El ácido que disuelve el ciclismo

Ya les contaba yo hace poco que el otrora prestigioso periodista de El País había imprimido un nuevo sesgo a sus tañidos. Se ha apuntado a la teoría, difícilmente rebatible, de la imparable decandencia del ciclismo. Eso sí, como en el caso de la pieza que hoy les traigo, no cita ni una sola vez la palabra doping. Lean, lean.

Vuelve a empezar a lo blogger, tendencia que, me temo, ya no va a abandonar. Se centra en señalar la expansión mundial del ciclismo como la causa de todos los males. Que la UCI es un organimo depredador, que sólo busca el dinero y no el interés deportivo. ¿A que les suena el argumento? Sí, es el mismo de los dirigentes del ciclismo. Los de andar por casa. Pero es lo de menos, ya sabemos quien atenaza la correa del periodista. Guau, guau.

La expansión mundial del ciclismo no es un fenómeno nuevo. En los años 70 ya hubo mundiales en sitios como Praga o Venezuela, con nula actividad ciclista. La Copa del Mundo del finales de los ochenta llevó el ciclismo a Japón, país donde todavía se celebra una prueba con el mismo recorrido del Mundial de 1990. Y mejor no les hablo de la inglesa Windcanton Classic. Ahora, como todo lo relacionado con la globalización, se ha hecho todo más grande, más rápido, más voraz. También mejor.

Hay algo muy difícil de entender desde la mentalidad eurocéntrica de los que chupan de las tetas del ciclismo. Periodistas, dirigentes-camellos y corredores. El ciclismo no es suyo. Es como si, como EE.UU fue la cuna del rock, cualquier intento de reproducir esa música y esa actitud en otras geografías fuese condenable per se. Y ya sabemos que Barón Rojo mola mogollón. El ciclismo no va camino de la disolución, como el muy lastimoso Arribas titula su excrecencia de hoy. Se está transformando, como todo, y no se sabe muy bien hacia donde va.

Es totalmente legítima la aspiración de otros países a contar con eventos ciclistas de primer nivel. Y, si quieren conservar el ciclismo europeo, hay que fomentar esas carreras. Así los ciclistas nacionales se quedarían por ahí. Si, el Galibier seguirá siendo el Galibier y la San Remo la San Remo, pero no se si ustedes se han dado cuenta de que, en los nueve últimos Tours disputados, ha habido un yanki en el podio en ocho ocasiones. Si hubiese una vuelta a EE.UU fuerte, con sus propias reglas adaptadas al entorno -dopaje libre-, no vendrían tanto a Europa con sus métodos. Eso en cuanto a las pruebas en sí. En lo que respecta a los participantes, precisamente eso es lo que se intenta combatir con la mal llamada revolución de los grandes. El ProTour, ideado por Manolo Saiz, pretendía que los organizadores tragasen unos nombres, no unos contenidos. Y no, no es eso. La expansión de ultramar del ciclismo también tiene que ver con el huracán que se ha abatido sobre las carreras europeas: del Giro del Piamonte a la Semana Catalana, de la Clásica de Zürich a carreras alemanas. Si siguiesen en el calendario, los ciclistas no tendrían porque salir a otros sitios.

¿Y por qué no continuan? Por el doping. Por la mala fama que el ciclismo se ha ganado a pulso. Y eso no ha sido la UCI. El artículo de Arribas es ejemplificativo. Como les decía, no habla de esta lacra en ningún momento. Si habla de su protegido Contador, al que vuelve a poner un capote. Ensangrentado, que para eso los hacen con el interior rojo: para que no se note el color. El mismo corredor al que dedican la foto, del que se dice entrelíneas -ojo al detalle- que no irá al Tour, castigado injustamente por la exclusión de su equipo, ese mismo corredor, ese y no otro, militaba en el equipo-símbolo de la Operación Puerto en el momento de su despliegue. Ese mismo corredor se medica "diariamente", como dijo el mismo periodista. Ese mismo ciclista hizo una escalada al Peyersourde con cinco ataques a repetición, a lo Pantani, cadáver de 34 años.

¡Y todavía echa balones fuera por la disolución del ciclismo! Cuando se escriba la crónica de esta muerte anunciada, el dopaje será la clave central. Todo lo demás es mentir. Ocultar la realidad. Y, en el caso de los medios de información, ser agente activo en ese proceso de autodestrucción.

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Primera etapa de Mallorca para Gilbert, al que por una vez le han valido sus magníficas cualidades de llegador. Siempre ha sido una especie muy escasa en el pelotón, pero por la forma de ganar, y su valentía, es fácil que se gane el corazón del aficionado. Una pena que Freire no haya acudido puntual a su primera victoria del año. En el equipo han considerado que es mejor llevarlo a California, donde competirá contra el zombie Cipollini. Que nos pille a todos confesados.
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Petacchi gana el Costa degli Etruschi, por las mismas carreteras donde entrenaba el Lampre en su agitada concentración. Con 34 años, y recién llegado de Sudáfrica, el mismo avisa: "Quiero volver a ganar la San Remo".
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La retirada de Echávarri del ciclismo, después de 30 años, ha merecido un párrafo final dentro de un artículo sobre otros temas en As. Estamos a la espera de lo que le dedican en otros medios. De momento, nada. Será que quieren evitar la pregunta ¿Por qué?.
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Creo que es una broma. Veo la foto y sí, es una broma. Leo lo que dicen y no, no es una broma. Es el ciclismo. Esto es lo que hay.