
A mí lo del pasaporte biológico nunca me terminó de convencer porque eso de sancionar a ciclistas que no han dado positivo y sustituir esa prueba por los cambios en los parámetros me parecía que iba a llevar a un callejón sin salida de recursos y contrarecursos. De hecho, de los cinco corredores presentados por la UCI como piezas de su caro y ambicioso programa, dos de ellos (De Bonis y Serrano) dieron después positivo, como para asegurarse de que sí, que eran unos dopados.
Sin embargo, hete aquí que ha sido por vía de un deporte tan poco fascinante como el patinaje de velocidad sobre hielo (si algún día evolucionamos a androides será a través de esta disciplina) por donde ha salido la auténtica prueba de validez del pasaporte biológico y su mayor coartada. Claudia Pechstein es una alemana de Berlín Este -¿nunca acabarán los deportistas de esa escuela?- nacida en 1972 que pasa por ser la atleta olímpica más laureda de ese país en deportes de invierno: nada menos que cinco oros, dos platas y dos bronces, ganadas a lo largo de ¡cinco! JJ.OO consecutivos, en diversas modalidades de patinaje.
La Federación Internacional de Patinaje recogió 27 muestras de sangre de esta atleta entre octubre de 2007 y abril de 2009, y concluyó que determinadas variaciones de sus niveles sanguíneos sólo podían deberse a una alteración exógena por dopaje. Le cayeron dos años de sanción, a descontar desde el 9 de febrero de 2009. La noticia se supo a mediados de julio, pero en febrero se había perdido pruebas de la Copa del Mundo por "una gripe", siempre inoportuna puesto que venía de obtener sus mejores marcas en años.
Evidentemente recurrió. Y lo hizo con prisas, puesto que en tres meses son los JJ.OO de Vancouver y nuestra veterana atleta (37 años, lleva ganando desde Albertville 92) quería su sexta medalla de oro consecutiva. No se quería perder tampoco las pruebas de preparación y, de tanto meter prisa (puntos 40-44 de la sentencia), el TAS se ha pronunciado, lástima que en contra de sus intereses y a favor de los intereses de los que iniciaron el pasaporte biológico. Es la primera sentencia sobre este protocolo de incriminación indirecta y marca la pauta a seguir.
El TAS ya va camino de las 2000 sentencias y empieza a ser reconfortante como se incluyen en las mismas referencias a casos anteriores, en este caso el de Landis (punto 77). Esta es la forma de abrir camino y no volver sobre callejones sin salida ya trillados y manoseados por los sacacuartos que se buscan los atletas. Además, el TAS ha vuelto a la sanísima y democrática costumbre (la democracia, si se pudiese definir en una palabra, es transparencia) de colgar sus sentencias y laudos, tras el feo paréntesis de ocultismo propiciado por una directiva europea estúpida sobre la protección de datos personales. Lean la sentencia. Descárguensela. A veces también se puede volver atrás y ¿quien sabe?, está mejor en nuestros ordenadores que colgada de un portal que a lo mejor desaparece. Y esto vale también para este blog.
Son 63 páginas que hay que extractar en sus partes más interesantes. Es una pena no tener más tiempo para analizar cómo Pechstein recurre a expertos de todo tipo y traídos de todas las partes del mundo (punto 34 y 35) para poner en cuestión incluso la máquina que realiza los análisis (puntos 149-161), la cadena de custodia, por no hablar de sus pueriles excusas (punto 52)o las extrañas variaciones de un parámetro clave para conocer la eritoproyetina (puntos 8-11) y, en fin, asuntos a los que nos ha familiarizado los ciclistas, pero que siempre sorprende ver por escrito.
Uno de los puntos más interesantes es el 68, donde la Federación Internacional destaca como los registros atléticos de Pechstein no paraban de mejorar (incluyendo una mejor marca personal) y como había cambiado en numerosas ocasiones los famosos whereabouts, o el 98 y 99, donde incluso tiene que recordar que, tras dos décadas de afiliación, debería saber que está bajo las normas que rigen la Federación, y que la normativa antidoping es equiparable a la de no cambiarse de calle de competición. Así es el nivel de absurdo que se llega a alcanzar.
En el punto 191 se escribe claramente que los valores danzarines de Pechstein se deben a "dopaje sanguíneo", y tal y como está escrito todo el párrafo se nota hartazgo, el mismo que estará teniendo el improbable lector de este blog. Sigue una retahíla de argumentos que desmontan el montaje de la patinadora, y que impactan por su contundencia, incluso algunos tan sórdidos (punto 196) como que Pechstein llegó a alegar hipermenorrea (una regla muy fuerte) como posible explicación.
Al final, y ya en el punto 214, el TAS mantiene la sanción impuesta a la patinadora, y deja de paso jurisprudencia sobre aspectos generales como el pasaporte biológico y aspectos particulares como todo lo descrito anterior, pero especialmente lo más importante: la EPO no se detecta siempre, pero a partir de ahora su uso fehaciente sin que medie un positivo puede ser objeto de sanción.
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El juzgado de instrucción número 14 de Valencia, desbordado. Las últimas noticias hablan de un atosigamiento continuo de los responsables de las federaciones deportivas, ansiosos por saber si algún afiliado entre las "decenas" de fichas de tratamiento personalizado incautadas en la Operación Grial. Aquí ya avisan. Una buena estrategia la de personarse en la causa penal para obtener el sumario, pero para las sanciones deportivas no hace falta tanta alharaca. Seguiremos informando.
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Ya les avisé sobre las dotes para el periodismo de Lydia Garrido. Hoy está que se sale. Tras un muy ambiguo "los agentes encontraron restos de sustancias compatibles con EPO" (bajo esa definición cabe hasta el agua), remacha la faena con esta antológica frase: "Además, la progresión de la instrucción desvelará los importes de las comisiones cobradas por Virú quien, de acuerdo con su hijo, alzaban el precio de las sustancias ilegales prescritas". A ver, si las fabricaban ellos mismos, pueden poner el precio que quieran: así funciona el libre mercado. ¿O es que hay un precio oficial para "las sustancias ilegales prescritas"? Por ponerles un ejemplo: ¿hay un precio mínimo de la cocaína? En fin, será cuestión de alguna norma franquista o algo así...
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Kolobnev ficha por el Katusha. El ruso, con contrato para 2010 con el Saxo Bank, ha visto como Rijs le facilitaba la salida: un mal pensado podría pensar que es por esos SMS con Losa (flicidads x fichaje, kampeón), pero no hay que ser así y seguramente haya sido porque Rijs es un pragmático y total, para tener a un corredor que sólo rinde con su selección, mejor dejarlo ir. Y si no, recuerden cómo manejó Rijs el caso de Frank Schleck y sus donaciones a fondo perdido a Eufemiano, un caso bastante equivalente. Por cierto, menuda cuadra que están juntando en el equipo ruso, ¡así no van a poder extrañar a Pfannberger o Colom!
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Alix, en versión Cuarto Milenio: "la operación Puerto, uno de los grandes misterios de la España del siglo XXI". Como las caras de Bélmez, el Palmar de Troya, el matrimonio de Bárbara Rey con Ángel Cristo y el 23-F lo fueron en la segunda mitad del pasado siglo.