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07 junio, 2011

Más trolas de David Millar

Portada de la edición en tapa dura
Londres, Covent Garden. Una de las zonas más espantosas de la fascinante -como turista- ciudad inglesa. Un antiguo mercado cubierto convertido en un sitio de chalaneo, cervezas y espectáculos de malabaristas en las inmediaciones. Una preciosa iglesia del gran Iñigo Jones en la que nadie repara. Mucha tienda de ropa pija. También la ópera, claro. Y Londres, siempre: gente, gente, gente a cualquier hora, cualquier día.

Todos esos elementos estuvieron ayer presentes en la presentación de la biografía de David Millar en la tienda de Paul Smith -famoso diseñador británico fanático del ciclismo- en las cercanías de Covent Garden, un lugar poco habitual para un deporte que crece día a dia en el Reino Unido. Titulada Corriendo a través de la oscuridad. Caida y resurgir de David Millar y, sin haber leído el libro, se puede hacer ya una valoración.

Se tiende a menospreciar al lector que juzga un libro por la portada, cuando es un recurso que se desarrolla institivamente cuando tienes que afrontar muchas lecturas a la semana. Qué quieren que les diga: viendo la portada, quien protagoniza y, especialmente, que todavía es corredor en activo, se puede calificar el libro como parcial, irrelevante y hagiográfico. Y no me hace falta leer ni una sóla línea, simplemente ver los resumenes.

Otra portada, pero con la misma cara dura
Escrito con la ayuda de David Brailsford -el manager del Sky- el libro parece muy abundante en todo lo relativo al pasado de Millar -resumen rápido: uno de los mayores dopados del pelotón fue pillado, sancionado y volvió convertido en un apostol del ciclismo limpio- y más bien escasito en todo lo relativo a la actualidad. Insisto: Millar es ciclista en activo.

El libro, por decirlo claramente, es otra piedra en el monumento a sí mismo de este personaje egocéntrico e insoportable, el mismo del It´s Millar time cuando iba hasta las cejas de droga y soberbia. Ahora es más o menos lo mismo, pero como apostol de una pureza que sólo los más estúpidos se pueden creer. Es todavía más insoportable.

Entre las tonterías que leerán estos días extractadas del libro está que se empezó a dopar en 2001 en Toscana, en casa de un ciclista al que llama L´Equipier. Es fácil identificarlo con Massimiliano Lelli, pero no lo hace porque este -sorpresa, sorpresa- ganó el juicio-farsa que se montó: al parecer, Cofidis -el equipo de ambos- era culpable del despido improcedente de Lelli, aunque el italiano fuese el camello señalado por todos.

En fin, está todo en el juzgado de Tourcoin, Francia. No sabemos si el juez se quedó parte de los 50.000 euros que tuvo que pagar el Cofidis a Lelli, vistos los servicios que prestó. Tampoco sabemos si Millar se extiende en estos detalles a lo largo de las 340ypico páginas de su hagiografía, que serían realmente los interesantes. Sin embargo, viendo que se refiere a Lelli como L´Equipier, hay poco que esperar. Se va confirmando lo intuido por la portada, el autor y el título.

Pero bueno, quédense con la fecha de 2001. Al parecer, antes de eso Millar corría con agua bendita y galletas de avena, y eso que en 2000 había ganado el prólogo del Tour ante algunos de los mayores dopados de la historia. Una vez más, el dopado confeso -y confeso porque le pillaron, que también es importante- prefiere dejar incólume un pedacito de su pasado. Quien quiera creerle que le crea, yo nunca lo hice.

De aquel liderato del Tour recuerda la fialdrad con la que le trató Pantani, y que Casagrande no se creía que hubiese ganado con un 40% de hematocrito la crono de los Tres Días de la Panne de 1998, que por qué no iba al 50%. También que, tras ganar el prólogo del Tour, se despertó en mitad de la noche y vio que su maillot amarillo estaba en su lugar y que "lo había logrado corriendo limpio". Pues vale.

