Un "espectacular idioma"

En la larga lista de motes o apelativos cariñosos que han trufado la carrera de Alejandro Valverde se suceden los Balaverde, el Imbatido (este tenía fecha de caducidad), el Intocable o el que más viene a cuento hoy: el Eddy Merckx español, acuñado allá por 2004 cuando ganaba por decenas carreras de pueblo en el Comunitat Valenciana. Cinco años después el ciclista murciano ha logrado una prestación propia del gran belga, en lo que probablemente es su mejor resultado en montaña: literalmente ha quemado el Mont Ventoux con una ascensión primorosa.

La cosa, como explica Contador, tiene su truco: al parece Valverde le preguntó si iba a salir a por su ataque y el pinteño le dijo que no, un poco repitiendo la jugada de París-Niza que tan mal le salió: décadas hablando de la alianza italiana -que yo nunca he visto- y resulta que hay corredores que no corren para ganar, sino para que no gane el otro y que gane un español. En todo caso, Valverde realizó una ascensión primorosa a un puerto que en el año 2007, ese en el que únicamente ganó cinco carreras de pueblo siendo el vigente número uno mundial, vio como Piti pasaba derrengado ante el monumento a Tom Simpson y entraba el último de la etapa, afectado por un extraño virus.

Para Arribas, siempre dispuesto a blandir su pluma por el corredor del rendimiento sube y baja, se trata de una demostración de clase, sea lo que sea esto. También habla de "atormentado por el castigo italiano que le dejará sin Tour por unos hechos de 2004", dando al parecer validez a algo que siempre ha negado y gastado ríos de tinta en la locura consecuente. Eso sí que es una demostración de clase y de saber estar, hombre. Valverde encontró la colaboración en la subida del polaco Szmyd, el doméstico pasado del Lampre al Liquigas, al que brindó la etapa. Es más: le espero en el último km. porque se había descolgado. Es otro hecho recurrente en la vida de Valverde y todos los de su cuadra: en el 2006, con la Operación Puerto recién iniciada, Basso regaló una etapa a Piepoli (y Voigt a Gárate) y Koldo Gil sendas etapas a otros ciclistas en la Bicicleta Vasca, buscando una especie de perdón con esos gestos tan píos y tan de cartón-piedra.

Según Unzué, que de esto sabe de aquí a Lima, "Alejandro ha sido capaz de aislarse de todo y ha sabido dejar expresarse a su rabia, ha sabido contestar en su espectacular idioma a Laporte, al CONI, a todos...". Ya. El "espectacular idioma" es bien conocido: el de buscar gestos de magnificiencia o el hecho de llamar a personas con nombres de perros y un código numérico, como la mercancía que eran a los ojos del auténtico Intocable. "Espectacular idioma": ahora Valverde es líder con 16" sobre Evans porque le ha metido a partir de 2´ a todos los favoritos, en un rendimiento pocas veces visto con anterioridad en el Ventoux. Ni siquiera Mayo en su estratosférico record de 2004 sacó tanta ventaja.

Ya ven hasta que punto se relacionan la historia de los ciclistas: Merckx, regalar etapas, conquistar el monte que le humilló en 2007 y, bueno, que ayer se supo la motivación de la sentencia del CONI. Arribas dice que sólo dos párrafos de 24 folios se "refieren a elementos sustanciales", tanto como la prueba del ADN y la viscosidad de la sangre, que en sí es la sustancia por excelencia. Quizás sea un "espectacular idioma" que no entiende, aunque está bien claro. Son tantas las formas que tiene Valverde de expresarse (al sprint, en la montaña, en la crono, clásicas, vueltas por etapas, mundial) que sólo un políglota puede llegar a descifrar su idioma: sí, sí, parece que todo es mucho más sencillo que eso. Que su idioma es como esos métodos de "aprende ruso en 15 días", el de la vía fácil, falsa y que lo único que dejan es mucho dinero menos y apenas cuatro palabras para balbucear.
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Hoy no saldrá Basso, que decía que iba al Dauphinè a ganar. Ayer entró el 35º a más de 8´de su gregario. Dice que tiene fiebre. Otro que, una vez que se supo su diccionario (2 Birillo) ha dejado de hablar el idioma que practicaba, aunque sí que sigue perdiendo fuerza por la boca.