. Sin embargo, es una excepción en su país, que en los 4 últimos Tour ha ganado dos etapas (Petacchi, en 2010) y que ha tenido una presencia residual en carrera, ni siquiera en las fugas.
Cuarto Van den Broeck a 10´15", una distancia insalvable. Es la mejor posición de un belga en el Tour en tres décadas, que se une al podio de De Gendt en el reciente Giro, con similares registros históricos. Atacó varias veces, pero es un corredor que sólo aparece para el Tour y el Tour, con el nivel médico-deportivo registrado este año, queda muy lejos.
Quinto Van Garderen, un extraordinario resultado difícilmente pronosticable en la salida de Lieja. Al americano se le ha subido un poco a la cabeza y ha dicho que ganará la carrera en un futuro no muy lejano. Ese tipo de declaraciones suelen ir en contra de quien las pronuncia, y abundan los ejemplos en la historia del ciclismo. Muy fuerte en montaña, pero aún más en contrarreloj, gana el maillot de mejor joven y coge el entorchado del ciclismo yanki para las grandes vueltas.
Sexto Zubeldia, el corredor de 35 años y tres-cuatro victorias de profesional, que cuando quedó segundo en el Dauphine del año ¡2000! se anunciaba como el nuevo Indurain. Su principal valor es la resistencia, característica que ya se conocía, a la que ha añadido un certificado médico por una arritmia sobrevenida este mismo año, conocida hace dos días. Ha hecho las mejores cronos de su vida en el Tour de este año.
Su equipo se lleva la clasificación por equipos por apenas 6 minutos sobre el Sky, pero jamás han corrido como un equipo, simplemente como una suma de individualidades, donde quien más ha destacado ha sido F. Schleck con su sonoro positivo. Cayó Schleck y Zubeldia el resistente empezó a flaquear en todos los puertos, igual que cuando cayó Di Gregorio del Cofidis, su compañero Taaramae -impresionante en Les Belles Filles-, también con problemas de salud poco antes del Tour, desapareció. ¡Qué tendrán los equipos!
El caso de Evans podría ayudar: el defensor del título en el Tour se disolvió en la parte final de la carrera, cayendo a un deshonroso 7º puesto. Si bien hay defensores del título mucho peores (los dos españoles: Induráin en 1996 11º, Sastre en 2009 17º), sorprende ese despeñamiento de Evans por cómo se ha producido ("dolores estomacales") y por el ascenso de su gregario Van Garderen, que ni lo esperaba en situaciones de pinchazo.
De rueda, claro. Vale que el australiano tiene 35 años, pero se había presentado al Tour sin mucha competición y batallando mucho en la dos primeras semanas. Le habrá afectado el mismo mal que a Hushvod -temporada en blanco, tras un 2011 prodigioso- o Gilbert, que lleva un año sin ganar y es una sombra del corredor que fue. ¡Qué tendrán los equipos!
Rolland, octavo, también puede hablar mucho de su Europcar, ganador de tres etapas, una suya, tras una cabalgada por los Alpes donde en el último puerto, en vez de flaquear, iba aún más rápido. Su equipo también padeció importantes problemas de salud colectivos antes de la carrera. Dicen que el futuro del ciclismo (otra vez) pasa por él, pero en este Tour también ha emergido el corredor del Franco-Condado Thibaut Pinot.
El más joven del Tour termina décimo, gana la etapa de Porrentruy, y brilla tanto en Alpes como en Pirineos, atacando y llegando con buen sprint a la meta. 22 años. ¿Saben qué? No iba a correr el Tour fue llamado a última hora. Lo pondré de nuevo: no iba a correr el Tour y fue llamado a última hora. Y ha hecho este Tour que ha hecho. No se ustedes, pero creo que hay un patrón que se repite.
Sagan gana el maillot verde en su primer Tour, también con 22 años, más tres etapas, tres segundos puestos y un dominio de la bicicleta y de las situaciones portentoso. De hecho, se puede decir que la mejor etapa del Tour es la que ganó en Seraing, la primera. Sólo otro corredor más joven que Sagan había ganado el maillot verde en su primera participación, nada menos que Walter Planckaert en los sesenta. Por último, la montaña fue para Voeckler, que dice que no se había marcado ese objetivo en la salida.
Ha sido un Tour muy malo, con etapas muy buenas pero que no eran las decisivas, y lo ha sido en gran medida por el extraordinario dominio del conocido como UkPostal, en homenaje al UsPostal, al que ha mejorado en todos sus registros de arrogancia, si eso era posible. El futuro del ciclismo, dicen. Pues se parece bastante al pasado, el más reciente.
***
Con tanto baile de nombres hacia el Astana (se habla de los Schleck, Nibali, Froome), Kreuziger ha decidido acabar sus dos decepcionantes años con los centroasiáticos y ficha por el Saxo Bank.
***
"A Madrid no le salen las cuentas olímpicas" es el titular de una noticia que se ha hecho mucho de esperar en el periódico, porque los mimbres para titular así existen desde hace años. Celebremos pues la entrada en cordura de un medio de información todavía influyente que se deja muchas veces seducir por la pompa y el boato de los macroeventos deportivos, trascurando su necesaria función crítica sobre los mismos.
Etiquetas:
BMC,
dopaje,
Europcar,
Evans,
Froome,
Kreuziger,
Madrid 2020,
Nibali,
Pierre Rolland,
Pinot,
RadioShack,
Sagan,
Saxo Bank,
Sky,
Taaramae,
Van den Broeck,
Van Garderen,
Voeckler,
Wiggins,
Zubeldia
20 julio, 2012
Valverde en solitario
¿Vienes o qué? |
Una vez más en este Tour, la escapada del día llegó a meta. Esta edición de la carrera francesa va a acabar con los dos primeros de la general del mismo equipo, y los siete siguientes del top-ten sin ganar una etapa: es un buen índice de medición de la rivalidad que ha habido, porque significa que jamás han metido tiempo a los dos primeros.
El equipo Movistar se trabajó el triunfo, colando en la fuga a Rui Costa, Plaza y un Cobo que no se sabía si entraba o salía. También a Valverde, el predestinado para el triunfo. Subieron el Col de Mente a toda velocidad, y el murciano despegó en Bales tras ser fuertemente propulsado por su compañero portugués. El pelotón, impulsado por un Liquigas que sólo sabe tirar para absolutamente nada, jamás dejó que la escapada se fuese más allá de los 2´30".
Valverde estaba muy lejos de meta, pero sin embargo su pedaleo y su obcecación parecían ciertos, incluso más de lo que indicaba su exigua renta sobre un pelotón donde aguantaban todo tipo de corredores, incluyendo un Boasson Hagen que, no habiendo tenido que tirar gracias al trabajo del Liquigas, llegó a los últimos 10 km. de la etapa con los mejores. El único que flaqueó fue el pobre Zubeldia, ya renqueante en Mende, y al que nadie de su equipo ayudó: "es increíble, Klöden ha pasado al lado de mí y ni me ha mirado".
El corredor murciano subía bien el maravilloso Bales, sólo descubierto para el Tour en 2007, con su característico pedaleo de ir siempre levantado. Era muy raro verlo atacando en solitario y tan lejos y, como siempre pasa con este corredor, surgían inmediatamente las hipótesis de qué hubiese sido de su carrera de no haber estado siempre tan pésimamente gestionado y asesorado.
El Valverde que se vio ayer no tiene nada que ver con el que deslumbró a todos en su debut en el Tour de 2005 -el único que ganó un tú a tú a Armstrong en montaña-, el que rendía cuentas a un sprint que siempre salía favorable: ahora tiene que atacar de lejos, conservar una exigua ventaja y acabar dando las gracias. Y sin embargo, sigue siendo un buen corredor, pero muy lejos de sus rendimientos metahumanos. Quizás este sea el auténtico espesor del murciano, y le daba para ser de los mejores del mundo.
En el pelotón Van den Broeck acabó con la pantomima del Liquigas, pero no fue muy lejos. Le secundaron, dentro de sus posibilidades, Rolland y Pinot, ese corredor que enamora. A 3 km. para meta se quedaron solos en la persecución de Valverde Froome y Wiggins, y de ser por el nacido keniano, hubiesen alcanzado al murciano.
Sin embargo, volvieron a repetir la lamentable secuencia de "estoy más fuerte que tu y te humillo" que ya se vio en los Alpes, en el auténtico momento-Tour trasquilado. Y Froome lo hizo hasta en tres ocasiones, pidiendo a Wiggins que se acercase con la mano, en un gesto realmente incalificable. Iban a una velocidad muy superior a sus rivales, pero aún así Froome podía ir más rápido.
No fue una etapa de desgaste ni muy dura: las diferencias en meta así lo indican. Sin embargo, la sensación de superioridad fue tal que parecía que sólo estaban en carrera los dos británicos. Froome siempre unos pasitos por delante, para recalcar su superioridad. Valverde ganó la etapa por pocos segundos, pero no era noticia: lo había vuelto a ser el espectáculo metadeportivo de la pareja del Sky.
El Tour acaba en tres días. En 1986, en la era pre-EPO y casi precientífica, Greg LeMond y Bernard Hinault subieron al podio como primero y segundo, cuando en la salida de carrera eran gregario y capitán. En 2012, en la supuesta era post-EPO y de ciencia blanca, van a acabar primero y segundo del Tour dos corredores del mismo equipo, capitán y gregario, por órdenes de equipo y jerarquía. No va a ganar el más fuerte de la carrera, va a ganar lo que hace que este deporte este donde este.
