Con la llegada a la Tirreno-Adriático de las circuitadas típicas de las últimas etapas, Petacchi ha vuelto a asomar la cabeza y ha batido a Freire, que sólo pudo ser segundo en la etapa de hoy, precediendo a McEwen y Paride Grillo, un neoprofesional italiano que está demostrando tener bastantes aptitudes para colocarse de cara al sprint. Los 10" de bonificación para Petacchi se ven un poco enjuagados por el segundo puesto del campeón mundial, que en buena lógica tendría que subirse mañana a lo más alto del podio en el cierre de la carrera italiana, independientemente de la resolución parcial de la última etapa. La victoria de hoy de Petacchi sirve para recordar que ni uno es un fiera ni el otro es un manta: Freire se impuso en tres etapas seguidas ("no lo había hecho ni en juveniles", confesó el cántabro) más por la extraña ausencia de sus supuestos rivales que por sus capacidades innatas: el año pasado lucía semejante forma en la misma carrera y sólo pudo ganar una etapa, mientras que Bettini le derrotó en otros dos mano a mano. Este año sus víctimas predilectas han sido Brochard, Vicioso y Hondo. De los múltiples Bettini, Di Luca, Hushovd, McEwen, Zabel o el propio Petacchi se ha sabido muy poco en las tres victorias de Freire. Un fiera, pero no tanto. Y si lo es, lo es por su increíble cambio de ritmo, esa facilidad para ganar cuando ya parece que está todo decidido.
Y Petacchi, por no ganar como lo había hecho en Valencia, no es ni mucho menos un manta. Es el máximo favorito para San Remo. Su maravilloso equipo lleva ensayando toda la semana en la Tirreno (no hay ningún corredor para la general en la alineación del Fassa, son todos vagones del tren) y él sabe que es el más rápido en llegadas llanas. Pero la San Remo se resuelve tras 294 km. Más de siete horas de carrera resumidas en un crucigrama de nombres y equipos mezclados en una confusa mancha en Vía Roma. El ciclismo no es una ciencia exacta, aunque a veces lo parezca. Así, es fácil deducir que se llegará al sprint: de las últimas diez ediciones, sólo Colombo en 1996 (esa Gewiss tan sospechosa), Tchmil saltando en el último kilómetro en 1999 y Bettini en 2003 han conseguido romper la monolítica norma del sprint. El último ganador con un ataque lejano fue Chiappucci en 1991, atacando en el Turchino bajo un aguacero impresionante. Las tres victorias de escapada en la última década se produjeron en la fase final de la carrera, pero este año habrá al menos dos superequipos que se van a jugar el todo por el todo al sprint, y que por tanto controlarán la carrera: Rabobank y Fassa Bortolo. La Cipressa ya no marca la diferencia: introducida como subida final en la edición de 1960 por el propio Vincenzo Torriani para impedir la victoria de Poblet, desde el año 1995 en que un sensacional Fondriest estableció el récord de ascensión (no le sirvió de nada: se llevó soldado a la rueda a Jalabert, que lo fundió en el sprint) nadie consigue aprovechar su desnivel.
Habrá sprint, pues. ¿Será Freire el primer Campeón del Mundo en cargo que gana la primavera desde que Saronni lo consiguiese en 1983? Campeón del Mundo y gran clásica casan muy mal: el último fue Camenzind en el Lombardía de 1998...Freire se acercó con su tercer puesto en San Remo 2000, repetido al año siguiente por Vainsteins. Definitivamente, el ciclismo tiene una especie de orden interno. Pero muy pocas leyes exactas. ¿Habrá sprint, pues? ¿Hay alguien capaz de hacer saltar el cerrojo de la caja de caudales que van a custodiar Rabobank y Fassa hasta los últimos 200 metros de la gran clásica italiana? Yo no lo creo.
15 marzo, 2005
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3 comentarios:
Lo más prbable es que se llegue al sprint pero Ballerini tiene razón en que siempre en el Poggio se puede romper la carrera. Hablando de Freire, que en principio es la mejor baza española, para un corredor de sus características es la carrera más complicada tácticamente hablando, porque está la duda de salir en las subidas o esperar a la volata. Cuando ganó Bettini, el propio Freire confesó que, tras salir en la Cipressa a los ataques del gran Paolo, en el Poggio decidió quedarse en el pelotón pensando que habría esprint. Sería una pena que estando en este estado de forma no pudiera luchar por la victoria si le a los ataques y no llegan, pero igualmente sería una pena que no pudiera luchar por ganar no saliendo a los ataques y estos llegasen. Es una decisión complicada que creo que Freire tomará en función de los hombres de los que disponga Petacchi en la parte final de la carrera.
En cuanto al desarrollo de la carrera, el Rabobank hará la carrera dura en beneficio de su líder, así como Quick Step, pensando en Bettini y en Boonen (ojito con él). Creo que va a ser un todos contra Fassa para que, al menos, Petacchi llegue cascado a un eventual sprint. Valverde es seguro que lo intentará o en la Cipressa o en el Poggio, así como Vicioso, Celestino, Brochard, Di Luca...
Yo creo que hoy por hoy el más capacitado para dar esa exhibición es el propio Freire que como bien dices si entra a por todas (como hizo en el Mundial) con otros tres o cuatro, al sprint les gana fijo. Pero claro, esos tres o cuatro tienen que querer jugársela al sprint con él, que esa es otra. Bettini también puede dar esa exhibción, pero no parece estar en su mejor momento. Estaría bien que viéramos una "alianza" Bettini-Valverde. Veremos qué pasa el sábado, a ver cómo compagino las Fallas con la San Remo...
Es cierto, hay que tener en cuenta el factor Vinokourov, uno de los pocos corredores que quedan en el pelotón capaz de perseverar en su esfuerzo cuando ataca ¡es como una máquina! Sólo pedalea fuerte y no mira atrás. En el Mundial lo intentó porque sabe que en el sprint no tiene nada que hacer...pero claro, con el Fassa a bloque tirando...Yo sigo pensando en el sprint, aunque Bettini también se la va a jugar de lejos.
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