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Rosa de los vientos (buscando el norte) |
1) Cómo llegó la sustancia prohibida a su organismo (para lo que se plantean diferentes escenarios, además del solomillo) 2) Que Contador no cometió ninguna falta o negligencia para que se produjese ese positivazo.
Evidentemente, es a Contador a quien corresponde el "peso de la prueba" (burden of proof) porque es quien ha dado positivo, y simplemente con eso ya bastaría para sancionarle. Visto así, casi se puede decir que le están haciendo un favor al someterse al TAS, un favor que es un derecho del deportista, en vez de ir directamente a la sanción. Como sabrán, en España se ha presentado esto del burden of proof como la prueba de la Inquisición (hay que demostrar que no eres culpable, la probatio diabolica que argumenta la RFEC), sin reconocer que el positivo esta ahí. "Es que se comió la prueba". Pues buen provecho.
El TAS desarrolla todo el aparato legal en torno a estos conceptos entre los puntos 243 y 258, dejando en este último punto un rapapolvo a los que creen que Contador ha sido sometido a un proceso inquisitorial. Entre este punto y el 265 el TAS vuelve a explicar lo que queda por hacer (demostrar que la hipótesis del solomillo es un 51% más probable de ocurrir que los otros escenarios, por ejemplo), para a continuación pasar a la primera hipótesis, la defendida por Contador y su equipo.
¿Comió Contador carne entre el 20 y el 21 de julio? es la primera pregunta con la que se afronta la plausibilidad del solomillo viajero. En el punto 269 la AMA da por cierto la compra del solomillo por parte de López Cerrón (pesó 3´2 kg.) el día 20 de julio, y que Contador ya fue agasajado con tan espléndida vianda esa misma noche. Contador y sus amiguitos, que ya saben que Vinokourov y los kazajos bajaron tarde a cenar esa noche.
¿Estaba esa carne contaminada con clembuterol? Aquí llegamos al tuétano de la vaca. La AMA descarta categóricamente que pudiese estarlo (punto 273) por el análisis de la trazabilidad, el marco legal de Europa sobre el clembuterol para engorde de ganado y las estadísticas sobre su incidencia. En todos y cada uno de estos tres argumentos (objetivos y fiables) el equipo de Contador enfanga y pone en duda al sector vacuno en general y al ganadero de Irún en particular.
Es más, en el punto 274 a) se tiene que poner el precio/kg del solomillo (32 euros de vellón: su precio) para demostrar que era solomillo y no vaca vieja como querían demostrar Andy Ramos y su brillante labor de abogacía. En el punto 276 esta abogado americano duda de que la fuente última del solomillo (una vaca de 312 kgs. en el momento del sacrificio) pudiese dar un solomillo de 3´2 kg, que para que el solomillo fuese de ese tamaño la vaca debería haber pesado al menos 350 kgs.
Es normal que viniendo de EE.UU, donde everything is bigger, Andy Ramos tenga tantos problemas con el volumen y la calidad de la carne en consideración. Lo que no es normal, dentro de la anormalidad del caso, es que estire la cuerda de esta hipótesis maligna (esto si que es probatio diabolica: vamos a probar que el carnicero de Irún vendía gato por liebre) llega hasta tal desfachatez, rebatida de manera experta por el carnicero irundarra en el punto 277.
En el punto 279 Contador&Cía alegan que el ganadero castellano donde se crio la vaca tiene un hermano que en 1996 estuvo metido en una trama de engorde ilegal de vacuno por clembuterol, una supuesta tabla de salvación (o clavo ardiendo) que gustó mucho a periodistas como López-Egea, que la enarbolaron al viento a pesar de ser eso: tabla o clavo ardiendo, nunca bandera.
En el punto 280 la AMA deja muy claro que es otro caso de probatio diabolica por parte de Andy Ramos: lo que haga un hermano no tiene porque afectar al otro hermano; que el hermano con problemas en 1996 murió en 2010; que 1996 es más de quince años atrás; y que la ganadería de donde vino el solomillo pasó seis controles sanitarios buscando beta-antagonistas (el clembuterol pertenece a esta familia) entre 2009 y 2010, que yo creo que son fechas más próximas al caso que 1996. Y también más relevantes, pero no me hagan caso: háganlo a un abogado americano con poco o nulo conocimiento de España, que seguro que imagina como Sonora o Jalisco.
