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31 marzo, 2009

Vidas paralelas de Kopp y Schumacher

Se están disputando las clásicas del norte y falta uno de los protagonistas menores. David Kopp, alemán de 30 años y que cuenta en su haber un segundo puesto en G-W (2006) y otro segundo puesto en E3 Harelbeeke, el año pasado, lo suficiente para que en España fuese uno de los mejores especialistas en clásicas del norte de la historia. Todavía con edad para competir, resulta que el alemán había dejado el ciclismo a finales de la temporada pasada.

Pasó a profesionales a finales de 2002 en el T-Mobile, la misma época de Schumacher, el mismo equipo y en la misma clásica: San Sebastián. Como este corredor, solo aguantó otro año en el equipo insigna del ciclismo alemán. En 2004 pasa al Team Lamonta con Schumacher, un equipucho de carreras locales que cambia en 2005 por el Wiesenhof, de las mismas características y donde consigue sus primeros resultados destacados: la Vuelta a Colonia -una de las carreras más antiguas del calendario- y 4º en el E3. Aquel año Schumacher se fue al Shimano, un equipo de holandeses y japoneses, donde obtuvo resultados estrastoféricos -tres etapas seguidas- y su primer positivo, felizmente enjuagado. Casualmente, fue el segundo en aquella edición de la Vuelta a Colonia.

En 2006 sus vidas, siempre tan paralelas (y eso que Kopp es del 79 y Schumacher del 81) se vuelven a cruzar en el Gerolsteiner, ese equipo que hacía apología de la pureza y la pulcritud, y al que el tiempo ha colocado como una auténtica cueva de Alí-Babá, tanto a nivel de conjunto como son sus numerosos casos individuales, si es que se puede hablar de algo así cuando pasan de tres positivos en el mismo equipo. Shumacher debuta en una grande y se lleva del Giro dos etapas (en la primera y en la última semana) y alguna maglia rosa, además de dos vueltas ProTour; Kopp debuta ganando una etapa de Mallorca, y después logra su segundo puesto en G-W y otro en la Vuelta a Colonia, aparte de 12º en San Remo, 18º en Flandes... En 2007 ambos alemanes, que parecen gemelos, hacen una campaña lagunar, a pesar de competir a lo largo y ancho de la temporada: Schumacher gana la A-G-R con la rodilla destrozada y acaba arañando un bronce en el Mundial -con valores sanguíneos posteriores bastante raros- y Kopp resultados en pruebas menores y un 12º en Roubaix.

Y en 2008 la nueva separación: Schumacher se queda en Gerolsteiner, donde le pasa lo que le pasa en el Tour -cronos, montañas ¡que más da!- y Kopp acaba en el descafeinado Collstrop, donde apenas compite y donde sólo brilla el referido 2º puesto en Harelbeeke. Ahora hemos sabido que dió positivo por cocaína en un circuito belga el 11 de septiembre. Al margen del nuevo positivo por cocaína en el ciclismo belga, Kopp ya había decidido abandonar el ciclismo -ha renunciado al contraanálisis- con sólo 29 años y bastante buenos resultados. Por cierto, por las mismas fechas en las que caía Schumacher.

Sin embargo, lo más interesante es que se confirma lo apuntado con el caso Bileka: que no se sepa la sanción hasta meses después, evitando el escándalo. La explicación oficial es que ambos no son corredores belgas, aunque corran en sus equipos, y la federación de ese país tarda todos esos meses en comunicar a las federaciones de origen el positivo. Creánsela o no. Por parte de Kopp, a pesar de haber dejado el ciclismo y renunciar al contranálisis, no renuncia a uno de los famosos y humillantes tics de su profesión: la justificación. Al parecer, dos días antes de su positivo -fue tercero en la carrera- había estado en un bar, había bebido mucho y "alguien me puso algo en la bebida". Un clásico de las justificaciones adolescentes. Y hasta en esto último se parece a Schumacher, que sigue clamando su inocencia.
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Hoy empiezan los 3 días de La Panne, la carrera famosa por sus rachas de viento y por disputarse en la costa de Flandes. También por sus caídas. Esa es la razón por la que Hincapié ha renunciado, y ha preferido venirse a Girona -hay constumbres que son muy difíciles de abandonar- para entrenar de cara al Tour de Flandes. Cavendish vuelve a la competición tras su paso por los Mundiales de pista.
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Simpatiquísimas declaraciones de Jose De Cauwer -antiguo director del Lotto- en cyclingnews.com sobre el equipo desaparecido: "nadie está enfermo, nadie está sobreentrenado. They are looking for something that is not there or something they still haven't found." Puede parecer una canción de U2, pero está bien clarito.

28 octubre, 2010

El ciclismo en Alemania (y II): una Federación que combate el dopaje y que no tiene amigos

Regulando en la crono
 El pasado agosto Stefan Schumacher volvió a competir, tras cumplir dos años de sanción por sus repetidos positivos por CERA durante el Tour 2008 y en los JJ.OO. El alemán jamás ha reconocido haberse dopado y, aunque ha mantenido una exquisita omertà, sólo ha encontrado acomodo en el modestísimo Miche italiano.

Había aprovechado su verano de 2008 -ganó las dos cronos largas del Tour, estuvo a punto de ganar una de montaña con 4.000 metros desnivel, fue maillot amarillo- para firmar un supercontrato con el Quick Step, algo que tuvo sus efectos positivos porque jubiló a Bettini. Al poco salió la noticia de su positivo y su reacción: yo no se nada y he firmado mi contrato.

A saber en que acabó aquel contrato, pero el hecho es que su retorno ha sido en el Miche y con estos poco esperanzadores resultados. Eso sí, ya dice que su objetivo es el 2011. Con 29 años y todavía con edad para ambicionar algo más, el pasado no deja a Schumacher porque él mismo, con su cerrilismo de negar su dopaje, impide cualquier otra opción. Si no me dijesen que es de Stuttgart estaría por afirmar que es de Ossa de Montiel, Las Lumbreras o el mismísimo Béjar, aunque me quedo con que es católico.

En Alemania, al revés que en España, los ciclistas dopados suelen tener problemas con la justicia ordinaria. De hecho, Oscar Sevilla fue denunciado por fraude junto a Jan Ullrich al inicio de la Operación Puerto, y todo por estar enrolado en el T-Mobile. Sinkewitz tuvo que pagar una multa antes de volver a competir. Schumacher tiene su particular lío legal por cuenta de su antiguo patrón, el inolvidable Holczer del Gerolsteiner, el manager que dice que no sabía nada de lo que se cocía en su equipo.

Este personaje, que dice que no tenía un programa antidopaje dentro de su equipo porque se fiaba de la palabra de los muchachos, reclama el sueldo que estuvo pagando a Schumacher entre su primer positivo (mediados de julio) y su desvinculación del equipo (15 de octubre), unos tres meses. Se calcula que son unos 150.000 euros, además de 6.000 euros en equipo que el calvo alemán se quedó.

El asunto sigue adelante y el juez dictará sentencia en breve. Los precedentes para Schumacher no son muy buenos: Ullrich también se metió en una batalla judicial por unos dineros adeudados -el era el que reclamaba- y al final le ha quedado una losa encima que, como en el caso de Schumacher, sólo ahonda en la decadencia del ciclismo y sus protagonistas, que lo tienen bien claro cuando son pillados: seguir mintiendo y me da igual lo que pueda pasar.

De Schumacher se llegó a decir, y nada menos que el presidente de la Federación Alemana -un antiguo ministro con Köhl-, que si por él fuese no volvería a competir. Lo ha hecho y no muestra ningún síntoma de arrepentimiento. Como Vinokourov, con la diferencia que hay entre Kazajistán y Alemania. O entre España y Alemania. Ese tratamiento federativo, que en España nos suena tan exótico, ha hecho que Klöden esté insultando siempre que puede a su federación -hace diez años que  no compite con la selección del odio que les tiene- y los periodistas de su país, o que el simpático y de rendimiento nada sospechoso Haussler se haya nacionalizado australiano esta misma temporada.

¡Haussler! Se va a una selección donde competirá en los próximos años por la capitanía con gente como Goss o Gerrans, de características similares, y renuncia a ser capitán único de Alemania, una selección que si el Mundial no es completamente llano para Greipel o Ciolek, se queda sin nadie para rematar el previsible buen trabajo de Burghardt, Grabsch, Knees, Gendermann, Martens o Weggman. Eso es una elección vital, porque difícilmente tiene vuelta atrás, y que recuerda mucho a aquella jaimitada de Rebellin intentando ser argentino porque su federación no lo quería llevar al Mundial entre 2002 y 2006, precisamente por un vídeo muy comprometido de lo que hacía en el interior de un hotel.

Se habla mucho de la cadena del dopaje y siempre se detiene en los mismos eslabones: el médico, el equipo, o lo fantasmagórico de que es un deporte muy duro. No se suele hablar de que la Federación -que es quien aplica las sanciones- es un punto fundamental para combatir el flagelo del dopaje, porque sabe desde aficionados quienes son los mejores y a qué se dedican. En España, por poner el ejemplo recurrente, se saca pecho de un oro olímpico conseguido por alguien que dio dos veces positivo en aficionados, o se defiende de manera absurda y muy reveladora a gente como Valverde. En cuanto a la Operación Puerto, el juez no colabora y no podemos hacer nada, ¡que sigan corriendo todos!.

En Alemania el ciclismo es un deporte en recesión. La Federación nacional, que vive de ello, prefiere tener un deporte limpio a un deporte con figuras internacionales de dudosa honorabilidad y con sorpresa incluída en algún control antidopaje. Prefiere estar como en los ochenta -Raimund Dietzen y nadie más- a tener una pequeña constelación de estrellas -¿que no hubiesen podido ganar Jaksche, Ullrich, Sinkewitz, Kessler y Schumacher en estos años?- con los que sacarse la foto y sacar pecho en reuniones con otras federaciones. Casi, casi como aquí. Debe ser que nos queda esa puntita para la convergencia europea.
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La noticia del día y una de las del año. El esperadísimo informe de la AMA sobre los controles antidopaje durante el Tour de Francia. Ya puestos, podían haber tardado un poco más y actualizarlo con el solomillo.
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¡Pues mira que me extraña! Habrán sido los portugueses, ya se sabe que esos corruptores siempre atacan por el eslabón más débil...¡Malditos periodistas extranjeros! ¡Primero lo de Alberto y ahora esto! ¿Por qué no se están quietos en sus redacciones mientras su profesión desaparece, en vez de ir por ahí investigando y husmeando? ¡Empirismo, coño, empirismo!
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El dueño del popular bar Faisán (situado por cierto en Irún, tierra de promisión) tuvo entre 1999 y 2006 nada menos que 3,5 millones de euros en cuentas suizas. El bar, que se podría rebautizar Solomillo, era una tapadera para el dinero que ETA saca con la extorsión, mezquinamente llamada durante muchos años impuesto revolucionario. Según la actual ley española se le puede llamar terrorista, aunque en su DNI ponga Joseba Elusúa, nacido hace 74 años. ¿Saben por dónde lo van a intentar enchironar? Por delitos de blanqueo de dinero y evasión fiscal. Casi, casi, el mismo trato recibido por Eufemiano Del Gran Poder, que también tuvo cuenta en Suiza en ese periodo, y que ahora disfruta del buen clima canario apenas pasado los 50 años.

