Una crono que no sirve para nada

Uno de los mayores tópicos ciclistas es decir que la última crono no cambia nada, que las fuerzas están muy igualadas y que todo es muy diferente. Como no hay muchos referentes de cronos en el quinto día de carrera, habiendo llegado las etapas anteriores con retraso y no con mucha tensión competitiva, habrá que establecer una evidencia de cajón: no sirve para nada, no ha habido desgaste. Y lo mejor de todo es que ha sido la primera y única crono llana de la Vuelta. Otro brillante éxito de la organización que presume tanto, tanto de innovar, que cualquier día se les va a olvidar que el ciclismo es un deporte de resistencia y fondo. Bueno, eso ya ha pasado: la media de las etapas en la Vuelta es de 160 kms. Y sólo una pasa ampliamente de 200 kms. Será dentro de dos etapas, y tras un día de descanso. Con este desgaste tan intenso, se prevé un gran espectáculo.

Así que a nadie le extrañe los tiempos de ayer. Ganó Leipheimer, el único especialista que quedaba indemne tras los batacazos del día anterior de Kloden y Schumacher. El americano, que cumplirá ¡35 años! en un mes se pone además líder de la carrera. Es la primera vez que lo consigue en una gran vuelta. Su rendimiento fue de menos a más, una de sus habilidades, y acabó batiendo a Chavanel por 12" y al sorprendente -es otro Liquigas- Quinziato por 33". Cuarto ya se situó su compañero Contador, a 49". Todavía disfrutando de la medalla de jade brillantemente conquistada en Pekín, a sólo 8" del bronce, está en la general a 47" del veterano americano, que ha jurado fidelidad a su líder teórico. Vamos, como hizo en la Vuelta 2001, la que le sacó del anonimato y a Heras del podio.

Valverde cedió 59", quinto de la etapa. Y fue marcando mejores tiempos durante todo el recorrido. Se explica porque Valverde siempre ha ido mejor en las cronos de la Vuelta -a saber por qué, pero el contraste con el Tour es brutal- y el mínimo desgaste de estos días. Rectas imposibles, trazado plano, y Valverde cede menos de un minuto. Una Vuelta sin crono y con muchas bonificaciones: la combinación perfecta para el murciano. Sastre se dejó 1´30", otra diferencia mínima, Mosquera 2´09" y Antón 2´35". Ahora sólo tienen terreno para recuperar tiempo. En teoría, y si tenemos que hacer caso a los propagandistas de la tele, queda una Vuelta muy abierta. Como si no hubiese empezado.

Chavanel está a 2" del liderato y Valverde a 30". Contador a 47" -quien lo diría, 17" por detrás de Valverde tras la primera y única crono llana- y Sastre a 1´27". El resto de escaladores a un minuto más. La crono ha dejado algunas sorpresas. Dani Moreno, del que Unzué dijo en La Revuelta, con bastante esceptismo carente de ninguna ironía, que le había sorprendido. A él y a todos. Es un corredor que el año pasado acabó a más y que casi se queda fuera de esta Vuelta. Seguiremos informando. Y Kiryienka, que tras una buena crono se situa a 2´25". Quizás no les suene, pero fue un corredor que quedó segundo en dos finales en alto del Giro y ganó en su tercera intentona. De escapada, pero cómo subía el condenado, considerando que viene de la pista.

El sábado y el domingo están los Pirineos. Seguirá siendo la primera semana de la Vuelta, porque el viernes es descanso. Dice Sastre que este año serán diferentes -vamos, no un tostón con un sprint masivo en el puerto de montaña final de etapa-, porque los puertos están muy juntos y el cansancio se acumula. El sábado son 233 kms. con la Rabassa, un puerto duro-duro, que se sube dos veces, con solo 14 kms. de descenso en medio. Perfecto para atacar en el primer paso. Y el domingo 150 kms. con final en el horror de Pla de Beret, que al menos viene precedido de el duro-duro de la Bonaigua y sólo 10 kms. de descenso entre ambos. Con tanto escalador acumulado en la primeras posiciones, a lo mejor hasta vemos espectáculo.
***
En la Vuelta a Alemania gana Ciolek. Sí, del Columbia ¿cómo lo sabían?. Encima en un puerto de tercera, batiendo a Bertogliatti y Bertagnolli, del Scott y del Liquigas respectivamente. Se están luciendo este año en Alemania. La carrera es un oligopolio de tres equipos, que se reparten todo. Hasta el anónimo Bertogliatti, el típico fichaje del Saunier y que no ha vuelto a hacer nada desde su etapa en el Tour 2002, está brillando. ¡Arkaitz, aprovecha ahora, que es tu oportunidad!.
***
Otro nuevo caso de la plaga de memoria oclusiva que afecta a los cronistas de ciclismo. El titular es una mentira de tomo y lomo. Podría ser un error, pero como no es la primera vez que pasa, hay intencionalidad. El primer estadounidense líder de la Vuelta fue...Floyd Landis, en 2004. Fue un gran año para la Vuelta. Inolvidable rememorar a su compañero de equipo Triki contra el resto del pelotón por no esperar a su líder subiendo el Xorret de Catí. Pero claro, como citar a Landis es pecado, la memoria oclusiva es lo más adecuado. ¿Y quién es el autor de la crónica? Urraburu.