Valverde, otra vez segundo en una gran cita

El titular es injusto. Por supuesto, no con Valverde, que carrera importante tras carrera importante se esfuerza por perder su condición de El Imbatido, sino con el Gerolsteiner (lleva dos de dos en las Ardenas) y sobre todo con Davide Rebellin, un auténtico viejo rockero que lleva una temporada de ensueño con posiciones de prestigio muy por encima de su media (2º en PN, 2º en A-G-R, top ten en País Vasco) y que ahora se ha regalado un espectacular triunfo en Flecha Valona vestido con el maillot blanco del ProTour. Ellos si merecían el titular.

Unos ochenta corredores se presentaron a los pies de la última subida a Huy. En ese momento quedaba neutralizada una peligrosísima escapada que integraba a Piti Valverde, Di Luca, el bisonte Cobo (¡qué grotesco!) y Joaquím clasicómano Rodríguez, entre otros. Fue una interesante estrategia de la cabeza trifásica navarra que gobierna el Caisse d´Epargne: el domingo en Holanda nos hicieron la cama al llevar a El Figura solo, ahora llevamos a Purito y que se las arreglen ellos. Casi. Del papel a la práctica siempre hay un gran paso. Un abismo, en este caso.

Al contrario que en la L-B-L del año pasado, cuando el diminuto ciclista catalán fue escapado con un Boogerd que le habría todo el camino, esta vez optó por irse solo. Y claro, el tratamiento super que lleva da para mucho (su segundo puesto en San Sebastián 2005, tras su compañero de equipo en Saunier Falla Zaballa, por ejemplo), pero tampoco para ganar una gran clásica escapado y ante todos los favoritos. El auténtico momento Iker Jiménez es cuando vemos a Valverde tirando de los perseguidores...Que cada uno interprete lo que quiera, pero las imágenes están ahí. Lo que parecía una brillante estrategia, convertida en un cuajo difícil de digerir y que provoca arcadas. Para rematar, en el pelotón principal se puso a tirar el AG2R para su interesante nómina de up hill finishers (Nocentini sobre todos, pero también Botcharov y Gadret) y volvimos a la situación de siempre: Valverde contra todos en un sprint a cuchillo.

En fin. Y así mantuvo sus opciones, mientras otros las iban perdiendo en las duras rampas del muro de Huy. En un momento dado, se atrancó. De ley. Se quedó clavado y le pasaron por delante no menos de 10 corredores. Fue el momento que aprovechó Rebellin, de nuevo el más fuerte como en el sprint de Amstel, para irse en solitario y conquistar una de sus mejores, si no la mejor, victoria de su palmarés: por cómo la logró, ante quienes y en que circunstancias. En el pequeño llano de apenas 150 metros que hay antes de meta Valverde volvió por sus fueros y remontó unas cinco posiciones en cuatro pedaladas para volver a dejar tercero a Di Luca, cuarto Kessler (repiten las mismas posiciones del domingo) y quinto Riccò, que se mostró muy pronto y muy impulsivo.

Valverde es un subcampeón. Es doble subcampeón del mundo, es subcampeón de la Vuelta y del País Vasco. Sus únicas victorias de renombre son la Flecha, la Lieja y el ProTour del año pasado, el resto son etapas y vueltas menores. A sus enconados fans (solo así se justifica este titular), además de recordarles las bolsas de sangre que tiene en un laboratorio de Barcelona a la espera de una rogatoria internacional, les convendría redimensionar la auténtica valía de su Bala-Verde. Y el domingo no parece la ocasión más propicia para que me trague estas palabras, con el desembarco en carrera de Cunego apoyado por un superequipo (Valjavec ayer décimo en meta, Bono, Carrara), Boogerd descansado ante su segunda carrera favorita y demás gente que ambiciona quitarle el único cetro que le queda vigente. Por eso, y porque no se sabe muy bien que tiene en la cabeza, ni él ni las personas que se sientan a conducir los coches de su equipo.
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Cunego gana su segunda etapa consecutiva en Trentino, una carrera que ya ganó en 2004 y 2006. Esta vez ha remachado en meta un ataque de Zapatero, uno de los mayores consumidores de drogas de Eufemiano Fuentes y que ha vuelto convertido en mejor corredor de lo que fue en sus dos años en Liberty.
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Que alguno habrá. Un buen resumen estropeado por un deseo, una necesidad de creer.
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Ya he leído la información sobre Basso que Marlasca y Rendueles publican en el número de esta semana de Interviú. No dicen absolutamente nada nuevo. Pero nada de nada. Ningún documento nuevo reproducido, más alla de una foto sacada de Internet donde aparece Basso con su paloma mensajera, su hermana. Y aún así lo citan como base del revuelo montado esta semana.