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14 julio, 2008

Contador, presente en el Tour de Francia

La semana pasada algunos medios sacaron la noticia -en Cuatro siempre hablan de exclusiva- de la concentración de Contador en los Pirineos, inspeccionando las etapas de la Vuelta. No era la primera vez que el ciclista estaba por la zona -el 23 de mayo de 2006 Manolo Saiz faltó a la cita, y sus corredores se quedaron desamparados y sin palomo mensajero-, y la noticia era que estaba triste, que apenas veía el Tour y bla, bla, bla.

Contador está presente en el Tour. No porque los periodistas lo metan con calzador siempre que pueden -¿pero quien le echa de menos realmente? ¿Nos gusta el ciclismo o nos gustan los nombres?-, sino por el propio desarrollo de la carrera. Supongo que el viernes A.C rasparía tiempo de sus rigurosos entrenamientos a caballo entre Chiclana y los Pirineos para asistir al triunfo-exhibición de su amiguísimo Luis León Sánchez, un nuevo hito médico en la historia de este deporte.

Se llegaba a Aurillac, donde en 1985 había ganado Chozas, el del globo-sonda para correr la Vuelta hace unos años con 40 tacos. Ahora es comentarista en una televisión, entrevistador de prestigio y militante del PP, muy implicado en la trascendental lucha de los carriles-bici y todo lo que sea salir en la foto. Esto lo cuento para que vean los componentes de la ensaladilla rusa del ciclismo: refresca por el verano, como el Tour, pero mejor no saber de qué esta hecho. 23 años después ha tenido digno sucesor en un corredor que aparece en la Operación Puerto bajo el código de L.L y otro más prosaico y de hortalizas.

La cosa fue peliaguda. Una etapa corta, de 150 kms., convertida en una encerrona de ataques y cortes. Bueno, eso da igual. De cuatro escapados, tres españoles, entre ellos nuestro protagonista. Los cazan y bueno, lo más normal es que acaben descolgados. Pues no: antes de coronar el último puerto L.L vuelve a pasar segundo, ataca bajando y llega en solitario tras una exhibición del fenomenal rodador que es. Veo ciclismo desde hace muchos años y esto se ve muy poco, poquísimo: un polaco que ganó el GP de Zurich -se retiró al poco, uno de los sucesos más extraños de los Años de la Vergüenza-, Dekker en una París-Tours y Hushvod en una etapa de la Volta, eso en los últimos ocho años.

Curioso lo este León murciano. El año pasado se arrastró, como su paisano Piti y el gallego batallador, todos integrados en la estructura de Caisse d´Epargne. Para estos dos últimos, la excusa ha sido que estaban desconcentrados por eso de la Operación Puerto, con la que no tienen nada que ver, pero que condicionó toda la temporada: con la fácil que sería acabar con todo dando un poquitín de ADN. Ahora han vuelto por sus fueros y alguien tan militante de su causa se atreve a titular así: "Sobre las cenizas de los viejos hábitos". Como L.L nunca ha estado en la O.P, como A.C, a pesar de que aparecen en varios papeles, no se qué excusa se habrán inventado para su miserable 2007, donde participó en la Vuelta a España como el que recoje altramuces. Seguro que Contador disfrutó con el triunfo de su amigo. Y también Manolo Saiz, qué cojones. Que hace falta ser maleducado para no acordarse de los mentores.

Al día siguiente Cavendish, otro abanderado del nuevo ciclismo, sacó bicicleta y media de nuevo a todos. Para rematar la faena, su lanzador fue segundo. El Columbia. "Sobre las cenizas de los viejos hábitos". Ay, ay, que veo que algún periodista va a tener que comerse algunos titulares. Sin ir más lejos, hoy se disputa la etapa de Hautacam, esa del titular de "Terminator en Hautacam". ¡Qué indigesto tiene que ser el papel de periódico! ¡Con un poco de aceite de la almazara de Beltrán se digiere mejor! ¡O con un poco de ceniza de los viejos hábitos!