Millar también tiene algo para Ferrari, el famoso doctor: "estaba obsesionado con la báscula. La primera vez que lo vi me preguntó por mi altura, peso y potencia. No había nada de romántico en su visión del ciclismo, sólo números". Lamentamos que Millar, hijo de militar, no hubiese ido a la consulta de un médico con anterioridad, porque es precisamente lo primero que te piden. Algunos hasta te meten un palito en la boca y te mandan decir "ahhhhhhhhh", pero Millar buscaba calor y confianza: un buen subterfugio para no entrar en detalles, porque cuando vas a la consulta de Ferrari es a buscar dopaje. Por cierto, el médico es el único que queda reflejado como un profesional y no como un meapilas en este breve pasaje.

Ya ven que se van juntando todo los elementos para este santo: "me dopé porque la cultura de drogas en el ciclismo era como un zumbido constante (white noise)" y por la presión de los compañeros, según se lee en la breve presentación del libro en un portal de venta de libros. Ya lo ven: el no se dopo, le doparon. ¿Se puede ser más hipócrita y caradura? Se puede, porque en el mundo del ciclismo y las confesiones todavía queda mucho camino por recorrer.

Después dice que Riccò se chutaba en el bus del equipo antes de las carreras (¡un saludo, Josean!) y que ya era famoso en el pelotón porque llevaba siempre el hematocrito al 50% -yo creía que era por sus oscilaciones- y que Armstrong tiene un horizonte judicial muy complicado, aunque esto no lo dice en el libro, lo dijo en la presentación de libro. Demostrando sus especiales habilidades para ver una realidad deformada, también dijo que confiaba al 100% en la limpieza de Gilbert, Cavendish y Wiggins, y que Contador "es una maravilla física", y que sobre el caso del clembuterol tiene "abiertas todas las posibilidades".

Sinceramente, ¿hay alguien ahí que quiera saber lo que dice este impresentable? Yo no, desde luego. Que hable del ciclismo de hoy en día, de su equipo Garmin radicado en Girona o de como el año pasado corrió las tres grandes y llegó al final de temporada con fuerza suficiente para el Mundial CRI y ganar en la Commonwealth. Con 34 años.  Eso sería posible si en este libro hubiese algo interesante y no sólo propaganda de este mentiroso profesional, ejemplo vivo de que en el ciclismo la raiz de la podredumbre está firmemente enraizada.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Pensar que a este pájaro le di un buen empujón de 50m en la antepenúltima subida del Tourmalet el pasado Tour...En su momento no supe que era él. Me di cuenta al repasar la clasificación en cqranking.com los días posteriores porque sabía que había empujado al penúltimo.

Hablando de cqranking.com, es una "hemeroteca" valiosísima para los que nos gusta el ciclismo (nada que ya no sepáis). Al ver la escalofriante clasificación del prólogo del Tour '01 que has puesto no he podido sino acordarme de la no menos terrorífica cronoescalada al Mont Ventoux en la Dauphiné '04.

Recuerden, amigos: http://www.cqranking.com/men/asp/gen/race.asp?raceid=519


Germán.

Sergio dijo...

Lo de Mayo aquel día fue un récord "democrático-popular", como alguna vez me he referido a él. Algún lector llegó a poner aquí que en parte se debía a los cambios en la carretera, figúrese usted. Desde entonces, la han vuelto a llenar de socavones y zahorra.

Rober dijo...

Millar sobre Contador:
"Does anybody out there seriously doubt that Contador was riding clean in the Giro d'Italia that has just finished? You don't win the biggest races in the world with such clockwork regularity and comparative ease, and in such style, by not being the supreme talent and clean. In my experience the profile of a doper is always much more erratic and unpredictable."
http://www.cyclingnews.com/news/millar-calls-for-closure-in-armstrong-and-contador-investigations

Poco más hay que añadir sobre este individuo...

