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19 marzo, 2013

Sorensen, otra confesión mal entendida y peor aprovechada

Su compañero en la tele danesa se olía algo...
Por esa tormenta sobre el dopaje en el ciclismo -y sólo el ciclismo, porque también en los países luteranos no se tocan otros deportes- que azota desde hace semanas a Dinamarca y Holanda por los vasos comunicantes que suponen el Rabobank y Rasmussen, un histórico de la negación y la mentira como Rolf Sorensen ha acabado confesando su dopaje, con unas cautelas que hacen despreciable su testimonio.

Según el danés, se dopó esporádicamente durante los noventa con EPO y cortisona, pero nunca con transfusiones de sangre o lo que el llama "doping duro", a pesar de que Danny Nelissen afirmó que en el Tour 1996 el Rabobank -era la primera temporada del danés con los holandeses, donde estaría cinco años- iba totalmente drogado.

¿Por qué confiesa ahora? Desde luego, no por cargo de conciencia. Lo hace por el clima mediático que hay en su país y, especialmente, confiesa de esta manera tan fallida porque es comentarista en la tele, igual que también lo es el citado Nelissen, otro que habló y guardó la ropa. Rolf Sorensen ni siquiera ha dado la cara: le ha bastado con escribir una carta a un periódico, donde dice que no dirá nombres ni prácticas.

Aceite de oliva Sorensen, quien sabe si UsPostal
Pues vale. Normal que no quiera abundar mucho, porque es un ejemplo perfecto del cambio médico que supuso la introducción de la EPO en el pelotón a principios de los noventa, gozó de una atalaya excepcional: corrió en la flor de su carrera en equipos italianos, idioma que habla perfectamente y país donde pasa gran parte del año, concretamente en Toscana, muy cerquita de la residencia de Cecchini. Al parecer, cultiva olivos y vende su propio aceite, al mismo tiempo que hace de pastor a todos los escandinavos que quieren dar el salto a la mejora deportiva.

Compara su relación con el doping con la de un fumador social (ese que sólo fuma cuando sale o en bodas, banquetes y bautizos, si es que existe), descargando cualquier responsabilidad y, por supuesto, sin poner en entredicho sus grandes triunfos, que fueron bastantes para uno de los corredores más elegantes de su época, la misma sobre la que ningún español quiere aportar su testimonio.

Pasó a profesional en 1986 con 21 años sin haber brillado particularmente en categorías inferiores. De 1´87 metros de altura, no se esperaba gran cosa de un corredor que al año siguiente, y todavía enrolado en un equipo menor italiano, ganó la Tirreno-Adriático. Este triunfo le valió fichar por el Ariostea, el equipo de Martinelli que siempre careció de interés para las generales de grandes vueltas, el mismo que le sobraba para cazar etapas a pares.

De fondo, cerámica Ariostea
Subía bien, era fuerte contra el reloj y al sprint podía imponerse a los mejores si antes había habido desgaste. ¿Un referente actual? SMS Sánchez, aunque ya le gustaría al murciano llegar a conseguir la mitad del palmarés del danés. En 1991 acaba segundo en Sanremo, tercero en Flandes y Lieja, y está cuatro días líder del Tour, hasta que tiene que abandonar con el maillot amarillo por rotura de clavícula.

Como recuerda Carlos de Andrés habitualmente, el danés dejó una frase enigmática sobre ese incidente: "no se lo que hubiese pasado sin mi caída, me encontraba muy fuerte". Estamos hablando de un corredor de clásicas que jamás logró puesto alguno en la general de una carrera de tres semanas. Debía tener algo que pensaba que el resto no tenía: será por eso que su equipo consiguió en ese Tour ¡cuatro etapas! con cuatro ganadores diferentes, incluyendo la CRE.

Y cómo las ganaron, claro: hay que recordarlo. En tres días consecutivos: después de que Indurain cogiese el maillot amarillo en Val Louron, al día siguiente ganó Cenghialta, después Argentin y por último Lietti, un auténtico paquete que no volvió a hacer nada más en su vida. Tres días seguidos de Ariostea en el podio. Tenían algo. Suerte, seguramente.

Parecen bicis, pero son Ferraris
En el 93 Sorensen pasa al Carrera con Martinelli, ese sabio que sacó de la manga y de la farmacia a gente perenne como Luttenberger, Pantani, Beat Zberg -otro Rabobank y Mercatone Uno que estaría bien que hablase- y que llevo al caduco Roche a ganar una etapa del Tour de ese año, la última para el ciclismo irlandés. Nuestro protagonista aprovechó para ganar la Lieja, una edición increíble en un mano con Rominger, otro con el que compartía métodos y preparación, al que literalmente fundió. Sólo duro un año.

En el 94 lo vemos en el GB-MG, la unión de Ferreti con Lefevre, ese director que tampoco sabe nada de dopaje y por eso sigue en el pelotón al frente del Quick Step, igual que Martinelli hace lo propio al frente del Astana, sólo un escalón por debajo de Vinokourov. Ganó una etapa en el Tour al ONCE Neil Stephens, que hizo un Barredo-Burghardt ante el danés, "en un Tour que no ha salido bien a los de Manolo Saiz", que literalmente se arrastraron por la carretera.

Tour 1994 y 1996 para el ONCE: no anduvo ninguno del equipo
En el 96 pasa al Rabobank, donde su número de victorias y buenos puestos decrece sobremanera, salvo por el fogonazo increíble de ganar Flandes en 1997, en una de las mejores carreras ciclistas que se recuerdan, fundiendo a Jalabert y fugado todo el día. Hasta la Sanremo de Freire en 2004, fue la mejor victoria de los holandeses. También fue plata olímpica en Atlanta 96, donde provocó el corte que se jugó los metales.

Como ven, pocos corredores como Sorensen podrían explicar mejor como se introduce la EPO en el pelotón, sus efectos y cómo cambia el ciclismo. No parece que quiera contribuir mucho a aclarar la historia de este deporte. Mantendrá su puesto de comentarista televisivo, por supuesto. Porque este deporte no tiene remedio mientras no se aparte y vilipendie a quienes han vivido de la mentira toda su vida, incluyendo cuando dicen confesar. 
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Primera etapa de la Volta, Calella-Calella como el año pasado. Bajando la C-61 que comunica el interior con la costa a la altura de Arenys de Munt, el Sky -que ya había puesto su trenecito subiendo el puerto de tercera- corta el pelotón y se plantan en meta 12 destacados con 28" de ventaja sobre el pelotón. Casi todos los favoritos (J. Rodríguez, Gesink, Scarponi, Valverde) en el corte,  para que gane Meersman al sprint, tras la pésima colocación del murciano, que entró tercero regalando 6" de bonificación.

El Sky emplazó tres corredores delante: Cataldo, que parece otro desde su cambio al equipo de negro, y que destrozó el pelotón en la etapa de montaña de Tirreno; David López, que directamente es otro corredor respecto al de hace unos meses; y Wiggins, del que viendo las imágenes de la llegada se puede decir que se metió en el sprint con toda la intención. O la UCI para esto o va a ser peor que el Gewiss.
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(Relacionado con lo anterior) Algunos Sky se están poniendo muy nerviosos, fíjense si no en este twitter de Richie Porte:

Disparan al mensajero. Seguramente se refiere a Backsted, comentarista -y muy bueno- en Eurosport UK, la emisora que está retransmitiendo la Volta para el público inglés, y que dejó comentarios inequívocos sobre lo que le parecía el rendimiento del equipo de Porte durante la pasada Sanremo mutilada. Supongo que con la etapa de ayer de la Volta serían parecidos. Comentarios que serán opiniones, pero que reflejan la realidad de lo que se vio. 
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#BrandySchleck niega lo de Munich y, paralelamente, RadioShack anuncia que deja el patrocinio del equipo formado en torno a los dos hermanos caídos en desgracia porque....porque realmente ellos llegaron para patrocinar a Armstrong, y miren con lo que se han quedado. Asimismo, Vacansoleil anunciará a finales de abril si continua el patrocinio de su equipo ciclista, que a día de hoy compite ferreamente con Euskaltel en el dudoso honor de no haber ganado ni una carrera en lo que va de año.
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Alex Rasmussen, que seguramente recordarán por su peculiar historia, ha cumplido su sanción de año y medio por haberse saltado tres controles antidoping. Nunca se movió de Girona, y siempre mantuvo la calma-omertà exigida. ¿El premio? Fichaje inmediato por el equipo local Garmin, que ya lo había contratado en 2012 "sin saber nada". Vuelve como si nada hubiese pasado: al mismo equipo, con las mismas costumbres. De hecho, dicen que lo van a llevar a las clásicas belgas de esta semana....
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(relacionado con lo anterior y con el ciclismo que cambia) La primera etapa de la Volta también sirvió para el retorno a competición de Vande Velde, Zabriskie y Danielson, los tres corredores avecindados en Girona y sancionados con seis meses de sanción por confesar su dopaje dentro de la investigación de la Usada sobre el UsPostal. Han vuelto con el equipo que tenían, el Garmin dirigido por Vaughters y epítome de la hipocresía del ciclismo. Sanciones de por vida ya, no hay otra solución.
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Con motivo de la Sanremo, los medios se acuerdan de Freire. Arribas en El País le pregunta por el dopaje de equipo en el Rabobank, y Freire pretende hacernos creer que nunca vio nada; es más, su última respuesta abarca también sus años en el Vitalicio y en Mapei. No gana nada diciendo lo contrario, salvo dignidad.

En Deia van más a lo vasco, simplemente el deporte y la competición. Nada de asuntos espinosos. Ambas entrevistas resultan deliciosas en su conjunto por la resolución que tiene Freire para hablar de los detalles y asuntos que le conciernen, y son francamente recomendables por sus verdades como puños. Incluso por sus mentiras. Como puños igualmente.
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"Nadal, de asombro en asombro", titula el propagandista de El País para tenis. El mismo no parece creerse lo que escribe, especialmente las estadísticas. Y termina "se llama Rafa Nadal y sus resultados dicen que ha vuelto para quedarse". Con el personal, como los periodistas.
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Tiger Woods y Lindsey Vonn son la nueva parejita Nike, como en su día intentaron vender -en contra del más mínimo sentido común y del más elemental gusto estético- a Sergio García y Martina Hingis, entonces parejita Adidas (creo). El mundo del deporte se parece cada vez más al de las celebrities de la música, auténticos peleles sin cerebro y con todos sus derechos, hasta los más íntimos, en manos de la multinacional que posee su derecho de pernada, nunca mejor dicho. Me pregunto si lo de Sheryll Crown y el cowboy fue también algo parecido.
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Estos días la comisión del COI visita #noaMadrid2020. Están recibiendo una pleitesía indecente de todas las autoridades españolas. Al mismo tiempo, se hospedan blindados en la planta 28 -reservada en exclusiva para ellos- del hotel Eurostars de Madrid, ubicado en una de las cuatro torres semivacias que se edificaron sobre la antigua ciudad deportiva del Real Madrid. Toda una metáfora.