Ya se cobraba su particular impuesto revolucionario -por lo novedoso- con las primas por éxitos deportivos. En cuanto a lo otro, extorsionar, lo que se dice extorsionar, es mucho más fácil cuando pones encima de la mesa medallas olímpicas, Copas de Europa y torneos de tenis. Eso de las pistolas es tan demodè...
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Uno que ha visto el ciclismo de alto nivel por dentro y no le ha gustado. Cosas de jóvenes.
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Un buen reportaje sobre Jeff Novitzky, el hombre detrás de la investigación a Armstrong.
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Buenos propósitos, pero el urbanismo sprawl de los EE.UU no favorece un uso intensivo de la bicicleta

18 noviembre, 2008

Yo ya he firmado

Algunos lectores venían reclamando un análisis del caso Schumacher. Como si hubiese algo que analizar: una vez más, el corredor que contrarrelojea, se hunde, sube puertarracos, se hunde, vuelve a subir puertarracos y se hunde se descubre como un dopado más, en la gran línea de Botero o Vinokourov. Todo era muy evidente, y por eso lo único que retenía una valoración era esperar a la reacción del alemán.

Se ha hecho esperar. Tras comunicar la Agencia Antidopaje Francesa a principios de octubre su positivo no se supo nada de su boca o su entorno. Hasta hace unos días, en los que se supo que no le han comunicado ningún positivo, que pide el contraanálisis y que el contrato firmado con el Quick Step es perfectamente válido. No está mal para haber estado callado mes y pico. También se podía haber estado callado hasta dentro de dos años, cuando cumpla su sanción, pero no: de lo único que permanecerá callado es de la trama de dopaje que conoce y que le abastecía, para que así no le pase como a su paisano Sinkewitz, que finalmente va a fichar por un equipo checo de quinta fila. Y el Astana haciendo hueco a uno de Parla.

Hijo de médicos, lo que sin duda le ha facilitado muchas cosas, Schumacher no triunfó en las filas del T-Mobile gafado, ese de las temporadas 2003-2004, lleno de lesiones, fichajes fracasados y Zabel levantando los brazos en Sanremo. En 2005 pasó al Lamonta, donde empezó a sumar éxitos como rosquillas, incluyendo cuatro de cinco etapas en una vuelta regional alemana, de esas que están cayendo como el dominó (la última ficha es la de la Vuelta de Baja Sajonia). Precisamente en esa prueba dio positivo, que fue tapado y justificado por la federación alemana, porque ya saben que los jóvenes hay que cuidarlos, mimarlos y ampararlos. Pasa en 2006 a Gerolsteiner y gana dos etapas en el Giro -maglia rosa incluída- y dos vueltas del ProTour. En 2007 se destroza la rodilla en el País Vasco, pero pocos días después gana la Amstel Gold Race totalmente vendado y con una exhibición ante los mejores corredores del mundo. Segundo fue su compañero Rebellin, que después ganó en la Flecha, pero que a pesar de todos los escándalos de su equipo común nadie señala.

Que a nadie le extrañe que un corredor con la rodilla destrozada gane grandes pruebas: lo hizo Heras en la Vuelta 2005 y Vinokourov en el Tour 2007, ambos bajo los elogios de los periodistas fanáticos y talibanes, que al mismo tiempo que ensalzaban el pundonor y el sufrimiento -esos valores capilares para su particular concepción del ciclismo, donde la limpieza es secundaria-, hacían el avestruz ante la evidencia de su rendimiento metahumano. Schumacher nunca tuvo esa suerte. Sus victorias en el Tour, que se produjeron tras un largo tránsito por la oscuridad -ocho meses desde el Mundial de Stuttgart, donde estuvo en cabeza los 250 kms. y las seis horas de la prueba-, fueron saludadas por esos mismo periodistas con la pinza en la nariz y repasando su amplio historial de dopaje. Lo nunca visto, dado que el colectivo de plumillas jamás realizan esa práctica retrospectiva con nadie.

Así han podido sacar pecho con ese viril y racial ya lo decía yo una vez que el alemán ha caído por el análisis de sangre buscando CERA. Como si hiciese falta esperar. De entre todas las exhibiciones de Schumacher en el pasado Tour, la más formidable no se encuentra en las dos cronos ganadas, o en el segundo puesto en la ya de por si increíble etapa de Aurillac, no: no hay palabras para lo que hizo en los Alpes. En la etapa de Jausiers se quedó a 2 kms. de coronar la Bonette, tras hacer prácticamente solo y escapado toda la etapa. Sin esos dos kms. hubiese ganado. Y al día siguiente, no contento, volvió a hacer de las suyas en la etapa de Alpe d´Huez, donde entre otras naderías coronó el Galibier -un puerto muy apto para alguien que gana cronos llanas y clásicas- en primera posición. Bueno, pues entonces no lo dijo nadie. El desganado Arribas tituló así después de la etapa de Jausiers: "Una etapa más, un día menos" . Como si lo de Schumacher se viese todos los días.

El alemán acudió después a los JJ.OO como uno de los favoritos, pero no se presagiaba nada bueno cuando se dejó fotografiar en el aeropuerto comiéndose un jugoso Big Mac, de esos que hicieron rico a Morgan Spurlock. También estuvo en la Vuelta, rodándose para el Mundial, pero no conocemos la reacción de Victor Cordero. En esas fechas fue cuando se conoció su fichaje por el Quick Step, que lo fichó para sustituir a Bettini. Ahora Schumacher reclama la validez de ese contrato, al revés que Kohl, que ha asumido que el fichaje por el Silence-Lotto no tiene mucha credibilidad.

Con esa reivindicación, que el derecho laboral tendrá que dilucidar -puede ser que el idiota de Lefevre no incluyese alguna claúsula contra el dopaje, porque a lo mejor tendría que despedir a Tom me pusieron coca en la bebida Boonen-, al menos una cosa queda clara: Schumacher, además de calvo, tiene una cara que se la pisa. Es la antonomasía de la desfachatez: le fichan en uno de los mejores equipos del mundo por una cifra muy elevada gracias a sus rendimientos obtenidos por el dopaje, y cuando se descubre su butrón tira p´lante y bueno, lo firmado, firmado esta. Ojo, los contratos están para eso, pero también se incluye la buena fe de las partes contratantes. De ambas. Lefevre sabía perfectamente lo que fichaba.

09 julio, 2008

Schumacher sale de las tinieblas

Alguien que no aparecía en ninguna quiniela ha ganado la primera crono del Tour. Corredor-guadiana por excelencia, y con un expediente impresentable, el alemán Schumacher realizó un portento de carrera en Cholet, en un disciplina que sin serle ajena -cuarto en una crono del Giro, ganador en Tirreno 07- tampoco es la suya. Lo suyo son las arrancadas de fuerza y potencia, uno de los mejores del pelotón. Todavía joven, está por ver a donde llega.

De momento, en este Tour se puede esperar poco. El año pasado debutó y acabó a tres horas, en un anonimato inexplicable. Como todo su equipo. Al contrario que el segundo clasificado, de nuevo Kirchen, y que al menos sabemos que puede llegar al final gracias a su 7º puesto de 2007, Schumacher se dedicará a ganar etapas, tras una temporada calamitosa donde no ha asomado la oreja en ninguna carrera. Hasta ayer.

El más beneficiado de los grandes favoritos, como cualquiera podía ver, fue Evans. Y el segundo, Menchov, para sorpresa de De Andrés y Probenecid, que parece que desconociesen el rendimiento del ruso en la disciplina, a pesar de exhibiciones como las de la Vuelta 2005 o el año pasado en Zaragoza. Aún así, apenas le sirven para enjuagar los 38" de la etapa de Nantes. Una pena, porque es un corredor de la escuela navarra -no se despega subiendo, defiende lo ganado contra el crono- y siempre es bonito ver una defensa de ese tipo.

A Piti lo querían convertir en algo así. De hecho, ganó la Dauphiné, en sus propias palabras, "a lo Induráin". Ayer se dejó 1´07" con Evans en 29 kms. Un mes antes le había sacado 21" en 31 kms. Saquen ustedes las cuentas. Aún siendo bastante decente la crono ejecutada por el murciano, no deja de ser una involución de Cronoman, que parece encontrar la kriptonita en el Tour de Francia. El 23º de la etapa, algo bastante peliagudo para querer ganar el Tour, aunque insisto que los tiempos no han sido tan demoledores.

En medio han quedado clásicos (Millar, Cancellara el esperado, Voigt, Hincapie, Chavanel, Iván Gutiérrez) y auténticas sorpresas. Vandevelde, el hombre cuya confesión podría aclarar los Años de la Vergüenza (ha militado en UsPostal, Liberty y CSC, en solución de continuidad, siempre sin resultados) ha sido 8º, su mejor resultado como profesional. Nibali -han leído bien- un sorprendente 10º, tras haber acabado el Giro arrastrándose en el Mortirolo. Y entró en meta pedaleando con rabia, como si quisiese más kms. Probablemente, el mejor resultado de un italiano en una crono del Tour en un lustro.

En cambio, el resultado más esperanzador de un transalpino en esta disciplina corresponde a Cunego, ayer mismo. 17º, metiendo tiempo en crono a todos los escaladores y cediendo poquito con los mejores rodadores. Habrá sido el parche, pero aquí hay corredor para las zonas nobles de la clasificación general. Desde luego, la nota positiva del día. Y otro muy destacado ha sido Kohl, el escalador austríaco apodado faccia di maiale en Italia, 31º y militando en el Gerolsteiner: lo veremos cuando la carretera se empine.