En el punto 282 el equipo de Contador, dado que la trazabilidad ha funcionado como un soberano tortazo a su hipótesis, deja caer que según sus investigadores (Castellana detectives, me ahorro cualquier comentario sobre la profesión de investigador privado) la carne puede que no venga de ahí, sino incluso de ¡Sudamérica!. Con argumentos parecidos (Contador ha pasado 500 controles antidopaje y sólo salió positivo en uno) se tiran hasta el punto 289, sin evitar calumnias abyectas como "la prevalencia de un abuso de clembuterol en el sector ganadero español" (punto 288).
El panel de tres jueces del TAS dice la suya a partir del punto 290: descarta el origen sudamericano del solomillo y pone una lápida sobre la sentencia de Contador: "la hipótesis de la carne contaminada ha disminuido considerablemente". Lo hace en un único punto, demoledor para los intereses de A.C, que siempre se había aferrado la hipótesis de un origen único para el clembuterol. Dadas estas premisas, se puede considerar que el resto de la sentencia es una humillación para el corredor, una humillación que el mismo se ha buscado.
En el punto 293 se lee que Contador trajo a la experta Vivian James para decir que el clembuterol esta ahí, digan lo que digan los informes, y al experto Martín-Jiménez para decir que los ganaderos recurren al clembuterol porque sí, porque si leen lo poco que pone el laudo del TAS (insisto en que es una pena no poder recurrir al material anejo presentado en el caso, sería muy divertido) es tal cual. Además, Castellana detectives (cuya oficina no está lejos de la de El cobrador del frac) informa que ¡se puede comprar fácilmente clembuterol por Internet!. Tremendo. Y han cobrado por esto, seguro.
Es tan ridícula la aportación de esta agencia de detectives que en el punto 295, donde el propio TAS apoya los argumentos de la AMA (desde la aplicación de las directivas europeas y el código penal para el engorde de ganado, la práctica ha caído hasta niveles irrelevantes), incluye esta anotación: "este hecho también viene corroborado por los datos y estadísticas incluidos en el informe de Castellana detectives (...) y en el testimonio de Mr. Martin -de esta agencia-, que ha declarado en la vista". Bueno, al menos su reputación profesional ha quedado como intachable, aunque no haya favorecido al cliente.
La hipótesis del solomillo (the meat contamination scenario, como en una película) concluye con un prolijo resumen (puntos 296-324) estadístico, aunque ya había concluido en el punto 290. Es muy interesante, porque desde los primeros compases de esta farsa artificialmente engordada (en vez de con clembuterol, con parafilias legales) era evidente que no es lo supuestamente irrelevante de la cantidad de clembuterol en Contador, sino cúanto clembuterol había para que, 12 horas después, mease todavía esa cantidad irrelevante.
El punto 296 es muy, muy informativo. Para que Contador mease esos picogramos de nada, el supuesto solomillo clembuterizado tendría que haber tenido ¡diez veces más! el límite legal para su comercialización. Según el experto Rabin, la cantidad en el solomillo se tendría que haber situado en el rango de 1 ug/kg (ver la interesante aportación de nickRamontxu al inicio del serial), y que para alcanzar ese nivel ¡el animal tendría que haber sido sacrificado inmediatamente después del chute de clembuterol!.
Un momento. Si el clembuterol se usa para el engorde de ganado, ¿qué sentido tiene administrarlo en el momento del sacrificio, cuando ya no va a crecer más? Ninguno, claro. Entonces, ¿cómo es posible que doce horas después de zamparse el solomillo Contador mee una cantidad que sólo puede haber llegado de esa manera obtrusa y barroca a su conducto urinario? Pues porque el clembuterol, y en esa cantidad, ha llegado por otra vía, pero esa será la hipótesis de los otros "escenarios" plausibles.
