¿Hay algún aficionado a los comics de superhéroes por ahí? Bueno, no me extrañaría que la gran mayoría dijese no. Están mal vistos, como para gente iletrada, y desde hace veinte años sufren una crisis creativa muy profunda, tras haber alcanzado las más altas cotas en los años ochenta, en un lustro increíble. Desde entonces se dedican a proponer una y otra vez las mismas historias, con diferentes aproximaciones. Es como la música clásica: siempre interpretando a los clásicos.
En ese panorama de decandencia destaca la reciente serie Marvel Zombies. Inspirado en los muertos vivientes que creo George Romero y popularizó el duo John Landis/Michael Jackson en el muy influyente vídeo de Thriller, la historia transcurre en un mundo postapocalíptico donde los superseres son zombis cuya única actividad consiste en buscar alimento. Es una gamberrada, está claro, pero muy divertida, sobre todo el momento en que Cráneo Rojo se zampa el cerebro del Capitán América y dice: "ha merecido la pena solo por esto".
Los zombies están de moda. Hay muchas películas en el país que los vio nacer (una de ellas por el español Juan Carlos Fresnadillo) y, en este contexto, hay que ubicar la iniciativa ciclista de RockRepublic. Hace pocos días, cuando se anunció el fichaje del retirado Cipollini, escribí que las carreras las disputarían hombres-monstruo. Nunca imaginé que iban a tardar tan poco. Acabamos de saber que Oscar Sevilla ha fichado por ese equipo, donde se encontrará con Botero, V.H Peña (veterano de Vitalicio, US Postal y Phonak) y Hamilton. Landis está cumpliendo sanción, pero todo se andará.
La ilustración de hoy corresponde a una versión del número 1 de Secret Wars, la epopeya cósmica de los años ochenta en Marvel Comics. Ahora los protagonistas son zombies. Cambien a Lobezno, Cíclope, La Cosa o Spiderman por los nombres arriba citados y tendrán la primera foto de equipo de una formación que va a dar mucho juego esta temporada. Alguno me reprochará que, mientras no he dedicado ni una línea al Relax, una especie de versión hispánica avant la lettre, a estos les estoy dedicando mucha atención. Bueno, pero es que en el Relax no han rescatado a un corredor retirado. Si uno sancionado, como Santi Pérez, pero no es lo mismo. Sin embargo, el paso definitivo aún está por dar.
Con tanto hemodruida por ahí (no olvidemos al asiático que llevaba a Landis), con el ejemplo de Frankestein en el imaginario popular, está por llegar el equipo que incluya en su formación a Tom Simpson. Al tiempo. La cultura de masas va un poco por delante de la ciencia. Ciclismo y zombies. Se me ocurren argumentos peores.
***
Visto que desaparece El Tomate, un programa televisivo con el que algunos muy mal informados me emparentan, haré un sencillo homenaje. Una concesión a mis detractores que, como en el caso del muy influyente programa de Tele5, afirman no verlo nunca, pero que a la hora de la verdad demuestran seguirlo a diario.
Resulta que han pillado a Ricardo Riccó a 200 km/h por Italia, a bordo de su Porsche Cayenne. La noticia no es de ciclismo, pero afecta a un ciclista. Cada uno sabrá porqué con 24 años y todo el futuro que un hematocrito ballerino le augura alguien tiene que ponerse a un velocidad donde cualquier error, por pequeño que sea, lleva la muerte asegurada. Desde luego, no se dirigía a ninguna carrera, aunque iba a las carreras (perdón, no me podido resistir). Después pasa lo que pasa. Viviendo deprisa. Y todo esto lo pongo para avisar de los peligros del tráfico, la primera causa de muerte entre jóvenes en Europa. Para que después digan que esto es como El Tomate.
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En Qatar, otra etapa para Boonen y otra para Loddo, que ganó una etapa y la general en 2003, corriendo para Lampre. Dos semanas después, en la Vuelta a Algarve, dió positivo por cafeína. Lo fichó el neonato Saunier para 2004, como un equivalente de Riccó, pero no hubo hematocrito ballerino y, tras retirarse a su Cerdeña natal con 26 años, fue recuperado por el Selle Italia (sí, el de Rujano y Parra Jr.) y gana muchas carreras menores. Se confirma que la Vuelta a Qatar es la prueba con menor dispersión de ganadores de etapas de todo el calendario.
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En la San Remo se llegará al lungomare Aldo Moro, y no a Cavalloti.
31 enero, 2008
29 enero, 2008
¡Pasen y vean!
Dicen los futboleros que un equipo, antes de descender de categoría, va avisando unas temporadas antes. También un imperio entra en decandencia antes de la hecatombe. No hace falta abrir las tripas de un estornino para ver el futuro del ciclismo, a tenor de cómo está empezando la temporada.
Los peores temores se cumplieron en el Tour Down Under, una prueba injustamente pasada a categoría ProTour. Cuatro etapas, cuatro, han ido para el mismo corredor, el semidesconocido Andre Greipel, que también se ha llevado la general. Para darle algo de emoción a un esperpento, los organizadores intentaron presentar la última etapa como un gran duelo entre el alemán y Allan Davis. Nada de eso. Todos juntos hasta meta, que tampoco estaba muy lejos: 88 kms. de prueba, y tiene categoría ProTour. Vergüenza es una palabra que se queda corta si hay que comparar esa fruslería con una etapa del País Vasco, Dauphiné o Romandía. Pero no es una cuestión de comparar: es que son iguales a efectos de puntuación ProTour.
Bueno, eso son detalles de la propia carrera, pero vayamos a asuntos más esenciales. El corredor que ha ganado no anuncia nada. No es que hayamos vuelto a los tiempos de los corredores libres, que se presentaban en la línea de salida con las ruedas bajo el brazo y para formalizar su inscripción en las carreras, es que pertenece a un equipo donde el patrocinador prefiere seguir pasando 15 millones de euros bajo cuerda pero sin que aparezca su nombre. Tal es la vergüenza de que aparezca vinculado al ciclismo. Dicen que hay que llamarlo Team High Road, pero habrá que inventarse un nuevo nombre más adecuado a las características de un equipo que, será la maldad de una mano negra, luce el mismo color que la brea.
Detalles, detalles, pero que anuncian una tendencia. La foto corresponde al espectacular Tour de Qatar, una carrera en la que en las últimas tres ediciones Tom Boonen ha ganado el 85% de las etapas. Ayer no fue una excepción, y acudió puntual a su cita con el hombre barbudo que le entrega el trofeo, ante un público inexistente. Los organizadores instalan vallas porque les obliga la normativa, pero son más efectivas contra un camello que se equivoque que contra un improbable público que jamás llegará. Ese es el ciclismo del futuro, el que se intenta establecer desde enero. Antes la temporada empezaba en Francia, con frío y con escaramuzas que daban pautas para las grandes clásicas. Los cambios están bien, pero es difícil que se pueda llamar ciclismo, o simplemente competición, a lo vivido en Australia y lo que queda en Qatar. Pero bueno, ahí está el circo, sacando nuevas atracciones a la pista central. Y ya saben como ha acabado el circo, el de toda la vida, en la moderna sociedad del espectáculo: relegado a un descampado, ¡últimos días!, y payasos regalando vales de 2x1 en las calles comerciales. Que sirva como ejemplo de hacia donde camina el ciclismo.
Los peores temores se cumplieron en el Tour Down Under, una prueba injustamente pasada a categoría ProTour. Cuatro etapas, cuatro, han ido para el mismo corredor, el semidesconocido Andre Greipel, que también se ha llevado la general. Para darle algo de emoción a un esperpento, los organizadores intentaron presentar la última etapa como un gran duelo entre el alemán y Allan Davis. Nada de eso. Todos juntos hasta meta, que tampoco estaba muy lejos: 88 kms. de prueba, y tiene categoría ProTour. Vergüenza es una palabra que se queda corta si hay que comparar esa fruslería con una etapa del País Vasco, Dauphiné o Romandía. Pero no es una cuestión de comparar: es que son iguales a efectos de puntuación ProTour.
Bueno, eso son detalles de la propia carrera, pero vayamos a asuntos más esenciales. El corredor que ha ganado no anuncia nada. No es que hayamos vuelto a los tiempos de los corredores libres, que se presentaban en la línea de salida con las ruedas bajo el brazo y para formalizar su inscripción en las carreras, es que pertenece a un equipo donde el patrocinador prefiere seguir pasando 15 millones de euros bajo cuerda pero sin que aparezca su nombre. Tal es la vergüenza de que aparezca vinculado al ciclismo. Dicen que hay que llamarlo Team High Road, pero habrá que inventarse un nuevo nombre más adecuado a las características de un equipo que, será la maldad de una mano negra, luce el mismo color que la brea.
Detalles, detalles, pero que anuncian una tendencia. La foto corresponde al espectacular Tour de Qatar, una carrera en la que en las últimas tres ediciones Tom Boonen ha ganado el 85% de las etapas. Ayer no fue una excepción, y acudió puntual a su cita con el hombre barbudo que le entrega el trofeo, ante un público inexistente. Los organizadores instalan vallas porque les obliga la normativa, pero son más efectivas contra un camello que se equivoque que contra un improbable público que jamás llegará. Ese es el ciclismo del futuro, el que se intenta establecer desde enero. Antes la temporada empezaba en Francia, con frío y con escaramuzas que daban pautas para las grandes clásicas. Los cambios están bien, pero es difícil que se pueda llamar ciclismo, o simplemente competición, a lo vivido en Australia y lo que queda en Qatar. Pero bueno, ahí está el circo, sacando nuevas atracciones a la pista central. Y ya saben como ha acabado el circo, el de toda la vida, en la moderna sociedad del espectáculo: relegado a un descampado, ¡últimos días!, y payasos regalando vales de 2x1 en las calles comerciales. Que sirva como ejemplo de hacia donde camina el ciclismo.
25 enero, 2008
Y la Sanremo cambió
No hay un año en el que, justo en el momento de acabar la carrera de un día más importante del mundo, no surja el debate sobre cambiar el recorrido. Se trata de la Milán-San Remo, y este modestísimo blog no ha sido ajeno al debate. Existen unos pros y unos contras, como en todo, pero los que están a favor de introducir cambios es porque desprecian la resolución al sprint, como si fuese un arte menor del ciclismo. Hablan de meter subidas por aquí y por allá. Hablan de que la San Remo se muere. Hablan, en definitiva, pero de momento no habían conseguido nada.
Hete aquí que, por esas cosas típicas de Italia -país que está viviendo un divertidísimo momento político-, resulta que este año la llegada en Vía Roma está en obras. No es una gran avenida ni una gran infraestructura. Es la calle ancha de un pueblo de mar. Lo que en cualquier país civilizado llevaría tres-cuatro meses de reforma completa, en Italia se alarga muuuuucho, porque hay muchas bocas que amamantar y las resecas tetas de la mamma-Stato tienen que dar para todos. No es raro que en Italia existan obras que empiezan y nunca se acaban. Es un paisaje tan característico como los cipreses de Toscana o las góndolas en Venecia. Por doquier es posible ver hospitales sin acabar, pivotes de viaductos sin plataforma encima, svincoli que no llevan a ningún sitio y la dejadez más absoluta. Los llaman palazzi nel deserto. La Mafia es una de las causas (ganan el contrato con una empresa-fantasma, cobran el dinero y dejan la obra sin hacer, o con materiales de baja calidad que después provocan tragedias), pero también la dejadez de un Estado fallido en el que no debería dejar de mirarse España para cuando acabe la bonanza económica. Para evitar cometer los mismos errores.