En esa etapa Riccò se pegó un piño y fue haciendo un numerito con su rodilla. Un periódico francés había filtrado su nombre como uno de los sospechosos de tener la sangre como el Carnaval de Río de Janeiro, con un viñeta donde la serpiente multicolor se había convertido en una cobra. Por supuesto, el muy irónico italiano -asume que esto es un circo, cómo no hacerlo después de perder el Giro ante uno que decía venir de la playa- gimoteó y se quejó de la rodilla, especulando con ese anhelo de Probenecid: que no va a acabar el Tour. Mientras, su compañero humorista, en la más pura tradición celtíbera de Tip y Coll, afirmaba sin ruborizarse que Riccò tenía un hematocrito natural del 53%. Y un certificado que lo atestigua, como no.

Así las cosas, sucedió lo de ayer. Etapa de montaña de 223 kms., la distancia del ciclismo. Un corredor de un equipo que desaparece, contrarrelojista, va escapado con 9´ de diferencia. Por detrás tira el...¿equipo del líder? ¿el equipo de un candidato? Noooooo, tira el Euskaltel. Con tres corredores. Y no rebajan la diferencia. Un homenaje a la afición vasca: ya que no pueden ver a uno de los ciclistas de sus amores escapado, que los vean a todos persiguiendo. No tengo calificativos para lo visto, aunque probablemente el Columbia tenga una cifra en un sobre.

Se subió el Peyresourde, donde Contador realizó cinco ataques hace un año, con muelles en las piernas. Ya les digo que el pinteño está presente en todos los rincones de la carrera. No pasó nada y todo el pelotón subió agrupado. Hasta se veía a Ciolek o Freire en las últimas posiciones. Lo que va de un año a otro. En el Aspin fue diferente. Atacó Schumacher, Pereiro hizo el gallego -ataco o no ataco, subo a bajo, soy un ciclista o un modelo- y Riccò probó a todos. Le alcanzaron. Más escaramuzas. Se para el pelotón. Riccò ataca seco, fuerte. No se gira. Se va solo. Alcanza al Gerolsteiner antes de coronar. Baja solo con 25 kms. para meta, 1´20" de ventaja y viento de cara. Llega a meta solo, con la misma diferencia. Una exhibición. Como Soler el año pasado.

El mismo corredor que se había caído el día antes. También Valverde en SuperBesse. El propio Evans, que se llevó una costalada de aupa ayer. Caerse es sinónimo de buen rendimiento. Como todo es una hipocresía, a Riccò se le compara con Pantani. En todos los medios y en todos los ámbitos. ¿Se imaginan que a un velocista lo comparasen con Ben Johnson? ¿a qué no?. Nos han vendido que el ciclismo ha cambiado, y sigue siendo el mismo. Se sigue honorando a los mismos ladrones que lo alejaron de su tradición. Pantani es un campeón, y no un yonki muerto con 33 años, con records comparables a los de la RDA. Armstrong es heptacampeón del Tour, y no un mafioso que amenazaba al pelotón, con cuatro gregarios positivos (Hamilton, Heras, Landis, Beltrán). Ullrich, el único alemán que ha ganado el Tour, cuando debería estar desposeído del mismo.

Riccò huele a Charleroi. Y, sin embargo, resulta hasta simpático. Si uno dice que gana el Giro estando en la playa, yo voy al Tour viniendo de la playa. Y lo voy a ganar a base de atacar en la montaña. Bravo por Riccò. En un circo de payasos, de hipocresía a la beltraneja, yo tiro para´lante hasta que me pillen. A aprovechar el Tour en el que no participa el que tiene un certificado médico mucho mejor que el mío. Y que me quiten lo bailado.
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Agradezco todos los enlaces que dejan los lectores, pero especialmente los de la prensa regional, más difícil de seguir. En esta suelen ser protagonistas los corredores locales, que se dejan llevar por el endiosamiento propio de las pequeñas comunidades y dicen paridas sin fin. Aquí tenemos una buena muestra. Lean el titular. ¿Saben lo que encontró la policía francesa en la habitación de Beltrán? Prozac. Con receta médica. Lo que no ha trascendido es la posología ni la cantidad. Solo ese titular.
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El detenido en Francia pide que se respete la presunción de inocencia. Espero que ningún lector me tenga a reparo el (presunto) que tengo que añadir en el anterior post, por lo menos hasta que se analice la muestra B. Es todo profiláctico, no vaya a ser que el activo despacho de Garrigues me empapele por escribir "dopado" sin (presunto) delante. Ya lo aviso: no tengo ni un duro, este blog sobrevivirá a sus autores y, lo más razonable, no teneis ni una razón que os ampare.