Un tal Gutiérrez

Ivan Gutiérrez, que ayer ganó por primera vez para un español el Tour del Mediterráneo, es un corredor maltratado. Maltratado por una prensa ágrafa y analfabeta que se queda en su primer apellido y no en su palmarés ni en su densidad como corredor. Dos ejemplos: en el Giro de Italia 2006 Quique Gutiérrez fue tercero en el prólogo y todos los medios transmitieron la consigna baqueteada por las agencias de que había sido el cántabro el autor de la hazaña. Gutiérrez en contrarreloj, pues tiene que ser el Gutiérrez que conocemos; y por la misma regla de tres (tres: ágrafo, analfabetos y ciegos), cuando estalló la Operación Puerto y salió Quique Gutiérrez en los primeros compases, las mismas agencias, los mismos periodistas, repitieron la consigna "Jose Iván Gutiérrez, entre los implicados". Un tal Gutiérrez.

Iván Gutiérrez ganó el Mundial sub-23 de crono en 1999, utilizando la bici de Olano. Preguntado sobre que significaba la gran figura del donostiarra en su carrera, respondió realísticamente: "Me conformo con ganar un cuarto de la mitad de lo que él ha logrado". Y por ahí va, más o menos. Pero más de lo segundo que de lo primero. Pasado a profesional en la corte de Manolo El Gordo, que había seguido su evolución atentamente, fue campeón de España en 2001 y en el Tour ganó una CRE con sus ídolos, pero al final de 2002 huyó como alma que quiere el diablo, con tanto de rotura de platos y cubertería por los suelos. Lo que entonces era un secreto, ya no es lo es tanto; es bien sabido cual era la política de Manolo Saiz con los jóvenes. Ahí están Alberto jaquecas Contador, Allan dopajeporobjetivos Davis y toda la recua.

En 2003 Iván Gutiérrez ganó un esplendido Giro de Emilia (también el primer español que lo logra) ante nada más y nada menos que Casagrande, Bartoli, Bettini y Rebellin y atacando en la última subida al durísimo San Lucca. En su casa y ante sus narices, en teoría con forma de Mundial. Niño mimado por la triada navarra, se ha filtrado a los medios que es un corredor débil psicológicamente, que no sabe rematar. De esa mentira vienen muchos lodos que arrastra el equipo. Tras ser subcampeón del mundo CRI en Madrid 2005, y dentro de una especialización forzada por las circunstancias que le lleva a rendir en los extremos de la temporada (febrero-marzo; septiembre-octubre), el cántabro se marcó como objetivo la Vuelta a Murcia.

En 2005 le habían batido en la crono los ultradopados Hondo (descalificado por positivo) y Rubén Plaza, y en 2006 pudo ganar por 10" a Vinokourov, que empezaba a tener la sangre a punto para ser congelada. En la etapa de montaña del día siguiente fue humillado tanto por Santos Papada González como por su propio compañero Valverde, en teoría a su servicio pero que tenía energía dentro como para haber ganado la Vuelta. En un espectáculo trístisimo, vimos como Piti se giraba constantemente para ver a su compañero, que a saber que estaba pensando. Perdió la general por 3", pero la descalificación posterior de Mr. Papada (sin decir porqué, en el secretismo más absoluto) puso las cosas en su sitio.

Valverde e Iván Gutiérrez no se hablan. No busquen imágenes juntos, ni carreras en las que coincidan. En esos encajes de bolillos que hacen los navarros, uno tiene un calendario y el otro tiene otro. Uno con unas técnicas, el otro con las contrarias. Hasta el propio Valverde tiene que ir por ahí pregonando que se lleva bien "con todos los compañeros, con todos", y por eso cada vez se rodea más de su clan-linaje murciano. El único cántabro con el que se trataba era Falla Zaballa, y ya ven ustedes. Hoy ningún medio dedica una crónica que no sea de agencia al triunfo de Iván Gutiérrez. Un tal Gutiérrez.
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En la primera etapa de Andalucía victoria para Cioni, un ex-corredor de bicicleta de montaña que hizo un 2004 espléndido (5º en Romandía, 4º en el Giro y 3º en Suiza) para después diluirse y ser un corredor de la cola del pelotón. Sin victorias en su palmarés, ha fichado esta temporada por el Predictor-Lotto a una edad bastante avanzada. A 5", tercero y ganando el sprint del pelotón, Oscar Freire.
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En la primera etapa de California, triunfo para Leipheimer. El corredor judío, de regreso al redil del Discovery, es la primera vez que gana una carrera a estas alturas de la temporada. Igual que hizo Hincapié el año pasado. Ya ven: en forma en febrero en EE.UU para rendir en julio en Francia. Cosas de los protocolos de entrenamiento.
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Y mañana habrá tiempo para comentar las últimas noticias de la Operación Puerto y la Operación salvemos a Mancebo iniciada por Arribas, con tanto de foto por parte del mejor fotógrafo de El País. Arribas, que ahora regaña desde el titular como un viejo profesor.