Para dar todavía más problemas, este año la San Remo cae en pleno Sábado de Pascua, porque el calendario es así de caprichoso. Será el 22 de marzo, y es una de las pocas fechas entre el Festival de la Canción y el verano en que la pequeña ciudad turística sale de su modorra estacional. Los comerciantes no están por la labor de que una carrera ciclista paralice todo el centro durante todo un día. Así las cosas, RCS Sport, la empresa organizadora, está considerando llevar el final de la carrera más mítica del calendario a otra parte. La primera opción es Corso Cavalloti, donde estaba la meta hasta 1993. Los ciclistas se encontrarían con una de las victorias que justifican una vida deportiva nada más bajar el Poggio. Perfecto para las fugas: de haber sido así en los dos últimos años, en 2006 la victoria podría haber sido para Pozzato, Astarloa o S. Sánchez, y en 2007 entre Riccó y Gilbert. Habrá a alguien a quien le guste. Parece ser que los organizadores viven en sus cabales, y ya saben que significa esto.
En 1993 se formó un tapón fenomenal en Corso Cavalloti, y Cipollini acabó estampando su bicicleta -pero no su cara, muy cuco él- contra el coche de Carmine Castellano, que no salía de su asombro. Nadie quiere que vuelva a pasar lo mismo. Sólo algún aficionado que vive del recuerdo de la remontada de Kelly en 1992 y que nunca ha organizado una carrera. La opción más factible es esta (conviene ir mirando el mapa): cuando se llegue al Zampillo (la zona ancha de Vía Roma, donde confluye con Vía XX Settembre), se coge Vía Nino Bixio, que va paralela a la antigua llegada pero por el lado del mar. No hay curva cerrada ni nada parecido. Se pasa delante del puerto y, a la altura de Corso Monbello, una curva peligrosa a izquierda para embocar los jardines de Vittorio Veneto. Habrá que reformar de alguna manera ese contratiempo, porque la montonera puede ser de antología. La llegada está 100 metros después, al lado del mar.
Al final, la San Remo ha cambiado. Una serie de factores extradeportivos tiene la culpa. Ya veremos en que queda el asunto, pero difícilmente será para bien. Que vayan avisando a Freire, que este año tendrá que ir mejor colocado que nunca. O repetir la hazaña de Verona 99. Amén.
***
Greipel gana la cuarta etapa del Down Under. Ya lleva tres victorias esta temporada.
Hete aquí que, por esas cosas típicas de Italia -país que está viviendo un divertidísimo momento político-, resulta que este año la llegada en Vía Roma está en obras. No es una gran avenida ni una gran infraestructura. Es la calle ancha de un pueblo de mar. Lo que en cualquier país civilizado llevaría tres-cuatro meses de reforma completa, en Italia se alarga muuuuucho, porque hay muchas bocas que amamantar y las resecas tetas de la mamma-Stato tienen que dar para todos. No es raro que en Italia existan obras que empiezan y nunca se acaban. Es un paisaje tan característico como los cipreses de Toscana o las góndolas en Venecia. Por doquier es posible ver hospitales sin acabar, pivotes de viaductos sin plataforma encima, svincoli que no llevan a ningún sitio y la dejadez más absoluta. Los llaman palazzi nel deserto. La Mafia es una de las causas (ganan el contrato con una empresa-fantasma, cobran el dinero y dejan la obra sin hacer, o con materiales de baja calidad que después provocan tragedias), pero también la dejadez de un Estado fallido en el que no debería dejar de mirarse España para cuando acabe la bonanza económica. Para evitar cometer los mismos errores.
Para dar todavía más problemas, este año la San Remo cae en pleno Sábado de Pascua, porque el calendario es así de caprichoso. Será el 22 de marzo, y es una de las pocas fechas entre el Festival de la Canción y el verano en que la pequeña ciudad turística sale de su modorra estacional. Los comerciantes no están por la labor de que una carrera ciclista paralice todo el centro durante todo un día. Así las cosas, RCS Sport, la empresa organizadora, está considerando llevar el final de la carrera más mítica del calendario a otra parte. La primera opción es Corso Cavalloti, donde estaba la meta hasta 1993. Los ciclistas se encontrarían con una de las victorias que justifican una vida deportiva nada más bajar el Poggio. Perfecto para las fugas: de haber sido así en los dos últimos años, en 2006 la victoria podría haber sido para Pozzato, Astarloa o S. Sánchez, y en 2007 entre Riccó y Gilbert. Habrá a alguien a quien le guste. Parece ser que los organizadores viven en sus cabales, y ya saben que significa esto.
En 1993 se formó un tapón fenomenal en Corso Cavalloti, y Cipollini acabó estampando su bicicleta -pero no su cara, muy cuco él- contra el coche de Carmine Castellano, que no salía de su asombro. Nadie quiere que vuelva a pasar lo mismo. Sólo algún aficionado que vive del recuerdo de la remontada de Kelly en 1992 y que nunca ha organizado una carrera. La opción más factible es esta (conviene ir mirando el mapa): cuando se llegue al Zampillo (la zona ancha de Vía Roma, donde confluye con Vía XX Settembre), se coge Vía Nino Bixio, que va paralela a la antigua llegada pero por el lado del mar. No hay curva cerrada ni nada parecido. Se pasa delante del puerto y, a la altura de Corso Monbello, una curva peligrosa a izquierda para embocar los jardines de Vittorio Veneto. Habrá que reformar de alguna manera ese contratiempo, porque la montonera puede ser de antología. La llegada está 100 metros después, al lado del mar.
Al final, la San Remo ha cambiado. Una serie de factores extradeportivos tiene la culpa. Ya veremos en que queda el asunto, pero difícilmente será para bien. Que vayan avisando a Freire, que este año tendrá que ir mejor colocado que nunca. O repetir la hazaña de Verona 99. Amén.
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Greipel gana la cuarta etapa del Down Under. Ya lleva tres victorias esta temporada.
24 enero, 2008
¡Las caenas, queremos las caenas!
La frase del título nunca se pronunció. Fue una burla inventada por los liberales, a los que les quedaba muy poco hasta su persecución y exilio, cuando reflexionaban sobre los vítores y clamores con los que el pueblo español recibía en 1814 a Fernando VII. El rey no tardó en abolir La Pepa, restaurar el absolutismo (y la Inquisición) y volver, en definitiva, al Antiguo Régimen. Los liberales no salían de su asombro, y se inventaron esa burla, de gran arraigo en el imaginario popular.
Quizás denote algo intrínseco de este país. Hay que leer con mucho estupor que los responsables de la Vuelta quieren volver al calendario antiguo. Por cómo está escrita ("la lejanísima Australia, uno se imagina que esquivando canguros y saludando a los koalas por las carreteras", como si aquí en España uno tuviese que esquivar toreros y evitar que los hombres peguen a las mujeres, por no citar otros tópicos más manidos), la foto que la ilustra (después el malo soy yo) y las declaraciones de los mandamases de Unipublic que se reproducen ("Los buenos somos nosotros y, como el Llanero Solitario, ganaremos la guerra", una referencia a la cultura popular de los años cincuenta, donde se quedaron estos señores). Pero lo que importa es el contenido.
A mí no me cabe ninguna duda de que, salvo poquísimas excepciones, cualquier tiempo pasado fue peor. Es cierto que se tiende a idealizar lo vivido, y que se edulcora el pasado hasta extremos que no tienen nada que ver con la realidad. Puede que sea el caso. La Vuelta en primavera era un cádaver. Las ediciones de 1993 y 1994, las últimas disputadas en abril-mayo, no contaron con ningún equipo de fuera que trajese a un corredor más allá de la categoría C. Para completar el plantel, hubo que recurrir a equipos como el austríaco Varta, que ya no tenía integrantes a mitad de carrera. Las únicas estrellas extranjeras eran las enroladas en equipos españoles (Rominger en el Clas y Zulle en Once). Y eso por no hablar de la nieve, frecuente en esas fechas, y que obligaba a anular etapas como la de 1991, o directamente mutilarlas como Navacerrada 1994.
Bueno, pues para los dirigentes de Unipublic eso era el Paraíso, del que fueron expulsados por la UCI con su espada flamigerante. Sólo en la edición de 1995, la primera de septiembre, vinieron Rijs (tercero en el Tour de ese año), Virenque y Bartoli, que estuvo disputando hasta el final. En 1996 Dufaux, ganador de la reina del Tour. En 1998 Armstrong. En 1999 Ullrich, que ganó. Y hasta la situación actual, donde en la última Vuelta vinieron todos los grandes sprinters del mundo, un buen puñado de los mejores clasicómanos, el número uno del mundo y 2º en el Tour, además de Menchov. Por la mitad de eso, sólo por la mitad, en el Giro pagarían dinero.
El cambio a abril-mayo sería un suicidio. El acierto de la Vuelta en septiembre es que, por una parte acumula a los que preparan el Mundial, y por otra a los que han suspendido en julio y tienen que aprobar en septiembre. En primavera no vendrían: 1) ni la gente de clásicas, agotada tras abril, su mes; 2) menos sprinters; 3) ningún aspirante al Tour que no viniese a rodar, como Rasmussen en el Giro 2007. Pero bueno, Unipublic es una empresa privada, y que hagan con su carrera lo que quieran. Hoy, en septiembre, solo tienen que competir con Plouay, Polonia y Benelux, carreras que no disputa ningún corredor de espesor. En primavera, con Romandía y carreras que están yendo hacia arriba, como las regionales alemanas. Ya vendrán los lloros. De momento, ahí está la petición de caenas. Un auténtico suicidio deportivo. Por cierto, muy bueno eso de que Sastre acabó la Vuelta 2007 con un 37% de hematocrito, una cifra biafreña. ¡Al menos de este corredor -y su sucesor, porque es el arquetipo del corredor español- tendrían asegurada la participación! ¡Pero es que ahora ya la tienen!.
***
Para Allan dopaje por objetivos Davis la tercera etapa de Down Under. Al contrario de lo que pueda parecer, es la segunda victoria ProTour del fénomeno medio vasco. La primera fue el año pasado, con Discovery, en una etapa de la Volta, con curva a 100 metros de meta, y ante un plantel...bueno, el plantel que tiene la Volta. Ahora está enrolado en un equipo de retales australianos que tiene nombre de empresa pública española del franquismo (UNISA), e intentando que alguien lo fiche para poder ir a la San Remo y, con un poco de suerte, subir un escalón en el podio. Ese podio que nadie recuerda, del que todo escamotean la foto -hasta sus paisanos de cyclingnews.com- y que ahí sigue, para vergüenza de todos. Este no se ha ido a Portugal porque le queda lejos -tampoco tanto, vive en Oiartzun-, pero no estaría mal que se quedase en Australia.
Quizás denote algo intrínseco de este país. Hay que leer con mucho estupor que los responsables de la Vuelta quieren volver al calendario antiguo. Por cómo está escrita ("la lejanísima Australia, uno se imagina que esquivando canguros y saludando a los koalas por las carreteras", como si aquí en España uno tuviese que esquivar toreros y evitar que los hombres peguen a las mujeres, por no citar otros tópicos más manidos), la foto que la ilustra (después el malo soy yo) y las declaraciones de los mandamases de Unipublic que se reproducen ("Los buenos somos nosotros y, como el Llanero Solitario, ganaremos la guerra", una referencia a la cultura popular de los años cincuenta, donde se quedaron estos señores). Pero lo que importa es el contenido.
