"Yo tengo mi opinión. Y mucha gente"

Así empieza el terrible outing protagonizado por Pedro Delgado, el único ciclista que dando positivo durante un Tour de Francia consiguió ganar la carrera. Son 4´descarnados, en donde el popular comentarista televisivo (que cobra dinero público de TVE, de Castilla-León es vida y de la DGT) muestra su opinión sobre el dopaje, esa misma que jamás da en antena, ni ante Gemma Nierga ni en El Hormiguero.

¿Que ha hecho que la proverbial parquedad castellana haya sido violada de manera tan grosera? Seguramente una mala tarde, que la tiene cualquiera. Como las opiniones. Sin embargo, yo creo que influye el entorno. Delgado está en Intereconomía, la encarnación televisiva de la emisora radiofónica fundada por Serrano Súñer (el nazi del régimen de Franco, por lo menos hasta su caída por los sucesos de Begoña y por un lío de faldas: después fue simplemente el payaso de la llama viva, modificando las sucesivas versiones de sus memorias según iba cambiando el tiempo. También murió en la cama, y con 102 años), una emisora que sobrevivía con cuatro jubilados de oyentes y que ha sido favorecida por el reparto autonómico y partidista de las licencias de TDT. La ideología que impregna toda su programación está más allá de la frontera del espectro político, allí donde se mezcla lo cutre, lo ordinario y la derecha rancia: se podría llamar postfranquismo y tendríamos una etiqueta apropiada.

Como todas las emisoras de su género, la programación es deleznable. Ante la falta de medios o patrocinadores que suplan las carencias, la programación se suple con tertulias, que es lo más barato: pones a cuatro enterados a hablar, una cámara fija y ¡voilà!, un par de horas de programación. Como ya se sabe lo que van a decir y no van a encontrar sparring, todo resulta muy aburrido: se dedican a alabarse entre ellos y todos al unísono contra algo del Gobierno. Se pierde así la función de propaganda persuasiva, porque esa bazofia sólo la puede ver alguien que ya esté convencido de su catadura.

Les cuento todo esto para que ubiquen apropiadamente a los que acompañan a P.Delgado. Modera (es un decir) Josep Pedrerol, antiguo reportero de Canal + en los noventa, y del que ahora se ríen en su antigua casa; acompañan y azuzan Siro nosequé, un periodista escasamente dotado y vinculado a TeleMadrid, un calvo que no he visto en mi vida, e Iñaki Cano, uno que viene de TVE y que retransmitió alguna Vuelta desde la moto, más conocido por su desparpajo y peculiar sentido del humor que por narrar la carrera o saberse simplemente los nombres de los ciclistas. Normal que el creador del hombre del mazo se encuentre tan suelto. Más que suelto: alterado y excitado.

"La UCI se cree que los culpables son los ciclistas". Como se expresa muy mal, es difícil seguirle el hilo. Tras esta rotunda información se pone a hablar del pasaporte biológico y dice, ojito, que la UCI está interesada en el dopaje porque saca mucho dinero por los controles antidoping. Minuto 1´36": "Ellos son los primeros que quieren que haya un positivo". Atención a la cara bigotuda de Siro. Pedrerol también se muestra muy inquieto. Minuto 1´44": "Ellos se llevan su porcentaje". Se oye un bufido de fondo. Supongo que cuando ustedes lo vean se oirá algo parecido.

"Salvo que sea algo fragante (...) Oye tu chaval, retírate, no vamos a hacer nada". Parece que Perico sabe de lo que habla. Suena mucho a cómo se manejan los positivos en la Vuelta. A partir del minuto 3´ la realización empieza a ambientar la charlotada con imágenes del ¡Tour de 1989!. Me parece muy apropiado, aunque no creo que fuese la intención. "Los propios ciclistas lo saben (...) somos los payasos del circo, vamos a organizarnos más fuertes". Y acaba hablando de Valverde y Rasmussen, todo como muy liado y caótico. Es lo que tiene la excitación. Bueno, veánlo y forménse su propia opinión. Yo ya tengo la mía y Perico Delgado la suya.

Por supuesto cada uno es libre de pensar lo que quiera. Incluso plasmarlo en un blog. Yo también lo hago. El problema viene cuando esa persona es la voz del ciclismo de la televisión pública, donde se guarda muy mucho de proferir esas opiniones en antena. Cuando el indolente Carlos de Andrés tiene sus cinco minutos de hablar de dopaje, Delgado se queda en silencio y pasa a contar un chiste, una broma o lo de la gorra de LeMond. Como sabrán, en la última Copa del Rey se produjo un esperpéntico episodio de censura ante la pitada popular al himno nacional. TVE optó por no emitirlo y para el intermedio confeccionó un vídeo propagandístico inenarrable. Una vez realizado el entuerto, obligaron a dimitir -tiene que haber un cabeza de turco, aunque las órdenes viniesen de más arriba- al director de deportes. Como es funcionario de la información, la dimisión tiene el valor de lo que yo les diga.

Unos días después, y cuando el director de El Ente realizaba la comparecencia ante la comisión parlamentaria que vigila la espantosa deuda de RTVE, se sacó de la manga otra dimisión: el director de contenidos deportivos. Supongo que ya habrán sustituido a tan altas responsabilidades, las mismas que permiten que Pedro Delgado lleve quince años cobrando dinero público y manteniendo esas opiniones, un poco discordantes con el consenso popular oficial contra el dopaje (es un decir...). Los nuevos responsables seguirán teniendo a este popular comentarista en nómina. Lo que opine fuera de El Ente no cuenta. Sí que tendría que haber dimisiones por casos como este. A ver si la prometida supresión de la publicidad y el consiguiente apretón de cinturón acaba con la aberración de nuestro dinero en el bolsillo de gente que opina cosas como estas. Porque cada uno tiene su opinión, otra cosa es que cobre por ello.
***
"Parece que nos morimos de éxito". ¡Qué lenguaje! ¡Qué cumbre! ¡Ni el G-8! "El éxito, de hecho, suscitó el interés del Consejo Superior de Deportes, que está dispuesto a organizar a partir de ahora estas jornadas". ¡Un saludo al K-2! ¡El oro conejo de la chistera del olimpismo español! Una chistera que parece una madriguera, claro.