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08 marzo, 2006

La Tirreno-Adriático ya ha ganado

Hoy empieza la carrera por etapas más prestigiosa de Italia, la Tirreno-Adriático. En sí mismo, este dato no tiene mucho mérito ya que el país transalpino no destaca por la calidad de sus vueltas: la Semana Coppi-Bartali, el Giro del Trentino y Brixia Tour, todas con un puñado de años de existencia y aspiraciones limitadas. Incluso la Tirreno-Adriático sólo tiene 41 años de antigüedad, pero su condición de aproximación a la Milán San Remo, el declive de la Paris-Niza en los últimos años (hace dos temporadas estuvo a punto de no disputarse) y el mejor clima que ofrece ha hecho que en los últimos años se haya aproximado a su gemela francesa, de siempre con mayor prestigio y participación.

Este año, la carrera de los dos mares ya ha ganado a la carrera del sol en cuanto a participación. En la línea de salida hoy en Tívoli se encuentran, además de todo el pelotón italiano al ataque, gran parte de las figuras internacionales que han decidido empezar a pedalear en serio. En la carrera francesa se puede contar a Boonen y poco más: a la tradicional ausencia de italianos (sólo han ganado la carrera con Frigo y el desconocido Camellini en 1946) se suma la espantà de Vinokourov o Valverde, que habían animado la carrera en los últimos años. Además, este año la Tirreno reintroduce la crono y el final en alto, desaparecidos en 2002 tras el triunfo de Erik Dekker. Por su parte, en la Paris-Niza el recorrido carece de estas dos modalidades de etapa, repitiendo un esquema del último año tras las desagradables experiencias de la cronoescalada al Col D´Eze, donde se llevaron el gato al agua absolutamente todos los vencedores. Y después está el clima, claro. El año pasado las etapas de la carrera del sol se vieron recortadas hasta el nivel de carreras de juveniles por culpa del mal tiempo, y este año la amenaza está en el aire una vez que se aproximen al Macizo Central; y esto por no hablar de los corredores embutidos en manguitos y perneras, cuando no gruesos guantes y gorros tapaorejas. No es una ciencia exacta, pero parece que en Italia central suele hacer mejor tiempo a estas alturas del año.

El ganador del año pasado, un huracanado Freire, estará en línea de salida para intentar alcanzar la forma de cara a la Milán-San Remo. El fenómeno de Torrelavega tiene una relación especial con la carrera, parecida a la que mantiene con la ciudad de Verona. En el año 2000, con su primer maillot arcoiris y el contrato fresquísimo con el Mapei, le regaló a Giorgio Squinzi dos etapas de maravilla para que las luciese en la pechera. Salvo en el año 2001, el tricampeón del mundo siempre ha brillado en la carrera italiana, batiendo a Bettini, Cipollini y Petacchi en casa y sin tapujos. No compite desde Andalucía, pero todos sabemos que Freire asimila mejor los entrenamientos que la competición y su estado de forma a día de hoy es una auténtica incógnita. En Tívoli, la coqueta ciudad a las puertas de Roma, saldremos de dudas. Y con ello la carrera obtendrá una nueva victoria.
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Boonen sigue ganando y ganando. Por detrás de él, Allan Davis, Napolitano y Ventoso. El australiano de Liberty Seguros ha sido la única alegría del equipo, puesto que ayer pinchó Contador y entró en meta con 1´13” de desventaja respecto a los favoritos. La París-Niza ha volado, y quizás sea mejor así para intentar conseguir etapas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Veo las 4 primeras posiciones de la París-Niza y alucino. Tres españoles. Y a todo esto, el Grillo sigue cantando, y continuará así. Y también me destapo ante Zabel, con 35 años y sigue delante. Bravo.

Sergio dijo...

Gracias por vuestros comentarios, estan en la misma linea del post de hoy -que no he podido colgar antes por problemas del sistema-.