Se llama Sagan, Peter Sagan

Son ya muchos años de ciclismo y aquí sólo caben dos opciones: o estamos ante un fenómeno de los que aparecen de generación en generación o aquí hay eslovaco encerrado. Como está fresquísimo en el archivo del blog la narración de la brutal irrupción de Peter Sagan no conviene abundar en ello, simplemente maravillarse ante la nueva victoria del precoz (20 años y mes y medio de vejez, nació en 1990) corredor.

Se llegaba a la bellísima Aix-en-Provence. En cuatro meses hará un calor tórrido y asfixiante en el mismo lugar, pero ahora mismo las imágenes de la televisión transmiten el mismo tono gris y opaco del resto del continente. El pelotón se tomó la etapa a toda velocidad (una constante en toda la carrera, hoy han ido a 44 kms/h) y los últimos 20 kms. fueron un vértigo provocado por el Ag2R, que está empezando el año de una manera desconocida.

Este ritmo inusual ha hecho que en una etapa en teoría de transición se dejasen ¡16 minutos! (la etapa duró tres horas y media, hagan sus cálculos del fuera de control) 59 corredores, incluyendo algunos que estaban rindiendo bien en la carrera como Sicard y Tony Martin. No fueron los únicos: también Tondo y Leipheimer se dejaron dos minutos y medio. En el pelotón de cabeza sólo entraron 25 corredores, más uno que iba por delante.

Cuando quedaban dos kms. para meta saltó Le Mevel, igual que el día anterior en Mende. Un hiperactivo Sagan se pegó a su rueda y, acto seguido, lo dejó tirado. La carretera picaba hacia arriba pero tampoco en grandes porcentajes, y el joven eslovaco consiguió imprimir a su pedalada un ritmo frenético. Vean las imágenes porque son una auténtica exhibición para recordar.

Y es que por detrás no le dejaron ir: SMS Sánchez tirando para Valverde y S. Sánchez para Koldo FdL, entre otros. El terreno subía y bajaba, pero Sagan no dejaba de pedalear. También miró mucho atrás, algo a depurar, pero bien que le sirvió: una última mirada, y dar palmadas y celebrar su segunda victoria en tres días, con 2" sobre los mejores corredores del mundo. Sagan, que apenas existía hasta el domingo en que empezó la París-Niza, lleva esta sucesión de puestos: 5º-32º-2º-1º-20º-1º. Son cifras de sprinter (el 2º puesto fue por un golpe de riñones de Bonnet en el último metro), pero el fenómeno eslovaco no ha ganado como un sprinter.

Si la victoria de Aurillac fue tras una dura y fría etapa de media montaña, la victoria de hoy ha sido de llegador experto, como hacía bastante tiempo que no se veía en el ciclismo. Es la típica acción que siempre se sueña o se exige a los ciclistas, pero para lograrla hacen falta muchas, muchas fuerzas: por eso se ve tan poco. También mucha fe en las propias posibilidades. Parece que Sagan tiene de sobra de ambas cualidades. A mí me ha recordado mucho a una etapa que ganó Bugno en el Giro de 1994, llegando a Loreto. La diferencia es que por entonces el ciclista italiano tenía 30 años y ya había conquistado el grueso de su palmarés: lo que asusta de Sagan es su edad. También el deporte que practica.

***

En Tirreno sprint brutal para Bennati, del mismo equipo que Sagan. El ciclista italiano, lagunar por excelencia, se ha marcado una llegada impecable perfectamente conducido por sus compañeros. Sprintó con mucha fuerza y dio la sensación de que cien metros más no le hubiesen importado: da miedo para la Sanremo, especialmente por su trayectoria. Segundo Petacchi a más de una bicicleta -y eso que salió bien-, tercero Eisel, cuarto Farrar y quinto Flecha, que en los cuatro años que estuvo en el Rabobank nunca alcanzó esa velocidad punta. Lo sabe bien Freire, que todavía no se ha metido en ningún sprint.

***

La historia: cyclingnews.com tiene una serie de blogs que encarga a ciclistas profesionales -que dudo que escriban ellos mismos- donde sólo se cuentan tonterías. El nivel es tal que deja el blog que Contador escribió para rtve.es a la altura de un Nobel. El último incorporado ha sido el de Pozzato. Andy Schleck, que ya lleva un tiempo con el suyo, saludó a su nuevo vecino dedicando la mitad de su espacio a cómo Pozzato se cuida, como cambiaba de maillot de campeón de Italia constantemente y preguntaba que tal le quedaba y bla-bla-bla. Algo ha debido ser malinterpretado en su calificación de "metrosexual", ya que ha tenido que salir diciendo esto. ¡Cómo está el servicio! ¡Vaya panda! Como si A. Schleck no conociese a los italianos...

***

Increíble: si ayer les decía que la victoria de Boonen en T-A era la primera en Italia, en cyclingnews.com dicen que también es la primera de un belga en la carrera de los dos mares desde 1991, cuando Dirk DeWolf -por entonces subcampeón del mundo y que al año siguiente ganaría la Lieja- también ganó una etapa y Díaz-Zabala la general.

***

Como sabrán, la industria de la bicicleta lleva tiempo intentando introducir los modelos eléctricos. Lo hacen porque todos los negocios se basan en ofrecer el mismo producto de siempre con supuestas innovaciones, fomentando así el consumo, la sustitución de bienes por capricho y no por necesidad y, en definitiva, la tontería. Yo creo que la bici es un invento casi perfecto que, en cuanto aprovechamiento de la fuerza empleada en pedalear, apenas ha sufrido modificaciones desde su invención, hace ya más de un siglo. Algo querrá decir. Barato, bonito, eficiente y con un mantenimiento bajo o muy bajo, es difícil introducir innovaciones: un desastre para la industria.

Bueno, pues ahí sigue la industria intentando vendernos las bicis eléctricas. Con propaganda camuflada de información. La estrategia es la misma que utilizaron los del plato elíptico o los del cambio eléctrico, probarlo en competición. Por cierto, por si alguien tiene interés en hacerse con uno de esos trastos: pesan un quintal y la batería, como todas las baterías, pierde eficiencia con el tiempo. Digánme a que bici tradicional le pasa esto.

***

Paz eterna para Miguel Delibes, escritor que cualquiera que haya seguido la enseñanza obligatoria conocerá, porque obligatorio que era leer alguno de sus libros. Con el tiempo lo aprecias más. Aparece en este modestísimo blog porque era un buen aficionado al ciclismo -especialmente el Tour- y su pequeño libro La vida sobre ruedas, donde cuenta cómo aprendió a andar en bicicleta, es una verdadera delicia.