La alcaldesa de Madrid, que ocupa el cargo por su valía y no por ser la mujer de quien es, afirma dentro de su sabiduría que "en Londres, durante el trimestre en el que se celebraron los Juegos, el PIB subió un punto, a lo que habría que sumar algo tan intangible como la repercusión que tiene la retransmisión de unas Olimpiadas en todo el mundo". Sí, todo es intangible. 

Note también el lector que ningún medio discrepa de la propaganda oficial, y que ningún medio publica los nombres de la comisión del COI, no vaya a ser que alguien tenga la iniciativa de escribir al namibio Frankie Frederiks para decirle la vergüenza de que un país en quiebra económica técnica y con sajamientos brutales a la educación y la sanidad se candide para unos JJ.OO. Por tercera vez consecutiva. O sexta, si contamos la chirigota sevillana que dejó detrás un estadio de tamaño olímpico que no tiene uso.

14 marzo, 2013

Milan-Sanremo de domingo

El tramo final más famoso del ciclismo
Con todo el mundo elogiando a Acquarone, el mandamás de RCS Sport que sustituyó al incompentente de Zomegnan, parecerá que una crítica a su gestión sea una toma de posición por el simple hecho de destacar, cuando es todo lo contrario. Ni me invento nada, ni exagero nada: está ahí para el que lo quiera mirar. Manejan el ciclismo en función a sus caprichos.

Este ¡domingo! se disputa la Milan-Sanremo, carrera legendaria que transciende las exiguas peripecias vitales de los dos mentados anteriormente. Es una carrera muy sencilla en su planteamiento y que, salvo la introducción de sucesivas tachauelas a lo largo de su recorrido y su historia, apenas ha sufrido cambios, a pesar de que la gente que dice amar este deporte y sólo lo destroza clama por modificaciones que la hagan más selectiva.

¿Cómo que? ¿Acabar en alto? ¿Más selectiva que 300 km. de recorrido? Qué miedo me dan los innovadores cuando ponen las manos en cosas así. De Acquarone y sus dos años al frente de RCS Sport ya lo sabemos casi todo: amante del espectáculo, incluyendo vídeos vergonzosos de chicas en paños menores y, especialmente, del dinero -el Giro 2014 saldrá de Irlanda, el de 2016 dicen que de Bélgica-, es capaz de cambiar el Giro del Lazio por un Roma Máxima que no aporta nada, el Giro del Piamonte por un Gran Piamonte que suple las mismas funciones y, por lo que hoy nos atañe, cambiar las legendarias carreras Milan-Sanremo y Giro de Lombardía al domingo, cuando siempre se han disputado un sábado.

Resabio de una época en que la Iglesia católica mandaba en los usos y costumbres, en Italia las competiciones deportivas clásicas son los sábados, como el calcio. Esto no tiene que ver con la religión, tiene que ver con la tradición, la misma que se ventila Acquarone el visionario -elogiado por los nuevos monstruitos del ciclismo porque usa muy bien las redes sociales, o porque les lanza cariñitos de vez en cuando- para cambiar la Sanremo a domingo.

¿Por qué? Dice que el deporte es global y que la Sanremo tiene que competir en el día del deporte con otros deportes. Con la popularidad del ciclismo, ya les digo yo lo que pasará con la Sanremo cuando coincida en horario con otra competición más popular: la absoluta intranscendencia. Este año el Mundial de los bólidos empieza en Australia en la misma fecha, pero no tiene porque ser así siempre.

También se adujo que causaba menos problemas de tráfico un domingo, pero con ese argumentario no se va muy lejos cuando se organizan carreras ciclistas como el Giro, que ocupa tres sábados. Aquí lo que cuenta es que cada uno de estos diosecillos menores quiere dejar su impronta en carreras que transcienden su marcada irrelevancia personal, simplemente por el hecho de "vamos a hacer algo".

La Sanremo es un monumento, pero no en el sentido que se da en el ciclismo a esa palabra. Es un monumento inmaterial, un patrimonio de todos y, de la misma forma que no se plantea un cambio de usos de un edificio protegido, debería ser lo mismo con un legado que manejan con la misma soltura que un bebe un cuchillo.

Para el domingo pronostican lluvia intensa y temperaturas no superiores a 6º antes de alcanzar la costa, y cota de nieve a 600 metros: el Turchino se pasa a cota casi 540. Puede salir una edición épica, pero todo dependerá, una vez más, de los ciclistas, que muchas veces se tienen que sobreponer a los caprichos de los organizadores, empeñados en cuestas del 27%, tramos sin asfaltar, salidas desde Dinamarca, Irlanda o la Atlántida y, especialmente, su gloria personal.

El favorito número uno es Sagan, que puede ganar de lejos, en un grupo pequeño o en un grupo grande. Nadie -salvo Cancellara- querrá hacer la carrera para el fenómeno eslovaco, y esa es quizas la mayor garantía, junto con el mal tiempo, de lo que se antoja como una edición muy buena. Ya lo fueron las de 2011 y 2012, pero su ganador final desluce un poco el conjunto.

Dado el repertorio de artes y el estado de forma de Sagan, muchos corredores se tendrán que jugar la carrera de una manera diferente. Estoy pensando especialmente en Nibali -al que el mal tiempo llama-, Gerrans -que dice que no está bien, pero abandonó en P-N para seguir su preparación, sea la que sea-, Gilbert, los descendidos de Tenerife Boasson-Hagen y Geraint Thomas, Pozzato -que ni borracho puede plantearse ganar un sprint a Sagan-, o el muy en forma Santambrogio, el típico sputnik italiano que sale para la clasiccissima.

Depende de ellos. También puede ser que decidan jugársela al sprint, con el Lotto trabajando para Greipel -que nunca ganará una carrera importante-, el poderosísimo Quick Step (Boonen, Chavanel, Vandenbergh, Terpstra) para Cavendish y el Argos para Degenkolb, bastante anónimo en lo que llevamos de temporada. Sería una paradoja que fuese así en el primer año en que no corre Freire por retirada, el que ha sido la bestia negra de la carrera durante la pasada década.

Quedan siete horas de carrera por delante. De una Milan-Sanremo de domingo. En el fondo, lo que más me fastidia del cambio introducido es que voy a tener que esperar un año y un día más para ver la mejor carrera del mundo, una auténtica tortura. Y después, otro año de desolación hasta la edición de 2014.
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Crono final de la Tirreno para Tony Martin, mejorando en 11" el tiempo de Cancellara el año pasado, y espectacular tercer puesto para Andrei Amador, que también acaba en el top-ten de la carrera. En cuanto a la general, Nibali no tuvo problemas para defender su liderato y cedió 11" a Froome, algo más de segundo por km. Contador consiguió auparse al tercer escalón del podio por un mísero segundo sobre Kwiatkowski, el mismo que dejó al polaco en cuarta posición y a J. Rodríguez en la quinta. Que esos 2" que han separado al catalán del podio no le cuesten repetir como número uno del mundo al final del año.

Porque esos 2" son los de la bonificación que regaló a Nibali en la etapa del lunes.

Queda así un podio digno del Tour de Francia, puesto que los tres destacados de esta magnífica edición de la Tirreno-Adriático suman entre todos seis grandes vueltas y otros cuatro podios en carreras de tres semanas. Rara vez se ve algo así en una carrera de una semana, y mucho menos en marzo. Además, prácticamente cada etapa ha estado muy por encima de la media en cuanto a espectáculo.
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Repasando los tiempos de la cronoescalada al Col d´Eze, Richie Porte había obtenido 21" de los 22" de ventaja que obtuvo en meta ya en el primer tramo del recorrido, el que es fundamentalmente plano. Simplemente se dedicó a aguantar, y aún así igualó el registro de Wiggins en 2012....
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Andy Schleck, que se retiró en Dauphiné en los primeros km. de la etapa de Sant´Elpidio -no acaba una vuelta por etapas desde La Sarthe de 2012, en febrero-, acumula nuevos problemas. Un político francés dice haberlo visto ayer mismo en un hotel de Munich completamente borracho, hasta el punto de no acertar con el botón del ascensor.

Al margen de que a partir de ahora lo voy a llamar #BrandySchleck, ¿qué narices estaba haciendo en Munich? Que mal pinta todo esto...hace tiempo que vengo diciendo que su actitud apunta más a un ex-ciclista que otra cosa. Por cierto, del joven luxemburgués se decía que "era bueno por naturaleza", y ya ven, parece que la haya perdido. 
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Filtrado el recorrido de la Dauphiné 2013: prólogo en un pueblo suizo al lado de la sede de la UCI, crono muy cortita (para lo que es en esta carrera) de 30 km,  pasos por la Madelaine -tampoco nada habitual en la carrera- y finales inéditos en Valmorel y en la estación de esquí de Super-Devoluy.
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Gilbert habla de política como valón que es en un país dividido y con los flamencos exhibiendo sus banderas en todas las carreras, especialmente en ese día del Orgullo Flamenco (parece un chiste si visualizan el ave del mismo nombre) que es el Tour de Flandes. Este tipo de declaraciones se pagan caras en el mundo del deporte, que exige a sus estrellas que nunca entren en esas veredas, como tampoco en las de la orientación sexual ni la mejora del rendimiento deportivo. Les piden que sean robots, y no personas que se pronuncian sobre temas que les afectan. Lo pagará caro, al tiempo. 
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Para los amigos en contra del uso obligatorio del casco
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Viena, que es una ciudad de primera categoría en todos los aspectos, y quizás la mejor ciudad del mundo bajo parámetros operativos y poliédricos, ha hecho un referendum entre sus ciudadanos, con varias preguntas entre las que destaca "¿Debemos presentar una candidatura a los Juegos Olímpicos de verano de 2028?". El 70% de los que han participado han respondido con un sencillo "NEIN" que a los sufridos habitantes de Madrid y de España se les niega, sencillamente porque no se pregunta: se da por hecho.
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El judoka orensano, cada vez más alejado de la realidad, sigue repitiendo la cantinela de los "300.000 puestos de trabajo" generados por #noaMadrid2020.  "Sólo pido que se vea limpio".  Limpio es difícil sabiendo los mimbres y los pagos al sucesor del Instituto Noos por parte de Madrid 2016, pero claro, se ve clarísimo lo vuestro.
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(Relacionado con lo anterior) Este es el level playfield de la prensa en España: un nuevo medio formado a partir de retales que sobraban en El País (no se pierdan al corresponsal de guerra con apellido de animal yendo a Toledo) publica una información novedosa y extensa en torno a Gürtel, la recalificación del estadio del Atlético de Madrid y el pelotazo subsiguiente, pero evita en todo momento decir que esa recalificación se debe al proyecto olímpico. El medio es nuevo, pero el techo de cristal es muy bajo en estos temas. 
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Les supongo enterados de toda la política barata y sentimental que se ha abatido estos últimos días sobre Ponferrada. Pasada la tormenta, queda la triste realidad de una ayuntamiento depauperado y con un juguetito muy caro llamado Mundial de ciclismo, que no saben como van a pagar. Con la Junta de Castilla-León y el Gobierno de la nación en manos de los otros, intuyo un próximo estrangulamiento económico. Iba a ser el peor Mundial de la historia y se van cumpliendo todos los trámites.

