Una pájara y dos pájaros

Han pasado muchas cosas en estos tres días finales de París-Niza. El viernes Contador hizo bueno el único pronóstico posible y ganó en el final en alto. Lo hizo, además de con su habitual pistola -disparada con educación y con gesto conciliador-, con una exhibición, atacando a ocho kms. de meta -"para probarme"- y quedándose en solitario a falta de seis. Entró con 58" sobre F.Schleck y L.L Sánchez, el primero escalador, el segundo lo que le pongan, los tres con un pasado común en pisos francos.

El sábado la cosa cambió. Contador se volvió a quedar solo, pero esta vez de una manera más dolorosa: sin equipo, que tampoco es que le haya acompañado mucho en esta semana francesa. Sin compañeros en la etapa más larga, con múltiples ataques y tras haberse "probado" el día anterior tragándose viento de cara en la subida final. Ni siquiera Armstrong se permitía quedarse sin equipo -muchas veces no salía a los ataques y se resguardaba en su maquinaria azul, de Padrnos a Ekimov-, porque sabe que hay cosas que es muy difícil hacer. A Contador le importaba un pimiento: con la general asegurada con una renta de más de un minuto, se dedicaba a poner carne en el asador, a falta de pimientos.

El segundo en la general era L.L Sánchez, ex-compañero de equipo y tantas otras cosas, amigo íntimo hasta el punto de que sus respectivas parejas mantienen la misma afinidad. Desde que sus caminos se separaron por culpa de la Operación Puerto, han mantenido una misma relación íntima en las carreras, al margen de cualquier maillot o lógica deportiva. Un equipo transversal, porque lo que ha unido la amistad -y la sangre- no lo tiene porque romper la sana competición y la rivalidad. Hay bastantes ejemplos: en Mallorca 2007 Gusev perdió sus opciones porque su compañero de equipo Contador tiró por delante en una escapada con L.L, y pocas semanas después hizo lo mismo en la etapa con llegada a Cannes, esta vez con los roles invertidos y con el pinteño perdiendo la rueda de su amigo. Después han coincidido poco, la verdad, pero cuando lo han hecho -como en el Mundial 2008- la sensación ha sido la de siempre.

Explicado esto, sepan que este sábado L.L se acercó a Contador a 17 kms. de meta. Hablaron. Hay varios testimonios. El murciano dice que el intercambio fue así "lo siento, te tengo que atacar". Contador dijo en un primer momento "me pidió permiso para atacar por la etapa". Otros dicen que, como le vio fundido, decidió atacar. Yo de estos dos Zipi y Zape no me creo nada, y hay razones más que fundadas. El equipo transversal. Me pregunto que hubiese pasado de no haber sido L.L el segundo de la general. Yo, por lo que entiendo de ciclismo, no se ataca para ganar la etapa a 17 kms. de meta, por muy rodador que seas, cuando todavía había más de diez unidades en el grupo cabecero: se ataca para ganar la general.

Quizás soñaron con una gloriosa entrada en meta primero-segundo, una costumbre que Manolón les inculcó desde pequeños, pero algo falló. Mientras L.L devoraba kms. y hacía buena la presuposición de que no iba a por la etapa (y hace falta ser mongol para dejar atacar al segundo de la general) por los tiempos que ganaba (a 10 kms. de meta 34", a 6 kms. 50"), el nerviosismo cundía. A Contador le empezaron a atacar todos los interesados, de Chavanel a F.Schleck, y el pinteño salía a por todos, cosa que no hizo con su amiguisímo. ¿Lo ven ahora claro? Trabajo de equipo. Entre una cosa y otra -y no es baladí el ritmo y las carreteras, que no dejaban momento al respiro ni a comer, como le pasó a Landis en el Tour 2006- nuestro querido Don Desmayos se fundió. La creatividad periodística para describirlo va desde un "se desinfló" (si es así, ¿es que antes iba inflado? ¿Por qué? ¿De qué?) hasta el otrora prestigioso periodista, que aprovecha la ocasión para compararlo con Fuente, y escribir sin rubor que es "Merckx, Anquetil, Ocaña y Fuente todo en uno": uno y trino, continúa el proceso de santificación de A.C. Por lo que a mí respecta, sufrió un desmayo, pero lo importante es lo que pasó entre el km -17 y el -3.

La última etapa fue el tradicional carrusel alrededor de Niza, y Contador volvió a dar espectáculo. Atacó prácticamente de salida y llegó a contar con 2´30" de ventaja, líder virtual. Con Casar trabajando de gregario -ya será esplédidamente gratificado en el Tour, cuando el Astana sea otro- y David López del equipo del líder pegado a rueda, Contador hizo su numerito, y eso que dicen que tiene la cabeza fría. Con sus hechos no lo demuestra. Empezó a escalar el Col d´Eze en solitario, pero fue neutralizado apenas iniciado el descenso a Niza por F. Schleck y Toni Colom. El de Luxemburgo hizo lo que le es propio -tirar como un caballo-, esta vez con algo de fruto, subir al segundo escalón del podio. Contador se quedó en el cuarto y Colom ganó la etapa, pero antes se había acercado a hablar con su antiguo jefe, al que ayudó a ganar el Giro 2008 viniendo de la playa.

L.L gana la París-Niza con 25 años, y es el tercer español tras Indurain y Contador en conseguirlo. Ha mejorado en montaña sin perder en crono, y dice sin ambajes que quiere ganar el Tour. Su camino se volverá cruzar con el de Contador, porque sólo gana uno y una cosa es mercadear la París-Niza y otra el Tour, la máxima ambición de Manolo Saiz. Veremos si la amistad no se resiente. Por lo demás, si en 2007 cuatro españoles coparon los cuatro primeros puestos de la etapa de Niza, y cinco entre los diez primeros de la general, incluyendo dos puestos en el podio, este año no ha ido a la zaga. Cuatro de las ocho etapas para corredores españoles, y en otras dos el segundo puesto. Tres corredores entre los cinco primeros. Y de nuevo, un compatriota ganando en Niza, continuando la auténtica esencia de los que le precedieron: el primero fue Bernabeú en 2003, descalificado por doping. El segundo fue Piti, en 2005. Y el tercero Contador en 2007. Felicidades a Colom -un triunfo que ha sido recibido con frialdad por todos nuestros periodistas, siempre tan entusiastas- por seguir tan ilustre elenco, y con las mismas armas.
***
Tyler Farrar es un joven americano que apenas había competido en pruebas de primer nivel, hasta que el año pasado experimentó la mejoría Garmin, la del equipo superlimpio: hizo quinto en la París-Tours, primero del pelotón. El viernes ganó una etapa en la Tirreno batiendo a los mejores sprinters del mundo, y lo hizo con fuerza y potencia, nada de al despiste o porque se salía mal de una curva. Cavendish se quedó con cara de tonto y muy contrariado: ya no tiene la fórmula exclusiva. El sábado Joaquín Rodríguez volvió a ganar en Montelupone, un circo-cross de ciclistas retórciendose y Rebellin, como es costumbre, segundo.Y el domingo la crono de 30 kms. para Kloden, que es el actual líder sobre Lövkist y Garzelli. Para hoy es la etapa reina, si el alemán aguanta puede repetir el triunfo de hace dos años. La fórmula es sencilla: no hacer como su compañero de equipo Contador.