Hablar de ciclismo en febrero

Hay muchos aficionados al ciclismo para los que la temporada no empieza hasta el Giro de Italia, y desde que esta carrera ha caído en el ostracismo televisivo, hasta el Tour de Francia. Es uno de los motivos por lo que resulta extraño hablar de ciclismo en febrero, que los medios de comunicación dediquen algo de atención a este deporte más allá de algunas "espectaculares imágenes" (ciclistas bajo una nevada, caída en el pelotón) o algo de dóping, para mantener la cuota. Esto era así hasta que Lance Armstrong inventó el ciclista-marca, algo ya intentado por Lemond o Fondriest (que sacaron su propia línea de bicicletas siendo corredores) pero perfeccionado, y de que manera, por el tejano.

Si hace dos días estaba en los Grammys con su novia Sheryll Crown entragando un premio, ahora anuncia -¡oh, sorpresa de las sorpresas!-que en su magnificiencia correrá el Tour de Francia, tras especular sobre lo que mucho que le gustarían otros desafíos. El calendario de aproximación a la Grande Boucle va a ser, cuando menos, muy extraño: sólo Paris-Niza dentro de dos semanas, Flandes la primera semana de abril y la Vuelta a Georgia en mayo. Dice que a lo mejor amplia el calendario (¿quizás Vuelta a Asturias, una carrera anónima para satisfacción de Rubiera?), pero esta nueva tomadura de pelo del sextacampeón del Tour pone en ridículo el Pro-Tour.

El Pro-Tour fue pensado para evitar precisamente esto: que los grandes corredores se viesen obligados a correr el 70% del calendario Pro-Tour (lo que obligaría a correr dos grandes en una temporada), pero en algún momento del proceso a Manolo Sáiz y los demás impulsores se le debió caer del proyecto y esa norma se ha convertido en el 100% pero a nivel de equipos, creando de facto una liga cerrada con super-equipos de 25 o más corredores. Y Armstrong, dejándose querer, haciéndose publicidad a él y su nuevo equipo. Al menos se ha hablado de ciclismo en febrero, aunque en su vertiente crematística.

Ayer ganó en la Vuelta al Algarve Eisel, el gigante austríaco que ya triunfó en la última etapa del GP Costa Azul, ojo con él que ya el año pasado hizo una buena San Remo, intercambio de puñetazos con Cipollini incluidos. Y en Andalucía, la burguesía del sprint en su lado más puro: 1º Petacchi 2º Van Heeswijk 3º Boonen (y eso que se había caído dos días antes) 4º Freire 5º Zabel. Y Cabello sigue en cabeza, como su nombre indica.