A mí no me cabe ninguna duda de que, salvo poquísimas excepciones, cualquier tiempo pasado fue peor. Es cierto que se tiende a idealizar lo vivido, y que se edulcora el pasado hasta extremos que no tienen nada que ver con la realidad. Puede que sea el caso. La Vuelta en primavera era un cádaver. Las ediciones de 1993 y 1994, las últimas disputadas en abril-mayo, no contaron con ningún equipo de fuera que trajese a un corredor más allá de la categoría C. Para completar el plantel, hubo que recurrir a equipos como el austríaco Varta, que ya no tenía integrantes a mitad de carrera. Las únicas estrellas extranjeras eran las enroladas en equipos españoles (Rominger en el Clas y Zulle en Once). Y eso por no hablar de la nieve, frecuente en esas fechas, y que obligaba a anular etapas como la de 1991, o directamente mutilarlas como Navacerrada 1994.
Bueno, pues para los dirigentes de Unipublic eso era el Paraíso, del que fueron expulsados por la UCI con su espada flamigerante. Sólo en la edición de 1995, la primera de septiembre, vinieron Rijs (tercero en el Tour de ese año), Virenque y Bartoli, que estuvo disputando hasta el final. En 1996 Dufaux, ganador de la reina del Tour. En 1998 Armstrong. En 1999 Ullrich, que ganó. Y hasta la situación actual, donde en la última Vuelta vinieron todos los grandes sprinters del mundo, un buen puñado de los mejores clasicómanos, el número uno del mundo y 2º en el Tour, además de Menchov. Por la mitad de eso, sólo por la mitad, en el Giro pagarían dinero.
El cambio a abril-mayo sería un suicidio. El acierto de la Vuelta en septiembre es que, por una parte acumula a los que preparan el Mundial, y por otra a los que han suspendido en julio y tienen que aprobar en septiembre. En primavera no vendrían: 1) ni la gente de clásicas, agotada tras abril, su mes; 2) menos sprinters; 3) ningún aspirante al Tour que no viniese a rodar, como Rasmussen en el Giro 2007. Pero bueno, Unipublic es una empresa privada, y que hagan con su carrera lo que quieran. Hoy, en septiembre, solo tienen que competir con Plouay, Polonia y Benelux, carreras que no disputa ningún corredor de espesor. En primavera, con Romandía y carreras que están yendo hacia arriba, como las regionales alemanas. Ya vendrán los lloros. De momento, ahí está la petición de caenas. Un auténtico suicidio deportivo. Por cierto, muy bueno eso de que Sastre acabó la Vuelta 2007 con un 37% de hematocrito, una cifra biafreña. ¡Al menos de este corredor -y su sucesor, porque es el arquetipo del corredor español- tendrían asegurada la participación! ¡Pero es que ahora ya la tienen!.
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Para Allan dopaje por objetivos Davis la tercera etapa de Down Under. Al contrario de lo que pueda parecer, es la segunda victoria ProTour del fénomeno medio vasco. La primera fue el año pasado, con Discovery, en una etapa de la Volta, con curva a 100 metros de meta, y ante un plantel...bueno, el plantel que tiene la Volta. Ahora está enrolado en un equipo de retales australianos que tiene nombre de empresa pública española del franquismo (UNISA), e intentando que alguien lo fiche para poder ir a la San Remo y, con un poco de suerte, subir un escalón en el podio. Ese podio que nadie recuerda, del que todo escamotean la foto -hasta sus paisanos de cyclingnews.com- y que ahí sigue, para vergüenza de todos. Este no se ha ido a Portugal porque le queda lejos -tampoco tanto, vive en Oiartzun-, pero no estaría mal que se quedase en Australia.
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Allan Davis,
ciclismo
23 enero, 2008
El segundo Tour de Contador, en el aire
El titular ofende. Por una vez no es por lo que contiene, sino por cómo está escrito: "El Tour no le garantiza la participación a Contador" . Ya me dirán que aportación linguística y semántica aporta más allá del evidente y menos chirriante "El Tour no garantiza la participación de Contador", pero visto que el periodista está en dejación de funciones, que menos que pensar que los correctores y redactores-jefe hagan lo mismo. Ahí queda otro testimonio de: 1) la decadencia de un periódico; 2) la imparable expansión del leísmo por Madrid.
El artículo, breve como si fuese una nota de prensa del Astana, dice que L´Equipe, ese monstruo bifronte, ya ha lanzado la caza a Contador. Que ya le habían comentado algo a Bruyneel y que ayer lo publicó. Contador puede que no esté en el Tour 2008. ¿Razones? La pestilencia de su equipo, que habrá cambiado muchas cosas, pero no una de las más importantes (¡el nombre!), y que "una sombra planea sobre el rendimiento de Contador", bastante evidente para cualquiera que viese la subida al Peyresourde. El periodista Arribas ni siquiera habla de la etapa de Pratovenoso y el día de descanso en Cuneo, territorio italiano y bajo la jurisdicción de Ettore Torri, dispuesto a esclarecer si las siglas A.C corresponden a Alberto Contador.
Bruyneel dice que, sin embargo, la Paris-Niza, también organizada por la socieda del Tour, sigue en el calendario, y se pregunta "¿Cúal es la diferencia?". Ejem, pongamos en antecedentes. Estamos hablando de una persona que, a pesar de llevar sentado en un coche de equipo desde 1999 y haber ganado todas las grandes vueltas, hace poco afirmaba no conocer ni a Basso ni a Klöden. Normal que se haga esas preguntas. La diferencia es que mientras la Paris-Niza es la Paris-Niza, el Tour es el Tour. Tan simple como eso. Y ambas son llevadas por una organización privada que decide quien participa y quien no: como en las discotecas con el derecho de admisión.
Dicho esto, Arribas concluye su servicio a la causa -la enésima- con un auténtico inserto publicitario, un cortapega obsceno: "El Astana ha invertido 460.000 euros en medidas antidopaje: 120.000 para el pasaporte biológico, como todos los equipos; 300.000 para un plan interno dirigido por el danés Rasmus Damsgaard, y 40.000 para un sistema propio de localización de corredores.". Y se queda tan ancho. Miren, no es por ser pejiguero, pero la cuantía de esa última partida, que se presenta como una garantía de limpieza, equivale a la misma cantidad que se está gastando el equipo en su retiro de Nuevo México, entre estancia, hoteles y viaje. Si tan limpios están, ¿por qué no se quedan en Almería? Si tanto les cuesta las medidas antidopaje, ¿por que se hacen esos viajes tan exóticos? Arribas no está para hacerse esas preguntas, pero si de correa de transmisión de sus amigos.
***
Segunda etapa del Down Under para Greipel, un sprinter de tercera fila del T-Mobile (ahora Team High Road). Para el que se sienta ofendido porque piense que Greipel es mucho más que eso: la primera fila la forman Cavendish y Ciolek; y la segunda Burghardt y Eisel.
***
Interviú publica esta semana la entrevista que la revista alemana Stern realizó a Eufemiano del Gran Poder allá por noviembre, y que dió sonoros titulares como "no se si me darán el Nobel". Como la entrevista no tiene nada -pero nada de verdad-, los de Interviú adornan la exclusiva diciendo que el canario intentó evitar su publicación, y que al menos se ha salido con la suya en lo concerniente a las fotos con su mujer. Vano excusa, pues está pesimamente traducida y sirve de tan-tan para las mentiras del hemodruida: que si su hijo fue identificado en Alemania cuando estaba en casa de su colega Choina, que si su mujer no aguanta ni el frío de Barcelona (¿¿??), razón de peso por la que rechazó la oferta del F.C.B, y que cobra 2.500 euros como médico de familia en Gran Canaria.
Por lo demás, la vida sigue siendo igual.
El artículo, breve como si fuese una nota de prensa del Astana, dice que L´Equipe, ese monstruo bifronte, ya ha lanzado la caza a Contador. Que ya le habían comentado algo a Bruyneel y que ayer lo publicó. Contador puede que no esté en el Tour 2008. ¿Razones? La pestilencia de su equipo, que habrá cambiado muchas cosas, pero no una de las más importantes (¡el nombre!), y que "una sombra planea sobre el rendimiento de Contador", bastante evidente para cualquiera que viese la subida al Peyresourde. El periodista Arribas ni siquiera habla de la etapa de Pratovenoso y el día de descanso en Cuneo, territorio italiano y bajo la jurisdicción de Ettore Torri, dispuesto a esclarecer si las siglas A.C corresponden a Alberto Contador.
Bruyneel dice que, sin embargo, la Paris-Niza, también organizada por la socieda del Tour, sigue en el calendario, y se pregunta "¿Cúal es la diferencia?". Ejem, pongamos en antecedentes. Estamos hablando de una persona que, a pesar de llevar sentado en un coche de equipo desde 1999 y haber ganado todas las grandes vueltas, hace poco afirmaba no conocer ni a Basso ni a Klöden. Normal que se haga esas preguntas. La diferencia es que mientras la Paris-Niza es la Paris-Niza, el Tour es el Tour. Tan simple como eso. Y ambas son llevadas por una organización privada que decide quien participa y quien no: como en las discotecas con el derecho de admisión.
Dicho esto, Arribas concluye su servicio a la causa -la enésima- con un auténtico inserto publicitario, un cortapega obsceno: "El Astana ha invertido 460.000 euros en medidas antidopaje: 120.000 para el pasaporte biológico, como todos los equipos; 300.000 para un plan interno dirigido por el danés Rasmus Damsgaard, y 40.000 para un sistema propio de localización de corredores.". Y se queda tan ancho. Miren, no es por ser pejiguero, pero la cuantía de esa última partida, que se presenta como una garantía de limpieza, equivale a la misma cantidad que se está gastando el equipo en su retiro de Nuevo México, entre estancia, hoteles y viaje. Si tan limpios están, ¿por qué no se quedan en Almería? Si tanto les cuesta las medidas antidopaje, ¿por que se hacen esos viajes tan exóticos? Arribas no está para hacerse esas preguntas, pero si de correa de transmisión de sus amigos.
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Segunda etapa del Down Under para Greipel, un sprinter de tercera fila del T-Mobile (ahora Team High Road). Para el que se sienta ofendido porque piense que Greipel es mucho más que eso: la primera fila la forman Cavendish y Ciolek; y la segunda Burghardt y Eisel.
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Interviú publica esta semana la entrevista que la revista alemana Stern realizó a Eufemiano del Gran Poder allá por noviembre, y que dió sonoros titulares como "no se si me darán el Nobel". Como la entrevista no tiene nada -pero nada de verdad-, los de Interviú adornan la exclusiva diciendo que el canario intentó evitar su publicación, y que al menos se ha salido con la suya en lo concerniente a las fotos con su mujer. Vano excusa, pues está pesimamente traducida y sirve de tan-tan para las mentiras del hemodruida: que si su hijo fue identificado en Alemania cuando estaba en casa de su colega Choina, que si su mujer no aguanta ni el frío de Barcelona (¿¿??), razón de peso por la que rechazó la oferta del F.C.B, y que cobra 2.500 euros como médico de familia en Gran Canaria.
Por lo demás, la vida sigue siendo igual.
22 enero, 2008
La temporada ha empezado
¿Cómo? ¿Y quién ha ganado? ¿Y dónde? Pues la temporada empezó ayer (por hoy) en la otra punta del mundo, en Australia. La carrera es nada menos que el Down Under, con nueve años de antiguedad, y con nombre que parece un insulto doble. La prueba, que ha ido creciendo con los años y la mejora económica de los equipos, a los que no les importa enviar sus efectivos a Australia en enero, teniendo un clima peor que el de Almería (41º frente a 22º), ha sido beatificada con la inclusión en la categoría ProTour.
