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22 marzo, 2005

Uros Murn, o el triunfo siempre puede llegar

Primera etapa de la Semana Catalana resuelta con un sprint que en otras ocasiones hubiese sido reducido y que, con un pelotón compuesto de salida por únicamente ciento y algo corredores, hasta se antoja masivo. Con ese panorama, no hubo control y cada uno hizo la guerra por su lado: primero Edo, después un italiano del Fassa-Petacchi asombrado por verse delante a sólo 100 metros de meta, tanto que miró para calcular cuanto quedaba y ese momento lo aprovechó Uros Murn para ganar la carrera internacional más importante de su vida...paradojas de la escasísima participación en la carrera catalana, azotada por los efectos del ProTour. El corredor esloveno es un buen profesional, que obtiene bastantes puntos UCI gracias a estar incluido en la terna del Phonak para las clásicas (el año pasado fue 8º en Tours) y que forma junto a sus más conocidos compañeros Valjavec o el muy irregular Hauptman la punta de lanza de su pequeño país, grande por sus deportistas. Bagaje escaso para la Semana, que deberá esperar a la etapa de montaña en Pal o la contrarreloj final para ver a las figuras presentes: un Heras compitiendo por primera vez desde la contrarreloj final de la Vuelta, Mayo tras quince días sin competir y Simoni con 33 años, dispuesto a seguir cazando lo que le deje su complicada situación en la jerarquía del Lampre-Cafitta.
A ver si al menos dan alguna sorpresa los jóvenes.
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El fin de semana también vio triunfar a Alberto Martínez, otrora promesa del ciclismo patrio, en una carrera francesa que veía su sexta edición. Enrolado ahora en el Agritubel, el máximo objetivo es intentar brillar para ser invitado al Tour, por lo que su estado de forma actual se debe a intentar repetir este próximo fin de semana su triunfo en el Criterium Intenacional, donde ya se impuso hace unos años derrotando al mismísimo Lance Armstrong. Curiosamente, era cuando el Euskatel también utilizaba las carreras organizadas por el Tour para ganarse la invitación: un claro ejemplo de especialización en el ciclismo, aunque Alberto Martínez logró el año pasado, enrolado en el Relax, un meritorio 5º puesto en San Sebastián. El domingo, Fedrigo ganó la Cholet-Pays de Loire, imponiéndose a Alberto Benito, corredor formado en Banesto y que ya fue segundo el sábado tras su tocayo Martínez. Ahora corre para el Barbot portugués y, considerando que el año pasado ganó en etapas en Algarve, Alentejo y Agostinho, quizás merecería volver al pelotón nacional, aunque la lucha por la supervivencia entre los equipos continentales les está haciendo viajar más y competir mejor, por lo que quizás lo veamos por aquí. Oportunidades como la de ayer en la Semana Catalana le hubiesen venido muy bien.
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Por último, más comentarios sobre San Remo: leo que de 97 ediciones, 16 han acabado en sprint, y de ellas 7 se concentran en los últimos 9 años. Eso ha motivado que los organizadores (RCS, los mismo del Giro) planeen introducir cambios en la próxima edición, para volver a la selección de antaño. Yo creo que mientras tengan un sprinter de garantías como Petacchi dejarán la carrera sin tocar: ya se había comentado algo parecido cuando Zabel ganó sus cuatro ediciones (y segundo en la de Tchmil)...llegó Cipollini en 2002, ganó y todo fue maravilloso. Al año siguiente se impuso Bettini en grupo restringido pero ha sido por la amenaza cierta de Freire (ganador en 2004 y serio aspirante en la edición de este año) cuando se ha vuelto a lanzar el debate. No hay que olvidar que Freire ha sido desde 2000 3º (en 2001 no corrió), 5º,7º,1º y ahora 5º en la carrera, vamos, que siempre ha estado ahí para ganar...mientras Petacchi gane a Freire, el debate estará congelado...cuando los italianos vuelvan a pasar una sequía, volverá el debate. Igual pasó en el Giro: tras las victorias de Indurain, Berzín y Rominger y la sequía de corredores transalpinos, se desmarcaron con la edición de 1996, brutal, con sólo una contrarreloj y dos etapas finales de 250 kilómetros y combinando Gavia con Mortirolo, por ejemplo. Creían que eso se adaptaba mejor a corredores italianos: el Giro se le escapó al grandísimo Abraham Olano, pero lo ganó de nuevo un extranjero, Tonkov, aunque los italianos se consolaban con la creencia de que estaba italianizado, como el meteoro rubio del Giro 94. Después no desarmaron el invento y hemos visto a Gotti, Pantani, Simoni, Savoldelli y Cunego, siempre imponiéndose por sus dotes escaladoras. En todo caso, la idea de endurecer la San Remo no es nueva: como ya comenté, el Poggio fue introducido en 1960 para romper el dominio de Poblet, que había instaurado una tiranía del sprint, que también corría para los italianos. ¿Guiño a Freire? Quizás, pero tampoco hay que olvidar que entre los primeros el sábado sólo hubo dos italianos, el sorprendente séptimo puesto de Marzoli y el noveno de Pellizotti. Cuando Petacchi (31 años) ya no esté, sólo quedaran esos espléndidos y jóvenes Boonen, Gilbert o Hushvod. Si hay cambio, será para favorecer a la generación de corredores italianos que deban suceder a Rebellin, Casagrande y Bettini. Ya veremos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿que fue de Hauptman? Tras hacer bronce y cuarto en mundiales, no se ha vuelto a saber de el.