¿Qué le pongo? ¿Diesel o gasolina?

Hace unos días el periódico católico italiano L´Avvenire, que sobrevive gracias a las ayudas publicas, publicaba una noticia-bula que les han colado como un gol. Todo comenzó hace un mes y algo, cuando viendo el extraordinario rendimiento de algún corredor en las grandes citas del norte, se empezó a utilizar la metáfora de que tenía un motor, la típica metáfora deportiva.

La cosa, porque no tiene otro nombre, fue creciendo en foros y otras fosas sépticas muy dadas a este tipo de cosas, los mismos sitios donde se esperan resurreciones mágicas de corredores, el ciclista siempre es inocente y qué malo es el ProTour. La leyenda urbana creada consistió en decir que algunos ciclistas están utilizando bicis motorizadas para mejorar su rendimiento en competición, cuando es bien sabido que el ciclista no truca su aparato, sino el organismo.

Una vez dada la pista libre al desatino por parte de L´Avvenire, se sumó al carro el periodista semianalfabeto Cristiano Gatti desde Il Giornale, el periódico de la familia de Berlusconi. Este iba más lejos: cimentaba la leyenda citando a una empresa austríaca que fabrica artilugios que, insertos en el eje del pedalier, dan una potencia añadida de 100 watios de potencia. Nadie más se ha hecho eco de esta majadería, que ha sido comentada con mucha gracia en el pelotón.

Además de añadir casi dos kilos a la bici, el invento austríaco necesita una batería que no se puede ocultar dentro del cuadro, y que en sus modelos pende del sillín: cualquiera se hubiese dado cuenta. Descartada cualquier opción de su uso actual entre profesionales, no así en otros ámbitos, y gracias al guante que ofrece el periódico sensacionalista suizo Blick, vamos a jugar un poco. Se trata de que todos nos divertamos, ¿o.k?.

La primera premisa es que sea tecnológicamente posible: lo del ciclista con motor es un recurso periodístico antiguo, pero ahora es posible. Felicidades a la empresa austríaca por la publicidad conseguida y por los clientes que tendrá. Y una vez que es posible, y encima el periódico suizo nos da el nombre que todos tenían en mente cuando empezó esta majadería, se puede seguir fantaseando.

En el Tour de Flandes de este año Cancellara cambió de bici justo antes de la subida al Mollenberg, a 58 kms. de meta. Este es el relato de cyclingnews.com, a las 15:12: al principio parece un pinchazo, pero resulta que no. Cancellara cambia de bici sin ningún motivo aparente y sin ningún nerviosismo a pesar de lo crítico de la situación y la carrera. Parecía el típico cambio programado que se hacía antes en las grandes vueltas para antes de las subidas o en cronos con dos partes muy diferenciadas.

A los cinco minutos es el turno de Breschel, al que también se le avería la bici mientras Arvesen controla en la cabeza del grupo. Al revés que el feliz cambio de Cancellara, el danés vive una pesadilla, ya que le dan la bicicleta errónea y se queja amargamente en meta, donde era uno de los favoritos. En el Kopperberg había coronado por delante de Boonen en una subida en la que muchos corredores ponen el pie a tierra. Doble cambio de bicis en el Saxo, y en el mismo momento de la carrera. Cancellara, una vez cambiada la bici, se fue con Boonen y lo dejaría plantado subiendo el Grammont sin apenas levantarse del sillín.

Al domingo siguiente en la Roubaix, Cancellara cambia de nuevo su bici antes del hachazo a 50 kms. de meta. Esto es así y es difícilmente opinable: hasta incluso mira a ver si es un pinchazo, pero la rueda no se ve en mal estado ni descentrada. Esta en este vídeo, minuto 3:10". Quedaban 78 kms. para meta, 28 kms. para el hachazo. El cambio fue perfecto y rapídisimo. En la bici no se ve nada especial.

Los lectores ávidos de más conspiranoia habrán ya encontrado los ingredientes necesarios para ir a comprobar qué pasó con las bicis en A través de Flandes (victoria de Breschel, exhibición de Cancellara) y el E3 Harelbeke (victoria de Cancellara), sin olvidar que en la Gante-Wevelgem el suizo llegó tarde a la salida, quien sabe si para evitar los controles de los inspectores de la UCI en las bicicletas.

Y quizás también les venga bien ponerse al día con los importantes avances experimentados en la miniaturización de pilas energéticas eléctricas, al calor del timo recurrente del coche eléctrico.
Ya puestos, las figuras de Nazca, el asesinato de J.F.K o las caras de Bélmez siguen ahí, preguntándonos que hacemos para resolver los enigmas.
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Gracias a nickespañolazo y nickLjuvo por los enlaces
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Camino de Porto Recanati, un poquito más abajo de Ancona, fuga del día con Kaisen, el corredor que el año pasado -según la imprescindible cqranking.com- compitió más kms. Neutralizados a 13 kms. de meta, en la subida a una tachuela se van gran parte de los favoritos desahuciados en L´Aquila, menos Evans. Un grupo de nueve que llegó a contar con 20" de ventaja y llegó a meta con 10": si el Giro durase 300 días, a lo mejor recortaban algo de esta manera. En el pelotón tiraron los equipos de los sprinters, y Evans se enzarzó (2000 francos de multa) con Righi y Mazzanti que estaban por delante para estorbar. La etapa fue para Pozzato, aunque Voeckler casi se la birla. Tercero Pineau en la carrera de su vida.
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Cumpliendo el guión previsto, comienza la campaña para poner a Landis de tarado. Era totalmente esperable, pero me ha sorprendido por descarnada: Bruyneel dice que "necesita ayuda, y no de abogados", (de eso sabe bastante, puesto que los que le defendieron tras su positivo son del mismo municipio madrileño donde reside el belga), mientras que Armstrong va más lejos y afirma que we heard stories about him talking to himself, que estaba tan sonado que hablaba solo. Se podría comentar más ampliamente los dos enlaces, pero visto que las preguntas de los supuestos periodistas han sido capotes para que ambos se defiendan (¿alguien alguna vez preguntará porque siendo tan grande Europa van todos a Girona?), mejor la leen ustedes mismos.
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Jo, qué cabreo tiene Juan Mora. Y con razón. En todo caso, no ayuda mucho a acabar con el oscurantismo anunciar ese positivo en ciernes...Y aquí vemos la reacción de Gómez Peña, muy fiel a la causa -la retahíla más completa de los pecados de Landis se puede leer aquí-, pero que al menos esta vez no cae en el insulto y la descalificación como con Manzano.
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El mejor análisis del otro terremoto de L´Aquila corresponde a Eugenio Capodacqua, como no.