"Yo soy Piti"

Dando alas a la Operación Encubrimiento y al descrédito de su profesión, el juez Antonio Serrano dictó ayer un esperpéntico auto donde denegaba validez a la comisión rogatoria italiana que había obtenido las muestras de sangre (42) de la Operación Puerto. Ayer era huelga de jueces, un oximoron lamentable, y también de funcionarios judiciales. Serrano, juez orquesta -y el participio también- sacó tiempo y suplió ambas funciones, todo en defensa de los ciclistas.

¿Se dan cuenta del timing? La caterva de abogados de Valverde retrasa hasta dos veces la citación en Roma, y hubiese habido una tercera -habían pedido el viernes-, todo para que el titular del juzgado nº 31 de Plaza de Castilla tuviese la bula ad hoc. Y una vez en su poder, a ventarla al aire como la bandera de enganche y salvación para un ciclista que se resiste a la prueba del ADN, con lo que ello significa. Arribas se aplicó a ello con fruición. Pasada la tarde la cosa fue cambiando, y hoy lanza un tañido de condena , del que al menos sacamos, además de una nueva muestra de su catadura, el nombre de la bendita jueza que entregó las muestras a Italia: Ana Teresa Jiménez Valverde. Genuflexión y reverencia, por favor.

Con esta avalancha de acontecimientos, conviene recuperar el pulso y la cabeza fría. Recuerden donde estaba cada uno del frente mediático no hace tantas horas. Y cómo van cambiando a medida que caen los subterfugios. Se ha pasado de negar la existencia de la bolsa 18 a que ayer, en El Larguero, Relaño, De la Morena y el becario analfabeto ("mis fuentes en el CONI", cuando ha mirado la página web y sólo sabe hablar mostoleño) casi se comiesen al abogado tradicional de Valverde por decir que no había bolsa. Se ha pasado de negar unánimente la validez del CONI para solicitar pruebas a reconocer que en Italia algunas cosas son diferentes, porque es un país que ha tenido que combatir sociedades secretas -como el ciclismo- a lo largo de su historia, y la Mafia o las Brigadas Rojas son sólo un ejemplo. Se ha pasado, en fin, de defender a Valverde desde el CSD a que este organismo y su máximo representante esten en silencio. Y es la misma bolsa de sangre que en Salzburgo, cuando se movilizaron todos los recursos para que el murciano fuese al Mundial.

Detengámonos en este punto, relacionado con el anterior. Cuando ninguno tenía claro el carácter jurídico del CONI, ni siquiera el carísimo abogado italiano, había una persona que sí lo sabía y se mostraba muy tranquilo. El martes -prácticamente la prehistoria del caso, tal es el vértigo- Jaime Lissavetzky dijo que "hay que recordar que el CONI es un organismo del que no existe otro igual en el mundo porque mezcla fiscalía y deporte. Ha trabajado en una línea que nosotros no conocíamos y habrá que esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos". ¿Sorprendidos?. Bueno, el motivo no tiene que ser la desfachatez de "una línea que nosotros no conocíamos" -habíais torpeado todas las líneas y salido en defensa de lo indefendible-, sino el aplomo con el que habla del CONI. Hace un par de años Lissavetzky hablaba del CONI como unos lunáticos y se reía de las leyes deportivas italianas, que impiden practicar deporte de alta competición a gente con problemas cardíacos: "hay que ser más flexible". Claro: sístole y diástole.

Lo que todo esto apunta es que Valverde esta vendido. Los mismos que le defendían están arriando velas y poniendo popa a nuevos vientos. Vuelvan a leer lo de hoy de Arribas. O lo de Lissavetzky. En esta historia Valverde ha dejado de llevar las riendas, si es que alguna vez las tuvo. Ahora mismo tendrá la cabeza llena de las respuestas aprendidas para cada pregunta, y todo por intentar seguir huyendo para delante. Como yo creo que siempre ha sido un pelagatos mal aconsejado, y como no le deseo mayor mal que la sanción deportiva, me gustaría darle un consejo para hoy. Es un momento donde se demuestra la libertad del ser humano, la libertad de volver a coger las riendas de la propia vida -ahora atenazadas por abogados sacamantecas y médicos corruptos-, librarse del pasado y afirmar "Yo soy Piti". Se acabaría todo. No pasará, claro, pero es la mejor salida para un deportista inculpado con la prueba del ADN. Seguir adelante, con triquiñuelas legales (el abogado también dijo ayer que le habían citado con un SMS y demás zarandajas paralegales) sólo ahondaría en el descrédito de la profesión, del deporte y de su propia figura.
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En Andalucía Rebellin gana en un sprint a Pozzato -Katusha, cómo no- y Evans, mientras que en el Algarve gana Haussler del Cerveló, otro equipo nuevo que está ganando cúando y cómo quiere.
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En California, un sitio donde nunca tendría que haber ido, Freire se ha caído y se ha roto dos costillas. Tres semanas de baja y a tomar por culo la San Remo. La etapa fue para Cavendish sobre Boonen.