Estrellas de todos los colores

En Italia es muy popular el punteggio o le pagelle, la valoración que un supuesto experto da de una materia y que suele plasmar en forma de puntos o estrellitas. No es más que el epítome gráfico de una desaforada manía de opinar con autoridad -les encanta decir su cargo o nivel de estudio antes, para remarcar- y con gratuidad. No es exclusivo del país, pero sí muy sintomático. Les pongo un ejemplo: un diccionario (ejem) muy popular es el Mereghetti, el nombre de un crítico de cine que ha puesto tapas a sus opiniones, y te puedes encontrar por ahí a gente que lo alza con una mano y lo lee como lo que es, una Biblia. A mí estas cosas me dan mucha risa.

En España, por fortuna y porque somos muy diferentes, esta funesta costumbre está más limitada. Es cierto que el Marca tenía sus estrellitas de valoración, o que hay gente que sigue al insultador profesional Carlos Boyero allá donde deposita sus opiniones, pero el fenómeno está mucho más limitado. Cuestión de carácter. En la Gazzetta dello Sport, ya de por sí una Biblia del deporte, tienen un juego de esos de Fútbol Fantástico que se basa en criterios tan poco objetivos como la valoración de estrellitas que sus periodistas dan a los jugadores. Y recordemos que la trama mafiosa de Luciano Moggi incluía a periodistas en cartera cuya misión era opinar bien, o enfangar, cuando se producía una de las escandalosas victorias -árbitro mediante- de la Juventus. Para que vean lo que se mueve.

El pasado lunes Claudio Ghisalberti, corajudo periodista de Gazzetta, publicaba su particular punteggio de las clásicas de pavé, tan subjetivo como la sensación de frío o calor en una oficina. En una escala 0-10, reparte sin mucha gracia los puntos, acompañados de una pequeña explicación de justificación. A Pozzato le pone un 7, habiendo sido segundo en Roubaix y quinto en Flandes, y Quinziato obtiene la misma nota, porque anduvo escapado: ya ven en que pantanoso terreno se mueve esto de afinar la nota con sistemas alfanuméricos. Con decirles que Haussler también saca un siete, habiendo sido segundo en Flandes y séptimo en Roubaix...

Sin embargo, lo más interesante está en los comentarios: de este último corredor dice "en el Gerolsteiner era uno del montón, ahora es un campeón. Estaremos esperando con que nos sorprenderá en el futuro". ¿Lectura entre líneas? Bueno, pues vean esto de Cancellara (un seis, tiene cojones): "En los últimos meses pasó algo que lo ha descentrado". ¡Pero bueno! ¡Y yo que pensaba que se había resfríado en California y después caído entrenando! ¿A qué se referirá Ghisalberti? ¿No estará insinuando algo? Y yo que pensaba que los puntos eran para dar una opinión objetiva y fácilmente comparable...
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Valverde no ha podido repetir el queso en la París-Camembert, que ha ido a parar a Casper, un corredor que desde que ha caído en un equipo de serie Z gana mucho más. El domingo dice que estará en la salida de la A-G-R, su primera carrera de verdad en lo que va de año.