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15 abril, 2005

La Amstel Gold Race, una clásica de hoy en día

Dentro de las carreras míticas del mes de abril ha cobrado importancia y prestigio la Amstel Gold Race, aunque la de este año sea únicamente la edición 40º. Su ubicación en el calendario, el hecho de que los holandeses la vivan como un auténtico campeonato nacional (Jan Raas la ganó cinco veces, Zoetemelk en 1987 con casi 40 años) y, sobre todo, su inclusión en la antigua Copa del Mundo, ha hecho que la carrera cervecera (por el patrocinador) o la clásica de los canales (por el recorrido) -quizás esta indefinición en el nombre sea el mejor indicador de su historia aún por construir- sea un buen objetivo de temporada y una pieza codiciada en un palmarés. De hecho, este año tendrá una de las mejores participaciones de la historia, beneficiada por su cambio de calendario desde la temporada pasada: ha pasado de disputarse el fin de semana siguiente a la L-B-L a disputarse una semana antes de la Flecha y la Doyenne. Antes, era el postre de las grandes clásicas, ahora es un interesantísimo prólogo (y ganando personalidad propia) de las clásicas de las Ardenas. Discurre en gran medida por carreteras muy estrechas, donde apenas caben dos corredores en paralelo, por lo que la posición en el grupo es fundamental y, aunque no tiene dificultades orográficas muy difíciles (en los últimos años se ha endurecido), se suele llegar escapado o en grupos reducidos, salvo la edición de 2000, con un brutal sprint de Zabel (más de 800 metros).

Es, por tanto, una clásica que garantiza espectáculo y un recorrido muy bello, especialmente el último tramo paralelo al gran canal del Mosa, antes de embocar la última subida por una carretera que parece un carril-bici. El espectáculo lo han puesto los corredores en los últimos años: un joven Jaermann que batió a un Bugno arcoiris contra todo pronóstico en 1993 (el suizo repetiría triunfo en 1998, enrolado en el sospechosísimo Casino), Gianetti que en 1995 enlazó un feliz doblete L-B-L- Amstel, Zanini en 1996 fue el primer italiano en ganar (¡qué gran corredor!) y al año siguiente Rijs, con el maillot de campeón danés y siendo el vigente campeón del Tour ganó con una fenomenal escapada (increíble verle mover el desarrollo en el llano). En la generación actual, Boogerd obtuvo en 1999 su única victoria en la Copa del Mundo (ha sido otras tres veces segundo en la Amstel) batiendo a un Armstrong pre-Tour, Dekker en 2001 -como buen holandés- hizo lo propio ante el mismo rival, Bartoli se vindicó a sí mismo en 2002 con su mejor victoria en mucho tiempo por culpa de las lesiones, Vinokourov confirmó en 2003 que puede ganar en cualquier terreno y el año pasado Rebellin rompió su sequía de años con las grandes citas, prólogo del torrente que le siguió en sus diez días mágicos. ¿Españoles? El mejor Freire, que en 2002 hizo 5º ganando el sprint del grupo. Este año toma la salida, pero no inspira confianza después de tanto tiempo sin competir, estar saliendo de una enfermedad y corriendo en un equipo de holandeses. Delante tienen que estar DiLuca (3º en 2003, 4º en 2004), Rebellin, Pozzato...y Valverde. El murciano no puede fallar en la clásica que mejor se adapta a sus cualidades.
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En la Vuelta a Aragón se ha caído y está muy grave el neoprofesional cántabro del Andalucía-Paul Versan Efraín Gutiérrez, con lesiones en el bazo e hígado (conmovedora la crónica en El País). Ojalá se recupere pronto. En estas circunstancias, decir que la etapa la ganó el ruso del Barloworld Efemkin sobre Luis Pérez (¡cómo le cuesta ganar!) es algo meramente anecdótico.
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Hago la previa de la Amstel porque mañana no podré postear.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Con respecto a la Amstel nada mas que añadir. A ver si Valverde está ahí. Del chaval del "Andalucía" no he visto las imágenes, pero me han dicho que son espeluznantes. Vaya racha que llevamos, a ver si ya hemos cubierto el cupo del año. El lunes en "El Larguero" hablaron con Francisco García Morillas, que perdió una pierna en un guardarrail y fue emocionante. Luego dijeron que hasta Ulrich le mandó un maillot firmado. En fin, a ver si podemos disfrutar mas de la pura carrera y dejamos de oir estas noticias.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Estoy Jaime esperemos que la carretera no pida más, que se recuperen pronto los dos, y que
Francisco García pueda rehacer su vida. ¡Esos Malditos quietamiedos!