22 febrero, 2013

Empieza la temporada

Una estampa de Qatar
Este fin de semana empieza por fin la temporada ciclista con la Het Volk y la Kuurne-Bruselas-Kuurne, las dos carreras que abren el calendario belga y, en definitiva, el ciclismo entendido como un deporte de resistencia y de competición, tras unas serie de múltiples carreras con una característica común: no se han podido ver en directo.

Con la excepción del Down Under y el Tour de Qatar, el resto de competiciones ciclistas celebradas han tenido cobertura en diferido, y no es que las dos agraciadas con tele en directo hayan sido las más afortunadas. Eso sí, no han faltado las crónicas en directo de famosos propagandistas que seguían el twitter oficial de las carreras. Los mismos que celebraron el triunfo de Contador en la pasada Milán-Turín como gran victoria justo cuando les llegó la noticia de su victoria, y sin haber visto ni una imagen.

Parece que el ciclismo, a lomos de la crisis económica y la propia crisis de este deporte, ha vuelto a los años gloriosos -por decir algo- del teletipo y las crónicas de grandes firmas hablando de grandes gestas desde la línea de meta, cuando los ciclistas estaban subiendo el Galibier a 100 km. de distancia. A nadie le extraña, y todos lo dan por bueno.

En el Down Under, disputado mientras las autoridades australianas ultimaban un demoledor informe sobre la extensión del dopaje y la corrupción en su país, Greipel se llevó tres etapas y el criterium de antipasto -el que se dedicaba al cáncer cuando pagaban dinero público a Armstrong para que fuese-, su auténtica especialidad. La general fue para Slagter, el joven holandés de Blanco que ganó una etapa, y que ya demostró tener muy buen final en cuesta el año pasado en Tirreno-Adriático.

Sin embargo, la etapa más destacada para mí fue la segunda, que fue para el gran, gran Geraint Thomas, con un numerito considerable dejando clavados a todos los favoritos. Ahora está disputando el Mundial de pista y después bajará de nuevo con los mortales -no es una metáfora: se ha tirado en el Teide un mes- para ganar su primera clásica de piedras: al tiempo. Gerrans también ganó la etapa de Willunga.

Paralelamente se disputaba el Tour de San Luis en Argentina, con Contador ganando una etapita para solaz de los comentaristas. La general fue para un argentino que el año pasado había sido segundo, y Cavendish, Modolo y Gavazzi también ganaron una etapita cada uno, mientras disfrutaban de los atractivos de una de las zonas más pobres del país austral.

En Francia la general de la Estrella de Bessegues fue para Hivert, al que algunos han descubierto esta semana en Andalucía, y en el Tour del Mediterráneo el éxito final le correspondió a Lovkvist, antiguo joven prometedor que no ganaba desde 2009, y eso que ha estado siempre en grandes equipos; el último, el Sky; el actual, uno suizo llamado IAM cycling. Etapitas para Greipel, su esbirro Roelands y etapa del Mt. Faron para Peraud. Por su parte, la gran noticia de Haut Var fue el abandono de Andy Schleck, que va camino de completar un año entero sin acabar una mísera carrera. Ganó Vichot por el puestómetro.

En Qatar hubo tele en directo, pero para nada: una península desértica organiza la gymkana para ciclistas que es su Tour, donde Boonen ha obtenido el 20% de sus más de 100 victorias como profesional. Es triste ponerlo así, pero es la verdad. Con esos mimbres, normal que Cavendish ganase las cuatro etapas de la carrera y, en consecuencia, la general. Ahora, que venga alguien y me diga que eso es ciclismo. O que merece la pena perder el tiempo para ver eso.

En Omán, otro capricho de petrojeque pero con algo más de fundamento porque el país tiene atractivos turísticos que podemos conocer en diferido, Sagan ganó dos etapitas con numeritos de órdago -los de siempre, pero siempre impresionan-, Kittel y Bouhanni la primera y la última al sprint, Joaquím Rodríguez una subiendo una cuesta de aupa y Froome la decisiva, que le valió también la general. Contador estuvo atacando, quizás reivindicando un "¡Contador al juicio de la O.P! ¡Contador al juicio de la O.P!", porque ya se sabe que este chico se sobreexcita en estas fechas y con los calendarios que tiene. Deportivos y judiciales.

Ya ven que los corredores importantes están muy entonados en febrero. Dicen las malas voces del pelotón que, con tanto trasiego a sitios exóticos -y donde el primer laboratorio aprobado por la AMA está a varios miles de kms.- la gente se anima más, además de que para el pasaporte biológico viene fenomenal eso de estar en febrero a tope, porque si no lo de julio canta mucho.

En Mallorca Valverde ganó uno de los trofeos, y recientemente en Andalucía ganó el prólogo de San Fernando (un ratito a pie, otro andando) y la última etapa en el Rincón de la Victoria -un lugar ideado para acoger llegadas ciclistas, siquiera sea por el nombre-, además de la general: en siete días de competición, cuatro victorias. Es que es tan bueno que no se puede parar: eso sí, cuando llegan las carreras importantes le cuesta ardores pasar del 2º puesto.

La última carrera por etapas destacable de este inicio de temporada ha sido Algarve, donde ha vuelto a ganar Tony Martin -como en 2011, cuando estuvo llena de periodistas españoles esperando el triunfo post-invierno de solomillo de Contador- y el brutal Henao se llevó la etapa de montaña sacando los ojos al resto de corredores, el más destacado Rui Costa, local y valverdiano.

Y queda el Laigueglia, el inicio de la temporada italiana tras la desaparición del Costa Etruschi y el fin del experimiento de recuperar Cerdeña. Ahí vimos que el Lampre no quiere volver a tener un 2012 y, perfectamente estructurado con Pietropolli lanzando, dejó en bandeja el triunfo a Pozzato, que volvía a ganar 10 años después en la carrera que conquistó dos veces consecutivas cuando era un recién llegado al pelotón. Será por eso que el Lampre ha apartado a Scarponi, primero sin meterlo en la foto de equipo y después, ante las preguntas, sin dar ninguna explicación y sólo confirmando el hecho. El ciclismo que cambia, otro año más.

No se pierdan este finde la Het Volk, a ver si Flecha consigue subir al podio de nuevo. En el segundo o tercer puesto del cajón.
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Elecciones en el CONI, uno de los pocos organismos -aún con sus errores- de los que se puede decir que lucha efectivamente contra el dopaje. En la nueva junta directiva no hay nadie del ciclismo, y ha salido elegido presidente un playboy romano -con romances incluídos con celebrities locales- que viene del mundo del remo, concretamente de un exclusivo club de canottieri de la Ciudad Eterna. Es una pésima noticia para la lucha contra el dopaje -ya ha dicho que sus primeras medidas se centrarán en prevención en las escuelas-, y una magnífica para el ciclismo italiano, que no gana una gran clásica desde hace tres años. Bueno, y la París-Tours de Marcato.
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Un nuevo soplagaitas anglosajón sale relativizando lo de Armstrong. Para que vean el nivelón de todos estos todólogos venidos a más con el tirón mediático de la confesión del texano, afirma sin ruborizarse que Armstrong "no había destacado como ciclista de élite antes de tener cáncer". Debe ser que ser campeón del mundo no es destacar. Tampoco se pierdan el detalle de que la entrevista está publicada en uno de los semanarios brasileños más importantes, el mismo país que organizará los JJ.OO de 2016 y que está inmerso en un plan ADO carnavalesco, importando técnicos y médicos deportivos de todo el mundo. ¡Ah! Su apellido, traducido, significa "Más dinero".
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Entrevista a Mikel Nieve, que este año irá al Tour con el objetivo de siempre: ganar la gran etapa de montaña y volverse a colar entre los diez primeros de la general, concretamente entre el puesto 9º y 10º. Ya lleva así tres años, desde su espléndida eclosión en la Vuelta 2010. Este año dice que es diferente, que irá a P-N, Volta y Romandía "a hacerlo bien e intentar ganar una etapa". Si, muy diferente.
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Boogerd, relegado como comentarista de la tele pública holandesa. Aquí va camino de las dos décadas que sufrimos a Pedro Delgado -conocido en Holanda como Pedro Drogado, por haber ganado como ganó aquel Tour al nacional Rooks-, el mismo que afirma que "Eufemiano Fuentes era un buen médico". Y tanto: era el suyo cuando ganó la Vuelta 1985....
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Alfredo Monchito Relaño, el director de As, y muy popular últimamente en este blog por haber tenido la poca vergüenza de escribir que "el ciclismo ha contaminado a otros deportes", tiene la cabeza comida por el fútbol, como todos los de su gremio. Como va de intelectual del balompié, tiene un libro que parece un chiste y, aunque publicado en 2010, he reparado ahora en el porque ya les digo que últimamente las librerías, incluso las de fiar, te meten el deporte en los exhibidores más nobles. ¡Con el dinero que les he dado y me tratan así!

Les juro que lo estoy describiendo y no caricaturizando: esta ideado y presentado como uno de esos libros gordos para niños de título "365 cuentos para leer", incluyendo las tapas brillantes, en este caso de plata. Se titula 366 historias de fútbol mundial que deberías saber,  y se compone de otros tantos artículos (cuentos) de historias del fútbol, muchas de hechas fábulas, habida cuenta que el autor ni las vivió, ni las vio, ni hay medio de haberlas conocido a no ser que sea través de crónicas de otros: lo que viene siendo una fábula, que se diferencia del cuento en que los protagonistas son animales.

