654166 euros para Gusev

No está mal que a punto de cumplir 27 años te indenmicen con esta buena cantidad (más un 5% de intereses), especialmente cuando no compites desde hace un año. Supongo que Gusev estará muy contento, pero como no sabemos absolutamente nada de este corredor desde hace tanto tiempo, habrá que intuir su reacción a partir de esta sentencia del TAS.

Resulta que el joven corredor demandó al Astana por despedirlo a raíz de unos controles internos, llevados a cabo por Rasmus Damsgaard. Se supone que estos controles son para que los equipos se curen en salud y eviten que un empleado pite la máquina ante un organismo oficial: mejor lavar los trapos en casa y evitar la polvareda. En el punto 9 (página 5) se dice Damsgaard realizó un control a Gusev el 19 de julio (fue despedido el día 23, fíjense que rapidez) en Livigno -el mismo sitio donde entrenaba Rasmussen y la cuadra de Ferrari- y que el doctor se aventura decir que el corredor había consumido CERA. En cuatro días.

Al margen de los asuntos de dinero -Gusev parte pidiendo 5 millones de euros, punto 16, pág 6- lo interesante empieza a partir del punto 43, pág 9: la defensa del ruso se organiza en torno a que no se ha mantenido "la cadena de custidia" de sus muestras; y que la variación de reticulitos entre el 16 de julio y el 19 de julio se debe a que estaba en altura. Vamos, lo típico de un caso así: las muestras no son válidas. Y algo de razón lleva el ruso porque en el punto 94, pág. 17 queda establecido que las muestras no se volvieron a analizar. Así, el TAS se acoje al Derecho Suizo -es donde está la licencia de Astana y donde se firmó el contrato, como en el caso del despido de S.González por el Phonak- y acaba dando la razón a Gusev por despido improcedente.

Y no le da los 5 millones porque no argumenta suficientemente la reclamación (punto 118) y porque, atención-atención (punto 119, pág. 119), "Gusev no tendrá problemas en encontrar otro equipo en poco tiempo teniendo en cuenta sus cualidades como ciclista", que al parecer desgranó ante el Tribunal su carísimo abogado ticinés. Asimismo, en los puntos 142, 143 y 145, pág. 23, se explica que esta sentencia se hace pública, en contra de las recomendaciones de la Comisión Europea, para lavar la imagen del ruso. El Astana no está de acuerdo en este punto, vaya usted a saber por qué.

Gusev es el típico hombre-orquesta del Siglo XXI. Pasado a profesionales en 2004 con el CSC, su compañero de equipo Michelle Bartoli (Sansone para Eufemiano) lo domicilió en un piso de su propiedad bien cerquita de la clínica de Cecchini en la Versilia. 8º en Gante, 20º en Roubaix en su debut y completando la Vuelta a España, el chaval de 22 años demostraba aptitudes para las clásicas de pavé y las cronos. En 2005 se hizo todo el ciclo de clásicas -qué más da pavé que asfalto- completando un impresionante 10º en Flandes y 12º en Roubaix con ¡23 años! y poniéndose en la nómina de favoritos para estas carreras en un plazo muy breve.

Sin embargo, en 2006 pasa al Discovery post-Armstrong, ese que penó durante toda la temporada de una manera extraña y obtrusa, y nuestro amigo reduce su rendimiento en las clásicas para hacer una Dauphinè probándose en las cronos y la montaña. No va al Tour, pero acaba cuarto en Alemania, su mejor resultado, y hace top-ten en cuatro etapas de la Vuelta. En 2007 entra quinto en Flandes y gana la Vuelta a Bélgica de camino al Tour, pero lo impresionante vino en la Vuelta a Suiza: ganó el carrusel alpino escapado desde el primer km. y metiendo dos minutos al segundo. Su celebración en meta, gritando desaforadamente como si se hubiese impuesto en un sprint, es de las que no se olvidan. Va al Tour pero no hace gran cosa por su subordinación a Contador, y sólo puede brillar en las cronos individuales. En 2008, el año de su desgracia, se perdió las clásicas y ayudó a Contador en su Giro, todo con el maillot del Astana, el mismo con el que posa en el mágico túnel de viento de California.

A mí Gusev me da tanta mala espina como cualquier otro corredor multiherramienta, que tanto vale para cronos como para ganar etapas salvajes de montaña, bailando sobre el pavés mientras tanto. Sin embargo, el TAS se ha pronunciado a su favor y deja en muy lugar los métodos de Damsgaard, que en sólo cuatro días se saca de la manga un posible dopaje por CERA. No tendrá nada que ver, que vá, pero por esa mismas fechas y en la misma zona cazaban a Emmanuelle Sella por CERA, concretamente el 23 de julio. Ya ven que activas están las montañas mientras se corre el Tour de Francia: que Damsgaard se desplazase ex-profeso en busca de un corredor, uno solito, no tiene ninguna consideración. ¡Cuánta profesionalidad!.