¿Quién sabe donde?

¿Quién sabe donde? fue un programa que marcó época en el primer lustro de los noventa. Las televisiones privadas habían desembarcado con el cambio de década y su programación consistía en una mezcla no muy variada de sensacionalismo, tetas y basura. La televisión pública no se podía quedar atrás y desplegó toda una batería de programas cochambrosos como Código Uno (presentado por el actual Académico de la Lengua Pérez Reverte) y el que hoy viene al título.

Presentado por Paco Lobatón, consistía en seguir el rastro de personas desaparecidas. De tremendo y fulgurante éxito, acabó devorado. Tuvieron que realizar una lista abierta de gente que estaba desaparecida y que no quería ser localizada. Ya saben: la familia que te toca no la escoges tú, como mucho puedes escoger desembarzarte de ella. Recientemente ha vuelto a salir en titulares al sentenciar el Supremo que habían cometido un delito al dejar proferir a un energúmeno todas las paranoias posibles sobre la desaparición de un familiar. Ya saben: que si fue la familia rival, que si tal, que si cual.

A lo que iba. Eufemiano Fuentes, un personaje que no necesita presentación, está desaparecido desde julio de 2006. Va camino de un año. Sin embargo, sólo una persona ha denunciado su desaparición. Ni siquiera eso. Fue Pat McQuaid, presidente de la UCI, el que dijo que el hemodruida seguía en el pelotón. No aportó pruebas. Tampoco es que el periodismo español -que cuando se hizo eco de la noticia fue para insultar al irlandés- las buscase. Queseyo, enviar un periodista a su domicilio de Canarias, a ver si entra o sale. O algo así, en plan Lobatón. Nada. Así las cosas, Eufemiano sigue desaparecido, a pesar de todas las evidencias que indican lo contrario.

La principal, una vez más, es el sentido común tan denostado por Carlos Arribas, un periodista que no ha movido ni un dedo para saber nada del auténtico gurú del dopaje en España. ¿Se creen ustedes que un tipo que factura 6 millones de euros al año desaparece de la noche a la mañana? Es cierto que la O.P y, sobre todo, la Ley de Dopaje, le ha hecho ser más cauto en sus operaciones, pero no es menos cierto que Eufemiano no tiene otra ocupación. Cuando anunció su retirada del ciclismo tras los escándolos de Hamilton y Santi Pérez, anunció que se iba a investigar el retinoblastoma a un Instituto del Cáncer Canario cuyo nivel científico es propio de Burkina Faso, país con el que comparte continente. Una sencilla búsqueda en pubmed, una base de datos sobre publicaciones científicas, y verán que "Fuentes Rodríguez, E" solo aparece en una ocasión, y no como autor, sino por la O.P.

O sea que descartado que se pueda estar dedicando a favorecer a la Humanidad con sus investigaciones sobre el peligroso mal del retinoblastoma, ese que estaba afectando a un familiar para gran dolor del galeno de las drogas chinas falsificadas, las bolsas de sangre y el descapotable en los hoteles. ¿Dónde está Eufemiano? ¿Se creen que está retirado en su fabulosa mansión de Tenerife, acumulada con las fabulosas ganancias de su abuelo el contrabandista de tabaco? ¿Verdad que no? Claro, se puede argumentar que, según la justicia, Eufemiano Fuentes no ha cometido ningún delito. Bien es cierto que esa sentencia está recurrida y todavía tiene cierto recorrido hasta la resolución final (T.S. de Justicia de Madrid, Tribunal Supremo, Tribunal Constitucional...), pero no es el caso que se trata hoy aquí. Que Eufemiano Fuentes es un ciudadano libre y puede hacer, viajar y manipular sangre -en su condición de médico- con total libertad.

La mismísima libertad con la que importaba medicamentos de China y Rusia, operaba con máquinas criogenizadoras de uso militar (¿no hay un registro de aduanas que detalle quien y cuando compró esas carísimas y raras máquinas?) y tenía una red de pisos francos que ríase usted del comando itinerante, además de una contabilidad millonaria que no ha despertado las sospechas de la Agencia Tributaria. ¿Se creen ustedes que la Operación Encubrimiento se limitaba a ciclistas? Eufemiano Fuentes tiene amigos y muchos resortes que apretar. Lleva 20 años en el deporte y le quedan, como poco, otros 20. Muchas medallas españolas llevan su nombre, también algún equipo de fútbol, y ahí está la clave de los 50 deportistas (la Gazzetta dixit) que siguen ocultos.

El COI retira medallas con bastante facilidad. Desde Ben Johnson hasta el equipo de equitación alemán en los últimos JJ.OO de Atenas. Tanto el velocista como el caballo dieron positivo, dirán. No hay ninguna prueba de que Eufemiano estuviese en los JJ.OO. Ah no, la medalla de oro de Hamilton pedaleando de tal manera que iba a romper las bielas no es una prueba. Solo la increíble presión del poderoso comité estadounidense evitó que se retirase la medalla al dueño de Tugboat, además de un muy oportuno extravío de la bolsa del contraanálisis. Y no hubo positivo.

Lo saben bien en el COE. Y en el CSD. Igual que saben que Eufemiano son medallas. Ahí está la capital del reino candidándose de nuevo para el 2016, a pesar de que España ganó tres oros en Sidney y tres oros en Atenas. Es probable que vuelva a ganar tres oros en Pekín 2008. Pero Eufemiano son medallas. Ya salvó los Mundiales de Madrid de 2005, cuando se sacó una bolsa de sangre congelada para que Piti diese espectáculo y ganase una plata después de dos meses y medio sin competir. Por eso nunca digan adiós a Eufemiano, porque siempre se le necesitará. Y siempre habrá políticos ávidos -o temerosos de perder- medallas. ¿Quién sabe donde?: pues realmente no se sabe, pero no muy lejos. Y con sus negocios de siempre, porque ni puede ni sabe hacer otra cosa. Cualquier día les hablo de su hermana.
***
¡Dios mío! ¡Qué tragedia! ¡Que TVE no va a retrasmitir los Campeonatos de España, a pesar de tratarse de "un compromiso no escrito pero de larga tradición"! A mí la postura de TVE me parece lógica: en lo que va de temporada no han emitido por sus canales generalistas ni una prueba de ciclismo en directo. Y en diferido, sólo unos resumenes de la Volta. ¿Por qué cambiar por una prueba que el año pasado fue saboteada por una mafia organizada al grito de Vicente Belda? ¿Ahora vienen clamando? Ah, que TVE dice que ni siquiera tenía pensado emitirla por Teledeporte. Pues es una decisión libre. Al fin y al cabo, entre los últimos campeones de España se cuentan Mancebo y Rubén Plaza. ¿Qué quieren que se haga con esos materiales? El ciclismo se muere, pero no lo asesina la tele ni los blogs: son los propios ciclistas. Y ahí está la sentada del año pasado: a ver que programador se arriesga a una charlotada del género.

Por cierto, Sevilla dice que va a hacer el campeonato contrarreloj (¿¿??) y el de ruta.