Un ciclista sin par

En contra del tópico, no toda Suiza es bonita. Ayer la etapa del Tour de Romandía llegó a La Chaux de Fonds, una ciudad particularmente horrible, construida a 1000 metros de altura -hace frío hasta en verano- con las calles alineadas en línea recta horizontal con la pendiente de una ladera. Le Corbusier nació aquí y bien cerca, pero en Francia, construyó la capilla de Romchamp, su obra más conocida. Oscar Freire ganó la etapa, ennobleciendo un poco a un sitio carente de cualquier atractivo.

La etapa fue vertiginosa. Cuatro "puertos" en los últimos 60 kms., pero no se imagen puertos como los de las grandes vueltas. El "primera" eran nueve kms. llevaderos, y así estaba controlando la carrera el Rabobank hasta que en el "segunda" -una cuesta con dos curvas fuertes- a 11 kms. de meta empezó a saltar Kreuziger y después un interesante duo formado por Gilbert y Evans, que destrozó el grupo. Como el australiano va a por la general (su victoria en 2006 ante Contador y Valverde es la joya de su exiguo palmarés) los equipos con intereses se organizaron y ayudaron en la persecución. Coronaron con 15" de desventaja y, gracias al trabajo del Caisse d´Epargne, la aventura de los dos del Lotto acabó poco después.

A partir de ahí, el caos. Un corredor del Rabobank intentó llevar el ritmo, pero todo el mundo pasaba por los laterales; más tarde dos Caisse hicieron lo propio, tan mal que dejaron a Valverde expuesto muy lejos de meta: el murciano no hizo nada mejor que acelerar con Freire bien pegado a su rueda. Con la meta ya bien cerca, Lars Bak volvió a intentar lo del día anterior y ahí Freire hizo su habitual movimiento cuando está bien: pegarse al lateral izquierdo (su derecha) y a tope: nadie le puede adelantar por ese lado y al mismo tiempo puede controlar visualmente cualquier posible remontada. No hizo falta, ganó con dos bicicletas de ventaja y dejando de pedalear a 20 metros de meta.

Freire suma su 57º victoria como profesional en una prueba de prestigio ProTour. Por detrás quedaron Rabon -vencedor del prólogo-, Bazayev, Kreuziger -está que se sale-, Martin, Bono, Moos, Bak, Valjavec y Petrov. No son grandes nombres, pero es una constante en la carrera del de Torrelavega cuando la etapa es medianamente selectiva: se meten en el sprint los que pueden. En 2008, por no irse muy lejos, le pasó en la Gante-Wevelgem y en la etapa del Tour, con una puertecito antes de meta. Ayer en el pelotón viajaban Pozzato, Farrar, McEwen o Cavendish, que de momento no sube una cuesta pero que cuando llegue el Giro, igual que cuando llegó la San Remo (Boonen: "hace cuatro días en Tirreno se iba a cola del pelotón en cualquier cuesta, ahora sube el Poggio y gana tras 300 kms.") subirá lo que le echen, que en Italia es mucho. Ninguno llegó a disputar el sprint, entraron retrasados. Freire es muy bueno en lo suyo: ganar sprints caóticos y llegar delante en etapas selectivas. A partir de ahí, poco más se puede añadir a un ciclista único, con pocos referentes históricos para comparar y absolutamente inolvidable.
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El sector matinal de Asturias, con final en Avilés, fue para el esloveno Grega Bole, que había ganado recientemente una prueba en Italia. Por la tarde, crono en Castrillón, un arrabal-concejo de la ciudad que creció a golpe de siderurgia y ahora crece a golpe de...pues no lo se, pero todas las ciudades crecen aunque los indicadores vayan cuesta abajo. Ganó Hector Guerra, un español que corre en Portugal, con 7" sobre S. Sánchez (la maldición del campeón olímpico) y el nuevo líder es Tiago Machado, un portugués que estuvo escapado el primer día, del que todo el mundo habla maravillas y que tiene 2´30" de ventaja para gestionar en la subida al Acebo, esta misma tarde.
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La UCI se personará como causa activa en la cita de Valverde el próximo 11 de mayo en el CONI. Lo deciden ahora, y anda que no lleva el asunto en pie. Lo hará con Mario Zorzoli. Sí, han leído bien: el mismo médico del que Eufemiano Fuentes tenía su teléfono personal en el momento de su detención. Qué-mal-huele-todo-esto.