***
C.A Sorensen, también presente en la fuga, no tuvo mejor idea que meter sus dedos entre la rueda para sacar un papel (¡un saludo a Zarrabeitia!) y acabó la etapa entre borbotones de sangre. 14º de la general, hoy no tomará la salida porque le han tenido que hacer un injerto de piel en un dedo.
***
Descacharrante palmarés de Valverde publicado en El País: victorias que no existen -la etapa en el Tour 2007- éxitos destacados que no lo son tanto, éxitos omitidos....
***
Así se las gastan los hermanos Izagirre: Gorka "Recuerdo una vez cuando estábamos en el caserío de Mutiloa que reñimos en el frontón, nos empezamos a pegar, él salió corriendo y cuando se alejaba agarré una piedra y se la tiré. Le di en la cabeza y le hice una brecha"
Etiquetas:
C.A Sorensen,
Froome,
G. Izagirre,
Jon Izagirre,
Kloden,
Liquigas,
Movistar,
RadioShack,
Rui Costa,
Sky,
Valverde,
Wiggins,
Zubeldia
19 julio, 2012
Etapa Virenque para Voeckler
Usted: aficionado al ciclismo que se cita una tarde para ver una supuesta gran etapa de montaña. Usted: aficionado al ciclismo con ánimo proselitista que dice a sus amigos futboleros que habrá una gran etapa. Usted, que acaba la tarde con cara de tonto.
Si te reconoces en esta situación, y sabes que va a volver a suceder en el futuro, es que no tienes remedio. Creo que todos lo sabemos bien. Ayer hubo otra más de esas etapas.
Los organizadores quisieron hacer un carrusel Pirenaico entre Pau y Luchon, pasando por Aubisque, Tourmalet, Aspin y Peyresourde. De salida se formó una fuga con tre-in-ta-y-o-cho corredores, 38, treinta y ocho.
No recuerdo una fuga tan numerosa, y menos en una etapa de montaña, en todos los Tours que he visto, y son muchos. Al pelotón le pareció bien: al tran-tran de Eisel y después el infatigable Boasson Hagen, subieron el Tourmalet de una manera humillante para este deporte, especialmente si quiere competir en el cada vez más reñido mercado del "espectáculo deportivo".
Por delante, la fuga se fue desnatando al ritmo que marcaba un corredor que va "un puntito" por delante de los demás, el repugnante Voeckler. El pequeño francés ha logrado convertirse en un personaje de sí mismo -había gran materia prima- y, por tanto, querido y respetado por el público, especialmente el connacional. Así puede narrar su epopeya sin que nadie se pasme o se lleve las manos a la cabeza.
Al parecer, el corredor alsaciano estuvo muy malísimo, pero malo de verdad, justo antes del Tour, tanto que parecía que no iba a poder salir en la carrera que lidero el año pasado durante 11 días, y de la que sólo se bajó del podio por hacer el estúpido en el Galibier mientras Contador demostraba que los hay aún más estúpidos en el pelotón. A todo eso se llamó, en su momento, espectáculo.
Estuvo sin tocar la bici, si hay que hacer caso a su relato, 13 días. En la primera semana perdió tiempo y después, a lo suyo: a ganar etapas. Antes lo hacía con mezcla de picardía y determinación, ahora lo hace sencillamente porque va "un puntido por encima". Su equipo ayuda, claro, como siempre en estos casos: ayer el sprinter japonés Arashiro le lanzó para el Aubisque, pasando el nipón en tercer lugar por la cima pirenaica.
También recibió ayuda de Kern, uno que en Dauphiné (6º en 2011, sin ningún resultado previo anterior) tuvo que abandonar, porque el dolor de rodilla de Voeckler era extensivo a todo su equipo, otro más de hombrecillos verdes que se crecen en la alta montaña. Les dieron un toque repugnante por lo que tiene de "se lo que estais haciendo, pero no vamos permitir algo como lo de 2011, pero no temais, no vamos a hacer nada", y ya llevan tres etapas ganadas, dos de ellas de alta montaña.
Voeckler puso a tirar a Kern en el Tourmalet para aumentar la diferencia con el pelotón, que no le parecía suficiente, y como en el pelotón iban sesteando, ¡la escapada aumento la diferencia sobre el pelotón en 4´! ¡Subiendo el Tourmalet! A estas alturas, Voeckler ya tenía la etapa ganada, y encima la quería ganar a lo Virenque.
Se desembarazó de Brice Felliou cuando quiso, y se fue en solitario a ganar en Luchon tras haber pasado en cabeza los cuatro puertos pirenaicos. A lo Virenque, que estaba en meta para felicitarle. Según Voeckler, en un relato que gusta mucho en Francia de le petit, no iba con la intención de la cabalgada pirenaica, que afrontaba cada paso de puerto como si eso ya fuese el final de etapa.
Hicieron de monigotes C.A Sorensen -otro corredor gesticulante, ayer la etapa parecía que consistía en a ver quien hacía más cucamonas- y Vinokourov, con un espléndido Gorka Izagirre que fue a lo suyo, y al final acabó tercero porque al kazajo se le salió el pie del pedal en el peor momento. Segunda fuga en el Tour, segundo puesto de honor. Hay madera de corredor.
En el pelotón Basso aceleró un poquito, lo suficiente para que Evans "con problemas estomacales" se descolgase y perdiese cualquier opción de podio. Quitó algún Sky de cabeza del pelotón, y Nibali atacó subiendo el Peyresourde. Sólo le pudieron seguir la pareja de Wiggins y Froome. Otro ataquito, y juntos hasta meta con 1´ de ventaja sobre otros corredores que tenían grandes esperanzas en la carrera.
Para hoy la organización tiene una etapa con Bâles -donde le saltó la cadena a Andy Schleck- y final en la estación de esquí del Peyresourde. Considerando que Nibali tiene casi 3´ de ventaja sobre Van den Broeck en la lucha por el podio, a lo mejor hoy conseguimos ver una etapa aún más birriosa que la de ayer. Eso sí, de recomendar este deporte mejor me abstengo.
***
Habla Madariaga (Euskaltel, Euskaltel). Considerando el titular, y el tamaño de cuello que se gasta el susodicho, no hay que preocuparse mucho de las angustias que le afligen.
***
Última entrevista conocida a Frank Schleck antes de su positivo, al acabar la etapa de Toussuire: reconoce que está cansado por los 71 días de competición acumulados en sus piernas. En el día de descanso también charló con periodistas de Luxemburgo, diciendo que estaba "muy cansado", pero que podía mejorar...
Si te reconoces en esta situación, y sabes que va a volver a suceder en el futuro, es que no tienes remedio. Creo que todos lo sabemos bien. Ayer hubo otra más de esas etapas.
Los organizadores quisieron hacer un carrusel Pirenaico entre Pau y Luchon, pasando por Aubisque, Tourmalet, Aspin y Peyresourde. De salida se formó una fuga con tre-in-ta-y-o-cho corredores, 38, treinta y ocho.
No recuerdo una fuga tan numerosa, y menos en una etapa de montaña, en todos los Tours que he visto, y son muchos. Al pelotón le pareció bien: al tran-tran de Eisel y después el infatigable Boasson Hagen, subieron el Tourmalet de una manera humillante para este deporte, especialmente si quiere competir en el cada vez más reñido mercado del "espectáculo deportivo".
Por delante, la fuga se fue desnatando al ritmo que marcaba un corredor que va "un puntito" por delante de los demás, el repugnante Voeckler. El pequeño francés ha logrado convertirse en un personaje de sí mismo -había gran materia prima- y, por tanto, querido y respetado por el público, especialmente el connacional. Así puede narrar su epopeya sin que nadie se pasme o se lleve las manos a la cabeza.
Al parecer, el corredor alsaciano estuvo muy malísimo, pero malo de verdad, justo antes del Tour, tanto que parecía que no iba a poder salir en la carrera que lidero el año pasado durante 11 días, y de la que sólo se bajó del podio por hacer el estúpido en el Galibier mientras Contador demostraba que los hay aún más estúpidos en el pelotón. A todo eso se llamó, en su momento, espectáculo.
Estuvo sin tocar la bici, si hay que hacer caso a su relato, 13 días. En la primera semana perdió tiempo y después, a lo suyo: a ganar etapas. Antes lo hacía con mezcla de picardía y determinación, ahora lo hace sencillamente porque va "un puntido por encima". Su equipo ayuda, claro, como siempre en estos casos: ayer el sprinter japonés Arashiro le lanzó para el Aubisque, pasando el nipón en tercer lugar por la cima pirenaica.
También recibió ayuda de Kern, uno que en Dauphiné (6º en 2011, sin ningún resultado previo anterior) tuvo que abandonar, porque el dolor de rodilla de Voeckler era extensivo a todo su equipo, otro más de hombrecillos verdes que se crecen en la alta montaña. Les dieron un toque repugnante por lo que tiene de "se lo que estais haciendo, pero no vamos permitir algo como lo de 2011, pero no temais, no vamos a hacer nada", y ya llevan tres etapas ganadas, dos de ellas de alta montaña.
Voeckler puso a tirar a Kern en el Tourmalet para aumentar la diferencia con el pelotón, que no le parecía suficiente, y como en el pelotón iban sesteando, ¡la escapada aumento la diferencia sobre el pelotón en 4´! ¡Subiendo el Tourmalet! A estas alturas, Voeckler ya tenía la etapa ganada, y encima la quería ganar a lo Virenque.
