Un ejemplo del ciclismo que cambia

 La etapa de hoy del Giro, considerada de transición, llevaba desde lo más profundo del Tirol italiano al Val di Sole, en sentido este-oeste. Se pasaba primero por la autopista que lleva a Austria para después encarar la subida al Paso delle Pallade. La escapada se formó mucho antes y contó de salida con 19 integrantes, ninguno excesivamente peligroso, ninguno excesivamente favorito.  Juego hecho al espectador para disfrutar de los paisajes y de las características de esta próspera zona gracias al cultivo intensivo de manzana.

Tras coronar el puerto se pasaba por el Val di Non, una fábrica a cielo abierto de manzanas: kilómetros y kilómetros de frutales, cajas de plástico apiladas, invernaderos y todos los pueblos con casas recién pintadas. Especializar a valles recónditos en una producción agrícola específica no es un invento nuevo (el famoso Valle del Jerte y sus cerezos, o los membrillos de Puente Genil, son planes desarrollistas del franquismo), pero en Italia han hecho de la manzana del Val di Non algo omnipresente en todos los mercados de Europa, vendiendo en muchas ocasiones por debajo del coste de producción.

A los ciclistas, y a buen seguro a los improbables lectores de este blog, estas cosas no les importarán mucho, pero como el ciclismo siempre nos servirá para hacer turismo y para preguntarnos por qué allí si y aquí no, siempre está bien sacar el tema. La escapada llevaba una ventaja constante de 9´ mientras en el pelotón controlaba el poderoso Caisse d´Epargne. A 30 kms. para meta atacó Ignatiev, un corredor que siempre se entrega y que pocas veces encuentra recompensa a sus arriesgadas apuestas, pero que hace que estas etapas de fugas sean más entretenidas.

Era todo valle, con línea de tren paralela, y quedaba mucho para meta. No es que el resto de 18 fugados colaborasen para cazar al ruso, es que la ventaja con el pelotón les daba margen para ir adelante y atrás, tira tu que ahora me pongo yo, al menos mientras la creciente pendiente no hiciese necesario mayor colaboración. Una vez cazado, saltos amenos del exótico japonés del BBouygues -otro que está pasando el mejor momento de su carrera en el Giro-, Danilo Hondo, Moreno o Duque.

El alemán, fichado este invierno para lanzar los sprints a Petacchi con 35 años y un pasado para temblar, ya celebró su tercer puesto en Marina de Carrara como una victoria, porque nadie le había dicho que habían entrado por delante dos corredores. No dejaba de ser curioso que celebrase este no-triunfo -suele pasar en el Lampre, recuerdo uno muy sonado de Cunego en el Giro 2005- en la casa de Petacchi, que ese día estuvo al ataque y a los dos días se fue para casa. Teóricamente un sprinter, mañana tendría mejor oportunidad en la llanísima etapa de Brescia, pero será que no se fía de que su equipo se ponga a perseguir o a preparar un sprint.

Hondo fue tenaz en su esfuerzo y cambió de compañeros de escapada por Monier y Kruijswijk. Evidentemente, el peso del esfuerzo era para este corredor que, cuando iba dopado hasta las cejas, llegó a ganar una crono de Murcia y le ganaba sprints a Freire en París-Tours o Sanremo, ahí es nada. Tras cumplir dos años de sanción intermitente -peleó de manera pititesca para demostrar que un raro medicamento para embarazadas no podía ser propio de su figura insigne- volvió con el Tinkoff y este invierno, contra todo pronóstico, tuvo la oportunidad de fichar por un equipo que corría pruebas de nivel tras pasar el último año en un equipo checo y con estos resultados.

Pero bueno, el Lampre es lo que es. Cuando quedaban -7 para meta y para el pelotón -15, sus compañeros de equipo en el pelotón se pusieron a tirar. ¿Para qué? No se sabe, como tantas cosas de este equipo. La ventaja de Hondo y sus dos remolques respecto a los otros 16 fugados era de 40": la pendiente ya era intensa, de un 5%, y el alemán nacido en la antigua RDA iba como Garzelli en la cronoescalada de ayer, a otra velocidad todavía por medir.

Monier lo intentó a -3 de meta y Kruijswijk, neoprofesional y que sólo entró en el equipo del Giro tras la baja a última hora de Freire, salió a intentar cazarle. Pobre Hondo, nadie se quedó con el tras haber hecho todo el trabajo. Etapa para el francés y puesto de honor muy destacado para el holandés, impensable al empezar el Giro. Será verdad eso de que el ciclismo está cambiando: miren que cara se le ha quedado al pobre Hondo, 36 años y medio y corriendo el Giro con el Lampre. Segundo en la etapa, porque una cosa es que te gane un francés, y otra que también entre por delante tuyo un chaval trece años más joven y en sus primeras armas. El ciclismo no va a cambiar tan rápido, y menos con corredores como Hondo en circulación. 
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Para Rubén Pérez del Euskaltel la primera etapa de la Vuelta a Baviera, que este año incorpora montaña. Tercero su compañero Urtasun. Menchov se fue para casa en el km. 40. En la primera etapa de la Vuelta a Bélgica, victoria para Gilbert.
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Maravillosa explicación de Garzelli sobre su secreto para ganar la cronoescalada del Giro con 37 años, y enviando a todos los corredores a partir del tercer puesto a más de un minuto: "a 400 metros de coronar el Furcia casi he dejado de pedalear y he empezado a comer, tomar sales..." (2´46"). En este otro vídeo se ve como el corredor pasa por el punto intermedio de manera muy relajada (en los 50" del vídeo) y aún así era el cuarto en la clasificación parcial...Ya saben: hay que comer y mineralizarse.
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Las microdosis de EPO, el derecho al descanso nocturno y por qué hay tantos positivos fuera de temporada: estado de la cuestión.
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Fantástico reportaje de Sports Illustrated sobre lo que puede dar de sí el outing de Landis. Fíjense en como no todo van a ser positivos y cosas así: al tramposo también puede caer por otros motivos como la fiscalidad, los fondos públicos, incitación a delinquir y tantos otros. Casi, casi como en la Operación Puerto.

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¡Dios mío, nooooooooooooooo!
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Tiene algo de fantasmagórico lo de los pedales moviéndose solos...
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El de hoy es el post número 1000 de este blog.