Una banda criminal internacional

¿Jaksche? Es uno de los escasos corredores que ha cantado sobre la omertá ciclista y el sistema de dopaje generalizado. Tras pasarse un año negando su vinculación con la O.P, hizo un outing en la semana previa al Tour 2007 y después tuvo que ser recolocado -al igual que se hace con la gente que delata a la Mafia u otras organizaciones secretas- como comentarista para la cadena pública alemana, pero no en calidad de ex-ciclista, sino como experto en dopaje.

Arribas saludó esas declaraciones, tan escasas en su frecuencia y tan valiosas, con insidias sobre si había cobrado dinero y con un párrafo final que desvela su auténtica catadura moral: se refería al ciclista, pero retrata al periodista. Año y medio después, la versión dominical del sensacionalista diario alemán Bild ha conseguido el extracto completo de las declaraciones de Jaksche ante el juez alemán que lleva el caso.

El corredor, que militó en el Polti italiano, Telekom, ONCE, CSC, Liberty y Tinkoff, ya había vendido (¿y qué?) unas jugosas declaraciones a la prestigiosa revista Der Spiegel, que aquí publicó por entregas el As, entre la inopia y el olvido (uno, dos y tres). Si no las leyeron en su momento, háganlo ahora: no han perdido ni un ápice de su interés como uno de los escasos testimonios de confesión de un ciclista, y el único -junto con Scarponi- que ha cantado hablando de médicos y suministradores. Las preguntas de los muy informados periodistas (¡que contraste con España!) están muy bien, pero claro, no son nada comparadas con las declaraciones ante las autoridades.

Jaksche declaró ante el German Bundeskriminalamt, el órgano federal con competencias policiales überlanderns, entre el 26 y el 27 de julio de 2007, veintipico días después de la entrevista con Der Spiegel. Sesiones de diez horas cada una, o sea que imaginénse lo que pudo largar el antiguo pupilo de Saiz. El artículo sólo ofrece pequeños detalles, como que Rijs llevaba en persona la dosis de dopaje en el CSC, que Pevenage le daba EPO cada dos días en la Vuelta de 1999 -ganada por su compañero Ullrich-, que el 98% de los profesionales se dopa o, lo más interesante, detalles sobre la red de dopaje transeuropea encabezada por Eufemiano Fuentes. Su agente en Alemania era Markus Choina, tan amigo que incluso le llegó a enviar desde las islas afortunadas a uno de sus hijos para que estudiase alemán. Sangre de mi sangre, por ponerse bíblico. Y en buenas manos.

Jaksche declara que la primera bolsa que le sacó Choina fue en Göttingen -muy lejos de la famosa clínica de Friburgo-, y lo hace diciendo el nombre de la clínica. No es la primera vez que aparece esta ciudad, ni las ramificaciones y la compleja estructura mafiosa de Eufemiano Fuentes. Con ocasión del primer aniversario de la O.P se publicó esto, que no tuvo ni continuidad ni la vergüenza necesaria de poner nombres y apellidos. Ahora adquieren nueva relevancia. Casualmente, aunque este adverbio es irónico en todo este asunto, se ha filtrado en fechas recientes el testimonio de Scarponi, el otro implicado en la O.P que ha cantado citando nombres y fechas. Casualmente, claro.

Ha sido en la cabecera histórica de Trieste, la ciudad-frontera por excelencia. Dejando al margen que Scarponi no habla de dopaje antes de conocer a Sainz -temporada 2005-, a pesar de haber militado en el Domina Vacanze con Pavarotti y varios españoles muy señalados (ya ven que credibilidad tiene un mentiroso), lo interesante es cómo cuenta que Kalc -el hombre de Eufemiano en Italia- le hacía cruzar la frontera con Eslovenia para sacarle la sangre en una clínica de un pueblo perdido. Otra pata del téntaculo de la red paneuropea de dopaje, de la organización criminal.

Llegados a este punto, y mientras abogados y demás sacacuartos se empeñan en defender lo indefendible, conviene recordar lo que dijo Torri en la entrevista del 4 de febrero a La Repubblica: estamos investigando una "associazione a delinquere". Una banda criminal. Lo sabrá bien Paolo Ferraro, el fiscal del Estado italiano que está llevando el caso, que fue el mismo de Oil for Drugs. Allá cada cual con lo que quiera hacer de su testimonio.
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Vamos a liar un poco. El artículo va de eso, lástima que el párrafo final reconozca la auténtica chapuza, y de dónde viene. Por no hablar de lo fácil que sería que Valverde dijese que esa sangre no es suya, claro, que para eso se inventó la irrefutable prueba del ADN. Clavos ardiendo, dame manos y periodistas para agarraros...
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Insistir para pedir, y después de pedido, nada de lo prometido. Así será la cosa, y ni la anterior junta directiva de la RFEC ni la actual son de fiar: forman parte de la misma familia ciclista.