Se desembarazó de Brice Felliou cuando quiso, y se fue en solitario a ganar en Luchon tras haber pasado en cabeza los cuatro puertos pirenaicos. A lo Virenque, que estaba en meta para felicitarle. Según Voeckler, en un relato que gusta mucho en Francia de le petit, no iba con la intención de la cabalgada pirenaica, que afrontaba cada paso de puerto como si eso ya fuese el final de etapa.
Hicieron de monigotes C.A Sorensen -otro corredor gesticulante, ayer la etapa parecía que consistía en a ver quien hacía más cucamonas- y Vinokourov, con un espléndido Gorka Izagirre que fue a lo suyo, y al final acabó tercero porque al kazajo se le salió el pie del pedal en el peor momento. Segunda fuga en el Tour, segundo puesto de honor. Hay madera de corredor.
En el pelotón Basso aceleró un poquito, lo suficiente para que Evans "con problemas estomacales" se descolgase y perdiese cualquier opción de podio. Quitó algún Sky de cabeza del pelotón, y Nibali atacó subiendo el Peyresourde. Sólo le pudieron seguir la pareja de Wiggins y Froome. Otro ataquito, y juntos hasta meta con 1´ de ventaja sobre otros corredores que tenían grandes esperanzas en la carrera.
Para hoy la organización tiene una etapa con Bâles -donde le saltó la cadena a Andy Schleck- y final en la estación de esquí del Peyresourde. Considerando que Nibali tiene casi 3´ de ventaja sobre Van den Broeck en la lucha por el podio, a lo mejor hoy conseguimos ver una etapa aún más birriosa que la de ayer. Eso sí, de recomendar este deporte mejor me abstengo.
***
Habla Madariaga (Euskaltel, Euskaltel). Considerando el titular, y el tamaño de cuello que se gasta el susodicho, no hay que preocuparse mucho de las angustias que le afligen.
***
Última entrevista conocida a Frank Schleck antes de su positivo, al acabar la etapa de Toussuire: reconoce que está cansado por los 71 días de competición acumulados en sus piernas. En el día de descanso también charló con periodistas de Luxemburgo, diciendo que estaba "muy cansado", pero que podía mejorar...
Etiquetas:
C.A Sorensen,
Europcar,
Euskaltel,
Evans,
Frank Schleck,
Froome,
G. Izagirre,
Nibali,
Sky,
Vinokourov,
Voeckler,
Wiggins
18 julio, 2012
Positivamente Frank Schleck
Todo indica que Frank Schleck no se esperaba un control antidopaje el pasado (y reciente) 14 de julio, cuando se disputaba la etapa de Cap D´Agde. No iba de los primeros de la general, no iba a hacer entre los primeros de la etapa, pero ese día la etapa acabó con anticipo, o paso algo -faltan detalles en el caso- que hizo que los estrictos tiempos en los que se mueve el dopaje contemporáneo se equivocasen, con consecuencias nefastas para sus intereses.
¿Quizás iban tras el? Sabemos que muchas veces es así: controles al azar entre corredores que después resulta que no son tan al azar. Y qué día, en el que la carrera viraba al sur, aún más gente en el público, localidades turísticas que facilitan el trasiego de mensajeros y su equipaje, en el margen de rigor antes de la montaña que marca el calendario de dopaje.
Frank Schleck ha dado positivo por Xipamide, un diurético, dentro de la categoría de sustancias enmascaradoras de otra sustancia aún más gorda: ayuda a eliminar los restos en el organismo. No es un medicamento cualquiera: en Europa sólo se comercializa en Alemania y Austria, y lo más interesante es que alcanza su pico a las 2 horas de la ingesta, no dejando traza alguna a las 8 horas.
No se a qué hora le hicieron el control al luxemburgués, pero el 14 de julio la etapa duró apenas 5 horas: todo apunta a que fue al acabar la etapa. Algo falló en el estricto horario que utilizan los deportistas profesionales para sus prácticas más oscuras, un pequeño fallo que hizo que la tasa de diuréticos fuese de 100 picogramos en vez de los 5 que se dan de margen, según las declaraciones del jefe de prensa de RadioShack.
El equipo de Frank Schleck ha dejado a su corredor tirado. En el brutal y marmoleo comunicado de prensa declinan cualquier responsabilidad, al indicar que la Xipamida no se encuentra entre su catálogo de medicamentos: conviene recordar que las autoridades francesas obligan a los equipos a declarar qué sustancias y en qué cantidad llevan en sus botiquines antes de empezar la carrera.
Xipamida es un medicamento ideado originalmente para la hipertensión de origen renal pero, como tantos otros medicamentos relacionados con el riñón y su mal funcionamiento (la EPO, por ejemplo), ha acabado teniendo un uso como dopante en deportes de resistencia. Por su características, especialmente las farmacocinéticas explicadas antes, es perfecto para limpiar el organismo tras un chute de bolsa de sangre.
A Frank Schleck lo han pillado pero que muy bien. Salió en el Tour, su carrera favorita, tras haber disputado 2/3 partes del Giro a regañadientes, y abiertamente enfrentado con Bruyneel. De hecho, hace unos días evitó hablar a la prensa sobre si era uno de los corredores que había demandado al equipo por impago de salario. Y ahora sale esto, lo que se puede considerar el primer positivo de Bruyneel en sus largos años en el ciclismo.
El primero de Bruyneel y el primero de Pedro Celaya, el simpático doctor poco amigo de las cámaras que acaba de ser vetado para ejercer de por vida por la USADA, por su relación de largos años con Armstrong. Y con Bruyneel. Con Schleck no ha pasado de medio año, pero ahí aparece en la página web: oficialmente era su doctor, aunque ahora en el equipo digan que no sabían nada.
Frank Schleck pedirá el análisis de la muestra B, y en caso de confirmarse el positivo, alegará contaminación alimentaria, como el famoso carnívoro de Pinto. No hablará jamás, porque estamos hablando de uno de los mejores corredores del pelotón, uno de los escasos cuatro-cinco que puede poner una carrera patas arriba, pero por soñar no se pierde nada: ojalá hablase de la casa de putas que se intuye que es el RadioShack, del médico español que nunca puede faltar en estos casos, de Bruyneel y de su increíble salto de calidad entre 2004 y 2005, entre otras cosas.
"No lo hará, no. Nunca lo hacen" es la frase que siempre suelo repetir en estos casos. Ya se ve que Frank Schleck ha optado por la vía de la huida hacia delante. Estaba haciendo un buen Tour, a pesar de haber tomado la salida con nada menos que 55 días de competición, el segundo corredor más rodado de todo el pelotón: iba 12º de la general y con todos los Pirineos por delante. Quizás esto ayude a entender por qué ha dado positivo por un enmascarante de un chute sanguíneo: el cansancio se iba a hacer notar ya.
Para Frank Schlek, que tenía además la importante misión de hacer ganar al RadioShack la clasificación por equipos, era demasiado tentador la posibilidad de volver a hacer entre los diez primeros del Tour, un Tour con además dos cronos. No es un positivo casual o por accidente: igual que Contador, que fue a comer el filete contaminado justo antes de las etapas decisivas de un Tour que encabezaba por sólo 30". Eso sí, no falta quien da pábulo a las escasas opciones de credibilidad del luxemburgués, miendras ahonda en su descrédito personal y profesional.
El corredor ha abandonado el Tour de Francia por indicación de su equipo, a su vez indicado por el Tour de Francia. Todo muy limpio y aséptico, como todos los años en Pau. Todo iba siendo muy limpio y aséptico, como nos indican que nos tenemos que creer al Sky de Cavendish escalador; tanto, tanto, que el diurético para limpiar el organismo apenas ha dejado traza, pero la suficiente, como los famosos picogramos de clembuterol.
***
Fedrigo gana otra etapa en el Tour, esta vez resolviendo una escapada muy favorable a sus intereses camino de Pau: es un gran especialista en este tipo de terreno pre-montañoso. El último que resistió al buen ojo del francés -las crónicas españolas de su triunfo están plagadas de referencias al gran tamaño de su nariz, por eso no pongo buen olfato- fue el repugnante Vande Velde, ese corredor que, si hablase en algún momento de su vida, podría contar más cosas del ciclismo que ningún otro: CSC-Liberty-UsPostal-Garmin. Viene del Giro, donde fue fundamental en el triunfo de Hesjedal, y casi gana una etapa del Tour.
***
Curioso: aquí se dice que Hoogerland -muy anónimo este Tour, como todo su equipo Vacansoleil- dio positivo por testosterona con 18 años.
***
De los hermanos Izagirre hablan maravillas en el País Vasco. De Jon, el más joven, ya vimos su calidad en su belllísima victoria en Falzes durante el pasado Giro -y su escapada en la Gante-Wevelgem-; de Gorka, que es un año más viejo, estamos viendo en este Tour un arrojo similar al de su hermano y una pizca de humor y sana camadería que gusta (mucho), y más en un ambiente como el ciclista, a veces demasiado transcendente.
Miren que vídeo. Qué canteo a Sagan. Una broma, no más, un indicio. Una broma entre uno de 22 años y otro de 24 años. Me gusta. Hacen falta más como los Izagirre y su actitud en la bici.
***
Evans achaca los pinchazos a los españoles. Que Van Garderen no le esperase también es culpa de alguien: todavía no lo ha dicho, pero seguro que Evans ya tiene una hipótesis.
***
Valverde es una persona muy mal orientada a lo largo de su vida: he aquí una nueva muesca.
***
A 12 días de los JJ.OO, S. Sánchez se sube por primera vez desde su caída a una bici.
***
O pondría copas en un bar, como en la canción de Carlos Berlanga.