Destinado -y por eso está concebido así- a un público no lector, se presenta en formas de pequeñas grageas de ingestión diaria, lo que deja una imagen ciertamente inquietante: ese futbolero que, tras entornar la página del cuento del día, se duerme con la cara de Monchito flotando en una nube y sonriendo mientras apoya su mandíbula barbuda en la mano y dice contaminame.
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(Relacionado con lo anterior) Monchito escribía esto en 1987. Sobre dopaje. En El País. Cuéntame un cuento, y verás que contento/me voy a la cama...
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Tiger Woods nunca ha tenido que pasar un control fuera de competición. El mejor golfista de la historia.

30 enero, 2013

De mayor quiero ser luxemburgués


Marca del diablo y grifón de Luxemburgo, todo en uno
Hoy, siete meses después de su positivo, la Agencia Antidopaje del Gran Ducado ha comunicado a F. Schleck la sanción por su positivo en el pasado Tour de Francia. Lo ha hecho tras -al menos- tres aplazamientos, y lo ha hecho de una manera que a todos resultará familiar.

Para los paisanos de F. Schleck, que dado el tamaño del país y que la mayor parte son extranjeros se podrían calificar de familiares, el ciclista es merecedor de una sanción de sólo un año, cuando el reglamento indica para la sustancia enmascarante con la que dio positivo un mínimo de dos años.

No se conoce que F. Schleck haya colaborado con las autoridades, al contrario: sigue proclamando que es inocente, que no entiende el veredicto y que la sustancia entró en su organismo de una manera que desconoce, pero que desde luego es involuntaria. Un solomillo, mismamente.

La solución luxemburguesa para su hijo pródigo es la misma que aplicó España para su Alberto Contador en la primera fase del caso solomillo, y digo España con conocimiento de causa: no fue la autoridad competente, fue España, puesto que para eso el entonces presidente del Gobierno envió un SMS público apoyando la inocencia del corredor, un SMS que seguro que no influyó en la decisión del comité de sabios que impuso a Contador una primera sanción de un año.

Al corredor de Pinto tampoco le gustó demasiado lo que a todas luces, tanto en España como en Luxemburgo, es un flagrante trato de favor en interés de unos corredores especialistas en recibirlos por parte de las autoridades federativas y disciplinarias de sus respectivos países. Como son unos malcriados, todavía dicen que no están de acuerdo.

La actitud intransigente de Frank Schleck, al que su federación ya salvó de una manera increíble en el caso de los pagos a Eufemiano Fuentes, sólo lleva a una vía: la apelación de la AMA ante el TAS y los consiguientes dos años de sanción, que el corredor cumpliría el 12 de julio de 2014, a la considerable edad de 34 años, y tirándose dos años en blanco, porque al revés de Contador no ha podido competir desde su positivo.

A veces creo, y ejemplos no faltan, que los ciclistas están hechos de una pasta especial, especialmente a la altura del cerebro: te ponen un capote para lo que es un positivo de manual -en el Tour, justo antes de las etapas de montaña, tras una temporada cargada- se quede en un positivo light que le permita volver para una Vuelta con once finales en alto -y donde el mayor de los Schleck fue 5º en 2010, un logro pocas veces recordado- y no le parece suficiente.

Un análisis de la sentencia indica el pucherazo a favor de F. Schleck: sólo indican la cantidad de Xipamida en el organismo (tenía un hematocrito del 40%, punto 73) ya muy avanzada la sentencia, y a título exculpatorio (punto 83, 100 pg/mL), lo que produce vergüenza propia y ajena, especialmente porque se repite en boca de otro doctor/experto más adelante (punto 137). Por otra parte, resulta curioso ver que su sueldo estaba en 1´8 millones de euros por temporada (punto 114). Paga Luxemburgo, ya les digo.

 F. Schleck se perderá el Tour 2013, igual que se perdió el 2010 por caída en las primeras etapas, y el 2012 por el positivo. En 2011 fue tercero, algo que parece que ya no va a volver a repetir. Es un pésimo corolario para un equipo como el RadioShack, fundado para mayor gloria de los hermanos Schleck y con capital luxemburgués, y que en 2011 consiguió a última hora ganar el Giro de Lombardía con un gregario sin victorias tras un año muy negativo, y que en 2012 pasó lo de Bruyneel, lo de Fulgsang y lo de los hermanos Schleck, en otro año pésimo para lo que se ideó como un superequipo.

Ahora afrontan un 2013 con perspectivas muy bajas y con sólo dos corredores de nivel: Cancellara, que ya ha avanzado que pasa del Tour, y A. Schleck, cuyo rendimiento es una incógnita tras un año en blanco, y que salvo en 2009, sólo rinde en una única carrera en toda la temporada. O vuelve este año a su nivel habitual, o no se que será de un equipo formado para mayor lucimiento de los dos icónicos hermanos luxemburgueses.

Tampoco es que me interese mucho. A mí lo que me interesa es ser luxemburgués: 50.000 euros al año de renta media, la familia real apoyando a los deportistas, un equipo creado única y exclusivamente para el lucimiento de sus dos deportistas más famosos, y un sistema federativo y disciplinario al servicio de los intereses privados de la pareja Schleck. Me tengo que conformar con ser español, pero salvo en el caso de los dineros, tampoco es tanta la diferencia.
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"El problema del ciclismo (...) son los arrepentidos". Lo escribe Arribas, sin citar la fuente, bajo un titular inequívoco. La virtud, mismamente.
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(Relacionado con lo anterior) Según Basso, que no es ningún arrepentido y que entiende perfectamente las leyes del pelotón, "he recuperado mi dignidad". Hombre, sin decir ningún nombre, sin especificar ningún tratamiento, cumpliendo prácticamente la sanción máxima, con la famosa foto comiendo sandía....bueno, la dignidad de Basso está al mismo nivel que la de un verdugo, un concejal valenciano, un cacique gallego o un periodista español. El problema del ciclismo es que gente como Basso siga compitiendo, un problema que se soluciona con sanciones de por vida, damnatio memoriae y retirada de todo su palmarés. No hay otra solución.
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Otro Rabobank se une a la cascada de confesiones, en este caso el alemán Niermann. Es un caso curioso: ha corrido toda su vida en el equipo holandés (hasta 2012, cuando se retiró), pero dice que sólo hubo dopaje organizado entre 2000 y 2003. Por su parte, Pedro Horrillo mejora aún más esta versión y dice que nunca hubo dopaje organizado en el equipo, donde estuvo cinco años y donde también se retiró. Flecha y Freire, especialmente el primero que sigue siendo ciclista en activo, no quieren dar declaraciones. Sí, Flecha, el que habla con Arribas en el 60% de los artículos del otrora prestigioso periodista.

Por cierto, sobre la credibilidad de Horrillo, recordemos dos momentos señeros: cuando se opuso al pasaporte biológico porque "la UCI quiere hacer un banco de datos a saber con que fines", o cuando no vio la mafia de Bettini en la famosa etapa Ponferrada-Zamora de la Vuelta de 2008. Si alguien entiende las leyes del pelotón es el ciclista de Ermua, que para algo dio positivo en una de sus mejores actuaciones como ciclista, en la Flecha de Brabante 2007. "Los que se aburren", en una frase de que se debería tragar, también tenemos bastante memoria.
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Dag van Eslande, citado por Landis en su declaración a la Usada como médico dopador en el staff del UsPostal, era también inspector antidopaje.
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Dani Moreno, El Hombre, vuelve mañana de Argentina. Se ha pasado en el cono sur un mes, y encima le viene ¿de rebote? la capitanía del Katusha para un montón de carreras, porque ya ha dicho que el se queda en el equipo haga lo que haga J. Rodríguez. Con esa preparación austral, me imagino un año de gloria para el corredor de Móstoles con peinado de Chiclana. De la Frontera. 
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El golf es un deporte que se ha musculizado en los últimos años, algo a la vista de cualquiera. Como los biceps de Nadal. Ya saben de las relaciones del caído en desgracia Tiger Woods -¡pobre! sigue deprimido después de sus líos de faldas-, con un médico pillado cruzando la frontera entre Canadá y EEUU con un arsenal de drogas, por no hablar de la habitual propaganda en torno a la mejora de materiales para justificar esos pelotazos a cientos de metros.

Bueno, pues ahora el jugador del circuito PGA Vijay Singh, que pasaba por ser un estajanovista de su trabajo a sus 50 años, confiesa a Sports Illustrated que ha tomado sustancias prohibidas, en concreto un spray que tenía que aplicarse a la moderada dosis de ¡cada dos horas!. Y así, durante dos meses. Pagó por todo el tratamiento 9.000 dólares. Además, duerme bajo la influencia de "rayos" de colores, y se ha colocado inhibidores de frecuencia en muñecas y tobillos para anular la perniciosa influencia de los teléfonos móviles. Vamos, como Cristiano Ronaldo y su protector bucal.

A nivel oficial, la PGA sólo ha reconocido un caso de dopaje en toda su historia: el de Doug Barron en 2009. Cuando volvió en 2011 -después de que el organismo que regula el golf rebajase su sanción- lo hizo anunciando una droga a base de testosterona. Como John Bobitt haciendo pelis porno. El dopaje en el golf no existe, igual que en el tenis, el fútbol o el baloncesto.
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¡Esa reaparición que siempre se retrasa! ¡Esa rodilla juguetona! Aquí ponen que Mogwli ha pasado cuatro controles antidopaje en las últimas dos semanas.  
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(Relacionado con lo anterior) Estos días se desarrolla el vodevil del juicio de la Operación Puerto. Cuando pase algo interesante lo pondré. De momento, todo sigue el guión establecido, con una juez miembro de la Francisco de Vitoria haciendo méritos para la promoción jurídica. 


07 enero, 2013

Una atención especial para...

Nuevo año y nueva entrega de esta sección periódica, por anual, de este modestísimo blog. Sin ser su finalidad, ha llegado a ser vista como una especie de profecía de Nostradamus, cuando sólo pretende destacar a una serie de corredores que, por una razón u otra, afrontan en 2013 una temporada decisiva. En 2012 puedo decir que fui especialmente nefasto con los protagonistas, pero ellos mismo se lo buscaron.

Ángel Madrazo: el gorrión de Cazoña ya ha dado buenas muestras de su valía -su ataque en el Poggio en la última Sanremo-, pero cumple 25 años y, entre lesiones y caídas, sigue sin acabar una grande. Este debería ser el año. Por otra parte, su defensa talibán de Lance Armstrong y decir que todavía cree en los Reyes Magos hacen pensar que será otro ciclista más.

S. Sánchez: ¿Cómo alguien con 35 años puede salir en esta sección? Bueno, el asturiano afronta la temporada en la que deberá gestionar su vejez, ya evidente. En el equipo lo van a mandar al Giro, donde objetivamente sólo puede aspirar a una etapa (o dos segundos puestos, que para el cuentan lo mismo), y no a ese podio que dice que le falta -junto con el del Mundial- para irse satisfecho del ciclismo. La combinación de su edad y su objetivos dará lugar a situaciones francamente comprometedoras: ¿será capaz de seguir mejorando en la tercera semana? ¿no ha aprendido nada del caso Barredo?