Primera etapa, y primer sprint. Siempre ha sido un coto de sprinters, que nadie se extrañe. Esta vez el agraciado ha sido Mark Renshaw, del que se prometían grandes cosas cuando debutó mozalbete, y que obtiene su primera victoria "de prestigio" en esta carrera. Dicen que hay un buen vivero de jóvenes canguros para sustituir a los incombustibles McEwen y O´Grady, pero me parece que Mathew Goss está varios mundos por encima de Renshaw. O por lo menos está en el CSC, un equipo que le puede ofrecer mucho más que el Credit Agricole. Segundo J.J Rojas, en su posición habitual.
Y poco más. No hay ni fotos, uno de los alicientes del inicio de temporada para ver los cambios en los maillots. Esta es la primera prueba de la temporada de un deporte que languidece.
***
El Slipstream, el engrendo americo-gerundés, invitado al Giro de Italia.
Primera etapa, y primer sprint. Siempre ha sido un coto de sprinters, que nadie se extrañe. Esta vez el agraciado ha sido Mark Renshaw, del que se prometían grandes cosas cuando debutó mozalbete, y que obtiene su primera victoria "de prestigio" en esta carrera. Dicen que hay un buen vivero de jóvenes canguros para sustituir a los incombustibles McEwen y O´Grady, pero me parece que Mathew Goss está varios mundos por encima de Renshaw. O por lo menos está en el CSC, un equipo que le puede ofrecer mucho más que el Credit Agricole. Segundo J.J Rojas, en su posición habitual.
Y poco más. No hay ni fotos, uno de los alicientes del inicio de temporada para ver los cambios en los maillots. Esta es la primera prueba de la temporada de un deporte que languidece.
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El Slipstream, el engrendo americo-gerundés, invitado al Giro de Italia.
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18 enero, 2008
Pavarotti no ha muerto
Hay una geografía de la noticia. Por ejemplo, cada vez que se produce una decisión absurda de un juez, suele provenir de Cataluña, igual que accidente de circulación con varios jóvenes muertos pasa frecuentemente en Galicia, como denunció el director de la DGT sin mucha sorpresa. Italia está especializada en producir noticias estúpidas, absurdas, como el propio país, sumido en un proceso de decadencia que no tiene fin.
Hace unos días un periodista tan obtruso como Gómez Peña (recordar sus insultos a Manzano) dedicaba una amplia noticia a una noticia estúpida, imbécil. La noticia llama al periodista, de la misma forma que el imán al clavo. Ni era de ciclismo, ni era un corredor en activo, ni se refería a hechos recientes, ni que pudiesen afectar mínimamente. Cabe la posibilidad de que todo fuese un ardid para publicar una foto homoerótica, vaya usted a saber. Y si alguien piensa que la noticia tiene su interés, ¿por qué no se dedicó la misma atención al dinero negro como el betún que factura el ciclismo, como dejó demostrado la Operación Puerto? Será que es enero y no hay gran cosa que escribir, pero tiene narices que un eslabón como Gómez Peña dedique el mayor artículo en este último mes a estos asuntos.
Ahora la noticia, en exclusiva de la Gazzetta dello Sport con tanto de espacio y cobertura, es que Cipollini vuelve. Como lo han oído. 40 años y enrolado en un equipo americano de nueva creación, el Rock&Republic. Tiene nombre de cadena del grupo Inditex, o de pesadilla de Pocock o Madison. Por supuesto, tienen la aspiración de convertirse en cinco años "en el mejor equipo del mundo", como en su día el Phonak y tantos otros. Correrá el circuito americano, caracterizado precisamente por eso: por ser circuitos. La especialidad de Cipollini, ganador en el 90% de las etapas que acababan en dos vueltas finales a un circuito. Sólo hace falta recordar el churro-Mundial que ganó...
Pero no es esa la característica descollante del ciclismo en EE.UU, que vá. Es la absoluta permisividad con el doping. Es una tendencia que se acentuará con el el tiempo. Será como la WWF y Hulk Hogan. Un circuito de hombres-monstruo, donde las carreras serán un pierdepaga entre Landis, Hamilton y Basso. Perfecto para Pavarotti. Cipollini, que vivió su mejor temporada con 35 años y la sangre en Madrid, se papó ese año San Remo, noveno en Flandes, Gante, seis etapas en el Giro y tres en la Vuelta, más el Mundial. Como aquello era un cantazo, y debió pitar la máquina en alguna ocasión, en julio dijo que dejaba el ciclismo, para después desdecirse. Y todo por el Tour, carrera en la que dejó de participar con 30 años.
Y que conste que lo de Pavarotti no me lo invento yo. Que vá. Salió publicado en este medio tan serio, sin que nadie lo contradijese y, mucho menos, sin que el afectado anunciase querellas o resarcimiento de daños. A la italiana, se publicó y Cipollini siguió siendo un héroe. Incluso en lo de eludir el fisco. Y los controles antidoping. Y en eso de abandonar a su mujer en cuanto dejó el ciclismo. El hombre-espectáculo, le llamaban. Por eso se va a la tierra del entretenimiento y el espectáculo, en calidad de fiera. Es el Beckham del ciclismo. Con 40 años y a seguir rugiendo. Que no le pase como a su alter-ego, que pasó a mejor vida el año pasado. Por cierto, también defraudaba al fisco, pero no pudo engañar a la muerte. ¿Cúanto dedicará Gómez Peña a la noticia?
Hace unos días un periodista tan obtruso como Gómez Peña (recordar sus insultos a Manzano) dedicaba una amplia noticia a una noticia estúpida, imbécil. La noticia llama al periodista, de la misma forma que el imán al clavo. Ni era de ciclismo, ni era un corredor en activo, ni se refería a hechos recientes, ni que pudiesen afectar mínimamente. Cabe la posibilidad de que todo fuese un ardid para publicar una foto homoerótica, vaya usted a saber. Y si alguien piensa que la noticia tiene su interés, ¿por qué no se dedicó la misma atención al dinero negro como el betún que factura el ciclismo, como dejó demostrado la Operación Puerto? Será que es enero y no hay gran cosa que escribir, pero tiene narices que un eslabón como Gómez Peña dedique el mayor artículo en este último mes a estos asuntos.
Ahora la noticia, en exclusiva de la Gazzetta dello Sport con tanto de espacio y cobertura, es que Cipollini vuelve. Como lo han oído. 40 años y enrolado en un equipo americano de nueva creación, el Rock&Republic. Tiene nombre de cadena del grupo Inditex, o de pesadilla de Pocock o Madison. Por supuesto, tienen la aspiración de convertirse en cinco años "en el mejor equipo del mundo", como en su día el Phonak y tantos otros. Correrá el circuito americano, caracterizado precisamente por eso: por ser circuitos. La especialidad de Cipollini, ganador en el 90% de las etapas que acababan en dos vueltas finales a un circuito. Sólo hace falta recordar el churro-Mundial que ganó...
Pero no es esa la característica descollante del ciclismo en EE.UU, que vá. Es la absoluta permisividad con el doping. Es una tendencia que se acentuará con el el tiempo. Será como la WWF y Hulk Hogan. Un circuito de hombres-monstruo, donde las carreras serán un pierdepaga entre Landis, Hamilton y Basso. Perfecto para Pavarotti. Cipollini, que vivió su mejor temporada con 35 años y la sangre en Madrid, se papó ese año San Remo, noveno en Flandes, Gante, seis etapas en el Giro y tres en la Vuelta, más el Mundial. Como aquello era un cantazo, y debió pitar la máquina en alguna ocasión, en julio dijo que dejaba el ciclismo, para después desdecirse. Y todo por el Tour, carrera en la que dejó de participar con 30 años.
Y que conste que lo de Pavarotti no me lo invento yo. Que vá. Salió publicado en este medio tan serio, sin que nadie lo contradijese y, mucho menos, sin que el afectado anunciase querellas o resarcimiento de daños. A la italiana, se publicó y Cipollini siguió siendo un héroe. Incluso en lo de eludir el fisco. Y los controles antidoping. Y en eso de abandonar a su mujer en cuanto dejó el ciclismo. El hombre-espectáculo, le llamaban. Por eso se va a la tierra del entretenimiento y el espectáculo, en calidad de fiera. Es el Beckham del ciclismo. Con 40 años y a seguir rugiendo. Que no le pase como a su alter-ego, que pasó a mejor vida el año pasado. Por cierto, también defraudaba al fisco, pero no pudo engañar a la muerte. ¿Cúanto dedicará Gómez Peña a la noticia?
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16 enero, 2008
Llamándose HumanPlasma....
La televisión pública alemana ARD ha investigado una noticia de la semana pasada relativa al doping sanguíneo. Al parecer, se había descubierto que una clínica vienesa de nombre HumanPlasma trataba a 30 deportistas de élite. La pista la puso la huída, con pies en polvorosa, de gran parte del equipo austríaco de esquí de fondo (ese deporte con tantas similitudes con el ciclismo en cuanto a resistencia) en el truño de JJ.OO de Turín 2006. Por supuesto, una de las medallas se las llevó otro DiCenta, pariente de Manuela DiCenta, el primer éxito de Michelle Ferrari, pero esa es otra historia. Dicen que al menos 20 deportistas son alemanes. Y hay ciclistas.
El que parece más individualizado es Georg Tosching, ya retirado. Es un caso peculiar. Durante mucho tiempo fue el único austríaco de relieve junto a Luttemberger (otro que obtuvo sus mayores éxitos en 1996, enrolado en el Carrera de Pantani y Chiappucci, para acabar en el CSC), y empezó muy joven a despuntar. En 1994, como neoprofesional, acaba 13º en el Giro. Y ese Giro se corrió a toda pastilla, en toda la amplitud del término. Al año siguiente aún mejor, 9º, y segundo en una etapa de montaña. En 1996 acaba 6º en la Vuelta, enrolado en aquel Polti de Rebellin y Giannetti, que como unos machotes entraron después de Zipi y Zape (Jalabert/Zulle) en la etapa de los Lagos. Al año siguiente cambia, ay, ay, al Telekom. Se queda con los alemanes cuatro años, en donde su carrera se estanca. En 2001 cambia al Gerolsteiner, por entonces un equipo muy menor, donde vuelve a carburar. En 2002 7º final en el Giro, mejorado al año siguiente con un espectacular 5º puesto. En el año 2004, con 33 años, hace cuarto en Suiza+etapa y ¡séptimo en el Tour!. Y el de 2004 no fue un Tour regalado, como el de Urco. Al año siguiente obtiene su gran victoria, una etapa pirenaica en la ronda francesa. Se retira en 2006 después de Lombardía. Como dicen muchos ciclistas de hoy en día, "se puede seguir mejorando después de los 30". Y tanto.
En el mismo reportaje de la ARD se citan otros tres ciclistas, los tres del Rabobank. Rasmussen, del que poco se puede añadir; Boogerd, sobre el que encontraríamos la razón de su espectacular rendimiento en 2007, la temporada de su adiós, subiendo los puertos del Tour a la misma velocidad que su malogrado compañero de equipo, pero con 35 tacos; y Menchov. Me detendré más sobre este corredor, al que puede afectar más el escándalo. Hay que moverse con precaución. Es la tercera vez que un escándalo gira en torno al ruso. El diario holandés De Telegraaf le implicó, junto a Flecha, en los primeros compases de la Operación Puerto. Después no confirmó la noticia, que no fue secundada por ningún medio. En septiembre el diario As le preguntó si era cierto que estaba entrenándose con Rasmussen el día que le vió Cassani. El ruso escurrió el bulto. Y ahora esto.