***
En Copenhague plantean directamente hacer autopistas para bicicletas: no por la velocidad, pero sí por la anchura. De miras.
¿Quizás iban tras el? Sabemos que muchas veces es así: controles al azar entre corredores que después resulta que no son tan al azar. Y qué día, en el que la carrera viraba al sur, aún más gente en el público, localidades turísticas que facilitan el trasiego de mensajeros y su equipaje, en el margen de rigor antes de la montaña que marca el calendario de dopaje.
Frank Schleck ha dado positivo por Xipamide, un diurético, dentro de la categoría de sustancias enmascaradoras de otra sustancia aún más gorda: ayuda a eliminar los restos en el organismo. No es un medicamento cualquiera: en Europa sólo se comercializa en Alemania y Austria, y lo más interesante es que alcanza su pico a las 2 horas de la ingesta, no dejando traza alguna a las 8 horas.
No se a qué hora le hicieron el control al luxemburgués, pero el 14 de julio la etapa duró apenas 5 horas: todo apunta a que fue al acabar la etapa. Algo falló en el estricto horario que utilizan los deportistas profesionales para sus prácticas más oscuras, un pequeño fallo que hizo que la tasa de diuréticos fuese de 100 picogramos en vez de los 5 que se dan de margen, según las declaraciones del jefe de prensa de RadioShack.
El equipo de Frank Schleck ha dejado a su corredor tirado. En el brutal y marmoleo comunicado de prensa declinan cualquier responsabilidad, al indicar que la Xipamida no se encuentra entre su catálogo de medicamentos: conviene recordar que las autoridades francesas obligan a los equipos a declarar qué sustancias y en qué cantidad llevan en sus botiquines antes de empezar la carrera.
Xipamida es un medicamento ideado originalmente para la hipertensión de origen renal pero, como tantos otros medicamentos relacionados con el riñón y su mal funcionamiento (la EPO, por ejemplo), ha acabado teniendo un uso como dopante en deportes de resistencia. Por su características, especialmente las farmacocinéticas explicadas antes, es perfecto para limpiar el organismo tras un chute de bolsa de sangre.
A Frank Schleck lo han pillado pero que muy bien. Salió en el Tour, su carrera favorita, tras haber disputado 2/3 partes del Giro a regañadientes, y abiertamente enfrentado con Bruyneel. De hecho, hace unos días evitó hablar a la prensa sobre si era uno de los corredores que había demandado al equipo por impago de salario. Y ahora sale esto, lo que se puede considerar el primer positivo de Bruyneel en sus largos años en el ciclismo.
El primero de Bruyneel y el primero de Pedro Celaya, el simpático doctor poco amigo de las cámaras que acaba de ser vetado para ejercer de por vida por la USADA, por su relación de largos años con Armstrong. Y con Bruyneel. Con Schleck no ha pasado de medio año, pero ahí aparece en la página web: oficialmente era su doctor, aunque ahora en el equipo digan que no sabían nada.
Frank Schleck pedirá el análisis de la muestra B, y en caso de confirmarse el positivo, alegará contaminación alimentaria, como el famoso carnívoro de Pinto. No hablará jamás, porque estamos hablando de uno de los mejores corredores del pelotón, uno de los escasos cuatro-cinco que puede poner una carrera patas arriba, pero por soñar no se pierde nada: ojalá hablase de la casa de putas que se intuye que es el RadioShack, del médico español que nunca puede faltar en estos casos, de Bruyneel y de su increíble salto de calidad entre 2004 y 2005, entre otras cosas.
"No lo hará, no. Nunca lo hacen" es la frase que siempre suelo repetir en estos casos. Ya se ve que Frank Schleck ha optado por la vía de la huida hacia delante. Estaba haciendo un buen Tour, a pesar de haber tomado la salida con nada menos que 55 días de competición, el segundo corredor más rodado de todo el pelotón: iba 12º de la general y con todos los Pirineos por delante. Quizás esto ayude a entender por qué ha dado positivo por un enmascarante de un chute sanguíneo: el cansancio se iba a hacer notar ya.
Para Frank Schlek, que tenía además la importante misión de hacer ganar al RadioShack la clasificación por equipos, era demasiado tentador la posibilidad de volver a hacer entre los diez primeros del Tour, un Tour con además dos cronos. No es un positivo casual o por accidente: igual que Contador, que fue a comer el filete contaminado justo antes de las etapas decisivas de un Tour que encabezaba por sólo 30". Eso sí, no falta quien da pábulo a las escasas opciones de credibilidad del luxemburgués, miendras ahonda en su descrédito personal y profesional.
El corredor ha abandonado el Tour de Francia por indicación de su equipo, a su vez indicado por el Tour de Francia. Todo muy limpio y aséptico, como todos los años en Pau. Todo iba siendo muy limpio y aséptico, como nos indican que nos tenemos que creer al Sky de Cavendish escalador; tanto, tanto, que el diurético para limpiar el organismo apenas ha dejado traza, pero la suficiente, como los famosos picogramos de clembuterol.
***
Fedrigo gana otra etapa en el Tour, esta vez resolviendo una escapada muy favorable a sus intereses camino de Pau: es un gran especialista en este tipo de terreno pre-montañoso. El último que resistió al buen ojo del francés -las crónicas españolas de su triunfo están plagadas de referencias al gran tamaño de su nariz, por eso no pongo buen olfato- fue el repugnante Vande Velde, ese corredor que, si hablase en algún momento de su vida, podría contar más cosas del ciclismo que ningún otro: CSC-Liberty-UsPostal-Garmin. Viene del Giro, donde fue fundamental en el triunfo de Hesjedal, y casi gana una etapa del Tour.
***
Curioso: aquí se dice que Hoogerland -muy anónimo este Tour, como todo su equipo Vacansoleil- dio positivo por testosterona con 18 años.
***
De los hermanos Izagirre hablan maravillas en el País Vasco. De Jon, el más joven, ya vimos su calidad en su belllísima victoria en Falzes durante el pasado Giro -y su escapada en la Gante-Wevelgem-; de Gorka, que es un año más viejo, estamos viendo en este Tour un arrojo similar al de su hermano y una pizca de humor y sana camadería que gusta (mucho), y más en un ambiente como el ciclista, a veces demasiado transcendente.
Miren que vídeo. Qué canteo a Sagan. Una broma, no más, un indicio. Una broma entre uno de 22 años y otro de 24 años. Me gusta. Hacen falta más como los Izagirre y su actitud en la bici.
***
Evans achaca los pinchazos a los españoles. Que Van Garderen no le esperase también es culpa de alguien: todavía no lo ha dicho, pero seguro que Evans ya tiene una hipótesis.
***
Valverde es una persona muy mal orientada a lo largo de su vida: he aquí una nueva muesca.
***
A 12 días de los JJ.OO, S. Sánchez se sube por primera vez desde su caída a una bici.
***
O pondría copas en un bar, como en la canción de Carlos Berlanga.
***
En Copenhague plantean directamente hacer autopistas para bicicletas: no por la velocidad, pero sí por la anchura. De miras.
Etiquetas:
Bruyneel,
decadencia,
dopaje,
Evans,
Fedrigo,
Frank Schleck,
G. Izagirre,
Hoogerland,
RadioShack,
S.Sánchez,
Valverde,
Vandevelde
16 julio, 2012
La cita anual de SMS Sánchez
Cambio de maillot a mitad de 2006 |
Precisamente el británico fue objeto de la frustación del popular SMS Sánchez, cuando el día anterior fue a neutralizarle en persona siendo líder de la carrera, y todo por ayudar a un compeñero. El murciano, un tipo tranquilo pero que cuando se calienta dice sus cositas -en 2010, cuando perdió la etapa y la posibilidad de dar un vuelco a la general, cargó contra sus directores: salió del equipo en unos meses- dijo que el Sky "quiere ganarlo todo, y así no se puede".
Profundo conocedor de las normas internas que rigen el ciclismo, normas endogámicas de difícil acceso y que en gran medida se basan en la lealtad y sumisión más que en el mérito o el consenso, poco después se expresó por el canal en que se siente más cómodo (un SMS, claro) y dijo que -con bastante ironía- dado que el Sky es el líder de la carrera, puede hacer lo que le de la gana.
El líder eres tú, macho. Y también puedes hacer lo que te la gana, al menos en España. Líder porque con tu planta y tu rodar me robaste el corazón ciclista hace muchos años, cuando en 2005 tu Amado Líder te envió al norte y rodabas en solitario en los 3 días de la Panne -llegó a hacer podio- con la misma planta que ahora. Nunca se había visto un panzer así por el norte viniendo de España.
Como pertenecemos a la cultura ciclista que pertenecemos (¡ay!), lo orientaron hacia otras cosas, y con notable éxito. Lo hubiese obtenido en cualquier caso, pero siempre da la sensación de que ser un cazaetapas es demasiado poco para el potencial del murciano. Ahí está, a punto de cumplir los 30 años y sin mejora aparente en las cronos o en la montaña. De las clásicas mejor no hablamos, que es de Murcia.
En cuanto a hacer lo que te la gana, ya se vio ayer. Etapa de pre-macizo montañoso en la que SMS Sánchez obtiene sus éxitos, fuga buena permitida por el pelotón, fuga que no tiene que ir rápido ni seleccionando porque el pelotón se toma el día de rebajas y va a 15´. Fuga en la que viaja tu pareja de hecho en el Tour -lo intentaste la primera semana a cola del pelotón con Tony Martin, pero no funcionó- Sandy Casar, como casi siempre. Fuga en la que viaja el corredor más rematador del pelotón y el que ha perdido el entorchado, un Gilbert que lleva casi un año sin ganar.
