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14 mayo, 2006

El ciclismo se construye con mitos


Dentro del carrusel de homenajes y referencias en que se ideó este Giro-ghymkana (Bélgica, el Ghisallo, tramos sin asfaltar, todos los grandes puertos, Forlí), el más merecido es el retorno al Blockhaus. Y ni siquiera se llegará a una de las cimas más míticas de la historia del ciclismo, una meta a la que sólo se ha llegado en una ocasión. Aún así, permanece en la leyenda de todo buen aficionado a este deporte que, más que ningún otro, tiene que cuidar su propia historia y mística de los recuerdos para recuperar los años perdidos en figuras de paja y recorridos insulsos.

Era el año 1972. El Giro había salido de Venecia e iba hacia al sur por el Adriático. En la cuarta etapa los organizadores habían ideado una extraña etapa de 48 km. Se salía de Francavilla al Mare y en esos pocos km. se subía a los 2.172 metros del Blockhaus. Un desnivel brutal, una etapa loca por una zona pobre, en donde todavía se podían ver los restos de los bombardeos aliados durante la II Guerra Mundial. No en vano el germánico nombre de Blockhaus venía a indicar la existencia de una estructura militar ideada para detener el avance de las tropas angloamericanas, como si los Apeninos no fuesen bastante barrera. En España también se utilizaron bastante en las guerras de Marruecos, Filipinas y Cuba, bajo el españolizado nombre de blocaos.

Así, mientras que hoy la carrera subirá el paso de Lanciano, ya de por sí durísimo (13 km al 8,3%, cota 1.306 metros) y precedido por 150 km. de semillano, hace 33 años se afrontó de repente, saliendo del nivel del mar, un auténtico coloso innacesible incluso para el ejército más poderoso del mundo: de hecho, la guerra en Europa terminó cuando cayó Berlín, pero las tropas en Italia nunca avanzaron más al norte de la barrera apenínica. Y allí se quedó olvidado el "blocao". Según cuentan las crónicas, la primavera venía avanzada y no había nieve en la cima de la Majiella, la segunda cumbre más alta del sistema y que con su forma semiesférica domina todos los abruzzos orientales. El día -permitánme la ensoñación- tenía que parecerse bastante a esos que hay en Asturias, cuando subes a la montaña más alta y puedes ver el mar, exactamente igual que en esa zona de Italia.

Fuente se encontraba en su terreno. Venía de ganar la Vuelta y ya había ganado una etapa en el anterior Giro. Atacó de salida y planteó la etapa como tiene que ser con esa distancia: una auténtica cronoescalada. Hizo completamente solo la ascensión y entró en meta con 1h 42´18". Segundo su compañero de equipo M.M Lasa, a 1´35"; tercero un grupo con Motta, Bergamo y Merckx a 2´36". Fue una de las mayores derrotas del mejor ciclista de todos los tiempos, y como casi todas sus derrotas, fácilmente enjuagables: dos días después se escapó con Petterson por las sinuosas carreteras de Calabria y metíó a todo el Kas 4´13", pero esa es otra historia. El protagonista de aquel día fue Tarangu, un escalador trágico como ningún otro colectivo del ciclismo puede ser (Robic, Coppi, Claveyrolat, Jiménez, Pantani), el hombre de la diálisis, de los riñones convertidos en uvas pasas por el uso y el abuso de sustancias dopantes.

Hoy, cuando los ciclistas encaren la subida a la Maielletta, los distintos comentaristas recordarán aquella mítica jornada. Fuente ha pasado a la historia como uno de los mejores escaladores jamás vistos, y no está nada mal que el ciclismo empiece a redescubrir cimas que hicieron la historia. Aunque no sean las mismas, aunque no sean tan duras. Que todos sabemos que la caravana moderna no puede llegar a las Tres Cimas de Lavaredo, pero hace una ilusión tremenda que se acerquen. Y lo mismo con el Monviso. Que no hace falta poner tramos sin asfaltar y montes que no aluden a ningún referente para crear expectación. Basta con recordar, y el mito ya hace todo lo demás.