En el capítulo negativo se queda F.Schleck, que no mejora contrareloj y se queda el 46º, por detrás de sprinters; Zubeldia -no es una novedad-; Popovych, el año pasado 4º en las dos cronos, éste por encima del puesto 100º; y Cobo, a 3´45". Dice que no fue cómodo, que las pulsaciones no le subían de 160 y tal y cual. Bueno, más trabajo para Piepoli cuando aparezca la montaña. La general, en sus diez primeros puestos, está copada por rodadores, salvo dos: Kirchen, que está a 12" de asaltar el maillot amarillo el jueves; y Evans. O sea que ya saben: a atacar, que esto es el Tour y ya hay algunos que han cobrado ventaja. Y es sólo la cuarta etapa.
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A Urraburu no le cae bien Schumacher. Por eso elenca y se deleita en todo su historial de dopaje, lo nunca visto en este periodista. Qué saludable sería que lo hiciese con todos los corredores. Pero ese no es el periodismo que se practica en este país, de amistades y clientelas.
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Anker Sorensen, que estuvo en el Giro de paseo para después ganar una etapa de montaña en Dauphinè, repite en Austria, nada menos que en el Kitzbühler, otro puertarraco de aupa de esos que hay en los Alpes de ese país.

23 abril, 2007

Schumacher gana su primera clásica

El alemán Stefan Schumacher fue el justo vencedor de la Amstel Gold Race: provocó el corte decisivo y fue el que realizó el ataque justo, a poco menos de un km. para el final, para llevarse la carrera. Apenas si tuvo que recurrir a la superioridad numérica de su equipo y se aprovechó de uno de los mayores anticlímax que se recuerdan en el ciclismo reciente. Con 25 años tiene etapas en grandes vueltas, generales de vueltas ProTour y ahora una clásica. Su futuro parece por escribir, pero los primeros renglones auguran una carrera de muchos éxitos.

La ocasión hacía fantasear con un sprint de antología entre siete de los mejores uphill finishers del panorama: Bettini y Boogerd, los primeros que salieron al corte de Schumacher, pero también Rebellin, Kessler, Di Luca -metido en el ajo por otro Gerolsteiner, un Weggman qué después desapareció- y, cómo no, Piti Valverde. El murciano fue el último en incorporarse a la avanzadilla, y aunque la catastrófica realización nos escamoteó las imágenes, no debieron ser muy diferentes a las de la subida de Monachil en la última Vuelta: gran esfuerzo para entrar y después renqueante en el final, y todo por no estar bien colocado. Tanta fuerza y tan poca cabeza...

Pero no adelantemos acontecimientos. La situación era golosísima. Se anunciaba un sprint de esos para sentar cátedra: la ocasión propicia, los mejores, el héroe local...A pocos kms. para meta para mí el favorito más claro era Di Luca, el único corredor capaz de ganar a Piti en esos finales (ya lo ha hecho en Collado Bermejo o en La Covatilla) y que incluso se permitía el lujo de hacer el macarra con la cámara, señal inequívoca de que iba pimpante. Nadie tiraba con excesiva aplicación -al que más se veía delante era a Valverde, vaya usted a saber por qué- cuando a falta de poco más de un km. Schumacher salió sin excesiva fuerza y empezó a subir el Cauberg ante la mirada bovina de sus compañeros.

Algunos dicen que Rebellin actuó de secante. Yo no lo ví. Igual que no ví la entrada en meta del alemán, en un error de realización imperdonable. ¿A quien enfocaban? Pues a Kessler que iba derechito hacia la segunda posición, o buscando a su querido dientes largos Boogerd. Fue el anticlímax total: no hubo ganador, no hubo sprint entre los favoritos y la mayor emoción fue ver como Rebellin superaba a Kessler -ganador en el mismo final en la etapa del Tour 2006- por la segunda plaza y como DiLuca se tenía que contentar con la tercera plaza. Quinto Boogerd y sexto Piti, empujado por Bettini arcoiris en ese extraño rollito que se llevan entre ellos desde la pasada Vuelta, el Mundial y el Giro de Lombardía en donde el italiano declinó recoger el premio en solidaridad con el vencedor del ProTour, humillado sin ceremonia.

Mucha más emoción tuvo la lucha por la octava posición. Un numeroso grupo se había formado a espaldas de los escapados, incluyendo a los dos Rabobank que tenían que ser escuderos de Boogerd. O no. Yo no entiendo como teniendo esos compañeros de viaje que tenía el holandés no mandaron tirar a Freire y Dekker por detrás, pero el caso es que estos dos se quedaron a cola de los perseguidores por lógica de equipos y, en el caso del triple campeón del mundo, nos regaló un maravilloso sprint en cuesta con bandazo lateral incluído, marca de la casa cuando está que se sale. ¿Damnificados? Un Riccó que se las prometía muy felices, Schleck que se pegó una buena costalada y una largo reenganche al grupo en los últimos 30 kms, Joaquím clasicómano Rodríguez, el propio Dekker y Weggman.

Son cuentas de la lechera, pero si Freire hubiese podido estar en el grupo de cabeza -¿quizás una ayudita de Dekker, igual que J.Rodríguez llevó a Valverde?- el desenlace hubiese sido otro muy distinto. Ahora nos podemos plantear cómo es que el cántabro lleva en forma desde principios de febrero, pero el caso es que en una semana termina su ciclo y está en la cúspide. Quedan Flecha -el año pasado escapado 50 kms. con Moos, el pelotón sufrió para cogerlos- y Lieja -el año pasado 14º, a sólo 29"- y, después del sprint de ayer por el octavo puesto, todo preparado para lo que salga.
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Marinangeli, ese desconocido corredor que llegó líder a la última etapa de Coppi&Bartali y que ahora estaba cuajando un buen Giro de los Abruzzos, suspendido por el hematocrito alto. El caso es que no es la primera vez. 26 años y un amplio historial.

23 julio, 2008

El CSC, al estilo Armstrong

Si ayer calificaba la etapa de Jausiers como un experimento, hoy se puede afirmar que ha sido un experimento satisfactorio. Escapadas, emoción y final trepidante, amén de unos paisajes increíbles y, lo que más le gusta a la televisión, gente descalabrándose por los precipios.

Por supuesto, siempre hay algunos a los que no les gusta el puro espectáculo ciclista, y es capaz de titular con esta desgana y apatía. Al final no pasó nada, es cierto, en una etapa muy similar a la del Giro 2005 y el Col de Finestre. Cambiarlo todo, para que al final no cambie nada. Pero se intentó.

Se forma de salida una escapada con más de 30 corredores y el CSC le deja hacer, ya que entre los fugados estaban Voigt y Arvesen. Pero también Valjavec -De Andrés no se dio cuenta hasta pasadas dos horas-, Cunego y otros corredores muy peligrosos, además del número en sí. Schumacher realiza una ascensión al Lombard increíble -sentado, como una cronoescalada- y corona por primera vez este puerto inédito. Su ventaja llega a alcanzar los 12´sobre el pelotón, donde el ritmo lo marcan O´Grady y Cancellara....

Al principio del Tour Carlos Líder Máximo Sastre soltó sus habituales sentencias, este año referidas a que iba a ser una carrera muy loca y que no había ningún equipo para controlar. Bueno, pues en el CSC andan todos. T-O-D-O-S. Y la etapa de ayer fue una buena muestra. Bajando Lombard, Cancellara pincha y el equipo decide esperar: lean otra vez la frase, que está bien escrita. Sólo había 15 kms de llano hasta el inicio de la Bonette. Al inicio del puerto, los fugados cuentan con 9´y Valjavec es virtual maillot amarillo. Eso pasó ayer, "una etapa más, un día menos".

Cancellara hace los primeros kms. de La Bonnette a su ritmo habitual; después le sigue Gustov; después Andy Schleck; cuando alcanzan a Arvesen, el veterano noruego se revela como un escalador, y se marca bastantes kms; y por último Voigt. Para entonces, la ventaja de los fugados -que cazaron a Schumacher a 3´5 kms de coronar- era de solo 2´30", con Dessel tirando prodigiosamente, con viento racheado, de su líder Valjavec. Así funciona el CSC: igualitos, igualitos que el difunto UsPostal/Discovery Channel. Mantener el bloque, aunque uno pinche bajando. Convertir a rodadores en escaladores, como Padrnos, Noval o Hincapié. Les falta la pulserita amarilla.

Cunego fue reintegrado con los favoritos, mientras que en el paso del puerto atacaba el Barloworld Augustyn, que poco después se despeño. Cuatro corredores se jugarían la etapa: Dessel, Popovych, Casar y Arroyo. En el grupo Samuel Sánchez hizo su habitual número circense -su equipo había lanzado un órdago con Astarloza, que duró hasta la mitad del puerto- y Menchov empezó a perder metros. Fue un descenso vertiginoso, muy emocionante, y una innovación que debería estar todos los años en las carreras: coronar y bajar. La etapa se la llevó Dessel, el corredor que más se lo merecía por su trabajo, además de Schumacher. Menchov se dejó en meta 35", y ya está a más de 1´de Evans, su referencia para la contrarreloj. Por fin cayó Vandevelde, que todavía luchará por posición de honor entre los diez primeros, y Valjavec se cuela entre los diez primeros. No cambió nada, pero hubo batalla, agotamiento y un equipo metahumano. Las dos primeras características pertenecen de siempre al ciclismo, la última al ciclismo de los últimos diez años.
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La etapa de hoy se podría calificar como la Santísima Trinidad de los Alpes: Galibier, Croix de Fer y Alpe d´Huez. 210 kms. Cuatro corredores en 49", tres de ellos escaladores. Todos necesitan atacar, especialmente a Evans. Visto el estado de forma del CSC, será difícil que algún favorito se escape antes del puerto final. Curioso: el último ganador en la cumbre-mito es el actual líder, el segundo mejor escalador de esta edición. Y aún así tendrá que atacar. Como Kohl. Como Menchov. Como Sastre. Y sin embargo, yo veo ganador a Valverde...
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Curioso. Cuando lo ficharon a finales de abril, sacaban pecho y recibían con gusto palmetazos de machotes en la espalda. Incluso llegaron a decir que tenían un hueco para DiLuca, si quería. Ahora lo devuelven a la madriguera. Pobre Basso, su Tour será el de 2010, con 32 para 33 años. Una vida deportiva truncada por un tentato doping. Seguro que todo esto no tiene nada que ver con lo de Beltrán, qué va.

29 octubre, 2008

Hasta dentro de dos años

Ya ha pasado el tiempo suficiente para hablar de Bernard Kohl. Parecía que el momento era tras su tercer puesto en el Tour de Francia, pero en este ciclismo que padecemos, siempre hay que esperar un poco más. En el caso del corredor austríaco, a la rueda de prensa en la que confesó que se había dopado.

