Evans recupera el tiempo

Se le esperaba en la etapa final del País Vasco, también contrarreloj, pero se disolvió en la general sin ninguna explicación. En las Ardenas, donde había obtenido puestos de prestigio, también decepcionó y recibió un fuerte tirón de orejas de su equipo, una práctica demasiado frecuente que ha logrado que Baguet fichase por el Quick Step o que Van Petegem se pasase la semana previa al Tour de Flandes defendiendo su profesionalidad. En el Tour de Romandía aguantó las exhibiciones de Contador y Valverde para dar la suya propia en la etapa que cuenta en este tipo de vueltas, la crono final.

Contador había obtenido la victoria y el liderato en la etapa del viernes, tras una gran labor de su compañero Redondo. Evans fue tercero, en la misma aproximación a base de puestos que había hecho en el País Vasco, pero con el mismo tiempo que Valverde, segundo. Savoldelli, afectado por una gastroenteritis que no tiene que comprometer su Giro, había desaparecido de la general. Al día siguiente Valverde impuso su sprint en la mini etapa de tres grandes puertos, un regalo para un corredor de sus características. Nadie daba un duro por su victoria a falta de 13 km. para meta, cuando Kashechkin coronó la tercera y última subida a Le Gruyere (sí, donde los quesos) con unos solídisimos 1´26" que le daban el liderato, pero un penoso descenso y el viento de culo para el pelotón hizo que fuese capturado a dos km. de meta, una cosa casi de antología en el ciclismo. Por cierto, mientras Valverde se ponía a sólo 6" de Contador gracias a las bonificaciones, Evans volvía a ser tercero, situándose a 24" del madrileño.

Yo aposté muy fuerte por la victoria del australiano en el País Vasco y había perdido las esperanzas para Romandía, pero eso no significaba que creyese en las opciones de Contador o Valverde. Más bien veía a Jaksche, cuarto a sólo 28" y que había ido reservando durante toda la carrera, al estilo que le gusta a Manolo Saiz y que tantos descalabros le produjo en la Vuelta 2003, la de Igor y Nozal. Y por querer acaparar todo (hubo puertos en los que sólo había delante seis corredores, de los que tres eran los Liberty Kashechkin, Contador y Jaksche), al final se quedó sin nada. Evans marcó en meta un tiempo estrastóferico, y aunque Contador mantenía el liderato a falta de 5 km. para acabar la carrera, era evidente que el corredor de Davitamon había ido a todo gas en el tramo final, con una cara rota por el esfuerzo. Todo lo contrario de la joven estrella española, séptimo en meta a 51", todo un mundo en el que caben gente como Hoste, Julich y Gontchar -además de sus dos compañeros de equipo-, corredores de un gran nivel contra el crono, el mismo que se suponía que había alcanzado Contador. Valverde volvió a su rodar tradicional, 14º a 1´02", pero no se le puede reprochar nada.

Es el primer corredor en mucho tiempo que, habiendo ganado en las clásicas de primavera, disputa el Giro de Romandía. Ha acabado tercero y suma 42 puntos para el ProTour, una clasificación que, se quiera o no, está obligado a disputar hasta el fin. Con el colchón de puntos acumulados hasta ahora y un previsible buen Tour no debería tener problemas para imponerse, igual que hizo Di Luca el año pasado. Contador, por su parte, será un corredor clave en el Tour dentro de unos años, pero de momento tiene que afinar el tiro en carreras de una semana, como ya han hecho Dekker y Marchante. Y el último pensamiento va a Evans, un corredor de talento que ha dado a los australianos la victoria más prestigiosa en el ciclismo desde los tiempos de Phil Anderson, aquel famoso ultradopado de mitad de los ochenta. Tanto hablar de desembarco australiano y nunca han colado a un corredor entre los cinco primeros de una grande, la única clásica ha sido Hamburgo 2004 y apenas si construyen una selección sólida para el Mundial. Eso sí, etapas y clasificaciones parciales (el querido maillot verde del Tour) las consiguen a patadas. Y codazos, como en el caso de Mc Ewen.
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En el GP de Frankfurt, victoria para Garzelli, uno de los corredores con el talento más desaprovechado de todo el pelotón. Rápido desde jóven, viró a otros terrenos muy pronto (Giro y Vuelta a Suiza con 26 años) y se olvidó de su punto de sprint, realmente impresionante. Después se sucedieron los descalabros en las pruebas por etapas y acabó de segundo espada en el Liquigas. Este año se ha fijado como objetivo el Tour, donde modestamente sólo podrá aspirar a una plaza a partir del puesto undécimo.
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Y mañana análisis del Giro, aunque bien valen los post previos a la edición del año pasado y el comentario a la presentación del recorrido en noviembre: dureza y sólo candidatos italianos, una ecuación que se repite temporada tras temporada.