Por Arribas -que no es una fuente fiable- sabemos que Menchov abandonó a Cecchini, con tanto de teatralidad, hace dos años. En principio, no tiene mucho sentido que se buscase la clínica hematológica en Viena, que está como a 2.000 kms. de Pamplona, su lugar de residencia. El aeropuerto más cercano con vuelos a la capital austríaca es Barcelona, a cuatro horas de coche. Pero bueno, también a Xabier G. Luque le encanta contar que en un Tour cruzó los Pirineos solo para comerse un chuletón en su patria adoptiva. Habrá que esperar un poco más, a ver que se va descubriendo. Por razones que no vienen a cuento, conozco bastante bien Viena. La clínica está en Viena-9, en Alsergrund. Es el pleno centro. Tras Zurbano, 92, se confirma que las covachuelas de los hemodruidas están en los barrios bien, "no precisamente un descampado", como lo describió en su momento un lector. Pero lo peor de todo es el nombre. HumanPlasma. Ya está todo dicho.
***
Esta es buena. Schumacher dice que su positivo por la anfeta Cathine se debe a que se la dio su madre. Ya no respetan nada.
***
32 años, una Vuelta a España, siete etapas en las tres grandes vueltas, una Vuelta a Suiza. 32 años, con antecedentes penales y ahora mismo en el calabozo. Se trata de la misma persona. El que quiera saber más sobre esta persona, mejor que acuda a la prensa local. No está nada mal la crónica.
***
Sobre el himno. Habría querido escribir algo antes, pero el COI ya lo va a retirar. Mi opinión no difiere mucho de la de un editorial del bastante inteligente director de El País, Javier Moreno. Buen lector de Álvarez Junco, dijo que los himnos son "los deberes del siglo XIX, y que si no se hicieron entonces, difícilmente calarán hoy día". O algo así. La letra y el tono, clavado de aquel Pemán gaditano, y la posibilidad de oirlo cantar a Contador, hacían que la propuesta fuese descabellada. Y que a nadie le pase por alto que ha sido desde el deporte donde se ha impulsado esta majadería.
¡A ver si aprenden alguna vez que tampoco el La-La-La de Serrat/Massiel tiene estribillo! ¡Que esa es nuestra tradición! ¡Tararear las canciones!
***
Dicen que no se va a celebrar la Vuelta a Valencia.
Esta es buena. Schumacher dice que su positivo por la anfeta Cathine se debe a que se la dio su madre. Ya no respetan nada.
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32 años, una Vuelta a España, siete etapas en las tres grandes vueltas, una Vuelta a Suiza. 32 años, con antecedentes penales y ahora mismo en el calabozo. Se trata de la misma persona. El que quiera saber más sobre esta persona, mejor que acuda a la prensa local. No está nada mal la crónica.
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Sobre el himno. Habría querido escribir algo antes, pero el COI ya lo va a retirar. Mi opinión no difiere mucho de la de un editorial del bastante inteligente director de El País, Javier Moreno. Buen lector de Álvarez Junco, dijo que los himnos son "los deberes del siglo XIX, y que si no se hicieron entonces, difícilmente calarán hoy día". O algo así. La letra y el tono, clavado de aquel Pemán gaditano, y la posibilidad de oirlo cantar a Contador, hacían que la propuesta fuese descabellada. Y que a nadie le pase por alto que ha sido desde el deporte donde se ha impulsado esta majadería.
¡A ver si aprenden alguna vez que tampoco el La-La-La de Serrat/Massiel tiene estribillo! ¡Que esa es nuestra tradición! ¡Tararear las canciones!
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Dicen que no se va a celebrar la Vuelta a Valencia.
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14 enero, 2008
Vamos juntos hasta Italia
Allá por octubre de 1995 Marco Pantani era atropellado, junto a otros dos corredores, bajando Superga en la Milán-Turín. Era el primer año del cambio de la Vuelta y el Mundial a final de temporada, y el calvo italiano llegaba fresco con su bronce conquistado en Duitama, una carrera que hay que ver con muchísima indulgencia. Un todoterreno, a la mejor manera italiana, se saltó por la torera il divieto di circolazione y se metió de frente, arrollando a los rezagados del pelotón. El impacto fue brutal, baste con decir que los otros dos implicados nunca pudieron volver a competir. Pantani sí. O no.
Ingresado en el hospital de urgencia, con una pierna muy maltrecha, los doctores le sacaron sangre y descubrieron que tenía un hematocrito del 60%. Pantani siempre dijo que era porque venía de estar en altura y bla-bla-bla, ya saben. Pero nunca convenció al fiscal irreductible al frente del pubblico ministerio de Turín , Raffaelle Guariniello. Especializado en seguridad en el trabajo, salud y medio ambiente, ya se había hecho relativamente famoso en los años ochenta, cuando investigó a la poderosa empresa química SUVA, donde trabajaba Primo Levi. Y se haría aún más famoso cuando investigó, juzgó y condenó el dopaje masivo con EPO de la Juventus entre 1994 y 1998. Ahora, por ejemplo, sigue la causa -que jamás se resolverá- de los más de 40 futbolistas italianos de los años 70 a los que ha afectado el Mal de Lou Gehrig. La esclerosis lateral. No es ninguna broma.
Cuanto Pantani murió, por inercia de las cosas, algunos apuntaron al intachable Guariniello, que sólo había hecho su trabajo, en vez de la política del avestruz que se practica en España, donde desde hace un año existe una fiscalía para el doping que no ha tramitado ni un mísero caso. Pronto callaron las voces. Ahora hay otro fiscal, en este caso desde el CONI, que sigue los pasos de Guariniello. Se llama Ettore Torri, y tras conseguir sancionar a Basso, Scarponi y Caruso -los tres italianos fehacientemente identificados de la Operación Puerto-, en algunos casos utilizando tretas propias de las novelas de detectives, no se ha detenido y ahora se ha arrogado de poderes para poder investigar a corredores no italianos.
La legislación antidopaje italiana es una de las más restrictivas del mundo. Lissavetzky, en un alarde de sinvergonzonería, dijo que hacía falta llegar a esos extremos. Tampoco dijo cúal es el extremo inferior, pero visto como ha gestionado este año y medio de O.P, se intuye que es muy bajo, casi tanto como la vista gorda o darle un soplamocos a un pequeño camello de Lérida. Ahora Ettore Torri ha comunicado que la Operación Puerto es un caso abierto -evidente-, y que a partir de febrero llamará a declarar a todos aquellos implicados que puedan aportar novedades. En caso de que alguien no colabore -lo más plausible-, no podrá competir en ningún evento deportivo que se dispute en Italia. No es sólo el Giro, una opción que el Euskaltel de González de Galdeano aplaudiría, sino también el Tour -etapa de Pratovenoso y día de descanso en Cuneo- y el Mundial de Varese.
Así las cosas, puede darse que en febrero veamos a Contador y Valverde viajar a Italia -este último lo hacía mucho, pero ahora ha cambiado hacía otro sitio al que pueda llegar con el Ferrari-, porque peligra su participación en dos de las citas más importantes de la temporada. Seguramente se llegará a un acuerdo. Ya saben que los italianos son de una cultura pactista. Pero como el fiscal Ettore Torri se enroque, tiene todos los poderes -y el precedente de Guariniello- para llevar adelante su investigación. Con todas sus consecuencias. Sin embargo, vuelven a tener motivos para no dormir tranquilos. Como si lo hubiesen hecho alguna vez desde el 22 de mayo de 2006.
***
(Actualización de las 12:20). Telele en Tortona, del que no se conocían declaraciones tras su sentido "Hai muita hipocresia" de agosto de 2006, vuelve a abrir la boca. Claro, como lo han botado del equipito...La terminología es suya, y la usa hasta la saciedad, en esa costumbre galaica de inventarse términos. ¿Lo peor de todo? Que con 36 años, su historial y su situación laboral actual, todavía no sabe si se va a retirar o no. Es una respuesta muy gallega. Habrá que responder con franquicia: no te quieren ni de percebeiro. Y con lo que podría cantar....
Ingresado en el hospital de urgencia, con una pierna muy maltrecha, los doctores le sacaron sangre y descubrieron que tenía un hematocrito del 60%. Pantani siempre dijo que era porque venía de estar en altura y bla-bla-bla, ya saben. Pero nunca convenció al fiscal irreductible al frente del pubblico ministerio de Turín , Raffaelle Guariniello. Especializado en seguridad en el trabajo, salud y medio ambiente, ya se había hecho relativamente famoso en los años ochenta, cuando investigó a la poderosa empresa química SUVA, donde trabajaba Primo Levi. Y se haría aún más famoso cuando investigó, juzgó y condenó el dopaje masivo con EPO de la Juventus entre 1994 y 1998. Ahora, por ejemplo, sigue la causa -que jamás se resolverá- de los más de 40 futbolistas italianos de los años 70 a los que ha afectado el Mal de Lou Gehrig. La esclerosis lateral. No es ninguna broma.
Cuanto Pantani murió, por inercia de las cosas, algunos apuntaron al intachable Guariniello, que sólo había hecho su trabajo, en vez de la política del avestruz que se practica en España, donde desde hace un año existe una fiscalía para el doping que no ha tramitado ni un mísero caso. Pronto callaron las voces. Ahora hay otro fiscal, en este caso desde el CONI, que sigue los pasos de Guariniello. Se llama Ettore Torri, y tras conseguir sancionar a Basso, Scarponi y Caruso -los tres italianos fehacientemente identificados de la Operación Puerto-, en algunos casos utilizando tretas propias de las novelas de detectives, no se ha detenido y ahora se ha arrogado de poderes para poder investigar a corredores no italianos.
La legislación antidopaje italiana es una de las más restrictivas del mundo. Lissavetzky, en un alarde de sinvergonzonería, dijo que hacía falta llegar a esos extremos. Tampoco dijo cúal es el extremo inferior, pero visto como ha gestionado este año y medio de O.P, se intuye que es muy bajo, casi tanto como la vista gorda o darle un soplamocos a un pequeño camello de Lérida. Ahora Ettore Torri ha comunicado que la Operación Puerto es un caso abierto -evidente-, y que a partir de febrero llamará a declarar a todos aquellos implicados que puedan aportar novedades. En caso de que alguien no colabore -lo más plausible-, no podrá competir en ningún evento deportivo que se dispute en Italia. No es sólo el Giro, una opción que el Euskaltel de González de Galdeano aplaudiría, sino también el Tour -etapa de Pratovenoso y día de descanso en Cuneo- y el Mundial de Varese.
Así las cosas, puede darse que en febrero veamos a Contador y Valverde viajar a Italia -este último lo hacía mucho, pero ahora ha cambiado hacía otro sitio al que pueda llegar con el Ferrari-, porque peligra su participación en dos de las citas más importantes de la temporada. Seguramente se llegará a un acuerdo. Ya saben que los italianos son de una cultura pactista. Pero como el fiscal Ettore Torri se enroque, tiene todos los poderes -y el precedente de Guariniello- para llevar adelante su investigación. Con todas sus consecuencias. Sin embargo, vuelven a tener motivos para no dormir tranquilos. Como si lo hubiesen hecho alguna vez desde el 22 de mayo de 2006.