Nibali: lleva dos años sin ganar una carrera de entidad -vale, una T-A- y sin dejándose muchas carreras en el camino. Ha fichado por el Astana, donde se encontrará con muchos amigos del plan Ferrari, y un calendario despejado para sus objetivos: de momento, vuelve al Giro con sus dos colegas Vanoti y Agnoli. En las Ardenas también compartirá maillot con Iglinski, que le birló la Lieja 2012. No se: vislumbro transformación en ganador eficiente o desastre total, que viene siendo lo mismo.

Hesjedal: el canadiense, de 32 años, ganó el Giro del año pasado sin haber ganado jamás una carrera por etapas, a lo Gotti, que sin embargo era mucho más joven. Del canadiense no se puede esperar mucho más: ha dado el butrón de su vida en el equipo limpio del Garmin, el mismo que transformó en un sólo año a Wiggins. El de Vaughters. Como representante del nuevo ciclismo, espero muchísimo de el, algo asi como su espectacular 2011, donde no dio pie con bola.

Van Garderen: con Evans asumiendo su edad y tras haber acabado 5º en el Tour con 24 años, demostrando una sorprendente resistencia en montaña y que va a arrasar en las cronos del futuro, del americano sólo espero que suba al podio del Tour. En su equipo no parecen haber entendido el talento que tienen entre manos, y no han fichado ni un sólo gregario de grandes vueltas. Eso hará de su rendimiento algo aún más elogiable.

Gesink: el pupas del pelotón, tras otra temporada tirada a la basura, irá al Giro defendiendo los colores del Blanco, el extraño equipo -y con horrible maillot- que hace de Frankestein del Rabobank. Está en serio riesgo de convertirse en el enésimo holandés prometedor que se queda en un corredor de equipo con ciertas habilidades, y no más. Si se centra, gana el Giro, pero las carreteras italianas no parecen diseñadas para alguien que a duras penas se mantiene encima de la bicicleta.

Daniel Oss: el que parecía el nuevo talento italiano para el norte lleva un par de temporadas muy decepcionantes. Ha fichado por el BMC, lo que no parece una decisión muy acertada en un equipo que ya cuenta con Hushvod (o su cadáver), Gilbert, Van Avermaet, Ballan y Phinney, y que el año pasado dio lamentables espectáculos de gestión de sus corredores en las carreras de Bélgica, Holanda y Francia. Esta temporada se verá si vale para algo, o lo suyo fue otra de esas locuras del Liquigas.

Goss: el que en 2011 ganó Sanremo y fue plata en el Mundial ha hecho un 2012 lamentable, a pesar de la buena tónica general de su equipo, el debutante GreenEdge. Con 26 años se puede permitir otra temporada similar -en parte porque está en un equipo de paisanos-, pero en el ciclismo las jerarquías se pierden muy rápido, y más en el pujante ciclismo australiano.

Viviani: el nuevo Cipollini (¡ay!) cumple 24 años y se queda solo en el Cannondale -el nuevo nombre del Liquigas-, a ver si rasca algo. El año pasado debutó en la Vuelta y logró dos segundos puestos tras Degenkolb, pero a pesar de los desmedidos elogios que recibe en Italia, a mí no me convence. Si no gana algo importante este año, menos aún.

Andy Schleck: tras su año en blanco, el joven de los Schleck, que todavía tiene 28 años, vuelve a centrar todo su calendario en el Tour, por mucho que haya dicho recientemente que su principal objetivo van a ser las Ardenas. En un equipo hambriento de victorias, y de quitarse de encima la sombra de Bruyneel -apuesto a que jamás será citado en esta temporada que empieza-, quizás sea cierto, pero Andy Schleck todavía tiene que ganar una grande en la carretera.

Los extranjeros del Euskaltel: el griego, el marroquí, Romain Sicard...¿Romain que? Bueno, de este ya ni hablo. Estoy seguro que no rascarán bola y que se quedarán fuera de las pruebas más importantes. No digo que los vayan a tratar como maketos, pero las situaciones van a ser divertidas. Para el que tenga humor con estas cosas, claro.

Kiserlovski: el croata deja el Astana y ha fichado por el RadioShack, se supone que para suplir a los vejestorios Kloden y Horner, o incluso a F. Schleck si la federación luxemburguesa se pronuncia de una vez. El año pasado debutó en el Tour y se tuvo que ir a casa tras la caída provocada por las chinchetas camino de Foix. Me parece un escalador muy bueno y elegante, y creo que el cambio de equipo le va a sentar muy bien.

A nivel general, será interesante seguir a Valverde enfrentándose de nuevo al muro del Tour, el Sky y su fórmula mágica -especialmente a Siotsiu y Kiryenka sustituyendo a Rogers-, el Vacansoleil en conjunto y su fichaje estrella ¡Rujano!, además del Lampre y su espeluznante decadencia (encarnada en el fichaje de Pozzato, un fijo de esta sección). Nos espera una temporada 2013 donde el mantra del ciclismo limpio y el deporte que cambia volverá a ser repetido. En octubre nos vemos con estos nombres, y ya verán.
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La prensa local y afecta despide a Barredo. En el caso concreto del periódico de su pueblo de adopción, no ha encontrado mejor fotografía que esta. El contenido está a la altura: "era casi un secreto a voces", confirmando que se trata de un pueblo, y toda la culpa es de la UCI, que le tiene manía. Ni Caro Baroja hubiese explicado mejor la esencia de una aldea.

La noticia está llena de mentiras (lo de las caídas, por ejemplo), omisiones y capciosidades para dejar a su ser querido indemne y víctima de una injusticia. Es el estilo habitual de la prensa local, que siempre está pidiendo fondos, inversiones y dádivas (en general, favores) y que, en las escasas ocasiones en que no llegan, se llevan a cambio insultos, palabras mal sonantes y una ración de carbón. Subvencionado.

En el caso del otro pueblo grande de la región, la noticia se ha retrasado hasta el ¡3 de enero!, no vaya a ser que aguase la siesta a la heroica ciudad. La foto escogida está a la altura de la función que suplía Barredo en el ciclismo profesional.  Firma Cima, un periodista ex-ciclista que compite de tu a tu con Urraburu en cuanto errores gramaticales, de palmarés o de pura decencia.

Dice que Barredo ha tenido "graves problemas psicológicos" con su problema con el dopaje, por lo que se "ha puesto en manos de médicos" (otros, se entiende), que no pudo correr ni Tour ni Vuelta "en 2011" (sic) por ese mismo problema (creía que había sido porque se había caído) y, respecto a su futuro como comercial del café, "ayer, día 2, Barredo debía comenzar en Madrid, pero retrasó unos días su incorporación.". Como buen asturiano.

¡Ahora si que le van a invitar al pinchín en todos los bares por donde se pase! ¡Y por cuestiones laborales!
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La Vuelta recupera para 2013 una de sus subidas míticas, que no se ascendía desde 1997: el Naranco de Oviedo. La noticia es muy interesante, porque dice que el Ayuntamiento de la heroica ciudad sólo pagará unos ridículos 20.000 euros por ser final de etapa, una tarifa que sólo se aplica a aldeas. A buen entendedor...
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Graham Watson, que no necesita presentación, ha inmortalizado ese ciclismo. Normal que defienda a Armstrong, aparte de por su condición de anglosajón, como hace siempre. Siempre me ha parecido un personaje nefasto,  peligroso -llegó a poner un tweet realmente ofensivo cuando se cayó Weylandt: lo borró en cuanto le dijeron que el belga se había muerto- y tan creativo en su profesión como un huevo frito a la gastronomía.
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Con ocasión de las recientes festividades, han abierto en Madrid La Bicicleta cycling cafe and workplace, en un local centralísimo que en tiempos fue una administración de lotería. Presentado en su gestación como un bar de esos que existen en Londres y otras capitales donde todo en gira en torno a la bicicleta, desde luego lo han logrado con los toques peculiares de nuestro país, que está más cerca de Marruecos que de Inglaterra. 

Yo he estado en varios de esos locales que ahora intentan imitar, y son muchísimo mejores; por lo menos te da la sensación de estar en un sitio donde se venera el ciclismo, y donde te vas a encontrar a gente de tu mismo jaíz. No es el caso de La Bicicleta. Con el mayor número posible de mesas y sillas para facturar por la cafetería, auténtico centro sobre el que gira todo, lo demás es accesorio. No hay ni una foto de un ciclista, una elección muy respetable y sintomática.

Eso sí, hay sandwich y pseudocomida con nombres como Indurain, Delgado (vegetariano), Tour o Giro, significándose especialmente el Contador, que tiene como ingrediente estrellla el salmón, y no el solomillo que cabría esperar. Del workplace no se sabe mucho: las mesas son de café, y la gente que está con un ordenador no está trabajando, de la misma manera que la gente que lleva zapatillas de deporte no está haciendo deporte. Por lo general.

La clientela está formada por gente de tendencia y que siempre esta volviendo de un pequeño break. Se respira muy poco ciclismo y mucho oportunismo. Los libros que hay son de los de a euro el kilo, compuesto por ediciones juveniles de Julio Verne y otro tipo de desechos propios de esta era del papel regalado y despreciado, cuyo valor reside en ser un objeto de decoración. Todo muy ciclista. Les irá bien. Ya les digo que el local está magníficamente situado, geográfica y cronológicamente, para lo que buscan.
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Según esta noticia acrítica, porque El País en Madrid hace la corte y el coro a las decisiones del PP -a ver cuando nos dicen que fué de Saenz y Tamayo, en vez de poner inauguraciones de locales de cupcakes-, Madrid 2020 pide otros 1000 millones para infraestructuras deportivas. Ah, y otros 1500 para otro tipo de infraestructuras. Seguramente la cantidad final, de aprobarse, será el doble.
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(Relacionado con lo anterior) En la revista femenina de El País, una guía de las tiendas de bicis más chachis y molonas, según el acendrado gusto de la redactora.¿A qué ninguna parece una tienda de bicis, y si el pasatiempo de un rico que ahora no tiene trabajo? "Yo soy arquitecta". No, tu eres una oportunista, y si el golf estuviese de moda tendrías una tienda de palos y bolas, porque para tí son lo mismo que ruedas y pedales.