Más estadísticas. En el punto 297 se pone que, de los 300.000 controles realizados a animales de sacrificio en la UE en 2008, no hubo ningún caso de engorde por clembuterol. Ningún caso entre 300.000 análisis. Sólo un caso susceptible de ser clembuterol (en Italia, todavía en estudio) entre 23.966 muestras de estudio más detallado hace que la estadística del 0% suba al increíble porcentaje del 0,0042%. Ese porcentaje es el que hizo que Contador incase el diente a un filete contaminado en la previa de las etapas decisivas del Tour. ¡Qué digo contaminado! Intoxicado, y justo antes de morir. La AMA llega a considerar, a raíz de esta estadística, que la posibilidad del solomillo contaminado es "evanescedoramente endeble" (vanishingly thin, en traducción poética de mi autoría).
Aún así, el equipo de Contador pone en duda el método para recoger los datos (sólo se analizan 125 cabezas de ganado por cada millón sacrificado, por ejemplo), apoyándose en la experta Sheila Bird, la de bioestadística de Cambridge. Con todos los respetos a la institución en la que trabaja, debe ser un poco zote si pretende que se hagan análisis de todas las piezas sacrificadas. Supongo que en su momento se abrió campo en su especialidad por lo de las vacas locas y la fiebre aftosa que afectaron a su país, para poner en duda todo el sistema...
Por parte de la AMA, Javier Martín Pliego responde a Bird: el sistema de control no toma muestras aleatorias, sino que va a muestras ya individualizadas de ganaderos por una razón u otra, seguramente no muy positiva; que la estadística ex ante de contaminación en carne de Castilla-León es de 0,0065%; le da un rapapolvo tremendo en el punto 314 b) al repudiar el concepto de "número mínimo" como irrelevante (en jerga de estadísticos, es lo peor que te pueden decir), y diciendo que "parece ignorar" esto. A su vez, Bird responde (punto 316) que la AMA se "ha fabricado estadísticas a su propio beneficio y sensacionalistas". Se lo juro, trabaja en Cambridge. De aquí, o saca otra tesis doctoral, o la envían al loquero directamente. Eso sí,seguro que ya ha cobrado la suculenta minuta a Contador, aunque haya sido a costa de humillarse profesionalmente.
Para acabar, y una vez escuchadas a las partes y sus supuestos expertos, el TAS vuelve repartir la bofetada habitual a Contador. En el punto 317 dice que no ha conseguido demostrar a su favor el balance de probabilidades (¿y cómo, con un 0´0065% de carne contaminada en Castilla-León, de donde vino el solomillo?) y, tras desmontar punto por punto todas las trampas del equipo de Contador, acaba concluyendo que (punto 324) "aunque la posibilidad de una pieza de carne contaminada en la UE no se pueda descartar por completo, la probabilidad de que eso ocurra es muy baja". El punto empieza con la frase "por todas las razones anteriores". Y por sentido común.
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Carabias escribe en ABC, que tiene un público objetivo veterano-viejuno. Aún así, que presente como novedad de ayer algo que ya salió en la sentencia de hace cuatro semanas del TAS es un poco estafa al lector. Puede que lo haya leído ahora, o puede que se lo hayan contado, o que estuviese traduciendo la sentencia, o puede simplemente que sea un mal periodista. Preguntado en twitter al respecto ("me queda la duda de si te has leído la sentencia del TAS con 3 semanas de retraso, o te la han contando, o bromeas") la respuesta ha sido esta:
Te golpeaban de niño con una toalla mojada?? Querías ser periodista y no te dejan?? De dónde vienen tus traumas?? Dinos, amigo
Y por cierto, tienes nombre y apellidos? O te amparas en la cobardía del anonimato en internet? Siempre es más cómodo, verdad?Responde con seis preguntas que no vienen al caso (aunque son muy reveladoras del personaje), por lo que hay que suponer que la pregunta inicial, meramente informativa, estaba sobre la pista. Seguro que no sabe inglés más allá de pit lane, safety car, paddock y moroon, y claro, responde con lo de la toalla mojada. Cuatro semanas, cuatro, para leer la sentencia y descubrir esa "noticia". Felicidades.