SMS Sánchez, bajado el segundo primera y bajo el cartel de salida de Foix -había que dar un circuito turístico no muy interesante a la población- atacó poderosamente mientras Sagan el puedelotodo estaba despistado comiendo algo rápido. Nadie quiso ni pudo salir tras el murciano, ni se organizó persecución: ¿para llevar en volandas a Sagan? ¿A Gilbert? Completaban la fuga Gorka Izagirre -hermano de Jon, no confundir- y el mencionado Casar, mucho más experto que el eslovaco y el belga, pero con peores piernas.
Con un planta cuadrada perfecta, con las muñecas caídas sobre la maneta de freno para inclinar la espalda aún más, el panzer murciano llegó a meta con 47" de ventaja sobre sus rivales, donde Sagan fue segundo. El eslovaco ha sentenciado este fin de semana la regularidad, al haber sido segundo en dos etapas consecutivas, y se adentra en la tercera semana del Tour sin ningún miedo y con alguna etapa marcada. Como ayer.
Un delincuente arrojó puntas de carpintero en la carretera entre el paso de los fugados y el pelotón -15 minutos, tuvo mucho tiempo para hacerlo-, que sufrió muchos pinchazos, incluyendo uno de Kiserlovski que tuvo que abandonar por la caída que le produjo encontrarse súbitamente su rueda pinchada en un descenso vertiginoso, el del Mur de Peguere.
El Sky paró aún más la carrera (Cavendish subió el anterior primera en cabeza, al trote) hasta que entró Evans, el más importante de los pinchados -Van Garderen no le esperó-, pero Rolland se fue por delante azuzado por Bernardeau. Al final entraron todos juntos en meta a 18´, encabezados por Maté El Lince, ese corredor andaluz tan simpático y resalao que tiene encadilados a todos, y que no encontró mejor oportunidad de lucirse en carrera. Un lince, ya les digo.
Del vencedor se podría recordar su pantanosa trayectoria desde joven Liberty, incluyendo su debut en el Tour 2005 con "todo o nada como Igor", su exoneración de la Operación Puerto por su condición de joven con progresión, su padre Guardia Civil, su tráfico de SMS con médicos dopadores, que su mujer recibía paquetes con drogas en su trabajo y su condición de ser el corredor que con más días de competición está afrontando este Tour.
Haber empezado en Lieja con 58 días acumulados en la piernas no es óbice para que el mulo de Mula (la autoría es de Arribas) haya ido fugado este Tour como el más fresco, haya cumplido en su cita anual y todo estén contentos, desde el principal protagonista hasta el ciclismo español por lo que parece que será la única alegría del Tour, pasando por su equipo, un Rabobank cuyas últimas cuatro etapas en la carrera han venido por parte de españoles: Freire (2008), Gárate (2009) y las dos de SMS Sánchez.
Ante ese consenso en torno al murciano, ¿qué puedo decir yo? Pues nada: que me tiene robado el corazón, el muy ladrón.
***
Por si alguien tiene preguntas para el héroe de ayer, las puede formular mañana. Ya saben qué tipo de preguntas.
***
Pues Boonen se ha roto una costilla en Polonia y llegará justito a las Olimpiadas. Si llega. Malditas caídas y costillas, que van a dejar sin poder disputar el oro a los dos corredores de más alcurnia -por éxitos conseguidos- que hay en el pelotón, Freire y Boonen.
***
Madrid tiene un proyecto olímpico para 2020 y una realidad de deporte en 2012.
Etiquetas:
Boonen,
Casar,
G. Izagirre,
Gilbert,
JJ.OO,
Luis León Sánchez,
Sagan
15 julio, 2012
Millar, Arribas y cinismo: el nuevo ciclismo
¿Estoy guapo? Sácame bien |
Utilizando ese lenguaje y código religioso que le gusta tanto, Arribas se siente cómodo con el autoproclamado héroe del antidopaje -saca sus buenos dinero de esto-, por lo menos mucho más cómodo que en una supuesta entrevista a algún dopado no confeso, como sus amigos Valverde o Contador. Con ellos nunca hablaría de dopaje, como mucho de ¿qué tiempo hace? o el clásico ¿tienes hambre de victorias?.
El titular es muy arribiano: "Los deportistas que se dopan son seres humanos". Tienes durante media hora a un tío que te puede hablar del dopaje contemporáneo en equipos como el Garmin y sacas un titular que dice una obviedad, al menos mientras no se compruebe que en la tierra habitan alienigenas. Ah, que lo que quiere decir es que los dopados son buenas personas merecedoras de respeto. Acabáramos.
¿Como Millar, que sigue repitiendo sus mentiras y medias verdades, sin que el periodista afecto lo incomode con preguntas? Será por eso que Arribas empieza su perorata con esta asunción: "En español la palabra periodismo rima con cinismo" (y yo hago de esto mi leiv motiv), que es como si Torrebruno hubiese salido algún día a la pista central del circo -es la edición del domingo de El País, doblan difusión- con un "En español circo rima con Cristo, oremos", en vez de cómo el tradicional "¿Cómo están ustedes?".
Toda la entrevista tiene ese aire de circo, de enano italiano, de cara pintada de payaso y de tradicional familiaridad infantil que desvela la última frase entrecomillada. Pregunta Arribas, el hombre que conociendo la Operación Puerto y muchas otras cosas más, se dedica a llamar arqueólogos a los que no comulgamos -lenguaje religioso: esto es un guiño- con su política de perdonar y olvidar, cuando no de hacer su trabajo, y responde David Millar, una especie de Armstrong -por lo que tiene de sacar dinero- del antidopaje.
Sufriendo mucho en el Saunier |
"Tengo que estar a la altura". ¿Qué se puede creer de este personaje? Yo jamás me creí su retorno limpio, el propio Arribas publicó por aquel 2006, a raíz de su victoria en una crono de la Vuelta a España, que lo llevaba Cecchini...Ya, estás a la misma altura a la que te fuiste: ya no quieres ganar el Tour (It´s Millar time) pero tampoco te quieres arrastar a cola del pelotón, como Sella, Valverde, Di Luca u otros corredores con tu misma parábola deportiva.
Es tan abanderado del antidopaje que, sobre el tema Armstrong -recuerden que el cowboy copatrocinó junto a Trek un libro de ensalzamiento propio que se regaló con revistas de ciclismo hace muchos años, donde Millar tenía la condición de heredero del yanki- dice que no se pronuncia. "No llego a entenderle del todo". Claro, David, claro.
"No se deben imponer inhabilitaciones de por vida si es la primera infracción" Claro, David, claro. Ambos llegan al mito actual consistente en lo que Arribas plasma en una frase propia de periodismo/cinismo, del que es un consumado maestro: "puede significar dos cosas: o que sigue haciendo lo de antes y miente o que el ciclismo ha cambiado y estando limpio se puede estar al primer nivel".
De cuando cruzaba la muga |
"Como nos metimos en este deporte más tarde, hay una actitud moderna y unas técnicas modernas. Y estos atributos resultan muy útiles en el ciclismo moderno, que es limpio", dice Millar, siguiendo la línea argumental. Sí, han contado bien, dice hasta tres veces la palabra "moderno". Y combina muy bien con "actitud" (¿?), "técnica" y "ciclismo". También con su personaje.
Arribas le pregunta por su confesión religiosa, y como recibe un cortante "protestante escocés" -en Edimburgo hay un sitio llamado ChurchHill donde en cada esquina hay una iglesia de una confesión diferente, un buen ejemplo de la pluralidad religiosa en Escocia, algo difícil de entender para el católico castellano viejo Arribas- le suelta igualmente su hipótesis, leída en algún lugar que no es este, que se podría resumir en un "Ética protestante, espíritu menos dopador".
El único pellizco que suelta Arribas a Millar es que no cite en su libro a su médico dopador español -lo digo yo: Jesús Losa-, pero ¡él tampoco lo dice!, a pesar de que hubo juicio en Francia y su nombre aparece en los documentos, además de que fue el propio Millar quien lo delató. Estas son las condiciones: vamos a hacer como que hablamos de dopaje porque presentas tu libro, pero vamos a hablar de lo mismo de siempre. Sin nombres, sin decir nada, vamos a vender una historia de ascenso-caída-redención, que mi redactor-jefe dice que quedan muy bien en el periódico de los domingos, cuando se lee en pareja.
"Periodismo rima con cinismo". En español arribiano. No vamos a citar a Jesús Losa, pero vamos a decir que el ciclismo ha cambiado cuando los médicos de entonces son los de ahora: ninguno ha cambiado de profesión, ninguno, porque no han tenido ninguna necesidad. Ni siquiera tienen que salir a buscar sus clientes: como ha dicho Pozzato sobre Ferrari, son tan famosos que llegas a ellos a ciegas. Y a tientas, después de probar todo.
Con Botero, "un tipo magnífico" |
Dentro de su relato autoconstruido, "yo decidí dejar de doparme en 2003, después del Mundial, y luego me di cuenta de que había tomado la decisión correcta cuando me enteré de la muerte de Pantani y de Jiménez". Cuando registraron su casa a raíz del llamado caso Cofidis -ya habían caído los polacos de su equipo y Gaumont, pero él seguía callado- iba a ir a tope a por el Tour 2004, a pesar de que ahora diga que dejó el dopaje tras ganar el Mundial CRI de 2003, título del que fue desposeído.