10 julio, 2012

Todo sigue bajo el guión del Sky

Brazos caídos a la manera de El Greco
Ayer se disputó la primera crono larga del Tour, una novedad respecto a las últimas ediciones. En 2008 se disputó una el cuarto día, pero hacía muchos años que se no repetía la fórmula Tour de prólogo-llano-crono-1º ciclo montaña-macizo central-2º ciclo montaña-crono-sprint París que hay este año.

Como estaba previsto desde el día en que se anunció el recorrido de la carrera, ha ganado la etapa y lidera la carrera Bradley Wiggins, el mismo corredor que en 2009 fue 4º en París y porque los hermanos Schleck lo reventaron subiendo Romme, el único puerto duro de aquella edición tan soporífera.

Fue a base de ataques sucesivos, hasta que reventó su gregario Vandevelde -a su vez 4º en el Tour del año anterior- y Wiggins se vio solo y perdió una carrera en la que iba, como mínimo, hacia el podio. Que este resultado y el obtenido por su gregario -ambos en el Garmin- no tuviesen correspondencia alguna con su trayectoria deportiva hasta el momento pertenece al acervo cultural de este deporte, pero que todos los implicados en que se sostenga dan por bueno.

Esta misma gente debe estar esperando ahora un tipo de acción como la ejecutada brillantemente por los hermanos Schleck -esos de los que se decía que nunca atacaban- para intentar salvar del pasmo e intentar maquillar este Tour, que todavía no ha pasado ni Alpes, ni Pirineos ni Macizo Central, y que parece ya completamente sentenciado, porque si falla Wiggins ahí está su lugarteniente Froome para hacerlo incluso mejor que su jefe de filas, como Ullrich con Riis en el Tour 1996, el del debut del alemán para ser segundo en el podio y casi quitarle la carrera al danés en la última crono.

Que esperen sentados. Todo apunta a una lucha por la única plaza disponible en el podio, una lucha en la que hay 20 corredores agarrapiñados en torno a los 2´de diferencia, y con potentes equipos: cuando uno salte, ya mandarán tirar para que no quite el codiciado tercer puesto del cajón. O el cuarto. O el quinto. No hay nadie con la capacidad para aspirar a ganar o ser segundo, aunque el valor se presupone a Nibali y, últimamente, a Evans.

Ayer Wiggins ganó la crono de Besançon -con un diseño muy bonito por carreteras perdidas, saliendo de un pueblo-factoría ideado durante la Ilustración-, y lo hizo metiendo 2´5"/km a Evans, que se fue para la roulotte de su equipo con 1´43" de pérdida. Todavía queda una crono el penúltimo día, mucho más larga y con rectas más propicias para el británico.

Evans, a pesar de todo fue 6º en la etapa. El segundo fue Froome, recordando a De las Cuevas, a 35". El siguiente de los que cuentan para la general fue un impresionante Nibali, octavo pero a 2´07" del británico, y 1" mejor que Menchov, ayer de menos a más como siempre, pero todavía demasiado lejos de todo. Todos estuvieron lejos de la pareja del Sky, aunque estuviesen cerca entre ellos.

Wiggins manda en la general con 1´53" sobre Evans, 2´07" con Froome, 2´23" con Nibali, 3´02" con Menchov y 3´19" con el sorprendente Zubeldia -ayer hizo la mejor contrarreloj de la última década-, mientras que Van den Broeck se va a 5´20", que serían 2´ menos si no fuese por su inoportuno pinchazo antes de subir La Planche des Belles Filles. Salvo el belga, que sólo tiene una victoria profesional, y Nibali, ninguno es un atacante de lejos.

Todos a aguantar el tren del Sky hasta que reviente el último. Quedan once días de carrera, prácticamente toda la montaña, y está todo sentenciado. Al Sky le basta con aguantar y, si alguien se pone rebelde, soltar un soplamocos como el de Froome el otro día. Los demás lucharán por el podio, igual que se hacia en tiempos del UsPostal, con una sensible diferencia: por entonces se repartían dos plazas del podio, este año sólo hay una en disputa, pero ya verán como es suficiente.

13 junio, 2012

Explota (por fin) el equipo de Bruyneel

Como suele pasar en el ciclismo, el superequipo que se formó de sorpresa a finales de la temporada pasada está a punto de saltar por los aires. No, no es el BMC, es el RadioShack-Leopard de Johan Bruyneel.

La historia es corta en meses, pero densa en detalles, como siempre que está la figura del belga de por medio, elemento central de estos años de decadencia del ciclismo, que tan bien ha sabido aprovechar y explotar en su propio beneficio personal.

Tras salir de Astana en 2009 con su corte de corredores, el más importante de ellos -sí, más importante que Contador a la hora de obtener un patrocinador, que es lo que le interesa al belga- hizo de ancla para que RadioShack, una cadena de aparatuquis eléctricos norteamericana y con escasa implantación en Europa, empezase a patrocinar su equipo.

El texano hizo un 2010 lamentable, incluyendo una deshonrosa despedida del Tour, y el equipo salvó los muebles con el Dauphine de Brajkovic y el Pais Vasco de Horner, un corredor que tiene su aquel en esta larga historia. Sin embargo, no fue suficiente para el patrocinador, que dijo que 2011 sería el último año, habida cuenta de la pérdida de su mayor reclamo.

¿Y que pasó en 2011? Que muchos volaban en el equipo de Bruyneel, incluyendo algunos resucitados milagrosamente como Klöden (segundo en Niza y ganador en País Vasco), de tal manera que parecían una seria amenaza para el Tour. Sin embargo, en la carrera francesa y tras una concatenación de mala suerte -la caída de Brajkovic, Horner, Klöden y Leipheimer, que venía de ganar en Suiza- no hicieron nada.

Por su parte, los Schleck dejaron a Riis en 2011 para formar un equipo sin patrocinador, donde supuestamente aflojaba la güita un millonario paisano suyo, pero donde se sospecha que el dinero proviene realmente del mismísimo Gran Ducado de Luxemburgo. El equipo no consiguió ni una victoria relevante al margen del etapón de Andy Schleck en el Tour, hasta que al final de la temporada y con mucha sorpresa un corredor de 30 años que hasta entonces no tenía ninguna victoria como Oliver Zaugg ganó el Lombardía y pudo por fin enseñar el maillot sin patrocinador.

Por entonces ya se sabía que ambas estructuras se iban a fusionar, con RadioShack poniendo a título de inventario el nombre y el Gran Ducado poniendo la pasta, además de una miriada de pequeños patrocinadores que hacen del maillot un recuerdo de los equipos de Savio y su horror vacuii. No parecía un equipo de Bruyneel, acostumbrado a un único y poderoso patrocinador, incluso cuando era corredor multiherramienta en el Once, aquella famiglia.

La megafusión -poner a los Schleck y Cancellara bajo Bruyneel y su engrasada maquinaria de corredores experimentados- produjo reacciones muy significativas. La primera de ellas, la estampida de algunos corredores muy vinculados al belga -el principal de todos, Brajkovic-, que ya no encontraban su lugar en el equipo, y el recelo de otros -como Fulgsang- que con mucho fundamento veían cercenada su trayectoria.

Y la segunda de ellas, muy significativa, que el Tour idease un recorrido destinado a contrarrestar ese poderío: sin CRE, con tres cronos, tres finales en alto -uno de ellos de pandereta- y bueno, un Tour anti-Schleck y muy pro-Wiggins. Lo que parecía que iba a ser un superequipo que iba a ganar todo se encontró con un escollo muy difícil en la cita más importante de la temporada.

Después vinieron los otros problemas, claro. Cancellara, que se las prometía imperial en el Norte, se cayó en Flandes y adiós a la temporada que realmente cuenta para él; Fulgsang, que iba de jefe de filas al Giro, hizo lo propio y hubo que llamar a última hora a un desganado F. Schleck, que no ocultó jamás que iba obligado. Hizo tercero en una etapa con final en puerto de chichinabo, adujo que un corredor le había dado en una caída,y para casa a los dos días, antes de la montaña.

Para entonces él y su hermano, que siempre estaban en el top-five de las clásicas de las Ardenas, habían hecho un abril espantoso. Como Klöden y Horner, que tenían que haber brillado en las rondas por etapas de esa época. Ni rastro, pero tampoco de jóvenes prometedores y medio escaladores como Tiago Machado y Ben Hermans (este ha realizado un Giro absolutamente anónimo): apagón total en el equipo.

No es la primera vez que pasa en un equipo de Bruyneel. Ya en 2006, con la primera retirada del cowboy, el Discovery Channel hizo una temporada lamentable, especialmente en el Tour: sin mediar caídas ni accidentes, corredores que antes arrasaban como Hincapie o Popovych desaparecieron por completo. Según Carlos de Andrés "el no trabajar para un líder claro te quita motivación". Según el idiota de Gijón Juanma Castaño, por entonces experto en ciclismo, "el americano daba mucho al equipo". A saber qué, o lo que le podrían haber contado entre sidra y chorizos sus paisanos Rubiera y Noval, por entonces en el equipo. Después ya se pasó a Villa, que es lo que le gusta, pero con el mismo menú y chalanería.

Esto de los apagones totales en un equipo, donde de repente no anda nadie (pero nadie-nadie) es consustancial a este ciclismo que Bruyneel encarna tan bien. Parece que es el caso del Radio Shack 2012, donde están empezando a saltar las chispas de una forma que sólo puede resultar prometedora para todos aquellos que vemos el ciclismo desde la barrera, al menos por los escasísimos precedentes con los que contamos  de enfrentamiento público entre corredores y equipo.

No pasará nada, claro, porque Bruyneel es mucho Bruyneel y manda mucho. Tanto, que incluso ha tentado alguna vez la suerte intentando puentear a la UCI, cosa que le tienen -y con razón- jurada, pero para lanzar ese órdago hace falta tener mucho poder paralelo y saber organizarlo. Manolo Saiz, su mentor, lo intentó y acabó como acabó, pero no sabía idiomas, su inteligencia no se podía medir con aparatos y llevaba camisas de cuadros. Lo que viene siendo un pasiego, vamos.

Andy Schleck, que en los últimos tres Tours no se había bajado del segundo puesto, no correrá la edición 2012. Abandonó el Dauphiné por una caída en la crono, pero antes de esa vicisitud ya se había descolgado en puertos de tercera. A 20 días del inicio del Tour. En lo que va de temporada, sólo ha completado dos rondas por etapas, y las dos en febrero. Hoy ha anunciado que en esa caída en la crono se fisuró un par de vértebras -acabó esa crono de 53 km. y eso que se cayó en el km. 18, y después hizo la etapa del día siguiente- y ¡ale!, que no va al Tour.