Hace un par de años mantuve una agria polémica con un lector que estaba emperrado en que el tercer puesto de Kashcheskin en la Vuelta 06 era lógico y razonable. Vamos, que un corredor que nunca había hecho nada se aupase al podio de una grande era cosa común. Después vino A.Schleck en el Giro 07 y ahora Kohl. A la espera de lo que le pase al luxemburgués, el éxito de Kohl -igual que el del kazajo- en el pasado Tour se debe a la ambición y la droga. En cuanto a este lector, que juró que jamás volvería, estará mordiéndose las uñas o tomando cicuta.

Abreviando: Kohl disfrutó de los honores del podio del Tour, potenciados por ser el primer austríaco en 50 años en subir al cajón. No se le vió con muchos remordimientos. Es más: fichó con una nómina muy alta por el Silence-Lotto. A partir de septiembre, cuando se supo que el Tour iba a volver a analizar las muestras del verano, empezaron a salir tonterías del Gerolsteiner, donde el cuadro técnico (Holczer y Dietzen) dice no saber nada. Vamos, que un corredor que jamás había hecho más allá de un 3º puesto en Dauphiné en 2006 de repente suba al podio del Tour es lo más normal y corriente.

Como el primero en caer fue Schumacher, su compañero Lang dijo que, en el momento en que se supo que el Tour iría por segunda vez a por los tramposos "el autobús estalló de jubiló, nos abrazabamos todos, menos Schumacher, que se apartó y quedó solo. Dijo que tenía problemas con su novia". ¿Se imaginan a Kohl -si tenemos que creer a Lang, claro- brincando y brindando por los nuevos análisis buscando CERA? ¿Estamos locos o qué? Claro, Lang no se esperaba que fuesen a cazar a Kohl: todo el Tour encaramado a las primeras posiciones y sin pitar la máquina...

Bueno, pues los análisis de sangre han dado positivo por CERA en dos ocasiones: dos días antes de empezar el Tour y en la jornada de descanso de Pau, donde fue uno de los protagonistas. A saber que técnica tenía para no dar positivo en el mismo día que competía. A los pocos días de conocerse su positivo convocó una rueda de prensa y confesó que "había caído en la tentación" y bla-bla-bla. Que acepta los dos años de sanción y que va a colaborar. De momento, su colaboración se limita a decir que compró la EPO de tercera generación por Internet: ha aprendido de Sinkewitz y quiere volver al pelotón con 28 años.

No contento con su particular show de hipocresía, recientemente ha añadido, en declaraciones a la revista alemana Focus, que se dopó tras caerse en la crono de Dauphiné y ver como peligraba su preparación para el Tour. Su equipo desaparecía y el estaba sin contratos ni resultados. Básicamente como había estado toda su vida deportiva, pero en vez de asumir su destino como ciclista, se pasó a la droga dura y de vanguardia. Tengan en cuenta que Kohl asistió, impasible, a cómo era cazado Riccò por la misma sustancia. Ahora nos pretende vender que lo suyo fue un "error", una "tentación" y prácticamente un accidente: iba andando por la calle y me caí encima de una jeringa de CERA que estaba de pie.

Así es el ciclismo. Adelante hasta que te pillen, y si te pillan, algunos incluso van más adelante (Heras, Santi Pérez, Hamilton). Kohl cobró en los suculentos criteriums post-Tour, fichó por el Silence-Lotto y estaba a punto de ser nombrado deportista austríaco del año. La única diferencia de su historia con la de los demás dopados es que ha confesado al ser pillado. Riccò sólo lo ha hecho porque creía que le rebajarían la pena -antes lo negó vehementemente-, mientras que los Dueñas, Beltrán, Piepoli o Schumacher -por limitarse a los del pasado Tour- permanecen en silencio.

¿Por qué Kohl ha reconocido su dopaje? Porque le da igual. Recuerden que estaba con un pie y medio fuera del ciclismo. Si me dopo y me sale bien, doy el butrón de mi vida. Y si me pillan, pues nada, me quedo como estoy, que lo del dopaje es un "accidente" que le puede pasar a cualquiera. Al final ha sido una situación intermedia: ha disfrutado de las mieles del éxito, y de los dineros de los criteriums, que imagino que no lo demandarán por estafa. Dos años en barbecho y podrá volver. La situación es muy similar a lo que opina mucha gente sobre los políticos municipales corruptos: hasta que no devuelvan la última peseta que no los dejen libres. Y la realidad es que cumplen sus años de prisión (entre cinco y diez, más de lo primero que de lo segundo) y al salir de la cárcel siguen disfrutando de un nivel de vida y gasto envidiable. Apenas se recupera una mínima parte del dinero robado, que queda debajo del colchón para tiempos futuros. Por tanto, por este y otros muchos motivos, sí a la sanción deportiva de por vida. Sí a pena de cárcel para deportistas dopados. Sí a borrar a un ciclista dopado de todos los archivos. Sí a que devuelva todo el dinero ganado. Y no a las excusas de "cometí un error". ¡Cómo si no hubiese hecho su balance personal de tanto gano, tanto pierdo antes de picarse con la jeringa!
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No han pasado ni diez días desde Lombardía -donde Urán fue tercero, pero donde también brillaron Dani Moreno y J.Rodríguez- y el Caisse d´Epargne ya está concentrado. Que alguien me corrija, pero no recuerdo una concentración de equipo tan tempranera. Ya parecían muy anticipadas las míticas del ONCE o Liberty en Puente Viesgo allá por noviembre...en fin. El ciclismo. Después empezará el peregrinaje, propio del baúl de la Piquer, por Australia y demás.

24 agosto, 2006

Una caída quita el Tour de Benelux a Hincapié.

Toda la emoción que le faltó en las seis primeras etapas estuvo en el última día del Eneco Tour. La Vuelta al Benelux, un invento del ProTour que el año pasado fue a manos del rejuvenecido por el CSC Bobby Julich, cambió el formato de crono en el último día por una especie de mini L-B-L de 205 km. y final en Ans. En la general iba líder Hincapié por 3" sobre Schumacher, una de las revelaciones de la temporada.

Tras una etapa movida, pero controlada por el Discovery como en otras épocas, en la última subida saltó la estrella local Phillipe Gilbert, con fuerza suficiente para llegar en solitario a meta. A 50 m. de la misma un espectador enfervorizado por la victoria de su paisano valón se mostró demasiado efusivo en sus celebraciones y asustó a Schumacher, que se apartó bruscamente y en su desplazamiento derribó a Hincapié. El alemán, tercero en la etapa, sumó 4" de bonificación y se llevó la general por un exiguo segundo, ante el pasmo del americano. Reclamó y reclamó, pero los jueces no hicieron caso.

El domingo Hincapié defiende título en el GP de Plouay, donde seguro que saldrá con rabia añadida. Lleva una temporada por debajo de las expectativas, a pesar de haber sido maillot amarillo en el Tour durante un día, y con el gran borrón de la caída en la Paris-Roubaix. A ver si por lo menos le vemos disputar un Campeonato del Mundo antes de que se retire. En cuanto a Schumacher, tiene con 25 años un espléndido futuro en las clásicas y pruebas de un día, donde es un corredor potente y veloz. Ya ganó en el Giro en la llegada a Namur con un golpe de finisheur, y su espléndida prestación esta semana confirman que las carreteras belgas le van muy bien. También hay que destacar que el cuarto ayer fue el sprinter Gasparotto, que parece que empieza a salir (y muy bien) de su eterna mononucleosis. Y tercero en el podio final el joven y prometedor italiano Nibali, que sigue devorando pasos a una velocidad asombrosa: en marzo gana a Bettini y en agosto se mete entre los primeros en una carrera ProTour.
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Alberto telele en Lagunas de Neila Contador no participará en la Vuelta a España. Dicen que no se ha recuperado del extraño mal que le aquejó aquel día de agosto, cuando atacó y no se fue -a diferencia de en Romandía y en Suiza- y después pagó los esfuerzos. Supongo que ahora volverá a tener tiempo libre para escribir cartas abiertas a diestro y siniestro. ¡Y mira que ya hace tiempo que le dió el vahío!
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Otro que no va a estar es Oscar Freire, al que le ha caído la sempiterna lesión de la temporada, esta vez en forma de problemas en las cervicales. El cántabro ya ha ganado sus dos primeros Mundiales sin pasar por la Vuelta, pero a ver que tal se recupera y si vemos mejorar su forma en las carreras alternativas previas a la cita de Salzburgo. No sé, da pena ver a Freire participando en la Vuelta a Polonia, pero con este corredor nos tenemos que acostumbrar a que por lo menos siga corriendo.

09 mayo, 2006

Schumacher, un bólido en Namur

En el ciclismo, todo cambia con la lluvia. Ayer llovió durante todos y cada uno de los 200 km. de la etapa que atravesaba Valonia, a veces caprichosamente pegados a ese río-mar que es el Mosa, a veces -la mayoría- a grandes autopistas. A 50 km. se produjo una previsible montonera y el peor parado fue Alessandro Petacchi: aunque consiguió acabar la etapa, se ha roto la rótula y peligra su participación en el Tour de Francia. La noticia es de alcance si tenemos en cuenta que en las últimas tres ediciones del Giro ha ganado 19 etapas. Esta vez no podrá ser, y el equipo fantasma que es el Millran quedará expuesto a la contradicción de ser gregarios sin un líder.

Una etapa que tenía que ir volando para llegar cansados a la subida a Namur fue lenta, lentilla (poco más de 39 km/h) y, mientras el Quick Step controlaba férreamente la carrera, muy pocos corredores se aventuraban a saltar. Lógica de clásicas, y Bettini que tenía que dar la estocada. Al inicio de la ascensión, salta el rejuvenecido Loddo. No va muy lejos y es el turno de Rubiera, un corredor que bajo la lluvia se transforma y que ganó las etapas reinas del Giro en 1997 y 2000. Faltan poco menos de dos km. para meta y su aventura apenas dura un respiro, ya que un Gerolsteiner salta y le rebasa fulminantemente. Por su pedalada es fácil adivinar que ganará la etapa. ¿Quién es? Schumacher, el joven de 25 años que el año pasado arrasó en varias carreras con el Shimano para después protagonizar un extraño positivo y fichar esta temporada por el equipo celeste alemán. Ya fue tercero en una etapa de la Paris-Niza tras Boonen y Davis, ganó una prueba por etapas en Francia y disputó el mes de abril a tope. Se suponía que llegaba ajustado al Giro y en el prólogo marcó un meritorísimo cuarto puesto. Dicen que sube, sprinta, va contra el reloj y que es ambicioso. Ayer ganó a lo campeón en un final difícil, y encima se pone la maglia rosa.