Ahí aprendió Millar: no voy a decir que voy dopado desde que empecé a correr, que me quitan victorias, una táctica seguida por todos los de su calaña. Recuerden que Roberto Heras tiene tres Vueltas, para que crean en ellas sus seguidores bejaranos."Porque hayan cometido un error, no se les puede encasillar en dicho error de por vida".
Existe otra vida fuera del ciclismo, pero si algo demuestra la lucha antidopaje es que la mejor medida es la sanción de por vida ante el primer positivo. Así nos ahorraríamos tener que aguantarte a tí y al periodista que te utiliza para contar su propia historia de su profesión entendida como un ejercicio de cinismo. Y como existe otra vida fuera del ciclismo, que se la busquen, pero que no vuelvan al ciclismo.
"Creo que hubo una época en la que los periodistas no querían saber la verdad, no indagaban lo suficiente, y eso también formaba parte del problema: que había cierta negación en todos los niveles del deporte, desde la UCI hasta los propietarios de los equipos, los patrocinadores, los periodistas…" ¡Y es David Millar el que dice esto a Carlos Arribas! No puede haber mejor epitafio: este deporte no tiene remedio.
***
La etapa del 14 de julio en el Tour fue absolutamente preciosa. La carrera llegaba a la zona de Sette -la más turística por masiva del Mediterráneo francés- por carreteras junto al mar, lagunas marinas, bungalows y una espléndida realización televisiva. El infatigable Morkov se escapó una vez más y fue neutralizado en la subida al Mont St. Claire, un peñón no muy pronunciado que parece un gigante en un paisaje dominado por la cota cero del mar.
Poco antes se había descolgado Valverde, desentendido por completo de la batalla por delante. Y eso que la etapa le favorecía. La subida separó al grupo y hubo una espléndida persecución por parte de un increíble Lotto -pasaron a cinco corredores por delante- a la peligrosa pareja de Albasini y Vinokourov. Poco antes del repecho final, atacó Luis León Sánchez, con fuerza y categoría suficiente para llegar, pero el propio Wiggins encabezó la persecución.
El británico superó al murciano mientras este realizaba aspavientos desaprobando su actitud, que el nefasto Duo Cómico de TVE no supo o no quiso interpretar correctamente: "le estaba indicando que le superase por la derecha". No, lo que el joven Liberty decía era que estaba hasta las narices del dominio acaparador del Sky, y lo corroboró en meta: "Lo quieren ganar todo". Lo mismo dijo Roberto Heras de Pantani en el Giro 1999.
El UkPostal mejora a su modelo del UsPostal: Armstrong nunca lanzó un sprint en sus años victoriosos, pero Wiggins quería hacerle un favor a Boasson-Hagen. Inútil: el noruego sólo fue tercero, superado por Sagan y por Greipel. El eslovaco, más veloz, perdió la etapa por no dar ese último golpe de riñones propio de los sprinters, cosa que si hizo Greipel para obtener su tercera victoria de etapa. La actitud del Sky empieza a cargar a todos, incluso a alguien tan pusilánime como SMS Sánchez.
Etiquetas:
Arribas,
Botero,
decadencia,
dopaje,
Greipel,
Luis León Sánchez,
Millar,
Morkov,
periodismo dopaje,
Sagan,
Sky
14 julio, 2012
De dopado a dopado
Oye Brad, ese maillot me suena |
Se formó una gran fuga de la que sobrevivieron 5 corredores destacados de los demás subiendo el segundo primera: Kiserlovski, Millar, Peraud, Egoi Martínez y un Europcar, que ya están todos recuperados de su rodilla colectiva y patologías varias. Otro grupo de fugados donde todo el interés lo ponían dos gregarios del Liquigas para llevar a Sagan al punto intermedio fue neutralizado por la gran labor del Green Edge para su su líder Goss.
Superado ese punto de interés (ojo: un sprint intermedio) el pelotón se dejó llevar a gran velocidad -la marcada por la salida de la etapa y el paso por los momentos cruciales- y la etapa acabó con gran adelanto. Los fugados colaboraron muy bien y, en la cota que subía a un bonito pueblo en la rivera del Ródano, se marcharon Peraud y Millar. El británico no tuvo problemas en batir al francés y celebrar su victoria a su manera: tirándose al suelo y contando su vida.
En el pelotón quedaban por repartir los jugosos puntos de la sexta plaza de la etapa, y Goss desvió su trayectoria de muy mala manera para impedir que Sagan le adelantase. El eslovaco, gesticulando con la mano como un italiano, le dedicó un sonoro y pautado "Vaffanculo", y no era para menos. Al principio del Tour ya se quejó Freire de las malas artes de este australiano que gana muy poco. Ayer las vio todo el mundo.
Eso incluye a los jueces, que aplicaron una sanción de -30 puntos en la clasificación de la regularidad a Goss por su marrulería, un castigo que envía directamente a la mierda el fenomenal trabajo que hicieron Albasini y Weening neutralizando la fuga de los Liquigas para el sprint intermedio. Es dudoso que Goss haya aprendido la lección, y en un sprint más numeroso volverá a aplicar la guerra sucia propia de los sprinters de su país: Allan Davis, McEwen, Renshaw a codazo limpio o Cooke.
Con la victoria de Millar ya son cuatro corredores británicos diferentes que ganan etapa en este Tour, después de Cavendish, Froome y Wiggins. La etapa de ayer, obtenida por un corredor de 35 años y con un larguísimo historial, sirve de gozne perfecto para una serie de sucesos correlacionados que también se produjeron ayer.
Al parecer, era el 45º aniversario de la muerte de Tom Simpson, ese referente del ciclismo británico que murió en las faldas del Ventoux porque quiso transformar su fisiología de clasicómano a ganador del Tour según el nivel tecnológico de su época, 1967: anfetaminas. Era británico, muy británico. Millar también: un contrarrelojista del que se alababa su clase (¡esa etapa de Córdoba! ¡esa etapa de Beziers!) cuando todo era fruto del nivel tecnológico de su época: EPO.
Según dicen los propios interesados (ciclistas y gente que vive del ciclismo, desde fabricantes de bici a los necesarios periodistas), esa época tecnológica de la EPO ya se ha superado, y con ella todo el dopaje. Ahí está el propio Millar, que se ha construido un personaje ad hoc copiando las técnicas de los pastores evangelistas americanos y la dialéctica del cristiano renacido: antes era pecador, ahora estoy purificado. Gano limpio.
Gano limpio y dedico la victoria a un corredor que murió completamente dopado. Como si alguien gana algo y lo dedica a Pantani. Así es el ciclismo, el deporte esquizofrénico transmitido por periodistas acríticos que, cuando oyen el nombre del británico o el italiano, aplauden igualmente. ¿Qué referente puede ser Tom Simpson? Murió dopado, murió a causa del dopaje, intentó tragar más de lo que le cabía ¿Qué intentan transmitir con eso?.
A mí, francamente, no me extraña nada que Millar dedique su asqueroso triunfo de etapa a Simpson: es su referente necesario, dentro del personaje que se ha construido. ¿Sabían que pertenece al comité asesor de la AMA? Sí, y es el mismo corredor que cuando volvió de su sanción lo hizo militando en el Saunier de Mayo, Cobo, Piepoli, Simoni, Ricco y Marchante, el mismo que estuvo en el Tour 2008 del cuarto puesto del gregario Vandevelde, el mismo que consiguió al año siguiente el hasta entonces incapaz de subir un puerto con los mejores Wiggins. Millar, el que en 2010 se hizo Giro-Tour-Vuelta-Mundial. Y todo limpio.
Fue una dedicatoria de dopado -le gusta que le llamen ex, pero ¿la condición de dopado se pierde alguna vez?- a dopado, pero vendida como algo elogioso. Sobre el nuevo ciclismo británico, ese que ha ganado en este Tour cuatro etapas con cuatro corredores diferentes (sprint, montaña, crono, fugado), ya comenté en el lejano 2009, cuando empezaba a asomar la patita, lo que me parecía. Simplemente aplican el nivel tecnológico de su época. Simpson, anfetas; Millar, EPO; esta nueva hornada, todavía no se sabe.
Casualmente, el mismo día de esta apoteosis bufa de Millar ganando una etapa en el Tour , Bradley Wiggins publicaba una columna en The Guardian que merece un tratamiento más extenso, donde dice que gracias a la cultura del fair play de los británicos nunca se podrá dopar, que eso pondría en peligro muchas cosas de su entorno y, bueno, más propaganda para la mente británica y gran parte del mundo del ciclismo.
Aquí, que ya hemos visto cartas semejantes de alguien tan mentiroso como Contador -ha competido toda su vida con un certificado de hematocrito del 52%, y a partir de 2005 con un certificado de epilepsia- uno que es capaz de decir en un juicio en el TAS que "siempre me he rodeado de gente que ha rechazado el dopaje" -incluso el reciente médico Pepe from Valencia, sancionado de por vida por la USADA-, ya sabemos el valor que tienen esas cartas.
Para mí, ninguno. De dopados hemos oído de todo, incluso alguno ha convocado manifestaciones de apoyo popular en su pueblo -el toque berlanguiano que no tendrá un inglés, es cierto-, y siempre con las mismas argumentaciones mientras estaban en la cresta de la ola, las que ahora repiten los británicos, que se dirigen a una audiencia nacional mucho menos familiarizada con el ciclismo que la nuestra. Sin embargo, esa falta de trato con la historia del ciclismo ¿lleva a que se desconozca que Simpson murió completamente dopado? ¿O es que ya se da por bueno todo, hasta una dedicatoria? No me creeré a ningun adalid del antidopaje o del nuevo ciclismo -ambos términos están relacionados- jamás, y menos si con una nueva victoria va a una dedicatoria a alguien como Tom Simpson.
