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08 julio, 2008

Un día cualquiera en el pelotón

El Tour disputará su quinto día mañana y no ha habido ningún sprint masivo. Cosas del perfil de las etapas, y también del pelotón, que ayer dejó llegar la escapada: a falta de 50 kms. contaba con ocho minutos y medio, y nadie tiraba. Se corrió de lo lindo, y aún así llegó con 10´ de retraso a meta, con cara de sufrimiento en todos los corredores. 207 kms. de escapada para Longo Borghini, Frichkent, Feillu -ya lo intentó en el final de la primera etapa- y Dumoulin, que se llevó la etapa.

El nuevo líder es Feillu, un corredor joven que el año pasado hizo dos quintos puestos en sprints masivos en el Tour, y que esta temporada estaba en el dique seco por la enfermedad del gato (la toxoplasmosis). En el equipo no lo querían llevar al Tour, y fíjate por dónde ha salido. Lástima que ayer lanzase el sprint a sus rivales de una manera amateur e impulsiva: al menos se llevó el no-logro de lucir el maillot amarillo un día. Su ventaja de 1´52" sobre especialistas no parece suficiente para 29 kms., pero la crono de hoy será muy peculiar por el fuerte viento y el trazado en forma de circuito.

En el pelotón Ángel Gómez, del Saunier, se comió una mediana y cortó el pelotón, además de abandonar. Los damnificados fueron Menchov, Riccó, Fothen y Cobo, que a pesar de tirarse 26 kms. persiguiento, sólo cedieron en meta 38". Por delante el impulso lo llevaba el Quick Step, que recibió su paga en forma de caída de Barredo. Incomprensiblemente, el ciclista pudo de nuevo enlazar con el grupo de los favoritos, una machada al alcance de muy pocos. Cada uno explica el suceso como mejor puede, aunque no tenga nada que ver con la realidad y tenga que contar batallitas del pasado. Por delante iban como motos, y punto.

Valverde pierde el liderato y está por ver si lo recuperará. Desde luego, no será en la crono de hoy, donde todas las cabezas grises del pelotón apuntan a Cancellara o Millar, y nadie cita a Evans, curiosamente el máximo favorito al triunfo final en París, de la misma manera que no citan a Devolder. Así está el ciclismo: ningún equipo puede llevar el peso de la carrera, y ningún periodista se atreve a decir la razón, aunque escriban lastimosamente "el futuro era esto, señores". Pues bienvenido.
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Uno de los alicientes anuales del Tour es leer las columnas de Flecha en La Vanguardia. Le han reducido el espacio, aunque no creo que sea esa la razón para su giro argumental, que ha pasado del pedante-insultador al meramente pintoresco, una especie de Un país en la mochila del pedal. Sin embargo, avisa de que irá dando pistas de las etapas que tiene señaladas para liarla, como si no supiesemos que este año el Tour pasa por Toulouse y fue en esta ciudad donde obtuvo su etapita. Esa es su manera de entender el ciclismo.

La realidad, insisto, es terca. En tres etapas ya la ha montado en dos. En la victoria de Hushvod, intentó salir tras Cancellara y, como pasa una y otra vez en las clásicas del norte, salió de vueltas y reventando: una apertura de patas antológica. Su odiado Pozzato, al que ya ha dedicado una flechita, logró lo que el argentino naturalizado no pudo, ni podrá jamás: salir tras la locomotora suiza y neutralizarla. Por supuesto, no dijo nada de esto. Ayer le tocó perseguir, su especialidad ciclística y a la que ha consagrado su vida deportiva, con el resultado de que mientras todos sus compañeros entraron arropando a Menchov, Flecha entró en el grupo siguiente, y cerrando el pelotón. A saber que trolas cuenta hoy, pero la realidad es muy terca.
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A mí, eso de comparar el Kas con el Euskaltel me parece una aberración. Pero ya saben que los periodistas están muy al tanto del estado de forma de los corredores. Veo hombrecitos naranjas por todas partes...
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Bettini obtiene su primera victoria desde el Mundial de Stuttgart. Considerando que en su otra encarnación mundialista su mayor éxito fue la etapa de Luarca en la Vuelta 2007, he aquí otro caso de maldición arcoiris: ha tenido que ser en la Vuelta a Austria, y tras batir al local Glomser, que alzó los brazos antes de tiempo. Queda un mes para las Olimpiadas y ya empieza a asomar la cabeza.