Rubiera apretó los dientes para entrar segundo por delante de todo el pelotón, encabezado por una avanzadilla con Rebellin, Bettini -el gran derrotado de la jornada-, Gilbert, Voigt, Molleta -tras trabajar como un chino para sus dos líderes-, I.Gutiérrez -se le dan bien estos finales- y Savoldelli, que ha vuelto a meter tiempo al resto de los aspirantes a la victoria final, 7". Eso sí, algunos como Simoni (23") o Rujano (49") ven como el corredor que les derrotó el año pasado ya tiene la misma diferencia con la que se coronó en Milán...algún buen analista sacaría una conclusión de esto, yo no me voy a atrever. Ahí va un tópico: la carrera acaba de comenzar y nadie ha ganado ya el Giro, pero si que hay algunos que lo han empezado a perder.

Y para no perder la costumbre, hay un tipo de corredores que nunca pierden (juro que acabo ya con los juegos de palabras). Paolo Bettini, sin ir más lejos. Ahí va, en todo un compendio de filosofía occidental que haría casteñear a Sócrates, su análisis de la jugada del ganador de la etapa: "Cuando atacó Rubiera, dudé un segundo y después ya fue demasiado tarde porque una moto de la organización me bloqueó justo en el momento en que Schumacher se iba". Como en Hamilton, vamos. Como este año en Flandes. Pobre Bettini, siempre duda un segundo, precisamente ese segundo. Y si hay una moto de por medio, mejor que mejor. Había dicho que llegaría de rosa a Italia, y una vez más en esta temporada se ve superado netamente por otro representante de la generación que viene a jubilarle. Como debe costar admitirlo, pardiez.
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En Namur está el Parlamento Valón, que ayer suspendió sesiones para recibir al Giro de Italia. La oposición ha protestado, en parte porque le va en el sueldo y en parte porque tienen razón. En todo caso, la locura de los belgas por el ciclismo alcanza cotas difíciles de explicar a profanos.

24 octubre, 2008

Historia de una jeringa

¡Ay la CERA! Para la mayor parte de los aficionados, esta sustancia entró en su esfera de conocimiento con el positivazo de Riccò en el pasado Tour de Francia. "EPO de tercera generación", la marca comercial de los poderosos laboratorios Roche (Mircera) o simplemente "doping". Sin embargo, los ciclistas conocían y utilizaban el innovador avance médico desde por lo menos dos años atrás. Arribas apunta que incluso cuatro años antes.

En otro de esos misterios que envuelven la Operación Puerto (¿misterios? ¡Ja! La Operación Ocultamiento, por si alguien tenía alguna duda), la CERA ya apareció en los registros de los pisos francos de la banda de Eufemiano Fuentes, como publicó ABC al día siguiente. Que después esa sustancia no apareciese en el amplio elenco de sustancias recogidas en el informe de la Guardia Civil ya no debe sorprender a nadie, como no lo hace lo de 18.- Valv. (Piti), lo de A.C o la información de la Cadena Ser donde indicaba que todo el CSC (o sus siglas) era monitorizado por el vampiro canario.

La conclusión es evidente: la CERA circulaba por el pelotón desde hacía tiempo. Y eso que sólo había sido comercializada el 29 de abril de este año. Se había filtrado al uso deportivo ya en la fase de los test clínicos, cuando no antes. Como la Operación Puerto se aleja en el tiempo, no es conveniente irse tan atrás. No hace falta. Basta con recuperar el Giro de este año. Evidentemente Riccò no debutó con la CERA en el Tour. Su equipo ya había hecho exhibiciones como la de Hautacam en el Giro 2007. A Riccò lo pillaron por un análisis de orina. A Schumacher, Köhl y Piepoli por análisis de sangre. ¿Y qué ha sido de Sella, el único pillado por CERA fuera de la competición y fuera del Tour, que viene a ser lo mismo en el clima de mofa e impunidad en el que se mueve el ciclismo?

Esta es la historia de una jeringa. La que basta para que la CERA deje sus efectos durante tres meses. Se estaba disputando el Giro y el padre de Andrea Molleta, fedelissimo de Rebellin, fue detenido con 82 pastillas de Viagra y una jeringa oculta en un tubo de pasta de dientes. Ya ven que magro botín. El caso ni siquiera fue comentado por el patrón del Giro en su muy voluntarioso análisis del dopaje durante su carrera. Y eso que el Gerolsteiner (sí, el equipo de Köhl y Schumacher) acabó la carrera con sólo dos corredores. ¿Para quien iba la jeringa de CERA que transportaba el padre de Molleta?

No se sabe, pero parece claro que a Sella no lo han pillado por un control al uso. A finales de julio, después de mes y medio sin competir...todo apunta a una delación y que después se derrumbase. Como Basso, al que le dijeron que tenían sus bolsas de sangre, que era mejor que cantase, y después resultó que era mentira. La colaboración se ha limitado a señalar a su compañero Priamo -que lo ha negado todo- y poco más. De momento, ni el CONI ni la UCI han emitido ninguna sentencia oficial. Para salvar las apariencias, los italianos aseguran que durante el Giro ya hacían controles de CERA, y que ninguno resultó positivo. Claro.

McQuaid, presidente de la UCI, ha afirmado recientemente que está en contra de análisis retrospectivos de muestras conservadas, diciendo que es "inútil, caro y que no contribuye a luchar contra el actual doping". Conviene recordar que los controles antidopaje de este pasado Tour los llevó a cabo la agencia francesa, y no la UCI, institución que ha salido muy mal parada en su lucha contra el doping. Tras las declaraciones de McQuaid, aún más. Hay un miedo muy fundado a acabar con la mayor parte de las figuras del ciclismo con sanción, una especie de maremoto de este deporte. Sólo así se justifican las declaraciones de McQuaid, que ha querido corregirse para empeorarlo todo aún más. Atentos.

Tras afirmar que las muestras pueden no ser válidas -el mismo argumento que los abogados de los dopados, o que el propio Armstrong- y otros jocs florals, ha tenido el coraje y la sinvergonzonería de decir que "la CERA no estaba disponible el año pasado". ¡Tremendo! Tenemos esa evidencia de la Operación Puerto, las pruebas clínicas previas al lanzamiento de un nuevo medicamento desde hace por lo menos cuatro años y la jeringa del padre de Molleta, y McQuaid se atreve a decir eso en su loca lucha por seguir adelante. Estaría indignado si todavía conservase esa capacidad, pero prefiero contarles otra cosa.

¿Puedo ya? Espero que sí. De entre todas las amenazas recibidas a lo largo de la historia de este blog, las peores y de más altas instancias vinieron a raíz de este post. A mí no me parecía muy normal que Eufemiano Fuentes llevase en su cartera el número personal de Mario Zorzoli, máximo responsable médico de la UCI contra el dopaje: la persona que sabe qué controles se hacen, con qué parámetros, cúando y a quien. Personas muy relevantes, que han acabado casi en ángeles de la guardia de este modestísimo blog, me dijeron que mejor no siguiese por ahí. Que el dopaje mueve muchísimo dinero e intereses cruzados. Bueno, ya lo he dicho. Sin desvelar a nadie. No me podía aguantar. Hay un límite a la hipocresía, en esta caso de la UCI. Tampoco he dicho nada nuevo, como siempre. Simplemente he puesto las cartas que están a la vista de todos en la mesa. Y la conclusión sigue siendo la misma: ahí fuera no hay nadie. Nadie.
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Ya habrá tiempo de comentarlo, pero la Tribuna di Treviso (controlada por La Repubblica) se apunta una buena exclusiva al desvelar la totalidad del recorrido del próximo Giro, que también será bastante diferente.

30 septiembre, 2007

Pepito cogió su fusil

La foto del Mundial 2007, reducido al instante de la victoria, es la de Paolo Bettini fusilando tres veces al entrar en meta. Pim, pam, pum. Pieza abatida. Mundial a la buchaca, y van dos, convirtiendo su palmarés personal en uno de los más ricos de la historia del ciclismo. Felicidades. Siempre se negó a firmar el compromiso de la UCI, ha sido uno de los adalidades de la revuelta y, en el podio, se ha negado a saludar a McQuaid en el momento de la entrega del arcoiris. Un Mundial parido entre dolores, con forceps final, no merecía otro ganador que Bettini.

La carrera la mereció Italia. Tirando desde un primer momento, con un Bertolini de 35 años corriendo como si tuviese 27, o un Cunego gregario mejor que de capitán, los italianos han demostrado tener la mejor selección. España parecía que estaba corriendo bien, sin gastar ningún corredor -a pesar de lo cual abandonaron Flecha y Florencia, que nunca tuvieron que ser convocados-, pero en las dos vueltas finales, las decisivas, se vieron todas las flaquezas de una selección que dista mucho de ser la de 2004 o 2005, cuando se plantaban en el último km. cinco corredores rojigualdas, a cada cual más robótico.

Ahí, a dos vueltas del final, Rebellin se ha ido con Kolobnev, un Sputnik ruso que ha sido plata, como si no le hubiese pesado una fuga en la que llevó la mayor parte del peso. Han alcanzado 35" ante la anomía de la selección española, que ni siquiera en ese momento se ha dignado a tirar. Era un absurdo. Un montón de corredores en el grupo, y a ver los toros desde la barrera. ¿La razón? La conocimos poco después. Pusieron a tirar a cuatro corredores, y al siguiente plano ya solo quedaba uno: el Triki, no precisamente un portento en cuanto a fisionomía y planta de persecución. Sastre duró lo que dura una piruleta en un colegio. Y eso por no hablar de Barredo. Un desastre.

Así las cosas, y con el cartón-piedra nacional desvelado, sólo faltó desvelar a las estrellas. Samuel Sánchez, una calamidad de dimensiones gigantescas, se movió en la subida más dura. El plano no ofrece dudas: aunque está fuera del alcance del objetivo, se ve a Bettini y Schumacher observando por el rabillo el movimiento del corredor del Euskaltel -hoy no ha corrido con su selección-, y en medio Freire bufando y rezando porque no fuese a más aquella carnicería. Mala suerte. Los dos gallos se fueron con el asturiano, también otros diez corredores, y ahí se acabó el Mundial para el máximo favorito. Un Freire 100% hubiese podido seguir el ritmo, es cierto, pero también es cierto que ha ganado el sprint del grupo con una pierna. 14º final, pero seguramente un puesto mucho más alto de no haber visto como un compañero de selección -o de lo que fuese- lanzaba gasolina al pequeño incendio de Kolobnev y Rebellin.

No se acabó ahí el desaguisado del carbayón. En el descenso se puso delante, a marcar el ritmo, cuando el grupo todavía estaba a 10". Fue la última vez que se le vió delante. Imagino a Antequera rebuznando por el micrófono. Al mismo tiempo, la selección tirando por detrás con...Valverde, que después, muy poco después, iba cerrando el pelotón. Y ahí se acabó la selección española, hoy más italiana que nunca. Samuel Sánchez, el de "me voy a jugar mis posibilidades", ni vió el ataque decisivo de Bettini, continuando una acción de Kolobnev. Se fueron cinco para meta, incluyendo al local Schumacher y los auténticos cojos al sprint Schleck y Evans.