Sergio dijo...

Es un sinvergüenza, nunca ha dejado de serlo. En eso no se diferencia de otros muchos con los que comparte profesión, pero al menos no tienen la cara dura de presentar un libro de propaganda sobre ellos mismos. Mañana volveré sobre el tema y el personaje.

ariamsita dijo...

Igual simplemente es que sabe que se ha equivocado, ha sabido rectificar y considera oportuno compartirlo con sus seguidores, entre los que me incluyo desde hace muchos años, a los que nos interesa saber de primera mano qué pasaba por su cabeza en todos los momentos malos, y por qué actúo como actuó.
Un sabrazo!

Anónimo dijo...

Seguro que estoy equivocado, pero en su post de ayer me pareció percibir cierta melancolía... aunque hoy ha recuperado la forma


FANATO

Escartinista dijo...

Un ligero aspecto de q el ciclismo está cambiando (tran lento q es casi imperceptible) es q la ultima crono las ganan contrarrelojistas q no estan en lucha por la general: Millar, Zabriskie...(sí, y asé q no son buenos ejemplos...). Lo ilogico eran las cronos de Pantani, Heras...
Millar, solo espero q no tengas tanta jeta para hacer un libro de caida y auge, si vas igual q antes. Solo porq confio en q no tengas tanta cara, te creo...un poco.
Habla algo de Losa?????

Confesionario dijo...

Hombre Sergio, Basso, Contador, Valverde, etc, malos por no confesar. Riis, Millar y otros malos por confesar (con presión o no ¿acaso no la tuvieron Ullrich o Virenque o Pantani?).
Dentro de lo malo es mejor lo de Millar. Yo no creo que mienta, creo que saca provecho de su confesión.Por ejemplo ¿Porqué no creer que le doparon? Coincide con otros como Manzano. Sí ya sé que se puede decir no, pero una vez dentro es difícil. Si en algo ha cambiado el ciclismo desde lo del Festina es que ahora los equipos se han quitado la responsabilidad, al estilo VascongadasTel.
En mi opinión, preferiría que todos fuesen como Millar. Mejor como éste que como Landys o Hamilton, hoy digo que no me he dopado, mañana digo que sí y así fastidiamos a Armstrong. Es más creíble el escocés por que no cambia su versión.

Anónimo dijo...

Siempre he tenido algo de simpatia por Millar, al fin y al cabo los que seguimos este deporte, sabemos mas o menos lo que hay.

Los habrá que van limpios (la minoria), otros en un nivel intermedio y los gallos hasta arriba.

Sobre el listado que saco la UCI, sobre nivel/sospechas de dopaje, me creo tanto como nada, sobre todo en lo referente a algunos que puntuan con 1.

Lo que está claro o me temo, es que entre UCI y organizadores, hay algun tipo de acuerdo, para filtrar los positivos o minimizar la publicidad de los mismos; ya que les estaba tocando donde mas les duele, que es el bolsillo.

Al fin y al cabo todo se basa en una cuestión de confianza y lo de ir todos limpios tiene dificil solución; salvo suspensión de por vida a la primera pitada o que dicha suspensión afectara al equipo en conjunto.

Y como poderoso caballero es don dinero, si fulanito se forra a base de meterse, yo tengo el mismo derecho y así todos.

Para terminar un apunte, no se si algo está cambiando dentro del peloton o no, pero me esta sorprendiendo el rendimiento de algunos franceses en cuanto a resultados.

José Antonio.

Anónimo dijo...

Sergio, olvidate del ciclismo, sal de casa y comprueba que el mundo no es color de rosa, en ninguna "modalidad" de la vida. Estoy seguro... que eres el menos indicado para pedir limpieza, dime de que presumes y te diré de que careces.. ahora modéralo, impresentable!

Anónimo dijo...

¡David Millar es una gran persona y un ganador! Envidia cochina le debeis tener y poco lo debeis conocer si hablais así de él.