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(Actualización de las 12:20). Telele en Tortona, del que no se conocían declaraciones tras su sentido "Hai muita hipocresia" de agosto de 2006, vuelve a abrir la boca. Claro, como lo han botado del equipito...La terminología es suya, y la usa hasta la saciedad, en esa costumbre galaica de inventarse términos. ¿Lo peor de todo? Que con 36 años, su historial y su situación laboral actual, todavía no sabe si se va a retirar o no. Es una respuesta muy gallega. Habrá que responder con franquicia: no te quieren ni de percebeiro. Y con lo que podría cantar....
11 enero, 2008
"Porque la EPO aún no estaba controlada"
Alla por mitad de los noventa, el Rey de España concedió una entrevista a una atractiva periodista inglesa, que logró penetrar en la intimidad del Monarca como ninguna otra. Antes o después. En el reportaje, se veían cosas bastante embarazosas como que no podía arrancar ni su propia moto (no sabía donde estaba el starter), hablaba como un trilero de las Ramblas, y en más de una ocasión quería seducir a la señorita del té a las cinco. ¿Y cómo logro esa entrevista? Por la intimidad. Hay dos formas de lograr ese tono en una entrevista: beber varias copas antes; o simplemente ser amigos.
Desconozco ese caso en concreto -no seré yo el que se sume a la moda de criticar al Rey-, pero en el de la entrevista que hoy traigo -gracias a un lector- se logra ese mismo grado de intimidad, y es por amistad. Hasta se dice explicitamente a lo largo de la charla distendida. Comparte otra característica con la referida anteriormente: es igual de bochornosa. Yo no voy a hablar del personaje entrevistado, que jamás ha merecido una miserable línea en este blog, solo de la entrevista. Y sí, es cierto que físicamente es una mezcla entre María Antonia Iglesias y Carmen de Mairena. Dicho esto sin acritud: las cosas como son. Estaría encantado de poner otro parecido, pero lo desconozco. Se admiten sugerencias.
A este personaje le devora un mal muy propio del ciclismo: el de creerse el factotum de todo. Una especie de rompeaguas fundacional: antes de mí, el caos, los vascos en cualquier equipo y Cristo en la Cruz; después de mí, el orden, el progreso y -por seguir con el lema de Brasil-, el tanga como mejora del rendimiento deportivo. Antes de abundar más en lo dicho, conviene recordar que el equipo que dirige está en franca regresión desde el año 2004. No está de más reseñar esto, visto que la entrevista empieza con un rotundo "la temporada pasada (...) marcó historia en el equipo".
No es ya que tengan de mánager del equipo a un corredor que aparece en la O.P, que dejó el ciclismo a los 31 años porque, por mucha mandanga que se metiese, su cuerpo ya se había pasado de rosca, y al que señala como el artífice de que para 2008 se verán otros frutos de su trabajo. Ahí queda eso. El de la anotación en el doc. 31 de la carpeta Liberty, con tanto de Actovegym, siberias y fuerza. Hablan del Giro. El personaje dicen que tiene "dos, tres o cuatro corredores de primer nivel" (a mí sólo me sale uno y el proyecto de otro) o que "es mucho marrón para nosotros". Y tanto. En 2007 Aketza Peña fue expulsado en plena carrera por su positivo por testosterona en una prueba de preparación en la que su equipo participaba por primera vez. Este año no repiten, claro. Esa encerrona no se hace. Supongo que se referirá a ese marrón.
Más adelante habla de que "nosotros este invierno ya hemos pasado tres (controles sorpresa)", un pequeño detalle que quizás augura un 2008 no tan exitoso como se prevé. Después de dos de los mejores ciclistas vascos, que están en otros equipos. Eso ha sido siempre así. Salvo Ibán Mayo y ese espectro que solo compite en el Tour llamado Zubeldia, los mejores ciclistas vascos han hecho la mayor parte de su carrera, cuando no toda su carrera, en otros equipos. Que cada uno saque sus conclusiones. El caso de Gárate le sulfura enormemente, y llega a espetar al periodista, "pero en este deporte hay otros temas y tú, que has sido corredor y ahora eres periodista, no deberías meter tanto el dedo en la llaga". Ni Mario Puzo, oigan.
Después hablan de un muñeco roto, al que el personaje trata como tal. Tras decir el periodista que "le da pena", la réplica es: "Y a mí, pero Iban tiene el problema que sus analíticas son siempre muy bajas. La UCI nos ha llegado a decir que le retiremos de las carreras, porque estaba anémico perdido". Hombre, pues si es solo eso...se puede pedir un certificado médico. ¡Cómo si fuese el primero!. Si los hay para excesos de valores, ¿cómo no los va a haber para déficit?. Ah, que es la salud. Ya, pero también en el exceso es la salud. Inexplicable, pero ejemplificativo.
Preguntado por "su mayor espina clavada en estos 15 años", la respuesta pasa a los anales del absurdo, y la reproduzco íntegramente: "La mayor es el positivo de Txema del Olmo en nuestro primer Tour. Fue el único positivo que salió, cuando, al parecer, hubo otros seis o siete más, porque la EPO aún no estaba controlada. Se ensañaron con nosotros, algo que ya sabíamos que iba a ocurrir, porque nada más llegar a Francia, nos estaban esperando en la puerta del hotel. Un comisario me preguntó que en dónde estaban los corredores, y le dije que en el avión, y me respondió que le estaba mintiendo. Le contesté que el único que mentía era él. Hizo una llamada y me dijo que quería controlar a Etxebarria. Le pregunté si a David o Unai, y ni sabía que había dos Etxebarrias, y entonces me dijo que los dos. Se fue, y vino con un documento que luego supimos que no era ni de la UCI. Los dos ciclistas pasaron el control. Dio la sensación de que el análisis era para demostrarnos que íbamos al Tour, pero ¡ojo! Cuando el no apto de Gorka González, había otros 14 ó 15 corredores en la misma situación. Esas espinas las tengo muy clavadas."
"Porque la EPO aún no estaba controlada". Como no había controles efectivos, a pesar de que fuese doping, barra libre. Franco y directo. Que pena que no hable más de G. González, el que justificó sus reticulitos porque venía de una marcha cicloturista. Pero bueno, acaba hablando de Aketza Peña, y es tan lamentable lo que dice que me niego a reproducirlo.
Desconozco ese caso en concreto -no seré yo el que se sume a la moda de criticar al Rey-, pero en el de la entrevista que hoy traigo -gracias a un lector- se logra ese mismo grado de intimidad, y es por amistad. Hasta se dice explicitamente a lo largo de la charla distendida. Comparte otra característica con la referida anteriormente: es igual de bochornosa. Yo no voy a hablar del personaje entrevistado, que jamás ha merecido una miserable línea en este blog, solo de la entrevista. Y sí, es cierto que físicamente es una mezcla entre María Antonia Iglesias y Carmen de Mairena. Dicho esto sin acritud: las cosas como son. Estaría encantado de poner otro parecido, pero lo desconozco. Se admiten sugerencias.
A este personaje le devora un mal muy propio del ciclismo: el de creerse el factotum de todo. Una especie de rompeaguas fundacional: antes de mí, el caos, los vascos en cualquier equipo y Cristo en la Cruz; después de mí, el orden, el progreso y -por seguir con el lema de Brasil-, el tanga como mejora del rendimiento deportivo. Antes de abundar más en lo dicho, conviene recordar que el equipo que dirige está en franca regresión desde el año 2004. No está de más reseñar esto, visto que la entrevista empieza con un rotundo "la temporada pasada (...) marcó historia en el equipo".
No es ya que tengan de mánager del equipo a un corredor que aparece en la O.P, que dejó el ciclismo a los 31 años porque, por mucha mandanga que se metiese, su cuerpo ya se había pasado de rosca, y al que señala como el artífice de que para 2008 se verán otros frutos de su trabajo. Ahí queda eso. El de la anotación en el doc. 31 de la carpeta Liberty, con tanto de Actovegym, siberias y fuerza. Hablan del Giro. El personaje dicen que tiene "dos, tres o cuatro corredores de primer nivel" (a mí sólo me sale uno y el proyecto de otro) o que "es mucho marrón para nosotros". Y tanto. En 2007 Aketza Peña fue expulsado en plena carrera por su positivo por testosterona en una prueba de preparación en la que su equipo participaba por primera vez. Este año no repiten, claro. Esa encerrona no se hace. Supongo que se referirá a ese marrón.
Más adelante habla de que "nosotros este invierno ya hemos pasado tres (controles sorpresa)", un pequeño detalle que quizás augura un 2008 no tan exitoso como se prevé. Después de dos de los mejores ciclistas vascos, que están en otros equipos. Eso ha sido siempre así. Salvo Ibán Mayo y ese espectro que solo compite en el Tour llamado Zubeldia, los mejores ciclistas vascos han hecho la mayor parte de su carrera, cuando no toda su carrera, en otros equipos. Que cada uno saque sus conclusiones. El caso de Gárate le sulfura enormemente, y llega a espetar al periodista, "pero en este deporte hay otros temas y tú, que has sido corredor y ahora eres periodista, no deberías meter tanto el dedo en la llaga". Ni Mario Puzo, oigan.
Después hablan de un muñeco roto, al que el personaje trata como tal. Tras decir el periodista que "le da pena", la réplica es: "Y a mí, pero Iban tiene el problema que sus analíticas son siempre muy bajas. La UCI nos ha llegado a decir que le retiremos de las carreras, porque estaba anémico perdido". Hombre, pues si es solo eso...se puede pedir un certificado médico. ¡Cómo si fuese el primero!. Si los hay para excesos de valores, ¿cómo no los va a haber para déficit?. Ah, que es la salud. Ya, pero también en el exceso es la salud. Inexplicable, pero ejemplificativo.
Preguntado por "su mayor espina clavada en estos 15 años", la respuesta pasa a los anales del absurdo, y la reproduzco íntegramente: "La mayor es el positivo de Txema del Olmo en nuestro primer Tour. Fue el único positivo que salió, cuando, al parecer, hubo otros seis o siete más, porque la EPO aún no estaba controlada. Se ensañaron con nosotros, algo que ya sabíamos que iba a ocurrir, porque nada más llegar a Francia, nos estaban esperando en la puerta del hotel. Un comisario me preguntó que en dónde estaban los corredores, y le dije que en el avión, y me respondió que le estaba mintiendo. Le contesté que el único que mentía era él. Hizo una llamada y me dijo que quería controlar a Etxebarria. Le pregunté si a David o Unai, y ni sabía que había dos Etxebarrias, y entonces me dijo que los dos. Se fue, y vino con un documento que luego supimos que no era ni de la UCI. Los dos ciclistas pasaron el control. Dio la sensación de que el análisis era para demostrarnos que íbamos al Tour, pero ¡ojo! Cuando el no apto de Gorka González, había otros 14 ó 15 corredores en la misma situación. Esas espinas las tengo muy clavadas."
"Porque la EPO aún no estaba controlada". Como no había controles efectivos, a pesar de que fuese doping, barra libre. Franco y directo. Que pena que no hable más de G. González, el que justificó sus reticulitos porque venía de una marcha cicloturista. Pero bueno, acaba hablando de Aketza Peña, y es tan lamentable lo que dice que me niego a reproducirlo.
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10 enero, 2008
Una atención especial para...
Con el paso del Down Under al ProTour, hay que adelantar esta sección casi fija del blog unas cuantas semanas. Pretendo analizar a ciclistas que se encuentran ante una temporada clave para definir su papel futuro en el ciclismo, y en este marco caben tanto jóvenes -los que más- como veteranos. Algunos son viejos conocidos de la sección, en la que se encuentran muy a gusto.
