Sagunto como metáfora

Ayer se disputó la primera etapa de la Vuelta a Valencia, con salida en Sagunto y llegada al Puerto. La etapa discurría por el entroterra valenciano, una tierra de nadie caracterizada por el absoluto desorden urbanístico, la basura acumulada en zonas muertas y la preciosa huerta, un campo civilizado y domesticado por la mano del hombre, que resiste muy mal la presión urbanística. Pasaron por Náquera, un pueblo feísimo, en la falda de la montaña, atravesado por un torrente y con múltiples construciones a medio acabar: parece Turquía. La cuarta etapa es Náquera-Náquera, para que la disfruten. Cojan fotos del interior de Anatolia y del pueblo valenciano, mezclénlas sin orden y después pongan a un inocente a intentar adivinar cuales son de un lugar y cuales de otro.

Así salió la etapa. 41,5 km/h de media, y eso que se subía el durísimo puerto de El Garbí. Allí se escapó Contador, tan impulsivo como siempre. Después llegará fundido a la primera cita importante de la temporada acotada que tiene, que no es otra que la Vuelta al País Vasco. No les quepa ninguna duda de que achacará su rendimiento a la presión sufrida, como Pereiro el año pasado. El caso es que "lo importante es dar espectáculo", aunque sea en pruebas de categoría sub-regional. Un corredor de grandes objetivos en carreras de pequeños vuelos. Cromos mezclados, fotos desordenadas. No fue el único.

En el pelotón también circulaban otros compañeros de galeno. Se llegó al sprint y fue segundo el nacional Plaza, el de +1 gratis. No debería estar corriendo, pero así son las cosas. La cosa fue tan grotesca que su compañero Petrov, un búlgaro bastante rápido con éxitos en Portugal, fue cuarto. Nadie lanzó el sprint a nadie. Las ansias de Plaza por vindicarse en casa. Las ansías de Contador por hacer su gesto de las pistolitas cruzando la línea de meta. Si Paolini puede, ¿por qué no nosotros? Más cromos mezclados.

La etapa fue para Iván Gutiérrez, aprovechando sus poca explotadas habilidades de llegador. Si Cancellara puede imponerse en sprints restringidos de 25 personas, ¿por qué no el cántabro? Bajo los efectos de una larga estancia en Australia, consigue la segunda victoria de la temporada para el Caisse d´Epargne. Sagunto ha salido recientemente en los medios no por su alto horno que nunca se tuvo que instalar, como en los años ochenta, ni por la especulación inmobiliaria en el triángulo interior, con el característico paísaje del Levante español con las banderolas de la inmobiliaria de turno, no. Ha salido por la sentencia que ordena el derribo del teatro de Portacelli y Grassi, de las mejores obras de arquitectura que se pueden ver en España.

En Sagunto había un teatro romano del que quedaban las trazas a principios del S.XX. Fue reconstruido en diversas etapas, de una manera idealizante: recordemos que estamos en el país donde el manuscrito de El Cid, ilegible, fue reconstruido con mucha imaginación e invención por Menéndez Pelayo, y aquí paz y después gloria, que para eso preside la entrada a la Biblioteca Nacional. En los ochenta se intervino de una manera vanguardista, invención sobre la invención, con un fallo imperdonable para un sector muy definido: que parecía moderno. Recurso y contrarecurso, y sentencia de derribo para un edificio inocente por definición, al que no se le puede achacar más que algo que ya habían hecho antes. Y mira que lo veo como una metáfora del ciclismo.
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Cuando te pillan dopado y te enfrentas a dos años de sanción, hay dos opciones posibles. Está la de Heras o Basso, seguir entrenando y, periódicamente, aparecer en algún medio de comunicación anunciando tu peso y diciendo que estás a punto para cualquier competición, incluyendo el parchís; y está la de Aitor González y, por lo que acabamos de saber, Landis: engordar diez kilos. Vale que el alicantino lo tuvo bien claro y nunca especuló con volver, pero el americano todavía tiene recursos por ahí para demostrar una inocencia que escribe con h y anuncia que va a competir en machadas de mountain-bike. No sé, no sé, pero me da que iremos sabiendo cosas de Landis en el futuro.
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Ettore Torri, el fiscal del CONI que está investigando la O.P en Italia, se ha llevado a declarar a Roma a Manzano. Que sepamos, es la segunda visita a la Ciudad Eterna del gran héroe de la Operación Puerto. Cuando tiró de la manta, allá por 2004, fue fichado por el Amore e Vita y le estrechó la mano al papa polaco. Garai y sus secuaces se chotearon abundantemente de que nunca disputase ninguna carrera con el equipo patrocinado por el Vaticano, pero al conocer la noticia de la segunda peregrinación de Manzano a Roma se les habrá helado la sonrisa. Más que nada porque Ettore Torri, y esto se lo digo en exclusiva, sólo le ha preguntado por un asunto: por Piti. Las concentraciones en las que coincidieron, las carreras donde compartieron hotel y por su perro, pero esto es un pleonasmo.