Todos tirando muy ordenados y bien azuzados por Bettini. Detrás iban dos holandeses -Dekker y Boogerd- tirando por Kroon, y el futuro bicampeón del Mundo estuvo más tiempo gritando a sus dos mulos que tirando. En eso también es grande, además de en ofrecer maletines y llorar ante la cámara. Dicho en plata: llevaron a Bettini en volandas a la meta, todo sea por la gloria pasajera de hacer cuarto y quinto, los puestos que tenían asignados, de partida, el luxemburgués y el australiano. Por cierto, bellísimos los planos del grupo con Australia tirando, en sustitución de España, para Davis. Y es que hasta en su propia selección sabían que Evans viajaba de maleta.

El sprint no tuvo color. Salió Kolobnev y Bettini le metió una bicicleta de diferencia. Empezó a disparar su fusil imaginario antes de cruzar la línea de meta. El título de este post está basado en la inmortal novela pacifista Johnny cogió su fusil, de Dalton Trumbo. Johnny es un soldado que pierde en la I Guerra Mundial brazos y piernas. También el habla y el oído. La vista. Sólo le queda pensar. Bettini ha ganado el Campeonato del Mundo. Mañana, todos ciegos y sordomudos ante una nueva exhibición de Pepito sobre la bicicleta. El público alemán no lo fue: abucheos en el podio, un sonoro buuuuuuuuuuhhhhhhhhhhh que el italiano agradeció con una reverencia. Antes, había vuelto a disparar desde el podio. ¿A quién? Al ciclismo, sin duda.

01 mayo, 2007

Valverde, un subcampeón nato

De entrada, decir que la Lieja de este año ha sido una carrera antológica y, con mucho, la mejor de las clásicas en cuanto a emoción, disputa y desenlace, por no hablar de una de las mejores ediciones de siempre. El triunfo ha sido para Danilo DiLuca, que venía de ser tercero en la última semana en dos carreras consecutivas, y que ha sido el que más se lo ha trabajado y el que mejor ha sabido ver la carrera. El espectáculo ha sido de todos.

Faltaban treinta kms. para meta y circulaban escapados, al inicio de La Redoute (impresionante las imágenes de los coches aparcados en la autopista para ver la carrera), Unai Etxebarría, Remy Di Gregorio y Kyrilenka, los habituales comparsas para estas carreras. El grupo había rebajado la gran ventaja con la que contaban a poco más de un minuto, cuando se empezaban a producir las primeras, y sorprendentes, escaramuzas. ¿El primero? El asturianín Carlos Barredo, aquejado el miércoles de un malestar gástrico por culpa de “un pastel” y que este domingo ha estado, hay que decirlo claramente, muy por encima de su nivel normal en una competición.

Ver subir La Redoute a esa velocidad a un tío que es ciclista por capricho de Manolo Saiz provoca enojo y angustia, además de escepticismo ante “el pastel”: Bettini, Mister Vomitón en la Flecha, manda por delante a un gregario. Y no se fue solo. Poco después se unió Cedric Vasseur, un corredor de la disciplina C del Quick Step, ese equipo que tienen para competir en la Vuelta al Oeste de Flandes, el Giro delle Fragole y la Subida al Cristo de la Luz. Soy incapaz de recordar la última vez que se vio a Vasseur delante en una carrera importante. Pero ese día estaba ahí, y subiendo con los mejores. ¡Qué miedo daba Bettini!

De resultas se formó un grupo cabecero con los citados y también con los peligrosísimos Schumacher y Kroon. Éste demostró que no era su día, pero el alemán volvió a dar una exhibición terrible, de lo mejor que se ha visto en carrera. Cuando parecía que iban a ser neutralizados, se fue solo y mantuvo una ventaja de 22” sobre el pelotón a lo largo de muchos, angustiosos kms. No era para menos: por detrás solo tiraba un impresionante Peter Weening, felizmente recuperado para la competición tras su desastroso 2006. Era un duelo injusto: un gregario de un equipo sin un rematador claro contra un campeón decidido a hacer una machada bajo la misma vista gorda que le permitió ganar la Amstel.

En la bajada hacia Lieja Schumacher llegó a aumentar la ventaja, mientras la cuenca del Mosa y los restos de una revolución industrial ya superada abrían el panorama. Espera St. Nicklass, y el alemán llevaba el molinillo. Sinceramente, parecía que lo podía hacer. Y todo cambió. En la siguiente toma se vio al CSC tirando a muerte y como la ventaja se reducía muchísimo. Llegaban los grandes, y en el momento en que alcanzaron al Gerolsteiner, se dejó ir y de su fuerza solo quedó el recuerdo, ¡qué cosas!. A poco de coronar se produjo el esperado ataque de Bettini. Respondió muy bien Valverde, reservando energías para el famoso segundo latigazo de Il Grillo, el que reserva para después de coronar, cuando todos van fundidos y esperando un descanso. Así fue, pero había un montón de corredores y los sueños de grandeza de Míster Vomitón se quedaron para mejor oportunidad.

Quedaba lo mejor de lo mejor. Cunego también lo había probado hasta en dos ocasiones, con Valverde muy atento. Valverde para todo. Piti superstar. Y muchos enemigos. Al tercer ataque, el fenómeno de Murcia y del ocultamiento no pudo salir al ataque más peligroso de todos, el del único corredor que no podía esperar al final porque en un sprint de ocho haría noveno: Frank Schleck. El luxemburgués atacó decidido, con su pedaleo característico en el que casi roza las rótulas con el cuadro, y un único corredor vio el peligro evidente, Danilo Di Luca. Para él todos los honores, porque el corredor del CSC era un caballo que le iba a llevar hasta meta.

Dos kms. y la subida a Ans. Di Luca pasa a los relevos tímidamente mientras controla con la vista la distancia respecto al grupo. Por las tomas aéreas vemos que hay otro Caisse D´Epargne ayudando a Piti (¿J. Rodríguez?), todos los demás a rueda. En medio, un Thomas Dekker que ni llega ni se deja alcanzar, para acabar devorado en lo más profundo de la clasificación. Schleck va como una locomotora. Salta Valverde, como sólo el sabe hacer. Impresionante el cambio de ritmo, ¿llegará? Pues no. Di Luca se va de su lanzador poco antes de encarar la recta de meta y obtiene la ventaja suficiente para poder guardar una buena foto de celebración de su gran victoria. Piti todavía tiene tiempo para otro cambio de ritmo, pero únicamente para ser segundo. Otra vez. Nuevamente. La historia se repite.

Los muy hostiles fans del otrora conocido como El Imbatido deberían reflexionar un poco, sin acritud. El corredor de sus desvelos es un auténtico subcampeón: ahí está su impresionante palmarés de segundos puestos y clasificaciones de honor, bastante más grande que el de sus victorias al mismo nivel. Y la de esta Lieja es un resumen de todo. Un tío capaz de hacer esos dos cambios de ritmo en la subida final tiene la carrera en sus piernas, pero no en su cabeza. Si hubiese saltado antes y hubiese alcanzado a Schleck y Di Luca la historia hubiese sido otra. Yo no voy a entrar en el discurso contemplativo de “bueno, ha sido segundo”. Es que Piti es siempre segundo, y se le ve en podio igual de contento que si fuese primero. Y los periodistas le aplauden igual. Así nunca va a espabilar. Patético su gesto de alzar a medio vuelo el brazo al entrar en meta, de auténtico segundón y perdedor.

En fin. Tercero Schleck, cuarto Bettini (segundo de no ir por delante Di Luca y el del CSC), demostrando el correcto timing de las hemotransfusiones y confirmando la paupérrima temporada de clásicas de su equipo, donde sólo Tom Boonen se ha subido al podio en la Milán-San Remo. Y quinto Rebellin, que sale del gran ciclo de primavera con un considerable botín de puntos ProTour, una clasificación que puede tener a su alcance. Mención aparte merece el noveno puesto de Cobo, el grotesco corredor del Saunier: a base de fuerza bruta y la pócima de Saunier ha obtenido el típico puesto del drogado de turno español. Recordemos que esta carrera ha visto a Marcos Serrano séptimo o Perdiguero por la misma posición en los últimos años. Ya ven: tanto drogarse para entrar del quinto para arriba. O volver a ser segundo.

28 octubre, 2008

De Bonis, otro más de la cuadra Gerolsteiner

¿Y quien narices es Francesco De Bonis? Esta pregunta se la hará algún aficionado al ciclismo cuando, dentro de unos años, intente seguir la pista a este simpático corredor que a principios de mayo ganó una etapa del Tour de Romandía de una manera espectacular. Como es difícil que encuentre ninguna referencia, que tenga en cuenta que militaba en el Gerolsteiner.

Neoprofesional de ¡26 años!, este corredor italiano nacido en Isola dei Liri -sur de Roma- fue fichado a final de la temporada 2007, sin presentar un gran palmarés en categorías inferiores. Y poco había hecho hasta que tomó la salida en la prestigiosa prueba suiza. En la tercera etapa acabó 20º en la crono, el mejor de su equipo. Y al día siguiente se marcó un etapón: vale que fueron sólo 116 kms. -la etapa se acortó por problemas de desprendimientos en un puerto-, pero fue la forma en que ganó.

Escapado desde el primer puerto, fue dejando a sus compañeros de fuga y en el último puerto, tras mantener siempre una exigua diferencia, realizó una exhibición de cambios de ritmo ante Beltrán y Gadret (clicar en "laatste kilometer"), con el pelotón exhalando por detrás. Sencillamente impresionante. Acabaría ganando la montaña de la prueba. Quince días despúes, en plena disputa del Giro, la Guardia di Finanza interceptó el coche en el que viajaba el padre de su compañero de equipo Molleta. Desde entonces, ambos corredores no se han vuelto a poner el maillot del Gerolsteiner, un equipo que anunció en septiembre de 2007 que desaparecería y al que parece que le han dado la puntilla Schumacher y Kohl.

No, qué va. Los casos del alemán y el austríaco han sido los más sonados, pero como siempre pasa en el ciclismo, tiene más valor el paisaje de fondo. En el Giro acabaron únicamente dos corredores del equipo, y de uno de ellos todavía no se sabe en que momento abandonó. En el Tour pasaría algo parecido con el Barloworld: pillaron al Dueñas e inmediatamente después se fue su compañero de habitación, al día siguiente otro compañero que había brillado en una etapa y por último un australiano perdido que se rompió la clavícula en una caída. Y qué contarles del Saunier, que se retiró en bloque para "no perjudicar la carrera".