Arkaitz Durán: el niño prodigio, pasado a profesionales directamente desde juvenil, ya tiene 22 años. Este invierno su director deportivo ("joven, pero de viejos métodos", Arribas dixit) ha dicho de él que era un poco vago y que tenía que rendir a principios de temporada, empezar fuerte. Este es su impresionante palmarés, labrado con 19, 20 y 21 años. Viendo como estallan todos en el Saunier, ¿estamos ante el próximo ganador de la Vuelta al País Vasco, el tercer amarillo consecutivo?.
Thomas Dekker: por el pasa el futuro del ciclismo. En la tabla no se refleja su impresionante palmarés de 2007 (Romandía, etapas de montaña, puestos en clásicas), ese que se funda en detalles y gestos. Especialmente, su sencillamente inconmensurable subida al brutal Palhieres en la etapa reina del Tour, con agilidad de escalador y llevando al pelotón en fila india. Para este año dice que quiere Ardenas y Tour, que irá tranquilito al principio. Considerando que en Lieja 2007 estuvo a puntito de enlazar con DiLuca y Schleck, habrá que tenerle en cuenta.
Phillippe Gilbert: el valón cerró 2007 sin ninguna victoria de relumbrón. Estuvo en el intento de San Remo, también en el Campeonato del Mundo y en París-Tours, entre otras carreras, pero su apuesta de llegar siempre escapado, basándose en un arreón brutal (especialmente el de la última carrera) no le da frutos. Está en un equipo en el que no le presionan, pero los años pasan y ya se pone con 26 primaveras. Joven, pero los resultados tienen que llegar este año.
Eisel: pasó a T-Mobile en loor de multitudes, y ha obtenido resultados propios de sprinter de tercera fila italiano. Peor aún: ha asistido a la espléndida eclosión de tres jóvenes de su mismo equipo como Cavendish, Burghardt y Ciolek. ¿Acabará de lanzador? El dice que no. Que quiere repetir su quinto puesto en Roubaix de 2006. Veremos. El que parecía uno de los jóvenes más prometedores del Mapei-B no termina de cuajar, pero al menos le va mejor que a su amigo Sinkewitz.
Napolitano: el buen sprinter italiano tendría que verse favorecido por la marcha a Liquigas de Bennati. Nunca se llevaron bien, e incluso se dejaron de hablar durante el Tour, visto que ambos se sentían traicionados porque les habían prometido en el equipo exclusividad. Esta ante una temporada decisiva para ver si puede formar parte de esos cinco sprinters que se reparten la mayor parte de las victorias.
L.L Sánchez: ¡pobre chico! Empezó fortísimo el año (Mallorca, y tercero+etapa en P-N), para después diluirse como un azucarillo. Tomó la salida en la Vuelta, septiembre es un buen mes para las vacaciones. Así las cosas, la última grande que disputó fue el Tour 2005, con brillantes resultados para su edad y su envergadura. Claro, eran otros tiempos. Otros directores. Ahora, despojado de toda pompa y boato, su carrera parece más orientada a ser la del nuevo Jose Cayetano Juliá que la del nuevo Olano.
Zabriskie: ¡no somos nadie! Participó en el Giro con mejores resultados de los esperables, quinto en Dauphiné, y en el Tour desapareció. Pasa al nuevo engendro anglo-gerundés. El compañero de habitación de Floyd Landis, cada día con menos argumentos que expliquen sus increíbles resultados de no hace tanto tiempo. Esta temporada veremos de que pasta está hecho, aunque apunto a que es caolín mezclado con agua.
Paulinho: su rendimiento como corredor es casi tan inexplicable como el de un habitual de esta sección, Benjamín Noval -este año no sale porque ya sabemos que su función es entretener a Contador-. Pasa al Astaná. Se desconoce si anda bien en montaña, en la crono, en los sprints, en vueltas de una semana o de tres, bajando o contando historias. Pero ahí sigue. En los mejores equipos del mundo. Sin resultados. Otro año más.
Bueno, la lista podría ser mucho más amplia, con corredores como Brajkovic, Riccò, Fothen, Andy Schleck, Visconti o Nibali, pero estos tienen más margen de actuación por su juventud o los resultados ya conseguidos. En todo caso, les recomiendo que sigan las futuras hazañas de McGee -el nuevo Julich- en el CSC, en pleno año olímpico. Lo peor de todo va a ser revisar esta lista en diciembre, se lo aseguro.
***
(Actualización de las 11:00) De 1.000 a 7.000. Considerando que algunos de los más sonados positivos de 2007 se produjeron en un control sorpresa (Moreni, Mayo, Sinkewitz, Leukemans, Aketza Peña), y no por resultados en carrera, hagan sus cálculos para 2008.
Arkaitz Durán: el niño prodigio, pasado a profesionales directamente desde juvenil, ya tiene 22 años. Este invierno su director deportivo ("joven, pero de viejos métodos", Arribas dixit) ha dicho de él que era un poco vago y que tenía que rendir a principios de temporada, empezar fuerte. Este es su impresionante palmarés, labrado con 19, 20 y 21 años. Viendo como estallan todos en el Saunier, ¿estamos ante el próximo ganador de la Vuelta al País Vasco, el tercer amarillo consecutivo?.
Thomas Dekker: por el pasa el futuro del ciclismo. En la tabla no se refleja su impresionante palmarés de 2007 (Romandía, etapas de montaña, puestos en clásicas), ese que se funda en detalles y gestos. Especialmente, su sencillamente inconmensurable subida al brutal Palhieres en la etapa reina del Tour, con agilidad de escalador y llevando al pelotón en fila india. Para este año dice que quiere Ardenas y Tour, que irá tranquilito al principio. Considerando que en Lieja 2007 estuvo a puntito de enlazar con DiLuca y Schleck, habrá que tenerle en cuenta.
Phillippe Gilbert: el valón cerró 2007 sin ninguna victoria de relumbrón. Estuvo en el intento de San Remo, también en el Campeonato del Mundo y en París-Tours, entre otras carreras, pero su apuesta de llegar siempre escapado, basándose en un arreón brutal (especialmente el de la última carrera) no le da frutos. Está en un equipo en el que no le presionan, pero los años pasan y ya se pone con 26 primaveras. Joven, pero los resultados tienen que llegar este año.
Eisel: pasó a T-Mobile en loor de multitudes, y ha obtenido resultados propios de sprinter de tercera fila italiano. Peor aún: ha asistido a la espléndida eclosión de tres jóvenes de su mismo equipo como Cavendish, Burghardt y Ciolek. ¿Acabará de lanzador? El dice que no. Que quiere repetir su quinto puesto en Roubaix de 2006. Veremos. El que parecía uno de los jóvenes más prometedores del Mapei-B no termina de cuajar, pero al menos le va mejor que a su amigo Sinkewitz.
Napolitano: el buen sprinter italiano tendría que verse favorecido por la marcha a Liquigas de Bennati. Nunca se llevaron bien, e incluso se dejaron de hablar durante el Tour, visto que ambos se sentían traicionados porque les habían prometido en el equipo exclusividad. Esta ante una temporada decisiva para ver si puede formar parte de esos cinco sprinters que se reparten la mayor parte de las victorias.
L.L Sánchez: ¡pobre chico! Empezó fortísimo el año (Mallorca, y tercero+etapa en P-N), para después diluirse como un azucarillo. Tomó la salida en la Vuelta, septiembre es un buen mes para las vacaciones. Así las cosas, la última grande que disputó fue el Tour 2005, con brillantes resultados para su edad y su envergadura. Claro, eran otros tiempos. Otros directores. Ahora, despojado de toda pompa y boato, su carrera parece más orientada a ser la del nuevo Jose Cayetano Juliá que la del nuevo Olano.
Zabriskie: ¡no somos nadie! Participó en el Giro con mejores resultados de los esperables, quinto en Dauphiné, y en el Tour desapareció. Pasa al nuevo engendro anglo-gerundés. El compañero de habitación de Floyd Landis, cada día con menos argumentos que expliquen sus increíbles resultados de no hace tanto tiempo. Esta temporada veremos de que pasta está hecho, aunque apunto a que es caolín mezclado con agua.
Paulinho: su rendimiento como corredor es casi tan inexplicable como el de un habitual de esta sección, Benjamín Noval -este año no sale porque ya sabemos que su función es entretener a Contador-. Pasa al Astaná. Se desconoce si anda bien en montaña, en la crono, en los sprints, en vueltas de una semana o de tres, bajando o contando historias. Pero ahí sigue. En los mejores equipos del mundo. Sin resultados. Otro año más.
Bueno, la lista podría ser mucho más amplia, con corredores como Brajkovic, Riccò, Fothen, Andy Schleck, Visconti o Nibali, pero estos tienen más margen de actuación por su juventud o los resultados ya conseguidos. En todo caso, les recomiendo que sigan las futuras hazañas de McGee -el nuevo Julich- en el CSC, en pleno año olímpico. Lo peor de todo va a ser revisar esta lista en diciembre, se lo aseguro.
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(Actualización de las 11:00) De 1.000 a 7.000. Considerando que algunos de los más sonados positivos de 2007 se produjeron en un control sorpresa (Moreni, Mayo, Sinkewitz, Leukemans, Aketza Peña), y no por resultados en carrera, hagan sus cálculos para 2008.
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09 enero, 2008
Sangre negra
Si hay alguna cosa que salva a Carlos Arribas en su vertiginoso descenso profesional, una sola, es su defensa del ciclismo. Estas pasadas Navidades han sido un buen ejemplo. Ha logrado colar, en un año donde hay Olimpiadas y Eurocopa, además de las citas anuales, la Milán-San Remo como una de las diez citas ineludibles para el deporte. Por Freire, claro. En El País, por supuesto. También a Contador y su asalto al Tour 2008. No está mal.
No ha sido la única noticia relacionada con el de Pinto. Primero una larga entrevista, sin nada nuevo -y mira que es raro con la extraña habilidad de Contador para decir más de la cuenta-, y después un artículo...ejem...un artículo que uno ya no sabe como interpretar.
Con motivo de que Contador ganase la votación al deportista revelación del año (se votó a sí mismo, fíjense que calaña), y que no ganase la de mejor deportista por la dispersión del voto -ninguno de sus compañeros de pelotón presentes en la encuesta le votó en esa categoría-, Arribas le dedicó la enésima pieza de ese nuevo género periodístico a medio camino entre el lenguetazo y la ensalzación deportiva, tan vinculado al ciclismo.
La cosa empieza con frases lapidarias. Y después con una larga anécdota difícilmente creíble, puesto que Contador, a dos meses del Tour, era el gregario de Basso. Como para pensar que, seis meses antes, iba a ser tan chulito de decirle a su nuevo director, al que no conocía de nada, esa machada que encaja tan poco con su imagen prefabricada de chico humilde y con los pies en el suelo. Para protagonizar esa anécdota hay que estar a dos metros sobre la Tierra, levitando. O sea que ustedes eligen: o se quedan con la imagen de Contador que no ha matado ni una mosca (pero sí muchas aves por su afición cinegética), o con la de ese depredor, que no deja pasar ni un mísero e-mail para demostrar su valía.
