Se busca ciclista desaparecido

En el pasado Giro de Italia un conocido mafioso del pelotón -del que Simeoni padeció sus coacciones- organizó una protesta contra la organización el día que la carrera llegaba a la ciudad donde tiene radicada su sede, Milán. Con la excusa de que el día anterior se había caído Pedro Horrillo y que en los primeros compases de la etapa se fueron al suelo un par de corredores por culpa del circuito urbano, organizó un sanedrín de notables del pelotón, los puso al frente y todos al tran-tran.

Algunos menos convencidos que otros, claro. Di Luca, por entonces líder, estaba allí con cara de circunstancias y mordiéndose el labio. La organización -hay que ponerse en su lugar- se estaría acordando del maldito día en que pusieron alfombra roja al texano, que pagaba con esta moneda: un día de descanso antes de Pinerolo, que si no se nota que estoy viejo y llevo tres años sin competir, y lo camuflo como una protesta. Todo demasiado burdo y ridículo para un deporte ya caído en el descrédito.

Zomegnan, el organizador, habló con el patrón del Lampre y el equipo blufucsia rompió el pacto con Cunego, y a partir de ahí la farsa se disputó, si no normalmente, al menos a una velocidad de profesionales. Sin embargo, entre los Lampre que se pusieron al frente del pelotón y marcaron el ritmo faltaba Bruseghin, un corredor muy respetado en el pelotón. En ese mismo momento se habló de ruptura entre el patrón y el corredor, que empezó a buscarse equipo para la próxima temporada.

El caso de Bruseghin es sencillamente increíble. Corredor de equipo habitual del top-20 y después del top-10 en el Giro de Italia, en 2008 dio el salto a la longeva edad de 33 años y se aupó al podio del Giro, sólo superado por el que venía de la playa y Riccò, con lo que eso significa. No se detuvo ahí: fue al Tour y acabó 24º, a los JJ.OO en ruta y crono, y también a la Vuelta, donde concluyó 10º. Ya metidos en el ajo, cerró esta completísima temporada con un Mundial increíble, todo ello con 33 años.

Cultiva una imagen de chico sencillo -tiene una granja de burros- y de gregario fiel, muy amigo de Patxi Vila. Este año había sido 10º en el Giro, 80º en el Tour y por el verano había ayudado a Ballan a ganar la Vuelta a Polonia, además de correr los Tres Valles Varesinos el 18 de agosto. Se le esperaba para el 30 de agosto en el Giro del Veneto, su región de origen y residencia, pero sin embargo no compitió. Ese mismo día un periodista semianalfabeto de la Gazzetta publicaba que su equipo lo había marginado y bla-bla-bla: mentira, como queda a la vista de su nutrido calendario competitivo.

En el equipo, indignados con el artículo sectario de Pastonesi, han ofrecido un comunicado de prensa que es toda una antología del ciclismo realmente existente. F.Bomtempi, el director, explica que el Bruse sabía su calendario desde finales del Tour y que en este se incluía el Giro del Veneto. Sin embargo, desde el lunes 24 de agosto hasta las 20:40 de miércoles 26 de agosto el corredor estuvo ilocalizable y, visto esto último, decidieron sustituirlo por otro corredor de la plantilla. La última parte del comunicado es sencillamente antológica, incluso más que todo lo anterior: un equipo que deja a su corredor con el culo al aire.

Como ya había apuntado Astarloza en su bochornosa rueda de prensa, el whereabout de la UCI no sirve para nada. Fíjense que un corredor de rendimiento constante -y elevado- como Bruseghin se puede permitir estar al menos tres días perfectamente ilocalizable, con lo que eso significa. No sean mal pensados: seguro que se había montado en su burro para llegar a Jerusalém. Y les digo que no sean mal pensados porque ya lo es su equipo por todos nosotros.

En esa parte final del comunicado se empieza a elencar, a la manera de puñetazos, los riesgos de la práctica de Bruseghin, que recuerdan mucho a la Riccò. Está claro no corre muy buen aire entre corredor y equipo, pero también que la razón está de la parte del Lampre, aunque este sea el equipo en activo con mayor número de positivos. Bruseghin ya tiene equipo para la próxima temporada, el Caisse d´Epargne, donde ya estuvo cuatro años (1999-2002) cuando se llamaba iBanesto.com. Está por ver si al final va al Mundial de Mendrisio, y en qué condiciones. Que le pregunte a su amigo Patxi Vila sobre los incovenientes de los controles antidoping en según que momentos de la temporada, especialmente cuando queda un mes para grandes citas. Por cierto, el corredor no ha dicho ni mú, o en este caso particular, ni un solo rebuzno.
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En la Vuelta se llegó a la feísima ciudad de Venlo, tras un recorrido bordeando la frontera con Alemania, cuando no pasando directamente al país vecino. Mucha menos gente que en los dos días anteriores y sprint con victoria para Henderson, que supo aguantar a la rueda de los Vacansoleil que rompieron el lanzamiento. Bozic segundo, Freire tercero -con buena progresión- y Greipel cuarto. Es la victoria nº 72 del Columbia en lo que va de año, la cuarta del neozelandés, todas ellas en pruebas organizadas en España. Vive y se entrena en Girona.
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Como es norma, la muestra B también da positivo. No se pierdan los comentarios de los lectores, francamente divertidos.
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Gracias a un lector anónimo me entero de este magnífico enlace. Resulta que Horner, 38 años y profesional desde 1997, descubre antes de la Vuelta que tiene asma. Lo descubrió en el Tour de L´Ain, donde fue líder y acabó segundo, sólo desbancado por una acción conjunta del Cofidis. Su compañero Vinokourov se llevó la crono. Fíjense que maravillosa foto y que maravillosa fábula: la instantánea la facilita el mismo al periódico, porque ya había tenido la previsión de fotografiarse en tal tesitura. La fábula ilustrada. Ya cuenta con el certificado correspondiente. Considerando que antes del Giro -donde abandonó de un día para otro por una lesión, cuando iba en el top-ten- había estado concentrado en Nuevo México con Armstrong y Leipheimer, y en general su trayectoria y equipo, la combinación de certificado médico+cinco finales en alto le convierte en un serio candidato a cualquier cosa.
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Nueva entrevista a Contador, que se muestra muy azorado cuando le preguntan por lo que no le gusta. Lleva la firma de Ana Tarrago, la misma que no hace mucho entrevistó a Dick Pound para el mismo medio. Se nota que la periodista intuye por dónde va el subsuelo del ciclismo. Y el ciclista también, que se niega en banda a decir nada más allá de cuatro balbuceos.
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"Me metí porque me lo propusieron Abel Antón y Martín Fiz". Hay amistades, forjadas en la sala de espera de las consultas, que resisten al paso del tiempo.
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Gómez Peña, ofendido. Tiene gracia que se ofenda por tópicos del ciclismo, el país y especialmente las mujeres, alguien que dejó escrito "llenó de vestidos y sujetadores el hueco que ocupaban los maillots", refiriéndose a Robert Millar. Debe ser un tipo honesto, yo le confiaría las llaves de mi casa sin dudarlo, vista su integridad como periodista.