Uno de los mayores mitos del ciclismo en torno al dopaje es que son "casos aislados", a pesar de las evidencias que indican que el dopaje de equipo sigue como siempre. En fin: es el equipo de Rebellin, el abuelo de 36 años que ha firmado una de las mejores temporadas de su vida, que compite de febrero a octubre. Fichó por el conjunto alemán cuando era un equipo muy modesto, en el año 2002, y ahí se ha quedado siete temporadas, y tenía firmado para una más. Molleta es su fidelissimo, como lo fue Paolini para Bettini, y ambos han caído en función de sus patronos.

Hasta este Tour, el Gerolsteiner tenía un triunfo en la carrera francesa, el que regaló Armstrong al veteranísimo Totschnig en el Tour 2005. Como si no pasase nada, Schumacher ha ganado dos etapas en la edición de este año y Kohl se subió al podio. También estuvo escapado Lang en una etapa de montaña, y eso que era contrarrelojista. La sorpresa es aún mayor cuando se compara con el rendimiento conjunto del Tour 2007, donde apenas asomaron la cabeza. En 2006 habían obtenido cierta presencia gracias al joven Fothen, que jamás ha vuelto a acercarse a esos rendimientos.

Por cierto, ¿en qué equipo militaba Danilo Hondo cuando su superpositivo por Carphedon en 2005?

17 octubre, 2008

Lo importante es dar espectáculo, hasta que el espectáculo desaparezca

Uno de los argumentos preferidos de los corredores comprometidos con el actual orden de las cosas en el ciclismo es "lo importante es dar espectáculo". A cualquier coste en términos de salud o de credibilidad del deporte. Gladiadores en la arena, con medias cada vez más altas y rendimientos sorprendentes. A veces, cuando son pillados in fraganti en medio de su particular visión de "espectáculo", son capaces de plantarse y anular una carrera, "porque sin nosotros no hay espectáculo".

Tengo muy bajo concepto de la capacidad de los ciclistas para tomar decisiones independientes. En fin: no es por abundar en un argumento que salta a las luces, pero hasta uno de los más famosos médicos dopadores les ponía motes de perro, con lo que eso significa. Les dicen que si ellos se plantan o hacen boicot, los organizadores y las autoridades deportivas tendrán que negociar, que ellso manejan realmente las riendas del deporte porque sin ellos "no hay espectáculo".

Estas visiones unilaterales siempre llevan a catástrofes en cualquier estructura compleja, y el ciclismo es uno de los deportes más complejos de organizar: desplazamientos, no hay recinto fijo ni hay ingresos por entradas, entre otros incovenientes. Y cuesta mucho lanzar y llevar adelante una prueba. Los ciclistas deben pensar que, en caso de que desaparezcan los organizadores, serán ellos -o su entolno- los que organicen las pruebas, a su gusto y con barra libre. Estaría bien que tuviesen presente a Marco Giovanneti, que intentó compatibilizar organizador (del equipo Eldor) y corredor y acabó retirándose aún joven.

Ayer se supo que en 2009 no se disputará la Vuelta a Alemania. El cartel de la foto permanecerá como el último de la salida de la carrera que más había crecido en los últimos años. No es para menos: el alemán es la lengua nativa más hablada en Europa (98 millones), con bastante diferencia; Alemania es el país más poblado de Europa (85 millones); uno de los más ricos del mundo; y con una cultura del deporte envidiable. En Alemania ha habido un boom del ciclismo en los últimos años, al calor de los éxitos bastardos de Ullrich, Zabel, Schumacher, Sinkewitz o Kessler, todos ellos dopados.

Kohl no es alemán, sino austríaco, pero la cultura es la misma. A raíz de su reciente positivo en el Tour de Francia, el principal patrocinador de la Vuelta a Alemania ha abandonado. Era un patrocinador austríaco que llevaba cinco años respaldando el gran premio, y anunciaba una estación de esquí en el Tirol. Ya ven que vaso comunicante: entre el anuncio del abandono del patrocinador por un corredor que no dio positivo en la carrera que financiaban y el fin de la carrera no han pasado ni 24 horas. Los organizadores de la Vuelta a Alemania han renunciado siquiera a intentar buscar un sustituto.

Paralelamente, las cadenas públicas alemanas ARD y ZDF han renunciado a retransmitir el Tour 2009. Ya en el Tour 2007, tras el positivo de Sinkewitz, abandonaron. Este año volvieron, con un comentarista de excepción: Jorg Jaksche en calidad de "experto en dopaje" y no como ex-ciclista, la figura circense y animadora que se sienta en el dinero público de TVE o la RAI. Era toda una declaración de intenciones. Para el siguiente año ni se lo han planteado: hemos cantado las maravillas de Schumacher o Kohl, y ahora tenemos esta cara de tontos. No volvemos a pasar por ese aro.

En el Tour y la Agencia Antidopaje Francesa no se lo han tomado muy bien. Dicen que si no se detectan dopajes, están enfadados; y que si lo hacen, también. Bueno, no es eso. ARD y ZDF son televisiones públicas y, por tanto -leer de nuevo las especiales características de más arriba- financiadores indirectos de esos dopados, sus médicos y las farmaceúticas que los proveen. Si alguien quiere seguir la rueda del dopaje, con tanto invitación al telespectador a levantarse de la silla para aplaudir un nuevo robot, que lo haga, pero ellos se desmarcan. A mí me parece bien. En Alemania hay televisiones privadas que ya retransmiten el Tour, y son muy libres de hacer con su dinero lo que quieran.

Dicen que en época de crisis la primera partida que recortan las empresas es la de publicidad. En el ciclismo, por tanto, confluirán dos crisis: la de credibibilidad por el dopaje y la económica. Lo importante es dar espectáculo, y lo están logrando. Habrá que ver dónde se plantan si ya no quedan carreras por disputar, ni organizadores con ganas de buscar los cada vez más escasos patrocinadores. Alemania ha pasado de tener tres equipos profesionales punteros a tener únicamente el Millram, que no cuenta con ninguna estrella. Y estamos hablando de Alemania, ojo. Seguirán cayendo más carreras, hasta que el espectáculo desaparezca.
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Victoria para Bennati en el Giro del Piamonte, que el año pasado no se disputó por falta de interés y motivación. El corredor de Arezzo abandonó tras diez días en la Vuelta al darse cuenta de que no iría convocado al Mundial de Varese, y dice que sigue con sus problemas físicos. Ahora son en el pie. El pie del que cojea, se entiende. Antes había pasado esta temporada por un estiramiento en la rodilla, después por una borsitis en el tendón de Aquiles y en la Vuelta por una inflamación en las vías urinarias ("una prostatitis", como a Di Luca en el Tour 2004 en la primera etapa). Tremendo. Si sigue así, está a punto de que le den un certificado médico cinco estrellas tipo cáncer, cavernoma o la cadera de Landis.
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El sábado el Giro de Lombardía. El recorrido inicia en Varese, da la vuelta al lago de Como y llega a esta misma ciudad, tras 242 kms. Entre los favoritos se incluyen Cunego, Samuel Sánchez -en el podio los dos últimos años-, Garzelli, Pfannberger, Grivko o Freire.

13 marzo, 2009

Sanciones universales y no locales

En cyclingnews.com dicen que el CONI dará su veredicto sobre Valverde la próxima semana. No dicen de donde sacan la información, pero lo cierto es que el plazo que tuvo el ciclista para presentar alegaciones -fueron todas de forma- se acabó hace una semana, un tiempo bastante prudencial para que el organismo italiano las haya analizado y pueda pronunciarse.

Como todo sucede con un timing perfecto, también el viernes pasado la UCI tuvo su habitual reunión de inicio de temporada. En la misma, McQuaid dio por válidos los controles de la Agencia Antidopaje Francesa (AFLD) durante el pasado Tour de Francia, los mismos que encontraron lo que la UCI y sus carísimos métodos antidopaje (¿dónde está el pasaporte biológico? Hace un año y medio que empezó la farsa) nunca quisieron ver. Gracias al celo francés, cayeron Beltrán, Dueñas, Riccò, Piepoli, Kohl y Schumacher, además de un representante de serie Z de la raza kazaja, metida en un callejón sin salida biológico.

Hasta entonces, Schumacher se había escudado en que la UCI no le había comunicado nada, y que las sanciones de la AFLD sólo eran válidas en Francia. Ahora McQuaid los da por válidos para todo el ámbito de actuación de la UCI, esto es, todo el mundo y todo el calendario ciclista. El alemán sigue pataleando y lloriqueando, y seguro que tendrá algún abogado al lado recomendándole ir al Tribunal de DD.HH o al Tribunal de la Haya o a la Corte Penal Internacional, todo por sacarle los cuartos. Sin embargo, la batalla parece perdida.

Es un asunto importante para el caso Valverde. Uno de los ejes de las 21 páginas de alegaciones presentadas por Federico Cecconi es que el delito de dopaje no se cometió en Italia, y que las posibles sanciones sólo serían aplicables en ese país. La puerta abierta por la UCI, y la evidente intención de convertir a Valverde en un cabeza de turco (siendo turco) de la Operación Puerto, hacen albergar esperanzas de que el ciclista murciano reciba de una vez la sanción de dos años que lleva esquivando desde el año 2006. No puede ser que un ciclista esté sancionado en un país y que pueda competir en otro, igual que habría que acabar con la vergüenza de que un ciclista esté sancionado y pueda competir en mountain-bike o triatlón. Las sanciones tienen que ser extensivas y universales.