Entretanto, habían surgido rumores de desavenencias con Bruyneel, que había llegado a amenazar a su hermano con no llevarlo al Tour. Desavenencias desmentidas por ambas partes, claro. Lo que no se ha desmentido, y es francamente interesante, es lo de Horner, un ciclista que podría ser el protagonista de una película de terror gótico, y no sólo por su calvicie vampírica.

Bruyneel anunció la preselección del Radio Shack para el Tour hace dos días, con catorce corredores donde no estaba el americano que ronda los 40 años de edad. Descubrió que era asmático con 38 -y se llevó una cámara de fotos para inmortalizar el momento- y bueno, todo en él es despropósito y cacharrería. Tras su victoria en el País Vasco 2010 y su 9º puesto en el Tour, en 2011 había planificado ¡el asalto a la carrera francesa! ¡Y menudos números que presentaba! Carrera en la que salía, carrera en la que volaba, como Landis en 2006, como Evans en 2011 o como Wiggins este año: 3º en la Volta, 2º en País Vasco, 1º en California, se presentó en la salida del Tour volando directamente desde EE.UU, porque siempre ha ido por libre.

Una caída -tiene tendencia a besar el suelo- le apartó de su sueño. Tanto, que no volvió a competir, porque después de la caída y ya en EE.UU descubrió que ¡tenía un coágulo en la sangre! ¡Un ciclista con un coágulo en la sangre! Claro, le prescribieron lo indicado para esos casos: medicamentos que mejoran la fluidez del torrente sanguíneo, tan espeso que formaba coágulos...

No volvió a competir hasta la Tirreno-Adriático, donde fue ¡segundo! en su reaparición. ¡Con 39 años! Otro ejemplo del ciclismo que cambia. En el País Vasco -su carrera preferida- se puso malito de tos y ahora pretendía aterrizar en el Tour directamente desde EE.UU, habiendo rechazado ir a Suiza...esta es la razón que ha aducido Bruyneel para no incluirlo, pero el lector sabe perfectamente que hay otra mucho más evidente.

Lo mejor de todo es que al principio Bruyneel dijo que lo dejaba fuera por un problema de ¡vértebras! ¿Les suena a algo relacionado con Andy Schleck? ¡Y mira que hay huesos en el cuerpo! ¡Malditas vértebras! Todo el pastel se ha descubierto porque Horner, que quiere ir con EE.UU a los JJ.OO de Londres, dijo que el no tenía ningún problema físico y que el seleccionador tuviese eso en cuenta...

De ahí vino el contracomunicado de Bruyneel...y hoy lo de Andy con las vértebras. Para completar el panorama, uno que no tiene pelos en la lengua como Klöden está secundando la versión de Bruyneel con sus tweets inequívocos. De Andy Schleck no dice nada, claro, a pesar de que parece que la enésima versión consistirá en que Bruyneel ha confundido las radiografías de Horner y el luxemburgués. ¿Apostamos a que la rueda de prensa de Andy a las cuatro no será con Bruyneel?

Los organizadores de la Vuelta ya se frotan las manos con su recorrido de diez finales en alto y el concurso de Contador y Andy Schleck, una especie de revancha de los Tours 2009 y 2010. Sin embargo, parece que el divorcio entre el pequeño de los Schleck y Bruyneel va para más. Para una temporada en blanco, que es lo que suele pasar cuando falta la mandanga para todo un equipo.
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(Actualización de las 17:15) Andy Schleck ha llorado en la rueda de prensa. Bruyneel no estaba claro, aunque si que estuvo en la entrega del maillot amarillo del Tour 2010. Ahora dice que lo suyo no es por las vértebras -a pesar de que medios de su pequeño país lo habían dicho por la mañana, abundando en gráficos y precisando "dos vértebras"-, sino la cadera. Entre cuatro y seis semanas de baja. Dice que quiere ir a los JJ.OO -suyas son las únicas opciones de Luxemburgo de rascar algún metal, y aún así son remotas-, la Vuelta y el Mundial. A los dos primeros objetivos va a llegar justito si realmente es una lesión de pelvis, al último, que se disputa al lado de su casa, será el máximo favorito si vuelve a ser el mismo corredor. 

11 junio, 2012

En manos del UK Postal

Mirando atrás desde el amarillo, pero no viene nadie
Acabó por fin la peor Dauphiné Liberé que se recuerda, con una montaña muy escasa, tanto como los rivales. Baste decir que los dos primeros del podio son compañeros de equipo, un equipo que apesta.

Lo hizo desde su fundación, cuando se presentó como un equipo "científico" y, aunque su primer año fue de todo menos glorioso, ahora es una máquina de triturar que recuerda los peores tiempos del UsPostal, donde andaba hasta Benjamín Noval, por citar un sólo ejemplo de milagro médico.

Demos la bienvenida, pues, al UkPostal. No es casual, y nadie debería dejar inadvertido, que el recordado equipo americano también logró colar a dos compañeros como primero y segundo de la prestigiosa prueba por etapas francesa: en 2002 a Armstrong y Landis, aunque este último ha explicado claramente las razones de aquel éxito de un gregario gregarísimo.

A diferencia de aquella edición, en este 2012 apenas ha habido montaña en la carrera francesa: sin finales en alto de relieve, y convertido en un aguachirri de difícil digestión. Ha ganado Wiggins y ha sido segundo su compañero Rogers, dos contrarrelojistas. Cuarto su compañero Froome, que no se sabe muy bien qué es, aunque se intuye. Su dominio como equipo y de la carrera ha sido aplastante, mucho más de lo que indica lograr ser 1º-2º-4º en una carrera como Dauphiné. No, no ha habido crono por equipos. Ha sido mucho peor.

El viernes había de montaña el Grand Colombier, ese puerto precioso -carretera estrechísima, pendiente constante, se sube de 200 m. a sólo 1.500 m, pero hay 1.300 metros de desnivel- que apenas se usa en las grandes carreras. Llegó la escapada del día entre la lluvia, mientras los favoritos se agasajaban al ritmo del Sky, donde tiraba -sí, lo han adivinado- otro contrarrelojista, en concreto Richie Porte. Ah, y también Boasson-Hagen, que había ganado una etapa dos días antes.

El más listo de la escapada fue el prometedor francés Vichot, que en las refriegas de españoles -el veterano Egoi Martínez, todo los días escapados; Losada, que parece otro corredor en este año en que todos los Katusha parecen otros corredores; Navarro, sin referente y Luz Espiritual Divina y Pinteña que le ilumine- atacó en el momento justo.

En Dauphiné hace unos años siempre había una etapa de montaña de más de 200 km. y con alguno de los colosos alpinos. Este año, todas por debajo de los 190 km. y sólo el Joux Plane, en su tradicional formato de subida y bajada final a Morzine. ¿Quien atacó entre los favoritos? Nadie, todo el mundo a rueda del ritmo del Uk Postal -comandado por ¡Boasson-Hagen! durante más de la mitad de la ascensión- como en los tiempos del americano. Sólo se movió el increíble Nairo Quintana (22 años, Colombia, Movistar), otro más de la hornada de corredores sudaméricanos que va dar que hablar en los próximos años.

Sacó 18" en la cima del Joux Plane, y consiguió llegar a meta: si, baja bien. Al menos mucho mejor que Heras, del que siempre hay que acordarse cuando se baja el puerto alpino. Y va bien contra el crono. Evans también hizo una ataquito cerca de la cumbre y llegó con 8" sobre el pelotón, cuyo sprint fue ganado de manera imperial por...¡Dani Moreno!.

Al australiano su ataquito no le sirvió para colocarse segundo en la general, puesto que ya ocupado en ¡cuatro! ocasiones, y parecía que iba a hacer algo en la última etapa, al menos para tener cinco segundos puestos en una carrera prestigiosa, como Ullrich en el Tour. ¿La última etapa? Una mueca al ciclismo, con final en un puerto de tercera y 126 de recorrido.

Evans dice que Van Garderen pinchó poco antes del final y que no pudo atacar. Será eso. La farsa de competición -tres horas de duración- fue para un corredor que sabe mucho de eso: Dani Moreno. Sí, el simpático corredor madrileño de pelo agitanado se va del Dauphiné con dos victorias de etapa y un tercer puesto en la etapa de Morzine. Ayer batió en el último suspiro a L.L Sánchez, con el compartía mensajes y cariños de Jesús Losa.

Dentro de este simulacro de competición que ha sido el Dauphine 2012, lo más destacado es la actuación del Uk Postal, también conocido como Sky: Wiggins, Rogers, Froome, Porte (9º en la general) y Boasson-Hagen, que no irá al Tour para hacer espacio a Cavendish. Sí, hombre, como el Telekom: irán con un bloque para la general y con otro para los sprints. Y encima el campeón del mundo va diciendo por ahí que ha perdido ¡cuatro kilos! de su peso de competición para poder subir mejor. Como el Telekom no: como Zabel. Al tiempo.

Esto es un escándalo.
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De Sagan vamos celebrando todos sus registros: su inolvidable primera victoria (y especialmente la segunda), su primera etapa en una grande y, ahora, su primera crono. Ha sido en el mismo escenario donde el año pasado ganó su primera etapa de montaña, en la Vuelta a Suiza. En aquella ocasión fue una etapa de 107 km., o sea que ya llegarán mejores oportunidades de calibrar su talento, y esta vez ha sido un prólogo de 7´3 km. Ya. El asunto viene cuando en la etapa de montaña había 35 km. de ascensión y en la crono del sábado batió a Cancellara, metiendo unas diferencias siderales a los rivales.

Había subida y posterior bajada a un montículo sobre Lugano, y de ahí las diferencias. Por cierto, cuando Sagan gana en una vuelta por etapas no lo hace una única vez. El domingo el pelotón subió Verbier, aquel puerto que se estrenó en el Tour 2009 y decían que no iba a marcar diferencias, y donde Contador voló. No lo dijo él en su habitual modestia -basada en sus dos certificados médicos compatibles-, sino los datos que se extrajeron de la etapa, donde Contador subió a un ferrariano VAM de 1850 m/h. Sería que había comido solomillo la noche anterior.

Esta vez fue diferente, como siempre que no está este corredor polimedicado. El pelotón fue de charleta por el Valle del Ródano -que está sufriendo fuertes lluvias estos días, y cuyas presas están en alerta- y F. Schleck atacó a seis km. de meta, ya en plena subida. De más a menos, el pelotón se acercó peligrosamente a su altura en el último km., desde donde saltó un muy inteligente Rui Costa, que adelantó al luxemburgués en la última curva para lograr su segunda victoria de etapa en Suiza. Antes lo había hecho varias veces subiendo.  Es increíble la cantidad diferente de corredores que obtienen victoria en el equipo navarro, incluso hasta Rojas. El resto de corredores se desparramó en diferencias menores -salvo los Rabobank, desastrosos-, incluyendo un Valverde que por una vez rindió en una etapa de lluvia. Eso sí, su papel lo desempeño su compañero portugués.
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Íntimamente relacionado con estos dos compañeros suyos multiherramienta. J.J Cobo -el viernes abandonó en Dauphiné en el primer puerto serio de la carrera- decía hace un año que "ya me gustaría saber a mí la razón de esos bajones".  Lo que no sería normal es que llevasen al primer cántabro que ha ganado la Vuelta al Tour 2012.

