Es un cabeza de turco, pero es turco

El mejor ciclista del mundo la pasada temporada ha sido inhibido cautelarmente por el CONI por su implicación en la Operación Puerto. Dos años sin poder competir en Italia, algo que en principio no afecta mucho a Valverde (ni nunca ha ganado allí ni el calendario le interesa, mucho mejor la Vuelta a Murcia que la Tirreno-Adriático) salvo porque este año el Tour pasa por Italia y su director ya ha dicho que no va a hacer descuentos. Esta por ver si la UCI y la AMA extienden la sanción al resto del área de su competencia (el mundo) para no crear sanciones locales y si universales.

Se trata del primer ciclista español sancionado por la Operación Puerto. Tres años después de la mayor redada contra el dopaje y por un organismo extranjero. Aquí la pretensión siempre fue la de empantanar cualquier acción sancionadora deportiva o penal. En contra de lo que podrán leer por ahí, es totalmente intranscendente que en la bolsa 18 Valv. (Piti) hubiese trazas de EPO o no: el reglamento es muy claro y la transfusión homóloga de sangre es dopaje y no caduca hasta pasados ocho años. Al parecer, ya empiezan a circular por ahí versiones del tipo "le echaron algo en la bebida" (en este caso, la sangre), seguramente movidos por la envidia. De cómo llegó medio litro de sangre al piso-patera de Eufemiano (y porque lo conservaba dos años después de su extracción) no encontrarán ninguna pregunta, simplemente porque cualquier respuesta razonable pasa por una connivencia del ciclista, que siempre ha pregonado su inocencia, a pesar de lo que implica la prueba del ADN y lo mal que queda el honor.

Valverde es un cabeza de turco, no cabe ninguna duda. De las benditas 42 muestras de sangre que ha obtenido el CONI se han cebado en la de la bolsa 18, quizás porque era la más fácilmente identificable. De las otras 41 no se ha sabido nada, y no parece probable que Ettore Torri inicie nuevos procesos con el mismo celo y empecinamiento que el que ha llevado a la sanción a Valverde. A mí la persecución judicial me gusta tanto como a ustedes, pero menos aún me gusta la impunidad judicial con la que se movía Valverde, alzado entre una corte de periodistas que, en el límite de la bellaquería, han llegado a comparar el proceso con campos de concentración, el holocausto y sonderkommandos. Y lo siguen haciendo hoy, para espanto de un periódico con tres décadas de antigüedad y reconocido prestigio.

Es un cabeza de turco, pero es turco. Teniendo la prueba más infalible del mundo para demostrar su inocencia, se ha limitado a cuestionar la pertinencia del organismo que lo acusaba, en vez de poner sobre la mesa una muestra de su sangre y pedir al juez español -una posibilidad que sí permitía- una muestra de la famosa bolsa. Su caso no es como el de famosos cabezas de turco como los seis de Birmingham o los siete de Maguire, unos pobres diablos a los que la policía británica empapeló en los setenta sin ninguna prueba porque había que encontrar un culpable fuese como fuese. Valverde es turco, muy turco, tanto que provoca sonrojo el comunicado que emitió ayer su empleador, su recurso al TAS (este tribunal ya tenía un proceso abierto a Valverde y lo ha postergado para esperar la decisión del CONI) y la sinvergonzonería con la que se sigue cabalgado, dando bien con la fusta en el lomo, hacia el abismo.

Como este asunto lleva ya tres años y es fácil seguir las trazas en este modestísimo blog (las más recientes 1-2-3-4) desde el humillante "están todos, menos Valverde" hasta los continuos cambios de estrategia de la defensa (¿dónde quedó aquello de que no sabían de que lo acusaban?), y como su pernicioso entorno ha demostrado que sólo les interesa salvar su pellejo como directores de equipo, abogados y aduladores, y no el de su supuesto defendido, sólo queda apelar a que el murciano de oro, el Eddy Merckx español, retome las riendas de su vida y se aleje de todo ese mundillo que le ha llevado a la situación en la que está. No lo hará, porque es más fácil seguir defendido unas victorias de barro, que tampoco es que sean muchas, que convertirse en un hombre libre y sin cargas.
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En el Giro se llegó a Valdobbiane, otro pueblo del noreste que hace 50 años era pobre como una arpillera y que ahora tiene las calles inmaculadas a golpe de pequeña industria, exportación, piedad y Prosecco. Lástima que el altísimo campanile, orgullo paleto local, parezca un minarete. Hubo una montonera a 10 kms. de meta en la que Menchov se dejó 24", mientras Visconti intentó anticipar el sprint calculando mal la distancia que pueden desarrollar sus piernas: una cosa es saltar bajo el último km. y otra hacerlo mucho antes, que no todo el mundo es Cancellara. Neutralizado a 300 metros, Petacchi saltó fortísimo y sólo le pudo seguir Gavazzi (incorporado a última hora en el Lampre). Farrar consiguió remontar y acabar segundo. Hoy primer contacto con la montaña: dos puertos y final en alto. Se espera apoteosis de los equipos pequeños pero con grandes ambiciones: el LPR y especialmente el Diquigiovanni.
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Cada vez que se lee algo de este corredor da la impresión que está retirado del ciclismo. Probablemente sea así. "La indetectable", jajajajajaja.