
¡Ay! ¡Empero el destino es trágico! En tan exquisita relación, basada en el interés mutuo, hubo de cruzarse una malhadada operación judicial que dió al traste con la cenicienta. Unas bolsas de sangre, un nombre-código canino, unas cuantas llamadas teléfonicas y un fax muy comprometedor fueron a acabar con una relación excelsa y exquisita. Ruego que vuelvan a mirar la foto y analicen la mirada. Ya no se volverá a producir.
Ivan Basso lo dijo bien claro, poco antes del nefasto 22 de mayo. "Rijs es mi médico y entrenador personal, sabe todo sobre mí". ¿Sabría los viajes a Madrid para conectarse a una máquina de mete-saca? ¿No le extrañaría que su pupilo sacase diferencias de 2´en cada etapa de montaña del Giro? ¿Se creería que el desfallecimiento del Stelvio en el Giro 2005 fue por los nervios y no por una saca de sangre en mal estado? ¡Eso no se hace entre enamorados! ¡Tener secretos a las espaldas del otro! ¡Así no me extraña que la relación se marrase! Rijs y Basso ya no se hablan. El danés que se peina hacia atrás se ha tomado muy mal las infiledidades de su pareja. Pero no le ha despedido. El italiano sigue recibiendo puntualmente todos los meses su suculenta minuta. Todavía hay un rescoldo en las llamas de la pasión.
Este desatará de nuevo la hoguera si, como se prevé, hoy Basso será exculpado por el CONI italiano ante la insuficiencia de pruebas que lo impliquen en las prácticas de hemotransfusión. ¿Habrá llamadas de reconciliación? ¿Volverán a irse se vacaciones juntos a lugares exóticos a hacer prácticas muy viriles de desembarco y orientación por la noche? ¡Ay, ese gesto coqueto con la mano! En el fondo, sólo han tenido una muy común crisis de pareja y la culpa la tenemos nosotros, siempre esperando por la carnaza y los divorcios. La cosa no deja de ser como en Los amantes de Teruel: tonta ella, tonto él. Y nosotros, claro.
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Este fin de semana se disputa el GP de Zürich. Tras el catastrófico tiempo atmosférico del año pasado se espera una gran carrera, con muchas de las figuras de los mundiales en liza. Sin embargo, no estarán ni Zabel (se reserva para su querida Paris-Tours, donde defiende título) ni Valverde. El año pasado el murciano salía como favorito a pesar de no haber disputado nunca la carrera y le quedó tan mal recuerdo que sólo asocia Suiza al frío. Este año dice que está cansado y que sólo correrá Lombardía, más que nada para recoger el maillot final de vencedor del ProTour.
Así las cosas, el favorito es el Quick Step, donde Bettini repartirá favores del Mundial. Especialmente a Pozzato, ese supercorredor que hizo un Mundial asombroso en cuanto a clase y prestancia, y que está en un momento de forma suprema. Al fin y al cabo, Bettini ya ha ganado dos veces en el velódromo de Oerlikon (y otra vez segundo) y lo que realmente le interesa es el Lombardía. Y veremos que hace Samuel Sánchez, cuarto el año pasado: esta vez no podrá decir que "regaló las medallas" o que Fulanito se "equivocó tácticamente". Esta vez es el y todos los demás. El corredor de las cuatro victorias como profesional se puede comer otro zurullo o ganar la carrera: es lo que pasa cuando te comprometes de palabra.