La mejor Vuelta posible

Se acabó la mejor Vuelta, y la relativamente más creíble, de los últimos años. El triunfo final ha ido a un joven italiano que en sus inicios prometía mucho, hablaba demasiado, después se estancó y este año ha realizado una temporada al alcance de muy pocos corredores.

Desde que Induráin y Pantani hiciesen podio en el Giro y el Tour de 1994, únicamente 3 corredores han conseguido hacer podio en dos grandes el mismo año. Excepción hecha del cadáver de Pantani en 1998, del que esperemos que Nibali corra mejor suerte, se trata de Beloki en 2002 (Tour y Vuelta), Contador en 2008 (Giro y Vuelta) y Sastre en ese mismo año (Tour y Vuelta). Parece increíble para un periodo tan dilatado de tiempo, pero es así.

En este 2010 viene Nibali ganando en Argentina en enero, haciendo podio en el Giro que corrió de rebote (¡ja!) como gregario, y remacha en la Vuelta ganando la carrera tras haber realizado un agosto de todo menos discreto. Una temporada sencillamente increíble, y ahí están los precedentes y los nombres históricos de los que le precedieron en lograr hacer podio en dos grandes el mismo año, de trayectorias y equipos intachables. Es más: el triunfo de Nibali es el más importante conseguido por un corredor de su país fuera de sus fronteras desde el Mundial de Bettini en 2007, tan negra es la crisis del ciclismo italiano.

Son dos fenómenos paralelos: nos dicen que el ciclismo ha cambiado y en Italia han hecho mucho para que así fuese, de ahí la crisis de resultados tan patente, y ahora sale Nibali con este año impresionante, con 25 años, y enrolado en el Liquigas. Con 25 años lo usarán de bandera de enganche, igual que han intentado usar a Basso 2.0 como revulsivo, con sus 33 años y todo su pasado. Mucho mejor este chico de Sicilia, que condensa todas las virtudes no escogidas de los que siguen queriendo vender el ciclismo con la misma fórmula que en los setenta u ochente: pobre, humilde, esforzado y sacrificado. Para muestra esta entrevista genuinamente italiana.

Segundo en el podio Ezequiel Mosquera. El corredor gallego llegó a la etapa decisiva a menos de un minuto de liderato. El día anterior se había dejado un montón de segundos en un final complicado en el que no estuvo atento, todo un indicador de que la etapa rompeaguas no iba a ser a su favor, por mucho que su gótico director deportivo lo intentase motivar con una psicología de cuatro duros: "Quiero que Ezequiel me llame cabrón". De cuatro duros y probablemente de curso por correspondencia. Ya han visto sus efectos. Dice que se retira, un numerito ya ensayado en 2004, cuando precisamente también había conseguido ser segundo en la Vuelta. Que sea verdad, pero lo dudo.

Mosquera, del que se dice que fichará por el Vacansoleil por 600.000 euros a sus 35 años, consiguió ganar la etapa pero sólo recortó un segundo a Nibali. Se lleva su éxito parcial tantas veces buscado y su podio, rozado en sus otras tres participaciones en la carrera. Su resultado se engloba dentro de la tradición del ciclismo del escalador que un día llega a esa cumbre y poco más, como fue el caso de Giupponi, Zaina, Montoya, Zarrabeitia, Sevilla y algunos otros. Pasa en las carreras de pueblo: cuando quieren repetir prestaciones fuera de sus fronteras, hay naufragio general, y el improbable interesado en la historia del ciclismo que mire los resultados 50 años después se preguntará ¿qué fue de este?, aunque en el caso de Mosquera y su edad la pregunta sería ¿de dónde salió este?. Pues de Pino. Y antes del Kelme, que es decir lo mismo.

Tercero Peter Velits, otro joven de 25 años que, en plena lucha por el podio, lanzó el sprint del jueves a su compañero Cavendish. Sin ninguna ayuda para sus intereses en las tres semanas de la carrera, su gran resultado se acrecienta por haberlo conseguido dentro de la estructura donde lo ha conseguido. La opción más lógica sería emigrar de un Columbia construido en torno al misil británico, pero está en su primer año en el equipo. Su compañero Rogers ya ha dicho que se va, sin tener firmado nada con nadie: por algo será. A partir de ahora, nada de lo que consiga será una sorpresa.

Cuarto J. Rodríguez, que tiró todas sus opciones de ganar la carrera en la crono, pero que con su magnífico resultado casi se ha asegurado cerrar el año como el mejor corredor del mundo por resultados obtenidos en todas las carreras del calendario. Quinto F. Schleck, igualando su mejor resultado obtenido en una grande, y dando paso al resto de clasificados, los típicos de lo que viene siendo la Vuelta en sus 75 años de historia: Tondo, Roche, Sastre, Danielson y SMS Sánchez. Una hábil mezcla de españoles y extranjeros segundones. Sí, también se ha oído este año lo de volver a abril, supongo que porque quieren que los clasificados entre los puestos 6-10 lo sean entre los puestos 1-5.

El acierto de los organizadores con un recorrido muy bien planteado y mejor resuelto por los ciclistas se ha traducido en un éxito de audiencia -al menos para lo que venía siendo la carrera- y bastante expectación. Sin duda esta es la mejor noticia que deja la carrera, y era algo que no se daba de antemano en la salida de Sevilla. Esta es la Vuelta y lo que debería ser todos los años, que dejen ya la innovación continua como seña de identidad.
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Increíble: Diego Ulissi, italiano de 21 años y que milita en el Lampre, gana el GP de Prato batiendo al sprint a Scarponi y dejando más lejos a muchos de sus compatriotas que irán al Mundial. En el año 2006 y 2007 fue campeón del mundo junior, y obtiene su primera victoria profesional a una edad muy temprada, o quizás ya no tanto viendo el año de Sagan.
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Fantástica entrevista, como suele ser habitual, con Oscar Freire. Para los muchos seguidores cántabros de este modesto blog, todas las indicaciones necesarias para ver entrenar al gran campeón estos días.
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Con todo el corazón y toda el alma, estoy convencido que las notas de prensa del Xacobeo las redacta un heredero de la tradición de Cunqueiro, Rosalía, Torcuato o Camilo. O directamente un bobo.
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Este tampoco le va a la zaga, porque a pesar de que casi todo son declaraciones del interesado, podía haber maquillado el comprometedor "después de pasar por todas las fases por las que puede pasar un deportista". En todo caso, el comunicado es tan de ir en la popa del Titanic con los brazos abiertos en cruz que habrá que volver a él en el futuro, ya lo verán.
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Y por último, dentro de esta extraña e inusual selección de los ciclistas y su representación, recordar a Chechu Rubiera y su prosa que hubo ¡2.500! aficionados en su puerto. O sea que la asturianada con la que termina su escrito sobra, como todas las de su género: que ya sabemos eso del paraíso, y tal, y cual, pero es que parece que el resto vivamos en Afganistán.
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El ciclismo es una patraña de niñatos. Y de gente que no tiene ninguna credibilidad, una veleta que gira al viento que le de, un señor ridículo y viejo, el fichaje que merecen Matxín y Gianneti, que también hicieron un campeón del viejales de Simoni.