En la misma línea de fantasía homoerótica se inscribe la siguiente anécdota, la de Contador enfrentándose a Saiz. El periodista precisa "dos años después (de tener 20 años)". O sea, en 2004, cuando el famoso cavernoma en la Vuelta a Asturias. Entonces, ¿cúando fue el enfrentamiento? ¿A principios de temporada? ¿En la Vuelta a Aragón o en Semana Catalana que disputó nuestro héroe? ¿Apostamos a que Saiz no dirigía esas carreras, como era su costumbre? Claro, no dice el motivo de la discusión. Lo importante es que se enfrentó a esa sombra que le perseguirá toda su carrera. Es una tragedia griega: el pupilo que se rebela ante el maestro. O simplemente freudiano: el periodista fascinado por el espectro de algo que no es.
Después viene el toque antigabacho (¡y lo que nos espera por los fastos del segundo bicentenario de 1808!), de nuevo solventado con una machada ("Tranquilos, el año que viene -por este- subiré más deprisa") en vez de intentar analizar las razones de los franceses, a los que el tiempo está dando la razón en todo, y un párrafo que hay que reproducir en su integridad: "Contador lleva una vida de monje, se acuesta a las diez de la noche los días de diario y en su sangre, negra, la eterna herencia africana, mora, de los españoles de Extremadura y La Mancha, corren rasgos de Armstrong y de Miguel Indurain".
Desconocía ese efecto secundario de la mejora del rendimiento deportivo. Eso de que vuelve la sangre negra. Además del racismo implícito en una frase que muy torticeramente puede ser considerada elogiosa -si dice eso Arzalluz se monta la de Dios es Cristo-, no se que tal le sentará a Contador lo de la "eterna herencia africana, mora, de los españoles de Extremadura y La Mancha". ¿Para que retroceder a Arzalluz? Pongo yo una frase de ese jaíz y me llueven palos por todos lados. Y con razón, por otra parte. ¿Que Arribas nos quiere decir que Contador es diferente? Pues que empiece recordando lo que el mismo publicó en agosto: que se medica diaramente. Eso ya lo hace diferente. Y también lo de la sangre negra, una metáfora tan estúpida como decir que la señorita de la foto tiene la sangre amarilla.
La comparación final con Armstrong ("llegó al ciclismo desde una tierra inculta, analfabeta de ciclismo", como si Extremadura y La Mancha, a las que elogiaba más arriba, que no tienen ni carreras ciclistas profesionales, fuesen muy diferentes) y con Induráin, que se rompe por todas las costuras -hasta el propio periodista se contradice- llevan a pensar en qué condiciones escribió la pieza. Tantas fiestas de Navidad pasan su factura. "Nunca lo dirá, claro".
No ha sido la única noticia relacionada con el de Pinto. Primero una larga entrevista, sin nada nuevo -y mira que es raro con la extraña habilidad de Contador para decir más de la cuenta-, y después un artículo...ejem...un artículo que uno ya no sabe como interpretar.
Con motivo de que Contador ganase la votación al deportista revelación del año (se votó a sí mismo, fíjense que calaña), y que no ganase la de mejor deportista por la dispersión del voto -ninguno de sus compañeros de pelotón presentes en la encuesta le votó en esa categoría-, Arribas le dedicó la enésima pieza de ese nuevo género periodístico a medio camino entre el lenguetazo y la ensalzación deportiva, tan vinculado al ciclismo.
La cosa empieza con frases lapidarias. Y después con una larga anécdota difícilmente creíble, puesto que Contador, a dos meses del Tour, era el gregario de Basso. Como para pensar que, seis meses antes, iba a ser tan chulito de decirle a su nuevo director, al que no conocía de nada, esa machada que encaja tan poco con su imagen prefabricada de chico humilde y con los pies en el suelo. Para protagonizar esa anécdota hay que estar a dos metros sobre la Tierra, levitando. O sea que ustedes eligen: o se quedan con la imagen de Contador que no ha matado ni una mosca (pero sí muchas aves por su afición cinegética), o con la de ese depredor, que no deja pasar ni un mísero e-mail para demostrar su valía.
En la misma línea de fantasía homoerótica se inscribe la siguiente anécdota, la de Contador enfrentándose a Saiz. El periodista precisa "dos años después (de tener 20 años)". O sea, en 2004, cuando el famoso cavernoma en la Vuelta a Asturias. Entonces, ¿cúando fue el enfrentamiento? ¿A principios de temporada? ¿En la Vuelta a Aragón o en Semana Catalana que disputó nuestro héroe? ¿Apostamos a que Saiz no dirigía esas carreras, como era su costumbre? Claro, no dice el motivo de la discusión. Lo importante es que se enfrentó a esa sombra que le perseguirá toda su carrera. Es una tragedia griega: el pupilo que se rebela ante el maestro. O simplemente freudiano: el periodista fascinado por el espectro de algo que no es.
Después viene el toque antigabacho (¡y lo que nos espera por los fastos del segundo bicentenario de 1808!), de nuevo solventado con una machada ("Tranquilos, el año que viene -por este- subiré más deprisa") en vez de intentar analizar las razones de los franceses, a los que el tiempo está dando la razón en todo, y un párrafo que hay que reproducir en su integridad: "Contador lleva una vida de monje, se acuesta a las diez de la noche los días de diario y en su sangre, negra, la eterna herencia africana, mora, de los españoles de Extremadura y La Mancha, corren rasgos de Armstrong y de Miguel Indurain".
Desconocía ese efecto secundario de la mejora del rendimiento deportivo. Eso de que vuelve la sangre negra. Además del racismo implícito en una frase que muy torticeramente puede ser considerada elogiosa -si dice eso Arzalluz se monta la de Dios es Cristo-, no se que tal le sentará a Contador lo de la "eterna herencia africana, mora, de los españoles de Extremadura y La Mancha". ¿Para que retroceder a Arzalluz? Pongo yo una frase de ese jaíz y me llueven palos por todos lados. Y con razón, por otra parte. ¿Que Arribas nos quiere decir que Contador es diferente? Pues que empiece recordando lo que el mismo publicó en agosto: que se medica diaramente. Eso ya lo hace diferente. Y también lo de la sangre negra, una metáfora tan estúpida como decir que la señorita de la foto tiene la sangre amarilla.
La comparación final con Armstrong ("llegó al ciclismo desde una tierra inculta, analfabeta de ciclismo", como si Extremadura y La Mancha, a las que elogiaba más arriba, que no tienen ni carreras ciclistas profesionales, fuesen muy diferentes) y con Induráin, que se rompe por todas las costuras -hasta el propio periodista se contradice- llevan a pensar en qué condiciones escribió la pieza. Tantas fiestas de Navidad pasan su factura. "Nunca lo dirá, claro".
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08 enero, 2008
¡Yo no fui!
Lo normal en estas fechas, igual que en agosto para el fútbol, es empezar la temporada hablando de los fichajes. Pero no ha habido ninguno de relumbrón, salvo el trasvase masivo -eso no es una adquisición, es algo bien diferente- del Discovery al Astana, limpiado e higienizado para la ocasión. La labor de desinfectación emprendida por Bruyneel ha sido tal que no ha ahorrado viajes al pasado. Ahora resulta que nunca ficharon a Basso, en contra de lo que indica la foto y ese libro por escribir que llevaría el título de Historia de la Sinvergonzonería.
Sí, sí. Viajemos un año al pasado. ¿Quién era el fichaje estrella del mundo ciclista? Basso al Discovery. El antiguo rival de Armstrong -es un decir: quedar segundo no significa ser rival-, cuya única victoria en el Tour fue un regalo directo del cowboy, fichaba por los azulones. La alegría duró cuatro meses, hasta que a finales de abril alguien en el CONI italiano reparó en la aberración. Basso disputó la Vuelta a California, la Vuelta a Castilla-León y otra carrera más. Se quedó con las ganas de las Ardenas. Y dos años de sanción.
Ahora, cyclingnews.com titula La filosofía Bruyneel una entrevista del antiguo corredor de la ONCE al diario belga Sportwereld. Yo les resumo el pensamiento de ese ilustre prohombre: donde dije Diego, digo dijo. O algo parecido. Leen el resumen. Sobre su decisión de dejar el ciclismo, "me duró tres semanas". O tres Diegos. Sobre su decisión de fichar a Basso, que fue ordenada por Billy Campbell, antiguo testaferro de Armstrong, despedido dos semanas después de la incorporación del corredor-estrella. Vamos, que Bruyneel es un mandado. Supongo que también corresponderá a Campbell la decisión de haber fichado a Davis, Paulinho y Contador, otros implicados en la Operación Puerto. ¿Dejará alguien como Bruyneel que se atribuya el mérito de haber fichado a Don Desmayos a otra persona? No, no, que va. Menudo listo.
La caradura de Bruyneel llega un poco más lejos, si cabe. "No conocía a Basso". Increíble. En un ambiente en donde todo el mundo se conoce, decir que no conoce al italiano es como ser obispo y desconocer el razonamiento de la Trinidad. Pero bueno, lo importante es machacar con la idea de a mí Basso me lo impusieron a dedazo. En previsión de futuros malentendidos, ya se guarda las espaldas diciendo que no conoce a Klöden, y eso que el ha dado el visto bueno para que el alemán siga en Astaná. Lo habrá hecho a ciegas. Cuando a Klöden le pase algo, ya saben la consigna: ¡Yo no fui!.
***
Menchov correrá el Giro. Una gran noticia para el ciclismo. Y una gran noticia para el corredor: recordemos que este año la carrera italiana concluye con una crono llana.
Sí, sí. Viajemos un año al pasado. ¿Quién era el fichaje estrella del mundo ciclista? Basso al Discovery. El antiguo rival de Armstrong -es un decir: quedar segundo no significa ser rival-, cuya única victoria en el Tour fue un regalo directo del cowboy, fichaba por los azulones. La alegría duró cuatro meses, hasta que a finales de abril alguien en el CONI italiano reparó en la aberración. Basso disputó la Vuelta a California, la Vuelta a Castilla-León y otra carrera más. Se quedó con las ganas de las Ardenas. Y dos años de sanción.
Ahora, cyclingnews.com titula La filosofía Bruyneel una entrevista del antiguo corredor de la ONCE al diario belga Sportwereld. Yo les resumo el pensamiento de ese ilustre prohombre: donde dije Diego, digo dijo. O algo parecido. Leen el resumen. Sobre su decisión de dejar el ciclismo, "me duró tres semanas". O tres Diegos. Sobre su decisión de fichar a Basso, que fue ordenada por Billy Campbell, antiguo testaferro de Armstrong, despedido dos semanas después de la incorporación del corredor-estrella. Vamos, que Bruyneel es un mandado. Supongo que también corresponderá a Campbell la decisión de haber fichado a Davis, Paulinho y Contador, otros implicados en la Operación Puerto. ¿Dejará alguien como Bruyneel que se atribuya el mérito de haber fichado a Don Desmayos a otra persona? No, no, que va. Menudo listo.
La caradura de Bruyneel llega un poco más lejos, si cabe. "No conocía a Basso". Increíble. En un ambiente en donde todo el mundo se conoce, decir que no conoce al italiano es como ser obispo y desconocer el razonamiento de la Trinidad. Pero bueno, lo importante es machacar con la idea de a mí Basso me lo impusieron a dedazo. En previsión de futuros malentendidos, ya se guarda las espaldas diciendo que no conoce a Klöden, y eso que el ha dado el visto bueno para que el alemán siga en Astaná. Lo habrá hecho a ciegas. Cuando a Klöden le pase algo, ya saben la consigna: ¡Yo no fui!.
***
Menchov correrá el Giro. Una gran noticia para el ciclismo. Y una gran noticia para el corredor: recordemos que este año la carrera italiana concluye con una crono llana.
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