Una de pan duro

Garai entrevista a Valverde. Esta sencilla estructura semántica, carente de cualquier significado, ya provoca de por sí sola la hilaridad. El periodista de los insultos a Manzano y tres años negando el 18.- Valv. (Piti) afronta el mayor reto de su vida: ponerle preguntas alcanforadas a un ciclista que se niega a pasar la prueba del ADN y que no puede demostrar que la famosa bolsa de sangre no sea suya, con lo fácil que sería.

Telefónicamente, porque nuestro vigente campeón de España está inspeccionando las etapas de un Tour que no correrá, y porque todo buen periodista sabe que no merece la pena ver las reacciones (el lenguaje corporal, que en el caso del murciano alcanza caracteres hemáticos) del entrevistado, las lisonjas comienzan de entrada. "Que todo el mundo vea que mis resultados son el fruto de los entrenamientos": si eso ya lo sabemos, fuiste plata mundial con sólo entrenar en Murcia.

Garai pregunta cúantos controles lleva "este año" y Valverde responde "para el pasaporte biológico, creo que llevo 21, contando también los del año pasado". Bah, como la entrevista no busca saber cosas, sino servir de altavoz a un ciclista injustamente perseguido, da igual que uno pregunte por peras ("este año") y otro responda manzanas ("contando también los del año pasado"). "Evans no estaba por la labor de regalar nada", refiriéndose a la reciente Dauphinè victoriosa, y siendo maliciosos quizás con un guiño a Contador por eso del pérfido australiano, que no quería regalar nada. ¡Que insolidario! ¡Un compañero perseguido, que no debería haber corrido la prueba, y encima se la disputa hasta la última subida! ¡Lo que hay que ver! ¡No estaba por "la labor de regalar nada"! ¡Qué se habrá creído! ¡Ni que esto fuese ciclismo de competición!

"¿Cómo se puede seguir entrenando como si nada cuando un organismo le ha sancionado con dos años?" Ojo, "un organismo". Quizás sea un hectoplasma interestelar, una ameba o un protozoo, pero creo que se refiere a una autoridad deportiva italiana con competencias sancionadoras. "¿Cómo no voy a sentirme perseguido injustamente si me están acusando de algo que yo no he cometido? Y eso trasciende también a mi vida privada, porque los periodistas siempre estáis, una y otra vez, preguntando lo mismo." ¿Vida privada? ¿Perdón? Aqui nadie le ha cuestionado su familia, sus vacaciones o sus compras de coche, a saber porque habla de eso. Probablemente porque no se entera. Y decirle a Garai que siempre está preguntando por lo mismo: todavía está por ver el periodista que le haga preguntas del tipo ¿se extrajo alguna vez sangre con fines deportivos? ¿No? ¿Entonces como explica la bolsa 18? ¿quien cree que le ha protegido hasta ahora? y demás preguntas mucho más pertinentes.

Tras despotricar contra Torri y el CONI, concluye que "los triunfos no se basan en el dopaje, sino en el trabajo de mucha gente durante muchos años". La pregunta pertinente sería "¿Qué clase de gente? ¿Eso incluye a los médicos?", pero Garai deja correr. "Que nadie tenga duda de que recurriré donde haga falta para demostrar mi inocencia, incluso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Voy a ir hasta el final". Será eso, porque si la entrevista empieza telefónicamente porque está en Francia, después espeta que no ha visto ninguna etapa, "pero lo conocemos casi todo". Entonces, ¿que hace en Francia? ¡Qué cosas!
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En Suiza se llegaba a Bad Zurzach, una pequeña ciudad situada pocos kms antes de la unión del Aare con el Rhin. Aquí se da otro de esos casos donde el afluente es más grande que el principal, sensación aumentada por el impresionante caudal que ambos ríos llevan en este época. El circuito final de dos vueltas y 57 kms. con sólo una pequeña tachuela (Zurzacherberg) hizo que el paisaje de verdes trigales fuese más interesante, a pesar de la larguísima fuga de un corredor local. La zona es bien conocida porque al lado se disputa el GP Gippingen todos los años. Volvió a ganar Cavendish sobre Freire en un sprint lanzado a mucha velocidad pero de sólo 100 metros. Cuarta etapa de seis disputadas para el Columbia.
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Mientras tanto, Köhl ha seguido la deriva previsible en un caso como el suyo: ante el revuelo causado entre sus antiguos amigos del pelotón, ha dicho que Le Monde se ha inventado eso de los diez primeros del Tour completamente dopados. También Jaksche y Sinkewitz, los anteriores ciclistas que confesaron, tuvieron que recular y matizar sus declaraciones: el primero sobre Stanga y eso de "en todos los equipos que he estado había una estructura organizada de dopaje"; el segundo sobre cómo Bettini le instruyó en el uso correcto de los parches de calor. Ya ven: ni demandas ni nada. Avisos sotto voce y a cambiar.