De momento, dicen que Valverde saldrá en la Vuelta a Castilla-León, que comienza el día 23, cuando el CONI ya se habrá pronunciado. Dejando al margen lo paradójico de que un ciclista como Valverde -el número uno del mundo- evite cualquier competición de prestigio (el único ciclista de primer nivel que no ha competido en ninguna carrera de sus características), está por ver la celeridad con la que la FCE, cuya antigua directiva siempre protegió tanto a su paisano, aplica la sanción de la UCI. En otros deportes se han dado casos de federaciones rebeldes -¡el boxeo, siempre tan parecido!- y circuitos paralelos. La federación de EE.UU dejó competir a Hamilton cuando estaba sancionado en una especie de subida rural a un monte, y la UCI la apercibió de gravísimas sanciones. No volvió a pasar. Esperemos que se tenga en cuenta en este caso.
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Hace unos meses se me ocurrió hacer un estudio de la edad en la que un corredor francés gana su primera carrera en profesionales: está más cerca de los 30 que de los 25 años. Es el caso Jeremy Roy, que ayer ganó la etapa de P-N en su sexto año de profesional. Su primera victoria. Se aprovechó de la estupidez de sus dos compañeros de fuga, Voeckler y Tony Martin -del Columbia-, preocupados en vigilarse mutuamente en el circuito final. Hoy es el final en alto, y sólo hay un favorito: Contador. Es un especialista en vueltas que sentencia en las etapas de montaña con final en alto. Cualquier otro resultado sería una sorpresa.
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En Tirreno se salía del bellísimo pueblo de Volterra -de lo mejor de Toscana, y hay donde elegir- y se llegaba a Marina de Carrara, bien cerquita de la casa de Petacchi. El veterano sprinter italiano -35 años- se marcó un sprint de aupa y fulminó a su rivales Bennati y Fdez. de Larrea. Como suele suceder en Italia, hubo circuito final. En la etapa de hoy se rizará el rizo y el pelotón apenas se moverá 50 kms. alrededor de la meta, incluyendo un circuito final de 20 kms. (x3) en Santa Croce sul Arno, un poblachón a medio camino entre Pontedera y Empoli, que a su vez están entre Pisa y Florencia. La crisis también se nota en estos detalles.

31 marzo, 2013

Otra mierda de edición del Tour de Flandes

Ned Flanders
No es algo que pille por sorpresa al lector habitual del blog, pero a mí el Tour de Flandes me parece, año tras año, la carrera con más aspiraciones que más decepciona. No merece la pena ni hacer una previa -para eso ya está el E3- en una carrera que, además, ha sido notablemente empeorada por los organizadores.

Desde el año pasado se disputa con un circuito absurdo que deja la carrera bloqueada hasta la última vuelta al Oude Kwaremont-Patterberg, convirtiendo la carrera que los flamencos y algunos gilipolllas dicen que es la mejor del mundo en un criterium; puedo entender el superlativo de "la mejor del mundo" si eres un aldeano de la zona, pero no tanto en los pelotas que siempre se suman en cuanto hay banderas, multitudes y símbolos, quizás por su carencia de los mismos.

El Tour de Flandes es una de las carreras más importantes del mundo, pero ni es una buena carrera, ni es un bonito espectáculo -al margen de la entrega del público-ni, por supuesto, es la mejor carrera del mundo, un veredicto que no corresponde de antemano y que se tiene que dar al final de la temporada.

Desde luego, este año tampoco va a ser el turno de Flandes. La carrera comenzó con la baja de Gilbert, que ha preferido ir a País Vasco y que pierde la oportunidad de lucir el arcoiris por su tierra; aunque no lo haya dicho, estoy seguro que su decisión se debe a unas poco oportunas declaraciones sobre los nacionalistas flamencos que, como si un día del orgullo gay se tratase, aprovechan la carrera -y también el resto del calendario- para sacar sus alhajas. Gilbert es valón, claro.

Al campeón del mundo se sumó, de improviso, el joven del Astana Guarnieri, que pasó muy mala noche con cagalera, en el ciclismo siempre vaticinio de las mejores cosas. No pudo tomar la salida, cosa que si hizo Boonen para caerse, el sólo, cuando apenas se habían disputado 19 km. de la carrera. Su director se apresuró a decir que ya había perdido toda la primavera, quizás sabedor por rayos-x de la gravedad de unas lesiones que no se veían por la tele. Adiós también a Roubaix.

Y poco más en la seis horas siguientes. La escapada del día daba pena, con Rojas y Greipel, entre otros, además del multifacético Kwiatkowski del Quick Step. El equipo belga no iba muy bien, porque cuando se formó la primera montonera en el Oude Kwaremont también estaba detrás Terpstra, otro que parece no haber tomado los mismo cereales que el año pasado, aunque al menos tiene la decencia de no hacer pasar lo suyo por caídas.

La carrera la llevó siempre el RadioShack de Cancellara, ese equipo dirigido el año pasado por Bruyneel, aunque la propaganda casi haya hecho olvidar este pequeño detalle. Al frente, Hondo, Devolder y Roulston, el neozelandés afincado en Girona que se destapó en 2009 en el Cerveló de negro y de doctor desconocido, aunque intuido. Ese es el #levelplayfield del ciclismo que cambia. Sobre los dos primeros mejor no extenderse.

A 32 km. de meta un grupo de valientes con Offredo -sancionado un año por dopaje, aunque no hubiese positivo- y Roelandts intentó moverse antes del final predicho y preconfigurado en el E3 Harelbeke. En el caso del belga del Lotto, sirvió. A 18 de meta Cancellara atacó en el Oude Kwaremont y sólo pudo seguirle Sagan.

De manera estúpida, el eslovaco pasó al relevo del suizo en el pequeño tramo antes del Paterberg, cuando jamás debería haberlo hecho. Ahí el suizo lo dejó clavado -bastante patética la imagen de Sagan levantandose de la bici en el adoquín para intentar seguir el ritmo- y se fue, a 15 km de meta, a su habitual victoria en solitario, la única forma que tiene de ganar.

Ahí se acabó la carrera, que nada tuvo antes y nada tuvo después. Si esto es "la mejor carrera del mundo", este deporte no tiene remedio. Es un circuito horrendo que mata el espectáculo, aunque los organizadores saquen mucho dinero con las gradas de pago y el paso asegurado de los ciclistas durante tres veces de la prueba.

En contra de lo esperado, el duo Sagan-Roelandts -el belga ha corrido muy inteligentemente, esperando incluso a que lo cazasen el duo Sagan-Cancellara- pudo completar esos 15 kms. sin que los cogiese el grupo, repartiendose las otras dos plazas del podio. Kristoff ganó el sprint del pelotón sobre Ladagnous y Haussler.

Cancellara suma su segundo Flandes tras el de 2010. Aquel año encadenó, como estaba previsto, el triunfo con Roubaix, que se disputa dentro de una semana. Visto como ha estado su equipo de vejestorios y arrumbados del ciclismo, creo que no veré la prueba francesa, porque la resolución está cantada. Que un cliente de Eufemiano Fuentes como Cancellara haya podido desempeñar su carrera profesional desde 2006 con esta impunidad es una vergüenza para este deporte, que canta sus gestas como algo normal.

Por su parte, Sagan logra su quinto segundo puesto en una prueba de un día esta temporada, su segundo en un monumento. Tiene 23 años y todo el mundo augura que ya caerá el primero en algún momento, pero el ciclismo es muy traicionero -cabeza, lesiones, dopaje- y no siempre es tan determinista. Hoy no tendría que haber pasado al relevo de Cancellara: sólo quedaba una subida y era cuestión de aguantar, lo demás ya lo pondría el mulo suizo. No lo ha hecho bien, y ya van demasiadas ocasiones.....casi tantas como tardes perdidas viendo el Tour de Flandes, una carrera que casi siempre decepciona.
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Los 3 días de La Panne para Chavanel, como en 2012. La primera etapa fue para Sagan, que con un golpe final de riñones se impuso a Demarè (21 años, benditos), la segunda para Cavendish y el primer subsector del tercer día, para Kristoff, el noruego del Katusha que va a más. Salió de líder en la tradicional crono final al lado del Mar del Norte, donde Chavanel voló y sacó unas diferencias siderales al resto de rivales.  
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GP Miguel Indurain para Spilak del Katusha, que estuvo fugado todo el día y llegó con 3´ de ventaja sobre el pelotón. Esta siendo uno de los mejores corredores del inicio del año, y aún así nadie se tomó en serio su fuga....
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El órgano del régimen dice esto, después de una semana en la que se han filtrado supuestas investigaciones instigadas por la AEA sobre Armstrong y su dolce vita en España. Es simplemente propaganda para mejorar la marca España vinculada al deporte, sin ningún viso de sacar nada concreto o en firme. Y para mayor gloria de Ana Muñoz, siempre peloteada y agasajada por los medios.
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Danny Nelissen, el que comenzó el actual outing del Rabobank, pierde su trabajo como comentarista en la tele holandesa. Me parece justo, visto que ha estado engañando a su audiencia durante años. Aquí seguiremos padeciendo a Probenecid, pagado con dinero público, quizás porque nunca ha engañado a nadie.  
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Schumacher confiesa, en una entrevista en Der Spiegel, que se dopaba desde los 20 años y que el Gerolsteiner era una cuadra de dopaje donde todo el mundo metía mano en la caja de drogas, bajo el conocimiento de la dirección, que alentaba y fomentaba la práctica. "Era tan habitual como comer pasta". Holczer, el año pasado al frente del Katusha de J. Rodríguez -cuyo representante es Edo, y cuyo gregario es Vicioso o Hemoal Florencio- lo ha negado todo.

Schumacher dice que colaborará con las autoridades, probablemente presionado por su actual equipo Christina Watches, el mismo que el de Rasmussen. Sin embargo, no se conoce que su otro corredor Constantino Zaballa vaya a hacer nada parecido sobre el Kelme, el Saunier Duval o el Caisse d´Epargne. Será que no tiene el reloj Cristina en hora, o sera que todo esto es un sainete.
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Algo se mueve en Ponferrada 2014. Es un tránsito intestinal, el que lleva el acta de diputado de un corrupto sexagenario como el tristemente famoso Ismael Álvarez a ¡cómo no! un deportista, esa fuente de valores. Es la tradición de la zona, que también exportó a Colomán Trabado a las altas jerarquías del PP -¡cómo no!- de Madrid. Por su parte, alguien tan intestinal y de tránsito como Carlos Arribas repara en el sinsentido del Mundial.
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México, esa potencia olímpica, sigue sufriendo la violencia sobre sus mujeres
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El deporte de las toallitas quiere poner el pasaporte biológico, un gran salto desde los prácticamente inexistentes controles fuera de la competición que existen actualmente. Miren esta noticia: una de las inmortales -por longevas, porque acabarán como Florence Griffith- Williams recibe la visita de un inspector antidopaje en su mansión a las 06:00 A.M y no tiene mejor ocurrencia que encerrarse en ese último capricho de los ricos llamado habitación del pánico, que es un búnker dentro del búnker que ya es de por sí la mansión de un rico. Para que se diese la circunstancia de tener que encerrarse ahí, el inspector antidopaje tendría que haber allanado la morada y todo eso, y seguro que simplemente llamó al timbre y se identificó...

Que pongan el pasaporte biológico, ya verán para lo que sirve. 
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(Relacionado con lo anterior) En estos momentos, Duracell Ferrer está jugando la final de Cayo Vizcaíno, ahora conocido como Miami, a sus 31 años y con mucha moral por delante. Del Moral. Aquí lo importante es que todos los domingos haya un español disputando alguna mongolada, para tener a los auténticos mongoles pegados a la tele y apoyando....
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