7 comentarios:

Sergio dijo...

Bueno, primer post-historia en casi un año y medio, y primera foto. Mientras lo primero seguirá siendo igual de infrecuente, intentaré meter más fotos para hacer menos árida la lectura.

Anónimo dijo...

Desde luego, el Tarangu ha sido uno de los mejores ciclistas españoles de la historia, capaz de hacer sufrir a Merckx en Giro y Tour, con podios en estas dos carreras, dos Vueltas, una Vuelta a Suiza. Yo diría que estaba al nivel de Ocaña. Sí señor, gran post, o será que estos post de historia del ciclismo son debilidad mía, quizá porque todo nos suena a épica y no tenemos imágenes para comprobar si realmente fue tan bonito y espectacular todo aquello...mejor así.

Anónimo dijo...

No te preocupes, que la lectura no es árida (aunque bienvenidas sean las fotos).

Aprovecho para preguntarte por el sistema de puntuación de velogames, porque nunca me ha funcionado el enlace y escogí a los corredores sin criterio (no es excusa por lo mal que me va). Y veo cosas raras en los resultados.

Del etapón de hoy, nada que decir (de momento). Sigo rumiando lo de ayer: ¿no debería haber sido Vila quien saliera a por Verbrugghe?

Anónimo dijo...

Después de la Etapa de hoy en el Lanciano creo que podemos adivinar, en cierta forma, el devenir del Giro. Al imponerse Basso tan claramente, y en el terreno de sus a priori más capacitados oponentes -Cunego y Simoni-, deja el Giro con un claro patrón, despejada la duda del Discovery Channel. Este hecho hace que la carrera vaya a tener un dominador claro en el CSC y en la solvencia de su lider, Basso, en la alta montaña. Si bien el hecho de que vaya a disputar Giro y Tour para ganar le llevarán a disputar el resto del Giro, después de la crono, al estilo Indurain. Es decir, conservando las fuerzas hasta el fin de Julio. No creo que Basso se plantee demasiadas exhibiciones pensando en el Tour y, sobretodo, en el estado de un Ullrich que ha demostrado no estar tan mal y que puede acabar muy fino de cara al Tour. A excepción de Pantani, recuerdo a Rominger en 1995 realizando una carrera que, con una edad ya avanzada, le paso factura en el Tour de Francia.

Espero que Cunego y Simoni sean capaces de atacar y dar un espectáculo en carrera al nivel del espectáculo que proporcionan el recorrido y el paisaje. Maravillo.

Y por supuesto Quique, aunque no veo yo su cuerpo adaptarse a la Marmolada, al Corones o al Mortirolo. A ver si nos puede dar una alegria el jueves en la crono.

Por otra parte, nunca me ha parecido que DiLuca tuviese un giro en sus piernas, como él mismo a afirmado. Creo que ha hipotecado el mes de abril en función del Giro y ahora no creo que pueda estar en el Podium final. El año pasado se da mil palizas en abril y llega al giro super y este año, habiendose ahorrado abril.

Por último, vaya buen corredor que es Sastre.

Anónimo dijo...

Hay varios finales míticos que llevo esperando desde hace tiempo. Entre otros, Le Puy de Dome, en el Tour, con el duelo Anquetil-Poupou en el 64 o el famoso puñetazo a Mercks en su duelo con Thevenet y lasTtres Cimas de Lavaredo con otra exhibición del gran Eddy.

Creo que el primero no se sube por ser propiedad privada?, pero del segundo no tenía notica.

Vier dijo...

Qué bien este post, pero coincido con lebrun en que la lectura no es árida para nada, tu blog es cojonudo sergio.

Sergio dijo...

Gracias por vuestros comentarios y los apoyos.