También ha dicho quien fue el camello de la CERA, el triatleta austríaco Hannes Hempel. Este deporte vendió durante mucho tiempo una imagen de limpieza grosera con el sentido común, pero se está empezando a ver su auténtica catadura. Hasta los 31 años había sido ciclista de medio pelo, o sea que siempre se puede alegar que ya venía contaminado a este deporte tan puro y faro del olimpismo. Y por si fuese poco, había sido comentarista de la ORF, el canal público austríaco. Vamos, que lo tiene todo.
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Esto dará mucho que hablar, pero yo ya adelanto mi opinión: me parece bien. La UCI ha establecido que a partir del 1 de enero de 2010 cualquier bicicleta que se utilice en competición tiene que poder ser adquirida por los cauces habituales. Vamos, que se acabaron los monstruitos eléctricos, la cabra de Contador con el freno integrado y demás sueños lúbricos y sudorosos de Alix. A ver si ahora las grandes marcas venden en las tiendas esas bicicletas tan raras que se ven los coches de equipo antes de la salida de las etapas: como no tendrán mercado fuera de Robin Williams, Roca el de Marbella y algún jeque árabe no creo que se atrevan a su comercialización.

Esta medida abre la puerta al engaño, claro. Igual que el cine español, que pone como requisito para optar a los cabezones de febrero con nombre de pintor (jajajaja, ¡de pintor!) que la película haya sido "estrenada comercialmente", para lo que muchas de las 170 películas pagadas con nuestros impuestos y sin ninguna viabilidad comercial alquilan una sala perdida durante un día, proyectan la película, fingen que venden una entrada y ¡hala!, a competir a mejor dirección técnica. Ya me imagino una fantasmagórica tienda de bicis donde se vendan todos esos prototipos. O un portal de internet que no sirve pedidos. No les va a hacer falta ni colgar el precio.

Yo no dejo de pensar en Manolo Saiz, hombre hecho a sí mismo -algo que cualquiera pueda apreciar desde fuera, empezando por su endocrino- y factotum de tantas cosas reales o inventadas, que decía que era ¡el mismo! el que diseñaba las bicicletas que encargaba por cientos a aquel fabricante francés, a ese otro de Taiwán y al último, el vasco BH. Supongo que andará indignado. Primero aquello y ahora esto. Desde luego, la UCI está en contra del espectáculo y el progreso.
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Relacionado con lo anterior la UCI va a experimentar el ciclismo sin radios ni consignas de los directores en las etapas 10 (el famoso 14 de julio, San Ataque para los franceses) y 13 (llegada a Colmar, media montaña en los Vosgos y recorrido nervioso y precioso) del próximo Tour, a ver qué tal va. Y a ver que conclusiones sacamos los espectadores sobre uno de los recurrentes males del ciclismo actual, para algunos casi al mismo nivel que el doping. Como si el día de DisneyLandis la radio hubiese influído mucho...
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Dice que la UCI no le ha enviado nada pero sabe exactamente cuando le hicieron el control que le está causando estos problemas, "un único control que entraba dentro de los parámetros permitidos". Doce días antes de la Vuelta donde iba a por todo, y para eso le entrevistaron en TVE. Caída con fractura de clavícula a las primeras de cambio y toda la preparación al garete.

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Y después, a recetar.