"El podio del Tour está a mi alcance"

¡Que cosas! Quien iba a imaginar que iba a continuar el tema del blog de ayer teniendo hoy la ocasión de comentar la apabullante victoria de Valverde en Mallorca, o el no menos impresionante rendimiento de Freire en una etapa en la que en principio no iba a participar: "de los 147 ciclistas que partieron sólo 38 acabaron esta inclemente etapa (75% de abandonos). Freire, obligado a salir como líder de la carrera, no sólo se limitó a cumplir, aguantó la lluvia y el frío y terminó el 23º, a 2:33 de Valverde. El cántabro es un campeón hasta en los mínimos detalles" (Diario As de hoy). Esto me recuerda a la etapa del Xorret del Catí de la pasada Vuelta, cuando Freire apretó los dientes y consiguió entrar 3º en meta, sólo superado por Eladio Jiménez en "su" montaña y por Stuart O´Grady. Es en ese tipo de esfuerzos donde ganó su tercer Mundial. Y quizás sea con lo de ayer donde esté fraguando su segunda San-Remo. En cuanto al Tour de Flandes, su objetivo declarado, creo que no está a su alcance hoy por hoy, por el toque técnico que implica.


Pero no. A quien va referido el encabezamiento de este post es a Oscar Pereiro, que se descuelga en el "As" con esta declaración, cuanto menos, sorprendente. Primero hace la cuenta de la lechera con respecto a su notable 10º puesto en el Tour 2004 ("si no llega a ser por los 4 minutos de la CRE, hubiese acabado 5º o 6º") y después cree que Juán Fernández le va a dar galones compartidos con...Landys...jaja. Se olvida que Juan Fernández, teniendo al mejor Olano y un Rominger cuesta abajo, tenía a Olano de gregario de Rominger (Tour 1996)...que teniendo a Beloki y a Casero en el Festina 2000, tenía al alavés de gregario del valenciano (y menos mal que Casero se retiro, como siempre, en el Tour del 2000, ya sabemos lo que hubiese pasado con Beloki, que con buen tino se fue en cuanto pudo al ONCE aprovechando que desaparecía el equipo relojero)...en fin, a Juan Fernández no le van las bicefalias.

Pereiro, apuesta personal de Pino (sabido es que los gallegos nunca han tenido mucha tradición ciclista), como en su día lo fue Marcos Serrano, es un corredor de mucha valía, pero aspirar al podio en Tour, habiendo tantas buenas carreras por ganar, no deja de ser un poco el reflejo de un pelotón español obsesionado con brillar en la carrera en la que todos quieren brillar.