***
Jopé, qué entrada de blog más currada, aunque el tema sean cotilleos. Cosas del New York Times: los piques en twitter entre las parejas de Froome y Wiggins, con visión general al mundo de twitter en los ciclistas, dopaje y otras cosas.
***
En el próximo Purple Weekend o Euro Yeye, seguro que vemos a algún leonés o asturiano súbitamente interesado por el ciclismo.
Etiquetas:
Alberto Contador,
Mathew Goss,
Millar,
Peraud,
Sagan,
Sky,
Tom Simpson
13 julio, 2012
Ya pasó el momento-Tour. No volverá.
Froome, en España con su padre |
Quizás haya contribuido a su relativa dureza que, por una vez, hubo ataques y movimientos de lejos. Sin embargo, el auténtico momento-Tour se produjo bien cerca de la meta, para que vean la importancia relativa de los diferentes factores. Fue una etapa de montaña bastante buena; podía haber sido mucho mejor si un equipo que viste de negro no fuese una marcha o dos por encima de los demás.
Prácticamente de salida se formó un numeroso grupo con, entre otros, cuatro Astana, un Valverde que se unió más tarde y dos Europcar, Christophe Kern y Pierre Rolland. Este equipo, investigado por dopaje un año después de su sorprendente actuación en el Tour 2011, ha ganado las dos últimas etapas del Tour, y con qué dos hombres. Al conocido caso de la rodilla y parón de Voeckler, ahora se une de Kern, que se arrastró y abandonó en Dauphiné -cuando la rodilla ataca, ataca a todos, como un virus- donde había sido 6º en 2011, y que ayer se hizo la Madelaine él solo tirando de las opciones de Rolland en la fuga.
Rolland llegó a meta solo, ganando su segunda etapa de alta montaña en la carrera, la segunda con un recorrido con distancia no superior a los 150 km. Ayer había estado escapado y gastando muchas fuerzas, pero eso da igual. Ya lo vimos a De la Fuente y Cobo en la pasada Vuelta, por ejemplo. Franceses contentos, el resto del grupo no tanto, al menos al compañero que hizo segundo en la París-Roubaix después de atacar durante todo el día se le ha empezado a ver la patita, como a todos. Como siempre.
Entre los favoritos, el Liquigas mandó a Oss y Sagan que aguantasen como pudiesen la Madelaine, y después los mandaron por delante. Parecía que iba a haber algún movimiento de Nibali, pero nada. Boasson Hagen se las bastó el solito para neutralizar cualquier acción. Por qué no se movieron Basso o Szymd queda para otra ocasión.
Subiendo ya la Croix de Fer, y con Kern fundiendo a casi todos los que había en la fuga del dia -qué manera de subir- el Sky cambió la locomotora del tren a Rogers y Christian Knees, el buen corredor alemán, mucho más rodador que escalador, pero eso ya da igual en el equipo de contrarrelojistas que suben mejor que los escaladores.
Van Garderen atacó a 10 km. de coronar, en plena carretera del Glandon, Moinard que iba en la fuga se descolgó, y ahí se fue Evans. Era la primera vez en sus 35 años que realizaba un ataque desde tan lejos. Desde el principio se vio que no iba muy bien, con Van Garderen yendo medio metro por delante y mirando atrás.
Brutal gráfica del trabajo del Sky en la etapa |
Ningún favorito atacó bajando el Mollard, probablemente el descenso más peligroso de Francia después del Joux-Plane, y juntos se fueron a encarar La Toussuire, otro puerto vendido como facilote porque no tiene pendientes muy pronunciadas, como si alguien no se hubiese dado cuenta que esos puertos, precisamente porque se pueden subir a más velocidad, suelen causar gran daño.
Brajkovic, también en su primer ataque como deportistas profesional, saltó a 12 km. de meta. Le siguió Pinot -tremendo este chaval, tremendo- y poco después Van den Broeck. A 10 km. fue el turno de Nibali, que al menos consiguió limpiar a Porte de cabeza del pelotón, y le tocó pasar a Froome quizás demasiado pronto.
De hecho, el nacido en Kenia, apenas duró 1´5 km. tirando, y Wiggins se tuvo que poner en cabeza a 8´5 km. de meta. Parecía que había una buena oportunidad de reventar al tres veces campeón olímpico y seis mundial en pista, especialmente porque estaba en una etapa de alta montaña y lo suyo canta mucho, pero el keniata Froome se recuperó y empezó a poner una marcheta en el grupo que acabó con los valientes que habían atacado. Y de lejos. Bravo.
A 5´5 km. de meta Evans se quedó, y Van Garderen con él para ayudarlo, pero el joven y talentoso americano (23 años, contrarrelojea con los mejores y sube que es un primor) iba bastante más fuerte que su viejuno jefe de filas, repitiendo la escena de la Croix de Fer. Al final se dejó en meta 1´30" con los favoritos, y tendrá que disputar la tercera plaza del podio a cara de perro contra Nibali y Van den Broeck.
Como vengo diciendo, las dos primeras plazas del podio serán para los Sky Wiggins o Froome, o Froome y Wiggins. Ayer el keniata atacó como un poseso justo en un momento en que el maillot amarillo flaqueaba, y parecía que se iba a ir solo. Por el maldito pinganillo le avisaron del desastre que estaba causando, e inmediatamente paró y todo volvió a la marcheta. Fue el momento-Tour, la demostración de que va más que su jefe de filas. Ninguno de sus rivales, que ya habían atacado durante la etapa -todos lo hicieron, esa es la auténtica novedad- no tenían ya fuerzas para seguir a la ofensiva.
Froome sí, y quizás habría que meterlo en el grupo de "los rivales". Al parecer, le dieron vía libre para el último km., y el keniata que no existía para el ciclismo de alto nivel hasta la Vuelta del año pasado, hizo un rush final desatado y rabioso. Sin embargo, Thibaut Pinot -otra vez más- ganó el sprint por la segunda posición, y es un corredor que enamora por su juventud, su buena planta y sus espectaculares resultados y progresión.
Hoy hay etapa de Alpes de más de 200 km. pero con los puertos de salida y después recorrido complicado y no más, perfecto para el control del Sky. Fuga sin peligro por delante, que los rivales directos están fundidos, y control durante todo el día. Día de conversación en el pelotón. La general está muy decantada, e incluso el propio Froome tendría que recuperar 2´ a Wiggins para ganar el Tour: eso sólo será posible con un desfallecimiento del británico, porque por el pinganillo ya le han dicho que no puede atacar. No va a ganar la carrera el más fuerte, ni tampoco el más listo, va a ganar la carrera el equipo que va una o dos marchas por encima de los demás.
***
Mención aparte merece la retransmisión de RTVE. En un momento dado Probenecid se puso a comer fuera de cámara, pero se supo porque hablaba con la boca llena y se oía ruido de papel de plata, en su caso Reynolds. Peor aún fue a cinco km. de la llegada, cuando el inefable Carlos de Andrés dejó el micrófono abierto y se oyó como discutía con realización sobre si retransmitir el podio o no. No le hicieron mucho caso: se cortó y cataplún, que habían llegado tarde y era La Uno. Con las motos ponían el podio aún retrasando el Telediario, para éxtasis de Ernest Riveras. Qué servicio público más lamentable.
12 julio, 2012
Por fin montaña
Mi favorito para la etapa de hoy |
Se formó una escapa de salida con 25 corredores, incluyendo clásicos de los últimos Tour en este tipo de situaciones: Egoi Martínez, Casar, Voigt, Voeckler y SMS Sánchez, al que Carlos de Andrés llamó en antena de esta manera, no se sabe si porque lee este blog -que lo hace- o porque estaba recibiendo un nuevo SMS de Pedro Celaya. O de Jesús Losa, como el murciano.
También había gente nueva, claro, como Sagan y Devenyns, el escalador del Quick Step que siempre sale a hacer la general y acaba luchando por las etapas. Todos estos corredores afrontaron la subida a Le Grand Colombiere, nunca antes subido en el Tour, donde se fueron por delante Voeckler, Scarponi, SMS Sánchez y Devenyns, incluyendo un número en solitario del corredor del Rabobank, que después confesó en meta que estaba fundido: a lo mejor se debe a esas cosas que hizo durante la etapa.
Correspondió a Voeckler el honor de pasar el primero por el inédito puerto, algo que siempre quedará para los registros, y también acabó ganando la etapa por ser el más listo. Con la investigación por dopaje sobre su equipo, él mismo diciendo que estuvo 13 días antes del Tour sin tocar la bici porque tenía la rodilla malita, consiguió ganar la etapa ante los otros cuatro fugados, donde al final también se metió Voigt y sus 41 años.
Entre los favoritos atacó Van den Broeck dos veces en la subida, la última a 500 metros de coronar, y se llevó consigo a Rolland. No fueron muy lejos, al revés que Nibali: el siciliano atacó bajando, sabedor de que Sagan todavía iba por delante, y con el eslovaco logró abrir una ventaja de casi un minuto, pero bastó el simple concurso de Porte para echar abajo la fuga a 25 km. de meta. VDB y Rolland se volvieron a ir y el RadioShack tiró ayudando a Sky para que el belga sólo tuviese en meta una renta de medio minuto.