08 junio, 2012

¿Puede alguien evitar que Wiggins gane el Tour? ¿Por favor?

Bradley Wiggins, hasta el año 2009 de profesión sus labores en la pista, lleva un 2012 de aupa: ganó la crono de Algarve y fue tercero; ganó la P-N y la crono; abandonó en Cataluña -como medio pelotón- por las condiciones climáticas; ganó en Romandía y dos etapas -una de ellas al sprint-; y ahora va camino de ganar el Dauphiné, tras llegar líder a la crono y ganar, claro.

Total, ya ganó esta misma carrera el año pasado...Total, nos venden que es un ciclista auténtico, y el hecho de que se haya vuelto escalador, sprinter y ganador de cronos largas está dentro de una lógica evolución, casi tanta como la que le llevó a acabar cuarto el Tour de 2009, cuando antes penaba por pasar un puerto de tercera con los favoritos.

El el prólogo fue segundo -igual que en P-N-, sólo batido por el joven australiano de 21 años Luke Durbridge. Al día siguiente, Cadel Evans aprovechó la bajada de un puertecito antes de meta para irse con Kashechkin -sí, está vivo- y Coppel y ganar la etapa de manera insólita y con una buena exhibición: sus dos fatigados compañeros no le pudieron dar ni un relevo y entró en meta sin bajar el ritmo, un poco como en la etapa de Pau del Tour 2005. En la misma etapa S. Sánchez se fue al suelo pero pudo acabar la etapa, mientras que A. Schleck se descolgó en el puerto de tercera. A 20 días del Tour.

El tercer día fue el turno de Dani Moreno, ese gran corredor de pequeño tamaño, otro que sigue creciendo año tras año: lleva seis victorias en los dos últimos años, y grandes actuaciones como en la Vuelta 2011. En el grupo B de los up-hill finishers del pelotón, sabe aprovechar sus ocasiones y ser paciente. Por ejemplo, en el último Giro no se le vio ni una sola de sus veleidades individuales y estuvo todo el tiempo al servicio de J. Rodríguez. Liberado de esa labor, ha ganado una etapa en una gran cita.

Crecidito -es de Madrid, en 2010 dijo que era el colíder del Lotto, una de sus declaraciones más recordadas- le espetó al periodista de la tele pública francesa, que dudaba de su favoritismo para la etapa, con un "no sería favorito para algunos, pero sí para mí", muy jaleado en twitter y en prensa por sus conregionales, siempre permeables a la chulería. Y tanto. Como el médico Jesús Losa, otro que también ha creído mucho  en este corredor de extraño peinado y prestaciones. Seguro que si llega a ser Carlos de Andrés no le dice ni mú, pero bueno. Yo, en un sprint en cuesta y en Dauphiné, nunca pondría a Moreno de favorito. Porque no creo en él. Así de sencillo.

Pero bueno, al fin y al cabo estamos aquí para explicar que un pistard de 32 años es el favorito para ganar el Dauphiné y el Tour, o sea que -como es costumbre en este crudo deporte- habrá que creer en lo que la razón y décadas de ver ciclismo te dicen que es imposible. Ayer Wiggins ganó la crono larguísima del Dauphiné, la más larga que ha ganado en su vida, pero lo importante está en que estuvo a punto de doblar a Evans, que aún así acabó 8º de la prueba. Eso sí, a 1´43".

Es el vigente campeón del Tour y aparentemente el único que puede mantener el tipo con Wiggins en la crono y después recortar tiempo en montaña. Si ataca, claro. Si sus 35 años no caen de golpe, como sería lo lógico. El británico ha sacado 34" a Tony Martin, 1´11" a su compañero Rogers -es la primera crono larga decente que hace desde 2005, cuando su último Mundial CRI-, 1´25" al increíble joven del Rabobank Wilco Kelderman (21 años, era la primera vez que hacía una crono de más de 30 km.) y 1´33" a su otro compañero Froome.

¿Froome? Si, hombre, el mismo que fue segundo en la pasada Vuelta, a un suspiro de ganar tras haber hecho muy poca cosa reseñable en su vida deportiva. Es el primer resultado que obtiene en diez meses, desde el final de esa carrera. Al menos ya es algo más que su rival Cobo, que ayer perdió 4´en la carretera, más otros 2´que le metieron los jueces por ir a rebufo de otros corredores, o del coche. A rebufo de algo, da igual, lo más probable es que fuese su fama.

No es que Wiggins vuele en todas y cada una de las carreras que disputa, es que su equipo está en la misma tónica. Hoy se sube ese grandísimo puerto que es la Grand Colombiere, uno de los favoritos del que esto escribe, y parece que la mayor amenaza para el Sky es el valiente Chavanel, a 1´30" en la general, y que ayer hizo una soberbia crono. Del resto de corredores no se sabe nada.

Y así también para el Tour. Menchov, que tiene un recorrido muy propicio, perdió ayer 2´28"; Brajkovic, el caballero blanco, 2´16"; Nibali, 2´47"; Van den Broeck, 1´47"; Rolland, 4´16"; Taaramae, 3´54"; Vanendert, 5´02"; S. Sánchez, 5´42"; A. Schleck, 8´33", perjudicado por una caída en el km. 18 y por una mala forma muy evidente. Ojo, estamos hablando del corredor que en los últimos Tours tiene esta secuencia: 2º-1º-2º.

Así pues, ¿quien puede evitar que Wiggins gane un Tour con tres cronos, una de ellas el penúltimo día de carrera y de la misma distancia que esta de Dauphine? ¿Quien puede evitarlo, y más estando como está rodeado de un equipazo? Bueno, pues o bien alguien de su equipo -en la pasada Vuelta Froome andaba más, y se hubiese llevado la carrera de no haber trabajado para Wiggins en la llegada a la estación de esquí orensana-, o bien el sentido común.

Si bien quedan 20 días para el inicio del Tour, quedan 40 para las etapas decisivas. Es demasiado tiempo. Todavía hay tiempo de evitar que Wiggins gane un Tour que diseñaron para él.
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El sábado comienza una edición espectacular de la Vuelta a Suiza, que por mucho que quieran Dauphinè y California, sigue siendo la cuarta vuelta por etapas más importante del mundo: por situación en el calendario, por país, por tradición, por días de competición y por recorrido. También por participación, puesto que a Dauphiné no va ni un sólo hombre rápido. Tras el prólogo de 7´3 km. a orillas del lago Maggiore y a la altura de Lugano, la segunda etapa sale de la italiana Verbania y llega a Verbier, tradicional subida de la carrera y conocida estación de esquí. Se entra en Suiza por Domodossola -como el tren- y después por el Simplón, 40 km. de subida, para después hacer todo el valle del Ródano hasta la subida final. Y es el segundo día de carrera.

Tras cuatro etapas muy similares -en torno a 200 km., pero nunca más, y con tachuelas-, la crono llega el séptimo día y son los tradicionales treintayalgo km., con subida en medio. Los organizadores de la Vuelta a Suiza han dejado atrás la funesta manía de acabar la ronda con la crono, y esta año apuestan por el que seguro va a ser uno de los momentos cumbre de la temporada. Tras una penúltima etapa de 150 km. con final en la tradicional meta de Arosa, en alto, el último día hay un etapón de montaña de 216 km. con un recorrido inédito: se sube uno de los últimos ramales de los Alpes, con dos puertos idénticos, el Glaubenberg. La primera ocasión, desde la vertiente donde luego acabará la etapa. Se baja al lago de Sarnen y se sube la misma cordillera por otra carretera, para volver al valle inicial y acabar en un puerto de segunda.

Serán de salida Valverde, Leipheimer -vigente campeón-, Velits, Kreuziger, Danielson, Albasini, Cunego, Cancellara, Fuglsang, F. Schleck, Poels, Antón, Gesink, Kruijswick, Mollema y Sorensen. En los sprints, les pongo tres nombres: Boonen, Sagan y Freire. Por si les parecían aburridas las cuatro etapas seguidas con tachuelas.
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¿Por qué van tres murcianos a los JJ.OO de Londres? ¿Por qué va Rojas? ¿Quien es el principal patrocinador de la RFEC? Pues sí, la misma región que se intentó vender como "paraíso natural" y tiene la bahía de Portmán y va a urbanizar Cabo Cope. "Paraíso de influencias", más bien.
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Este es el (espectacular) recorrido del campeonato italiano de fondo en carretera de este año: 252 km, 15 vueltas a un circuito que tiene una subida de 250 metros y caída a meta...en total, 3.000 metros de desnivel...alguien quiere que Nibali vaya con el tricolore al Tour, como hizo Bugno en 1991...Por cierto, el año pasado Rojas ganó con la inestimable ayuda de Contador en un circuito de escaso 200 km., si llegaba. Rojas, el fondista. Rojas, el ganador. Rojas, nuestro abanderado.  Rojas, nuestro olímpico murciano.
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Para la galería de esperpentos sobre las excusas para justificar un positivo. La historia tiene estos elementos: curling -un deporte de chiste-, silla de ruedas y cáncer.
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Pues tampoco me sorprende tanto que Bicisport haya estado a la altura periodística respecto a la hazaña de De Gendt en el Giro; al fin y al cabo, es una revista que lleva 20 años o más pidiendo épica y ataques de ese tipo. Dedican al belga un bonita linea en la portada del número especial ("¿Veis lo que da una fuga?") y el artículo central del número corriente: "Lección de De Gendt. Suspendidos los directores", con bonitas soflamas a favor de lo realizado por el ciclista y también por Nibali en otras carreras. Así tiene que ser, creo.

Por su parte, la horrible revista Ciclismo a Fondo dedica al Giro una horrible portada donde Hesjedal parece que se está cagando, y donde no aparece De Gendt por ninguna parte. Dentro de la revista, sorteando la asquerosa e insidiosa publicidad camuflada de contenidos (¿se pueden creer que el tonto del director dice en su editorial de pena que J. Rodríguez fue como "un Canyon" en la carrera?), hay una espantosa entrega de "Cartas al director" con un arrebatado que defiende a Contador insultando a los que han hecho su trabajo (y firma como "Museo del maillot") y un poema de un gallego. A De Gendt no le dedican especial atención.