Yonki Yanki (II)

De esta manera presentaba El País, el pasado sábado, el nuevo positivo de Tyler Hamilton. Empezando por el titular, la crónica no tiene ninguna arista, en ese estilo administrativo-funcionarial que adopta Arribas en cada nueva cornada del ciclismo, salvo en un aspecto: no cita la supuesta depresión de Hamilton. Ya son muchas las excusas de ciclistas como para hacer pasar por buena otra más, especialmente de un ciclista condenado: mejor dejarlas para las nuevas generaciones, estas y las que vendrán.

Sin embargo, lo más interesante está en la misma página. La última noticia de la columna derecha informa sucintamente que Antonio Serrano, juez instructor del juzgado nº 31 de Plaza de Castilla, ha vuelto a denegar a la Federación de ciclismo las pruebas que obran en su poder para poder aplicar sanciones deportivas. Además, no dice que dentro de un mes se cumplirán los tres años de la Operación Puerto y las pruebas prescribirán. Ya ven que desigual tratamiento informativo para dos noticias, donde una tiene más importancia que otra. Y están relacionadas.

No contento con eso -hay que contener la auténtica alegría, la del champán descorchado, hasta el próximo 22 de mayo-, ayer remata la faena con este publireportaje sobre lo bien que se hace la política antidopaje en España, que hasta respeta las horas de descanso del deportista. Curioso: el mismo país incapaz de aplicar siquiera una sanción por la Operación Puerto, ahora es adalid y faro de la lucha contra la mafia médico-deportiva. De todas la medidas, algunas francamente esperpénticas ("Creación de la figura del escolta o vigilante en los controles", que ya existe en otros países y es de sentido común), la que más se destaca es la prohibición de realizar controles entre las 23:00 y las 08:00.

Según Albert Soler, director general de Deportes, "en territorio español ningún control antidopaje ni control de salud que no se justifiquen por causas médicas, con independencia de que éste haya sido ordenado por una autoridad administrativa, federación u organismo internacional". Y subraya: "La negativa de un deportista a ser sometido a controles de dopaje durante esta franja horaria no producirá responsabilidad alguna". O sea que ya saben: nocturnidad, barra libre. Me pregunto si estos sabios habrán reparado en la hora en la que Eufemiano y Merino Batres recibían en sus pisos-patera, o si se regían por horarios de oficina. O si saben -seguro que sí- que algunas sustancias se diluyen en cuestión de horas, cualquiera de las nueve que están a punto de declarar como inviolables, incluso para la AMA o cualquier otra autoridad internacional.

Tampoco se extrañen tanto: van a dar carta de legalidad a un acuerdo que ya habían alcanzado los deportistas y los inspectores antidopaje, como no dudó en contar uno de estos últimos. "Se establece una relación de confianza. Saben que no vas allí a molestar ni a invadirles ni a ponerles en un aprieto… Al final, en la mayoría de los sitios a los que voy me invitan a un café. Ya tengo hasta relación con su familia, su mujer, su chica… Tenemos un trato cordial, sin pasarnos dando confianza por el tipo de trabajo que es, pero muy cordial." ¡Qué menos que legalizar esto! "La hora más intempestiva es a las seis de la mañana, pero es un atleta que quiere que se le haga a esa hora. Luego, hay algunos controles que los termino a medianoche, cuando voy a casa de uno que acaba de orinar y necesita tiempo para volver a tener ganas". ¡O esto! Por cierto, reparen en si hubiese la misma connivencia entre policía y delincuentes o, si les parece un poco ofensivo el ejemplo, entre cualquier representante de autoridad y la persona a la que tiene que controlar. A mí me da vergüenza.

Para rematar su nuevo servicio a la causa, Arribas completaba su publireportaje de ayer con una columna indecente para su condición de periodista. Con un tono aséptico y sumarial, relata que probablemente se impida publicar sanciones de dopaje. Es más: el mismo personaje del que ha sacado el grueso de las anteriores declaraciones, y con un puesto muy importante, afirma "Nosotros, en el real decreto, no hemos profundizado en el asunto, que será cuestión de una orden ministerial que sólo se dictará cuando esté resuelto el debate jurídico". Arribas no se pronuncia: le parecerá bien. Al fin y al cabo, es una tendencia que se ya se ha empezado a ver en el ciclismo. Ojo, estamos hablando de un periodista al que ahora le facilitarán la labor: ya no habrá que hacer pesadas y frías crónicas como la de "El fin de Tyler Hamilton", bastará con escribir "se ha perdido la temporada por un dolor de rodilla" o "un resfríado persistente de dos años, felizmente superado para poder volver a la competición".

Y volvamos a Hamilton. El 22 de mayo Antonio Serrano volverá a repetir lo que lleva haciendo tres años: la Operación Encubrimiento. En su primer acto, saldado con una palmada en la espalda y un "¡hala! a correr", ni siquiera contempló la posibilidad que hubiese riesgo para los ciclistas. Y eso que en su sumario constan los nombres de Tyler Hamilton y de Santi Pérez, positivos por homotransfusión. ¿No sería el caso que el juez instructor tomase declaración a estos dos corredores? ¿Especialmente a uno que ha vuelto a dar positivo?. ¡Qué va! Además, dentro de poco ni siquiera tendrá que poner nombres -nunca lo ha hecho- porque la ley le respaldará.
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Hoy se disputa la Flecha-Valona con los mismos nombres que en A-G-R. Habrá que poner un ojo a lo que haga Freire -aunque creo que saca mejores cualidades en carreras de gran fondo, y esta no pasa de los 200 kms.-, al margen de los nombres ya apuntados para la cita del domingo pasado. Y poner los dos ojos a lo que pueda hacer el Diquigiovanni: Bertolini -cliente de Ferrari- se ha vuelto a casa por una sinusitis; Rebellin dice que tuvo fiebre el miércoles y que no pudo hacer el entrenamiento de fondo (utilizó la Amstel para eso), pero que para hoy ya estará bien; y Scarponi, que no corría desde la Sanremo (hace un mes), entró en el grupo cabecero. Viendo este panorama colectivo y considerando las buenas cualidades de Zapatero en los sprints en cuesta, aquí tienen a mi favorito, para hoy y para el domingo. O bueno, ya por generalizar más: cualquiera del Cervelò o el Katusha.
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Curioso. El Cervelò, un equipo que no es ProTour pero que no ha tenido ningún problema para participar en todas las grandes citas del calendario -y ha sido protagonista absoluto- no obtiene invitación para el Dauphinè Libere. El mismo día se conocía que Sastre no irá a Romandía para afinarse de cara al Giro. El buen aficionado no tiene por qué pensar que esto se produce al mismo tiempo que dicen que antes del Giro va a estar listo tal y cual, patatín, patatán, pim,pam,pum, fuera.
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Espionaje en el famoso laboratorio antidopaje de París. Lo interesante sería saber quien es el que paga a la agencia de espionaje, que también seguía a Greenpeace...
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Para la antología del disparate: "Tenía dos empastes metálicos que estaban infectados por dentro y afectaban a los niveles sanguíneos. Unos días me encontraba cansado y otros eufórico. Dos semanas antes de los Juegos conseguimos descubrir el problema y me extrajeron dos dientes. El cambio fue espectacular." Cada frase es un poema.
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Ahora, pasado el tiempo, ya se empieza a hablar de "esa carretera cuya penosa imagen salió difundida por medio mundo". Curioso, porque cuando pasó el incidente óseo nadie dijo ni mú sobre ese camino de cabras.
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Debo la imagen de hoy a un lector del blog, al que estoy sumamente agradecido.