Salvo Nibali y Van den Broeck, todos corrieron para asegurar su puesto, y al Sky le valió con dos hombres en toda la etapa: un incombustible Boasson Hagen y Porte. Para hoy se espera, aunque sólo sea porque el recorrido hay que aprovecharlo y no va a haber muchas oportunidades parecidas, algo más, aunque tampoco se confien.
La gran etapa de los Alpes de este Tour tiene 150 km., de los que 71 km. son de subida. Madelaine de salida, Croix de Fer, Mollard y final en La Toussuire. La estación de esquí no se había subido en ninguna carrera profesional hasta 2006, cuando ganó Ibán Mayo en Dauphiné, tras culminar una larguísima fuga con Arroyo, Sevilla y Piti.
De aquel día se recuerda el peligrosísimo descenso del Mollard, que quizás sea clave en la etapa de hoy. Es la primera vez que el Tour sube por encima de los 2.000 metros en esta edición, y tampoco habrá muchos más casos. La clave para ver algo de carrera consiste en desgastar al equipo Sky: no es de recibo que Boasson Hagen pueda tirarse la mitad de la etapa tirando el solito, porque así siempre van a llegar cuatro hombres de negro a los kms. finales. Tiene que haber ataques de lejos, colocar gregarios en el recorrido, y que se mueven los que no tienen nada que ganar ni perder.
En este escenario idealizado de carrera -tengo miedo de que todo acabe en un tostón de último puerto-. Mi favorito, dado el recorrido, es Alejandro Valverde. En un Tour muy aciago para el equipo -además de los tres abandonos, Plaza y Kiryenka están muy tocados- el murciano puede intentar hacer algo que lo reconcilie con si mismo, con lo que queda en carrera y con parte de la afición. Por fin hay montaña, a ver si se aprovecha.
***
Muy interesante lo que cuenta Nibali y recogen aqui. Tras su ataque bajando Le Grand Colombier, neutralizado por Porte en exclusiva, Wiggins entró en meta mirando desafiantemente al italiano, en plan Armstrong. como diciendo "mejor no lo vuelvas a intentar". Nibali dice que esto no es fútbol, que es un deporte donde siempre se ha respetado al rival, y que a Wiggins le falta respeto para ser un gran campeón. Y eso que el británico dice que se inspira en el modelo de Induráin. Esto va a acabar mal.
***
Tremendo: McQuaid reconoce en una breve entrevista en sporza.be que puede haber sustancias indetectables (y pone el ejemplo de Marion Jones) y que para el ciclismo no sería nada traumático que Armstrong perdiese sus siete Tours...además, dice que la UCI no tiene nada que ver con la causa de la USADA.
***
Relacionado con lo anterior, el Sueddeustche Zeitung se cuestiona la cacareada cifra armstrongniana de que ha pasado unos 500 controles antidopaje en toda su vida.
***
Interesante entrevista de Arribas a Zubeldia, nuestro hombre del momento. Hay algunos pasajes muy buenos, pero ninguno como el glorioso "siendo vasco en un equipo vasco, como un equipo de pueblo, eso pesa bastante". ¡Como lo lea Madariaga se va a montar la Marimorena! ¡O la Mairena!
***
¿Alguien se acuerda de Roberto Heras? Desde luego, nadie de las autoridades antidopaje en España. Se ha ido a acordar del lamentable escalador bejarano un diario fallecido por incapacidad ideológica y empresarial, Público, lo que en el fondo es un sentido homenaje de tu a tu. Escribe un tal Alfredo Varona, que tiene nombre de compositor de baladas chungas. Un ejemplo: "Supo alejarse del ciclismo de carretera y encontró un nuevo amor en la bicicleta de montaña". No supo alejarse: le echaron por dopado, después estuvo llorando que quería volver, pero como quería cobrar más de lo que estaban dispuestos a pagar por alguien de 33 años, se convirtió en vendedor de bicis y actor circense de las Brompton, entre otras cosas.
"Yo llevo en la sangre la pasión por el ciclismo" es un guiño que Heras hace a sus seguidores. "No tengo nada que reprocharme" es otro guiño que hace, esta vez a sus detractores, por si alguna vez hay alguna duda sobre este lamentable personaje.
***
Joseba Irrutia, de Gara, clava la conclusión que hay que sacar tras las declaraciones de Valverde en el día de descanso del Tour, y lo dice en el titular. El murciano se queja mucho de que no le dejan moverse, y también de que muchos corredores corren simplemente por el puesto debido al "sistema de puntos de la UCI". Bueno, antes también se corría por el puesto, y su compañero Mancebo en el Tour 2005 es un buen ejemplo. En la misma línea de criticar el inmovilismo en el pelotón se sitúa Frank Schleck en esta entrevista.
***
Los italianos proponen que haya una alternancia de fechas entre el Tour y el Giro: un año el Tour en julio y el Giro en mayo, al siguiente el Giro en julio y el Tour en mayo. Para seguir con el circo, Berlusconi vuelve a la política en septiembre.
***
Antonio Alix, conocido todólogo (inventó el triatlón en España, ¿lo sabíais? También pone la anchoa en las aceitunas rellenas) que sin embargo trabaja en un medio minoritario, también escribe en un medio aún más minoritario. Desde hace unos años se está construyendo un personaje -otro más- sobre su supuesta intolerancia al dopaje. También tiene fama de decir las cosas claras, menos a sus amigos, que son prácticamente todos los del ciclismo. Así cualquiera.
Por ejemplo, en el artículo que enlazo deja esta frase para recordar: "Yo no dudo del Sky, lo que hacen no me parece sospechoso; es más, ¿no será que si ahora todos van más limpios es cuando la calidad y el trabajo salen a relucir sin que incida lo bien trucado que se tenga el motor?". Qué personaje más penoso. Hacía lo mismo con su amigo y paisano Contador.
10 julio, 2012
Todo sigue bajo el guión del Sky
Brazos caídos a la manera de El Greco |
Como estaba previsto desde el día en que se anunció el recorrido de la carrera, ha ganado la etapa y lidera la carrera Bradley Wiggins, el mismo corredor que en 2009 fue 4º en París y porque los hermanos Schleck lo reventaron subiendo Romme, el único puerto duro de aquella edición tan soporífera.
Fue a base de ataques sucesivos, hasta que reventó su gregario Vandevelde -a su vez 4º en el Tour del año anterior- y Wiggins se vio solo y perdió una carrera en la que iba, como mínimo, hacia el podio. Que este resultado y el obtenido por su gregario -ambos en el Garmin- no tuviesen correspondencia alguna con su trayectoria deportiva hasta el momento pertenece al acervo cultural de este deporte, pero que todos los implicados en que se sostenga dan por bueno.
Esta misma gente debe estar esperando ahora un tipo de acción como la ejecutada brillantemente por los hermanos Schleck -esos de los que se decía que nunca atacaban- para intentar salvar del pasmo e intentar maquillar este Tour, que todavía no ha pasado ni Alpes, ni Pirineos ni Macizo Central, y que parece ya completamente sentenciado, porque si falla Wiggins ahí está su lugarteniente Froome para hacerlo incluso mejor que su jefe de filas, como Ullrich con Riis en el Tour 1996, el del debut del alemán para ser segundo en el podio y casi quitarle la carrera al danés en la última crono.
Que esperen sentados. Todo apunta a una lucha por la única plaza disponible en el podio, una lucha en la que hay 20 corredores agarrapiñados en torno a los 2´de diferencia, y con potentes equipos: cuando uno salte, ya mandarán tirar para que no quite el codiciado tercer puesto del cajón. O el cuarto. O el quinto. No hay nadie con la capacidad para aspirar a ganar o ser segundo, aunque el valor se presupone a Nibali y, últimamente, a Evans.
Ayer Wiggins ganó la crono de Besançon -con un diseño muy bonito por carreteras perdidas, saliendo de un pueblo-factoría ideado durante la Ilustración-, y lo hizo metiendo 2´5"/km a Evans, que se fue para la roulotte de su equipo con 1´43" de pérdida. Todavía queda una crono el penúltimo día, mucho más larga y con rectas más propicias para el británico.
Evans, a pesar de todo fue 6º en la etapa. El segundo fue Froome, recordando a De las Cuevas, a 35". El siguiente de los que cuentan para la general fue un impresionante Nibali, octavo pero a 2´07" del británico, y 1" mejor que Menchov, ayer de menos a más como siempre, pero todavía demasiado lejos de todo. Todos estuvieron lejos de la pareja del Sky, aunque estuviesen cerca entre ellos.
Wiggins manda en la general con 1´53" sobre Evans, 2´07" con Froome, 2´23" con Nibali, 3´02" con Menchov y 3´19" con el sorprendente Zubeldia -ayer hizo la mejor contrarreloj de la última década-, mientras que Van den Broeck se va a 5´20", que serían 2´ menos si no fuese por su inoportuno pinchazo antes de subir La Planche des Belles Filles. Salvo el belga, que sólo tiene una victoria profesional, y Nibali, ninguno es un atacante de lejos.
Todos a aguantar el tren del Sky hasta que reviente el último. Quedan once días de carrera, prácticamente toda la montaña, y está todo sentenciado. Al Sky le basta con aguantar y, si alguien se pone rebelde, soltar un soplamocos como el de Froome el otro día. Los demás lucharán por el podio, igual que se hacia en tiempos del UsPostal, con una sensible diferencia: por entonces se repartían dos plazas del podio, este año sólo hay una en disputa, pero ya verán como es suficiente.
Etiquetas:
Andy Schleck,
F. Schleck,
Froome,
Garmin,
Nibali,
Sky,
Vandevelde,
Wiggins,
Zubeldia
Suscribirse a:
Entradas (Atom)